En un momento de la ceremonia, el santo padre improvisó y, ante decenas de miles de personas, decidió pedir leyes que creen “las condiciones mínimas y necesarias para que las familias, especialmente las que están comenzando, puedan desarrollarse”.
No obstante, el papa permaneció durante la mayor parte del espectáculo en la parte posterior del plató en un sencillo trono blanco con detalles dorados y amarillos desde el que escuchó atentamente los testimonios de diferentes familias, procedentes de Jordania, Nigeria, Australia, Ucrania y Argentina.
“Rosi y yo contrajimos matrimonio el 17 de septiembre de 1965 en Buenos Aires, Argentina, mientras dábamos nuestros votos en la Iglesia, el mundo que conocíamos se destruía con golpes militares. Ese día como el resto de nuestros días, durante todos estos años, confiamos en Dios”, revivió la pareja argentina.
El matrimonio, que fue saludado en el escenario por el papa, aseguró que en 60 años de vida compartida ha habido lugar para todo: desafíos, “noches de insomnio”, aprendizajes de los nuevos lugares en los que vivieron (Canadá y EU) y muchas alegrías, como el nacimiento de su nieta.
El espectáculo, que se convirtió en una auténtica fiesta, se celebró en el Benjamin Franklin Parkway, el bulevar que discurre por el corazón cultural de Filadelfia, con capacidad para 300.000 personas y en el que no cabía un alfiler.
El maestro de ceremonias de la noche fue el actor estadounidense Mark Wahlberg, que se encargó de presentar al tenor italiano Andrea Bocelli, y a Franklin, de 73 años, que eligió para la noche un abrigo de terciopelo negro y un vestido blanco.
Sobre el enorme escenario, que se teñía de diferentes colores dependiendo de la actuación, actuaron también la estrella de pop colombiana Juanes y la banda de rock de Colorado (EU), “The Fray”, que despertó las pasiones de los asistentes con su canción “How to save a life”.
La música se alteró con parábolas de la Biblia, como la del hijo pródigo, que se encargó de leer Herb Lusk, antiguo jugar de fútbol americano de los “Eagles”, el equipo de Filadelfia.
Este festival musical en el que participó el papa argentino cerró el programa del pontífice en su primer día en Filadelfia, que abandonará el domingo al final de un viaje que le habrá llevado durante nueve días primero a Cuba y posteriormente a Estados Unidos.
