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Yanira fue detenida por EU y su mamá, deportada. Ahora nadie sabe dónde quedó la niña

sábado, febrero 12th, 2022

Yanira y su hija María migraron de El Salvador a Estados Unidos. Al llegar a la frontera, la niña fue encerrada y la madre deportada. Entre julio de 2017 y enero de 2021 el gobierno de Estados Unidos perdió contacto con miles de niños que fueron puestos en custodia temporal con familiares o asociaciones civiles. María es una de ellas y su madre aguarda en la frontera para encontrarla

Por Nayeli Cardona Carlin**

Tijuana, Baja California, 12 de febrero (La Verdad de Juárez).– Anochece en Tijuana. “Yanira Martínez” acomoda cuidadosamente la ropa y los juguetes que ha ido comprando poco a poco para su hija María, tiene la esperanza que un milagro le permita abrazarla de nuevo. Nunca se separa de su celular, espera ansiosa la llamada que anuncie que finalmente la han localizado y pueden reunirse nuevamente.

“Jamás pensé que esto pasaría, de haber sabido nunca hubiera venido. Nadie nos dijo que esto podía pasar. Nadie me decía nada” confiesa Yanira con voz entrecortada. Ha contado su historia cientos de veces y aún así, sus ojos se llenan de lágrimas al recordar los detalles.

En 2018, Yanira y su hija María, que entonces tenía seis años, emprendieron el viaje desde El Salvador con destino a Estados Unidos. Meses antes, su hermano menor había sido asesinado a la puerta de su casa en Tenancingo; la pandilla que lo acribilló amenazó de muerte a Yanira si no pagaba una supuesta deuda pendiente. Según cifras oficiales, en esa época Tenancingo era considerado uno de los municipios más violentos del país centroamericano.

Yanira había escuchado que el camino sería cansado, pero estaba especialmente preocupada por los peligros que enfrentarían al cruzar México: robos, violaciones, accidentes -sobre todo a bordo del tren conocido como La Bestia, que transporta casi medio millón de migrantes anualmente desde la frontera sur hasta los estados de la frontera norte-; además de los secuestros y desapariciones forzadas.

Para tratar de evitar todo esto, decidió gastar todos sus ahorros y pagar un “coyote” que las llevaría a la frontera donde cruzarían para solicitar asilo. Acorde a lo expresado por los migrantes, ellos pagan entre mil 800 y 12 mil dólares por el traslado, alimentación y cruce de frontera. El precio varía de acuerdo a los medios de transporte utilizados, y si se incluye la expedición de identificaciones falsas.

La encuesta sobre Migración Mexicana, que realiza la Universidad de San Diego (MMFRP*) muestra que más del 80 por ciento de los cruces ilegales en la última década se realizaron con el acompañamiento de coyotes.

Los procesos de deportación se aceleraron y cerca del 90 por fueron deportados en cuestión de días, sin considerar siquiera las situaciones de peligro que enfrentan en sus países de origen. Foto: David Peinado, Pexels, vía La Verdad.

DOS DÍAS SIN LUZ NI AIRE

Yanira y su hija viajaron confinadas en la caja de un camión de carga, abarrotado por al menos un centenar de migrantes de diferentes nacionalidades, sin acceso a baños, comida o agua. El trayecto fue largo y tedioso, por momentos platicaban bajito sobre sus anhelos para el futuro: la escuela a la que María asistiría; lo rápido que aprendería inglés , especialmente porque ya sabía los números y los colores; la casita que, con un poco de suerte y mucho trabajo, comprarían, eran esos instantes donde la esperanza inundaba sus corazones y el sacrificio tomaba sentido. Pero esos momentos eran escasos, había largos silencios y muchos sobresaltos cada vez que se detenía el camión a recargar combustible o en esperas que les decían eran para intentar librar los retenes, en esos momentos rezaban con voz callada y sus manos entrelazadas.

La luz era escasa, dormir era casi imposible, pero intentaban cerrar sus ojos para guardar energías para el resto de la travesía. Pasaron más de dos días enteros, antes de que Yanira y su hija pudieran nuevamente respirar aire fresco.

Cuando finalmente el camión se detuvo a las afuera de San Luis Río Colorado, tomaron unos sorbos de agua y devoraron un paquete de galletas antes de iniciar la travesía a pie. Yanira recuerda que ese fue el único momento donde María le pidió volver a casa; no solamente estaba cansada, sino la obscuridad y el frío de la noche le aterraban. El grupo arrancó a caminar, fueron un par de horas durante las cuales el “Coyote” las guió entre veredas hasta un camino de terracería, ahí el colectivo se dividió entre los que seguirían caminando por el desierto, y los que debían esperar a la patrulla fronteriza para entregarse y poder ser consideradas como peticionarias de asilo.

En el momento que vieron las luces de la patrulla fronteriza, Yanira dice que sintió alivio, creía que lo peor de la travesía había terminado; habían vencido al camino, al desierto y sobre todo al miedo. Recuerda que los agentes las trataron con respeto y hasta amabilidad durante el traslado al centro de procesamiento para migrantes en Yuma, Arizona. El lugar estaba a máxima capacidad, no había bancas disponibles, y así sentadas en el piso y cargando el cansancio del camino tuvieron que esperar varias horas antes de ser entrevistadas.

La encuesta sobre Migración Mexicana muestra que más del 80 por ciento de los cruces ilegales en la última década se realizaron con el acompañamiento de coyotes. Foto: Eric Gay, AP.

ENCERRAR NIÑOS, DEPORTAR PADRES

El sistema de centros de detención se desbordó en 2014, cuando llegaron en un año más de 60 mil menores no acompañados, estas cifran han continuado creciendo exponencialmente, solamente entre noviembre de 2020 y abril de 2021 llegó la misma a cantidad de niños y jóvenes sin padres o tutores legales. Los procesos de deportación se aceleraron y cerca del 90 por fueron deportados en cuestión de días, sin considerar siquiera las situaciones de peligro que enfrentan en sus países de origen.

La política Tolerancia Cero en la Administración de Donald Trump incrementó el estrés en el sistema que atiende a los menores, ya que al creciente número antes mencionado, se sumaron todos los casos de niños que fueron separados de sus padres y cuyos casos fueron remitidos a la Office of Refugee Resettlement (ORR) que es la encargada de atender las peticiones de asilo. Entre julio de 2017 y enero de 2021 un total de 3,951 menores fueron separados de sus padres en la frontera de Estados Unidos y México.

Yanira no sabía que enfrentaría las políticas recién implementadas por las autoridades fronterizas que permitían separar a las familias para después acusarlos de entrada ilegal y, en un trámite independiente, procesar a los niños como menores sin acompañantes. El sistema de detención y albergues para menores fue puesto bajo la lupa en el verano de 20128 cuando se conoció que el Gobierno había separado a 2,500 niños de sus padres tras cruzar la frontera juntos. Esos niños fueron enviados al sistema de albergues como si fueran no acompañados, mientras sus padres permanecían detenidos o incluso eran deportados.

Su entrevista duró menos de quince minutos, Yanira trataba infructuosamente de explicar el peligro que corría si eran deportadas a su país. Sin mayor interacción le comunicaron que ella sería trasladada a un albergue temporal pero que su hija, al ser menor, tendría que ir a otro especializado en niños. Yanira dice que jamás pensó que ese iba ser el último abrazo que le daría a su hija en mucho tiempo. Las lágrimas y las promesas de que en pocos días estarían reunidas nuevamente fueron la melodía que acompañó su despedida. Esa promesa no se cumplió. Yanira fue deportada al Salvador; fue deportada sin saber cómo o dónde exactamente estaba su hija y cuando volvería a verla.

En el momento que vieron las luces de la patrulla fronteriza, Yanira dice que sintió alivio, creía que lo peor de la travesía había terminado. Foto: AP.

LOS NIÑOS PERDIDOS

Las primeras noticias que tuvo de María fueron por intervención de la organización Centro Presente, de ayuda a migrantes; las autoridades estadounidenses aludieron que en cumplimiento al “Acuerdo Flores”, que les impide retener a menores por más de 20 días, y al no encontrar familiares cercanos en territorio norteamericano, habían puesto a María bajo la custodia de un organización religiosa en Alabama.

“El gobierno de Trump recortó los derechos básicos de mujeres y de niños desde que llegó al poder. Los esfuerzos para debilitar o eliminar estándares básicos de protección de menores al hablar de vacíos legales y para eliminar sus obligaciones de cuidar a esos niños son solamente otro ejemplo de cómo la administración ha abdicado respecto al resguardo de los derechos humanos”, dijo Michelle Brané, directora del programa de Derechos Migrantes y Justicia de la organización Women’s Refugee Commission.

Las cosas no cambiaron rápidamente con la administración de Biden, pero finalmente el primero de febrero de 2021, se instituyó la ITF (Interagency Task Force) que busca tener un conteo exacto de las familias separadas, pero sobre todo reunificar a los menores con sus padres o tutores legales.

Entre julio de 2017 y enero de 2021, según un reporte de Axios con datos obtenidos de una solicitud de información, el gobierno perdió contacto con miles de niños que fueron puestos en custodia temporal con familiares o asociaciones civiles. Según datos de Administration for Children and Families (FOIA), más del 37 por ciento de las llamadas que las autoridades han realizado para verificar el bienestar de los menores no han sido respondidas. De acuerdo a datos publicados en noviembre de 2021 por la ITF, 280 niños siguen sin poder ser contactados o se desconoce su estado de reunificación familiar.

La separación de familias migrantes terminó con una orden de Trump ante el escándalo nacional. De acuerdo a cifras de la ITF se identificaron 2,187 niños que fueron reunificados con sus padres durante la administración de Trump, en respuesta, principalmente, a órdenes judiciales y el intenso trabajo de organizaciones no gubernamentales.

Luego de ser deportada a El Salvador y separada de su hija Yanira decidió regresar a la frontera de México con Estados Unidos para poder, desde ahí, tener más información del caso de su hija. Esta vez el viaje lo emprendería al unirse a cientos de centroamericanos que formaron una caravana migrante. Sus recursos eran limitados y en muchas ocasiones sobrevivió solamente con el apoyo ciudadano que recibió en su camino. Afortunadamente encontró un albergue que le permitió permanecer un par de meses hasta que encontró trabajo como afanadora doméstica.

Yanira vive atormentada pensando, no solamente en lo que sufrió su hija durante su estancia en las conocidas “hielera o jaulas” de los centros de detención, sino en qué podría ser víctima de una red de trabajos forzados o explotación sexual. Su lucha no terminó con la abolición de una política inhumana, solamente se hizo invisible y muda para una sociedad entumecida por la siguiente crisis humanitaria.

Mientras tanto, Yanira espera en la frontera e intenta maternar a la distancia, acomodando cuidadosamente la ropa y los juguetes que poco a poco ha comprado para su hija durante estos cuatro años de separación forzada, por una política migratoria.

* Mexican Migration Field Reserach and Training Program Survey, UC San Diego.

**Este texto fue trabajado durante el diplomado de Escritura Creativa de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), invierno 2021.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LA VERDAD DE JUÁREZ. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

FOTOS: Los rostros de migrantes deportados son plasmados en el muro fronterizo

martes, julio 20th, 2021

El proyecto “Mural de Playas de Tijuana” retrata a los migrantes que han sido deportados sobre el muro fronterizo con Estados Unidos. «La idea es capturar las historias de personas que llegaron en la infancia» pero no fueron legalizados.

Por Carlos Zúñiga

Tijuana, 20 de julio (EFE).- Desde 2019, en el muro fronterizo que divide a México y Estados Unidos, la zona de Playas de Tijuana es la base de la proyección de los rostros de migrantes deportados que cuentan con una historia de éxito en aquel país norteamericano del que alguna vez fueron residentes.

Liz Santana es una joven estudiante de la Universidad de California, institución que le ha apoyado con los recursos económicos para este proyecto que ha llamado “Mural de Playas de Tijuana”, el cual está plasmado en las barras metálicas que sobresalen del mar de esta ciudad fronteriza.

«La idea es capturar las historias de personas que llegaron en la infancia a Estados Unidos, aprendieron el inglés, la tradición, pero el problema es que no fueron legalizados y fueron después deportados», dijo a Efe.

Explicó que la intención es que a través del arte digital y manual se pueda dar a conocer su historia al resto de la población que desconoce de la realidad que viven muchos migrantes en la Unión Americana, perdiendo su «sueño americano» por algún error legal.

Turistas pasean a un lado de la frontera metálica con rostros de personas deportadas, en las playas de Tijuana estado de Baja California. Foto: Joebeth Terriquez, EFE

Entre los deportados que serán plasmados en este mural se encuentra Javier Salazar, un hombre que fue separado de su familia desde hace ocho años y ahora se hace llamar “El Artista Deportado”, apoyando a este movimiento a favor de la migración.

«Estaba en Oakland, California cuando me entregué. Cometí un error legal, me siento emocionado de ver mi rostro en el mural, es una parte emocionante porque de un lado está muy bonito y volteas para acá y está el muro que nos recuerda que nos divide», expresó a Efe.

Salazar nació en Tijuana y desde que tenía meses de nacido fue llevado a Estados Unidos. A los 11 años vino con su familia a una fiesta familiar y al querer regresar su madre le explicó su situación ilegal en Estados Unidos, por lo que tuvo que regresar con un primo cruzando un cerro con un «coyote» (persona que le cobra a los migrantes para internarlos ilegalmente a un país).

Tania Mendoza es una mujer mexicana también deportada y su rostro ya está en una de las barras metálicas del muro. Ella desde hace 11 años está en Tijuana en calidad de deportada y se autodenomina dreamer (soñadora), ya que su sueño es reunirse con su hija.

«Me deportaron cuando tenía 24 años porque tenía un caso migratorio cuando era menor de edad, cuando yo crecí me deportaron; dejé una hija que desafortunadamente no he visto y es algo muy doloroso», compartió mientras pintaba el rostro de otro migrante.

Las imágenes de los migrantes serán colocadas a nivel del mar, en donde comienzan las barras que dividen a ambas naciones. En ese punto, después del 24 de julio, todo visitante podrá ver una historia de lucha constante detrás del arte.

Los migrantes deportados de EU enfrentan maltrato y amenazas de sus paisanos por temor a la COVID-19

lunes, mayo 4th, 2020

Para los migrantes ya de por sí golpeados por las políticas de línea dura del Gobierno de Donald Trump y las deportaciones, el maltrato en sus propios países no hace sino agravar sus padecimientos e ilustra hasta qué punto la pandemia está cambiando viejas normas sociales en formas insospechadas.

Por Sonia Pérez B.

Ciudad de Guatemala, 4 de mayo (AP) — Los migrantes que regresaban de Estados Unidos eran considerados verdaderos héroes en Guatemala porque habían estado enviando remesas que eran uno de los principales sostenes de la economía.

Pero desde que surgió la pandemia de coronavirus, son maltratados, echados de sus pueblos o amenazados por vecinos que temen que estén trayendo el virus de Estados Unidos.

Un fenómeno similar se registra en toda América Latina y el Caribe. En Haití la policía está custodiando un hotel repleto de personas que fueron deportadas por Estados Unidos, en parte para evitar que se escapen y en parte para protegerlos de ataques de vecinos que no los quieren ver cerca.

Para los migrantes ya de por sí golpeados por las políticas de línea dura del Gobierno de Donald Trump y las deportaciones, el maltrato en sus propios países no hace sino agravar sus padecimientos e ilustra hasta qué punto la pandemia está cambiando viejas normas sociales en formas insospechadas.

Vista de un hombre cruzando el rio Suchiate este martes en el Municipio de Ciudad Hidalgo (Chiapas). Foto: Juan Manuel Blanco, EFE

Vanessa Díaz dijo que su madre había escuchado rumores de que algunos vecinos se estaban organizando para impedirle llegar a su casa en la provincia norteña de Petén luego de que fue deportada por Estados Unidos.

Díaz tuvo que apresurarse a entrar en su casa con su hijo de siete años y quedarse escondida cuando llegó.

“Cuando llegamos mi mamá me dijo ‘bájate corriendo (del vehículo) y te metes a la casa’. Tenía miedo de que nos hicieran algo”, dijo Díaz.

El Gobierno guatemalteco dice que al menos 100 migrantes deportados por Estados Unidos entre fines de marzo y mediados de abril dieron positivo en los análisis para detectar la COVID-19. Pero incluso los que no están infectados (como Díaz, quien pasó dos semanas en cuarentena en su casa luego de llegar el mes pasado en un vuelo en el que nadie dio positivo) cargan con el estigma.

“El Alcalde auxiliar (de su localidad) andaba azuzando gente porque nos querían sacar a mí y a mi niño de mi casa”, dice Vanessa Díaz.

Un trabajador con equipo de protección rocía un desinfectante en la parte inferior de los zapatos de una mujer como precaución contra la propagación del nuevo coronavirus antes de ingresar a la escuela de su hijo en San Martín Jilotepeque, Guatemala. Foto: Moisés Castillo, AP

El temor no ha mermado. La madre de Díaz debe comprar comida para todos porque su hija no se anima a salir de la casa. La madre hizo una denuncia ante la policía porque cree que los vecinos pueden atacar la casa.

“Me da miedo. La policía vino a la casa y me dio un número por si veo a alguien en la casa que los llame”, dijo Díaz, agregando que su madre le deja la comida en la puerta de la casa. “Tengo un documento que dice que no tengo la enfermedad”, señaló la mujer, aludiendo a una carta que le dio el Ministerio de Salud Pública cuando le ordenó que permaneciese en su casa por dos semanas.

Díaz se fue de Guatemala el 14 de febrero y fue pillada en la frontera entre México y Estados Unidos dos semanas después. Ella y su hijo estuvieron detenidos más de un mes antes de ser enviados de vuelta a Guatemala.

El trato que reciben los migrantes que regresan preocupa al presidente Alejandro Giammattei, quien ha pedido a sus conciudadanos que cesen los hostigamientos.

“Hace algunos meses muchos se alegraban porque les venía el cheque de las remesas. Hoy a esa persona que mandó los cheques la están tratando como delincuente”, dijo el Presidente.

Un soldado está apostado en un punto de control durante el cuarto día del toque de queda para prevenir la propagación del nuevo coronavirus en Villa Nueva, Guatemala. Foto: Moisés Castillo, AP

El mandatario indicó que las autoridades dispusieron revisiones y cuarentenas para asegurarse de que los migrantes que regresan no representan un peligro.

Pero en las redes sociales circulan videos de vecinos enfurecidos que persiguen a migrantes deportados por México que escaparon del albergue donde debían permanecer en cuarentena en la ciudad occidental de Quetzaltenango a pesar de que no había infectados entre los migrantes devueltos por México.

Y cuando un migrante deportado por Estados Unidos al que se le detectó el coronavirus se fue de un hospital en la Ciudad de Guatemala donde debía permanecer confinado, la persecución fue casi inmediata. La radio local Sonora es la Noticia lo identificó por su nombre, publicó fotos suyas y pidió a la ciudadanía que lo encontrase. Al poco tiempo surgieron comentarios brutales en las redes y algunas personas decían que había que matarlo. Un juez ordenó su arresto porque podía infectar a otras personas, pero sigue libre.

A al menos 686 personas se les detectó el coronavirus en Guatemala, incluidos algunos deportados por Estados Unidos, y al menos 17 han muerto. Se estima que ambas cifras no reflejan la realidad ya que se han hecho muy pocas pruebas.

Vanessa Díaz, quien fue deportada por EU, recoge la comida que su madre le lleva al sitio donde los migrantes que regresan deben pasar dos semanas en cuarentena el 17 de abril del 2020. Ya de vuelta en su casa, Díaz tiene miedo de ser agredida por vecinos que creen que puede haber contraído la COVID-19 en EU. Foto: Moisés Castillo, AP

Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar, dijo que el gobierno no tiene albergues para los migrantes que regresan ni puso en marcha programas de educación pública en sus pueblos.

“Los migrantes no son responsables, son personas que han realizado demasiados sacrificios para lograr es viaje, han sostenido la economía de este país”, destacó la experta.

Roldán critica al Gobierno de Estados Unidos por deportar a esta gente y por avivar sentimientos contra los migrantes.

“Lamentablemente la situación contra los migrantes sube de tono cuando hay discursos oficiales. Por ejemplo, el Presidente Donald Trump ha sido alguien que ha puesto en el discurso que las personas migrantes son personas peligrosas”, expresó Roldán.

La Conferencia Episcopal de Guatemala ha pedido a los fieles que respeten a los migrantes, diciendo que la situación es desgarradora.

“¿Cómo es posible que tanto el Gobierno de los Estados Unidos como el de México sigan con estos procesos de deportación en medio de la crisis que nos golpea en el contexto de una precariedad nacional en términos de servicios de salud y estrategias contundentes para contener la pandemia?”, se preguntó la iglesia en un comunicado.

“El ejemplo que ambos gobiernos dan así al mundo entero es el de no tener el mínimo sentido de humanidad”, acotó.

“No se trata de ver la paja en el ojo ajeno cuando nosotros mismos aquí en Guatemala somos testigos de la falta de solidaridad de aquellas comunidades que no han permitido el reingreso de sus paisanos. Cuando les enviaban las remesas los felicitaban y alababan. Ahora que regresan deportados, sin ningún dólar en la bolsa, son discriminados y rechazados. ¿Es esto espíritu cristiano? ¿Es esto solidaridad nacional?”, dijo el comunicado.

Díaz, mientras tanto, enfrenta el dilema de tratar de conseguir trabajo en una localidad que le es hostil, luego de haberse gastado todo lo que tenía en su fallido esfuerzo por llegar a Estados Unidos.

Cuando se le preguntó qué pensaba hacer cuando terminase su cuarentena al sábado, Díaz respondió: “Buscar trabajo. No me queda de otra”.

No hay condiciones para el acuerdo de “tercer país seguro” con EU, expone el Presidente de El Salvador

jueves, diciembre 19th, 2019

En septiembre los países de El Salvador, Guatemala y Honduras firmaron el polémico acuerdo en el que se comprometieron con el gobierno de Trump para aceptar a refugiados que piden asilo en Estados Unidos y son rechazados.

El Salvador, 19 de diciembre (La Opinión).- El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, admitió que su país no está en capacidad para cumplir el acuerdo de ‘Tercer País Seguro’ firmado con el Presidente Donald Trump para recibir a deportados que no sean salvadoreños.

“No tenemos capacidades para asilo, pero podríamos construirlas”, mencionó en entrevista para el programa ’60 Minutes’ de la cadena CBS.

Bukele explicó que las condiciones de pobreza y crimen en El Salvador lo convierten en un país no apto para recibir a solicitantes de asilo.

“La realidad es que toda nuestra economía está en ruinas, nada funciona”, dijo el Presidente salvadoreño. “Este es un país con muchos, muchos problemas”.

Para Bukele se trata de un acuerdo que tiene muchas incógnitas, ya que no tienen claro cómo los migrantes podrán encontrar refugio en un país con las mismas condiciones de inseguridad y pobreza del que huyen.

En septiembre los países de El Salvador, Guatemala y Honduras firmaron el polémico acuerdo en el que se comprometieron con el gobierno de Trump para aceptar a refugiados que piden asilo en Estados Unidos y son rechazados.

Mientras reciban a los deportados aunque no sean originarios del país al que lleguen, Estados Unidos continuará enviando millones de dólares como ayuda económica para las tres naciones.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LA OPINIÓN VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Pobreza crónica y apenas empleo en casa, México tiene poco que ofrecer a sus migrantes en EU

martes, noviembre 15th, 2016

La amenaza de Donald Trump de deportar a migrantes ha provocado que los países de América Latina preparen acciones para enfrentar la situación en caso de que el republicano cumpla su promesa. México sería la nación más afectada y el panorama no es alentador. El país podría recibir de regreso a millones de personas sin empleos disponibles para ellas. Además, se perderían unos cuantos miles de millones de dólares de las remesas que envían a casa cada año; y algunos de los deportados desempleados podrían engrosar las filas de los cárteles del narcotráfico, lo que generaría mayor violencia, advierte un análisis de la agencia AP.

Por MARK STEVENSON

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México comienza a contemplar seriamente la posibilidad de que millones de sus migrantes pudieran ser deportados, y el panorama no es alentador.

Bajo las propuestas presentadas por el Presidente electo Donald Trump, México podría recibir de regreso a millones de personas sin empleos disponibles para ellas; el país podría perder unos cuantos miles de millones de dólares de las remesas que envían a casa cada año; y algunos de los deportados desempleados podrían engrosar las filas de los cárteles del narcotráfico, lo que generaría mayor violencia.

El Gobernador del estado sureño de Guerrero, Héctor Astudillo, sopesó ese escenario el fin de semana pasado. Al menos un millón de guerrerenses viven en Estados Unidos, muchos de ellos sin la documentación requerida, y el estado ya está bajo el asedio de la violencia del narcotráfico y la pobreza.

“Por supuesto, Guerrero no está en condiciones para recibir al millón o más de un millón de migrantes que hay” en Estados Unidos, reconoció Astudillo. “Creo que al contrario, ellos han sido un sustento importante para mantener la economía de Guerrero”.

Los inmigrantes enviaron a México casi 25 mil millones de dólares en remesas en 2015, y los expertos afirman que la mayoría de ellas fueron para cubrir las necesidades más básicas de los mexicanos más pobres. Trump ha dejado entrever que de alguna manera incautaría los fondos de aquellos inmigrantes que no sean deportados para pagar por un muro fronterizo que desea construir.

México no puede cubrir 800 mil nuevos empleos para los jóvenes que cada año se integran a la fuerza laboral, mucho menos los de los migrantes que regresan, dijo Alejandra Barrales, presidenta del izquierdista Partido de la Revolución Democrática.

“Creemos que es con la iniciativa privada con quien tenemos que cerrar filas y buscar alternativas, no solamente para recibir a los posibles deportados. Necesitamos generar alternativas para que los 1,2 millones de jóvenes que cada año se suman al mercado laboral tengan alternativas en nuestro país”, afirmó.

El Gobierno federal anunció esta semana un programa de emergencia con el objetivo de alentar a las empresas a que contraten a los migrantes que regresan, pero Armando Osorio, un maestro de la Ciudad de México, duda que eso sea suficiente, dados los pobres antecedentes del gobierno en la creación de empleos.

“Esta gente no tiene autoridad moral para decir que ahora a los connacionales los recibe con los brazos abiertos”, afirmó. “Son ellos los responsables de la expulsión por hambre de millones de mexicanos”.

Incluso si aparentemente Trump parece alejarse de la idea de una deportación masiva, la posibilidad sigue siendo atemorizante para el pueblo mexicano.

Trump dijo el domingo en una entrevista en el programa “60 Minutes” que “lo que vamos a hacer es atrapar a los criminales y a aquellos que tengan antecedentes penales, a los miembros de pandillas, a los narcotraficantes, a muchas de esas personas — entre dos o tres millones — y los sacaremos de nuestro país”.

Las violentas pandillas centroamericanas, conocidas como “maras”, surgieron en la década de 1980 cuando los migrantes que huyeron de la guerra civil de El Salvador fueron deportados por Estados Unidos luego de cometer crímenes como miembros de pandillas en Los Ángeles. Los expulsados se llevaron consigo su modus operandi y formaron nuevas pandillas.

Una mujer guatemalteca deportada recientemente de Estados Unidos, que no dio su nombre, mira desde un refugio para migrantes el lunes 14 de enero de 2016, en Tijuana de MÈxico. (AP Foto/Gregory Bull)

Una mujer guatemalteca deportada recientemente de Estados Unidos, que no dio su nombre, mira desde un refugio para migrantes el lunes 14 de enero de 2016, en Tijuana. Foto: AP.

En 2012, el gobierno estadounidense calculó que aproximadamente 1.9 millones de inmigrantes eran criminales y podían ser sujetos a deportación. El Instituto de Políticas Migratorias, un grupo de expertos en Washington, estimó que unos 820 mil de ellos están sin permiso en Estados Unidos.

Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la Agencia Antidrogas estadounidense, dijo que al menos algunos de los deportados posiblemente se involucren en el negocio del narcotráfico, valiéndose de las conexiones que ya establecieron ese país para incrementar la cantidad de heroína y otras drogas que cruzan la frontera. Indicó que incluso deportar únicamente a quienes cometieron delitos graves tendría sería contraproducente al provocar más violencia en México y Centroamérica.

“Lo que va a suceder es que esos individuos van a volver a México y no van a tener trabajo, por lo que engrosarán las filas de los cárteles”, dijo Vigil, autor del libro: “Metal Coffins: The Blood Alliance Cartel”.

“Eso generaría más violencia y secuestros en México y en esas áreas (de Centroamérica), lo que provocaría un tsunami de inmigrantes indocumentados hacia Estados Unidos, posiblemente muchos más de los que se estarían deportando”, declaró Vigil.

José García, director de un refugio de migrantes, da unas monedas a dos hombres de Guatemala que viajan hacia la frontera de Estados Unidos el 14 de noviembre de 2016 en Tijuana, MÈxico. (AP Foto/Gregory Bull)

José García, director de un refugio de migrantes, da unas monedas a dos hombres de Guatemala que viajan hacia la frontera de Estados Unidos el 14 de noviembre de 2016 en Tijuana, México. Foto: AP.

Existen casos de migrantes deportados que asumen papeles de liderazgo en los cárteles de la región. Tal es el caso de Martín Estrada Luna, quien abandonó la secundaria en el estado de Washington con un historial de delitos menores como robo en propiedad ajena. Dos años después de que fuera enviado de regreso a México en 2009, se había transformado en un capo del narcotráfico conocido como “El Kiko”, líder de un desalmado brazo del cártel de Los Zetas y quien planeó la masacre de más de 250 personas.

Mientras que millones de inmigrantes que están sin permiso en Estados Unidos podrían enfrentar la deportación, posiblemente el proceso de localizarlos y deportarlos a todos no sucederá de inmediato.

Una vez que esté en el poder, Trump podría movilizarse para ordenar que los agentes migratorios comiencen de inmediato a arrestar a las personas que ya cuentan con órdenes de salir del país por estar sin autorización en Estados Unidos. Hasta 2015 había unas 88 mil personas dentro de esa categoría.

Pero para los inmigrantes sin historial delictivo, la espera para que un juez dé la orden final de deportación podría tomar años. Actualmente existen cerca de 521 mil casos pendientes en las cortes migratorias federales, de acuerdo a los datos públicos obtenidos por la Transaction Records Access Clearinghouse de la Universidad de Syracuse.

Incluso en México, muchos creen que Trump tendrá que moderar sus planes.

“La realidad política hará ver que muchas de las iniciativas en contra del pueblo mexicano simplemente son irrealizables, ya sea la deportación de todos los inmigrantes indocumentados, e incluso la construcción del muro”, escribió la Arquidiócesis de la Ciudad de México en un editorial.

En su primera entrevista, Trump anuncia que tendrá salario de 1 dólar al año; le baja al muro y deportaciones

domingo, noviembre 13th, 2016

Donald Trump habló hoy en su propuesta para deportar a los 11 millones de indocumentados que viven en el país y aseguró que las expulsiones se dirigirán contra los inmigrantes con antecedentes penales y afectarán a entre uno y dos millones de personas.

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Washington, 13 nov (SinEmbargo/EFE).-El millonario Donald Trump aseguró hoy que renunciará al salario de 400 mil dólares anuales que le correspondería como nuevo Presidente de EU y que solo cobrará un dólar, al ser esa la cantidad mínima que debe aceptar por ley.

“Creo que, por ley, tengo que tener [al menos] un dólar, así que tomaré un dólar al año. Pero eso es -ni siquiera sé cuál es el salario, ¿tú sabes?”, preguntó Trump en la entrevista para el programa “60 minutos” de CBS.

“Son 400 mil dólares los que estás declinando”, contestó su entrevistadora, Lesley Stahl. “No, no voy a tener ese salario. No voy a tomarlo”, aseguró.

El magnate neoyorquino añadió que publicará sus declaraciones de impuestos en el momento adecuado, tras negarse a hacerlo durante su campaña.

El Presidente electo también refirió que deportará a los inmigrantes que tienen “antecedentes penales”, una decisión que podrían afectar a entre uno y tres millones de personas.

Trump hizo estas declaraciones en una entrevista para el “programa 60 minutos” del canal CBS, programada para esta noche y cuyos fragmentos adelantó hoy la televisión.

“Lo que vamos a hacer es tomar a la gente que son criminales y que tienen antecedentes penales, pandilleros, traficantes de droga, probablemente dos millones, podrían ser incluso tres millones, y vamos a echarlos del país o vamos a encarcelarlos”, indicó Trump en su primera aparición televisiva tras el triunfo electoral.

Las palabras de Trump hacia los inmigrantes indocumentados en la entrevista fueron muy diferentes a las pronunciadas durante la campaña presidencial, cuando prometió crear “una fuerza de deportación” para expulsar a todos los indocumentados, incluidos a los mexicanos a los que llamó “criminales y violadores”.

En la entrevista, Trump indicó que, una vez que la frontera sea fortalecida, su Gobierno determinará qué ocurre con el resto de indocumentados que viven en Estados Unidos y a los que elogió por ser gente “fantástica”.

“Son gente fantástica y tomaremos una decisión sobre ello. Pero antes de tomar esa decisión, tenemos que asegurar nuestra frontera”, consideró Trump.

Con el objetivo de fortalecer la seguridad fronteriza, Trump reiteró su deseo de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, aunque admitió que podrían alzarse “vallas” en “ciertas áreas” de los más de 3 mil kilómetros de la frontera entre los dos países.

“Para algunas áreas lo consideraría (alzar vallas), pero para otras, un muro es más apropiado. Soy muy bueno en esto, se llama construcción”, resaltó Trump.

Si Trump realmente cambia su planteamiento y propone deportar solo a los inmigrantes con antecedentes penales, sus políticas no se diferenciarían tanto de las implementadas por el Presidente, Barack Obama, quien en noviembre de 2014 proclamó unas medidas para expulsar a los indocumentados con récord criminal y no a las familias de indocumentados.

No obstante, de manera paralela, en 2014 Obama proclamó unas medidas para frenar la deportación de cinco millones de indocumentados, unas iniciativas que nunca llegaron a entrar en vigor y contra las que Trump ha mostrado su más firme rechazo.

Sobre la reunión que sostuvo Trump con Obama el pasado jueves, el republicano dijo que hablaron sobre Oriente Medio y Corea del Norte.

“Mira que no quiero darlo a conocer, pero hablamos de Oriente Medio, eso es duro. Es una situación difícil. Quería saber su punto de vista por completo y lo entendí, entendí una buena parte de su punto de vista”, indicó Trump, que se mostró muy sereno en su primera aparición televisiva como Presidente electo.

Trump alabó a Obama por ser “fantástico”, “muy inteligente”, “muy amable” y tener “un gran sentido del humor”, unos calificativos diferentes a los que profirió durante al campaña presidencial y también en 2011 cuando impulsó el rumor de que el actual mandatario no había nacido en EU.

“En lo que yo realmente quería centrarme es en Oriente Medio, Corea del Norte y Obamacare, es duro. ¿Sabes? Lo de Obamacare es una situación bien difícil”, valoró Trump.