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Guadalajara, un recorrido gastronómico por las joyas de la Perla Tapatía

viernes, noviembre 24th, 2017

Mariachis, tequila, futbol, ¿qué más viene a la mente cuando pensamos en la capital jalisciense? Su comida, por supuesto. Grandes platillos de la cocina mexicana nacieron y se conservan en la perla de Occidente, de las tortas ahogadas a la birria, de la carne en su jugo al tejuino.

Ciudad de México, 24 de noviembre (SinEmbargo).– Guadalajara, una gran ciudad con aire pueblerino. Grandes iglesias, plazas, mercados y callejones tienen a los tapatíos en el limbo entre la modernidad y la tradición. Parte de ella, su cultura gastronómica que además, atrae a los turistas a probar (o por lo menos buscar) los mejores platillos que han probado.

EN BÚSQUEDA DE LAS MEJORES TORTAS AHOGADAS

“Simplemente las mejores tortas ahogadas de todo Guadalajara”, decía uno de los tips de Foursquare, en donde los establecimientos de este platillo típico tenían una calificación máxima de 9, al parecer ninguna llegaba a la perfección, por lo menos en esta red social de check ins y opiniones.

la primera visita a Guadalajara, el pensamiento chilango de “seguro en todos los lugares están buenas”, llevó a tomar una mala decisión que no se debía repetir. Esta vez se había hecho una investigación, recomendaciones y por cercanía, calidad y precio, se decidió ir a “José el de la Bicicleta”.

De acuerdo con el diccionario de Larousse Cocina, una torta ahoga es un birote relleno de carnitas, lomo o pierna de cerdo, sumergido en salsa de jitomate y chile.

Foto: Daniela Medina, Mundano

En el local de José, donde la atención fue amable y rápida, hay de dos salsas: una de jitomates crudos, ajo y orégano (que dicen, lo hace distinto a la competencia) y la enchilosa, con chiles de árbol secos.

Para el cliente van sólo con el pan salado y la parte de las carnitas de preferencia (buche, cachete, surtida, maciza); serán los comensales los que elijan la cantidad de cebolla morada y cruda y salsas con las que quieran ahogar su torta.

La cerveza se vende a partir del mediodía, pero vale la pena esperarla, pues es la mejor compañía para este guiso jalisciense.

Otra de las bondades de “José el de la bicicleta”, son sus tacos dorados, de carne o papa, que combinan muy bien con las salsas, que sí, sirven bien de curacrudas.

*Tortas Ahogadas José el de la Bicicleta. Mexicaltzingo 27, entre Independencia Sur y 16 de Septiembre

PARA EL CALOR: TEJUINO Y HELADO

Una bici con Tejuino, al lado del Templo Expiatorio. Foto: Daniela Medina, Mundano

El tejuino es una de las varias bebida a base de maíz que existen en México. Tal como el pozol es para las culturas mayas del sur del país; el tejate de Oaxaca; el atole agrio de Puebla y el tesguino de Chihuahua.

El consumido en Guadalajara se puede encontrar también en Nayarit, Michoacán, Colima, Sinaloa, Baja California Sur y Jalisco y además de refrescante, se le atribuyen propiedades curativas que van desde la resaca hasta la cruda.

A inicios de este año, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) publicó los hallazgos de un estudio en el que demostró que “el tejuino consumido en Guadalajara y sus alrededores es una bebida saludable, con baja carga de bacterias patógenas y con decenas de diferentes especies de microorganismos, principalmente bacterias ácido lácticas”. Además, consideran importante la difusión de este tipo de bebidas tradicionales benéficas para la salud, cuando el país tiene altos niveles de sobrepeso y obesidad, pues además de que los pre y probióticos ayudan a regular el peso, tiene aproximadamente entre 60 y 80 gramos de azúcar por litro, mientras que un refresco de cola contiene hasta 300 por litro.

Maíz, limón, sal y nieve. Foto: Daniela Medina, Mundano

Fue en una heladería al lado de La Plaza de las Nueve Esquinas, donde probamos el tejuino con nieve de limón, al que además se le agrega un toque de sal y limón. Definitivamente una bebida refrescante, aunque con un sabor que no cabría en todos los gustos.

Queso con zarzamora en la Plaza de las 9 Esquinas. Foto: Daniela Medina, Mundano

para los que no quieran experimentar con el tejuino, es Guadalajara es muy fácil encontrar letreros de “nieve de garrafa”, estos helados caseros de pulpa natural que se elaboran en botes metálicos.

*Plaza de las Nueve Esquinas. Centro Histórico de Guadalajara, entre Leandro Valle y Galeana.

LA BIRRIA, A LO SEGURO

La famosa Birriería Las 9 Esquinas. Foto: Daniela Medina, Mundano

Ahí mismo, en la zona centro de la capital de Jalisco, hay múltiples opciones para comer birria, está El Compadre, Las 9 Esquinas y El Pilón de los Arrieros, éste último siempre el más llamativo por su decoración tradicional y la presencia de mariachi amenizando la comida.

Una de las birrierías más tradicionales de Gdl. Foto: Daniela Medina, Mundano

Ahí, la birria de chivo se vende de la forma tradicional, directamente en el caldo o especial, con la carne tatemada y el caldo aparte.

Este platillo puede ser también de borrego y tiene un proceso parecido al de la barbacoa, pero se deja reposar en una mezcla de chiles ancho y guajillos y especias, como tomillo, orégano y laurel.

Birria tatemada, con su caldo y una cerveza. Foto: Daniela Medina, Mundano

Lo bueno, el sabor y el caldo rellenable. Lo malo, el tiempo de espera y que la carne y caldos se sirven con exceso de grasa.

No pueden faltar las tortillas hechas a mano. Foto: Daniela Medina, Mundano

El pilón de los Arrieros. Calle Galeana 388, Zona Centro.

EL HALLAZGO: KARNE GARIBALDI

“Todo empieza con la botana”. Foto: Daniela Medina, Mundano

Famosos, recomendados y además, ganadores del Récord Guinness por ser el Restaurante más rápido del mundo, pues el 31 de agosto de 1996, sirvió un menú en 13.5 segundos.

Pese a que ya tiene varias sedes en la ciudad, la original es la de Santa Tere, un restaurante familiar, limpio y luego comprobamos que también, delicioso.

Desde que entras, hay un mesero ofreciendo quesadillas y totopos con guacamoles (no, no son gratis), y luego llegan los deliciosos frijoles con elote.

 

Totopo doradito y ricos frijoles. Foto: Daniela Medina, Mundano

Para el plato fuerte, hay carne en su jugo chica, mediana y grande. Consejo: no se hagan de la boca chiquita y pidan la grande. En poco tiempo llegará a la mesa un plato con caldo, carne de ser, cebolla, cilantro y tocino crujiente. Una delicia.

Los precios de la carne en su jugo van de 72 a los 126 pesos. Foto: Daniela Medina, Mundano

No es light, seguramente ningún doctor recomendaría en platillo, pero es una tradición tapatía imposible de omitir si se quieren conocer por completo las joyas de la Perla Tapatía.

Karne Garibaldi. Garibaldi #1306, Santa Teresita. Gdl.

Karne Garibaldi, el restaurante con el servicio más rápido del mundo

viernes, noviembre 18th, 2016

Toma asiento en este restaurante de Guadalajara, Jalisco, apenas tendrás tiempo de admirar los murales brillantes de monumentos y mariachis locales que adornan las paredes, por que en muy pocos segundos te darán un plato humeante con carne en su jugo. Certificado por Récord Guinness.

Por Duncan Tucker, Munchies

Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo/ViceMedia).– Como institución local, Karne Garibaldi ostenta el Récord Mundial Guinness por el servicio de alimentos más rápido de la historia, donde los meseros colocaron un menú completo en tan sólo 13.5 segundos, el 31 de agosto de 1996.

“Comenzó como un juego entre los meseros para ver quién podía llevar la comida a cada mesa más rápido”, me dijo Daniel Flores, el gerente de la más grande de las seis sucursales de Karne Garibaldi. “Esa competencia nos llevó a intentar el Récord Guinness”.

Casi 20 años después, los meseros aún se enorgullecen de la velocidad de su servicio y la mayoría de los clientes verá que su comida llega a un minuto del pedido. Una ventaja es que la carne en su jugo, una especialidad nativa de Guadalajara y el estado occidental de Jalisco, es el único platillo principal en el menú.

Se hace tradicionalmente por las madres que utilizan recetas familiares transmitidas de generación en generación, señaló Flores, pero desde su fundación en 1970, Karne Garibaldi se ha convertido en sinónimo del platillo.

Se sirve en platos de barro rústicos hechos por artesanos del municipio de Tonalá (zona conurbada de Guadalajara), y es esencialmente un caldo con trozos de carne suculenta y tocino crujiente cocido a fuego lento. Se acompaña con tortillas de maíz caseras ligeramente glaseadas en grasa de cerdo, para enrollarse y sumergirse en el caldo.

Sí, tienen un Récord Guiness oficial. Foto: Duncan Tucker

Sí, tienen un Récord Guiness oficial. Foto: Duncan Tucker

Los comensales también pueden sazonar el platillo con una salsa a base de tomatillo (verde), jugo de limón, cilantro y cebolla cruda picados, cebolla entera a la parrilla y chiles toreados. Para acompañar esta suculencia caldosa, va bien un jarrito de agua de horchata (la variante mexicana de la horchata española, está hecha con arroz triturado, leche evaporada y canela) o una cerveza fría. Y los que quieren una experiencia más ardiente le pueden pedir a Flores que saque el chile piquín que cultiva en el lugar.

La receta del jugo de carne de Karne Garibaldi es un secreto celosamente guardado, pero la mayoría de las recetas comienzan con freír el tocino picado en una olla profunda hasta que esté crujiente. Después de sacarlo y ponerlo a un lado, se fríe la carne picada o en cubitos en la olla hasta que se dore, antes de agregar frijoles (en algunas casas los frijoles se cocen aparte y se agregan al final) y una mezcla de tomatillos con ajo, chiles serranos, agua, un poco de caldo de pollo, sal y pimienta al gusto. Se tapa y deja cocer a fuego lento durante aproximadamente una hora antes de echarle el tocino crujiente y servirlo.

Karne Garibaldi también vende guarniciones como guacamole, queso fundido y quesadillas bañadas en jugo de carne o rellenas de carne de res, chorizo, tocino y hongos. Pero los frijoles de la casa, fritos y mezclados con trozos de maíz dulce son, por mucho, la guarnición más importante.

“La gente ama nuestros frijoles. De hecho, la mayoría de nuestros clientes vienen por los frijoles “, me dijo el Director de Mercadotecnia de Karne Garibaldi, Emigdio Romo, mientras me yo me servía una porción de frijoles refritos salados en un totopo.

Los frijoles son tan populares que Karne Garibaldi, que solo cuenta con seis sucursales en Guadalajara, los vende como conserva en los supermercados de todo México. En un futuro, hay planes para abrir más franquicias a través de México y luego Estados Unidos, reveló Romo, pero primero los propietarios planean exportar sus famoso frijoles a EU, Canadá y Europa.

El clásico jugo de carne. Foto: Facebook (karnegaribaldioficial)

El clásico jugo de carne. Foto: Facebook (karnegaribaldioficial)

El restaurante ha recorrido un largo camino desde su primera sede, que consistía de cuatro mesas de plástico colocadas en una calle del barrio de clase obrera, Santa Teresita, de Guadalajara, señaló Romo. Ha sufrido contratiempos en el camino, con el cierre de franquicias en otras ciudades mexicanas. La competencia también se ha incrementado en los últimos 20 años, con la llegada de más y más cadenas globales de comida rápida en México.

“Por supuesto, la competencia ha aumentado mucho. Muchas franquicias de todo el mundo han abierto aquí”, dijo Romo. “La desventaja es que estamos posicionados entre la comida rápida y los restaurantes tradicionales”.

La solución ha sido dirigirse a hombres y mujeres de la clase trabajadora que quieren un almuerzo asequible y de calidad (se puede comer muy bien aquí por menos de $10 dólares por cabeza), pero que no tienen tiempo para ir a un restaurante.

“Llegan muchas familias los fines de semana, pero durante la semana son en su mayoría profesionales que quieren comer rápidamente y volver a trabajar”, dijo Flores. Además de tener un servicio de entrega a domicilio, su sucursal tiene un minibús de 20 asientos para recoger a grandes grupos en oficinas y hoteles en toda Guadalajara, los lleva al restaurante y los regresa, todo sin costo alguno.

La publicidad de tener un Guinness también les ha ayudado a atraer a turistas nacionales y extranjeros, por lo que no puede permitirse el lujo de dejar que sus estándares de servicio decaigan.

Para mantener las cosas rápidas, pero no caóticas, el personal está capacitado para comunicarse mediante señales con las manos, y una luz verde a lado de la cocina se prende cada vez que una orden de quesadillas está lista. Los nuevos empleados deben empezar detrás de la barra o lavando platos hasta que se les considera listos para servir mesas.

Al terminar el platillo principal, los clientes pueden pedir un mousse de guayaba o chocolate, arroz con leche, flan, jericalla (una versión muy a la mexicana del crème brûlée), una taza de café de olla o incluso un shot gratis de Tequila Patrón.

Luego es hora de volver al trabajo, con el estómago lleno y un mínimo de tiempo perdido.

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