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El Nobel de Literatura Peter Handke es declarado “persona non grata” en Kosovo y Bosnia

miércoles, diciembre 11th, 2019

El premio para el autor austríaco, de 77 años de edad, es criticado por numerosos países balcánicos, sobre todo en el ente musulmano-croata de Bosnia, Kosovo y Albania, pero también por otros como Croacia y Turquía.

Varias asociaciones de víctimas de la guerra bosnia asistieron ayer a una protesta en Estocolmo por la entrega del Nobel a Handke. Lo acusan de apoyar el nacionalismo radical serbio y negar el genocidio de musulmanes en Srebrenica.

Sarajevo, 11 de diciembre (EFE).- El controvertido premio Nobel de Literatura Peter Handke fue declarado este miércoles “persona non grata” en Kosovo y en Sarajevo (Bosnia), con la acusación de apoyar el nacionalismo radical serbio, al líder Slobodan Milosevic, y negar el genocidio cometido contra musulmanes en Srebrenica durante la guerra en Bosnia (1992-95).

“Hoy he decidido declarar a Peter Handke ‘persona non grata’ en Kosovo por el apoyo que ha dado a Milosevic y su política genocida en Kosovo y en Bosnia-Herzegovina, y la negación del genocidio cometido por Serbia”, anunció el ministro de Exteriores kosovar, Begjet Pacolli, en su cuenta en Twitter.

Agregó que conceder el premio Nobel de Literatura a Handke muestra una falta de respeto por las víctimas del genocidio de Srebrenica (Bosnia).

Kosovo es una antigua provincia de Serbia, que declaró su independencia en 2008, nueve años después de la intervención militar de la OTAN contra la entonces Yugoslavia, cuyas fuerzas eran acusadas de cometer atrocidades sistemáticas contra la población albano-kosovar.

El anuncio de Pacolli hoy se produjo varias horas después de que el cantón bosnio de Sarajevo declarara al escritor austríaco “persona non grata”, con la acusación de apoyar el nacionalismo radical serbio y negar el genocidio cometido contra musulmanes en Srebrenica durante la guerra en Bosnia (1992-95).

Unos 8 mil musulmanes fueron asesinados a manos de las tropas serbobosnias en 1995, en una matanza calificada oficialmente como “genocidio” por la justicia internacional.

Por eso, el Nobel a Handke fue criticada en parte de Bosnia-Herzegovina como “un premio al genocidio”.

Por otro lado, en Serbia, en la república serbobosnia y entre los serbios de Kosovo el Nobel a Handke es celebrado como un galardón a un “gran amigo” e intelectual que tuvo coraje de contrarrestar el estereotipo de serbios como los únicos malos de los Balcanes.

El premio para el autor austríaco, de 77 años de edad, es criticado por numerosos países balcánicos, sobre todo en el ente musulmano-croata de Bosnia, Kosovo y Albania, pero también por otros como Croacia y Turquía.

Varias asociaciones de víctimas de la guerra bosnia asistieron ayer a una protesta en Estocolmo por la entrega del Nobel a Handke.

El escritor rechaza que haya cuestionado la matanza de Srebrenica y dice que con sus escritos políticos pretendía matizar la imagen internacional de los serbios como “malvados” y de los bosnio musulmanes como “buenos”.

Handke recogerá el Nobel entre protestas de familias de las víctimas del genocidio en Srebrenica

jueves, diciembre 5th, 2019

La controversia por la posición proserbia de Handke durante las guerras en la antigua Yugoslavia, con acusaciones de dar voz al nacionalismo serbio más radical y minimizar lo sucedido en Srebrenica -donde se masacró a 8 mil musulmanes bosnios- ha ensombrecido su Nobel.

El escritor, que este viernes ofrecerá una rueda de prensa en Estocolmo dentro de los actos previos a la entrega del Nobel, rechaza que haya cuestionado la matanza y dice que pretendía matizar la imagen internacional de los serbios como “malvados”.

Por Luis Lidón y Nedim Hasic

Viena/Sarajevo, 5 de diciembre (EFE).- Cuando el escritor austríaco Peter Handke recoja el próximo martes el Nobel de Literatura, varias decenas de víctimas del genocidio en la localidad bosnia de Srebrenica -cometido en 1995 por milicias serbobosnias- protestarán en Estocolmo contra un premio que consideran “una vergüenza”.

“Este Nobel nos ha afectado de tal modo que hemos revivido nuevamente el genocidio de 1995. Es injusto”, explica a Efe Munira Subasic, presidenta de la asociación Madres de Srebrenica.

“Hemos rechazado reunirnos con representantes de la Academia sueca. No queremos encontrarnos con ellos después de que nos enviasen una carta en la que se dice que nosotros, supuestamente, no entendemos la literatura“, agrega.

“Nosotros lo entendemos todo muy bien. Ellos no entienden, ni quieren entender, lo que nos ha pasado a nosotros”, señala Subasic, que recuerda que Handke llegó a cuestionar la sinceridad del dolor de las madres de Srebrenica.

La controversia por la posición proserbia de Handke durante las guerras en la antigua Yugoslavia, con acusaciones de dar voz al nacionalismo serbio más radical y minimizar lo sucedido en Srebrenica -donde se masacró a 8 mil musulmanes bosnios- ha ensombrecido su Nobel.

Subasic perdió a un hijo de 21 años en la matanza. Solo recuperó dos huesos, que enterró en el centro memorial de Potocari, donde se encuentran inhumadas 6.610 víctimas identificadas hasta ahora.

El escritor, que este viernes ofrecerá una rueda de prensa en Estocolmo dentro de los actos previos a la entrega del Nobel, rechaza que haya cuestionado la matanza de Srebrenica y dice que pretendía matizar la imagen internacional de los serbios como “malvados” y de los bosniomusulmanes como “buenos”.

La controversia obligó incluso a la Academia Sueca a defender al premio. “Es un autor provocador y que se ha expresado de modo inadecuado y poco claro en cuestiones políticas, pero no hay en sus escritos nada que implique un ataque a la sociedad civil o al respeto por la igualdad de las personas”, subrayó la Academia en un artículo publicado en el diario Dagens Nyheter.

Una de las asesoras externas del Comité Nobel, Gun-Britt Sundström, renunció esta semana después de mostrar discrepancias con el galardón dado a Handke.

UNA POLÉMICA QUE VIENE DE LEJOS

El premio ha reavivado una polémica que ha acompañado a Handke desde la década de 1990. Importantes autores, como la también austríaca y ganadora del Nobel Elfriede Jelinek, o el cineasta Wim Wenders han defendido la libertad de Handke para escribir y opinar.

En Serbia, un grupo de políticos nacionalistas e intelectuales, entre los que destaca el cineasta Emir Kusturica, han apoyado a Handke en un reciente manifiesto que sostiene que “no hubo actos de genocidio” en la antigua Yugoslavia durante la guerra de 1991-1995.

Por el lado contrario, afamados intelectuales como el indobritánico Salman Rushdie, la estadounidense Joyce Carol Oates o el filósofo esloveno Slavoj Zizek han criticado a Handke por su revisionismo y por asumir la propaganda nacionalista serbia.

El novelista estadounidense de origen bosnio Aleksandar Hemon lo calificó como “el Bob Dylan de los apologetas del genocidio”.

Nadie niega la calidad artística de la obra de Handke. El problema, según sus críticos, son sus ideas en varias obras y entrevistas en las que minimiza o siembra dudas sobre la autoría de crímenes de guerra cometidos en nombre del nacionalismo serbio.

Otro problema fundamental es que Handke no se ha distanciado de sus ideas, según sus críticos, sino que sigue defendiéndolas pese a las abrumadoras pruebas que las refutan.

Las atrocidades de la guerra de Bosnia están ampliamente documentadas por la Justicia internacional. El 60 % de las 100.000 personas que murieron en la guerra fueron musulmanes, mientras que el 30 % fueron serbios. La mayoría de las víctimas musulmanas fueron civiles, mientras que las serbias fueron militares.

¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Los defensores de Handke aseguran que existe una campaña para castigar su disidencia sobre la “versión oficial” de los sucedido en los Balcanes. Sus críticos responden que no se ataca su libertad de expresión sino unas mentiras que no se sostienen en hechos factuales.

“Nadie dice que Handke no pueda hablar o dar su opinión, pero la libertad de expresión también tiene consecuencias”, explica a Efe Florian Bieber, un historiador y politólogo especializado en los Balcanes.

“Y la suya es una posición revisionista, que pone en cuestión hechos demostrados y que defiende una posición de nacionalismo extremo que denigra a seres humanos”, agrega.

Handke desarrolla sus ideas sobre las guerras de la antigua Yugoslavia en siete libros, de los que “Viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Moravia y Drina” o “Justicia para Serbia” (1996) y “Apéndice de verano a un viaje de invierno” (1997), son los más controvertidos.

ACUSACIONES DE REVISIONISMO

En sus obras de contenido político, Handke utiliza un estilo digresivo para plantear preguntas retóricas en las que cuestiona la responsabilidad serbia en algunas masacres, como el impacto de un mortero en el mercado de Sarajevo que causó decenas de muertos.

El escritor sugiere que algunas imágenes de campos de prisioneros bosniomusulmanes son escenificadas y atribuye la demonización de los serbios a una manipulación periodística internacional.

“Es una clásica estrategia del revisionismo histórico. Se cuestionan hechos establecidos sin dar fuentes, porque no las tiene, y siembra dudas de forma permanente”, sostiene Bieber.

Handke también sostiene que la matanza de Srebrenica se debió a un acto de venganza por excesos previos de fuerzas bosniomusulmanas y se pregunta qué pudo desencadenarla, como si algo pudiera justificar esa masacre.

Después de obtener el Nobel, en octubre, apareció una entrevista del año 2011 en una revista minoritaria, Ketzerbriefe, en la que el escritor define Srebrenica como un acto de venganza y asegura: “No es que lo condene, pero tampoco lo puedo aceptar del todo”.

Y agrega: “A las denominadas ‘Madres de Srebrenica’ no les creo ni una palabra”. Tras el enorme revuelo que generó, Hadke aseguró que no había autorizado esa entrevista y que sus palabras se habían malinterpretado. Hasta entonces, esa entrevista constaba en la bibliografía oficial del escritor.

En otras obras el escritor cuestiona la legitimidad y la imparcialidad de la Justicia Internacional. Handke se encontró con dirigente serbobosnio Radovan Karadzic en 1996, cuando ya era un prófugo por crímenes de guerra, y visitó al autoritario presidente serbio Slobodan Milosevic cuando esta siendo juzgado en La Haya. También asistió a su entierro en 2006 y dio un pequeño discurso allí.

Handke defendió sus opiniones en una reciente entrevista con la revista alemana Die Zeit diciendo que era literatura y no periodismo. “Ni una palabra de las que he escrito se puede denunciar. Es literatura”.

Sea literatura o no, la indignación de sus palabras es muy real. “Este premio a Handke es algo repugnante en una Europa en la que crece la xenofobia y la islamofobia”, asegura a Efe Bernis Ademovic, cuyo padre fue asesinado en Srebrenica.

Mujeres que perdieron a sus esposos e hijos en la guerra de Bosnia protestan para retirar Nobel a Handke

martes, noviembre 5th, 2019

Las manifestantes se reunieron afuera de la embajada sueca con pancartas que comparaban a Handke con el Presidente serbio Slodoban Milosevic y los ex líderes juzgados por genocidio ante el tribunal encargado de crímenes de la guerra de la ONU, por la guerra de Bosnia de 1992 a 1995.

Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, 5 de noviembre (AP).- Sobrevivientes de la guerra en Bosnia, entre ellos madres que perdieron a sus esposos e hijos en la masacre de Srebrenica, protestaron el martes en Sarajevo para exhortar al comité del Nobel a revertir su decisión de entregar el Premio Nobel de Literatura de 2019 al escritor austriaco Peter Handke.

Los manifestantes se reunieron afuera de la embajada sueca en el centro de Sarajevo con pancartas que tenían frases que comparaban a Handke con el Presidente serbio Slodoban Milosevic y los líderes bosnios serbios en la época de la guerra Radovan Karadzic y Ratko Mladic.

Los tres ex líderes fueron juzgados por genocidio ante el tribunal encargado de crímenes de la guerra de la ONU por la guerra de Bosnia de 1992 a 1995. Milosevic murió en 2006 antes de que acabara su juicio, y Karadzic y Mladic fueron condenados y sentenciados a cadena perpetua.

Handke, de 76 años, desde hace mucho es criticado por su férrea defensa de los serbios durante las guerras de la década de 1990 que devastaron a los Balcanes mientras se desintegraba Yugoslavia. Incluso habló en el funeral de Milosevic de 2006 y lo calificó de “un hombre más bien trágico”. A pesar de los fallos de la corte de la ONU, que estipulan lo contrario, Handke ha negado reiteradamente que la masacre Srebrenica en Bosnia de 1995 fuera un genocidio.

Las mujeres bosnias musulmanas cuyos esposos e hijos fueron asesinados en Srebrenica se unieron a la protesta, a la que llevaron una fotografía de Handke con el texto: “Premiar a Handke equivale a premiar crímenes de guerra”.

La protesta se organizó para que coincidiera con la visita oficial de tres días a Bosnia de la princesa heredera de Suecia Victoria y el príncipe Daniel.

Más de 8 mil hombres y niños bosnios musulmanes fueron asesinados durante días de masacres después de que el enclave protegido por la ONU de Srebrenica fuera invadido por las fuerzas bosnias serbias el 11 de julio de 1995. Es el único episodio de la guerra de Bosnia que dos tribunales de la ONU consideraron un genocidio.

Academia Sueca defiende a Handke por acusaciones; “se expresó mal, pero no apoya crímenes de guerra”, dice

jueves, octubre 17th, 2019

El texto, titulado “Por supuesto que no vamos a premiar a un defensor de la guerra”, está firmado por el secretario permanente de la institución que otorga cada año el Premio Nobel.

La institución recordó que no hay pruebas de que el escritor haya glorificado las matanzas o negado los crímenes de guerra cuando participó en el entierro del Presidente serbio Slobodan Milosevic, aunque su presencia pueda ser “insensata”.

Copenhague, 17 de octubre (EFE).- La Academia Sueca salió este jueves en defensa de Peter Handke, galardonado con el Nobel de Literatura de este año, y resaltó que el escritor austríaco no es ningún belicista ni niega los crímenes de guerra en la contienda de los Balcanes.

“Es un autor definitivamente provocador y que se ha expresado de modo inadecuado y poco claro en cuestiones políticas, pero no hay en sus escritos nada que implique un ataque a la sociedad civil o al respeto por la igualdad de las personas”, consta en un artículo difundido hoy en la web de Dagens Nyheter, principal diario sueco.

El texto, titulado “Por supuesto que no vamos a premiar a un defensor de la guerra”, está firmado por el secretario permanente de la institución que otorga cada año el galardón, Mats Malm, y otro de sus miembros, Eric M. Runesson.

La Academia Sueca recordó que en “Winterliche Reise” (“Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina”, de 1996) Handke explica que no cuestiona la masacre cometida por tropas serbobosnias en Srebrenica.

“Lo acusan de relativizar la masacre por referirse a otras cometidas durante la guerra. Es difícil ver cómo eso implica restarle importancia a los hechos especialmente crueles del genocidio de Srebrenica”, razonan Malm y Runesson.

Handke calificó además lo ocurrido en Srebrenica como el “mayor crimen contra la humanidad en Europa tras la II Guerra Mundial” en un artículo en el diario “Süddeutsche Zeitung” en 2006.

Tampoco existe “ninguna prueba” de que haya glorificado las matanzas o negado los crímenes de guerra cuando participó en el entierro del Presidente serbio Slobodan Milosevic, aunque su presencia pueda ser “insensata” para alguien de su posición.

“Nos preguntamos qué fuentes han usado sus críticos y por qué se ocultan afirmaciones del propio Handke”, concluye el artículo.

La Academia Sueca falló la semana pasada dos Nobel, uno para 2018 y otro para 2019, al ser aplazado el galardón del año pasado por el escándalo sexual y de filtraciones que ha afectado a la institución: el primero fue para la polaca Olga Tokarczuk, y el otro para Handke.

Ya en la rueda de prensa posterior a la difusión del fallo, el presidente del Comité Nobel, Anders Olsson, respondió al ser preguntado por la polémica que persigue a Handke por su oposición a los ataques de la OTAN en Belgrado en 1999 y su visita a Milosevic: “Este no es un premio político, Handke es un autor enorme”.

Handke, asentado en Francia desde hace dos décadas, suspendió ayer una rueda de prensa en Austria al recibir la noche anterior en Griffen, su ciudad natal, varias preguntas sobre su relación con Milosevic, según informó la emisora pública ORF.

“Soy un escritor, vengo de Tolstoi, vengo de Homero, vengo de Cervantes. ¡Dejadme en paz y no me hagáis este tipo de preguntas!”, dijo en una conversación parcialmente grabada en vídeo.

Fuera de cámara agregó, según ORF, que “nunca más” responderá a preguntas de periodistas, ya que a pesar del premio Nobel ninguno se interesa en realidad por su literatura y sus escritos.

Handke, Nobel de Literatura: No hablaré más con periodistas; no les interesan mis libros, afirma

miércoles, octubre 16th, 2019

El escritor austriaco Peter Handke suspendió de forma definitiva un encuentro con la prensa previsto para este miércoles, tras expresar su hartazgo con las preguntas que le realizan los periodistas, que no tienen que ver con su literatura.

“Todos preguntan siempre lo mismo. De nadie que se me acerca oigo que haya leído mi obra”, dijo el autor refiriendo los cuestionamientos acerca de las críticas por su apoyo en el pasado al Presidente serbio Slobodan Milosevic.

Viena, 16 de octubre (EFE).- El premio Nobel de Literatura 2019, el austríaco Peter Handke, ha suspendido de forma definitiva un encuentro con la prensa, previsto para este miércoles, tras afirmar que “nunca más” quiere hablar con los periodistas, informa hoy la emisora pública ORF.

Con motivo del galardón, Handke fue recibido anoche en Griffen, su ciudad natal, por el alcalde de esa localidad, el gobernador del Estado federado de Carintia (sur de Austria) y por otros dignatarios locales.

En el mismo acto también participaron algunos periodistas, que hicieron unas cuantas preguntas al escritor, entre ellas, acerca de las críticas contra su persona por su apoyo en el pasado del Presidente autoritario serbio Slobodan Milosevic.

Con motivo del galardón, Handke fue recibido anoche en Griffen, su ciudad natal, por el alcalde de esa localidad, el gobernador del Estado federado de Carintia. Foto: Especial

En ese momento de la conversación, parcialmente grabada en vídeo, Handke señala, visiblemente alterado: “Soy un escritor, vengo de Tolstoi, vengo de Homero, vengo de Cervantes. ¡Dejadme en paz y no me hagáis este tipo de preguntas!”.

El literato había recordado poco antes el momento que vivió tras conocer la semana pasada la noticia de haber recibido el Nobel 2019.

“Delante de mi jardín (en las afueras de París) hay 50 periodistas. Todos preguntan siempre como usted. De ninguna persona que se me acerca oigo que ha leído algo de mi obra, que sabe lo que he escrito. La única pregunta es cómo reacciona el mundo. Reacción a reacción”, dijo el escritor.

Fuera de cámara, Handke agregó, según relata ORF, que “nunca más” responderá a preguntas de periodistas, ya que a pesar del premio Nobel ningún periodista se interesa en realidad por su literatura y sus escritos.

Ojos de Wenders, pluma de Handke: la cinta que une talento, nostalgia por la niñez y postguerra

sábado, octubre 12th, 2019

“Cuando el niño era niño quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente, y este charco el mar”. Con estas letras del escritor austriaco Peter Handke, comienza la cinta Las alas del deseo (1987) del director alemán Wim Wenders. El ángel Damiel (Bruno Ganz) recita en varias escenas “La canción de la infancia” (Lied vom Kindsein).

Peter Handke y Wim Wenders se conocieron en 1966. De acuerdo con Violeta Vásquez (“Peter Handke y Wim Wenders: dos lenguajes, una estética”, Poligrafías, UNAM) ambos desarrollaron su trabajo casi en paralelo, además de entablar una larga amistad.

Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- “Cuando el niño era niño andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente, y este charco el mar…”. Con este poema del Nobel de Literatura Peter Handke, comienza la cinta El cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin, 1987), también conocida como Las alas del deseo, del director alemán Wim Wenders.

Las letras del escritor austriaco —quien también fue guionista en la misma película— son el eje del filme que plantea, entre otras cosas, la nostalgia por los deseos de la niñez. El ángel Damiel, interpretado por el recientemente fallecido Bruno Ganz, recita en varias escenas “La canción de la infancia” (Lied vom Kindsein).

Dos ángeles sobrevuelan el Berlín de la posguerra, ciudad dividida por el muro. Ambos guardianes son testigos de las dolencias que aquejan a los humanos y dan consuelo a los que lo necesitan. Nadie nota su presencia, sólo son visibles para los niños y los hombres que son puros de corazón. Lleno de compasión por los humanos, Damiel cuestiona su inmortalidad y busca conocer los sentimientos de los mortales, por lo que decide cambiar su condición de ángel y se enamora de una joven trapecista.

[youtube ZFbcTwPDc9I]

Te presentamos el poema completo que canta Damiel:

Cuando el niño era niño,
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y este charco el mar.

Cuando el niño era niño,
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño,
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ningún hábito,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
y echaba a correr de pronto,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?

Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad es mala?
¿Cómo es posible que yo, el que yo soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que yo soy,
ya no seré más éste que soy?

Cuando el niño era niño,
no podía tragar las espinacas, las judías,
el arroz con leche y la coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.

Cuando el niño era niño,
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, con suerte, solo en ocasiones.

Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora se estremece ante a ella.

Cuando el niño era niño,
jugaba abstraído,
y ahora se concentra en cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.

Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba una manzana y pan
y hoy sigue siendo así.

Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y aún sigue siendo así.
Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua
y aún sigue siendo así.

En cada montaña ansiaba
la montaña más alta
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aún mayor
y aún sigue siendo así.

En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado
como aún lo sigue estando,
Era tímido ante los extraños
y aún lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y aún la sigue esperando.

Cuando el niño era niño,
tiraba una vara como lanza contra un árbol,
y ésta aún sigue ahí, vibrando.

UNA FUERTE AMISTAD

Peter Handke (Griffen, 1942) y Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) se conocieron en 1966. De acuerdo con Violeta Vásquez (“Peter Handke y Wim Wenders: dos lenguajes, una estética”, Poligrafías, UNAM) ya ambos habían ideado los principios estéticos en los que se sustenta su producción; su postura artística fue tan cercana que durante la década de los 70, su obra se desarrolla casi en paralelo. No sólo congeniaron de inmediato y entablaron una larga amistad, también colaboraron en varios trabajos cinematográficos.

Ambos autores vivieron la complicada época de la posguerra en la que la reflexión política, no sólo en la Alemania occidental sino también en los otros países de habla alemana era obligada en sus productos artísticos. Esos años representaron para estos dos autores una época de gran creatividad que continúa hasta hoy.  

“Wim Wenders recuerda que conoció a Peter Handke en 1966, cuando aún estaba en el colegio. Fue durante el estreno de su primera obra de teatro, en Oberhausen. Hubo una discusión entre Handke y el público. Wenders le hizo algunas preguntas. Unos meses más tarde fue a verlo a Düsseldorf, donde vivía. Tiempo después, cuando Wenders comenzó a trabajar como pintor, afición que junto a la fotografía cultiva hasta hoy, volvió a encontrárselo en un cine; durante esa época afianzaron su amistad, fue poco antes que Wenders se fuera a la Escuela de Cine cuando vieron muchas películas juntos”, comenta el propio escritor, según la investigadora de la UNAM.

Más tarde, en las revueltas del 68, Handke leyó por casualidad en un periódico, al pasar por Múnich, que a Wenders le habían llevado a juicio, acusado de participar como agitador en una manifestación. Estaba en la cárcel y sacaron una pequeña foto suya en el periódico local con un informe de esa historia. Peter lo leyó y lo llamó de inmediato. Luego de este incidente le envío una novela que estaba escribiendo, su primera novela, El miedo del portero ante el penalti. Wenders le comentó que se leía como una película, que casi estaba escrita como un guión, plano por plano. Esto agradó a Handke y dio lugar al comienzo de una colaboración.

COLABORACIONES

La angustia del arquero ante el tiro penal o El miedo del portero ante el penalty (1972)

Movimiento falso (1975)

Las alas del deseo (1987)

The Beautiful Days of Aranjuez (2016)

HANDKE Y LA POLÉMICA

La polémica marcó la vida de Handke por su cercanía con Serbia en la guerra de los Balcanes, una zona con la que tiene especial relación ya que su madre era de origen esloveno. Con la publicación de “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina, o justicia para Serbia” en 1996, los críticos reaccionaron negativamente al considerar esa obra como un panfleto proserbio y algunos sostienen pone en cuestión el genocidio de Srebrenica, en el que en 1995 fueron asesinados unos 8 mil varones musulmanes por las fuerzas serbobosnias.

La polémica creció años después con su defensa del autoritario ex Presidente serbio Slobodan Milosevic, apodado el “carnicero de los Balcanes”, a quien visitó en la cárcel de La Haya en 2004 cuando era juzgado como criminal de guerra. También fue muy criticado por acudir a su funeral en 2006.

En un ensayo publicado en una revista literaria en 2005, titulado “Las Tablas de Daimiel”, negó la legitimidad del Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia para juzgar a Milosevic y reiteró que los serbios son las auténticas víctimas de la guerra y de los bombardeos de la OTAN en 1999.

El autor austríaco Peter Handke posa en el jardín de su casa en Chaville, cerca de París, el jueves 10 de octubre de 2019. Handke fue galardonado horas antes con el premio Nobel de Literatura 2019. (AP Foto/Francois Mori)

Estas expresiones hicieron que perdiera muchas simpatías y en 2006 la concesión del Premio Heine, dotado con cincuenta mil euros. Handke renunció finalmente al premio y en 2014 también rehusó la dotación económica del Premio Internacional Ibsen tras la polémica que causó en Noruega su elección.
Novelistas y cineastas como Wim Wenders, Jelinek, Patrick Modiano y Emir Kusturica salieron en su defensa y consideraron las críticas como “una campaña de difamación por pensar a contracorriente”.

El escritor ya ha negado en varias ocasiones haber cuestionado o minimizado el genocidio en la ciudad bosnia de Srebrenica en 1995, pues “sólo criticó que se hubiera demonizado a los serbios y se les achacase todos los males de la guerra”. Ha intentado explicar su postura en La noche del Morava y Contra el sueño profundo, indicando que él estaba en contra del bombardeo de la OTAN.

–Con información de agencias

PERFIL | Peter Handke, Nobel de Literatura 2019, provocador con la pluma y polémico por sus ideas

jueves, octubre 10th, 2019

El escritor austriaco consiguió reconocimiento como dramaturgo por una obra en la que cuatro actores se dedican a insultar al público y elogiar su propia actuación (un escándalo en 1966). Además ha sido criticado por su postura respecto a las guerras de los Balcanes en 1990.

Desde sus primeros textos, su obra giró alrededor de la fragilidad del lenguaje, la dificultad de la comunicación humana, el sentido de la existencia y la soledad. Ha escrito teatro, poesía, relato, novela, guión, ensayo y libros de viaje.

Por Luis Lidón

Viena, 10 de octubre (EFE).- El austríaco Peter Handke, (Griffen, 1942), ganador del premio Nobel de Literatura 2019, es uno de los escritores en lengua alemana más originales y exitosos de la segunda mitad del siglo XX y, sin duda, el más polémico por su postura proserbia en las guerras de los Balcanes en los años 1990.

Handke, nacido en la región austríaca de Carintia de una madre de la minoría eslovena y un padre alemán, estudió derecho en la ciudad de Graz, aunque pronto se consagró en exclusiva a una vocación literaria que le ha llevado a escribir teatro, poesía, relato, novela, guión, ensayo y libros de viaje.

El polifacético escritor, que sigue cultivando su clásico aspecto de dandy, con el pelo largo peinado hacia atrás, bigote, perilla y gafas, vive desde hace más de 25 años en las afueras de París.

Caminante infatigable y amante del silencio, ha viajado en numerosas ocasiones por España y en sus obras aparecen referencias a esas experiencias y a la literatura española.

Desde sus primeros escritos su obra giró alrededor de la fragilidad del lenguaje, la dificultad de la comunicación humana, el sentido de la existencia, la soledad y el desarraigo.

Conocido en sus inicios por su irreverencia y su espíritu provocador, la primera obra como dramaturgo con la que consiguió reconocimiento fue Publikumsbeschimpfung (Insultos al público, 1966), en la que cuatro actores analizan la naturaleza del teatro y se dedican a insultar al público y a elogiar su propia actuación.

La obra fue un escándalo y expuso el afán vanguardista de Handke, que exploró esa faceta en otras piezas, sin trama convencional, sin personajes lineales o sin separación entre actores y público.

Entre sus primeras obras como dramaturgo destaca también “Kaspar” (1968), que presenta el caso de Kaspar Hauser, un adolescente del siglo XIX que creció totalmente aislado y al que la sociedad destruye al imponerle su lenguaje y sus valores racionales.

El autor austríaco Peter Handke posa en el jardín de su casa en Chaville, cerca de París, el jueves 10 de octubre de 2019. Foto: AP

Su consagración llegó con su novela más conocida: “El miedo del portero ante el penalti” (1970), de tono existencialista, en la que se relata la historia del antiguo guardameta Josef Bloch, después de ser despedido de su trabajo como mecánico.

La novela fue llevada al cine por su amigo el director alemán Wim Wenders, con quien ha realizado seis proyectos, como el guion de “Wings of Desire” (1987).

La última colaboración ha sido “Les beaux jours d’Aranjuez” (2016), basada en una obra teatral homónima y con título sacado del Don Carlos de Friedrich Schiller.

En otro de sus grandes títulos, “Desgracia impeorable” (1972), Handke recrea la vida y el suicidio de su madre, a los 51 años, con un lenguaje austero en el que es considerado el mejor texto para introducirse en el universo del autor.

Otras novelas destacadas son “Carta breve para un largo adiós” (1972), “La mujer zurda” (1976), “El chino del dolor” (1983), “La tarde de un escritor” (1987) o “El año que pasé en la bahía de nadie” (1994).

Al igual que otros grandes escritores austríacos, como Thomas Bernhard o la Nobel Elfriede Jelinek, Handke ha tenido una relación tortuosa con su país, que abandonó a finales de los 80 para vivir en Francia.

La polémica marcó la vida de Handke a partir de la publicación de “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina, o justicia para Serbia” en 1996.

Los críticos han considerado esa obra como un panfleto proserbio y algunos sostienen que llega a poner en cuestión el genocidio de Srebrenica, en el que en 1995 fueron asesinados unos 8.000 varones musulmanes por las fuerzas serbobosnias.

Handke ha negado que cuestionara o minimizara esa matanza y ha asegurado que solo se limitó a criticar que se hubiera demonizado a los serbios y se les achacase todos los males de la guerra.

Algunos intelectuales, como Jelinek y Wenders, han defendido a Handke y criticado lo que consideraron una campaña de difamación por pensar a contracorriente.

La polémica creció años después con su defensa del autoritario presidente serbio Slobodan Milosevic, a quien incluso visitó en su cárcel de La Haya en 2004 cuando era juzgado como criminal de guerra y en cuyo entierro tomó la palabra en 2006.

En un ensayo publicado en una revista literaria en 2005, titulado “Las Tablas de Daimiel”, negó la legitimidad del Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia para juzgar a Milosevic y reiteró que los serbios son las auténticas víctimas de la guerra y de los bombardeos de la OTAN en 1999.

Estas expresiones hicieron que perdiera muchas simpatías y en 2006 la concesión del Premio Heine, dotado con cincuenta mil euros, desencadenó una enorme polémica en Alemania.

Handke renunció finalmente al premio y en 2014 también rehusó la dotación económica del Premio Internacional Ibsen tras la polémica que causó en Noruega su elección.