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El infierno de los salarios de miseria en Ciudad Juárez

lunes, enero 11th, 2016

El caso Lexmark revivió la polémica por los bajos salarios que paga el sector maquilador a los obreros en Ciudad Juárez. En la ciudad se han empleado en este sector entre 194 mil y 249 mil personas, más que en cualquier otra ciudad de la frontera, quienes apenas tienen 10 minutos para ir al baño, si es que la la velocidad de la línea de producción lo permite, no ganan lo suficiente ni siquiera para satisfacer sus necesidades más básicas y deben recorrer largos tramos de ida y de regreso a sus lugares de trabajo.

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Ciudad Juárez, Chihuahua, 11 de enero (SinEmbargo).– En el suroriente de esta ciudad, el Gobierno del Estado construyó hace más de una década la ampliación de una carretera que divide una meseta de colonias, enormes lotes vacíos y decenas de naves industriales de las plantas maquiladoras. La obra, denominada “Bulevar Independencia”, sirve para conectar los casi ocho kilómetros que separan esta zona de la frontera con Texas, y tiene seis carriles, camellón, pasos a desnivel y miles de metros sin banqueta. Todos los días, a casi todas horas, circulan en ella los tracto-camiones que trasladan la producción de las manufactureras hacia a Estados Unidos, y los peatones, entre ellos operadores de las ensambladoras, caminan a los lados, junto al tráfico o entre la tierra.

Una de las colonias aledañas a esta vía rápida es la María Martínez, urbanizada a principios del siglo XXI por el Instituto de la Vivienda del Estado de Chihuahua y aún sin pavimento en varias calles. Por 30 mil pesos, el Gobierno vendió cuartos de tres por siete metros, dos ventanas, dos puertas, un baño con inodoro, piso de cemento y sin yeso en las paredes que, por lo pequeñas y austeras, no se llaman casas, sino sólo “pie” de éstas.

Ahí compró su propiedad Míriam Delgado Hernández, una coahuilense hoy de 37 años que llegó a los siete a Ciudad Juárez, junto con sus padres y sus diez hermanos procedentes del Municipio de Francisco I. Madero de aquella entidad colindante con Chihuahua. Estudió sólo hasta la secundaria porque, a los 15 años, como hace casi el 50 por ciento de los adolescentes que viven en esta frontera, desertó al sentir que sus padres, que vivían de los campos de cultivo de El Valle, no podrían pagarle la preparatoria. Luego buscó trabajo y encontró en una de las maquiladoras de la fabricante de artículos electrónicos Philips, al poniente. A los 19 años se casó y tuvo su primer embarazo. Cuatro años después, en 2001, y aún empleada en Phillips, adquirió el crédito para su pie de casa pero no se mudó sino hasta 2002, cuando se quedó sin trabajo. Ese año, la trasnacional de origen holandés informó que cerraría la mayor parte de sus operaciones de producción en esta ciudad para trasladarlas a Suzhou, China, ésta última nación que acababa de ingresar a la Organización Mundial de Comercio y donde los trabajadores ganaban dos veces menos que en México. Fue una de las recesiones económicas más devastadoras para Juárez. Alrededor de cincuenta mil operadores perdieron sus empleos y, sin sus actividades y gastos, fueron afectados casi todos los demás sectores económicos.

Delgado tenía 23 años cuando llegó a su “pie de casa” con sus dos hijos pequeños y su marido, obrero temporal de albañilería. Sin encontrar trabajo en la maquiladora, se dedicó a vender productos de belleza y ropa de segunda para –sin la ayuda de su esposo, enfermo de alcoholismo–solventar la alimentación de sus niños y pagar los 300 pesos mensuales de su vivienda. En el pequeño espacio puso unas literas, un mueble para la televisión y una parrilla. Recuerda que duraron años sin refrigerador y comiendo sobre la cama. También que, al terminar la calle, metros al sur, todo fue por años un mar de tierra, sin árboles ni alumbrado, completamente negro por la noche. El transporte público y las escuelas llegaron con los meses.

Una serie de incentivos económicos concretaron en 2004 la ampliación de inversiones extranjeras en esta frontera. La administración del entonces Gobernador, Patricio Martínez García, celebraba la llegada a esta ciudad de la fabricante de electrodomésticos sueca Electrolux, que colocó aquí su planta más grande en Latinoamérica y a la que la administración estatal donó un terreno de 300 hectáreas unos siete kilómetros al sur del Bulevar Independencia. Junto a éste, en una superficie de 40 hectáreas, a finales de 2005 terminó de construirse también la primera nave de la división Impresiones Láser de la compañía norteamericana Lexmark. La firma había llegado a la entidad desde 1997 pero, de acuerdo con medios locales, tenía la estrategia de integrar en el nuevo campus del suroriente la mayor parte del proceso de producción, que incluye el reciclaje, ensamblado y llenado de tinta de cartuchos para impresora que se distribuyen en 150 países y que, en un 40 por ciento, se fabrican en el Estado de Chihuahua.

Las inversiones de Electrolux y Lexmark no sólo repusieron alrededor de diez por ciento de los empleos perdidos desde 2001 por la competencia con los salarios en China. Expandieron, también, la urbanización de Juárez hacia los terrenos de dos ex alcaldes priistas que, desde finales de los años 70, acapararon casi siete mil hectáreas de desierto conocidas como “Lote Bravo” y a las que desde entonces condujeron la dotación de servicios públicos. Los gobiernos municipal y del estado, por su parte, han justificado por años los gastos de infraestructura con la atracción de firmas como Electrolux o Lexmark, y con la construcción de colonias como la María Martínez, cuyos habitantes quedaron por años rodeados de enormes terrenos baldíos. El modelo se repitió en 2008 en el extremo poniente de la ciudad, en la frontera con Nuevo México, a donde también se condujeron cientos de millones de pesos de recursos públicos en vías y servicios hasta los terrenos de otro inmobiliario –también priista, pero de Chihuahua–, que los vendió para que la taiwanesa Foxconn instalara una gigantesca planta en la que hoy trabajan cinco mil 500 personas totalmente alejadas del resto de la ciudad. (Francisco Uranga Thomas, Secretario de Fomento Industrial de Patricio Martínez, apareció el sexenio siguiente como vicepresidente de operaciones de Foxconn para Latinoamérica).

Míriam Delgado entró a Lexmark en 2010, después de casi siete años de vivir sólo de las ventas informales. Ahora recuerda que, antes de poder presentar su documentación, debió hacer fila varias horas durante dos días frente a la malla de la planta. Finalmente fue contratada como operadora de producción en el segundo turno, de 3:30 de la tarde a 12:00 de la noche, y desde entonces fue asignada a la estación de “empaque tres”, a donde la banda de la línea de producción traslada cada 20 segundos una caja de cartón con el cartucho de tinta dentro y listo para que ella le coloque alrededor una placa de nieve seca que lo protege y a la que llama “inserto”. Luego cierra la caja, le pone la etiqueta de la marca, un sello, y al final le pasa un escáner para tomar el código de conteo. Al juntar unas tres cajas, las carga para salir corriendo a colocarlas sobre una plataforma de tiras de madera, o “pálet”, y todo el movimiento debe ser de un minuto, hasta empacar unos 180 cartuchos por hora, o alrededor de mil 500 en las ocho y media horas de su jornada.

“Es una línea de producción, un escantillón, y hacemos manualmente todo, cada quien va poniendo algo. Como 40 personas haciendo una cosa cada quien sobre el mismo cartucho, se le ponen tornillos, engranes, etiquetas, el rollo, lo sellos muchos tipos de engranes, gomitas. Cada quien pone como cinco o seis cosas, otros hacen las cajas, otros pegan las etiquetas, otros ponemos el inserto”, explica Delgado en entrevista.

“Paramos cuando vamos a comer, a las cinco y media, media hora, y 20 minutos para la cena, a las 9:20, todo en tiempo. Para ir al baño son diez minutos, una o dos veces al día. No se puede descuidar, ni para tomar agua, porque está la banda llena”, agrega.

El trabajo es contra reloj y bajo la presión de supervisores que al menor retraso toman reportes que inciden en el pago de los “bonos”. Otros operadores, sobre todo los que van cumpliendo más años, son trasladados a estaciones de reciclaje de cartuchos, donde despegan a punta de soplete las etiquetas de los cartuchos viejos y, otros, con aspiradoras, les remueven la tinta, contaminándose, en algunos casos, hasta los sangrados nasales.

La repetición del movimiento, dice Míriam Delgado, es además estresante y hace que el tiempo se sienta muy despacio, más cuando los hijos están enfermos o solos en la casa. Además debe tener una excelente vista, puntualidad y tratar de no enfermarse. Todo, en su caso, por 105 pesos diarios, o 12.3 por cada hora trabajando a toda velocidad dentro de la planta.

Al salir, a la media noche, pasaba casi otra hora en el camión de transporte de personal que debe recorrer varias colonias antes que la suya. Llegaba a casa a eso de la una, donde sus hijos, dice, ahora adolescentes, siempre la esperaban para abrir la puerta. Ahí dedicaba unos minutos para verlos, preguntarles cómo estaban, lo que necesitaban para la escuela o por las tareas. Luego se iba a dormir y, cinco o seis horas después, se levantaba para hacer el desayuno, mandarlos a la escuela, ordenar la casa, ocuparse de las ventas que nunca ha dejado, hacer la comida y bañarse y prepararse para, a las 2:40 de la tarde, estar lista y abordar de nuevo el viejo camión que otra vez recorrería varias colonias antes de dejarla en Lexmark. Casi cada semana, dice, se quedaba además tiempo extra, de 3:30 de la tarde a seis de la mañana.

La búsqueda de recursos adicionales y una mejor calidad de vida es constante entre Míriam, ya separada de su esposo, y sus hijos. Con un préstamo de Infonavit, hace tres años pudo construir dos recámaras y poner a todo el piso losetas de cerámica. Uno de sus hijos, de 17 años, se ocupa como carpintero en sus vacaciones y le hizo una cocineta. Los fines de semana previos a cada 14 de febrero o días de graduaciones, hace años, los tres se concentran además en hacer arreglos de globos y muñecos de peluche para vender también entre todos.

El único viaje que han tenido fuera de Ciudad Juárez fue a Torreón, Coahuila, hace unos años, para visitar a la familia materna. Ella jamás se ha comprado ropa nueva y, desde que se acuerda, casi todo lo que viste, todo lo calza, así como la mesa, sus dos sillas, las tres camas, los libreros, un escritorio y una computadora, son “de segunda”. Íntegros, los 700 u 800 pesos que juntaba a la semana entre su salario y sus ventas, los destinaba a la alimentación y a la educación de sus dos hijos, ahora estudiantes del Colegio de Bachilleres Once. Unos 400 o 500 pesos a la semana, o hasta 71 diarios, dos terceras partes de su sueldo, eran para comprar arroz, frijol, tortilla, huevo, uno o dos litros de leche, chile, tomate, cebolla, papas, la fruta sólo de oferta y dos o tres piernas de pollo sólo cuando alcanzaba. Con un promedio de gasto diario de entre 19 y 23 pesos cada uno, comían carne roja sólo una o dos veces por año, cuando Lexmark pagaba utilidades o aguinaldos. El resto era para los gastos de la escuela, de 15 a 20 pesos al día para copias e impresiones y 24 pesos para el transporte público. Cada mes, sin embargo, los recursos destinados a la compra de comida se reducían casi al mínimo para pagar 420 pesos por un cilindro de gas o 300 pesos del servicio de internet que Míriam acababa de contratar para los trabajos escolares; cada dos meses, para los 400 pesos de la luz, y cada semestre debía juntar tiempos extras y lo que pudiera para pagar dos mil 400 pesos de inscripciones. No bebe alcohol ni sale a lugares de esparcimiento, y toda su energía todos los días está dedicada solamente al trabajo y a sus hijos.

La abogada Susana Prieto al notificar la negativa de registro al Sindicato que buscan los trabajadores de Lexmark.

La abogada Susana Prieto al notificar la negativa de registro al Sindicato que buscan los trabajadores de Lexmark. Foto: Sandra Rodríguez

“COMPRAMOS SÓLO LO BÁSICO”

Después de cinco años y ocho meses de trabajar a ese ritmo, Míriam fue despedida de Lexmark el pasado 9 de diciembre junto con casi un centenar de empleados, en su mayoría mujeres. No fue por faltas ni por incumplir los estándares de producción de la compañía. Fue, considerada, por “alzar la voz” en demanda de un mejor salario y por haber firmado, en calidad de secretaria de Organización, la solicitud de registro legal del Sindicato de Trabajadores al Servicio de Lexmark Internacional.

La solicitud fue entregada el pasado 2 de diciembre a la Junta de Conciliación y Arbitraje del Gobierno estatal, y fue asesorada y redactada por el despacho de la abogada laboralista Susana Prieto Terrazas, quien, desde los miles de despidos del declive maquilador iniciado en 2001, litiga de manera profesional demandas de indemnización y otras inconformidades de los operadores contra las trasnacionales. Los hoy ex trabajadores de Lexmark explicaron que supieron de ella por otros empleados que han tratado de organizarse en Juárez para enfrentar sobre todo las liquidaciones que se habían registrado a principios de este siglo.

El año pasado, además, Prieto Terrazas también asesoró a los trabajadores de las maquiladoras Eaton Bussman y Foxconn, inconformes por los bajos salarios, el hostigamiento sexual y la eliminación imprevista de días para gozar de vacaciones.

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Lo que detonó en octubre la búsqueda de asesoría legal en Lexmark, narran varios trabajadores entrevistados, fue el anuncio hecho por la gerencia de recursos humanos en el auditorio de la planta, donde se les informó que desde ese momento quedaban eliminadas las “certificaciones” que cada operador había ganado acreditando su dominio de las diferentes partes del proceso de producción y con las que esperaban acceder a aumentos de salario escalonados, de 105 a 112 pesos y luego a 120 por día (Prieto Terrazas informó que el segundo nivel salarial era de 114). El salario de otros trabajadores, narran los ex empleados, como los reparadores de los cartuchos y que ganaban 130 pesos diarios, también quedaría estacionado.

“Fue cuando decidimos asesorarnos”, dice Santiago Martínez, de 30 años, reparador, firmante de la petición de sindicato y ahora también despedido. “Y fuimos con la licenciada (Prieto Terrazas), y ella nos comentó que se podía pelear por mejores condiciones, formar un sindicato, y empezamos a invitar a los otros, porque había mucha inconformidad”, agrega.

El plan de organización sindical asesorado por la abogada incluyó la instalación de un plantón en el exterior de la planta a principios de noviembre, marchas hacia la sede de Conciliación y Arbitraje y paros técnicos que, narran los obreros y muestran fotografías, lograron convocar a cientos de empleados.

“Uno por uno les fui diciendo, y unos se sorprendieron, no se atrevían por el miedo, y porque tienen mucha necesidad, por eso no se animaron, y yo empecé a silbar, con un silbato que llevaba en el bolsillo, como Delia (otra empleada) me había dicho, empecé a caminar por las áreas y ya, les gritaba que ‘aumento de sueldo, menos hostigamiento, protección para nosotros’, que era injusto como estábamos trabajando”, cuenta Leticia Calderón, de 39 años, y operadora también despedida.

La solicitud de sindicato logró reunir a 63 trabajadores, cuyo respaldo fue comprobado en la petición ante Conciliación con recibos de nómina. La respuesta de la compañía norteamericana, sin embargo, fue contundente: todos los solicitantes fueron despedidos y, el 29 de diciembre, la Junta Local de Conciliación notificó la negativa a la solicitud de registro de la organización obrera porque, argumentó la autoridad, incumplía los requisitos legales de que los sindicalizados estuvieran en activo y transparencia en el uso de sus futuros recursos.

Antonia Hinojos, de Camargo, Chihuahua, y Josefa Martínez, de Oaxaca, despedidas por tratar de organizarse contra el "robo" de vacaciones en Eaton Bussmann

Antonia Hinojos, de Camargo, Chihuahua, y Josefa Martínez, de Oaxaca, despedidas por tratar de organizarse contra el “robo” de vacaciones en Eaton Bussmann. Foto: Sandra Rodríguez

El Gobierno del Estado y el municipal han desestimado las protestas de los operadores de producción argumentando que están siendo “azuzadas” por los abogados que, como informó a este medio Prieto Terrazas, cobran un 20 por ciento a los trabajadores si ganan las indemnizaciones ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Ella, a su vez, ha acusado al Gobierno del Estado de proteger sólo los intereses de las empresas trasnacionales y de permitir la explotación de los empleados.

Varios de los inconformes, por su parte, expresaron en entrevistas estar satisfechos de al menos haber “alzado la voz” contra lo que denominan “salarios de miseria” y arbitrariedades de todo tipo cometidas dentro de las maquiladoras, desde la eliminación imprevista de días de vacaciones, como ocurre en la planta Eaton Bussmann, fabricante de fusibles y en cuyo frente también hay plantón, hasta la desprotección ante trabajos peligrosos, como el vaciado del tóner de los cartuchos de Lexmark.

Sobre un llano frente a ésta, más de medio centenar de trabajadores despedidos han sostenido por dos meses y climas bajo cero guardias en el campamento que construyeron con madera y lonas con consignas en demanda de mejores salarios. Estuvieron ahí incluso la noche de Año Nuevo, después de una intensa nevada y de haber recibido la noticia del rechazo a su petición de registro a la agrupación obrera.

“A mí nunca me han gustado las injusticias, y no me arrepiento, porque si se logra algo, vamos a salir muchos beneficiados. Y si no, ni modo, pero quiero que mis hijos sepan que no me quedo con los brazos cruzados, que aprendan también que se tiene que luchar aunque a veces no se gane”, agregó Leticia Calderón, cuyo hogar cuenta además con los ingresos de su pareja.

“Yo no tengo miedo, porque ellas (las maquiladoras), nos necesitan más a nosotros ahora, y porque es una tristeza que para ser Juárez frontera tengamos salarios tan bajos, si somos la mano de obra de mejor calidad, porque trabajamos con calidad, con amor al trabajo”, agregó Josefa Ramírez, de 36 años y entrevistada en el plantón de Eaton Bussmann, al norte de la ciudad y también habitante del suroriente.

La precariedad económica con la que viven los operadores de producción, además, es palpable: si hay sólo un salario en casa y se tiene hijos, aunque se dediquen de ocho a nueve horas diarias a las trasnacionales, la mayor parte de lo ganado alcanza sólo para lo más básico.

“Compramos siempre en las segundas, porque no hay para nada nuevo con el sueldo. Compramos sólo lo básico, nos acomodamos a que no falten los frijoles, la sopa, el chile, el tomate la cebolla y el café. Nos tenemos que acomodar, una semana compra uno una cosa, y ahí vamos”, dice Antonia Hinojos, de 45 años, también despedida por tratar de organizarse en Eaton Bussmann y madre de dos hijos, uno de los cuales, narra, dejó la escuela y argumentó que su desinterés en las clases no ameritaba su intenso ritmo de trabajo.

“GANAR UNA MISERIA”

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Juárez, sede además de una intensa actividad de tráfico local e internacional de drogas ilegales y que ha llegado a ser la ciudad más violenta de México, es también el municipio del país con mayor cantidad de empleados en la industria maquiladora de exportación. Un comparativo de siete años del Instituto Nacional de Geografía e Informática (Inegi) muestra que en la ciudad se han empleado en este sector entre 194 mil y 249 mil personas, más que en cualquier otra ciudad de la frontera y casi lo mismo que todas las entidades no fronterizas juntas. Miles de residentes locales ensamblan diferentes tipos de productos, pero preponderantemente cientos de millones de cables atados que conducen la energía en los vehículos de General Motors, conocidos como “arneses”. Se ensamblan también, de acuerdo con un reporte publicado en noviembre pasado por El Diario, faros, cubiertas de asiento y otros accesorios y partes para vehículos, millones de computadoras portátiles y de escritorio, lavadoras, secadoras, televisiones, cuatrimotos y fotoceldas productoras de electricidad, catéteres médicos, entre otros objetos.

Pero esta frontera presenta otro indicador que, a la luz de la crisis social dejada por más de diez mil homicidios, se observa devastador: de acuerdo con una investigación publicada en la primavera pasada por el Instituto Hunt para la Competitividad Global de la Universidad de Texas en El Paso, en Ciudad Juárez, sede y meca de la industria maquiladora, las firmas extranjeras pagan el segundo peor promedio salarial de todos los que pagan en México: 422 dólares mensuales, según el estudio, sólo por encima de Ciudad Acuña, en Coahuila.

“Los datos de diciembre 2014 revelan que los trabajadores de producción en Ciudad Juárez tenían uno de los salarios más bajos en toda la región, ya sea en el interior o en la frontera mexicana”, dice el estudio.

“Este promedio en Ciudad Juárez es debido al peso de los salarios de los trabajadores de producción, ya que este tipo de empleado representa el 90 por ciento de todos los trabajadores empleados en las empresas manufactureras orientadas a la exportación en el año 2014”, agrega.

La investigación, presentada como “Revisión de indicadores Paso del Norte”, agrega que los salarios reales mensuales por trabajador que pagan las empresas manufactureras orientadas a la exportación, tanto en México como en Ciudad Juárez, están además por debajo de los niveles de 2010. “Los niveles mensuales de salarios reales en Ciudad Juárez por trabajador en diciembre 2014 fueron de los más bajos de estas regiones (la frontera, el interior y todo México)”, insiste.

Los bajos salarios de los operadores, sin embargo, no han sido malas noticias para todo el mundo. En agosto de 2014, el despacho Boston Consulting Group (BCG), que se presenta como identificador de oportunidades de negocios para compañías globales, publicó también un reporte sobre el aumento de inversiones de maquiladoras en México después de su fuga a China en 2001, donde los salarios eran entonces, dice, “dramáticamente menores”.

Pero ahora, agregó la investigación, los costos del trabajo en China han aumentado y, además, los operadores del país asiático no han logrado compensarlo con ritmos de producción. En México, en cambio, agrega, los incrementos al salario mínimo en las manufactureras han sido “moderados” y “casi totalmente compensados por aumentos de la productividad en el sector industrial moderno y por un 11 por ciento de depreciación del peso frente al dólar estadounidense”.

Un ejemplo de estas inversiones que han preferido México a China, dice el documento, es la de Foxconn en el municipio de Juárez. “Las inversiones extranjeras en plantas en México está despegando de nuevo, aun en industrias en las que China ha sido dominante (…) De hecho, la gigante taiwanesa de fabricación de electrónicos Foxconn Technology Group, la mayor inversora única en China, quedó sólo detrás de General Motors como el principal exportador de México. Foxconn dijo que su planta de cinco mil 500 trabajadores en San Jerónimo (Juárez) exporta ocho millones de computadoras personales al año, y una mayor expansión está en camino”, especifica.

El documento cita también el “Índice global del competitividad de costos de manufactura” del mismo BCG, y que muestra que México es uno de los países en donde las trasnacionales destinan la menor proporción de sus gastos al pago de salarios: un 8.9 por ciento del total de la inversión, menos que lo que se invertía en 2004.

“Hace una década, los costos promedio de producción en China se estimaban en seis puntos porcentuales más baratos que en México, de acuerdo con el Índice global del competitividad de costos de manufactura. Ahora, México se estima cuatro puntos porcentuales más barato. De hecho, la estructura de los costos de manufactura mejoró en México más que en ninguna otra de las 25 economías de nuestro índice”, agregó el BCG.

El título de la investigación de la consultora norteamericana: “Competitividad de costos de manufactura en México, una creciente estrella global”.

El estudio del Boston Consulting Group fue citado en abril pasado por el Banco de México (Banxico), que emitió un boletín reportando que era “prioritario para Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) financiar al sector manufacturero que observa importante repunte” y con la previsión de que el costo del trabajo será más barato en todo Norteamérica.

“México ha recuperado su estatus como principal centro de manufactura de alta productividad y bajo costo”, indicó el texto.

Pero es ese desbalance, en el que los obreros de manufactura de alta productividad ganan poco, lo que molesta a quienes se están inconformando en Ciudad Juárez, como Míriam Delgado. “No es justo que me despidan sólo por alzar la voz. Yo le he dado mucho a mi planta”, dijo a principios de mes, en llanto, horas después de su despido de Lexmark. “¿Por qué el Gobierno permite esto, si somos los trabajadores los que sacamos adelante a Ciudad Juárez, con nuestra mano de obra, para ganar una miseria?”, cuestionó.

Lexmark despide de la planta a obreros que quedan lisiados, denuncia ex empleada en huelga

viernes, enero 1st, 2016

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Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).- Los trabajadores de la planta de Lexmark en Ciudad Juárez, Chihuahua, que pese al crudo invierno que azota esa ciudad continúan con el paro para exigir mejores salarios, denunciaron también los abusos que, dicen, ha cometido en su contra la trasnacional.

Victoria Moreno, una mujer de 44 años de edad que ha trabajado en todas las líneas de producción de la maquila dijo a SinEmbargo que después de una lesión en las manos que tuvo en la operación, la empresa buscaba un motivo para echarla. Ese motivo fue que Moreno se sumó al movimiento de la creación de un sindicato que defendiera sus derechos y un incremento salarial. La mujer forma parte del más de centenar de obreros que fueron despedidos a principios de diciembre por atreverse a pedir seis pesos de aumento, algo así como 35 centavos de dólar.

Victoria atribuye su despido al hecho de que se sumó a la exigencia del aumento salarial, pero también a la lesión que tuvo en la maquila.

“Porque pedimos que nos hicieran justicia, que nos subieran un poco el salario porque estábamos ganando muy poco. Fui una de las personas que se dañó aquí en la planta una de sus manos trabajando”, narró.

“Para mí, ellos buscaron una oportunidad para echarme para afuera”, consideró Victoria y explicó que la empresa se tuvo que hacer cargo de su lesión en las manos, pues debió asumirlo como una enfermedad generada por el trabajo. “Entonces cualquier cosita era buena, por eso es que me han de haber echado, por pedir justicia, por un salario mejor para vivir un poco mejor”, dijo.

Moreno precisó que ella ganaba 680 pesos, aunque algunas veces recibía un poco más, si es que lograban el bono de producción de la empresa. La mujer explicó que ella pasó por casi todas las líneas de producción de la fábrica: “en impresoras, toneras, en pre empaque, que fue donde creo yo me lesioné, y luego cuando ya no les serví más, me mandaron a los cuartitos de subensamble y ahí me dejaron, ahí me estancaron sin poder ganar el salario que les estaban pagando a los demás […] porque yo ya no lo merecía, porque supuestamente hacía muy poco mi trabajo, porque yo ya no les servía”.

El pasado 9 de diciembre, la fabricante internacional, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados de su maquila en Ciudad Juárez, la mayoría de ellos firmantes de una solicitud de creación de un sindicato independiente, y quienes exigían además un ajuste a su sueldo diario de seis pesos, con lo que pasara de 114 a 120 pesos.

El salario de 120 pesos diarios está considerado en la maquila como el tope salarial para los trabajadores con cinco o más años de experiencia en las líneas de producción de la firma. Pero al cumplirse el plazo para la mayor parte de los trabajadores, la empresa respondió que tenían que “recertificarse” de nuevo, según explicó en días pasado la representante legal de los obreros Susana Prieto a SinEmbargo.

Ante esta situación, los trabajadores se organizaron y buscaron asesoría legal, pero encontraron que no podían proceder contra la negativa de Lexmark a cumplir con sus políticas internas de aumento, sino sólo a que les pagara el mínimo, que son 70.10 pesos diarios.

Así, el 3 de noviembre pasado, 78 de los empleados inconformes decidieron solicitar formalmente el registro de un sindicato ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje para, en bloque, buscar mejoras salariales. Fue entonces que empezó el hostigamiento, cuentan las entrevistadas. Entre otras formas, con un aumento a empleados nuevos y a quienes, para ejemplo de los disidentes, sí les pagaron los 120 pesos desde un inicio.

Esta última medida detonó el paro laboral que encabezaron unos 700 empleados el 7 y 8 de diciembre. Finalmente, el 9 de diciembre despidieron a quienes firmaron la solicitud para la creación del sindicato. Posteriormente, los obreros despedidos iniciaron una huelga en las inmediaciones de la maquila, la cual han mantenido pese a las bajas temperaturas que se registran en la entidad.

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En tanto, el pasado 29 de diciembre se informó que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Ciudad Juárez resolvió negar el registro al sindicato que pedían los trabajadores de Lexmark.

De acuerdo con el oficio de la resolución, entregado ese día en la oficina de la abogada Susana Prieto Terrazas, la negativa se basó en los artículos de la Ley Federal del Trabajo que exigen que los sindicatos estén formados por obreros en activo y que los solicitantes de Lexmark no cumplen debido a que fueron despedidos el pasado 9 de diciembre.

También, de acuerdo con el documento, se debió a la falta de explicación sobre la administración de los recursos de la buscada organización obrera.

“Esta autoridad estima que no se da cumplimiento al artículo 373 de la ley laboral en vigor en lo referente a la rendición de cuentas de la agrupación y la completa y detallada administración del patrimonio sindical, incluyendo la situación de los ingresos por cuotas sindicales y otros bienes y el destino de ellos, obligación que no es dispensable para quien quiere conformar un sindicato, elemento que deben contener sus estatutos, y como los mismos no establecen las instancias y procedimientos para lograr la debida rendición de cuentas de los bienes sindicales, es claro que esta junta no puede autorizar tales estatutos”, dice el oficio.

Ante esta decisión, los trabajadores anunciaron que el próximo lunes interpondrán un amparo contra la decisión de la Junta local de Conciliación y Arbitraje. Además anunciaron, pese a la severas nevadas que se han registrado en esa frontera durante las últimas semanas, que continuarán con las guardias en el campamento que tienen montado a un costado de Lexmark.

Los obreros de Lexmark mantienen el paro aún ante las bajas temperaturas que han azotado Juárez durante los últimos días. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

Los obreros de Lexmark mantienen el paro aún ante las bajas temperaturas que han azotado Juárez durante los últimos días. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

EL APOYO DE OTROS SINDICATOS

Luego del rechazo del sindicato de los obreros de Lexmark, el Sindicato número 59 de la federación Americana de Empleados Estatales, de Condados y Municipios (AFSCME), expresó su apoyo a los empleados de Lexmark

De acuerdo con lo que reporta El Diario de Juárez, la organización americana sostuvo que “no es ninguna sorpresa que empresas estadounidenses como Lexmark nieguen derechos a los trabajadores mexicanos y de otros países dado que aún los sindicatos en este país están constantemente bajo ataque”.

Por otra parte, ayer la Nueva Central de Trabajadores, que agrupa al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la Alianza de Tranviarios y el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (Situam), y a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), entre otras organizaciones sindicales del país, emitieron un comunicado en el que expresaron su solidaridad con el movimiento de los obreros de Lexmark y anunciaron que llevarán a cabo diversas movilizaciones en apoyo a su lucha.

“A pesar de que la modesta demanda de un aumento de 6 pesos diarios podría haber sido resuelta sin ningún problema por parte de esta poderosa patronal multinacional, su respuesta fue la de recrudecer la represión al interior de la planta recurriendo a la presencia de policías municipales y estatales y, a comienzos de diciembre, con el despido de 90 trabajadores, en su mayoría mujeres”, recordó la agrupación.

“Esta intransigencia de la patronal solo refleja su intención de mantener en condiciones de semi-esclavitud de los trabajadores de la maquila y de que para ello cuenta con la complicidad de las autoridades laborales que, sistemáticamente, niegan el registro de sindicatos auténticos o imponen sindicatos ‘charros’”, consideró.

Destacó también que “actualmente los dignos trabajadores despedidos de Lexmark mantienen un plantón permanente a las afueras de la fábrica, con temperaturas bajo cero y fuertes vientos, sin haber cobrado su aguinaldo y su raquítico salario. Requieren urgentemente de a más amplia solidaridad del movimiento sindical, nacional e internacional, para el sostenimiento de su lucha”. Así mismo, anunciaron diversas movilizaciones para “apoyar esta heroica lucha”.

Finalmente exigieron la reinstalación de todos los trabajadores despedidos, el respeto a sus derechos laborales y “libertad y democracia sindical”.

-Con información de Sandra Rodríguez Nieto

Lexmark: Junta niega sindicato a obreros; seguirán plantón en un Juárez con nieve y bajo cero

martes, diciembre 29th, 2015

La negativa se basó en los artículos de la Ley Federal del Trabajo que exigen que los sindicatos estén formados por obreros en activo y que los solicitantes de Lexmark no cumplen debido a que fueron despedidos el pasado 9 de diciembre.

Prieto Terrazas informó sobre la notificación la tarde de hoy a los trabajadores concentrados en el plantón que mantienen desde noviembre en el exterior de la planta -ubicada en el extremo suroriente de Ciudad Juárez. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

Este día se informó sobre la notificación a los trabajadores concentrados en el plantón que mantienen desde noviembre en el exterior de la planta. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

Ciudad Juárez, Chihuahua, 29 de diciembre (SinEmbargo).- La Junta Local de Conciliación y Arbitraje de esta frontera resolvió negar el registro al sindicato que buscan formar los trabajadores de la planta maquiladora Lexmark inconformes con los bajos salarios.

De acuerdo con el oficio de la resolución, entregado hoy en la oficina de la abogada Susana Prieto Terrazas, la negativa se basó en los artículos de la Ley Federal del Trabajo que exigen que los sindicatos estén formados por obreros en activo y que los solicitantes de Lexmark no cumplen debido a que fueron despedidos el pasado 9 de diciembre.

También, de acuerdo con el documento, se debió a la falta de explicación sobre la administración de los recursos de la buscada organización obrera.

“Esta autoridad estima que no se da cumplimiento al artículo 373 de la ley laboral en vigor en lo referente a la rendición de cuentas de la agrupación y la completa y detallada administración del patrimonio sindical, incluyendo la situación de los ingresos por cuotas sindicales y otros bienes y el destino de ellos, obligación que no es dispensable para quien quiere conformar un sindicato, elemento que deben contener sus estatutos, y como los mismos no establecen las instancias y procedimientos para lograr la debida rendición de cuentas de los bienes sindicales, es claro que esta junta no puede autorizar tales estatutos”, dice el oficio.

La negativa se basó en que la legislación exige que los sindicatos estén formados por obreros en activo y que los solicitantes de Lexmark no cumplen debido a que fueron despedidos. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

La negativa se basó en que la legislación exige que los sindicatos estén formados por obreros en activo y que los solicitantes de Lexmark no cumplen debido a que fueron despedidos. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

Prieto Terrazas informó sobre la notificación la tarde de hoy a los trabajadores concentrados en el plantón que mantienen desde noviembre en el exterior de la planta -ubicada en el extremo suroriente de Ciudad Juárez-, donde también les dijo que interpondría un amparo contra la decisión el próximo 4 de enero.

Ahí mismo, los trabajadores decidieron también continuar con la protesta y seguir asistiendo a las guardias que, pese a la baja temperatura de esta ciudad en invierno, realizan en un campamento improvisado con lonas de hule y cartón.

“Ya lo teníamos en mente, pero vamos a seguir viniendo a las guardias, y a seguir adelante, venga lo que venga”, dijo a SinEmbargo la operadora de producción Bertha Alicia Castellanos Marcial, de 48 años.

“Está mal, porque el sindicato era para ayudarnos unos a otros. Pero vamos a seguir adelante, echándole ganas; esto apenas empieza”, agregó Miriam Delgado, de 37 años, también operadora y quien firmó la solicitud de la organización sindical como Secretaria de Organización.

los trabajadores decidieron también continuar con la protesta y seguir asistiendo a las guardias que, pese a la baja temperatura de esta ciudad en invierno, realizan en un campamento improvisado con lonas de hule y cartón. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

los trabajadores decidieron también continuar con la protesta y seguir asistiendo a las guardias que, pese a la baja temperatura de esta ciudad en invierno, realizan en un campamento improvisado con lonas de hule y cartón. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo

Más de un centenar de obreros fueron despedidos luego de que el 3 de noviembre firmaron una solicitud para la creación de un gremio que les permitiera buscar un contrato colectivo de trabajo en búsqueda de mejores condiciones salariales y por su inconformidad ante la renuencia de la empresa a otorgarles un ajuste que esperaban de 105 a 114 y 120 pesos diarios.

De acuerdo con la abogada de los trabajadores, Susana Prieto Terrazas, el despido fue una represalia contra la organización de los trabajadores, la cual inició en octubre, cuando la compañía se negó a entregar un aumento de 114 a 120 pesos que esperaban alrededor de mil 300 obreros.

De acuerdo con Prieto, los despidos muestran también “el maridaje” de las autoridades de la Junta local de Conciliación y Arbitraje y las corporaciones, debido a que sólo la primera contaba con la lista de firmantes de la solicitud de un sindicato.

Los despidos se registraron el 8 de noviembre, pocos días después de que Prieto entregó a la Junta local de Conciliación y Arbitraje la solicitud para el registro del sindicato con la firma de 75 obreros, hoy todos desempleados. El Sindicato fue una decisión de varios obreros inconformes luego de que, en octubre pasado, la empresa se negó a dar ajustes salariales.

La negativa de la fabricante norteamericana de cartuchos para impresora motivó en los obreros actos de inconformidad, como la búsqueda de la organización gremial y paros técnicos en los que participaron cientos de operadores.

Hasta el día de hoy, y aun durante la severa nevada del fin de semana, decenas de los despedidos asisten diariamente a la carpa cubierta con consignas en demanda de salarios justos y libertad de asociación.

Promo-Lexmark

Lexmark se endurece, pero donaciones completan el aguinaldo a obreros despedidos

miércoles, diciembre 23rd, 2015

Lexmark tiene retenidos los pagos de 75 trabajadores despedidos, quienes firmaron la solicitud de registro de un sindicato. Mientras que los empleados que siguen en las líneas de producción les anunciaron un aumento de cuatro por ciento y el pago de un bono trimestral de 700 pesos con derecho a una falta; todo, asegura Susana Prieto Terrazas, representante legal de los ex trabajadores, con el fin de desmotivar la organización sindical.

La gente es la que se ha solidarizado con los obreros despedidos por Lexmark y ha completado sus aguinaldos. Foto: Facebook.

La gente es la que se ha solidarizado con los obreros despedidos por Lexmark y ha completado sus aguinaldos. Foto: Facebook.

Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo).– La empresa estadounidense Lexmark, fabricante internacional de cartuchos para impresoras, se ha negado a pagar aguinaldos e indemnizaciones a los trabajadores que pidieron un aumento salarial de seis pesos en su planta de Ciudad Juárez, Chihuahua. El hecho ya ha dado la vuelta al mundo, pero la firma no ha cedido a las demandas. Ahora la gente es la que se ha solidarizado con los obreros despedidos y ha completado sus aguinaldos.

Susana Prieto Terrazas, representante legal de los ex trabajadores, ha difundido a través de su perfil de Facebook los pagos que han realizado las personas para que los ex empleados de Lexmark puedan tener este ingreso.

“Recibiendo aguinaldo Laura Avila, Rufino Gallardo, Celene Caro, Susana Torres, María Leticia Valadez, Jesus Callejo y Maria de la Luz Ramos. Con ello, terminamos la entrega de los diez aguinaldos donados a la causa de los ex empleados de Lexmark, por parte de TRADOC ( Trabajadores Democráticos de Occidente). Gracias compañeros, por su solidaridad, a nombre de l@s guerrer@s!”, escribió Terrazas en su perfil junto a las imágenes de depósitos.

La abogada de los ex trabajadores también agradeció a las personas que llevaron cajas de cartón al plantón que mantienen los inconformes afuera de la ensambladora ubicada en el suroriente de Ciudad Juárez. Prieto Terrazas había pedido en días pasados ayuda para reforzar con este material la casa en la que se encuentran los trabajadores que mantienen sus demandas afuera de la maquila.

Lexmark tiene retenidos los pagos de 75 trabajadores despedidos, quienes firmaron la solicitud de registro de un sindicato. Mientras que los empleados que siguen en las líneas de producción les anunciaron un aumento de cuatro por ciento y el pago de un bono trimestral de 700 pesos con derecho a una falta; todo, asegura Susana Prieto Terrazas, representante legal de los ex trabajadores, con el fin de desmotivar la organización sindical.

“Eso es para resquebrajar a la gente que está en lucha”, dijo. “Cuando me doy cuenta que despiden a más de los de la lista, pretendemos arropar a esa gente, puesto que los movimientos del paro fueron para apoyar a los trabajadores, y nos percatamos que llega uno de ellos y dice: ‘Al plantón no se acerquen, es que dicen que ya nos van a pagar, que nos vayamos a la Junta de Conciliación’. Y entonces digo: ‘Primer punto para desarmar el movimiento”, comentó en entrevista telefónica.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados. Foto: Cuartoscuro.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados. Foto: Cuartoscuro.

La falta de recursos también empezó a hacer mella en el ánimo de los 75 trabajadores que sostienen el plantón afuera de la planta, en el frío invierno de Ciudad Juárez. Una de las empleadas despedidas, Miriam Delgado, de 38 años, dijo que, después de dos semanas sin ingresos, los obreros en demanda de un sindicato empezaron a vivir de las donaciones.

“Estamos sobreviviendo de las despensas, de donaciones, sobre todo de El Paso; nos trajeron varias latas de atún, nos hacemos despensas y nos las llevamos a la casa, con arroz, frijol, harina, azúcar”, dijo.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados; la mayoría de ellos firmantes de una solicitud de creación de un sindicato independiente que les ayudara a exigir mejores salarios.

De acuerdo con la abogada de los trabajadores, Susana Prieto Terrazas, el despido fue una represalia contra la organización de los trabajadores, la cual inició en octubre, cuando la compañía se negó a entregar un aumento de 114 a 120 pesos que esperaban alrededor de mil 300 obreros.

De acuerdo con Prieto, los despidos muestran también “el maridaje” de las autoridades de la Junta local de Conciliación y Arbitraje y las corporaciones, debido a que sólo la primera contaba con la lista de firmantes de la solicitud de un sindicato.

Los despidos se registraron el 8 de noviembre, pocos días después de que Prieto entregó a la Junta local de Conciliación y Arbitraje la solicitud para el registro de un sindicato con la firma de 75 obreros, hoy todos desempleados. El Sindicato fue una decisión de varios obreros inconformes luego de que, en octubre pasado, la empresa se negó a dar ajustes salariales.

La negativa al aumento inició una serie de actos de protesta, entre ellos paros técnicos y la organización en demanda de un sindicato cuya respuesta por parte de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Gobierno del Estado se espera en enero.

Lexmark no ha respondido solicitudes de información de este medio.

 

Lexmark demandará a obreros que pidieron seis pesos más; el escándalo da vuelta al mundo

miércoles, diciembre 16th, 2015

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados; la mayoría de ellos firmantes de una solicitud de creación de un sindicato independiente que les ayudara a exigir mejores salarios.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados. Foto: Cuartoscuro.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).– Mientras que la empresa Lexmark expresó su intención de demandar por daños a los obreros inconformes en Ciudad Juárez, Chihuahua, el movimiento y los bajos salarios que pagan las maquiladoras en la que fue considerada la urbe más peligrosa de México fueron tema de medios y de organizaciones internacionales.

“Detrás del reclamo está la realidad de una ciudad doblada por el narcotráfico y la explotación de las maquiladoras”, dijo el periódico italiano La Stampa en un artículo publicado el martes y titulado “Huelga en el Infierno de Ciudad Juárez: Lexmark despide a quienes piden 30 centavos [6 pesos] más”.

“Sus demandas no eran exorbitantes: querían formar un sindicato independiente, reducir los niveles de producción que consideran extenuantes, que les documentaran sus vacaciones y recibir un aumento de seis pesos al día, 32 centavos”, agregó el rotativo.

También el martes, el diario británico The Guardian reportó el movimiento de inconformidad destacando la precariedad de los salarios.

“Pese a las preocupaciones de seguridad, las compañías americanas son atraídas a la ciudad por los beneficios fiscales ofrecidos a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por los bajos costos del transporte debido a su proximidad a la frontera y por los bajos salarios. El salario mínimo en México es de 70 pesos”, publicó.

“Las disputas de Lexmark con sus obreros le ha costado a la firma problemas legales también domésticos: en 2010, una Corte de Los Angeles encontró como una práctica ilegal la política vacacional de la compañía, de ‘úsalo o déjalo’, que anuló el descanso de fin de año de los empleados”, agregó el reporte.

El pasado miércoles 9 de diciembre, Lexmark despidió a alrededor de un centenar de empleados; la mayoría de ellos firmantes de una solicitud de creación de un sindicato independiente que les ayudara a exigir mejores salarios.

De acuerdo con la abogada de los trabajadores, Susana Prieto Terrazas, el despido fue una represalia contra la organización de los trabajadores, la cual inició en octubre, cuando la compañía se negó a entregar un aumento de 114 a 120 pesos que esperaban alrededor de mil 300 obreros.

De acuerdo con Prieto, los despidos muestran también “el maridaje” de las autoridades de la Junta local de Conciliación y Arbitraje y las corporaciones, debido a que sólo la primera contaba con la lista de firmantes de la solicitud de un sindicato.

El Gobierno niega ser parcial a favor de la empresa internacional. Foto: Cuartoscuro.

El Gobierno niega ser parcial a favor de la empresa internacional. Foto: Cuartoscuro.

Joaquín Barrios, titular de dicha dependencia, no ha respondido en los números de teléfono que aparecen en la página oficial del gobierno del estado. Guillermo Dowell Delgado, representante del Gobernador César Duarte en Ciudad Juárez, por su parte, negó que las autoridades fueran parciales a favor de la empresa.

“Por supuesto que niego que se haya otorgado ningún tipo de información confidencial, tendría que probarse”, dijo Dowell esta mañana a SinEmbargo.

El funcionario informó también que, en la semana pasada, la empresa planteó ante el titular de la Junta la posibilidad de demandar penalmente “por daños” en las instalaciones a obreros que se manifestaron con paros técnicos los pasados lunes y martes 7 y 8 de diciembre.

“La empresa nos hizo saber que habían sufrido daños y que estaban valorando la presentación de una denuncia”, dijo Dowell.

“El día que hubo un conflicto intervino el área de la Secretaria del Trabajo, la Junta de Conciliación y Arbitraje, para mediar en el conflicto y fueron parte de los comentaros de representantes de la empresa”, agregó.
Arturo Sandoval, vocero de la Fiscalía General del Estado en Juárez, informó que la empresa no ha procedido.

Lexmark no ha respondido solicitudes de información de este medio.

Si bien Lexmark es la primera empresa que despide masivamente a los inconformes, otras empresas como Eaton y Foxconn han tratado de reprimir iniciativas similares iniciadas este año en la ciudad.

La Coalición Europea por la Justicia Corporativa, que aglutina a más de 250 organizaciones que trabajan en diferentes países por la rendición de cuentas de las empresas, informó a este medio haber solicitado a la empresa norteamericana una respuesta ante las denuncias reportadas por los trabajadores de Lexmark.

Y, en El Paso, Texas, un grupo de organizaciones está también preparando una conferencia de prensa con el fin de generar atención y apoyo binacional al movimiento por la creación de un sindicato independiente.

“La industria maquiladora no ha cambiado mucho para los trabajadores desde que se establecieron en la ciudad hace 50 años. La mayoría de los manifestantes son obreros a quienes no se les pagan salarios suficientes para proveer a sus familias con comida suficiente, ropa y educación; mucho menos dar a sus familias la oportunidad de salir de la pobreza”, dice la invitación al evento, citando las denuncias de los obreros de Juárez.

“Tanto el Gobierno como los empleadores consideran los bajos salarios como una ‘ventaja competitiva’ que se utiliza para atraer negocios extranjeros”, agregó el texto.

 

Lexmark retiene aguinaldo a los empleados que le pidieron un ajuste salarial de 6 pesos

lunes, diciembre 14th, 2015

SinEmbargo envió a la gerencia de Lexmark en Ciudad Juárez una solicitud de información sobre los despidos y las denuncias de los obreros, pero no ha sido respondida. Mientras, el movimiento de los obreros continúa.

Casi un centernar de empleado fueron despedidos por Lexmark el pasado miércoles 9 de diciembre. Foto: Cuartoscuro.

Casi un centenar de empleados fueron despedidos por Lexmark el pasado miércoles 9 de diciembre. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 14 de diciembre (SinEmbargo).– La maquiladora norteamericana Lexmark retuvo el pago del aguinaldo a los trabajadores despedidos la semana pasada en Ciudad Juárez, Chihuahua, denunció la abogada Susana Prieto Terrazas, quien representa a 88 obreros.

Entrevistada esta mañana, la representante legal informó a SinEmbargo que la prestación fue depositada el pasado jueves a los empleados que permanecen en las líneas de producción, por lo cual consideró que se trata de otra forma de represión por parte de la compañía a los trabajadores que intentaron formar un sindicato independiente.

“Además de la campaña de represión que han organizado, metiendo a la Policía Estatal, Municipal adentro de la planta para intimidar a los trabajadores, les han estado dando prestaciones a los que se quedan, entre ellas el aguinaldo, porque los operadores perciben 600 pesos, y les corresponden mil 400 y ahora están dando dos mil”, dijo.

SinEmbargo envió a la gerencia de Lexmark en Ciudad Juárez una solicitud de información sobre los despidos y las denuncias de los obreros, pero no ha sido respondida.

Los despedidos mantienen un plantón afuera de la planta. Foto: Cuartoscuro.

Los despedidos mantienen un plantón afuera de la planta. Foto: Cuartoscuro.

Prieto Terrazas representa a un grupo de 88 obreros de una planta ensambladora de componentes para impresora que fueron despedidos el pasado miércoles 9 de diciembre, un mes después de que firmaron una solicitud para la creación de un sindicato independiente que fue entregada a la Junta local de Conciliación y Arbitraje.

El sindicato buscaba, dice Prieto, reforzar la exigencia de un aumento salarial de seis pesos que casi la totalidad de los obreros de la planta (mil 300 de mil 500) esperaban recibir el pasado mes de octubre y cuya negativa por parte de la empresa ha generado inconformidad entre los empleados, así como paros técnicos los pasados días 7 y 8 de diciembre.

Los despedidos mantienen un plantón afuera de la ensambladora–ubicada en el suroriente de Ciudad Juárez– y esta semana, informó la abogada, interpondrán la denuncia por despido injustificado ante la Junta local de Conciliación y Arbitraje.

PROMO-LEXMARK

El despido de las más de 90 personas ocurrido la semana pasada fue una represalia de la firma norteamericana ante el movimiento obrero iniciado en octubre, cuando más de mil 300 empleados se inconformaron por el incumplimiento de un aumento salarial, denunció Prieto Terrazas.

El ajuste demandado era de 114 a 120 pesos diarios, cantidad esta última considerada como tope salarial para trabajadores con cinco o más años de experiencia en las líneas de producción de la firma. Pero al cumplirse el plazo para la mayor parte de los trabajadores, la empresa respondió que tenían que “recertificarse” de nuevo.

Prieto Terrazas comentó a SinEmbargo cómo los trabajadores se organizaron y buscaron asesoría legal. Dijo que desafortunadamente encontraron que no podían proceder contra la negativa de Lexmark a cumplir con sus políticas internas de aumento, sino sólo a que les pagara el mínimo, que son 70.10 pesos diarios.

El 3 de noviembre pasado, 78 de los empleados inconformes decidieron solicitar formalmente el registro de un sindicato ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje para buscar mejoras salariales.

Los ex empleados dijeron que fue entonces que empezó el hostigamiento de la empresa que derivó en un paro laboral realizado por alrededor de 700 empleados. El jueves de la semana pasada, finalmente, despidieron a quienes firmaron la solicitud para la creación del sindicato.

El Gobierno del Estado ha defendido a la empresa y acusado de “prácticas extorsivas” a los obreros organizados. De acuerdo con medios locales, en una comparecencia ante la comisión del Trabajo del Congreso, el Secretario del Trabajo, Fidel Pérez Romero, señaló que si bien había condiciones qué mejorar en la industria, los plantones no eran la vía.

Maquila despide a obreros en Juárez por pedir aumento de salario

viernes, diciembre 11th, 2015

La empresa estadounidense Lexmark, fabricante internacional de cartuchos para impresoras, despidió a un centenar de empleados que pedían un ajuste de sueldo de diario de 114 a 120 pesos. También buscaban formar un sindicato independiente.

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Ciudad de México, 12 de diciembre (SinEmbargo).– La fabricante estadounidense de cartuchos para impresora Lexmark despidió de una de sus maquiladoras de Ciudad Juárez, Chihuahua, a casi un centenar de trabajadores que buscaban un ajuste salarial de seis pesos diarios.

“Fui despedida el miércoles. En recursos humanos me dijeron que mi contrato estaba rescindido porque violé los códigos de conducta de la maquila, y que por favor abandonara la planta porque ya no pertenecía a Lexmark. En eso llegó un guardia y me aventó”, dijo a este medio Miriam Delgado, obrera de 37 años y que tenía cinco años y siete meses de trabajar para la trasnacional.

Con ella fueron despedidos más de noventa empleados, informó la abogada Susana Prieto Terrazas, entre ellos los 78 firmantes de una solicitud de registro de un sindicato independiente que, el pasado 3 de noviembre, fue entregada a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Gobierno del Estado.

En entrevista con SinEmbargo, la representante legal aseguró que los despidos fueron una represalia de la firma norteamericana ante el movimiento obrero iniciado en octubre, cuando más de mil 300 empleados se inconformaron por el incumplimiento de un aumento salarial.

El ajuste, agregó Prieto, era de 114 a 120 pesos diarios, cantidad esta última considerada como tope salarial para trabajadores con cinco o más años de experiencia en las líneas de producción de la firma. Pero al cumplirse el plazo para la mayor parte de los trabajadores, dijo la abogada, la empresa respondió que tenían que “recertificarse” de nuevo.

Ante la situación, informó, los trabajadores se organizaron y buscaron asesoría legal, pero encontraron que no podían proceder contra la negativa de Lexmark a cumplir con sus políticas internas de aumento, sino sólo a que les pagara el mínimo, que son 70.10 pesos diarios.

Así, el 3 de noviembre pasado, 78 de los empleados inconformes decidieron solicitar formalmente el registro de un sindicato ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje para, en bloque, buscar mejoras salariales.

Fue entonces que empezó el hostigamiento, cuentan las entrevistadas. Entre otras formas, con un aumento a empleados nuevos y a quienes, para ejemplo de los disidentes, sí les pagaron los 120 pesos desde un inicio.

De acuerdo con Prieto, la medida de la empresa fue el detonante de un paro laboral realizado por unos 700 empleados los pasados días siete y ocho de diciembre; movimiento que también trató de dispersar la compañía.

“Hicieron paro técnico, todo el segundo turno; a las 3:30 de la tarde llegaron unos 700 empleados pero no arrancaron, y a las 5:40 los empezaron a evacuar, la empresa mandó llamar al transporte de personal, y sacaron a los trabajadores y les dijeron que les iban a pagar el día, pero que se fueran; esto, para que no se generalizara el movimiento. Al día siguiente, vuelven a parar y los vuelven a sacar a todos, pagándoles el día”, dije Prieto.

El jueves, finalmente, despidieron a quienes firmaron la solicitud para la creación del sindicato. “Fue una represalia”, dice Miriam Delgado. “Fuimos 700 los que paramos las líneas porque nos están pagando un salario miserable; fue la injusticia por la que paramos las líneas”, agregó vía telefónica desde el plantón que sostenían el jueves afuera de la fábrica, ubicada al suroriente de Ciudad Juárez.

De acuerdo con Prieto Terrazas, los despidos evidencian también la colusión entre la empresa y el Gobierno del estado, debido a que sólo la Junta de Conciliación y Arbitraje tenía el listado de quienes firmaron la petición.

“¿Por qué el Gobierno permite esto, si somos los trabajadores los que sacamos adelante a Ciudad Juárez, con nuestra mano de obra, para ganar una miseria?”, cuestionó Delgado.

“Nos dicen que tenemos que ensamblar 150 cartuchos por hora –o más de dos por minuto–, y si no, no sacamos el bono de producción, que es de 80 pesos a la semana. Pero si faltaba un compañero o ponían a alguien nuevo que tenía la otra pieza, o si a alguien le dolía una mano se atrasaba todo y ya no teníamos el bono”, agregó la hoy desempleada.

El Gobierno del Estado ha defendido a la empresa y acusado de “prácticas extorsivas” a los obreros organizados. De acuerdo con medios locales, en una comparecencia ante la comisión del Trabajo del Congreso, el Secretario del Trabajo, Fidel Pérez Romero, señaló que si bien había condiciones qué mejorar en la industria, los plantones no eran la vía.

“Las causas de los plantones en Ciudad Juárez son las prácticas extorsivas que han tomado algunos de los líderes sindicales para obtener beneficios, con las que no sólo han dañado a las empresas, sino a los propios trabajadores”, citó El Heraldo de Juárez al funcionario.

LA MAQUILA YA NO BASTA

Foto; Lintel.mx

Más de mil 300 empleados están inconformes por la falta de aumento salarial. Foto: Lintel.mx

Ciudad Juárez es el municipio del país con mayor cantidad de población empleada en la industria maquiladora, con alrededor de 300 mil personas, pero sin sindicatos independientes.

Este año, sin embargo, en la ciudad se han registrado otros movimientos entre los obreros de las multinacionales en demanda de mejoras salariales, como en Eaton, Scientific Atlanta, ADC y la trasnacional taiwanesa Foxconn, que tiene varias plantas en la ciudad.

Prieto informó que ante la Junta de Conciliación se han presentado al menos otras dos solicitudes de registro por parte de los trabajadores de otras empresas, sin que alguna haya sido aceptada.

Ubicada en el extremo suroriente de Juárez, la planta maquiladora Lexmark fue inaugurada en junio de 2005 por el entonces Gobierno de José Reyes Baeza, el cual anunció que el inicio de operaciones de ésta y otras multinacionales, como la sueca Electrolux, recuperaría cinco mil de los casi cien mil empleos perdidos desde la recesión económica de 2001.

Pero los 700 pesos semanales que pagan a los obreros, comentó
Delgado, apenas si permiten la subsistencia.

“Compro 300 pesos de mandado a la semana (14 pesos diarios entre ella y sus dos hijos adolescentes). Si tengo que pagar luz y gas, ya no compro comida esa semana. Otros 300 pesos son para la escuela, porque aunque dice el Gobierno que es gratuita, no es así. Pago transporte, internet, 90 pesos para una tarjeta de teléfono”, dijo.

“Ahora estoy desesperada, no sé que hacer, ando enferma de mi pecho por todas estas injusticias, porque yo trabajé mucho tiempo para mi planta. Y uno como mamá soltera es más desesperante, porque ¿qué va a hacer uno? El estudio no es gratuito, nada es gratuito, hasta para caminar los zapatos se acaban”, agregó la madre de familia.

En un posicionamiento enviado a través de correo electrónico, Lexmark dijo tomar “muy seriamente los valores de respeto mutuo” y la satisfacción de los empleados.

“Abrazamos las diferencias individuales y escuchamos todas las voces. Estamos comprometidos a participar en conversaciones abiertas y honestas con nuestros empleados para asegurar Lexmark continúe siendo un lugar gratificante para trabajar”, dijo Leea Haarz, gerente general de Lexmark en Juárez.

Este medio trató también de contactar a Joaquín Barrios Cervantes, titular de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje ubicada en Juárez, pero no hubo respuesta en el número telefónico que aparece en la página electrónica oficial del Gobierno del Estado.