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50 mexicanos enfrentan procesos penales en EU por los que podrían recibir inyecciones letales

miércoles, febrero 24th, 2021

Connacionales esperan revisiones de sus casos o fecha para la ejecución de la pena de muerte en Estados Unidos. Otro medio centenar de compatriotas están sometidos a procesos, cuya consecuencia podría ser la inyección letal. Por cargos de asesinato, violación y robo, 15 mexicanos han sido ejecutados desde 1926 en el país del Norte. En la incertidumbre, la renovación del permiso a la Cancillería para contratar despachos legales y de asistencia en la Unión Americana.

Por Luis Carlos Sáinz

Tijuana, 24 de febrero (Zeta).– Vicente regresó a su tierra luego de 27 años de estar encarcelado y 25 de estos, condenado a la pena de muerte en Estados Unidos. Todo ese tiempo fue culpado del asesinato por violación de una niña de un año nueve meses, hija de su pareja. Un error en la información médica del deceso era la mayor prueba, que, con el paso de los años, expertos se encargarían de aclarar. Con ello, la sentencia fue revocada y el hombre recuperó su libertad. Hoy está con los suyos.

Sin embargo, no todos han tenido el feliz desenlace del hombre originario de Jalisco, que aún robados sus mejores años, le alcanza para disfrutar la vida como quiera.

Desde 1926 hasta nuestros días, 15 mexicanos han sido ejecutados por sentencias que les hicieron responsables de la comisión de delitos registrados en la Unión Americana. A la fecha 50 connacionales se encuentran en el llamado corredor de la muerte, en espera de fecha para ser ejecutados.

En Estados Unidos existen unos 37 millones de mexicoamericanos y migrantes que, a la menor provocación, pueden ser encarcelados en un país que tiene la tasa más alta de personas privadas de libertad, con dos millones 300 mil presos, de los cuales unos 50 mil son extranjeros, y se estima que siete de cada 10 detenidos son de origen mexicano.

Lista de 15 mexicanos ejecutados en EU. Foto: Zeta.

Aunque los nacidos en México que esperan la ejecución de la pena capital son 50, el investigador Juan Alberto Salinas, profesor de Derecho Internacional del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), estima que hay 54 o 55 mexicanos más bajo procesos penales cuya sentencia sería la pena de muerte.

El especialista advierte que México se ha caracterizado por su política de relaciones exteriores proteccionista de los compatriotas que se hallan en el extranjero en cualquier circunstancia, pero en el caso de la privación de la libertad, se cuenta con una muy buena asistencia y atención de los mexicanos en las prisiones, con programas que han funcionado en las últimas décadas, por lo que el arribo de Esteban Moctezuma Barragán como Embajador de nuestro país en EU, despierta cierta incertidumbre en cuanto a su falta de experiencia.

Desde 2001, México implementó un programa de asistencia y protección a mexicanos, particularmente los que podrían ser afectados con la pena de muerte, que en algunos casos ha conseguido conmutar la pena de ejecución por alguna otra de diversa índole, gracias a la asistencia de despachos de abogados que conocen a la perfección la legislación estadounidense. Por desgracia, desde agosto de 2020 venció la autorización para que la Cancillería celebrara contratos con los referidos bufetes jurídicos y la defensa o acompañamiento estaría en peligro.

Con asesoría de ese tipo de despachos, en 2003, México inició un juicio contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la violación del Artículo 36 de la Convención de Viena, ya que cuatro mexicanos habían sido ejecutados, otros 54 estaban condenados a la pena capital y muchos más sin que se les haya informado ni permitido el acceso a la asistencia consular. Entre los ejecutables estaba el tijuanense Carlos Avena Guillén, acusado de asesinar a dos personas en 1981 en California, motivo por el que el asunto se conoció como “Caso Avena”.

En 2004, la CIJ dictó sentencia en favor de México, al comprobarse que efectivamente en 51 de los 54 casos se violaron los derechos de los mexicanos. Sin embargo, el fallo no fue del todo acatado por algunos de los estados del país del Norte, aunque en casos concretos como el de Avena, se consiguió que una Corte Federal anulara la condena de muerte en agosto de 2019, y en otros asuntos, muy pocos, hubiera la modificación o conmutación la brutal condena.

VICENTE

Muchas cosas cambiaron para Vicente, quien estuvo 27 años preso en la penitenciaría de San Quintín, en California. Fue uno de los que gracias al Caso Avena pudo aplazar su ejecución y probar su inocencia. En 2018 fue revocada su sentencia de pena de muerte y exonerado de una grave acusación. Ese año volvió a su tierra natal, que el día en que fue encarcelado, en noviembre de 1991, se llamaba Venustiano Carranza, Jalisco.

Aunque la llama de la justicia nunca se apagó en el corazón del migrante, se llegó a considerar muerto en vida, pero en marzo de 2018 recibió la noticia de su absolución . Foto: Especial, Zeta.

Dos años después, el municipio habría de recuperar el nombre perdido en 1934: San Gabriel.

Del hombre de 42 años que entró a prisión, al de 69 años que volvió a pisar su terruño y pudo conocer a una familia extendida que floreció con hermosas sobrinas y muchos otros parientes que ya no reconocía, muchos llantos derramó entre sus cuatro paredes, como cuando se enteró, en dos fechas diferentes, de la muerte de su padre y de su madre. En agosto de 2018 el retorno de Vicente fue todo un suceso, el pueblo entero hizo fiesta y las autoridades le rindieron un sencillo, pero muy sentido homenaje.

Cuando cumplió su mayoría de edad, el jalisciense que salió movido por el llamado sueño americano jamás pensó verse en las circunstancias que le acompañaron al alcanzar la madurez, menos aún ser parte del corredor de la muerte.

Vicente iba y venía a California, con algunos de sus hermanos. Esperaba con ansia la pizca de uva para trabajar con empeño y juntar los dólares que reportaba a su familia.

El hombre, que ya contaba con dos hijos en 1991, uno de ellos de 23 años y la más pequeñina de 12 años, cambió su destino el 1 de noviembre de esa anualidad en Delano. Se había hecho pareja de una mujer, enfermera de profesión, quien tenía dos hijas, una de 8 años y otra de apenas un año nueve meses de edad. Aquel día infausto, narró en su declaración Vicente, su mujer salió a trabajar por la tarde y quedó a cargo de las menores. Mientras el mexicano cocinaba, la niña más grade salió a la calle a jugar, y más tarde, se dio cuenta de que la puerta principal estaba abierta. Al intentar cerrarla, vio tirada bocabajo a la bebé.

El migrante salió para recoger a la pequeña pensando que se había caído y se dio cuenta que tenía una herida producida por un golpe en la frente. Se percató de la gravedad del caso cuando la niña no recobraba el sentido y “se le iban los ojitos”. Presto, Vicente llevó a la bebé a un hospital, donde no se le brindó una atención adecuada. Después, al agravar, la llevó a otro sanatorio, donde estuvo internada y falleció días después.

Vicente Benavides Figueroa pasó casi 25 años en el “Pabellón de la Muerte” por un crimen que no cometió. Foto: Araceli Martinez, La Opinión.

Los doctores llamaron a autoridades del Condado de Delano para notificarles que la defunción de la lactante se había producido por una fuerte contusión craneal y por abuso sexual. El jornalero fue arrestado bajo los cargos del asesinato por violación y sodomía, por lo que fue llevado a juicio ante una Corte Superior del Estado de California, en el Condado de Kern, donde en junio de 1993 fue encontrado culpable por el Jurado y el Juez le dictó la pena de muerte.

Los años pasaron y Vicente se encontraba en una lista de los extranjeros a ser ejecutados por inyección letal en Estados Unidos. Sin embargo, la fecha de su muerte se fue aplazando, hasta que la Cancillería mexicana, en el nuevo milenio, comenzó a atender los asuntos de connacionales en dicha circunstancia, a través de despachos especializados. Fueron muchos años de batalla legal, con el condenado proclamando su inocencia y el amor que tenía por las niñas de su pareja, a quienes veía como sus propias hijas.

Tiempo después, Vicente fue asistido por la fundación Habeas Corpus Resource Center, con residencia en San Francisco, California, donde lograron hacer válida la declaración de error médico en 2021 sobre el dictamen de necropsia practicada a la fallecida infante. Médicos reconocieron que por error, un médico reportó graves desgarros en la región anal de la víctima, siendo que esas lesiones, al parecer le fueron producidas durante el tratamiento en los días que estuvo hospitalizada.

Aunque la llama de la justicia nunca se apagó en el corazón del migrante, se llegó a considerar muerto en vida, por lo que al recibir la noticia de su absolución en marzo de 2018, ese llanto que creía agotado, regresó, pero de alegría y agradecimiento a Dios, pues es creyente de la religión católica.

Su regreso definitivo a San Gabriel se ha ido aplazando, ya que entabló demanda en contra del Condado de Kern y la ciudad de Delano por su injusto encarcelamiento. El hombre ya no desea más entrevistas.

PENA DEGRADANTE

El investigador Juan Alberto Salinas, profesor de Derecho Internacional en el ITESO, refrenda la posición del Estado mexicano, en el sentido de que la pena de muerte es una violación a derechos fundamentales de toda persona y la práctica estatal así lo refleja. “Somos Estado parte de diversos instrumentos que condenan, no sólo esta práctica por la privación de la vida, sino como pena que eventualmente, en su proceso, también genera una pena degradante y tortuosa a toda persona”, refirió.

El catedrático lamenta que este tipo de castigo penal persista en muchos países del orbe, entre estos, Estados Unidos. También mostró desagrado por el incumplimiento de autoridades de aquella nación a gran parte de la sentencia del Caso Avena, dictada en 2004, cuando se logró que la Corte Internacional de Justicia ordenó se restaurara en sus derechos a 51 mexicanos condenados a la pena de muerte, entre ellos Vicente, el de Jalisco.

Ramiro Hernández Llanas es otro de los mexicanos condenados a la pena de muerte en EU. Foto: Zeta.

“En aquel momento, el Presidente de los Estados Unidos, George Bush, trata por sus medios legales de implementar la sentencia de la CIJ, pero como desde el punto de vista normativo, no tiene el rango de legislación federal y no hay un estatuto para implementar estas decisiones, entonces señalaron algunos estados y pues continuamos con nuestras sentencias”, recordó Salinas.

De entonces a la fecha, siete mexicanos han sido ejecutados por inyección letal, “mayormente, siempre la presencia de este tipo de procesos en el Estado de Texas, que es el de mayor actividad en estos momentos en este tipo de ejecuciones de pena capital, y en el caso vinculado a Avena y los otros connacionales, también encontramos siempre la presencia de Texas.

Roberto Moreno Ramos es otro de los mexicanos condenados a la pena de muerte en EU. Foto: Zeta.

“Según propios datos de la Cancillería, señalaban que todavía tenemos un número importante de mexicanos. Más o menos estiman, en distintos procesos, que lo tienen tanto a nivel estatal, como a nivel federal, a 50 mexicanos. No es menor. Y aún, también en esta parte del proceso estimaban que había aproximadamente 54 o 55 mexicanos con procesos caminando y que podrían tener como consecuencia una sentencia con pena de muerte”, reiteró el profesor.

Sobre el vencimiento de la autorización para que la Cancillería signe contratos con bufetes legales para atender de manera efectiva a los connacionales como lo señala la Convención de Viena, Juan Alberto Salinas señaló que “no se le ha dado un seguimiento pertinente sobre la contratación de un nuevo bloque de despacho o la continuación de los mismos, sí así lo autorizaba la Secretaría de Hacienda, para efectos de continuar con este programa que brinda una atención esencial a los mexicanos”.

En cuanto a la cuestionada eficacia del Estado mexicano en esa defensa y protección consular, “en un ejercicio de reflexión continua sobre la participación de la Red Consular mexicana, yo la considero, por decirlo así, una de las joyas de la corona de la administración pública general. Una de las buenas historias, de las buenas noticias que tenemos aquí en nuestra administración pública federal, porque la Red Consular es extraordinaria en su operación”.

El especialista destacó que la referida red opera con las consideraciones de la independencia que tiene cada Estado para dotar su sistema legal, “pero en verdad, constantemente se la raja en la defensa y en el ejercicio de las funciones que se le confieren desde el punto de vista de nuestra legislación y que se le reconocen en la Convención de Viena, y en ese sentido de un reconocimiento importante.

“En ciertos casos, tienen simple y sencillamente la obligación de procurar la defensa. Eso es importante, el contrato que hacía referencia hace un momento, donde ya fueran abogados, de manera directa, especialistas en la materia, que dieran la atención y la asistencia, y ya nada más la parte del Consulado sería dar el seguimiento y supervisión a ese tipo de supuestos”, concluyó Salinas.

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Georgia supera récord de ejecuciones al ajusticiar a reo por asesinar policía

jueves, octubre 20th, 2016

Antes de ser ejecutado, a Lawler le sirvieron como última comida una sopa francesa de cebolla de entrante seguida por un chuletón con patatas asadas con crema agria y panecillos con mantequilla de acompañamiento, fresones y helado de pistacho de postre y zumo de manzana y leche para beber.

Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local (03.49 del jueves GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta, la capital del estado, informó el Departamento de Correcciones de Georgia. Foto: EFE/Archivo

Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta. Foto: EFE/Archivo

Washington, 19 octubre (EFE).- El estado de Georgia, EU, ejecutó hoy a un preso por el asesinato de un policía hace dos décadas en Atlanta y superó así su récord anual de ajusticiamientos con siete desde que empezó 2016.

Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta, la capital del estado, informó el Departamento de Correcciones de Georgia.

A Lawler lo ejecutaron casi cinco horas después del horario previsto una vez que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazase un recurso de última hora presentado por su defensa que para frenar el desenlace fatal alegaba un presunto autismo del reo.

De acuerdo con medios locales, Lawler rechazó su derecho a pronunciar unas últimas palabras.

El hoy ejecutado fue condenado a muerte en el 2000 por asesinar tres años antes al policía John Sowa durante una trifulca doméstica.

Los hechos ocurrieron la noche del 12 de octubre de 1997. Sowa y el también policía Pat Cocciolone acompañaron a la entonces novia de Lawler al apartamento que compartían después de que éste la dejase abandonada en la calle, en estado de embriaguez, tras una discusión.

Lawler recibió a Sowa y a Cocciolone con un fusil de asalto AR-15 asesinando al primero y dejando mal herido al segundo.

Tras casi seis horas atrincherado en el apartamento, Lawler terminó por entregarse a las autoridades.

Antes de ser ejecutado, a Lawler le sirvieron como última comida una sopa francesa de cebolla de entrante seguida por un chuletón con patatas asadas con crema agria y panecillos con mantequilla de acompañamiento, fresones y helado de pistacho de postre y zumo de manzana y leche para beber.

La de Lawler fue la séptima ejecución de 2016 en Georgia, lo que constituye la cifra más alta en un año en ese estado desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena de muerte hace cuatro décadas. Anteriormente, Georgia había ejecutado a cinco presos en 1987 y 2015.

En lo que va de 2016, cuatro estados han ejecutado a 17 presos en Estados Unidos. Texas y Georgia, con siete cada uno, encabezan esa negra lista en uno de los años con menos ejecuciones de las últimas décadas.

Con la de Lawler, Georgia ha ejecutado a 67 presos de los mil 439 ajusticiados en todo el país desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena capital en 1976.

El futuro de la pena de muerte se cuela en la carrera presidencial de EU

domingo, noviembre 1st, 2015

Por Albert Traver

Austin (EU), 1 nov (EFE).- El futuro de la pena de muerte en EU entró en la contienda presidencial del Partido Demócrata después de que Hillary Clinton reiterara su apoyo “relativo” a ese castigo y Bernie Sanders expresara un rotundo rechazo, mientras que entre los aspirantes republicanos reina el consenso a su favor.

La ex Primera dama, la mejor posicionada para obtener la nominación demócrata, constató que “hay un montón de evidencias de que la pena de muerte se ha aplicado con demasiada frecuencia y de forma discriminatoria en demasiadas ocasiones” durante las últimas cuatro décadas, desde que el Tribunal Supremo la reinstauró en 1976.

“Sin embargo, no soy partidaria de abolirla porque creo que hay casos atroces que aún merecen la pena de muerte”, dijo Clinton al matizar que a ella le “gustaría” ver la pena de muerte para casos “excepcionales”, en oposición a lo que se ha visto en la mayoría de los estados.

“Hay que repensarla seriamente”, agregó.

El posicionamiento de Clinton fue rebatido casi de inmediato por su principal oponente, el Senador por Vermont Bernie Sanders, quien dijo que abolir la pena de muerte “es lo correcto” y argumentó que el Gobierno “no debería implicarse en el asesinato de otros estadounidenses”.

“Preferiría ver a nuestro país al lado de las democracias europeas en lugar de con países como China, Irán, Arabia Saudí y otros que mantienen la pena de muerte”, dijo Sanders, que apeló a los votantes demócratas contrariados con las opiniones de Clinton.

Por su parte, el ex Gobernador de Maryland Martin O’Malley, tercero en discordia en la contienda, también rebatió a Clinton: “La pena de muerte discrimina por raza, no disuade a los criminales y debemos abolirla”.

Las opiniones de los candidatos demócratas, ya sean Clinton, Sanders u O’Malley, difieren de la quincena de republicanos que aspiran a la Presidencia del país, entre los que reina un consenso, con algunos matices, a favor de mantener el castigo capital.

Hay cuatro de ellos que, como gobernadores, promovieron la pena de muerte y propiciaron numerosas ejecuciones.

Jeb Bush supervisó 21 ejecuciones en Florida entre 1999 y 2007, Mike Huckabee 16 en Arkansas entre 1996 y 2007, Jim Gilmore 37 en Virginia entre 1998 y 2002, mientras que John Kasich lleva 11 en Ohio desde que asumió en 2011.

Bobby Jindal, Gobernador de Luisiana, también supervisó una ejecución en 2010 y se ha mostrado partidario de la pena de muerte para los “crímenes más graves”, aunque el que tenía el récord era el ex Gobernador de Texas Rick Perry, quien abandonó recientemente la carrera presidencial y que supervisó 279.

Entre el resto de candidatos, Donald Trump, que ha liderado las encuestas en los últimos meses, dijo hace unas semanas que “la pena de muerte debe ser firmemente reintroducida” en el país, en respuesta al declive en el que está sumida.

El Senador por Texas Ted Cruz, por su lado, afirmó que “la pena de muerte es un reconocimiento al valor de la vida humana que debe aplicarse para los peores crímenes”, después de que el Papa Francisco pidiera su abolición cuando visitó Estados Unidos en septiembre.

El Senador por Florida Marco Rubio no solo apoya el castigo capital, sino que ha criticado que las apelaciones contra las condenas a muerte “ralentizan” las ejecuciones.

Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, y George Pataki, ex Gobernador de Nueva York, han tratado infructuosamente de reinstaurar la pena de muerte en sus estados, abolida en 2007.

Carly Fiorina, Rick Santorum y Lindsey Graham también son partidarios del castigo capital, mientras que el neurocirujano Ben Carson, en una posición más ambigua, se ha mostrado comprensivo con los que se oponen a la pena de muerte por sus costes económicos.

Una encuesta elaborada recientemente por la firma Gallup reveló que el 82 por ciento de los votantes republicanos es partidario de la pena capital, un porcentaje que cae hasta el 49 por ciento entre los demócratas.

En total, el 61 por ciento de los estadounidenses aún apoya este castigo, mientras que el 37 por ciento está en contra.

La salud de la pena de muerte pasa por su peor momento en el país, con los registros más bajos de condenas y ejecuciones, paralizada en la mayoría de los estados por litigios legales, con dificultades para obtener fármacos para las inyecciones y con una campaña por la abolición a la que se han adscrito dos de los nueve magistrados del Tribunal Supremo.

Desde que el Tribunal Supremo la reinstauró, Estados Unidos ha ejecutado a mil 419 presos, 25 de ellos este año.

Supremo de EU está dividido sobre los factores para aplicar la pena de muerte

miércoles, octubre 7th, 2015

Washington, 7 oct (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos se mostró hoy divido sobre los factores necesarios para dictar la pena de muerte, durante una audiencia en la que los nueve jueces estudiaron el caso de tres hombres del estado de Kansas a los que la Corte Suprema local libró en julio de recibir la pena máxima.

Los magistrados del alto tribunal, que volvieron este lunes al trabajo tras el receso estival, escucharon durante más de dos horas el caso de Jonathan y Reginald Carr, dos hermanos que en el año 2000 se sumergieron en “una ola brutal de crímenes de violaciones, robos y violencia”, según la descripción de los fiscales de Kansas.

Los dos hermanos, cuyas acciones dejaron cinco muertos y un herido grave, fueron juzgados juntos, declarados culpables y condenados a muerte.

El otro caso que estudió hoy el alto tribunal fue el de Sidney Gleason, condenado a muerte por asesinar en 2004 a una mujer y su novio por creer que podían delatarle por un robo previo.

El pasado julio, la Corte Suprema de Kansas, la máxima instancia judicial de ese estado, consideró que los dos hermanos debían de haber sido juzgados en casos separados, anuló la condena a muerte de los dos y también la de Gleason, sembrando la polémica en un estado de tradición conservadora favorable a la pena capital.

Por eso, ahora la gobernación de Kansas ha recurrido ante el Supremo federal la sentencia de la Corte Suprema estatal, en la que seis de los siete jueces fueron nombrados por demócratas o republicanos moderados, una circunstancia que ha suscitado controversia por su supuesta oposición a la pena capital.

La primera hora de la audiencia en el Tribunal Supremo, con sede en Washington, giró hoy en torno a si los jurados populares reciben información clara sobre los llamados “factores atenuantes” que permiten la formulación de sentencias diferentes a las de muerte, como por ejemplo enfermedades mentales relevantes o abusos en la infancia.

“Un hombre es sentenciado a muerte bajo instrucciones que son confusas”, sostuvo la abogada Neal Katyal, que defiende a Reginald Carr, cuyos crímenes reunieron los requisitos de “factores agravantes” al ser especialmente atroces y crueles y, por ello, fue condenado a muerte.

La jueza Sonia Sotomayor, la primera hispana del Supremo, se mostró de acuerdo con esta idea, mientras que el juez Stephen Breyer, considerado un magistrado “centrista”, cuestionó algunos de los factores más graves que se sopesaron en el momento del juicio.

No obstante, en la audiencia, el juez Antonin Scalia entró en los detalles más brutales del caso de los dos hermanos, que forzaron a sus seis víctimas -tres hombres y tres mujeres- a tener sexo entre ellas para luego violar a las mujeres, robar a todos ellos y dispararles mientras estaban arrodillados en un campo de fútbol.

“Estos son algunos de los asesinos más horrorosos que hemos visto en los últimos diez años aquí. Y los que vemos prácticamente en cada caso de pena de muerte que aparece en el país”, destacó el juez Samuel Alito, de 62 años y católico.

En julio, el Tribunal Supremo dio continuidad a la pena de muerte al permitir el uso de un polémico sedante utilizado en las inyecciones letales, pero abrió la puerta a un debate a largo plazo sobre la constitucionalidad de este castigo.

Estos nuevos casos, de un matiz más técnico, podrían repercutir en las protecciones judiciales que se les presta a los reos a la hora de recibir la pena máxima y podría permitir al Supremo profundizar en la constitucionalidad de este castigo, según Amy Howe, antigua profesora de las Universidades de Stanford y Harvard.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena de muerte en 1976 y Kansas lo hizo en 1994, aunque desde entonces el estado no ha llevado a cabo ninguna ejecución, según un informe del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

Los dos últimos ejecutados en Kansas, en la horca en 1965, fueron Richard “Dick” Hickock y Perry Smith, cuya historia recogió Truman Capote en su famoso libro “A sangre fría”.

Oklahoma suspende por segunda ocasión ejecución de reo

miércoles, septiembre 30th, 2015

Dallas, 30 Sep (Notimex).- La Gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, ordenó hoy suspender la ejecución de Richard Glossip justo antes de llevarse a cabo, al señalar que el estado recibió medicamentos para la inyección letal que no están autorizados para su uso.

Es la segunda ocasión en los últimos 15 días en que se suspende la ejecución de Glossip, un reo que muchos en Oklahoma y en el resto del país presumen inocente.

La ejecución estaba programada para las 15:00 horas locales de este miércoles (20:00 GMT), pero se pospuso momentáneamente mientras las autoridades carcelarias esperaban una decisión de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos sobre la última apelación de los abogados del reo.

La Suprema Corte rechazó la apelación, pero entonces el Departamento de Correcciones de Oklahoma anuncio a las 16:00 horas (21:00 GMT) que la aplicación de la pena de muerte se postergaría por 37 días, por orden de la gobernadora.

“Esta postergación se ordena debido a que el Departamento de Correcciones recibió acetato de potasio como la tercera droga para el protocolo de tres fármacos” que componen la inyección letal, explicó Fallin en un comunicado.

El acetato de potasio es uno de los medicamentos no autorizados para su uso en las ejecuciones bajo el protocolo de la inyección letal en Oklahoma, apuntó.

Glossip, de 52 años de edad, fue sentenciado a la pena de muerte por el homicidio de Barry Van Treese, propietario del Hotel Best Budget Inn en la ciudad de Oklahoma, en enero de 1997.

Glossip trabajaba como gerente del hotel y, de acuerdo con las autoridades, ordenó matar a Van Treese para encubrir el robo de dinero en el establecimiento.

Justin Sneed, quien admitió haber asesinado a Van Tresse golpeándolo con un bate de béisbol, fue sentenciado a cadena perpetua por el homicidio, tras declarar a las autoridades que Glossip lo persuadió para que lo hiciera.

A cambio de su testimonio, las autoridades permitieron a Sneed, quien entonces tenía 19 años, declararse culpable y evadir la sentencia de muerte.

Quienes se oponen a la ejecución sostienen que la única evidencia de las autoridades es el testimonio de Sneed.

No existen pruebas de ADN, ni otra evidencia forense o física, ni se tienen otros testigos. Sólo la palabra de Sneed, cuyo testimonio no ha sido consistente durante su estancia en prisión.

La propia hija de Sneed ha dicho que cree que Glossip es inocente. En una carta a la Junta de Perdones y Libertades Condicionales de Oklahoma, O’Ryan Justine Sneed dijo que su padre ha hablado con ella retractándose de su testimonio original.

CIDH pide medidas cautelares para un salvadoreño condenado a muerte en EU

martes, septiembre 29th, 2015

Washington, 29 sep (EFE).- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó hoy que solicitó medidas cautelares a favor de Alfredo Rolando Prieto, un ciudadano salvadoreño cuya ejecución está programada para este jueves en el estado de Virginia (EU).

Prieto, de 49 años, fue condenado a la pena capital en 2010 por tres asesinatos cometidos entre 1988 y 1990 y es sospechoso de otros seis.

La solicitud de las medidas cautelares está relacionada con la violación de varios artículos de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre, indicó la CIDH en un comunicado emitido en Washington.

Se trata de los artículos I (derecho a la vida, seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho de justicia), XXIV (derecho de petición), XXVI (derecho a proceso regular), precisó ese organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Tras analizar los alegatos de hecho y de derecho presentados por los solicitantes, la Comisión considera que, si el señor Alfredo Rolando Prieto es ejecutado sin tener la oportunidad de examinar profundamente el caso, se afectarían potenciales remedios y ocasionarían daños irreparables”, afirma el organismo.

Por tanto, “la Comisión solicita que Estados Unidos adopte las medidas necesarias para preservar la vida e integridad física del señor Alfredo Rolando Prieto hasta que la CIDH se pronuncie sobre su petición, con el fin de no dejar sin efecto el trámite de su caso ante el Sistema Interamericano”, afirma la nota.

La solicitud de medidas cautelares fue presentada ante la CIDH por las organizaciones Virginia Capital Representation Resource Center, Office of the Federal Public Defender for the Central District of California y Robert F. Kennedy Human Right

La CIDH concede medidas cautelares cuando considera que está en peligro inminente la integridad o la vida de una persona o un grupo.

Prieto fue detenido en California en 1990 por la violación y asesinato de Yvett Woodruff, una joven de 15 años, crimen por el que fue condenado a muerte en 1992.

Ya en prisión, las autoridades introdujeron el ADN de Prieto en una base de datos que vinculó al salvadoreño con un doble asesinato ocurrido en Virginia en 1988.

Rachael Raver y Warren Fulton, dos estudiantes de 22 años, desaparecieron en Washington la noche del 4 de octubre de 1988 y sus cuerpos fueron hallados dos días después en una zona inhóspita de Virginia.

Según los investigadores, Prieto asesinó de un disparo en la nuca a Fulton y tiroteó a Raver por la espalda cuando trataba de huir para después violarla mientras se desangraba.

El reo salvadoreño fue extraditado a Virginia en 2006 y condenado a muerte por ese doble asesinato en 2010.

Más allá de los crímenes de Woodruff, Raver y Fulton, las pruebas de ADN y de balística vinculan a Prieto con otros seis asesinatos en Virginia y California por los que no ha sido juzgado al acumular ya tres condenas a muerte.

La ejecución de Prieto está prevista para el 1 de octubre a las 21.00 hora local (01.00 GMT del viernes) en el Centro Correccional de Greenville, en la localidad de Jarratt.

En su protocolo, Virginia permite que los condenados a muerte elijan su método de ejecución entre la inyección letal y la silla eléctrica.

Según la CIDH, el ejecución de Prieto se producirá a través de inyección letal.

La última vez que un preso fue ejecutado con silla eléctrica en Estados Unidos fue en enero de 2013, precisamente en Virginia. EFE