Hasta donde sabemos, a nadie le gusta ir al dentista, vamos, salvo en uno que otro caso fuera de lo ordinario, pocas son las personas que habrían de aceptar que van a una consulta médica o dental por placer. En ese sentido, imaginar que un león, una hiena o un leopardo aprecien un tratamiento dental es remoto. Como sea, todo procedimiento implica un riesgo, pero cuando se trata de arreglarle los dientes a grandes felinos con enormes colmillos, el peligro aumenta, tanto para ellos como para el personal que los atiende.
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Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).- Kevin Richardson, mejor conocido como “el encantador de leones”, realizó a lo largo de una semana una de las más ambiciosas operaciones dentales para mejorar la dentadura -y la calidad de vida- de nueve leones, nueve hienas y dos leopardos que viven en un santuario animal en Sudáfrica.
Fracturas, infecciones y abscesos son algunas de los problemas a resolver en una cruzada llena de tensiones y preocupaciones, pues como es posible observar, el compromiso del personal para con los animales es enorme.
Para Richardson las implicaciones de perder a sus amigos, a los animales del santuario con quienes ha compartido e interactuado a lo largo de varios años, es terrible, pues detrás de sus buenas intenciones subyace un dilema: tratar de curarlos a pesar de los riesgos, o dejarlos así, sin mejorar sus vidas, pero con la certidumbre de que no serán puestos en peligro.
Es con este tipo de testimonios que uno puede hacerse a la idea de lo nobles que pueden llegar a ser las personas y también los animales salvajes, y de lo importante que es saber respetar la vida de todos los seres vivos, pues con ellos compartimos este planeta, y al igual que nosotros, tienen el derecho de que su supervivencia sea no sólo respetada sino alentada.
