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De monstruo a icono pop: La evolución del vampiro en la literatura, desde su origen hasta hoy

sábado, febrero 29th, 2020

Con la unión de varias supersticiones, la figura de un ser sobrenatural comenzó a formar parte del folclore europeo. Fue con escritores como Lord Byron, John William Polidori y, por supuesto, Bram Stoker, que el mito del vampiro tomó forma de aristócrata y romántico atormentado.

La exposición “Vampiros. La evolución del mito”, disponible hasta junio en CaixaForum Madrid, propone un recorrido a través de más de 360 materiales entre carteles, vídeos y vestuario, de una criatura inicialmente nacida en la literatura y luego popularizada gracias al cine.

Por José Antonio Luna

Ciudad de México, 29 de febrero (ElDiario).- En 1725, un antiguo soldado serbio llamado Arnold Paole se partió el cuello tras caerse de una carreta. Según rumores, su cuerpo desapareció y, ya muerto, volvió para atormentar y desangrar a los habitantes de Medveđa, un pequeño municipio de Serbia. Es uno de los muchos relatos contados durante la época de las epidemias en las zonas rurales de Europa del este, los cuales, a su vez, dieron lugar a la formación de un mito popular: el de los vampiros.

Fue entonces cuando, a partir de la unión de diferentes supersticiones, la figura de un ser con capacidades sobrenaturales empezó formar parte del folclore. De hecho, su significado hasta fue objeto de debate entre filósofos como Rousseau o Karl Marx, que en El capital utilizó la imagen de un vampiro para representar la relación devoradora entre el trabajo y el capital. Pero ¿cómo ha evolucionado su figura a lo largo de la historia?

Es la pregunta que se intenta responder en la exposiciónVampiros. La evolución del mito”, disponible en CaixaForum Madrid hasta el siete de junio. En ella se propone un recorrido a través de más de 360 materiales entre los que se encuentran carteles, vídeos e incluso vestuario de una criatura inicialmente fraguada en la literatura y luego popularizada gracias al cine.

Vista de la exposición “Vampiros. La evolución del mito”, disponible en CaixaForum Madrid. Foto: Especial

Vista de la exposición “Vampiros. La evolución del mito”, disponible en CaixaForum Madrid. Foto: Especial

Esa es la razón por la que encontramos documentos tan importantes, como el atrezo empleado para Drácula (1992), la película de Francis Ford Coppola, o el guion de Bram Stoker para la primera adaptación de Drácula al teatro. Pero, si hablamos de bases del universo vampírico, no debemos olvidar el que probablemente sea uno de sus pilares más importantes (y responsable de catapultarlo a los círculos literarios): Lord Byron.

Retrato al óleo de Lord Byron, por Richard Westall. Foto: Especial

La noche del 17 de junio de 1816, en una casa alquilada a orillas del lago Lemán en Suiza, Byron desafió a sus invitados a escribir una historia de miedo. De ahí salieron relatos que cimentaron el terror contemporáneo como El sueño, de Mary Shelley, que trataba sobre un ente construido a partir de cadáveres y que sería clave para una obra posterior: Frankenstein o el moderno Prometeo. Pero no fue la única historia destacada de esa noche.

Lord Byron esbozó una titulada El entierro, en la que un aristócrata de sangre azul acompaña a un joven durante un viaje a Turquía que no acabó demasiado bien para el burgués: falleció en un cementerio, no sin antes prometer que volvería de entre los muertos. Se sustituyó entonces el vampiro floclórico de las epidemias, normalmente relacionado con la figura de un agricultor de aliento fétido y barba de tres días, por el vampiro aristócrata que además era literario y tenía voz seductora.

Desde entonces, asociamos al vampiro con el cuento del viajero extranjero que se aventuraba con un Grand Tour, un recorrido por Europa popularizado a mediados del siglo XVI entre jóvenes aristócratas. El objetivo era parecido al del Erasmus actual: completar la formación, aprender idiomas y, en definitiva, conocer otras culturas. Sin embargo, aquel inocente turista se encontraba con la presencia de un caballero satánico que le llevaba a su perdición.

El relato de Byron lo tenía todo para revolucionar el género de terror, pero hubo un problema: no lo terminó. Fue su médico de cabecera, el doctor John William Polidori, quien reescribió y completó aquel fragmento en poco más de dos mañanas. Todo ello, por supuesto, sin la autorización del autor original. Así nació El vampiro (1819), el cual, a pesar de no partir de una idea original, se convirtió todo un éxito de ventas llegando a superar al Frankenstein de Mary Shelley.

Desde entonces, se sucedieron varias obras sobre el chupasangre, pero la verdadera revolución del mito no llegaría hasta casi medio siglo después. Drácula (1897) de Bram Stoker sentó las bases del vampiro moderno: las estacas, los ajos, su debilidad a los símbolos religiosos… El escritor irlandés supo sintetizar varios temas vampíricos y crear todo un universo con significación propia dentro del género, mezclando además el vampiro del folclore con el byroniano.

HACIA LA GRAN PANTALLA

El vampiro no solo ha mordido el cuello de la literatura, también el del cine. Su sed de sangre siguió alimentándose en el séptimo arte gracias a la adaptación de Nosferatu. Una sinfonía del horror (1922), de F. W. Murnau. El maestro del expresionismo alemán reinterpretó la novela de Stoker sin contar con la autorización de su autor, lo cual acabó con una demanda interpuesta por Florence Balcombe, la viuda del escritor, por infracción de derechos. Pero Prana Film, la productora, encontró la forma de esquivar la sanción: declarándose en quiebra.

Friedrich Wilhelm Murnau. Nosferatu, una sinfonía del terror, 1922. Foto: Especial

Béla Lugosi en Drácula de Tod Browning, 12 de febrero de 1931. Foto: Especial

Isabel Adjani y Klaus Kinski en Nosferatu de Werner Herzog. Producción: Gaumont (France) / Werner Herzog Filmproduktion (Alemania), 1979. Foto: Especial

A partir de entonces, el vampiro, originario de los confines de la Europa cristiana y rural, se mundializó. Se convirtió en un subgénero de terror y prácticamente cada país contó con su derivado de Drácula adaptado a sus propias leyendas regionales. Todo cambió a partir de los 70, cuando el chupasangre se empezó a desprender de su capa y títulos hereditarios, para convertirse en psicópatas y románticos atormentados.

Ya fuera a través de series como Buffy, cazavampiros o de fenómenos como Crepúsculo, el vampiro pasó de villano a víctima de un mundo contemporáneo que no tiene en cuenta a las minorías. Es lo que también se plantea en True Blood, cuyo tema principal es la complicada integración de los bebedores de sangre en una sociedad que no les acepta.

El espectador ha acabado identificándose con estas criaturas, ya que el nuevo Drácula busca su lugar en el mundo al mismo tiempo que duda de su identidad. Quiere verse en un espejo que no les refleja y, por eso, al comprender sus frustraciones, con el tiempo hemos comprobado que quizá tenga más de humano que de monstruo.

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RESEÑA | Vampiros, la antología que presenta cuatro historias de este mítico y temido personaje

sábado, noviembre 2nd, 2019

Cada cuento muestra la singular interpretación que los autores tenían respecto a los “muertos vivientes” que aterraron a los habitantes en aquellos tiempos.

Este libro recopila la historia de Carmilla, escrita por Joseph Sheridan Le Fanu; El Vampiro y La Familia del Vurdalak, ambos de Alekséi K. Tolstói, y por último, a cargo de John William Polidori, El Vampiro. 

Ciudad de México, 2 de noviembre (SinEmbargo) .- Los vampiros, o muertos vivientes, han sido desde hace cientos de años, una de las criaturas míticas preferidas para ser representadas tanto en la literatura como en el cine, y hoy, aprovechando las celebraciones de Día de Muertos en México, y el Halloween en otras partes del mundo, aprovechamos para presentarte la reseña de la antología de Vampiros, de Alianza Editorial.

Vampiros, presenta la historia de Carmilla, escrita por Joseph Sheridan Le FanuEl Vampiro y La Familia del Vurdalak, de Alekséi K. Tolstói, y por último, a cargo de John William Polidori, El Vampiro, y cada uno a su particular manera, representa a estos muertos vivientes que habitaron y aterraron en aquellas épocas.

La historia de Carmilla es breve y se desarrolla a través del relato de Laura, que habita un viejo castillo en compañía de su padre y unas cuantas personas más que estaban a su servicio.

El primer contacto de Laura con Carmilla se da cuando tenía seis años de edad, y es entre sueños que se da ese primer acercamiento al nota su presencia, e instantes después, al sentir un pinchazo a la altura del cuello, lo cual la altera pero, al no ver a nadie en habitación y también gracias a la compañía de su niñera, consigue tranquilizarse y seguir con su vida cotidiana.

Años después y de manera poco afortunada vuelven a cruzar sus caminos, ahora personalmente, y es a partir de ese momento que ante las circunstancias de ese momento, Carmilla comienza a vivir en el mismo castillo que Laura y es entonces que, con el paso de los días, las sospechas sobre su nueva amiga comienzan a crecer a la par de que su salud va empeorando.

Después de varias revisiones médicas, el padre de Laura tiene por fin un diagnóstico, aunque descabellado, acertado sobre lo que le ocurre a su hija, por lo que decide emprender un viaje para poder poner fin a todos los tormentos de los que Laura estaba siendo presa.

En medio de la expedición, tanto su padre como Laura escuchan un relato que les hace darse cuenta de la verdadera identidad de Carmilla, quien en realidad de llama Millarca, que llevaba años muerta.

Al ver que su existencia corría peligro, Carmilla decide desaparecer de la vida de Laura sin dejar rastro, lo cual deja muy contrariada a su amiga, aunque a salvo de perder la vida como ya había ocurrido con otras personas que cruzaban su camino con Millarca, pero, mientras escapa, el padre de Laura descubre el lugar donde yacen los restos de Carmilla y decide terminar con ellos para que nunca más vuelva a cometer crimen alguno.

En segundo y tercer lugar, vienen los relatos de Alekséi K. Tolstói, siendo “El Vampiro” el primero de sus relatos, y es aquí donde narra la historia del joven Runevski, quien durante un baile se ve atraído por una linda chica de nombre Dasha, a la cual decide comenzar a conocer y cortejar.

En el transcurso del baile, Runevski conoce a parte de la familia de Dasha, y en particular con quien tuvo mayor interacción fue con la brigadiera Sugrobina, quien le contó parte de la historia de su familia. Al termino del baile, el joven recibió la invitación para conocer el lugar donde habitaba Dasha junto con la brigadiera, la cual aceptó gustoso con tal de pasar más tiempo con su amada.

Tiempo después de haber estado compartiendo espacios con la brigadera y en especial con Dasha, decide pedir formalmente la mano de su amada para poder contraer matrimonio; dicha petición lo hace emprender el viaje, en el cual descubrirá la parte de la historia de la familia de la brigadiera Sugrobina, misma que lo adentra a un mundo en el que se ve envuelto por los sueños u alucinaciones que le hacen entender que está tratando con fuerzas sobrenaturales.

La segunda historia de Tolstói, “La Familia Vurdalak”, se desarrolla en Viena, y nos cuenta la manera en que un jefe de familia emprende la casería del perro pagano Alibek, un conocido bandido que había estado atormentando a los habitantes de la zona.

Antes de partir, Gorcha le hace la petición a su familia de que, si al cabo de 10 días no regresa, lo den por muerto, pues seguramente en las montañas le habría sucedido algo, y en caso de que regresara pasado ese tiempo, le enterraran una estaca, ya que muy seguramente se trataría de un “Vurdalak”.

Transcurrió el tiempo sugerido por el padre y no regresó hasta minutos antes de que se llegara el límite de espera, pero para desgracia de la familia, su regreso no se dio en las mejores condiciones, ya que con el paso de los días, Gorcha fue contagiando y, posteriormente asesinando a todos los miembros de su familia.

Y para terminar, tenemos el relato de John William Polidori, “El Vampiro”, que relata la historia de Aubrey, que a una edad temprana quedó huérfano, y junto con su hermana menor, quedaron al cuidado de sus parientes más cercanos.

Al crecer y no tener un rumbo fijo, Audrey frecuentaba fiestas en diferentes puntos de la ciudad, hasta que en una ocasión conoció a Lord Ruthwen, quien mostraba indiferencia ante todos y ante cualquier situación, lo cual, a ojos de Audrey, lo hacía más interesante.

Transcurrió el tiempo y ambos se hicieron cercanos hasta desarrollar una relación amistosa, al punto de emprender juntos un viaje por Europa, en el cual, con el paso de los días, fue dejando evidencias claras de que Lord Ruthwen, era una persona despreciable, por lo que decidieron separar sus caminos, pero, tiempo después, volvieron a encontrarse.

En la segunda etapa de su relación, tanto Audrey como Ruthwen fueron más abiertos y tolerantes el uno con el otro , por lo que resistieron juntos incluso hasta la muerte de Lord, quien como última petición, obligó a Audrey a guardar silencio y en secreto su muerte durante un año y un día, lo cual aceptó.

De regreso a casa, el joven Audrey descubrió una serie de crímenes que en vida lord Ruthwen había cometido, pero la promesa que le había hecho, no podía confesar, lo cual hizo que su salud comenzara a deteriorarse por la presión y arrepentimiento que sentía.

Para desgracia de Audrey, esa promesa que le hizo al Lord en su lecho de, iba a significar que su hermana terminara cayendo en sus garras sin poder hacer nada al respecto, a pesar de saber la verdadera identidad de aquel vampiro.