A partir de esta prueba visual, el fiscal federal Federico Delgado pidió hoy citar a la religiosa Celia Inés Aparicio, que es quien presuntamente ayudó a López a ingresar los bolsos. La solicitud fue hecha al juez Daniel Rafecas, quien investiga desde hace ocho años a López por presunto enriquecimiento ilícito.
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Buenos Aires, 13 jul (EFE).- La difusión de unas imágenes que muestran a una monja ayudando al ex Secretario de Obras Públicas de Argentina a introducir millones de dólares en un convento ha avivado la polémica en torno a una rocambolesca historia que ha sacudido el seno del kirchnerismo y la vida política del país en su conjunto.
A un mes del insólito suceso, la grabación de una de las cámaras de seguridad del monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima, de la localidad bonaerense de General Rodríguez, revela parte de lo que sucedió en aquella madrugada del 14 de junio.
En las imágenes, difundidas por el canal de televisión Telefé, se ve a José López, secretario de Obras Públicas durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), aproximarse a una de las puertas de reja interiores del monasterio con un arma larga, calibre 22, y varios bolsos.
Luego toca con insistencia un timbre, hasta que se asoma una de las religiosas, que abre una puerta de rejas y toma los bolsos, en los que aquella noche la Policía, después de detener a López, descubrió 8,9 millones de dólares.
A partir de esta prueba visual, el fiscal federal Federico Delgado pidió hoy citar a la religiosa Celia Inés Aparicio, que es quien presuntamente ayudó a López a ingresar los bolsos.
La solicitud fue hecha al juez Daniel Rafecas, quien investiga desde hace ocho años a López por presunto enriquecimiento ilícito.
“Las monjas no se limitaron a monitorear la llegada de López al convento, también lo recibieron y ayudaron a ingresar el dinero a la casa. Se manejaron con mucha tranquilidad teniendo en cuenta que a centímetros de la puerta había un fusil apoyado en el piso de la galería”, señaló el fiscal en su resolución, a la que tuvo acceso Efe.
En declaraciones a medios locales, el mes pasado, la hermana Celia Inés alegó que pensó que lo que López llevaba eran bolsos con comestibles, por lo que le dijo “que los dejara en la cocina”.
Sobre la religiosa más anciana del convento y superiora de la comunidad, la nonagenaria Alba Día de España Martínez Fernández, el fiscal dijo que tiene responsabilidad en los hechos pero pidió que se le practiquen exámenes médicos para determinar si puede ser sometida a un proceso judicial.
Según se desprende de la investigación, entre la noche del 13 de junio y la madrugada del 14, la madre Alba se comunicó telefónicamente una decena de veces con la esposa de López, María Amalia Díaz, a quien Delgado también pide que se la cite a declarar.
El fiscal señala además que la mujer del exfuncionario kirchnerista también mantuvo esa noche un”contacto fluido”, tanto personal como telefónico, con López, por lo que concluye que “Díaz estaba al tanto de que su marido intentaría borrar pruebas de su enriquecimiento espurio”.
López fue detenido esa misma noche por la Policía, que llegó al convento alertada por la denuncia de un vecino y se topó con el exfuncionario intentando ingresar más bolsos al convento.
López permanece desde entonces alojado en la cárcel de la localidad bonaerense de Ezeiza y no declaró ante la Justicia, primero porque se encontraba en una crisis de estrés y luego porque se acogió a su derecho legal de no hacerlo.
Además, cambió de abogados. La defensora que primero tomó su caso renunció y ahora compite en el concurso de baile más popular de la televisión argentina.
En medio, hubo allanamientos al convento y a la casa de López en busca de dinero oculto, que dieron resultado negativo.
El insólito caso ha desatado una tormenta política dentro del kirchnerismo, derrotado en las urnas en 2015 tras doce años en el poder y en aprietos por diversas causas judiciales abiertas contra exfuncionarios por presunta corrupción.
Para el fiscal Delgado, “todo confluye en López”, quien manejaba millonarias partidas para obras públicas y que, según el fiscal, “no se enriqueció por casualidad, sino por el ejercicio de la función pública”. EFE
