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Los efectos de la COVID en la tiroides siguen presentes 1 año después, revela estudio

martes, mayo 24th, 2022

La tiroiditis se dio con frecuencia en pacientes con COVID y la función tiroidea volvió a la normalidad en casi todos los casos, pero después de 12 meses las regiones de tiroiditis seguían siendo visibles en la mitad de los individuos estudiados.

Madrid, 24 de mayo (Europa Press).- Los efectos de la COVID-19 en la glándula tiroides siguen presentes después de un año, según un estudio liderado por la doctora Ilaria Muller y sus colegas de la Universidad de Milán (Italia).

El estudio, que se presentará durante el 24º Congreso Europeo de Endocrinología, que se celebrará el 23 de mayo de 2022 en Milán, siguió a pacientes con disfunción tiroidea relacionada con la COVID-19 durante un año, para caracterizar mejor dicha afectación tiroidea y seguir su evolución en el tiempo.

Durante la COVID-19 de moderada a grave, la aparición de tiroiditis (inflamación de la glándula tiroides) desempeña un papel importante en la disfunción tiroidea, además de otros mecanismos bien conocidos que actúan principalmente sobre el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides.

Los efectos de la COVID-19 en la glándula tiroides siguen presentes después de un año. Foto: Mark Schiefelbein, AP

El desequilibrio hormonal suele ser leve, pero aumenta en los casos graves de COVID-19. La función tiroidea es crucial para el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo del cuerpo humano.

Al liberar continuamente una cantidad estable de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo, contribuye a la regulación de numerosas funciones corporales. La glándula tiroidea genera hormonas adicionales cuando el cuerpo necesita más energía en determinadas situaciones, como cuando está creciendo, tiene frío o está embarazada.

El estudio examinó a más de 100 pacientes ingresados en el hospital con COVID-19 grave, analizando su hormona estimulante del tiroides (TSH) y otros indicadores.

La tiroiditis se produjo con frecuencia en la población de pacientes con COVID-19 y la función tiroidea, así como los indicadores inflamatorios, volvieron a la normalidad en casi todos los casos poco después del final de su enfermedad por COVID-19.

El desequilibrio hormonal suele ser leve, pero aumenta en los casos graves de COVID-19. Foto: Frank Augstein, AP

Sin embargo, después de 12 meses las regiones de tiroiditis seguían siendo visibles en la ecografía tiroidea en la mitad de los individuos, incluso si se reducía su tamaño.

La captación tiroidea de tecnecio o yodo, un indicador de la función tiroidea, seguía reducida en cuatro de los seis individuos a los nueve meses, aunque se había recuperado en su mayor parte a los 12 meses. Se desconocen las consecuencias clínicas a largo plazo, si es que las hay.

¿Qué es el síndrome del ano inquieto, padecimiento post COVID que preocupa a médicos?

miércoles, octubre 6th, 2021

El primer caso en el mundo fue el de un hombre de 77 años, por lo que fue bautizado como el “síndrome del ano inquieto”, el cual podría estar vinculado con los síntomas posteriores a la COVID-19.

Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).- El pasado mes de septiembre, un equipo de médicos publicó en BMC Infectious Diseases un informe que identificó el primer caso de “síndrome del ano inquieto” en un japonés de 77 años con esta peculiar afección luego de pasar 21 días en recuperación por enfermar de COVID-19. Actualmente, los expertos estudian si esta dolencia tiene relación directa con los síntomas post COVID.

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL ANO INQUIETO?

El caso reportó que, aunque el varón mejoró satisfactoriamente, algunas semanas después del alta hospitalaria comenzó a experimentar “molestias anales profundas” que le llevaban a acudir al baño constantemente, sin conseguir alivio luego de evacuar.

El informe fue publicado por médicos japoneses a finales de septiembre. Foto: Especial

Los síntomas del hombre empeoraron al descansar, estar en reposo y durante las noches. El paciente percibió mejorías al hacer ejercicio.

Luego de acudir a realizarse estudios médicos, la colonoscopía del paciente reveló hemorroides internas sin otro tipo de lesiones rectales que pudieran explicar los malestares.

“Los hallazgos neurológicos, incluyendo el reflejo tendinoso profundo, la pérdida de sensibilidad en el periné y la lesión medular, no revelaron anomalías”, señalaron.

Si bien los expertos continúan estudiando el caso, explican en su informe que el nuevo coronavirus tiene un amplio espectro de síntomas, entre los que se encuentran respiratorios y nasofaríngeos, además de cerebrovasculares y neuronales, por lo que podría existir un vínculo entre este caso y el virus.

Luego de acudir a realizarse estudios médicos, la colonoscopía del paciente reveló hemorroides internas sin otro tipo de lesiones rectales que pudieran explicar los malestares. Foto: Cristobal Herrera, EFE/EPA

UNA VARIANTE DEL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

En el informe, titulado “Case report of restless anal syndrome as restless legs syndrome variant after COVID-19”, los especialistas indican que la afección sería una variante del síndrome de las piernas inquietas (SPI), un trastorno neurológico y sensoriomotor común muy poco diagnosticado.

La investigación lo identificaría así ya que cumple con cuatro características básicas del SPI: necesidad de moverse, empeoramiento con el reposo, mejora con el ejercicio y empeoramiento por la noche, aunque “no se observaron antecedentes familiares de SPI ni movimientos periódicos de las extremidades”.

De acuerdo con los expertos, a la fecha no se ha publicado ningún caso de síndrome de las piernas inquietas asociado al nuevo coronavirus.

Los autores mencionan que este caso puede mostrar los impactos neuropsiquiátricos de la COVID-19, por lo que esta clase de efectos a largo plazo deben seguir monitoreándose.

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El lenguaje, posible afectado por secuelas de la COVID-19, alerta experta

jueves, julio 29th, 2021

De acuerdo con una logopeda, “siendo la COVID-19 una enfermedad altamente infecciosa de origen viral con frecuente repercusión en el sistema nervioso, plantea el enorme reto de atender a un número de supervivientes con alteraciones cognitivas, neuropsiquiátricas, de lenguaje y comunicación sin precedentes históricos”.

Por Beatriz Valles-González
Directora del Grado en Logopedia., Universidad Internacional de Valencia

Madrid, 29 de julio (The Conversation).- Si algo caracteriza a la COVID-19 es la diversidad de órganos y sistemas a los que afecta. A nivel neurológico, por ejemplo, los pacientes con COVID-19 presentan una sintomatología muy compleja. Y dado que puede provocar lesiones en diversas áreas del sistema nervioso, también es capaz de afectar a distintas funciones.

Por si fuera poco, la infección provoca disnea o hipoxia, lo que reduce la capacidad de los pulmones para proporcionar suficiente oxígeno a los órganos, incluido el cerebro.

Adicionalmente, la COVID-19 puede dar lugar a un aumento de los factores de coagulación de la sangre en el cuerpo (hipercoagulación). Eso da lugar a émbolos que pueden provocar daño cerebral, tal como el que se observa en un ictus.

No acaban ahí las consecuencias negativas. En ocasiones, las personas que sobreviven a la infección presentan una serie de secuelas relacionadas con funciones vitales, como por ejemplo la respiración. Pero, además, existe la posibilidad de que sufran deterioro cognitivo o pérdida auditiva.

La COVID-19 puede dar lugar a un aumento de los factores de coagulación de la sangre en el cuerpo (hipercoagulación). Foto: Manish Swarup, AP

Todas estas funciones están relacionadas con el proceso de comunicación, desde la capacidad de producir la voz o escuchar los mensajes orales, hasta comprender el lenguaje o producirlo.

Por todo esto, los logopedas deben, por una parte, conocer cómo esta infección afecta a los diversos dominios que atienden como profesionales. Y, por otra, estar alertas para diagnosticar de forma oportuna cualquiera de estos síntomas para proveer los cuidados de rehabilitación necesarios.

ALTERACIONES COGNITIVAS INFRADIAGNOSTICADAS

La presencia de alteraciones cognitivas, neuropsiquiátricas, de lenguaje y comunicación son frecuentes a corto, mediano y largo plazo en quienes han pasado la COVID-19. Pero, a pesar de que impactan de manera dramática la calidad de vida, no siempre son diagnosticadas oportunamente. Ese infradiagnóstico se observa especialmente en pacientes mayores o con una comorbilidad previa asociada a cuadros de deterioro cognitivo, enfermedades neurodegenerativas o respiratorias.

Quizá se deba a que los síntomas de la COVID-19 no siguen un patrón único en su manifestación ni en las secuelas que provoca. O puede que no se cuente siempre con el equipo multidisciplinar completo que pueda realizar una evaluación integral continua.

LOS LOGOPEDAS EN LA RECUPERACIÓN DE LA COVID-19

Los resultados de diferentes estudios sobre las lesiones que ocasiona la COVID-19 permiten afirmar que muchas personas que lo han padecido presentan compromisos lingüísticos de base cognitiva.

La presencia de alteraciones cognitivas, neuropsiquiátricas, de lenguaje y comunicación son frecuentes a corto, mediano y largo plazo en quienes han pasado la COVID-19. Foto: Akbar Badrkhani/Ministerio de Salud de Irán vía AP

Son parecidos a los que aparecen en pacientes con diferentes tipos de afasias provocadas por ictus o por traumatismos craneoencefálicos. Es decir, tienen dificultades en el acceso al léxico (dar con la palabra necesaria para crear textos coherentes). Pero también limitaciones para comprender o producir mensajes orales y escritos provocadas por una disfunción ejecutiva que entorpece el procesamiento auditivo, la asignación de significado y el monitoreo de la respuesta.

Las secuelas de la COVID-19 que atiende el logopeda pueden abarcar, además, trastornos como la disfagia –dificultad para deglutir por alteraciones de base motora que dificulta el trabajo coordinado de la musculatura oral y laríngea– y también disartria –alteraciones al planificar y coordinar los movimientos del habla–.

UN NÚMERO DE PACIENTES SIN PRECEDENTES HISTÓRICOS

Siendo la COVID-19 una enfermedad altamente infecciosa de origen viral con frecuente repercusión en el sistema nervioso, plantea el enorme reto de atender a un número de supervivientes con alteraciones cognitivas, neuropsiquiátricas, de lenguaje y comunicación sin precedentes históricos.

La única manera de garantizar la identificación temprana del compromiso cognitivo y sensoriomotor en la comunicación es contar con un equipo multidisciplinar. Concretamente un equipo de profesionales en el área neurológica, psiquiátrica, cognitiva (neuropsicólogos), fisioterapeutas y logopedas que, además de diagnosticar y hacer el seguimiento a corto, mediano y largo plazo, puedan brindar recomendaciones a la familia y al equipo tratante para optimizar metas, objetivos y resultados.

Contar con logopedas en los hospitales y otros centros clínicos resulta esencial, dado que son los profesionales encargados de evaluar las funciones relacionadas con las áreas lingüístico-comunicativa, de audición y de deglución, entre otras.

La única manera de garantizar la identificación temprana del compromiso cognitivo y sensoriomotor en la comunicación es contar con un equipo multidisciplinar. Foto: Esteban Felix, AP

La logopedia, dicho sea de paso, considera como parte fundamental de su ámbito de estudio la sintomatología de los diferentes tipos de factores que pueden originar un daño cerebral. Y existe una larga tradición en estudiar los efectos del mismo sobre el lenguaje y la comunicación humanos, englobando estos síntomas en un grupo denominado lingüístico-cognitivo.

Podemos concluir, por tanto, que los logopedas son esenciales para identificar un amplio abanico de efectos negativos de la infección por COVID-19. Especialmente en las primeras etapas, estas acciones son necesarias para garantizar una adecuada atención integral que permita mejorar el funcionamiento lingüístico-cognitivo y garantizar así una mejor calidad de vida para los pacientes y sus familiares durante y después de la pandemia.

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Estudio: COVID grave puede causar deterioro cognitivo sustancial en recuperados

lunes, julio 26th, 2021

Los pacientes que desarrollaron una forma más grave de la enfermedad sufrieron un impacto más significativo en su capacidad cognitiva, concluyeron los investigadores.

Ciudad de México, 26 de julio (RT).- Al abordar la creciente preocupación por las posibles consecuencias cognitivas de la COVID-19, un nuevo estudio publicado el 22 de julio en EClinicalMedicine de The Lancet reveló que el virus SARS-CoV-2 puede producir reducciones sustanciales en la capacidad cognitiva en los pacientes, especialmente entre aquellos que desarrollaron una forma más grave de la enfermedad.

Para su investigación, el neurocientífico cognitivo del Imperial College de Londres Adam Hampshire y sus colegas analizaron datos de 81 mil 337 personas que participaron en una evaluación dentro de la Gran Prueba de Inteligencia Británica entre enero y diciembre de 2020. En total, la encuesta incluyó nueve pruebas de percepción espacial, memoria, atención y pensamiento semántico. De todos los participantes, 12 mil 689 informaron haber contraído la COVID-19 con diversos grados de gravedad respiratoria.

Después de controlar diferentes factores como la edad, el sexo, el nivel de educación y otras variables, los investigadores determinaron que aquellos que habían sufrido la enfermedad tendían a tener un rendimiento inferior en la prueba de inteligencia en comparación con aquellos que no habían contraído el virus. Los mayores déficits fueron observados en tareas que requerían de razonamiento, planificación y resolución de problemas.

“Las personas que se habían recuperado de la COVID-19, incluidas las que ya no informaban de los síntomas, presentaban déficits cognitivos significativos (…). Los déficits tenían un tamaño de efecto sustancial para las personas que habían sido hospitalizadas, pero también para los casos no hospitalizados que tenían confirmación biológica de la infección por COVID-19”, concluyeron los investigadores.

“El análisis de marcadores de inteligencia premórbida no apoyó que estas diferencias estuvieran presentes antes de la infección. Un análisis más detallado del rendimiento en las subpruebas apoyó la hipótesis de que la COVID-19 tiene un impacto multidominio en la cognición humana”, agregaron.

Déficits cognitivos en personas con enfermedad COVID-19 sospechada y confirmada. Foto: Adam Hampshire, et al., Cognitive deficits in people who have recovered from COVID-19, EClinicalMedicine, julio 2021

Los científicos advierten que este estudio debe servir como “un llamado de atención para una mayor investigación”. “Debemos tener cuidado, ya que parece que el virus podría estar afectando a nuestra cognición. No entendemos completamente cómo, por qué ni durante cuánto tiempo, pero necesitamos averiguarlo con urgencia. Mientras tanto, no corra riesgos innecesarios y vacúnense”, dijo al portal PsyPost Hampshire.

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Más del 50% de hospitalizados COVID sufre problemas cognitivos meses después

lunes, junio 21st, 2021

“Se necesitan estudios con seguimientos a más largo plazo, pero esta investigación sugiere que la COVID está asociada con problemas significativos a nivel cognitivo”, destacó una investigadora.

Viena, 21 jun (EFE).- Algo más del 50 por ciento de los pacientes hospitalizados por COVID-19 muestran problemas cognitivos dos meses después de haber superado la enfermedad, según un estudio presentado este lunes en la séptima edición del Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN) de Viena.

Entre los afectados, un 16 por ciento presentaba problemas con las funciones ejecutivas -como trastornos de memoria y pensamiento flexible-, un seis por ciento no discernía correctamente el contraste y la profundidad de los espacios, otro seis por ciento experimentó un deterioro de la memoria y un 25 por ciento combinaba todos los síntomas.

Los investigadores del estudio, desarrollado en Italia, repitieron las mismas pruebas 10 meses después de la infección y el porcentaje de pacientes con problemas cognitivos se redujo al 36 por ciento, precisa el EAN en un comunicado.

Por otra parte, el mismo estudio revela que un 20 por ciento de los pacientes sufría trastorno de estrés postraumático, mientras que un 16 por ciento sumaba incluso síntomas depresivos.

Los investigadores del estudio, desarrollado en Italia, repitieron las mismas pruebas 10 meses después de la infección y el porcentaje de pacientes con problemas cognitivos se redujo al 36 por ciento. Foto: Esteban Félix, AP

Ambas afecciones siguieron presentes hasta 10 meses después de haber superado la infección.

Estos problemas -tanto los trastornos psicológicos como los problemas cognitivos- resultaron “mucho más graves” en los menores de 50 años, especialmente para aquellos que mostraron dificultades con las funciones ejecutivas.

El bajo desempeño de esas funciones se asoció a la gravedad de los síntomas respiratorios agudos de coronavirus durante la estancia de los pacientes en el hospital, señala la nota del congreso.

El responsable de la investigación, Massimo Filippi, de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán (Italia), señala que los cambios en las funciones ejecutivas son “particularmente alarmantes” porque afectan la concentración y la capacidad de recordar en tres de cada cuatro personas en edad de trabajar.

“Se necesitan estudios con seguimientos a más largo plazo, pero esta investigación sugiere que la COVID está asociada con problemas significativos a nivel cognitivo”, apunta Elisa Canu, investigadora en el Hospital San Raffaele de Milán y coautora del estudio.

Así, Canu subraya como “crucial” hacer un seguimiento y ofrecer un tratamiento a los afectados para poder aliviar sus síntomas, concluye el comunicado de EAN.

En el congreso de Viena se presentaron otros tres estudios que apoyan los resultados obtenidos por los científicos italianos.

Un estudio del Departamento de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Milán, que realizó autopsias del tronco cerebral de fallecidos por COVID-19, detectó en esos cerebros un alto porcentaje de daño neuronal y de llamadas “masas pequeñas”, abundantes en enfermedades neurodegenerativas.

Canu subraya como “crucial” hacer un seguimiento y ofrecer un tratamiento a los afectados para poder aliviar sus síntomas, concluye el comunicado de EAN.Foto: Ivan Valencia, AP

La Universidad de Karazin (Ucrania) hizo un seguimiento a 42 pacientes de entre 32 y 54 años entre los dos y cuatro meses tras su hospitalización y detectaron que el 95 por ciento tenía síntomas de deterioro neurocognitivo, como un aumento de la fatiga, ansiedad o depresión.

Según un estudio del Hospital Policlínico Maggiore de Milán, casi el 80 por ciento de 53 pacientes investigados desarrollaron al menos un síntoma neurológico y cerca del 46 por ciento más de tres síntomas, entre cinco y diez meses después de salir del hospita

Respira México, la iniciativa UNAM de rehabilitación pulmonar poscovid

domingo, junio 6th, 2021

La Universidad Nacional Autónoma de México y el Centro de Estudios para el Uso de la Voz han dado vida al proyecto.

Ciudad de México, 6 de junio (RT).- En México surgió una iniciativa para luchar contra una de las más graves consecuencias que deja el coronavirus: los prolongados problemas respiratorios. La enfermedad ha mostrado lo relevante que es poder inhalar y exhalar, pues muchos de los que la contrajeron han quedado con daños en el pulmón que no les permiten regresar a su vida habitual.

En este contexto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) junto con el Centro de Estudios para el Uso de la Voz han dado vida al proyecto denominado Respira México. Se trata de talleres gratuitos orientados a la rehabilitación pulmonar, que incluyen ejercicios para fortalecer el aparato respiratorio que logran que la persona llegue a tener nuevamente una oxigenación óptima. “La idea es colaborar con la rehabilitación de las personas para que recuperen la respiración natural que tiene todo ser humano desde que nace y que con los años vamos olvidando”, asegura Luisa Huertas, una de las organizadoras.

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“Fue una experiencia muy interesante y que me ayudó muchísimo”, afirma Aleyda Gallardo, una de las participantes, quien destaca lo difícil que es para quienes sufrieron la enfermedad manejar “la ansiedad que provoca el no poder respirar”.

[youtube l8Fdf521MFU]

Este programa tuvo tanto éxito que rebasó las expectativas —con más de 5 mil solicitudes— y tuvo que ser convertido en cápsulas de video, al no poder darse talleres de más de 25 personas. El material audiovisual se transmitió en televisión nacional y ahora también puede verse en YouTube. “Nos ha sido muy grato darnos cuenta que en todos los talleres que llevamos la gente se siente mejor (…) Lo que hacemos es darles los ejercicios y hacerlos autosuficientes para su propia rehabilitación”, concluye Huertas.

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El riesgo de muerte y enfermedades aumenta en los recuperados de COVID: Universidad de Washington

domingo, abril 25th, 2021

El estudio, que contó con más de 87 mil pacientes de COVID-19 y cinco millones de pacientes de control, reveló que la enfermedad puede causar afecciones en todo el cuerpo.

Madrid, 25 de abril (Europa Press).- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) han demostrado que los supervivientes de la COVID-19, incluso los que no estaban lo suficientemente enfermos como para ser hospitalizados, tienen un mayor riesgo de muerte en los seis meses siguientes al diagnóstico del virus.

A medida que la pandemia de COVID-19 ha ido avanzando, ha quedado claro que muchos supervivientes, incluso los que tuvieron casos leves, siguen sufriendo una serie de problemas de salud mucho después de que la infección inicial debería haberse resuelto.

En su trabajo, publicado en la revista Nature, los investigadores también han catalogado las numerosas enfermedades asociadas a la COVID-19, proporcionando una visión general de las complicaciones a largo plazo de la enfermedad y revelando la enorme carga que esta enfermedad probablemente supondrá para la población mundial en los próximos años.

El estudio, en el que participaron más de 87 mil pacientes con COVID-19 y casi cinco millones de pacientes de control en una base de datos federal, ha evidenciado que “hasta seis meses después del diagnóstico, el riesgo de muerte tras un caso, incluso leve, de COVID-19 no es trivial y aumenta con la gravedad de la enfermedad”, explica el autor principal, el doctor Ziyad Al-Aly.

“No es exagerado decir que la COVID-19 de larga duración es la próxima gran crisis sanitaria. Los efectos persistentes de esta enfermedad reverberarán durante muchos años e incluso décadas. Los médicos deben estar atentos a la hora de evaluar a las personas que han tenido COVID-19. Estos pacientes necesitarán una atención integrada y multidisciplinar”, ha apuntado el investigador.

En su trabajo, los investigadores pudieron calcular la escala potencial de los problemas que se vislumbraron por primera vez a partir de relatos anecdóticos y estudios más pequeños que insinuaban los amplios efectos secundarios de sobrevivir a la COVID-19, desde problemas respiratorios y ritmos cardíacos irregulares hasta problemas de salud mental y pérdida de cabello.

Los investigadores demostraron que, tras sobrevivir a la infección inicial (más allá de los primeros 30 días de enfermedad), los supervivientes de la COVID-19 tenían un riesgo de muerte casi un 60 por ciento mayor en los seis meses siguientes en comparación con la población general.

A los seis meses, el exceso de muertes entre todos los supervivientes de COVID-19 se estimó en ocho personas por cada mil pacientes. Entre los pacientes que estaban lo suficientemente enfermos como para ser hospitalizados con COVID-19 y que sobrevivieron más allá de los primeros 30 días de la enfermedad, hubo 29 muertes en exceso por cada mil pacientes durante los siguientes seis meses.

Los investigadores analizaron los datos de las bases de datos nacionales de atención sanitaria del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos. El conjunto de datos incluía 73 mil 435 pacientes con COVID-19 confirmada pero que no fueron hospitalizados y, a modo de comparación, casi cinco millones de pacientes que no tenían un diagnóstico de COVID-19 y no fueron hospitalizados durante este periodo de tiempo. Los veteranos del estudio eran principalmente hombres (casi el 88 por ciento), pero el gran tamaño de la muestra hizo que el estudio incluyera a 8 mil 880 mujeres con casos confirmados.

A los seis meses, el exceso de muertes entre todos los supervivientes de COVID-19 se estimó en ocho personas por cada mil pacientes. Foto: Akbar Badrkhani/Ministerio de Salud de Irán vía AP

Los investigadores confirmaron que, a pesar de ser inicialmente un virus respiratorio, la COVID-19 puede afectar a casi todos los órganos del cuerpo. Evaluando 379 diagnósticos de enfermedades posiblemente relacionadas con la COVID-19, 380 clases de medicamentos prescritos y 62 pruebas de laboratorio, los investigadores identificaron los principales problemas de salud recién diagnosticados que persistían en los pacientes con COVID-19 durante al menos seis meses y que afectaban a casi todos los órganos y sistemas reguladores del cuerpo.

En el sistema respiratorio, encontraron tos persistente, dificultad para respirar y bajos niveles de oxígeno en la sangre; en el sistema nervioso: derrame cerebral, dolores de cabeza, problemas de memoria y problemas con los sentidos del gusto y del olfato; sobre salud mental, ansiedad, depresión, problemas de sueño y abuso de sustancias.

En cuanto al metabolismo, nueva aparición de diabetes, obesidad y colesterol alto; en el sistema cardiovascular, enfermedad coronaria aguda, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares; en el sistema gastrointestinal: estreñimiento, diarrea y reflujo ácido; en el riñón: lesión renal aguda y enfermedad renal crónica que puede, en casos graves, requerir diálisis; también coágulos de sangre en las piernas y los pulmones; erupción cutánea y caída del cabello; dolor articular y debilidad muscular; y malestar, fatiga y anemia.

Aunque ningún superviviente sufrió todos estos problemas, muchos desarrollaron un conjunto de varios problemas que tienen un impacto significativo en la salud y la calidad de vida. Entre los pacientes hospitalizados, los que padecieron COVID-19 tuvieron una evolución considerablemente peor que los que tuvieron gripe, según el análisis. Los supervivientes de la COVID-19 tenían un riesgo de muerte un 50 por ciento mayor que los supervivientes de la gripe, con un exceso de 29 muertes por cada mil pacientes a los seis meses. Los supervivientes de COVID-19 también tenían un riesgo sustancialmente mayor de sufrir problemas médicos a largo plazo.

Además, los investigadores descubrieron que los riesgos para la salud derivados de la supervivencia a la COVID-19 aumentaban con la gravedad de la enfermedad, siendo los pacientes hospitalizados que requerían cuidados intensivos los que corrían mayor riesgo de sufrir complicaciones prolongadas por la COVID-19 y de morir.

La COVID-19 podría ocasionar sordera, alerta estudio que presenta el primer caso en Reino Unido

miércoles, octubre 21st, 2020

Una investigación desarrollada por la University College London y el Royal National Throat Nose and Ear Hospital de Londres ha revelado el caso de un hombre de 45 años que perdió la audición después de contraer el virus.

Ciudad de México, 21 de octubre (AS México).- Llevamos más de medio año conviviendo con la COVID-19, pero todavía no la conocemos del todo. Cada día, los científicos descubren nuevas características de esta enfermedad que ha causado casi 40.5 millones de contagios y más de 1 millón de muertes en todo el mundo. El último hallazgo ha sido que el coronavirus podría causar sordera en algunos pacientes.

Una investigación desarrollada por la University College London y el Royal National Throat Nose and Ear Hospital de Londres ha revelado el caso de un hombre de 45 años que perdió la audición después de contraer el virus. “No se encontró una etiología clara para el SSNHL, pero se postuló que podría estar relacionado con la COVID-19”, manifiestan los científicos que realizaron el estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ) . La única condición de salud subyacente del paciente era el asma.

PROBLEMAS EN EL OÍDO IZQUIERDO

El hombre llevaba 10 días mostrando síntomas de coronavirus cuando tuvo que ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos (UCI) porque tenía serios problemas para respirar, según explica el estudio. Tuvo que permanecer 30 días ingresado en la UCI conectado a un ventilador que le provocó émbolos pulmonares bilaterales. También desarrolló hipertensión pulmonar y anemia. Entonces, recibió remdesivir, esteroides intravenosos y una transfusión de sangre, después de lo cual comenzó a mejorar hasta que salió de la unidad de cuidados intensivos.

Sin embargo, una semana después de haber salido, comenzó a sentir un zumbido en el oído izquierdo y perdió la audición repentinamente. “No tenía antecedentes de hipoacusia ni patología auditiva. Su historial médico anterior al ingreso incluía asma, pero por lo demás estaba en forma y bien”, explaya el estudio. Los expertos examinaron los conductos auditivos y descubrieron que no tenía obstrucciones ni inflamación.

Otras pruebas revelaron que había perdido la audición en el oído izquierdo y los expertos continuaron tratándolo con tabletas e inyecciones de esteroides que ayudaron a recuperarla parcialmente. También se le realizaron análisis de artritis reumatoide, VIH y gripe, para encontrar la causa, pero todas las pruebas resultaron negativas. Por lo tanto, relacionaron la patología con la COVID-19.

NECESIDAD DE INVESTIGACIÓN

Los autores del informe lamentan la “falta de discusión sobre la relación entre COVID-19 y la audición”. “La pérdida de audición y el tinnitus son síntomas que se han observado en pacientes con COVID-19 y el virus de la influenza, pero no se han destacado”, manifiestan.

El hombre llevaba 10 días mostrando síntomas de coronavirus cuando tuvo que ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos (UCI) porque tenía serios problemas para respirar, según explica el estudio. Foto ilustrativa. Foto: Darron Cummings, AP

Este es el “primer caso reportado de pérdida auditiva neurosensorial después de la infección por COVID-19 en el Reino Unido”, explican, pero plantean la necesidad de investigar este tema en profundidad “dada la presencia generalizada del virus en la población y la morbilidad significativa de la pérdida auditiva”.

 

El SARS-CoV-2 infecta el cerebro, confirma un estudio. Lo afecta, sí, ¿pero cuánto? Falta descubrirlo

jueves, octubre 15th, 2020

La investigación, realizada por 74 científicos de varias instituciones brasileñas, entre ellas la Universidad de Campinas (Unicamp) y la Universidad de Sao Paulo (USP), detalla los efectos del SARS-CoV-2 en el cerebro, especialmente en los astrocitos.

Sao Paulo, 15 de octubre (EFE).- El nuevo coronavirus es capaz de infectar células del tejido cerebral y puede provocar “alteraciones significativas” en la región del córtex incluso en pacientes leves, según informaron este miércoles fuentes académicas basadas en un estudio.

La investigación, realizada por 74 científicos de varias instituciones brasileñas, entre ellas la Universidad de Campinas (Unicamp) y la Universidad de Sao Paulo (USP), detalla los efectos del SARS-CoV-2 en el cerebro, especialmente en los astrocitos.

“Mostramos por primera vez que, de hecho, (el coronavirus) infecta y se replica en los astrocitos y que ello puede disminuir la viabilidad de las neuronas”, explicó Daniel Martins-de-Souza, uno de los coordinadores del estudio, financiado por la Fundación de Amparo a la Pesquisa del Estado de Sao Paulo (FAPESP).

La COVID-19 puede provocar “alteraciones significativas” en la región del córtex incluso en pacientes leves.Foto: Bob Edme, AP

El investigador apuntó que había “grandes dudas” sobre si la disfunción cerebral registrada en algunos enfermos con COVID-19 era como consecuencia de una “inflamación sistémica” o si realmente el coronavirus perjudicaba directamente el funcionamiento de las células nerviosas o las infecta.

“Nuestros resultados indican que el SARS-CoV-2 puede entrar en las células cerebrales y afectar su funcionamiento”, completó.

Los astrocitos son las células más abundantes del sistema nervioso central y desempeñan múltiples funciones, entre ellas ofrecer sustento y nutrientes a las neuronas, regular la concentración de neurotransmisores y ayudar a proteger al cerebro de patógenos y toxinas.

Los científicos detectaron la infección de este tipo de células a partir de análisis realizados en los tejidos cerebrales de 26 pacientes que murieron por la COVID-19.

La presencia del coronavirus fue confirmada en las 26 muestras estudiadas y en cinco de ellas se registraron además “alteraciones que sugieren un posible perjuicio al sistema nervioso central”.

“Observamos en esos cinco casos señales de necrosis e inflamación, como edemas o lesiones neuronales de otro rango”, indicó Thiago Cunha, profesor de la USP y quien no descartó daños semejantes en los otros 21 pacientes fallecidos, pero en regiones diferentes del tejido cerebral.

Los astrocitos son las células más abundantes del sistema nervioso central y desempeñan múltiples funciones, entre ellas ofrecer sustento y nutrientes a las neuronas. Foto: Cabalar, EFE

Por otro lado, los investigadores también estudiaron a 81 pacientes que contrajeron la COVID-19, pero sólo desarrollaron síntomas leves y no tuvieron la necesidad de ser hospitalizados.

Los análisis se produjeron 60 días después de la fecha de diagnóstico y revelaron que un tercio de los participantes todavía presentaba síntomas neurológicos o neuropsiquiátricos.

Las principales quejas fueron dolores de cabeza (40 por ciento), fatiga (40 por ciento), alteración en la memoria (30 por ciento), ansiedad (28 por ciento), pérdida de olfato (28 por ciento), somnolencia diurna (25 por ciento), depresión (20 por ciento), pérdida del gusto (16 por ciento) y de la libido (14 por ciento).

Además, a partir de los resultados de resonancias magnéticas, fue posible percibir que algunas regiones del córtex de los voluntarios tenían una espesura menor respecto a la media, y otros, por el contrario, presentaban un aumento de tamaño, lo que, según los investigadores, puede indicar algún grado de edema.

“Observamos atrofia en áreas relacionadas, por ejemplo, con la ansiedad, uno de los síntomas más frecuentes en el grupo estudiado. Considerando que la prevalencia media de trastornos de ansiedad en la población brasileña es del 9 por ciento, el 28  por ciento que encontramos es un número elevado y alarmante”, señaló la profesora Clarissa Yasuda, del Instituto de Pesquisa sobre Neurociencia y Neurotecnología.

A partir de los resultados de resonancias magnéticas, fue posible percibir que algunas regiones del córtex de los voluntarios tenían una espesura menor respecto a la media. Foto: Darron Cummings, AP

“La pregunta que queda ahora es si esos síntomas serán pasajeros o permanentes”, añadió para luego informar que seguirán acompañando a los voluntarios a fin de dar respuesta a ese interrogante.

Brasil es el segundo país con más muertes relacionados con el nuevo coronavirus (151 mil 747), por detrás de Estados Unidos, y el tercero con más casos confirmados de la enfermedad (5 millones 140 mil 863), después de EU y la India.

CDC de EU revelan que personas con COVID-19 leve siguen sintiéndose mal semanas luego de dar positivo

lunes, julio 27th, 2020

El organismo estadounidense constató que el 35 por ciento de los encuestados no había recuperado su estado habitual de salud tiempo después de diagnosticárseles la enfermedad.

Ciudad de México, 27 de julio (RT).- Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades​ (CDC, por sus siglas en inglés) aseguran que muchas personas con síntomas leves de COVID-19 siguen sintiéndose mal dos o tres semanas después de dar positivo, según un comunicado publicado este viernes en su página web.

Entre abril y junio de este año, el organismo estadounidense realizó una encuesta multiestatal por teléfono a 292 adultos sintomáticos que dieron positivo a la prueba ambulatoria de la nueva enfermedad, con una media de 42.5 años. Transcurridos entre 14 y 21 días, volvieron a repetir la encuesta.

Los resultados finales mostraron que en la segunda llamada el 35 por ciento de los participantes sintomáticos no había recuperado su estado de salud habitual anterior al coronavirus, presentando algunos de ellos tos, fatiga o dificultad respiratoria. De hecho, sólo uno de cada cinco de los encuestados de entre 18 y 34 años sin afecciones médicas crónicas había vuelto a su estado de salud normal.

“Estos hallazgos indican que la COVID-19 puede provocar enfermedades prolongadas, incluso entre personas con enfermedades ambulatorias más leves, inclusive los adultos jóvenes sin afecciones médicas crónicas”, reza el texto. En este sentido, subraya que esto les podría apartar por mucho tiempo del trabajo, estudios u otras actividades.

¿QUÉ ACONSEJAN?

Los CDC destacan que las medidas preventivas, entre las que se incluye el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso correcto de la mascarilla en público, son muy importantes para frenar la propagación del virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19. Asimismo, señalan que una mejor comprensión de la convalecencia y la duración de los síntomas entre pacientes ambulatorios con esta enfermedad puede contribuir a reducir el contagio.

EUcontinúa siendo el país más afectado por la actual pandemia, donde ya ha dejado 146 mil 484 muertes y más de 4.1 millones de infectados. Por su parte, al menos 1.2 millones de estadounidenses se han recuperado desde el inicio del brote.

Este viernes, el Presidente Donald Trump confirmó que EU se ha asegurado el 90 por ciento del suministro mundial del antiviral remdesivir, un fármaco de la compañía Gilead Sciences que se utiliza para tratar la nueva enfermedad.

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Algunos pacientes recuperados de COVID-19 presentan efectos a largo plazo, revelan monitoreos en Europa

domingo, julio 19th, 2020

En esta situación, algunos de los países europeos están estableciendo centros de rehabilitación para tratar las consecuencias, que incluyen la llamada “niebla cerebral”, fatiga y falta de respiración, entre otras.

Ciudad de México, 19 de julio (RT).- Algunos países en Europa están estableciendo centros de rehabilitación para los que superaron la COVID-19, pero siguen afectados por sus efectos a largo plazo, ante un creciente número de personas que declaran seguir con problemas de salud durante meses tras ser dados de alta.

La magnitud del problema ya ha sido reconocida por el secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, quien el pasado miércoles en una entrevista con Sky News, señaló que “cada vez hay más pruebas de que una minoría de personas, pero una minoría significativa, tiene impactos a largo plazo” de la COVID-19 y que pueden ser “bastante debilitantes”. En este sentido, el Ministro subrayó que “es realmente importante” apoyar a estas personas y averiguar qué se puede hacer al respecto.

En Italia, el país europeo más afectado por el coronavirus, ya están funcionando varias clínicas de recuperación post-covid, una de ellas en la ciudad portuaria de Génova. De acuerdo con su director, el doctor Piero Clavario, los efectos a largo plazo del coronavirus afectan no sólo a los pacientes graves, “sino también a los que pasaron no más de tres días en los hospitales y luego se fueron a casa”.

Esta imagen de microscopio cortesía de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos muestra partículas esféricas de coronavirus del primer caso de COVID-19 en Estados Unidos. Foto: C.S. Goldsmith, Tamin/CDC vía AP

“Lo que más me sorprende es que incluso los pacientes que no han pasado ningún tiempo en la UCI están extremadamente débiles: no hay evidencia de un problema cardiológico o pulmonar, pero ni siquiera pueden subir las escaleras”, dijo a la CNN. “La mayoría muestra una debilidad muscular grave. Una enfermera de 52 años tuvo que volver a trabajar después de haberse recuperado de la COVID, pero no pudo hacerlo físicamente”, añadió.

“COMO SI TUVIERA 80 AÑOS”

Varias de las personas que superaron la COVID-19 han confesado al medio que su mente parece menos aguda, tienen una “niebla cerebral”, se cansan al caminar, les falta la respiración o tienen que descansar cada rato al hacer cualquier esfuerzo físico.

Así, Grace Dolman, una médica británica, de 39 años, que se enfermó en marzo, contó que aún sufre dolores musculares y un hormigueo extraño en las manos y los pies. “Básicamente, es como si tuviera 80 años. Tengo que trabajar un poco y luego parar, seguir un poco más y parar otra vez”, confesó.

Otro antiguo paciente, el buzo profesional Emiliano Pescarolo de Génova, contó que tres meses después de salir del hospital todavía tiene dificultades para respirar. “Una vez que volví a casa, incluso después de semanas, no pude ver ningún progreso: si daba un pequeño paseo, era como escalar el monte Everest. También estaba sin aliento sólo por hablar”, recordó el hombre de 42 años.

No obstante, reconoce que gracias a los cuidados que recibe en la clínica del doctor Clavario comienza a ver progresos. En este sentido, el jefe de la clínica en Génova indica que “lo positivo es que, después de un periodo de ejercicio en nuestro gimnasio, la mayoría de ellos pueden recuperarse de manera eficiente”.

Por otra parte, en el Reino Unido a principios de este mes arrancó el estudio PHOSP-COVID, que va a monitorizar a 10 mil pacientes recuperados de COVID-19 durante un año, con el fin de investigar más sobre los efectos a largo plazo de esta enfermedad. Además, las autoridades sanitarias británicas tienen planeado lanzar un servicio de apoyo en línea para las personas que superaron la COVID-19, así como varios centros con servicios de rehabilitación.

El jefe de la clínica en Génova indica que “lo positivo es que, después de un periodo de ejercicio en nuestro gimnasio, la mayoría de ellos pueden recuperarse de manera eficiente”. Foto: Dico Solis, AP

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La afectación cerebral es otra complicación asociada a la COVID-19, explica doctor del Hospital Juárez

lunes, julio 13th, 2020

El doctor Arturo Ayala Arcipreste, encargado del servicio de neurocirugía del Hospital Juárez de México, explicó este lunes en entrevista con Efe que, si bien el virus afecta principalmente al sistema respiratorio, su mecanismo de afección incluye otras áreas como el cerebro.

México, 13 de julio (EFE).- La neumonía es una de las principales complicaciones de la COVID-19 pero, aunque es considerada una afección respiratoria, el SARS-CoV-2 también tiene otras complicaciones asociadas como la afectación cerebral.

La variedad de afectaciones se ha ampliado desde la aparición del virus. Mientras que en los casos más leves puede generar dolor de cabeza, algunos tienen pérdida del olfato o el gusto parcial o permanente. Pero en los casos más graves, los pacientes pueden llegar al infarto cerebral y morir.

El doctor Arturo Ayala Arcipreste, encargado del servicio de neurocirugía del Hospital Juárez de México, explicó este lunes en entrevista con Efe que, si bien el virus afecta principalmente al sistema respiratorio, su mecanismo de afección incluye otras áreas como el cerebro.

Esto sucede, detalló, porque este es el tejido del cuerpo que consume casi el 20 por ciento del oxígeno que respira el ser humano “y si tenemos un problema ventilatorio que afecta la adecuada oxigenación, el cerebro se va a afectar”.

La variedad de afectaciones se ha ampliado desde la aparición del virus. Foto: José Méndez, EFE

El especialista explicó que el coronavirus puede provocar que la circulación sanguínea se vea afectada precisamente por esta falta de oxigenación, lo que provoca que se formen coágulos y, en aproximadamente el 80 por ciento de los casos graves en donde se presenta el infarto cerebral, deriva en la muerte.

“En los pacientes graves, cuando llegan a tener infarto cerebral, el índice de mortalidad es muy alto”, lamentó el experto.

SECUELAS NEUROLÓGICAS

El virus, según se ha comprobado con la experiencia internacional, produce una reacción sistémica hiperinflamatoria grave. Es decir, existen inflamaciones en todo el cuerpo.

Esta reacción del organismo, explicó el neurólogo, puede provocar daños en el sistema nervioso central y provocar daños neurológicos que tengan secuelas irreversibles.

“Queda con secuelas neurológicas importantes, que no puedan mover el cuerpo o no puedan hablar”, puntualizó.

En muchos pacientes que padecen el coronavirus es muy llamativa la pérdida de olfato y/o del gusto e incluso este parece ser un síntoma temprano de estar contagiado.

Ayala Arcipreste considera que esta podría ser la variante más leve de la COVID-19.

Sin embargo, aceptó que este puede ser un daño neurológico el cual se produce por una desconexión entre el órgano del olfato o del gusto y el receptor de este sentido en el cerebro y puede afectar de forma permanente al paciente.

El especialista explicó que el coronavirus puede provocar que la circulación sanguínea se vea afectada precisamente por esta falta de oxigenación, lo que provoca que se formen coágulos. Foto: José Méndez, EFE

PROBLEMA AGUDIZADO

Si bien los eventos cardiovasculares o infartos cerebrales se encuentran entre las primeras tres causas de muerte a nivel mundial, el coronavirus se ha sumado a los factores de riesgo que pueden llevar a que una persona padezca alguna de estas dolencias.

“Las más frecuentes (comorbilidades para desarrollar infarto cerebral), independientemente de si hay COVID-19 o no, es que seas hipertenso, diabético, tengas trastorno en el corazón, en tus niveles de grasas sanguíneas y, por su puesto, obesidad”, señaló el especialista.

Destacó que el daño neurológico que produce un infarto cerebral es irreversible, y por ello es importante tratarlo dentro de las primeras cuatro horas de los primeros síntomas y en el caso de los pacientes con COVID, los doctores deben estar atentos a los pacientes para tratarlos de la manera más oportuna.

“No podríamos decir que esta condición es tratable al 100 por ciento porque estos casos de COVID son nuevos en el mundo”, manifestó.

Pidió a la población que tenga los cuidados pertinente, además del cubrebocas y el lavado de manos, a quienes ya tienen enfermedades tomar sus medicamentos correctamente, tomarlas a las horas, cuidar la dieta, tener hidratación, hacer ejercicio y dormir bien.

“Todo eso es muy sencillo pero se tiene que recalcar cada vez más”, apuntó.

México suma al momento más de 35 mil muertos y casi 300 mil contagios confirmados de coronavirus, situándose entre los países más afectados a nivel mundial.

Depresión, ansiedad, insomnio y estrés, la COVID-19 deja más secuelas mentales que el SARS: estudio

martes, junio 23rd, 2020

Los expertos evaluaron síntomas de ansiedad, depresión, insomnio y estrés en las personas infectadas con el nuevo coronavirus y los compararon con la epidemia de 2002.

Ciudad de México, 23 de junio (RT).- Un estudio realizado en China reveló que los pacientes que sobreviven a la COVID-19 sufren de peor salud mental que aquellos que en su momento vencieron el síndrome agudo severo (SARS) desatado en 2002, reporta Global Times al citar un informe de la Academia de Ciencias del país asiático, publicado este sábado en un foro de la ciudad de Cantón.

Los expertos evaluaron 50 mil casos de infecciones por uno y otro virus y que presentaron diversos síntomas relacionados con la salud mental. De este modo, el 31.6 por ciento de los encuestados mostró ansiedad, mientras que el 27.9 por ciento tuvo depresión, el 29.2 por ciento presentó insomnio y el 24.4 por ciento, estrés agudo.

Los expertos evaluaron 50 mil casos de infecciones por uno y otro virus y que presentaron diversos síntomas relacionados con la salud mental. Foto: Pavel Golovkin, AP

Asimismo, otras investigaciones citadas por el medio de comunicación chino destacan que la incidencia general de esos trastornos en los pacientes con COVID-19 es de 75 por ciento para depresión, 71 por ciento ansiedad, 68 por ciento insomnio y 71 por ciento estrés.

En contraste, las estadísticas sobre afecciones mentales en personas que contrajeron el SARS fueron considerablemente más bajas. En ese entonces, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) se registró en el 41.7 por ciento de los pacientes, síntomas de ansiedad en el 17.5 por ciento y signos de depresión en el 11.1 por ciento.

Por otra parte, el reciente informe destaca que los trabajadores de primera línea y sus familias, así como las personas de bajos ingresos, son más susceptibles a problemas de salud mental en conjunción con la enfermedad. Al respecto, los investigadores hallaron que el 46 por ciento del personal médico, especialmente las enfermeras, sufrió de ansiedad.

Según los autores, los sobrevivientes de la pandemia actual no sólo sufren dolor físico, sino que también tienen temor a morir y son propensos a experimentar sentimientos negativos.

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