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El narcisismo es una actitud que, en algunos casos, es modificable con los años, dicen psicólogos

martes, septiembre 24th, 2019

Los investigadores encontraron que la vanidad parecía estar más fuertemente relacionada con los eventos de la vida. Por ejemplo, la vanidad disminuyó más en aquellos que entablaron relaciones románticas serias y aquellos con niños. Pero disminuyó significativamente menos en los adultos de mediana edad que habían experimentado más eventos de vida negativos que el resto.

Madrid, 24 septiembre (EuropaPress).– Investigadores y psicólogos norteamericanos han rastreado el narcisismo desde la edad adulta hasta la mediana edad, aproximadamente, 20 años después, y ha concluido que ser narcisista es una actitud modificable con los años. Además, han observado que la magnitud de la disminución del narcisismo está relacionada con las elecciones específicas de carrera y relaciones personales que se tienen en la vida.

La creencia de que uno es más inteligente, mejor parecido, más exitoso y más merecedor que otros, un rasgo de personalidad conocido como narcisismo, tiende a disminuir a medida que una persona madura, confirma un nuevo estudio. Pero no para todos, y no en la misma medida.

El estudio, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology y realizado por miembros de la University of Mannheim, la de Buffalo, California e Illinois, siguió a los participantes en dos puntos temporales. El primero ocurrió cuando tenían 18 años y recién comenzando como estudiantes de primer año en la Universidad de California, Berkeley. El segundo fue 23 años después, cuando los participantes tenían 41 años. De los 486 participantes originales, solo 237 completaron todas las evaluaciones.

Los participantes en ambos puntos temporales respondieron preguntas de una encuesta diseñada para evaluar sus rasgos narcisistas. Para el estudio de seguimiento, los investigadores también preguntaron sobre las relaciones y el historial laboral, la satisfacción laboral, la salud y el bienestar.

“Observamos las diferentes facetas del narcisismo en adultos a los 18 años y nuevamente a los 41. Nos centramos en la vanidad de los participantes, la creencia en sus propias cualidades de liderazgo y su tendencia a sentirse con derecho”, ha señalado Eunike Wetzel, profesora de psicología en la Universidad Otto-von-Guericke en Magdeburg, Alemania, quien dirigió la investigación con el profesor de psicología de la Universidad de Illinois, Brent Roberts.

Los investigadores encontraron que cada faceta del narcisismo estaba asociada con varios resultados negativos, y en algunos casos positivos, para el individuo. Aquellos que tenían niveles más altos de vanidad a los 18 años eran propensos a tener relaciones y matrimonios inestables, y tenían más probabilidades de divorciarse a la mediana edad. Pero también informaron una mejor salud a los 41 años. En contraste, aquellos que se sentían más autorizados como adultos jóvenes informaron más eventos negativos de la vida y tendieron a tener un menor bienestar y satisfacción con la vida a la mediana edad.

La conducta puede mejorar con la edad. Foto: Especial

Originalmente planteamos la hipótesis de que la faceta de liderazgo del narcisismo aumentaría. Para ser justos con mis coautores, esa hipótesis era mía, y resultó que estaba equivocado”, ha señalado Roberts, quien considera que el liderazgo está asociado con la persistencia de objetivos, la extraversión, la autoestima y el deseo de liderar.

“Sabemos por investigaciones anteriores que otro componente de la personalidad, la asertividad, tiende a aumentar durante esta etapa de la vida. Por lo tanto, pensé que era razonable plantear la hipótesis de un aumento similar en la faceta de liderazgo. Esto significa que la investigación pasada es incorrecta o que nuestra lectura del componente de liderazgo del narcisismo es incorrecta, en realidad puede ser más negativo de lo que pensábamos. Tiene que resolver esto en futuras investigaciones”, ha añadido.

Los investigadores encontraron que la vanidad parecía estar más fuertemente relacionada con los eventos de la vida. Por ejemplo, la vanidad disminuyó más en aquellos que entablaron relaciones románticas serias y aquellos con niños. Pero disminuyó significativamente menos en los adultos de mediana edad que habían experimentado más eventos de vida negativos que el resto.

También descubrieron que los jóvenes narcisistas jóvenes eran más propensos a terminar en trabajos de supervisión 23 años después, lo que sugiere que las personas egoístas y arrogantes son recompensadas con roles organizacionales más poderosos. Además, señalan los investigadores, “las personas que supervisaron a otros disminuyeron menos en narcisismo desde la edad adulta hasta la mediana edad, lo que significa que los roles de supervisión ayudaron a mantener los niveles anteriores de narcisismo”.

A pesar de las diferencias entre los individuos, la mayoría de los participantes que respondieron a las preguntas de los investigadores nuevamente a los 41 años vieron una disminución en el narcisismo a medida que maduraban, encontraron los investigadores. “Muy pocas personas, solo el 3 por ciento de los participantes, en realidad aumentaron el narcisismo general entre las edades de 18 y 41 años. Y algunos permanecieron tan narcisistas a los 41 años como lo habían sido cuando tenían 18 años”, ha explicado Wetzel.

Los hallazgos deberían consolar a quienes están preocupados de que los jóvenes sean problemáticamente narcisistas. Con el tiempo, parece que la mayoría de la gente se aleja de sus tendencias narcisistas anteriores”, concluyen.

¿Por qué no nos gusta cómo salimos en las fotos? La ciencia tiene la explicación

martes, julio 18th, 2017

Una explicación científica al motivo por el que es común no estar satisfechos con el registro que hace una cámara de nuestro rostro es debido a que preferimos la familiaridad el reflejo invertido de un espejo, según propuso Zajonc.

Mientras el rostro de los demás lo vemos de forma global, cuando nos miramos a nosotros nos centramos más en los detalles. Foto: EFE

Por Andrea García Cerdán

Es muy habitual que, en la sociedad de hoy en día, en la que siempre llevamos nuestra cámara con nosotros, nos hagamos más fotos o selfies de lo necesario. No es raro encontrarse en la galería del teléfono móvil de los adolescentes, y no tan adolescentes más de 30 autorretratos prácticamente iguales. ¿Es que el mundo se está volviendo narcisista? Puede que un poco sí. Pero el hecho de que no nos veamos bien en ninguna de las fotos que nos hacemos tiene una explicación científica.

EFECTO “MERA-EXPOSICIÓN”

Las personas estamos acostumbradas a ver nuestra propia imagen a través de los espejos y superficies reflectantes. Sin embargo, la imagen que estos devuelven no es la “real”, la que ve todo el mundo que nos mira. Está invertida.

El efecto “mera- exposición”, explicado por primera vez por Zajonc en los años 60, consiste en que vamos a preferir las cosas, simplemente por el hecho de que nos son familiares (es por ello por lo que este fenómeno también se denomina “principio de familiaridad”).

Y es que, después de toda nuestra vida viéndonos en los espejos, es la imagen más familiar que tenemos de nosotros mismos. Y cuando las cámaras nos devuelven la imagen “real” de nosotros mismos, nos vemos tan raros, que nos desagrada.

Esto no ocurriría si fuéramos simétricos, ya que de esa manera las dos imágenes serían iguales. Pero nuestra sonrisa se eleva más por un lado que por otro, quizá nuestro pelo cae más hacia un lado…

Por ello, en algunas aplicaciones móviles que toman fotos, y que sí muestran la imagen especular, nos solemos ver más favorecidos que con la cámara normal de teléfono.

Curiosamente, un estudio ha encontrado que la gente normalmente se considera más atractivo de lo que en realidad es.

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA FOTO 

Dentro del efecto mera exposición también influye la perspectiva con la que nos hacemos la foto. En el espejo estamos acostumbrados a vernos al nivel de nuestros ojos, pero las fotos pueden tomarse desde todo tipo de perspectivas. Además de que algunas perspectivas por nuestro propio tipo de rostro no nos favorezcan, lo habitual es que no estemos acostumbrados a esa perspectiva.

Aunque parezca muy evidente, hay otros aspectos de las fotografías que influyen en cómo nos vemos. La luz es muy importante, porque depende de donde esté el foco nos va a ocultar o evidenciar nuestros “defectos”.

LA AUTOPERCEPCIÓN

La forma en la que nos percibimos a nosotros mismos es diferente de la forma en que percibimos a los demás.Mientras el rostro de los demás lo vemos de forma global, cuando nos miramos a nosotros nos centramos más en los detalles, en si tengo el ojo así, en si tengo manchas, pecas, granos…

Es cierto que todos tenemos días buenos y malos, pero la gente casi siempre nos va a ver igual que siempre. A todos nos ha pasado que decimos: “Hoy tengo unos pelos horribles”. Y nos contestan: “Pues te veo igual que siempre”. ¿Es que siempre tengo los pelos mal? No, lo que ocurre es la gente va a ver nuestro conjunto y no las partes específicas de nuestra cara. Por ello, la mayoría de las veces no se van a fijar en los detalles que tanto nos molestan, a no ser que se lo digamos.

Curiosamente, un estudio ha encontrado que la gente normalmente se considera más atractivo de lo que en realidad es. En este experimento, se modificaban fotos de los participantes mezclándola con una foto de una persona atractiva o poco atractiva de su mismo sexo. Los participantes tenían que escoger cuál de ellas era la imagen real de ellos mismos. Y resultó que en general, tendían a escoger más rápidamente la versión más atractiva de ellos mismos.

Sin embargo, esto puede ser cierto en personas con alta autoestima y una percepción positiva de ellos mismos. Las personas con baja autoestima se van a percibir menos atractivos de lo que en realidad son. Y esta sociedad que nos presiona para que seamos “perfectos” consigue que nunca estemos satisfechos con la imagen que el espejo proyecta.

Así que, la próxima vez que sufras porque no sales bien en una foto:

Piensa que la gente generalmente siempre te ve igual y no se fija en los detalles.
Recuerda que la foto te devuelve una que es inversa a la que estás acostumbrado, pero no por ello sales menos favorecido.
Mírate a ti mismo de forma global y deja de preocuparte por los detalles de cuerpo.
No te fotografíes tanto para alimentar tu ego (o destrozarlo, según el día) y más para recordar experiencias y momentos. Y si no sales bien, tómalo con humor.