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¿Escuchamos con los ojos? Un experto explica qué ocurre realmente cuando hablamos con alguien

sábado, abril 3rd, 2021

¿Oímos lo que vemos? De acuerdo con estudios recientes, la comunicación es más compleja de lo que parece, llegando incluso a depender el significado de lo que se percibe al escuchar con lo que se observa. Gestos, movimientos corporales y otros signos no verbales ayudan a decodificar los mensajes en la comunicación humana.

Por Joaquín Mateu Mollá
Profesor Adjunto en Universidad Internacional de Valencia, Doctor en Psicología Clínica, Universidad Internacional de Valencia

Madrid, 3 de abril (The Conversation).- El oído no es completamente objetivo, ni tampoco independiente. Cada vez que conversamos con alguien cara a cara –o a través de Zoom–, además de sus palabras nos llegan sus movimientos corporales, sus gestos. Y tienen tanta importancia que pueden hacer que escuchemos algo distinto a lo que nos han dicho.

Después de todo, la comunicación es una realidad compleja. El extraordinario desarrollo neurológico de nuestra especie (y particularmente de su corteza prefrontal) nos ha permitido transformar realidades perecederas en símbolos abstractos y duraderos, susceptibles de ser transmitidos a los demás mediante la escritura y el habla.

Tan valioso recurso no sólo ha facilitado la expresión de ideas o necesidades inmediatas: también ha dotado de inmortalidad a los hechos del mundo, más allá del inevitable ocaso de quienes poblamos temporalmente la tierra. De hecho, la aparición de la escritura se considera la línea divisoria entre la historia y la prehistoria. Gracias a ella es posible salvaguardar culturas remotas, y mantener el conocimiento acumulado de generación en generación.

Pese a la enorme ventaja evolutiva que representa el lenguaje en todas sus formas, pocas veces reparamos en lo maravilloso que es poder hacer uso de él. En este artículo abordaremos un recentísimo avance científico al respecto, pero primero deberemos preguntarnos: ¿qué ocurre realmente cuando hablamos con alguien?

La comunicación cara a cara, contrariamente a la que discurre a través de un teléfono o mediante aplicaciones de mensajería instantánea, nos da una perspectiva privilegiada de la presencia física del otro. Foto: Andrés Kudacki, AP

¿QUÉ OCURRE REALMENTE CUANDO HABLAMOS CON ALGUIEN?

La comunicación cara a cara, contrariamente a la que discurre a través de un teléfono o mediante aplicaciones de mensajería instantánea, nos da una perspectiva privilegiada de la presencia física del otro. Este hecho se traduce en la oportunidad de usar diversas herramientas para confeccionar nuestros mensajes; requiriéndose generalmente la coordinación del sistema auditivo, el aparato fonador y las destrezas gestuales.

Cuando interactuamos con alguien, más allá de escuchar sus palabras e inferir el significado que pudiera subyacer a ellas, apreciamos también sus movimientos corporales y su posición relativa en el espacio. Esto último se conoce como comunicación no verbal y resulta esencial para garantizar el éxito del proceso. De hecho, representa aproximadamente el 70 por ciento de la información de la que disponemos al tratar de entender al otro.

Así pues, comunicarse adecuadamente requiere la puesta en marcha de notables destrezas lingüísticas, pero también motoras. Los movimientos que se expresan durante una conversación pueden tener múltiples objetivos: mostrar complicidad a través de la mímica, enfatizar contenidos relevantes del discurso o incluso ilustrar con gestos aquello que se narra. En los últimos años, además, se están encontrando otras funciones nuevas e inesperadas.

LO QUE VEMOS CONDICIONA LO QUE OÍMOS

Al hablar codificamos símbolos abstractos para transformarlos en palabras, con sus correspondientes propiedades acústicas. Al escucharlas, no obstante, se recorre el camino inverso: decodificamos el sonido para sustraer su naturaleza simbólica y entender su significado tácito. En toda conversación cotidiana se suceden alternativamente ambos procesos, mientras el cuerpo de los implicados actúa como canal informativo fundamental. Todo el proceso requiere de destrezas lingüísticas, motoras, sociales y emocionales; imbricadas con precisión en la situación comunicativa.

Si bien existe amplia evidencia sobre cómo los aspectos sociales y emocionales influyen en la selección y en el procesamiento de la información verbal, todavía resulta muy escasa la investigación sobre la aportación relativa del movimiento a la comprensión integral de un mensaje. Por ejemplo: ¿puede la comunicación no verbal condicionar el modo en que escuchamos las palabras del otro?

Uno de los fenómenos más conocidos al respecto es el clásico efecto McGurk. Este se despliega al presentar a un sujeto una grabación muda de labios articulando sonidos, mientras que simultáneamente escucha una sílaba sencilla (“ba”, por ejemplo) que no coincide con la que aquellos deberían emitir. Ante esta disyuntiva sensorial el individuo percibiría un sonido combinado de ambas fuentes, pero sustancialmente distinto al de cada una de ellas por separado. En definitiva: la información visual disponible moldearía la integración auditiva.

En los últimos años, los científicos se han preguntado si este conocido efecto podría extenderse también al movimiento del resto del cuerpo (más allá de la boca). Esto es, si los gestos podrían condicionar el modo en que escuchamos las palabras. La respuesta, en apariencia, parece ser que sí.

Al hablar codificamos símbolos abstractos para transformarlos en palabras, con sus correspondientes propiedades acústicas. Foto: Andrés Kudacki, AP

UN EJEMPLO SENCILLO

En español existen palabras que cambian completamente su significado en función del énfasis con el que se acentúe una u otra de las sílabas que las conforman. Un ejemplo de ello lo encontramos en los términos “plato” (acentuando la primera sílaba hace referencia a un tipo concreto de recipiente) y “plató” (enfatizando la segunda sílaba aludiría a un escenario acondicionado para el rodaje de películas).

Si bien sus diferencias como estímulos escritos son evidentes (pues en el segundo caso la palabra se acentúa atendiendo al consenso gramatical), en su transformación sonora no resulta tan sencillo distinguirlos. La persona que las pronuncia debe subrayar prosódicamente el segmento adecuado (sílaba), de forma que el sonido adquiera el matiz pretendido. Si esta tarea fracasa… ¡podría incluso cambiar el significado de lo que estamos diciendo!

Pues bien, estudios recientes han demostrado que el movimiento corporal puede actuar como sustituto del acento verbal. De esta forma, si se presenta a una persona la palabra “plato” mientras quien la pronuncia acentúa con sus manos la última de las sílabas, el oyente podrá “escuchar” realmente la palabra “plató”. ¡La información visual interferirá nuevamente en el procesamiento auditivo!

Estas investigaciones subrayan cómo la percepción del lenguaje hablado va más allá de la simple recepción de una señal acústica. Al parecer, la información adicional que orbita en torno a él puede llegar a transformar el modo en que se procesa cognitivamente una palabra. No es un simple “apoyo expresivo”. Puede decirse que la recepción de la voz humana adquiere un carácter multimodal mucho más complejo de lo que pensábamos hasta ahora.

Se espera que con el paso del tiempo este hallazgo pueda aplicarse a tecnologías que potencien la interacción entre seres humanos y sistemas informáticos, o también a los software de reconocimiento multimodal del habla. Sea como fuere, contribuirá a desentrañar el misterio de la comunicación humana y de los procesos perceptivos que median en la interpretación del lenguaje.

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Imagina que sólo tú escuchas la música, la tele, un videojuego. Y sin audífonos. Pues ya está aquí

jueves, noviembre 12th, 2020

La realidad supera a la ficción cada vez más, o al menos Noveto Systems lo está logrando con su nueva tecnología de sonido 3-D que logra una inmersión dentro del sonido sin necesidad de auriculares. 

Por Louise Dixon

Londres, 12 de noviembre (AP).- Imagina un mundo en el que te mueves en tu propia burbuja de sonido personal. Escuchas música, participas en videojuegos ruidosos o ves una película sin molestar a quienes te rodean.

Esto es lo que ofrece el “haz de sonido” (sound beaming), una nueva tecnología de Noveto Systems, una empresa israelí que el viernes presentará un dispositivo que transmite el sonido directamente al usuario sin necesidad de auriculares.

La empresa dio una demostración para The Associated Press del SoundBeamer 1.0 antes de su lanzamiento.

La sensación auditiva parece de ciencia ficción. El sonido 3-D está tan cerca que se siente como si estuviera dentro de los oídos, pero también delante, encima y detrás.

Con esta nueva tecnología, tal parece que los auriculares podrían convertirse en algo obsoleto. Foto: Archivo

Noveto espera que el dispositivo tenga muchos usos prácticos: permitir que oficinistas escuchen música o conferencias telefónicas sin incomodar a los colegas, o ver películas en casa sin molestar a los demás.

La falta de auriculares significa que es posible escuchar otros sonidos en la habitación con claridad.

La tecnología utiliza un módulo de detección 3-D y localiza y rastrea la posición del oído enviando audio a través de ondas ultrasónicas para crear bolsas de sonido en los oídos del usuario. El sonido se puede escuchar en estéreo o en modo espacial 3-D que crea un sonido de 360 grados alrededor del oyente, de acuerdo con la compañía.

La demostración incluye videos de la naturaleza: cisnes en un lago, abejas zumbando y el murmullo de un arroyo, donde el oyente se siente completamente transportado a la escena. También es posible salirse del haz de sonido y no escuchar nada, lo que crea una experiencia surrealista.

“Te sigue a donde quiera que vayas. No es necesario molestar a los demás y los demás no se molestarán con tu sonido. Pero aún puedes interactuar con ellos”, dijo por Zoom desde Tel Aviv, la directora de producto, Ayana Wallwater.

Si bien el concepto de haz de sonido no es nuevo, Noveto fue el primero en lanzar la tecnología y su dispositivo SoundBeamer 1.0 será el primer producto dirigido al consumidor.

¿Qué es la terapia de cosquillas en el oído y cómo podría retrasar el envejecimiento?

lunes, agosto 12th, 2019

Los científicos descubrieron que “hacer cosquillas” en el oído con una pequeña corriente eléctrica a diario durante dos semanas condujo a mejoras tanto fisiológicas como de bienestar, incluida una mejor calidad de vida, estado de ánimo y sueño.

Ciudad de México, 12 de agosto (Europa Press).–Una nueva investigación de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, ha comprobado que una terapia de estimulación eléctrica en el oído parece reequilibrar el sistema nervioso autónomo para los mayores de 55 años, lo que podría ralentizar uno de los efectos del envejecimiento, según publican los autores en la revista Aging.

Los científicos descubrieron que “hacer cosquillas” en el oído con una pequeña corriente eléctrica a diario durante dos semanas condujo a mejoras tanto fisiológicas como de bienestar, incluida una mejor calidad de vida, estado de ánimo y sueño.

La terapia, llamada estimulación transcutánea del nervio vago, suministra una pequeña corriente eléctrica indolora al oído, que envía señales al sistema nervioso del cuerpo a través del nervio vago. Esto podría ayudar a proteger a las personas de enfermedades crónicas a las que nos volvemos más propensos a medida que envejecemos, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas y la fibrilación auricular. Los investigadores defienden que esta terapia de ‘cosquillas’ tiene el potencial de ayudar a las personas a envejecer de manera más saludable, al recalibrar el sistema de control interno del cuerpo.

La autora principal, la doctora Beatrice Bretherton, de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Leeds, explica que “el oído es como una puerta de entrada a través del cual podemos manipular el equilibrio metabólico del cuerpo, sin la necesidad de medicamentos o procedimientos invasivos. Además, creemos que estos resultados son solo la punta del iceberg. Estamos entusiasmados de investigar más a fondo sobre los efectos y los beneficios potenciales a largo plazo de la estimulación diaria del oído, ya que hasta ahora hemos visto una gran respuesta al tratamiento”.

El sistema nervioso autónomo controla muchas de las funciones del cuerpo que no requieren pensamiento consciente, como la digestión, la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Contiene dos ramas, la simpática y la parasimpática, que trabajan unas contra otras para mantener un equilibrio saludable de actividad.

La rama simpática ayuda al cuerpo a prepararse para una actividad de “lucha o huida” de alta intensidad, mientras que el parasimpático es crucial para la actividad de “descanso y digestión” de baja intensidad. A medida que envejecemos y luchamos contra las enfermedades, el equilibrio del cuerpo cambia de tal manera que la rama simpática comienza a dominar. Este desequilibrio nos hace más susceptibles a nuevas enfermedades y conduce al colapso de la función corporal saludable a medida que envejecemos.

Los médicos llevan mucho tiempo interesados en el potencial del uso de corrientes eléctricas para influir en el sistema nervioso. El nervio vago, el nervio principal del sistema parasimpático, a menudo se ha utilizado para la estimulación eléctrica y las investigaciones anteriores han analizado la posibilidad de utilizar la estimulación del nervio vago para combatir la depresión, la epilepsia, la obesidad, el accidente cerebrovascular, el tinnitus y las afecciones cardíacas.

Sin embargo, este tipo de estimulación necesita cirugía para implantar electrodos en la región del cuello, con el gasto que representan y un pequeño riesgo de efectos secundarios. Pero hay una pequeña rama del nervio vago que puede ser estimulada sin cirugía, ubicada en la piel de partes específicas del oído externo.

En Leeds, investigaciones anteriores han demostrado que la aplicación de un pequeño estímulo eléctrico al nervio vago en el oído, que algunas personas perciben como una sensación de cosquilleo, mejora el equilibrio del sistema nervioso autónomo en personas sanas de 30 años.

Otros investigadores en todo el mundo ahora están investigando si esta estimulación transcutánea del nervio vago (tVNS) podría proporcionar una terapia para afecciones que van desde problemas cardíacos hasta salud mental.

En su nuevo estudio, los científicos de la Universidad de Leeds querían ver si tVNS podría beneficiar a los mayores de 55 años, que tienen más probabilidades de tener sistemas autónomos fuera de equilibrio que podrían contribuir a los problemas de salud asociados con el envejecimiento.

Reclutaron a 29 voluntarios sanos, de 55 años o más, y les dieron a cada uno la terapia tVNS durante 15 minutos por día, durante un período de dos semanas. A los participantes se les enseñó a autoadministrarse la terapia en casa durante el estudio.

La terapia provocó un aumento de la actividad parasimpática y una disminución de la actividad simpática, reequilibrando la función autónoma hacia la asociada con la función saludable. Además, algunas personas informaron sobre mejoras en las medidas de salud mental y patrones de sueño.

Los autores sugieren que en el futuro puede ser posible identificar quién tiene más probabilidades de beneficiarse de la terapia, por lo que se puede ofrecer a través de un enfoque dirigido. “Creemos que esta estimulación puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas, y ahora esperamos realizar más estudios para ver si la TVNS puede beneficiar múltiples trastornos”, señala la doctora Susan Deuchars, una de las autoras principales del estudio.

Una cucaracha invade el oído de una mujer por más de una semana, en EU

martes, mayo 8th, 2018

Tras acudir al médico, la mujer siguió sintiendo molestias, y un segundo especialista constató que aún quedaban partes de la cucaracha en el interior del oído.

Los especialistas no lograron sacar la cucaracha por completo. Foto: Katie Holley

Ciudad de México 8 mayo (RT/SinEmbargo).- La estadounidense Katie Holley se despertó una noche en su casa de Florida con una sensación extraña en el oído izquierdo, como si le hubieran metido un trozo de hielo. Cuando intentó eliminar con un bastoncillo de algodón el origen de las molestias, vio horrorizada que de su oído salían dos patitas, y entonces entendió que se le había metido un insecto, según contó a la revista SELF.

Pidió a su marido para que la examinara y este confirmó que lo que tenía en la oreja era una cucaracha y que, además, estaba viva.

Mientras andaban hacia el coche para dirigirse al hospital, Katie “sentía como la cucaracha intentaba meterse más adentro en el oído”.

El otorrinolaringólogo extrajo toda la cabeza del insecto. Foto: Katie Holley

En el hospital los médicos intentaron matar la cucaracha, pero esta “empezó a reaccionar” en la “agonía de la muerte”. Los especialistas no lograron sacarla por completo y Katie salió del hospital todavía con una sensación incómoda en el oído. Nueve días más tarde volvió a visitar el médico, que sacó seis partes más del cadáver, aunque dejó abierta la posibilidad de que algún fragmento hubiera quedado dentro del oído.

El doctor le reservó una visita urgente a un otorrinolaringólogo y el resultado de la revisión no tardó en sorprenderla. El especialista “extrajo toda la cabeza, el torso superior, extremidades adicionales y las antenas”, que la mujer había albergado en su oído durante más de una semana.

“Creo que antes se me curará el oído que mi salud mental”, dijo Katie Holley.

Según el entomólogo Coby Schal, estas invasiones son más frecuentes de lo que nos gustaría creer. Y es que las cucarachas, así como las hormigas, “buscan comida en todas partes” y el cerumen del oído humano “puede ser un atractivo para los insectos”, informa National Geographic.

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Expertos buscan el origen del “zumbido” que enloquece a quienes lo escuchan

martes, febrero 13th, 2018

Algunos expertos creen que “El Zumbido” se trata de tinnitus, un fenómeno perceptivo que se da cuando las personas oyen un sonido que realmente no existe.

Ciudad de México, 13 febrero (RT/SinEmbargo).- “The Hum”, en español, “El Zumbido”, es un fenómeno inusual e inexplicable con el que algunas personas –cerca de un 2 por ciento de la población– oyen un sonido “persistente e invasivo” que incluso puede perturbar su salud física y mental, según señala un reciente artículo de Gizmodo.

Un portal lleva un registro de todos los lugares donde ha sido detectado “El Zumbido”. Foto: Shutterstock

Los reportes que hablan sobre este sonido de baja frecuencia, parecido al de un camión al ralentí, el “taladro de un dentista” o una “bombilla fluorescente a punto de estallar” (según las personas que lo experimentan) empezaron a llegar en los años 70 desde varias zonas del mundo. El sonido ha tenido desde entonces varios sobrenombres: el “Ron Ron” de Roma o el Zumbido de Bristol (Reino Unido) que incluso llevó a una persona al suicidio. También ha sido reportado en la ciudad británica de Largs, en Taos (Nuevo México, EU) o en Hueytown (Alabama, EU), entre muchos otros lugares.

Actualmente, incluso existe un portal que lleva un registro de todos los lugares donde ha sido detectado “The Hum”. La web fue creada por un profesor de Sechelt (Canadá), que empezó a oír el zumbido en 2012. Allí, los “hummers” comparten sus preocupaciones derivadas de percibir este inexplicable sonido. En el año 2017, el portal contaba con 5 mil lugares donde había sido detectado el fenómeno.

POSIBLES EXPLICACIONES

Algunos expertos creen que se trata de tinnitus, un fenómeno perceptivo que se da cuando las personas oyen un sonido que realmente no existe. Sin embargo, en varios lugares donde se registró “El Zumbido”, los científicos realmente lograron detectar sonidos de baja frecuencia, como, por ejemplo, en la ciudad de Largs, en el Reino Unido.

Algunos expertos creen que se trata de tinnitus. Foto: Twitter / @NHSChoices

Otra teoría señala que podría tratarse de una combinación de dos a más sonidos, que crearía una especie de “frecuencia de latido” que sólo pocas personas pueden escuchar. Al mismo tiempo, también existe una explicación que apunta a que el sonido podría ser el reflejo de la energía de las olas del océano, que causa oscilaciones en la corteza terrestre que serían oídas por las personas sensibles a las frecuencias bajas.

Esta última teoría podría tener algo de sentido, teniendo en cuenta que muchos de los lugares donde se ha reportado “The Hum” se ubican cerca del océano. Sin embargo, sigue siendo una hipótesis, mientras la búsqueda de una explicación para este misterioso fenómeno todavía continúa.

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