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¿Espiar a la pareja sin su consentimiento? El 30% de personas lo ven bien: estudio

miércoles, enero 5th, 2022

Este estudio, de la multinacional Kaspersky y varias ONG, revela que un porcentaje de los encuestados ve con buenos ojos espiar a su pareja digitalmente.

Madrid, 5 de enero (EFE).- Un 30 por ciento de las personas ve correcto vigilar digitalmente a su pareja sin su consentimiento aunque para ello tenga que instalar un software espía en alguno de sus dispositivos para controlar y rastrear así sus movimientos, sus fotos, su mensajería o sus redes sociales.

Más de la mitad de la población (el 60 por ciento) desconoce sin embargo en qué consisten esos programas “espía” -que los principales gigantes tecnológicos ya han eliminado de sus “tiendas”-, conocido técnicamente como “stalkerware“, y las posibilidades que la persona que lo instala tiene de conocer una ubicación, la actividad en internet e incluso de grabar conversaciones y video.

Los datos se desprenden de un estudio encargado por la multinacional del sector de la ciberseguridad Kaspersky y varias ONG al cumplirse el segundo aniversario de la Coalición contra el Stalkerware, una iniciativa a la que se han adherido ya cuarenta instituciones, asociaciones, empresas y organizaciones no gubernamentales que trabajan contra la violencia.

El estudio se ha realizado en 21 países con el fin de conocer la actitud ante la privacidad y el acoso digital en las relaciones de pareja, y revela que una inmensa mayoría (el 70 por ciento) considera inaceptable ese tipo de control en ninguna circunstancia.

Los que sí lo aprueban justifican ese tipo de acoso y de control cuando sospechan de la fidelidad de su pareja, por razones de seguridad o porque creen que su pareja pudiera estar implicada en un delito. Foto: Jenny Kane, AP

Y los que sí lo aprueban justifican ese tipo de acoso y de control cuando sospechan de la fidelidad de su pareja, por razones de seguridad o porque creen que su pareja pudiera estar implicada en un delito.

El 8 por ciento de los encuestados reconoce también que su pareja les ha pedido instalar alguna aplicación de vigilancia, aunque ese porcentaje se eleva al 34 por ciento en el caso de las personas que han sufrido algún tipo de abuso por parte de sus parejas.

La presidenta de la organización Stop Violencia de Género Digital, Encarna Iglesias, ha manifestado que enfrentarse a la pareja ante una situación así “sólo aumentará el riesgo al que se enfrenta una víctima” de este tipo de acoso y violencia, por lo que ha desaconsejado esa confrontación.

A su juicio, es necesario trabajar para formar, educar y ayudar a las personas que sufren este tipo de acoso por parte de sus parejas, y a las fuerzas de seguridad para que conozcan cómo detectar y combatir ese tipo de programas para evitar esas situaciones.

Los programas espía, que aunque ya no están disponibles en las principales “tiendas” (la de Google o la de Apple) se pueden conseguir muy fácilmente en otras plataformas, permiten incluso acceder a las claves de registro de los usuarios, avisan al acosador si una víctima intenta desinstalarlo de su dispositivo y envían notificaciones cuando la persona que lo lleva en su móvil entra en casa.

Rusia, Brasil y Estados Unidos son los países en los que se registran un mayor número de incidencias de este tipo. Foto: Charlie Riedel, EFE

El estudio encargado por esta empresa -miembro de la Coalición y del proyecto DeStalk que la Unión Europea ha puesto en marcha para combatir la ciberviolencia– revela la preocupación de muchos encuestados ante la posibilidad de que su pareja viole su privacidad digital y acceda a sus mensajes de texto, a sus redes sociales o a sus correos electrónicos.

Sus datos apuntan que Rusia, Brasil y Estados Unidos son los países en los que se registran un mayor número de incidencias de este tipo, y que en Europa esa clasificación la encabeza Alemania, seguida de Italia, el Reino Unido, Francia, Polonia y España, aunque los países donde más permisivos se mostraron los encuestados fueron India, Malasia y China.

Orbiting, birdboxing, ghosting… Conceptos básicos para entender el amor en línea

lunes, noviembre 15th, 2021

Los celulares y las redes sociales han llevado y adaptado al plano digital algunos conceptos utilizados en las relaciones de pareja.

MADRID, 15 de noviembre (Europa Press) – La llegada de la tecnología a las relaciones de pareja, con los smartphones, aplicaciones de mensajería y de citas y redes sociales, ha motivado que las conductas de siempre se adapten al entorno digital y surjan nuevos términos para referirse a ellas.

De acuerdo con el “I Estudio sobre tecnología y emociones” del fabricante de smartphones Wiko, casi la mitad de los españoles (48.58 por ciento) admite haber sido “stalkeado” en redes por parte de otra persona, mientras que uno de cada cuatro reconoce haber padecido “birdboxing” de alguien (25.37 por ciento) o incluso “orbiting” (25.07 por ciento).

Estos términos, aunque son utilizados frecuentemente por los más jóvenes cuando utilizan las herramientas tecnológicas, pueden no resultar familiares para muchos usuarios, aunque alguna vez las hayan realizado, recibido o incluso sufrido, y por ello Wiko ha recopilado los principales.

Las redes sociales han ha motivado que las conductas de siempre se adapten al entorno digital y surjan nuevos términos para referirse a ellas. Foto: EFE

LOS INICIOS DE UNA RELACIÓN

Uno de los conceptos referidos a los momentos iniciales de una relación es el de “instagrandstanding”, la versión digital de las indirectas.

Este concepto consiste en llamar la atención de una persona publicando de forma consciente contenidos en redes sociales (especialmente en Instagram) que le resultan particularmente interesantes a la otra persona, aunque sin referencias directas, buscando que sea esta persona la que inicie la conversación.

Otro de los términos del principio de una relación es el “birdboxing”, una forma de identificar situaciones de un enamoramiento extremo en las personas son incapaces de reconocer los defectos de la otra persona y consideran que todo lo que le rodea es perfecto.

Como curiosidad, su nombre procede de la película Bird Box (2018), en la que los personajes usan una venda en los ojos para sobrevivir. Para que todos lo entiendan, puede traducirse por “estar en una nube”.

Uno de los conceptos referidos a los momentos iniciales de una relación es el de “instagrandstanding”, la versión digital de las indirectas. Foto: Jenny Kane, AP

CUANDO LA COSA NO VA BIEN

En los casos en que la relación no marcha por buen camino, un término utilizado frecuentemente es el “orbiting”. Este concepto se refiere a cuando alguien parece no tener interés real en otra persona, no contesta sus mensajes ni responde sus llamadas, pero da like a sus publicaciones, reacciona a sus stories o comenta alguna foto. Los integrantes de la Generación X lo llamarían algo así como “ni contigo ni sin ti”.

Otro palabra para cuando las cosas no van bien es la de “curving”. Ante un chat con una persona con la que se desea cortar conversación, hay personas que, en lugar de comunicar este desinterés abiertamente, optan por otra forma de transmitirlo.

Ejemplos de esta conducta son una mayor demora a la hora de responder mensajes, descenso progresivo de la extensión de las respuestas o excusas constantes para no verse en persona. Generaciones anteriores podrían llamarlo “marear la perdiz”.

(MALAS) FORMAS DE ACABAR

Terminar una relación, aunque sea en sus fases iniciales hace que algunas personas sufran lo que siempre se ha conocido como un “plantón”. En el plano digital esto se conoce como “ghosting”, cuando tras días o semanas de conversación constante y fluida por chat, una de las personas “desaparece” repentinamente y sin dar explicaciones.

Otra mala práctica es el “stalking”, que consiste en fisgonear en las publicaciones e interacciones de otra persona en redes sociales, con el objetivo de estar informado de su día a día. Foto: Sanjeev Gupta, EFE/EPA

Otra mala práctica es el “stalking”, que consiste en fisgonear en las publicaciones e interacciones de otra persona en redes sociales, con el objetivo de estar informado de su día a día. Este fenómeno es común en las relaciones de pareja después de las rupturas que no se han encajado bien.