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Obras y objetos de Borges irían a manos del Estado argentino; “son robados”, acusa viuda del escritor

lunes, diciembre 9th, 2019

Los 6 mil libros, manuscritos y documentos adquiridos por el empresario Alejandro Roemmers tendrían un origen ilícito, dijo el pasado viernes el abogado representante de María Kodama, viuda y heredera del autor argentino.

El litigante consideró improbable que Roemmers conociera la procedencia del material; en cambio, acusó a Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, quien según dijo, lo habría vendido al empresario.

Por Almudena Calatrava

Buenos Aires, 9 de diciembre (AP).- Una oferta de donación al Estado argentino de miles de objetos que pertenecieron a Jorge Luis Borges quedó envuelta en polémica luego de que la viuda del célebre escritor denunciara que se trata de artículos robados.

Los 6 mil libros, manuscritos y documentos adquiridos por el empresario Alejandro Roemmers tendrían un origen ilícito, dijo el pasado viernes a Radio Mitre el abogado Fernando Soto, representante de María Kodama viuda y heredera del autor argentino de El Aleph, Ficciones e Historia de una eternidad, galardonado con el Premio Cervantes.

Kodama, de 82 años, denunció un día antes que las obras ofrecidas por Roemmers al Gobierno argentino “son todas cosas robadas”. También dijo que no le importa el anuncio que hizo el Presidente electo Alberto Fernández, quien asumirá el poder el próximo martes, acerca de que con ese aporte se crearía el Museo Borges.

“Me resulta indiferente. Cada uno hace lo que quiere y nadie respeta nada. Este país es así”, dijo a medios locales Kodama, quien por su parte está al frente la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, una organización que cuenta con un museo y, de acuerdo al abogado de Kodama, no recibe aportes gubernamentales.

Soto insistió en que “hace mucho tiempo” que están en la búsqueda de los materiales ofrecidos por Roemmers. El abogado dijo que fueron sustraídos por Epifanía Úbeda, una empleada doméstica de Borges, quien fue despedida luego de que el escritor decidiera pasar sus últimos días en Suiza, donde falleció en 1986.

Una vez vaciado el departamento de Borges en Buenos Aires, “por un error no se hizo el desalojo de la baulera (bodega) del edificio donde había una gran cantidad de objetos personales de Borges, manuscritos de sus cuentos, documentos personales y condecoraciones”, señaló Soto quien afirmó que la empleada tenía llave del apartamento y se llevó los objetos en un flete que había encargado. De acuerdo con Soto todo está documentado en un acta judicial.

“Cuando se compran objetos de Borges hay que tener particular cuidado. Habría que acreditar cómo se lo adquirió y si son originales”, sostuvo el abogado, quien indicó que se ha detectado la existencia de obra sustraída en otros países.

Soto consideró improbable que Roemmers, empresario del sector farmacéutico, conociera la procedencia del material. En cambio, acusó a Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, quien según dijo, lo habría vendido al empresario.

Vaccaro rechazó lo que calificó como una “calumnia” y dijo poseer los comprobantes de la compra de manuscritos, cartas y libros y demás objetos.

Roemmers también negó que el material que pretendía entregar sea robado.

“Es una colección que tiene 50 años. Se ha formado durante mucho tiempo, con obras adquiridas a muchísimas personas, coleccionistas, libreros y está todo documentado”, dijo al canal Todo Noticias. El empresario se dijo entristecido por que se quiera “ensuciar algo tan lindo como este acto de entrega”.

JORGE LUIS BORGES | Una literatura viva, más allá del mito que dice que era Dios

sábado, junio 18th, 2016
Jorge Luis Borges (1899-1986). Foto: efe

Jorge Luis Borges (1899-1986). Foto: efe

La influencia del célebre autor argentino se mantiene vigente con un esplendor que año tras año refrenda su inconmensurable talento literario. Esta semana hubo mucho Borges en el ambiente, al conmemorarse las tres décadas de su ausencia física

Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- Todos tenemos nuestro propio Jorge Luis Borges en el corazón y eso quedó demostrado esta semana, cuando el universo de la literatura conmemoró el 30 aniversario de su muerte.

El escritor argentino al que le hubiera gustado nacer en Suiza y que murió en Ginebra el 14 de junio de 1986 fue recordado por su modestia, su ceguera, sus ideas de derecha, sus simpáticas intervenciones públicas en las que aparecía distraído y alejado del mundo, pero sobre todo por el enorme talento literario que lo convirtió en uno de los escritores más influyentes del siglo XX.

Los últimos años compartidos con la que ahora es su ilustre y revulsiva viuda, María Kodama, fueron los de esperar un Premio Nobel que nunca llegó, en lo que el propio autor de El Aleph consideraba con ironía –el mayor de sus dones- “una tradición escandinava”.

Mucho Borges en los medios esta semana. Incluso un meme divertidísimo en la que aparecía Kodama advirtiendo, con su rostro singular y su mirada un tanto tenebrosa, “Cuidadito, ya los vi publicando pavadas”.

Mucho Borges y recordar que fueron el chileno Roberto Bolaño (1953-2003) y el británico Martin Amis, quienes nunca tuvieron empacho en llamarlo Dios, así como los aficionados de la música llaman Dios a Eric Clapton, los del futbol lo propio a Diego Maradona.

Sus desopilantes apariciones públIcas. Foto. Facebook

Sus desopilantes apariciones públIcas. Foto. Facebook

La propia María enarcó las cejas y sonrió con complicidad cuando le preguntaron en una de sus visitas a México qué pensaba al escuchar a tantos escritores decir que su marido era Dios, al tiempo que no dudó en compararlo con el mismísimo Leonardo Da Vinci.

“He sido tratada como la Bruja de Blancanieves por defender el legado de mi marido y ahora estoy mutando, estoy pasando a ser Mrs. Hyde en lugar de Mrs. Jekyll”, dijo también recientemente Kodama, la mujer a la que Borges le llevaba 38 años, que se convirtió en 1975 en la asistente personal del escritor y en 1986, a unos pocos meses antes de la muerte del autor de Ficciones, se coronó como su esposa oficial.

Lo cierto es que la presidente de la Fundación Jorge Luis Borges, desde la cual vigila todos los asuntos relacionados con el autor, no será nunca más que un episodio en la vida y obra del genio de la literatura, “un daño colateral” que no agrega ni quita nada a las letras magistrales del que es considerado uno de los mejores cuentistas de la historia.

Homenaje al Borges bibliófilo en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Arturo López/ Secretaria de Cultura

Homenaje al Borges bibliófilo en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Arturo López/ Secretaria de Cultura

LA OBRA DE BORGES

Nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899,  Jorge Luis Borges desarrolló una obra magistral que fue galardonada entre otros con el Premio Cervantes y el Formentor y que se desplegó en cuentos, poesías y ensayos:

CUENTO

Historia universal de la infamia (1935), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970), El libro de arena (1975) y La memoria de Shakespeare (1983)

POESÍA

Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925),  Cuaderno San Martín (1929), El hacedor (1960, poesía y prosa), El otro, el mismo (1964), Para las seis cuerdas, (1965), Elogio de la sombra (1969, poesía y prosa), El oro de los tigres (1972, poesía y prosa), La rosa profunda (1975), La moneda de hierro (1976), Historia de la noche (1977), La cifra (1981) y Los conjurados (1985)

ENSAYO

Inquisiciones (1925), El tamaño de mi esperanza (1926), El idioma de los argentinos (1928), Evaristo Carriego (1930), Discusión (1932), Historia de la eternidad (1936), Otras inquisiciones (1952), Siete noches (1980), Nueve ensayos dantescos (1982) y Atlas (1984, libro de viajes)

ENTRE LABERINTOS, ESPEJOS Y BIBLIOTECAS

Aprendió a leer en inglés antes que en español, construyó universos literarios únicos habitados por espejos, laberintos, bibliotecas y tiempos circulares, donde también abundan la manipulación de la memoria y la identidad. A la vez, apeló a las citas de libros reales e imaginarios, con un estilo deslumbrante por su precisión. “Si no repito a los otros, me repito a mí mismo. Quizá yo no sea otra cosa que una repetición”, decía.

Tenía apenas nueve años cuando realizó su primera traducción del inglés al castellano: El príncipe feliz, de Oscar Wilde. En 1914 viajó con su familia a Europa y se instaló en Ginebra, donde cursó el bachillerato. En su posterior paso por España, entre 1919 y 1921, tomó contacto con el ultraísmo.

A su vuelta redescubrió su ciudad natal, que lo inspiró para su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires y en la década del ’30 inició una larga y entrañable amistad con Adolfo Bioy Casares, con el que compartió  numerosas aventuras literarias, como la compilación de antologías de la literatura fantástica y policial y la escritura de varias obras con los seudónimos de Honorio Bustos Domecq y Benito Suárez Lynch.

En México, tuvo lugar una mesa para homenajear su raíz bibliófila, en la que participaron Antonio del Toro, Verónica Munguía y Christopher Domínguez, quienes evocaron su condición de lector memorioso de autores y temas disímbolos; un poeta que se desenvuelve como pez en el agua en la narrativa y el ensayo; autor que tendía a la desnudez y a lo esencial y un maestro del texto breve quien logró en sus poemas las síntesis más extremas y depuradas.

Para el poeta y ensayista Antonio del Toro indicó, Borges fue “fundamentalmente” un poeta, en cuya obra se encuentran temas y recursos característicos.

El paraíso como una biblioteca y viceversa. Foto: Shutterstock

El paraíso como una biblioteca y viceversa. Foto: Shutterstock

“Borges logró en sus poemas las síntesis más extremas y depuradas. Siempre fue a contrapelo de las corrientes dominantes de la época e incluso al adherirse a ellas, en los años veinte, cuando lo que imperaba eran los sismos y las rupturas, realizó una serie de poemas breves e íntimos contra la prisa de la época y la superstición de lo nuevo”, dijo.

“Si bien se necesita cierta cultura para comprender al Borges poeta, no es un actor secreto ni esotérico, es un escritor que tiende a la desnudez y a lo esencial, aunque esto sea por cierto el resultado de una complejidad muy trabajada. Él no se pierde en detalles eruditos ni en crucigramas culturales”, agregó el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1996 por Balanza de sombras.

Para Verónica Murguía, Jorge Luis Borges fue orgullosamente un lector en cuya obra habla con más constancia de los autores que ha leído. “Más que laberintos, espejos, tigres y espadas, lo que más abundan en las historias de Borges son otros libros que dan pie a todas las narraciones, hasta las más increíbles”, afirmó la narradora e ilustradora mexicana.

Por su parte, Christopher Domínguez Michael dijo no tener la menor duda de que Jorge Luis Borges es uno de los grandes escritores del siglo XX en lengua española, esencialmente un poeta.

“Me disgusta escuchar que digan que fue un poeta menor; no lo creo, porque se atrevió a ser voluntariamente pobre, de rimar de manera primitiva. Borges es un caso único en la historia de la literatura, la fama le llegó tarde, lo cual fue bueno para él; es un escritor que sorprendentemente dejó de ser un escritor para escritores y se convirtió en alguien popular”, comentó el ensayista.

“Tuvo una vida plena en libros y sus libros están plenos de vida”, afirmó.

Borges fue bibliotecario en Buenos Aires de 1937 a 1945 y siempre imaginó que “el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.

“Sartre dejó de escribir cuando se quedó ciego. Yo no entiendo eso. Al contrario, yo he pensado: ahora que estoy ciego, tengo que seguir trabajando, porque ¿qué justificación tiene mi vida si no trabajo? Qué otra cosa puedo hacer sino escribir? Y eso no lo hago por vanidad, sino porque tengo que poblar mi tiempo de algún modo”, dijo a propósito de su ceguera.

“Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, literario; es decir que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas, pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras”, también dijo.

Con información de dpa y la Secretaría de Cultura de México

ENTREVISTA | Borges, como los antiguos griegos, pertenecía a su ciudad: María Kodama

sábado, mayo 7th, 2016
Jorge Luis Borges y los cuentos de Buenos Aires. Foto: Especial

Jorge Luis Borges y los cuentos de Buenos Aires. Foto: Especial

Borges cuenta Buenos Aires está cruzado por imágenes de viejas casas de ladrillo con antiguas puertas y ventanas, majestuosas estaciones ferroviarias y otros edificios históricos y monumentos de la ciudad, junto a cuchillos, laberintos y felinos presentes en su universo literario.

Por Gabriela Mayer, dpa

Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo).- Jorge Luis Borges (1899-1986) funda míticamente su ciudad, la canta a través de sus poemas, la narra a través de sus cuentos, afirma su viuda María Kodama en el prólogo de Borges cuenta Buenos Aires.

A casi tres décadas de la muerte del autor de El Aleph, Kodama presentó en la 42 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires este libro que reúne 12 relatos borgeanos -entre ellos “El Sur”, “El libro de arena” y “Hombre de la esquina rosada”-, acompañados por imágenes de Carlos Greco.

La esposa de Borges y heredera de su legado se muestra complacida con el acento que pone la cita editorial en recordar al escritor a través de diversas actividades. “Borges siempre era una figura familiar y cuando estaba en Buenos Aires venía siempre a la feria, así que pienso que es muy lindo esto, que la feria le rinda homenaje a los 30 años de su partida”.

Borges, recordado como un viajero e inspirador, en la Feria del libro de Buenos Aires. Foto: efe

Borges, recordado como un viajero e inspirador, en la Feria del libro de Buenos Aires. Foto: efe

Kodama cree que “Borges, como los antiguos griegos, pertenecía a su ciudad. Los griegos decían por ejemplo ‘Zenón de Elea’, siempre era el lugar donde habían nacido lo que correspondería a lo que ahora es el apellido. Y pienso que con Borges y Buenos Aires se produce eso también. Nació en Buenos Aires y Buenos Aires es para él casi su propio ser”, dijo a la agencia dpa.

La escritora y traductora apunta que la ciudad a orillas del Río de la Plata se encuentra desde siempre presente en la literatura borgeana. “El tema de Buenos Aires está desde Fervor de Buenos Aires, que es el primer libro que él escribe en 1923 cuando vuelve de Europa, hasta el final de su vida, es decir a través de toda su obra”.

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DESCUBRIMIENTO DE LA CIUDAD

La relación del autor argentino de mayor proyección universal con su metrópoli variará a lo largo de su vida. “Primero es el descubrimiento de esa ciudad cuando él vuelve y después cómo va sufriendo él el cambio que va teniendo esa ciudad. Hasta que al final dice que la ciudad que él conoció ya no existe, porque lógicamente ha sido objeto del cambio natural del tiempo y de la gente”, analiza Kodama.

“Finalmente dice que todo eso no importa, porque un día el obelisco será talado, no existirá más, pero habrá un poeta que cante a esa otra ciudad que él ya no podría reconocer. Va a cantar a esa ciudad y a través de eso la ciudad es eterna”, señala Kodama.

María Kodama, viuda y heredera de Jorge Luis Borges. Foto: efe

María Kodama, viuda y heredera de Jorge Luis Borges. Foto: efe

En la portada del libro de gran tamaño editado por Emecé se ve a Borges con un bastón en la mano izquierda y un puñal en la derecha. Borges cuenta Buenos Aires está cruzado por imágenes de viejas casas de ladrillo con antiguas puertas y ventanas, majestuosas estaciones ferroviarias y otros edificios históricos y monumentos de la ciudad, junto a cuchillos, laberintos y felinos presentes en su universo literario.

A la presidente de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges le agrada que no sean “imágenes convencionales”, ya que el volumen muestra una Buenos Aires que no es la de los libros turísticos, “como si fuera buscando lo que es la esencia de los cuentos”.

Mientras tanto, varias ciudades se sumarán a las conmemoraciones internacionales por el trigésimo aniversario de la muerte de Borges el 14 de junio de 1986 en Ginebra.

Kodama, quien conoció al escritor cuando era una joven estudiante, adelanta: “Estamos organizando junto con la embajada y la Fundación Bodmer en Ginebra el gran homenaje. Y va a haber también un homenaje que ya comenzó en España, que de Madrid va a ir a Sevilla”.

“Y como cierre también organizamos con el Instituto Cervantes de Nueva York en la primera quincena de diciembre un gran homenaje, porque la biblioteca del instituto tiene el nombre de Borges. Entonces se celebran las dos cosas, los 25 años de la biblioteca y los 30 años de la partida de Borges”, cuenta.

Kodama asimismo evoca sus momentos de trabajo junto al escritor, que había quedado ciego en la década del ’50 y dictaba sus textos. “Escribía cuando quería, como él decía, cuando la musa aparecía, sino no. Recuerdo una vez que un muchacho llegó y le dijo ‘maestro, estoy desesperado. Me siento todas las mañanas ante el papel en blanco y no se me ocurre nada’. Y Borges le dice: ‘¿no sería mejor esperar a que se le ocurra algo para ponerse frente al papel en blanco?'”, recuerda risueña.

Si Borges pasaba un tiempo sin escribir, no lo vivía “como algo dramático”. “Leíamos, nos divertimos muchísimo. Evidentemente fui el amor de su vida y el amor de mi vida fue él, sino 30 años después no voy a seguir con él, si no hubiera sido así”, subraya.

A la pregunta de si el cuentista, poeta y ensayista fue consciente de la fama que alcanzó, contesta sin dudar: “Lo vivía inocentemente, no era una persona jactanciosa, ni una persona que quisiera estar en un primer plano, eso se lo daban los otros. Él decía que su obra era una equivocación”.

Kodama manifiesta no extrañar a Borges: “Es una sensación rara, porque todos ustedes me ayudan a tener como ‘el milagro secreto’. Porque el hecho de que lo nombren, de que organice conferencias, de que dé conferencias, todo eso hace que yo sienta, aunque sé que él no está, que está vivo. Interiormente está en mí, es una presencia permanente”.

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Los caminos infinitos de Jorge Luis Borges, en una exposición en Madrid

sábado, abril 30th, 2016
Infinito Borges. Foto: Casa de América

Infinito Borges. Foto: Casa de América

Este 2016 se conmemora el 30 aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, fallecido en junio de 1986. Por ese motivo, se organiza hasta el 22 de mayo en la Casa de América de Madrid una exposición que reúne cientos de recuerdos de la obra y vida del escritor argentino

Por Belén Remacha

Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo/ElDiario.es).-En 1984, Jorge Luis Borges publicó una de sus últimas obras. Atlas es un libro sobre viajes pero queda lejos de ser una guía turística; en Atlas, María Kodama, su mujer, fue los ojos de un Borges ciego por Filadelfia, París, Roma, Buenos Aires, Estambul o Venecia.

No es su mejor libro; tampoco el más adecuado para acercarse a su literatura, pero entre versos y prosa mostró los anhelos, los sueños (los recordaba con facilidad y los plasmaba en papel) y la imaginación del final de su vida. Murió dos años después, en junio de 1986, a los 86 años de edad.

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En la exposición que se inauguró la semana pasada en la Casa de América de Madrid, para conmemorar las tres décadas que han pasado desde el fallecimiento del escritor, está el manuscrito de Atlas. También hay libros, objetos personales, fotos, pinturas, dibujos, periódicos y grabaciones del autor argentino, así como aquella fotografía de su abuela inglesa, fechada en 1915. La carta que envió el presidente Domingo Faustino Sarmiento a su abuelo militar y que por primera vez sale de los cajones para mostrarse al público. Pinturas de su hermana Norah, que no se dedicó a la literatura porque con dos escritores (él y su propio marido) en la familia ya era suficiente.

Primera edición de 300 ejemplares pagados por el padre del escritor. Foto: Casa de América

Primera edición de 300 ejemplares pagados por el padre del escritor. Foto: Casa de América

Todo son reliquias familiares y emocionales que han sido cedidas a la Casa de América por el Museo del Escritor (también organizador) y la Fundación Borges y que integran la exposición El infinito Borges, que permanecerá hasta el 22 de mayo.

Es el acto central de lo que han querido llamar el Año Borges: “Es una de las exposiciones más completas que se han realizado. Hemos intentado abarcar a través de distintas secciones todos los aspectos vinculados a su obra y personalidad”, explica Claudio Pérez, comisario junto de la muestra junto a Raúl Manrique, autor él mismo de algunas de las fotografías más emblemáticas del escritor.

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EL POETA CIEGO

La muestra se divide en diversas secciones que contemplan las traducciones (como las que hizo de Virginia Woolf), prólogos (tiene un metalibro sobre ellos), conferencias, antologías (la más célebre, la de literatura fantástica), dedicatorias y proyectos editoriales y cinematográficos (como el guión  de Los Orilleros, película de 1975, dirigida por Ricardo Luna) .

Entre las 300 piezas expuestas no faltan sus recuerdos españoles, como el Wine, Water and Songs, de G.K.Chesterton que adquirió en Granada en 1915 y dentro de las colaboraciones, brillan las que hizo con su colega y compatriota Adolfo Bioy Casares (1914-1999); la joya de la corona de ese apartado es el primer número de la revista Destiempo, que crearon juntos y de la que se conservan muy pocos ejemplares.

Quien se acerque a la exposición también podrá encontrar a Julio Cortázar (1914-1984) y el ejemplar de El Aleph que le firmó Borges al autor de Rayuela, así como dedicatorias, entrevistas y las cartas que dejan patente su vinculación con Ramón Gómez de la Serna, Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato y Victoria Ocampo, entre otros.

Hay un tema que no tiene sección propia, pero que es transversal a la obra del autor de Historia universal de la infamia. Que un escritor sea ciego indudablemente lo condiciona; no puede leer ni escribir por sí mismo. Y a pesar de ello, su obra (a la que se le debe un premio Nobel que nunca llegó) era tan precisa que muchos incluso han dudado de las sombras que aseguraba ver.

La pesadilla, una conferencia de 1977. Foto: Casa de América

La pesadilla, una conferencia de 1977. Foto: Casa de América

A medida que fue perdiendo la vista, Jorge Luis Borges fue necesitando dictar sus textos, recurrir a la memoria para dar conferencias y mirar a través de los ojos de María Kodama. Decía que todavía percibía el amarillo y que extrañaba el rojo y el azul y quizá por eso El oro de los tigres, de 1972.

Además de la muestra habrá diversos encuentros sobre su trabajo en la crítica, una mesa redonda y se presentará el libro El infinito Borges: una biografía en imágenes. Infinito, como la exposición, por un doble motivo que explica Claudio Pérez: “es más que un escritor, Borges es literatura en sí misma; pero también porque uno se da cuenta al tomar un eje suyo que lejos de agotarse, se van abriendo nuevos frentes. Cada uno con características particulares y destacables”.

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