Somos adultos, querido Santa

¿Nos hicimos adultos, Santa, querido y voraz gordinflón? Foto: Delivery Heroe

¿Nos hicimos adultos, Santa, querido y voraz gordinflón? Foto: Delivery Heroe

Nos hicimos adultos. Qué putada. Qué remedio.

Nos hicimos adultos y no hay quien pueda salvarnos. Ni siquiera tú, Santa Claus tan generoso y orondo, ni siquiera el niñito Jesús que multiplicaba los panes y los peces pero que no puede acabar con el hambre en el mundo pero sí que multiplica el ticket promedio de las cadenas departamentales, las tiendas y los restaurantes.

Adultos y longevos, mi rechoncho amigo, porque podríamos desaparecer del mundo a una edad en la que el cuerpo siga siendo cuerpo y no un inventario de calamidades y en la que el kilometraje recorrido no nos haya averiado tanto pero ya ves, Santa querido, ni siquiera tú te atreves a acortar tus días ni tu tiempo.

Así que nos hicimos adultos, tripudo y adorable personaje, ¿cómo es que no lo notas? Por más que pongamos cara de buenitos en los intercambios y por más que tu rostro de gordo indolente sature las pantallas y los espectaculares con su bonhomía, la realidad es una: nos hicimos adultos.

Lo sabemos cuando abrazamos al tío hijo de puta que ha envejecido pero no deja de ser el abusador de la familia aunque ahora esté en silla de ruedas, recibiendo en la boca cucharaditas tibias del guiso de pavo y en un conveniente estado amnésico que le permite olvidar las sobrinas a las que les metió mano o más que la mano.

Lo sabemos cuando renegamos porque nos tocó comprarle a ese imbécil de la oficina algún insulso regalo de doscientos pesos y cuando recibimos de otro más imbécil que aquél, una horrenda taza de cerámica repleta de chocolates rancios con el inconfundible mal gusto del reino de Sanborns.

Lo sabemos aunque aceptemos el obsequio del político rastrero cuyos atentos saludos acompañan la tarjeta de finísimo papel nacarado mientras su conciencia cristiana, apostólica y romana le permite seguir robando.

Nos hicimos adultos e hipócritas. Adultos y mezquinos. Adultos y envidiosos. Nos hicimos adultos en medio de aguinaldos, deudas, hipotecas, pantallas planas, computadoras portátiles y niveles de colesterol alto. Y nos volvimos incluyentes. Y democráticos.

Nos hicimos adultos, hicimos el amor y nos casamos y nos divorciamos y seguimos tejiendo y destejiendo grupos de solteros de segunda mano.
Y es que cada vez cuesta más libar del néctar de las flores, mi barrigón diabético, pero eso tú no lo sabes porque siempre tendrás tu Coca-Cola bajo el brazo.
Nos hicimos adultos entre obesidades mórbidas y hambrunas, entre toneladas de comida y de ropa, nos hicimos adultos recitando fraseos de responsabilidad ecológica y social bien ensayados.

Nos hicimos adultos por más que Star Wars y el arbolito –que no árbol– de Navidad den cuenta de nuestra niñez nuncajamasiana con tal eficiencia y acato. Es que es conmovedor, qué bonita la Noche Buena, ¿no te parece, mi tierno adiposo bonachón? en torno al arbolito mutilado y a Jesucristo o no a Jesucristo porque yo no soy creyente pero estar con la familia es lo máximo y es el pretexto para reunirnos y agradecer que tenemos vida, salud y regalos. Y sin amarguras porque hay que ser festivos y estrenar algo para la cena de Navidad, ¡sí, sí, vamos a estrenar algo!

Y perdóname que te importune, gordito cabrón, con mi mala copa, con mi leche agria; pero es que me jode que lo mismo seamos todos París que Charlie Hebdo y que todos fuimos tan Ayotzinapa como ahora somos Santa Claus o guerreros Jedi dispuestos a blandir la espada contra el imperio del mal y a favor del imperio del mall.
Pero qué estoy diciendo, mi sobrealimentado amigo. Ah, sí, que el niñito Jesús, que los niñitos nosotros, que la noche de paz y la noche de amor y que la palabra feliz tiene que ir seguida de la palabra navidad porque sí, porque qué sé yo.

¿Nos hicimos adultos, Santa, querido y voraz gordinflón?

30 Responses to “Somos adultos, querido Santa”

  1. YO dice:

    Ahora sí. Te ofrezco mis más sinceras disculpas y aclaro, mi molestia no es contigo. Parece que todo mensaje que tome más de tres minutos en ser redactado, es enviado de vacaciones a Oblivion, o a otra dimensión mediante el maravilloso “refresh” automático de éste sitio… No sé si me hice Adulto, si eso sea frustrante, o si es una ventana de oportunidad para corregir, y no decirte una burrada (como hago con tanta frecuencia), en fin, la dualidad en todas las cosas. En referencia a tu artículo, comenté que… No hay Navidad, ni exíste el Santa Claus que entregue, a domicilio, un buen modelo funcional y personalizado de éxito. Que… Los sistemas de percepción y reconocimiento de nuestros logros personales se “cocinan” en casa, y requieren algo de ensamblado, son DIY (Do It Yourself), y son lo único que puede acabar con la miseria de extrañar nuestros tiempos de mayor inocencia, en donde aún había mágia (pues nada nos costaba, no directamente), lo único capáz de extreminar la melancolía que nos lleva a pensar que antes todo era mejor (aunque en verdad, sí que lo era, aunque el historial de percances político-económicos que han cambiado al mundo sea tema de otro día), lo incoloro de ésta verdad detrás de la famosa “edad productiva” que no trajo la realización de los sueños prometidos, sino el conocimiento del precio de cada cosa y una bola de cuentas, facturas, créditos, sexo “seguro”… Yo sé que Tú sabes que, Creyente o no, a mayor conciencia, menor el significado de las festividades de diseño consumista, y sé que la reflexión es entonces de significados más evocativos que cuestionantes. Creas o no, repito, te envío mis más sinceras felicitaciones, por cualquiér motivo, o por todos, a Ti te sobran motivos, a mi… Mejor no te cuento cómo me fue hoy. Ah!; sí, el punto es que… No te creo adulta, tampoco te creo inocente, te creo rebelde (y rápida), y eso sí merece celebrarse, eso sí se lo pico a Santa. Gracias, siempre, y Felicidades!.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Gracias por tu lectura y por tomarte el tiempo para compartir tu reflexión, sé que nadie tiene una molestia conmigo en realidad cuando se detona alguna diferencia o inconformidad a partir de los textos, cuestionar las ideas o las creencias o la comodidad de una época y de una colectividad tampoco es algo personal.
      La Navidad, qué locura, sigue condicionando a cristianos y no cristianos, a creyentes y no creyentes, a asumir una conducta, una práctica e incluso una moral temporal durante esa época del año. Qué tremenda la dominación de la idea, como dice Martín Caparrós en este texto:
      LA MAYOR VICTORIA DE UNA IDEA ES QUE CONDICIONE LAS VIDAS, INCLUSO, DE LOS QUE NO CREEN EN ELLA.
      Échale un ojo al texto completo: http://www.sinembargo.mx/opinion/26-12-2015/43238
      Y sí soy adulta, ejerzo muy mal, casi siempre con lo peor de la adultez pero sí que soy adulta, a los 38, aún en esta época en que nos empeñamos en pretender que los ciclos de edad no importan, es ser adulto.
      Un abrazo, gracias de nuevo por tu tiempo y tu lectura.

  2. Francisco dice:

    Cada persona puede encontrar a su verdadero Dios en su corazón, y deseos que el tuyo te de la fortaleza para seguir siendo valiente, crítica, inteligente, indomable e irreverente ante tantos actos indecentes que se cometen en todo el mundo pero con más descaro en México.
    Te mando un sincero abrazo virtual esperando que no te alcance el brazo represor de la censura.
    Cuidate mucho y vive feliz

    • Alma Delia Murillo dice:

      Eso sí, Francisco, los arquetipos de divinidad o el pedacito de eternidad interior es único y sagrado en cada uno.
      Gracias por tu mensaje y tus deseos, ojalá que así sea.
      Un abrazo grande.

  3. Malechor,Ganster y Basaltar dice:

    Tan adultos para recibir al corpulento mercader durante la tregua familiar. Orgullosos de haber conseguido renovar éxitosamente la fotosítesis de la conífera, con lucecitas y esferas relucientes . Para una vez seco, carente de ese caracteristico olor a muerte vegetal que paradójicamente relacionamos a “vida” ; arrojarlo a la calle convertido en víl despojo.

  4. Paulina dice:

    Lo único que rescato de tus líneas es que estos días son el pretexto para reunirse con la gente a la que queremos, nuestro modo posmoderno de vida no nos deja hacerlo tanto como se quiere durante los 365 días del año.
    Lo demás que describes: intercambios, estrenar algo, etc,, hace tiempo decidí alejarme de eso, al final, todo en la vida son opciones y cada quien elige cual tomar; sumergirse en esas prácticas dejándose llevar o viéndolas y amargarse la existencia con sólo saber que existen. No soy partidaria de ninguna.
    Lo único que celebro cada día es el plantarle cara a esta canija vida. Así que mi querida Alma, brindemos por ella. Abrazo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Abrazo, Paulina, te leo y me quedo pensando que sí, que la realidad es mi único dios verdadero, la vida pues.
      Gracias siempre por tus lecturas y reflexiones en este espacio.

  5. Sara dice:

    Almita querida: si te digo Almita, no es porque te considere chiquita al contrario…si te digo mi niña, no es porque te considere inmadura…solo es de cariño…para colocarte a mi nivel y poder abrazarte con el alma y con la mente…a través de tus escritos reflejas que eres una gran mujer, lúcida, inteligente, con una visión del mundo y del ser humano, tan clara y consciente que nos haces reflexionar…eso no lo hace alguien infantil…tal vez el sufrimiento te hizo ser adulta de muy niña…ya sabes que me gusta lo que escribes de cualquier tema, pero este de la Navidad en especial, me gusta porque a pesar que hay algunos aspectos que disfruto de esta época (la nostalgia, por ejemplo)hay otros que sinceramente pienso similar que tú…me gusta celebrarla con cierta austeridad…las grandes comilonas me quitan el deseo de comer…salir de compras en esta época es para desquiciados…como no me gusta desvelarme (al menos no comiendo) cenamos temprano…totalmente de acuerdo con lo del árbol…este año arreglé una rama seca que recogí de un baldío…como tengo cierto sentido artístico me quedó muy bien…y así cumplí con tener adornada mi casa de Navidad, luego la gente te cuestiona porque no lo haces y me da flojera dar explicaciones…todavía no soy tan adulta como tú…la verdad creo que da náusea tantísimo consumismo y parafernalia…nada que ver con Cristo…mucho con santa clós…
    No me parece mala leche lo que escribes sobre la navidad, al contrario te felicito, se necesita más gente crítica e irreverente, con un gran corazón como tú…
    A pesar de todo, permítete disfrutar lo cálido de los abrazos de gente querida por ti y los momentos agradables que propicia la época, los hay…Bendiciones y un fuerte abrazo.
    p.d.compartiré tu columna como regalo de navidad.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Sara querida,
      ¿cómo logras ser tan genuina y cariñosa con lo que escribes?
      Cada vez que vienes a comentar yo siento que me abrazas, qué privilegio.
      Gracias por lo que me das.
      Un abrazo inmenso para ti, repleto de deseos de vitalidad pura para tu alma.

  6. lilia rivera mantilla dice:

    Desde el 2012, cada que inicia diciembre envío a mis amigos y parientes un video que
    publicó Nicolás Alvarado, por esa época, para SinEmbargo. Nicolás va recorriendo la
    avenida Alvaro Obregón y da cuenta del caos que reina en la ciudad por la euforia que
    provoca en la gente la llegada de la Navidad. Y nos cuenta que su esposa dice que el año
    tiene once meses y una pesadilla: diciembre. Estoy de acuerdo.
    Hace mucho que me hice adulta y mis hijos dejaron de ser niños inocentes hace mucho
    tiempo, también. Entonces, esta época se me ha convertido en un mes de estrés empático,
    porque aunque yo no participo en muchas de estas costumbres llegadas “suddenly last winter”
    (quién sabe quién logró implantarlas tan de repente), también empiezo a vivir una especie
    de pesadilla. Pero he logrado zafarme de muchas de estas “tradiciones” sin sentir complejo
    de culpa.
    ¿Por qué estar con gente deleznable que de pronto ha sentido a Cristo renacer en su corazón, y
    ya se volvió buena de la noche a la mañana, diciendo que le ha sucedido lo mismo que a San
    Agustín? ¿Por qué mirar con desaprobación el deseo sincero de unos de estar solos consigo mismos,
    porque están convencidos que de esa manera, realmente, vivirán el renacimiento de su Cristo
    interno?
    No se. Tal vez si el Niño Jesús nos hablara, nos diría que junto a esta humanidad actual, el temible
    Herodes resulta casi tan inocente como cualquiera de los niños que mandó asesinar.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Atinadísima tu reflexión, Lilia querida,
      ¿Por qué tenemos que subirnos todos al tren de los regalos y los excesos aunque ni siquiera seamos cristianos ni celebremos el nacimiento de Cristo?
      ¿Por qué es amargado quien prefiere mantenerse austero, sobrio, en calma?

      Nuestra ceguera colectiva es legendaria, así ha sido desde siempre.
      Te mando un abrazo grande, no salgas a la calle hasta el 10 de enero que haya pasado esta psicosis.
      Gracias por tu compañía en este espacio.

  7. Cecilia Castillo dice:

    Querida Alma Delia, te leo y te reeleo, es mi forma de tocar tierra. Para mi estas fechas me traen recuerdos bonitos; sin embargo mi presente lo disfruto con lo que tengo y mi reflexión solo es por el año que pasó, por lo que no pasó, por lo que debería haber pasado. Te deseo lo mejor hoy y siempre. Necesitamos personas que continuemos preguntándonos, cuestionándonos aunque le caigamos gordo al de a lado o no nos entiendan….Abrazos mil

    • Alma Delia Murillo dice:

      Ceci querida,
      Gracias por permitirme conocerte, por tu autenticidad invaluable.
      Gracias por compartir conmigo tu manera distinta de estar en la vida, tan alejada de la cristalería ridícula y obscena del éxito.
      Un abrazo grande para ti, Teúl y tus hijos.

  8. J. Carlos R. dice:

    Alma Delia, eres una mujer chingona, felicidades

  9. YO dice:

    No, no… Yo me refería a la molestia por la queja, por que éste sitio siempre se “roba” los textos, refresca la página y uno pierde lo antes escrito… Bueno. Gracias a Ti por leer, por responder, haces demasiado, y NO, No eres adulta, sólo en el “tag” cronológico… Gracias a Dios no eres un pirata, y te felicito por ello. Un Abrazo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Ya, es que esto de comunicarse con símbolos… jajaja.
      Gracias otra vez por tomarte el tiempo, Yo, (vaya nick name).
      Un abrazo

  10. J. Carlos R. dice:

    Alma Delia, eres una gran mujer, sigue escribiendo como lo haces, hasta que la censura nos alcance

    • Alma Delia Murillo dice:

      Seguiré escribiendo, ojalá que la censura no alcance a Sin Embargo nunca.
      Gracias por tus comentarios, un abrazo grande.

  11. juan encinas dice:

    Querida Alma de salmada :
    Uno pensaría que los no cristianos ( ni rolando )
    pasaríamos a la oposición, es decir
    a santificarnos con el barbas, que aunque rojo también,
    su nombre delata cuestiones sacra y de fe.
    Aun recuerdo la desilusión de su inexistencia,
    engaño que me enfureció contra mis padres,
    en quienes confiaba plena mente.
    Otra oposición, antiverde ella, sería la deforestación
    y charra decoración que contagie del júbilo decembrino,
    desempolvando las botas y para salir en estampida de compras,
    cantando villancicos.
    Ninguna me late.
    Ni tu texto de hoy,
    pero no es suficiente motivo
    para no saludarte y desearte un feliz año
    porque ese brinco sí debe celebrarse,
    como el pasar al día siguiente,
    cotidiana y heroica mente.
    Un abrazo lleno de esperanza,
    que muere al último.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Querido Juan,
      ¿Y por qué no te latió mi texto?
      Sería interesante escuchar tus razones, no todos los días se tiene oportunidad de recibir críticas en verso.
      Abrazo, gracias por tu compañía todo este tiempo en este espacio.

  12. Livia Alicia dice:

    Alma: La navidad es la época más difícil del año con todo este circo de enajenante consumo y toneladas de felicitaciones sobre la natividad mercadológica que vivimos en este planeta. Yo que soy atea siempre les digo de broma que “Solo estoy por la comida y los regalos”, cuando en realidad estoy con mi familia porque a pesar de todas las diferencias que tenemos nos unen lazos de amor, solidaridad, apoyo, cariño y de una protección y cuidado al mil por ciento. Soy atea y la navidad y el año nuevo me importan un pepino, pero estar con mi familia es realmente muy importante. Si tengo en mi familia extendida casos tan insoportables como el que mencionas. Lo bueno es que no celebro ese día ni año nuevo con ellos. Este momento de convivencia con mis hermanitas, mami, sobrinos y cuñado incluido pues son lo mejor que me puede pasar. Te mando un abrazo muy grande y deseo que sigas tan talentosa, lucida, franca y rebelde como hasta ahora. Felices fiestas y quedo a la espera de tu siguiente colaboración (Y novela por favor!!!!).

    • Alma Delia Murillo dice:

      Ya voy por el capítulo 8 de la nueva novela, querida Livia, pero nunca es fácil esto de ponerse a parir un libro…
      No sabes lo agradecida que estoy con tu disposición constante a leer y comentar en este espacio y a discutir con bots y trolls y haters a pesar de que a veces es evidente que les hablas en un idioma desconocido.
      Te mando un abrazo enorme, gracias de verdad por estar aquí siempre.

  13. Ponkes dice:

    No creo que sea para tanto su tango de la Navidad.
    Muy exagerada su posición, como si estuviera siempre obligada a a echarle una mosca a la sopa nomás porque sí.

  14. Monica dice:

    Hola querida Alma: bonita reflexion, lo mas sano es ser grinch jojo jojo menos creencias menos sufrimiento. Un abrazo

    • Alma Delia Murillo dice:

      Y a menos creencias de rigidez religiosa, menos prejuicios. Yo digo.
      Un abrazo, Mónica, gracias por leer.

  15. Nemesio dice:

    Horrible texto, sin ninguna profundidad, escribes por escribir.

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