Posts Tagged ‘Manu Brabo’

ENTREVISTA | Manu Brabo habla sobre sus coberturas en países que lloran por las guerras

lunes, abril 15th, 2019

Con su cámara, Manu Brabo pretende “sacar al ser humano realmente y sacar a la víctima del victimario”, y es donde ahora centra su trabajo en lograr “poner el foco y conseguir narrativas más complejas que lo que es el propio ‘frontline’ o la masacre”.

Por Alfonso Bauluz

Madrid, 15 de abril (EFE).- El fotoperiodista Manu Brabo considera difícil superar la manera en que algunas sociedades, como ha comprobado en Ucrania, entienden el periodismo, al que consideran mera máquina de propaganda y donde sólo se puede ver una visión del conflicto.

“Sólo puedes hablar de una visión de uno de los lados, y pobrecito de ti si se te ocurre ser crítico o abrir un poco más el campo” expone en entrevista con Efe con motivo de su participación en el ciclo Escenarios de Guerra del XVI Festival #DocumentaMadrid.

El fotógrafo asturiano, premio Pulizter en 2013 por su trabajo en Siria, entre otros galardones, explica la eficacia de la contrapropaganda y recuerda: “Tú puedes decir lo que quieras, que mientras haya otros que lo estén negando… Nunca subestimes el poder de la negación”.

E ironiza al recordar a los que jocosamente los corresponsales en Ucrania apodaban “los muchachos del Instituto Pushkin”, en alusión a la contribución rusa en el conflicto armado en el este de Ucrania.

Tras cuatro años dedicados a la cobertura de esa guerra sostiene que “en Ucrania les encanta decir que están viviendo una invasión rusa, porque esto hace su guerra más grande; en el fondo, lo único que hace (Rusia) es financiar”.

“Al final, en este juego de lenguajes, esto influye muchísimo. Las limitaciones de la sociedad, que no quiere verlo; son los propios ucranianos a los que no les interesa creerse que son ucranianos (combatiendo) contra ucranianos”.

En su opinión, es “la propia sociedad la que no quiere asumir el papel de los periodistas” y recuerda que ha tenido problemas graves por decir en conferencias en Kiev lo que él consideraba evidente.

Capturado en 2011 cuando cubría la guerra en Libia por las tropas gadafistas, hoy no se extraña de los últimos acontecimientos en el país mediterráneo, ya que “esto es algo que se ve venir desde hace bastante tiempo”.

Los cambios de lealtades entre las milicias que agrupan los dos hombres fuertes determinarán quién controla el país: Fayez el Serraj, en Trípoli, con el Gobierno de Acuerdo Nacional apoyado por la ONU, o el mariscal Jalifa Hafter, desde Bengasi.

Brabo, que no descarta viajar al país en el que permaneció prisionero durante 45 días y adonde por última vez acudió en 2016, consideró que ahora “la mayoría de milicias dentro de Libia apoyan a Hafter”.

Y aclara que “era una cuestión de tiempo que este personaje se lanzara a la conquista del resto” del país, del que controla, además del oriente, importantes explotaciones de petróleo, y ya combate para controlar la capital.

Son las milicias de la localidad costera de Misrata y la occidental de Zintan las que podrían tener la clave del desenlace, indica, al tiempo que recuerda que pueden no ser ajenas las fuerzas exgadafistas que custodian a Saif al Islam, hijo del desaparecido coronel Muamar el Gadafi.

El Yemen y Bangladesh completan el arco de su trabajo, aunque el conflicto arábigo requiere mucha preparación previa y en cuanto al conflicto rohinyá participa en un documental sobre violencia contra las mujeres de esta minoría.

Sobre los rodajes y documentales proyectados en el festival, con la guerra civil española al fondo, explica que son trabajos “muy interesantes, están saliendo libros muy guapos fotográficamente”.

Reconoce que “esto sí que es un reto; fotografiar una posguerra es una cosa, fotografiar una posguerra cuando ha pasado mucho tiempo de la guerra es otra cosa, y fotografiar un conflicto cuando hace 70 años que se ha terminado, esto es un reto de la leche”.

“Quedan pocos protagonistas, quedan pocos espacios en los que se pueda ver realmente el nivel de destrucción que tiene la guerra, y lo poco que queda es rescatar las operaciones de apertura de fosas”, lo que considera que “fotográficamente es muy complejo”.

“Pero creo que es algo que también se debe hacer”, añade.

“Llevo cinco años trabajando en Ucrania” -prosigue-, hay historias “superinteresantes dentro de lo que son, no ya las víctimas, sino los veteranos, los soldados y guerrilleros veteranos. Cómo se vive en una sociedad que se olvida de ti y que te rechaza”.

Con su cámara, pretende “sacar al ser humano realmente y sacar a la víctima del victimario”, y es donde ahora centra su trabajo en lograr “poner el foco y conseguir narrativas más complejas que lo que es el propio ‘frontline’ o la masacre”.

Manu Brabo: así se juega la vida un fotoreportero ganador del Pulitzer

domingo, julio 3rd, 2016

Manu Brabo (Zaragoza, 1981) lleva años haciendo fotos en lugares “en llamas” del planeta. Kosovo, Palestina, Libia, Haití y Honduras son solo algunos de los sellos que luce en su pasaporte. En 2013 recibió el Premio Pulitzer por su labor y está considerado como uno de los grandes de ese oficio tan complicado —y necesario— que es el del fotoperiodismo.

Por Staff de VICE

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo/ViceMedia).- Estuvo unos días en España, habitualmente reside en Italia, porque sus fotos sobre refugiados sirios forman parte de la exposición organizada por el Instituto Francés, “Caminos del Exilio” (al aire libre, en el Parque del Retiro de Madrid), en la que comparte cartel con otros grandes como Sima Diab, Olivier Jobard, Pierre Marsaut y Giorgos Moutafis.

Ha estado secuestrado en Libia, y hace dos años, el Estado Islámico asesinó a su amigo James Foley, el fotógrafo estadounidense con el que había estado en cautiverio y con el que compartió trabajo en Siria.

Estos dos momentos le hicieron replantearse su trabajo, ordenarlo, valorar los riesgos y darse cuenta de que tiene bastante apego a su vida. Aún así, la vocación va por dentro y el fotoperiodismo corre por sus venas, por eso no puede dejar de mirar por el objetivo y ejercer de puente entre “personas que están pasando una situación jodida y los que no la conocen”. Es decir, nosotros, los lectores.

Hablamos con Manu de guerras, buenos y malos, ejércitos, vocación, viajes, bombardeos, supervivencia, de hacer estómago y los malos ratos que se lleva uno cuando expone su vida. Pero, sobre todo, de fotoperiodismo.

VICE: Aunque sea empezar con una pregunta tópica, me interesa conocer tu definición de fotoperiodismo.

Manu Brabo: Lo que digo siempre es que mi oficio es, básicamente, tender un puente entre unas personas que están atravesando una situación determinada, normalmente jodida, con personas que lo desconocen. No hay mucho más. Básicamente soy un puente, un medio de comunicación.

Y en qué momento uno decide dedicarse a esto.

Eso lo decido de entrada, lo que más tiempo tardo es en descubrir cómo diablos hacer para ganarme la vida así.

¿Es algo difícil al principio?

Al principio, a mitad y al final. No sé por dónde voy. Lo jodido supongo que es cuando uno acaba de estudiar, sabe que quiere dedicarse a esto y no sabe por dónde empezar. Pero eso me imagino que pasa en cualquier profesión donde no haya oposiciones.

Lo difícil es mantenerse y mantener la ilusión. Vivir con una mano delante y otra detrás. En estas cosas vocacionales, uno acaba por aguantarse y tirar para adelante.

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Háblanos de tu primer viaje para hacer fotos.

Si no recuerdo mal, creo que el primer trabajo que hice con la intención de hacer un reportaje fue el proyecto de fin de carrera sobre la trashumancia por España. De corte más social, en un par de años estaba viajando a Argentina para hacer fotos en Villa Miseria de la ciudad de Buenos Aires.

Hablando sobre puentes, cuando vas a una zona de conflicto, como dice todo el mundo, ¿es imposible no posicionarse, tomar partido por algún bando?

Nuestro bando tiene que ser siempre el mismo. Luego, lógicamente, si estás “empotrado” con unas milicias pues estás contra el que te dispara y a favor del que te va a salvar la vida. Eso no es un proceso racional, eso se llama puta supervivencia y todos lo tenemos ahí.

Cuántos abuelos fascistas lucharon contra los rojos para que no se los “picaran” y viceversa. Eso se llama supervivencia. Lo que digo siempre es que la objetividad no existe, lo que existe es la honestidad. Hay que ser lo suficientemente honesto para saber que el que te está salvando la vida igual es una grandísimo hijo de perra. Esa es un poco la situación.

Las personas dejan de ser “buenos” y “malos”, son sólo personas que te pueden salvar la vida.

Eso eso. Ponte a pensar. Quizá los yanquis no te caen bien, pero te metes a hacer un “empotrado” con ellos y te empiezan a disparar los que están al otro lado, entonces los yanquis te van a empezar a caer muy bien (risas).

Leí en una entrevista que no querías saber nada de fotos después de la muerte de tu colega y amigo James Foley.

Sí, bueno, fue temporada en la que necesitaba recolocar todos los años anteriores. De 2011 a 2014 fueron guerras, golpes de Estado y mierda… luego cuando ves el precio que se puede llegar a pagar, tienes que valorar si el precio merece la pena. Antes de continuar decidí que tenía que reacomodar todo.

No sé si quieres hablar del tema de tu secuestro, pero supongo que ahí también te replanteaste lo arriesgada que puede llegar a ser tu vocación.

Eso lo ves. Pero cuando empiezas eres un poco naif y toma tiempo descubrir y aceptar los lados oscuros de lo que te apasiona. Uno siempre piensa que va a los lugares y va a volver con vida y que no te va a pasar a ti. Esa ficha a mí se me cayó bastante pronto, pero también no hay de otra. Aunque no quiere decir que no te vaya a pasar nada.

Manu, tú das clases de foto, ¿qué consejo le das en primer lugar a los alumnos que se quieren dedicar a esto?

Pues lo que me ha dicho mi madre siempre: todas las historias son un maratón. Una carrera larga, no un sprint, hay que ser constante, mantener el ritmo. A veces te fallarán las fuerzas y hay que encontrar la manera de seguir adelante. Es una historia de perseverancia y aprendizaje y ni con esas tienes garantizado que salga bien. Cuando veo a la gente floja les digo esto.

¿Qué lugar de los que has visitado te ha causado mayor impresión?
Siria.

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Foto: Cortesía de Manu Brabo para VICE

Muy complicado…
(Risas). Sí, demasiado.

Para no volver.

No vuelvo ahí desde mediados de 2013. He seguido tratando el tema a través de los refugiados, pero ya son demasiados colegas secuestrados… Una cosas es que tú puedas ir a un lado y te pase algo, te caiga una bomba o te hieran. Pero otra es convertirte en objetivo no sólo de uno, sino de varios. Aunque la gente pueda pensar lo contrario, le tengo mucho aprecio a mi vida y a mi libre albedrío y no tengo ganas de pasar por esto.

Has tocado el tema de los refugiados, ¿Europa está cometiendo una injusticia tremenda con este tema?

Lo que veo es que al final esa publicidad de que somos un modelo igualitario y solidario es una gran mentira. No somos solidarios ni intramuros, ni tampoco, mucho menos, extramuros. Sé que no es un tema fácil, hay millones de refugiados, pero nuestras instituciones deben asumir la responsabilidad de sus actos.

La guerra de Siria no te voy a decir que es culpa de Europa, pero yo he visto demasiadas armas europeas ahí. Al final, algo que se tendría que haber parado no lo hemos hecho y hemos vuelto a joder a los mismos, a los civiles. Eso hay está.

Antes hablamos de honestidad, ¿es imposible no empatizar con la gente que ves a través de tu objetivo?

Imagínatelo. Para que yo haga mi trabajo, la gente me tiene que aceptar. La empatía es fundamental, no puedes pasar por ahí como un objeto, ser arrogante. Lo que se ve de mi trabajo es el 5 por ciento. Yo paso más tiempo tomando té o fumando cigarros con la gente que haciendo fotos. Ellos necesitan hablar y yo necesito entender.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ViceMedia. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.