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Con Francia, en el club de selecciones con dos títulos mundiales, junto con Argentina (1978 y 1986) y Uruguay en (1930 y 1950), no queda más que esperar cuatro años y medio para la Edición de Qatar 2022, que por vez primera en la historia se realizará en noviembre y diciembre

Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).– La eliminación temprana del campeón defensor Alemania; la despedida demasiado pronto de los “mejores futbolistas del mundo” y sus selecciones, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar Jr.; el inicio esperanzador y nuevo fracaso por llegar al “quinto partido” de México; el “nacimiento” de nuevas figuras, como Kylian Mbappé, Romelu Lukaku, y la enjundia y carácter de los jugadores de la selección de Croacia, marcaron la pauta en la XXI Edición de la Copa del Mundo Rusia 2018, que este domingo finalizó con la coronación de Francia, que levantó el codiciado trofeo de la FIFA por segunda ocasión en la tercera final disputada en su historia desde que debutó en Uruguay 1930.

El campeón defensor, Alemania protagonizó el primer gran fracaso y decepción tras ser eliminada en la fase de grupos, debutando en el Sector F, con una derrota por 0-1 ante México, y aunque recompuso con un angustioso triunfo en tiempo de reposición con 10 hombres por la expulsión de Boateng, por 2-1 frente a Suecia, cerró con otra caída en los últimos minutos frente a Corea del Sur por 0-2, y tuvieron que hacer maletas para regresar a casa y muy pronto se sabía que habría nuevo campeón en Rusia 2018.

Ya en la fase de octavos de final, el 30 de junio, comenzaría el desfile de la vuelta a casa de las figuras, que inició Lionel Messi, quien sumó su cuarto fracaso junto con la selección de Argentina en Copas del Mundo, en las que debutó en Alemania 2006, participando también en las ediciones de 2010 y 2014. Esa misma fecha, unas horas más tarde, también hizo maletas la figura de Portugal, ex Real Madrid y ahora jugador del Juventus, Cristiano Ronaldo, después que Uruguay los eliminó con un doblete de Edison Cavani.

Neymar Jr., condujo a Brasil a los cuartos de final con un gol y una asistencia para el tanto de Firmino en el 2-0 frente a México, pero en esta fase cayeron ante el sorprendente Bélgica, comandados por el “Diablo Rojo Mayor”, Romelu Lukaku, Hazard y De Bruyne, y la figura del París Saint Germaín debió regresar, entre lágrimas, a casa.

Por su parte, la selección mexicana, nuevamente puso a soñar a cerca de 120 millones de personas con el triunfo sobre Alemania con un solitario gol de “Chucky” Lozano en su debut, y más cuando “Chicharito” Hernández sugirió que imagináramos “cosas chingonas”, y sobre todo cuando vencieron 2-1 a Corea del Sur, sin embargo el panorama se comenzó a oscurecer tras la derrota por 3-0 ante Suecia, y terminaron dando gracias a los propios asiáticos por vencer a los alemanes para poder avanzar a la segunda fase como segundo lugar del Grupo F. Después se confirmaría que había sido un espejismo.

La derrota frente a Suecia le costó al Tri enfrentar a Brasil, puntero del Grupo E, en la fase de octavos de final, mientras que el líder del grupo F, Suecia hizo lo propio ante una selección “más a modo” como Suiza, por lo que la “Canarinha” y Neymar Jr., los despachó de vuelta a casa para sumar su séptima eliminación consecutiva en esta ronda y sin poder conseguir el ansiado “quinto partido”, meta que seguramente tienen desde ahora para “vender” a los mexicanos en la próxima justa de Qatar 2022.

Pero, con el adiós de las grandes estrellas del futbol mundial, comenzaron a surgir las nuevas figuras y a recuperar su nivel otras piezas importantes en sus selecciones y equipos en los que juegan como el jovencito Kylian Mbapeé del París Saint Germaín, Antoine Griezmann del Atlético Madrid, Paul Pogba del Manchester United y Samuel Umtiti del Barcelona por Francia; Romelu Lukaku del Manchester United, Vincent Kompany del Manchester City y Nacer Chadli del West Bromwich Albion por Bélgica; Mario Mandzukic del Juventus, Ivan Perisic del Inter, y Luka Modric del Real Madrid por Croacia, así como el propio Harry Kane del Tottenham Hotspur e Inglaterra, que se adjudicó el Botín de Oro de la justa mundialista de Rusia 2018, con seis festejos.

Y aunque Bélgica también resultó una agradable sorpresa, sin duda alguna la revelación fue la selección de Croacia, quien se presentaba a su quinta Copa del Mundo después de haber debutado y obtenido el tercer lugar en Francia 1998, luego de haber calificado en un repechaje ante Grecia, y ya enclavado en el Grupo D, fue recorriendo una a una las fases, dejando en el camino selecciones de las llamadas grandes hasta llegar a la final.

En Rusia 2018, los Balcánicos debutaron con un triunfo por 2-0 ante Nigeria, pero el primer golpe en la mesa lo dieron con una contundente 3-0 sobre Argentina, cerrando con marca perfecta de 2-1 frente a Islandia, para finalizar la fase de grupos en el primer lugar del D, donde los pamperos lograron un angustioso segundo puesto.

Pero, la sangre de guerrilleros, carácter, lucha y entrega, que los llevó a proclamar su independencia sobre Yugoslavia en 1991, pero además con humildad y buen futbol, y con elementos de gran calidad como Modric, Perisic, Mandzukiv, Vrsajlko, Vida, Subasic y compañía, Croacia emergió en las canchas de Rusia, y vencieron en penales a Dinamarca por 3-2 en octavos de final; a los anfitriones rusos por 4-3 por la misma vía en cuartos de final, y a Inglaterra por 2-1 en tiempo de reposición en semifinales.

Con un “partido más” jugado, por los tres tiempos extra disputados, y un día menos de descanso, Croacia llegó a la final contra Francia, que enclavado en el Grupo C, también había tenido una muy buena fase de grupos con triunfos ante Australia por 2-1 y Perú 1-0, así como un empate sin goles frente a Dinamarca, terminando en primer lugar de su sector y fue alcanzando su nivel, junto con sus figuras como el joven de escasos 19 años de edad, Kylian Mbappé, Antoine Griezman, Pogba, Umtiti, para lograr las victorias por 4-3 sobre Argentina en octavos de final; por 2-1 ante Uruguay en cuartos de final; por 1-0 contra Bélgica en semifinales, y levantar su segunda copa del Mundo, precisamente ante los Balcánicos con un contundente 4-2 en una final que resultó polémica.

Y es que en el autogol de Mandzukic en el cobro de tiro libre de Griezman pareció que no hubo falta, pero el árbitro argentino, Néstor Pitana no consultó el VAR, y si lo hizo en la jugada que sancionó como pena máxima que el propio Antoine hizo buena para el 2-1 momentáneo; sin embargo, esto no opaca el triunfo de Francia que fue completado con tantos de Paul Pogba y Kylian Mbappé.

Les Blues ya sabían lo que era ganar a Croacia, después de eliminarlos en la fase de semifinales cuando fueron anfitriones y campeones en la edición de 1998, en que eran capitaneados por Didier Deschamps, que levantó también su segunda Copa del Mundo, ahora como técnico para hacer historia con su selección.

Con Francia, en el club de selecciones con dos títulos mundiales, junto con Argentina (1978 y 1986) y Uruguay en (1930 y 1950), no queda más que esperar cuatro años y medio para la Edición de Qatar 2022, que por vez primera en la historia se realizará en noviembre y diciembre, lo que vendrá a revolucionar o cambiar la programación de los torneos en las ligas en el mundo, y donde podría verse beneficiada la MLS de Estados Unidos, única que se juega entre los meses de marzo y diciembre de cada año.

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Este domingo, en el estadio moscovita de Luzhniki, los galos encontraron el triunfo que perseguían desde 1998. Con el técnico de Bayona como hilo conductor -capitán del grupo entonces, en Rusia ejerció como seleccionador-, el joven plantel replicó aquello que 20 años atrás había funcionado bajo la dirección de Aimé Jacquet.

Por Lucía Santiago

Moscú, 15 de julio (EFE).- A la próxima remesa de camisetas ‘bleus’, la multinacional Nike deberá incorporar una segunda estrella que distinga a la selección francesa como bicampeona del mundo.

Es una condecoración merecida por el plantel que dirige Didier Deschamps, tras coronar un Mundial excelso con un postrero triunfo (4-2) ante el combinado de Croacia.

Este domingo, en el estadio moscovita de Luzhniki, los galos encontraron el triunfo que perseguían desde 1998. Con el técnico de Bayona como hilo conductor -capitán del grupo entonces, en Rusia ejerció como seleccionador-, el joven plantel replicó aquello que 20 años atrás había funcionado bajo la dirección de Aimé Jacquet.

Fabien Barthez tiene su contestación en Hugo Lloris, del mismo modo que Lilian Thuram en Benjamin Pavard. Los Laurent Blanc y Marcel Desailly de antaño son los Raphael Varane y Samuel Umtiti de ahora. Stéphane Guivarc’h, cuestionado como ‘9’ en 1998, se mantuvo en el equipo titular. Como Olivier Giroud, a pesar de su desacierto.

La velocidad y plasticidad de un juvenil Thierry Henry se asemeja sobremanera a la propuesta de Kylian Mbappé. Y, a imagen de Zinedine Zidane, Antoine Griezmann se consagró en el escenario más imponente.

En la concentración del equipo en Istra muchos se refirieron al ‘7’ galo como ‘Grizou’ aunque el atacante del Atlético de Madrid prefiere como apelativo ‘Grizi’. Antoine, en todo caso, se coronó campeón del mundo con 27 años, uno más que los que contaba en la época el talentoso exjugador del Juventus.

Según explicó Laurent Blanc en declaraciones a FIFA.com, aquel equipo basó su éxito en tres palabras: trabajo, alegría y victoria.

Didier Deschamps eligió en la antesala de la final otro tridente. “Debemos jugar con serenidad, confianza y concentración”, subrayó.

La tarea del técnico de Bayona fue especialmente metódica desde la dolorosa derrota encajada en la final de la Eurocopa de 2016.

En dos años modificó 14 de las 23 piezas del equipo para presentarse en el Mundial de Rusia con una plantilla ilusionante, por talento y media de edad.

“Se trata de un equipo joven, por eso mucha gente decía que era demasiado temprano”, analizó Alain Boghossian. “Pero todos sabíamos que en Francia no valía con ser tercero o cuarto. Es más, ¿quién se acuerda del subcampeón? Para mí, como exjugador, exentrenador y aficionado de Francia, lo único aceptable es ganar”, apuntó.

Con ese requerimiento, Didier Deschamps “creó un equipo a su propia imagen”, explicó Blaise Matuidi, titular en la final ante los Vatreni. “Ha tratado de recrear su glorioso pasado como jugador y ha funcionado. No es casualidad”, agregó.

Él es uno de los jugadores que mejor ejemplifica la fuerza y potencia física de esta escuadra francesa, capaz de batirse cuerpo a cuerpo con Argentina, Uruguay y Bélgica, con un derroche que trasladó a los seguidores hasta 1998.

“Nuestra preparación física fue prácticamente perfecta. Crecimos a lo largo del certamen y llegamos al último partido en un estado de forma óptimo. Creo que en el duelo final, ante Brasil (3-0), físicamente fuimos superiores”, convino Laurent Blanc.

El alborozo resonó en aquel vestuario tras el definitivo duelo en Saint-Denis. En el del estadio de Luzhniki explotó tras la sexta victoria en siete partidos (empataron ante Dinamarca, en el tercer compromiso de la fase de grupos).

Hasta ese momento la dicha fue comedida, pero tras la victoria ante el conjunto croata la satisfacción derivó en euforia. Francia volvió a gritar al mundo que es campeona.