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Caro Quintero y Ernesto Fonseca revelaron, en 1985, cómo identificaron a Camarena

martes, agosto 2nd, 2022

Un empleado de visado de pasaportes habría aportado datos para identificar al agente de la DEA, Enrique Camarena, dijeron en declaraciones ministeriales los narcotraficantes Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca en 1985. Aunque se culparon el uno al otro de enviar a un emisario que conocía al empleado del Consulado, señalaron el hecho.

Tijuana, 2 de agosto (Zeta).- Pese a estar asentado en el expediente del homicidio del agente Enrique Camarena Salazar, miembro de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) desde que fueron detenidos sus asesinos en abril de 1985, un detalle ha pasado desapercibido para investigadores y medios de comunicación: al detective lo traicionaron desde adentro del Consulado de los Estados Unidos en Guadalajara.

Así se desprende de las declaraciones ministeriales de los protagonistas, autores intelectuales del crimen: Rafael Caro Quintero, recientemente detenido en los límites de Sinaloa con Chihuahua; y Ernesto Fonseca Carillo “Don Neto”, quienes señalaron que uno de sus colaboradores obtuvo información de uno de los empleados consulares para identificar al agente Camarena.

Ese colaborador que trabajaba para el Cártel de Guadalajara era precisamente el sinaloense José Luis Gallardo Parra “El Güero” y/o “El Güerito”, quien falleció apenas el 29 de abril de 2022, víctima de un mal renal, a cinco años de compurgar su sentencia de 40 años de prisión por su participación en el secuestro, homicidio e inhumación clandestina del policía estadounidense.

LO DICHO POR CARO

En esta foto proporcionada por la Secretaría de Marina de México, dos agentes escoltan al narcotraficante Rafael Caro Quintero el viernes 15 de julio de 2022, en el estado de Sinaloa, México. Foto: Secretaría de Marina de México vía AP.

En la declaración de Rafael Caro Quintero, dentro de la averiguación previa 2567/85, el 10 de abril de 1985, el originario del rancho La Noria en Badiraguato, Sinaloa dijo al Ministerio Público que en la fecha del secuestro del agente norteamericano, estando reunidos en su casa de Guadalajara, José Luis Gallardo Parra le dijo a su compadre Ernesto Fonseca que iba hacia el Consulado americano, que si se le ofrecía alguna cosa, contestándole Ernesto “que tratara de identificar a Enrique Camarena Salazar, miembro de la DEA, ya que quería hablar con él porque le andaban echando mucha tierra, y quería saber qué gentes eran”.

Caro Quintero dijo que “El Güero” contestó que personalmente no conocía al agente Camarena, pero que “el encargado de la Sección de Pasaportes (en la sede diplomática) era amigo de él, y que podría darle su media filiación y se lo podría mostrar, como en efecto sucedió, ya que enseguida José Luis Gallardo Parra se fue al Consulado y después de una hora regresó a la misma casa donde se encontraba el de la voz y sus acompañantes”.

En esa reunión estaban pistoleros de Caro y Fonseca, distribuidos en toda la famosa vivienda de la calle Lope de Vega, cerca de Avenida Mariano Otero, pero quienes estaban al pendiente del plan eran los propios capos: Samuel Ramírez Razo “El Sam”, Gerardo Torres Lepe, Sergio “El Chino” y René López, todos identificados como gente de “Don Neto”.

“Al llegar José Luis Gallardo les dijo a los ahí presentes ‘ahí está’, significando con ello que ya había checado que Enrique Camarena Salazar se encontraba localizable en el Consulado de Guadalajara, y entonces Ernesto Fonseca ordenó que lo trajeran a la ‘casa’ porque quería hablar con él, comisionando para ello al propio José Luis, a su lugarteniente Samuel Ramírez Razo, a Gerardo Torres Lepe, Sergio ‘El Chino’ y René López”, declaró en aquel entonces el recién reaprehendido.

Rafael Caro Quintero fue ingresado al Penal de El Altiplano. Foto: Crisanta Espinosa, Cuartoscuro.

Caro Quintero habría de agregar que su compadre Fonseca les indicó a Gallardo Parra y a sus elementos de confianza, entre ellos Samuel Ramírez, trasladarse “al Consulado y que le hicieran guardia (a Camarena) hasta que saliera, que lo vigilaran y se lo trajeran a como dé lugar. Fue entonces cuando alguno de los comisionados preguntó en que se iban a ir y Fonseca determinó que se fueran en el carro de José Luis, que es un Atlantic amarillito y en una pick-up blanca”.

VERSIÓN DE “DON NETO

Al emitir su atesto ministerial, Ernesto Fonseca Carrillo dijo que las cosas fueron al revés, que fue Rafael quien ordenó que llevaran a “Kiki” Camarena ante su presencia, aunque reconoció que él también deseaba hablar con el agente para aclarar “todas las intrigas, de líos, de que el declarante era el cerebro de grupos organizados del narcotráfico mexicano, quería saber quién le había achacado cosas comprometiéndole, quién le ponía el dedo, de dónde se localizaban sus sembradíos de marihuana en el Estado de Jalisco”.

En tanto, Caro Quintero quería saber de Camarena Salazar “quién le había puesto el dedo en los ranchos de sembradío de marihuana en Chihuahua, estos ranchos se llamaban ‘El Búfalo’, con sus campamentos ‘El Vaquero’ y un tercero que no recuerdo, donde le habían destruido todos sus sembradíos y había perdido todo, hablando de millones de millones de dólares”, enfatizó Fonseca, quien agregó que dos días antes del secuestro convinieron en llevar al policía ante ellos para amenazarlo, como ya lo habían hecho con otros agentes de la DEA a quienes balearon los carros para que se fueran de Guadalajara.

El 7 de febrero de 1985, los capos y pistoleros referidos anteriormente se reunieron en casa de Caro Quintero, reconoció Fonseca, quien afirmó que “Rafael dijo: ‘Yo voy a mandar por él’. Rafael mando al ‘Güero’ José Luis Gallardo a que lo identificara a la embajada (sic). Gallardo dijo que iba a ir con un amigo que tenía ahí en el Consulado, que le ayudaba a visar los pasaportes y que ese le podría mostrar a Camarena si estaba ahí, yéndose el referido José Luis”.

Ficha de Rafael Caro Quintero de la DEA. Foto: DEA.

Cuando Gallardo Parra regresó, entre una y dos de la tarde, le dijo a Caro y a Ernesto: “Ya está. Rafael contestó ‘sale’, pidiéndome dos muchachos, dirigiéndome a mi compadre Samuel ‘póngase de acuerdo aquí con mi compadre Rafa sobre este asunto’, y se fueron a platicar los compadres ‘Rafa’ y Samuel. El resultado de la plática fue que saliendo del Consulado iban a traer a Enrique Camarena, como a las dos de la tarde, porque el Consulado está muy cerca de la casa”, detallaba el relato de “Don Neto”.

Hoy, estas versiones coincidentes en señalar que un empleado del Consulado dio información a José Luis Gallardo Parra para identificar al agente Camarena no se puede corroborar con el apodado “El Güero”, pues el viernes 29 de abril del año en curso, el ex interno del penal de Puente Grande falleció en el Hospital Civil de Guadalajara por una arritmia cardiaca súbita, a consecuencia de un grave mal renal que tenía varios años de padecer. Sin embargo, durante 33 años nunca se indagó quién fue ese misterioso personaje del área de visado de pasaportes que se habría prestado a la traición contra el agente Camarena.

PERFIL ALMOLOYA

De 1985 a 2013, tiempo que estuvo prisionero el narcotraficante Rafael Caro Quintero en diversas cárceles del país de media y máxima seguridad, a la fecha actual en que fue recapturado por elementos de la Marina Armada de México, el fundador del extinto Cártel de Guadalajara ha logrado moldear su conducta, no así su personalidad y clasificación criminológica, pues sigue siendo un profesional, un autor intelectual y una persona de riesgo social, destacan diversos estudios realizados por especialistas.

En 1992, al ser uno de los reclusos que inauguró el recién construido Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 1, entonces conocido como “La Palma” y hoy Altiplano, una evolución de áreas técnicas determinó que, “por su afán de dominio, las relaciones de Caro Quintero con la autoridad eran de rebeldía y oposicionismo, debido a lo cual busca siempre seducir a otros internos para organizarlos y lograr así el control del penal, como lo hizo en el Reclusorio Norte.

Esta imagen publicada por el FBI muestra el cartel de búsqueda del capo mexicano Rafael Caro Quintero, acusado de asesinar al agente de la DEA Enrique Camarena en 1985.

Esta imagen publicada por el FBI muestra el cartel de búsqueda del capo mexicano Rafael Caro Quintero, acusado de asesinar al agente de la DEA Enrique Camarena en 1985. Foto: FBI vía AP, Archivo

“Es un gran corruptor de autoridades y siempre intenta comprarlas. Además, su poder económico -que le ayuda mucho a desarrollar su liderazgo- lo hace ostentoso y alardeante. Criminológicamente está clasificado como un individuo de alta capacidad criminal”, detallaba el estudio que psicológicamente describía al narcotraficante con un perfil de narcisista, egocéntrico, tenaz, oportunista, ambicioso, utilitarista y rebelde.

Juan Pablo de Tavira y Noriega, primer director del penal de máxima seguridad Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, escribió en un libro penitenciario sobre el capo: “Hombre primitivo e inquieto, Caro Quintero tiende a ser líder del submundo del crimen; su inteligencia es natural y sorprendente. Sin embargo, está impregnado de un narcisismo tal que lo lleva a depilarse las cejas y a desacreditar las actividades culturales y educativas llamándolas ‘mariconerías’.

PUENTE GRANDE

Después de que la conducta del criminal se fue ablandando ante la dureza del modelo carcelario, en abril de 2007, un informe rendido por la directora general de Cefereso Número 2 Occidente a un Juez, refería sobre el personaje que desde su ingreso al penal de máxima seguridad de Puente Grande, “ha mostrado facilidad y disposición para adecuarse a la dinámica de la institución, lo que ha sido evidente en su involucramiento en las actividades que se le han proporcionado por parte del área técnica, aunque con algunas deficiencias”.

Se advirtió que Rafael Caro Quintero demostraba desinterés en los programas escolares, “por lo que permanece inactivo en la mayor parte de las ocasiones, no obstante, en el resto de las actividades de dicha área, su involucramiento es positivo, por lo que su participación en los deportes está matizada por una actitud recreativa; en terapia ocupacional, recibe música en la que si bien muestra cierto interés por aprender, se mantiene activo por cumplir con el requisito institucional; en lo que respecta al ámbito laboral desarrolla la actividad de pintura al óleo con agrado y dedicación”.

28 de enero de 2005. Rafael Caro Quintero es trasladado del Cefereso de Puente Grande, Jalisco, hacia el penal de Matamoros, Tamaulipas.
Foto: Cuartoscuro.

El informe de estudios técnicos detallaba: “Es reportado por el área de psicología como un interno que participa en las sesiones psicoterapéuticas, en donde se aprecia que su discurso está aún matizado por los juicios y valores de orden antisocial que lo llevaron a delinquir, lo que está determinado en parte por el corto lapso de inmersión en el mismo, evidenciando además, adecuada capacidad de demora y tolerancia a la frustración, evitando conflictos con su entorno, lo que es favorecido por sus habilidades sociales que le permiten desenvolverse con facilidad”.

De esos datos se desprendía que las características del criminal prevalecían, sin embargo, había cambiado su relación ante las figuras de autoridad, tanto con el personal de seguridad, como con el resto del personal penitenciario, “con los cuales ha mantenido una interacción adecuada, puesto que la forma de relacionarse es con respeto, con lo que ha logrado mantenerse ausente de correctivos disciplinarios desde su ingreso, lo que es indicativo de su carácter intimidable al reproche penal y social y su aprendizaje de la experiencia carcelaria”, decía el documento, resaltando el apoyo moral que Caro recibió de su familia y que contribuyó a mantener su estabilidad emocional.

ÚLTIMA EVALUACIÓN

Zeta pudo platicar con la maestra Mara Isabel Camarena Rocha, criminóloga que estuvo adscrita a la Coordinación General de Centros Federales e investigadora forense certificada, quien realizó la última evaluación a Rafael en los primeros meses de 2010, cuando el capo tuvo un fallido traslado del penal de máxima seguridad de Puente Grande al penal estatal, donde no fue recibido.

A su reingreso al Cefereso 2, se le tuvo que volver a evaluar, aunque los profesionistas de diversas áreas técnicas encontraron poca colaboración de un recluso muy molesto, aunque a la postre, fue trasladado a la prisión estatal.

Un infante de la Marina de México y un perro entrenado abordan un helicóptero después de apoyar en el operativo donde fue capturado el narcotraficante Rafael Caro Quintero, cerca de Los Mochis, estado de Sinaloa, México, el viernes 15 de julio de 2022.

Un infante de la Marina de México y un perro entrenado abordan un helicóptero después de apoyar en el operativo donde fue capturado el narcotraficante Rafael Caro Quintero, cerca de Los Mochis, estado de Sinaloa, México, el viernes 15 de julio de 2022. Foto: Guillermo Juárez, AP

Con su experiencia, Mara Camarena sostuvo una entrevista cara a cara con el famoso narcotraficante, aunque tuvo que variar los métodos tradicionales para obtener la información que ella como criminóloga y la institución requerían. Recuerda la especialista que Rafael era una persona educada, que le solicitó permiso para entrar, y que ganó la confianza del interno cuando decidió hacer la entrevista sin papeles, pluma ni anotaciones: “Como que se relajó un poquito. Y le dije, a ver señor… platíqueme lo que me quiera platicar. ¿Cómo se siente? La impresión de Rafael Caro Quintero es que realmente era una persona que tenía muchísimo tiempo encerrado, en condiciones de máxima seguridad, y si bien sabemos son condiciones que van deteriorando a las personas, y no me refiero a que él estuviera deteriorado intelectual o emocionalmente, ya estaba harto de las restricciones”, señala Camarena Rocha.

Sin embargo, pudo constatar que el recluso seguía siendo un sujeto con un riesgo social alto, pues nunca perdió poder económico y social, siendo una figura emblemática dentro de la delincuencia organizada.

La entrevistada refiere que pese al buen comportamiento y cero sanciones que tuvo en el Cefereso 2 de Jalisco, “las características de su personalidad difícilmente iban a modificarse porque, si bien participaba en algunas actividades de reinserción, no estaba dispuesto a modificar esas características. Era muy complicado que cambiara estos rasgos de personalidad antisocial que posee”. Define al evaluado como una persona muy inteligente que supo adaptarse a los cambios en todos los años que estuvo internado en diferentes cárceles, de manera convenenciera.

Mara Camarena concluye que Rafael Caro Quintero “sigue siendo un profesional en su clasificación criminológica, un autor intelectual, por supuesto ¿no?, por algo estaba entre los más buscados de la DEA hasta hace poco, entonces, criminológicamente sigue siendo una persona que significa riesgo social, que significa autoridad para las personas que están dentro de la cuestión delictiva”.

Rafael Caro Quintero. Foto: Victor Mendiola, Cuartoscuro.

Sobre la versión que describe al narcotraficante como un gran lector, la criminóloga dijo que sí solicitaba libros, pero no era una persona que destacara en cuestiones educativas.

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¿Tiene Bartlett problemas para ir a EU por el caso Camarena? DEA dice que sí, la SRE cierra archivos

lunes, septiembre 10th, 2018

En respuesta a una solicitud presentada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, la Secretaría de Relaciones Exteriores negó acceso a notas diplomáticas y comunicación oficial con el Gobierno de Estados Unidos que podrían esclarecer de una vez por todas la situación jurídica y migratoria en ese país de Manuel Bartlett Díaz; la clasificó como “CONFIDENCIAL”.

La dependencia también cerró el acceso a correspondencia diplomática del Gobierno de México al de EU que atañe a Bartlett. La SRE precisó que, como titular de la información, Bartlett puede autorizar al solicitante tener acceso a través, se asume, de una carta poder. Los intentos por hablar con Bartlett resultaron infructuosos.

La información cerrada por la SRE es de alto interés público. Conocerla ayudaría a aclarar si Bartlett tiene problemas con la justicia estadounidense y, de ser así, de qué tipo; él ha sido servidor público por cerca de cuatro décadas.

Cuando era titular de la Segob –entre 1982 y 1988–, en el Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, Bartlett fue implicado en el asesinato del agente de la Agencia Federal Antinarcóticos (DEA), Enrique Camarena Salazar. Desde entonces, no ha viajado a Estados Unidos. No tiene visa para ingresar. Pese a haber transcurrido 33 años, el expediente del caso Camarena sigue abierto.

Washington, DC, 10 de septiembre (SinEmbargo).– Esgrimiendo el argumento de que la información solicitada incide en la privacidad del sujeto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) negó acceso a notas diplomáticas y comunicación oficial con el gobierno de Estados Unidos que podría esclarecer de una vez por todas la situación jurídica y migratoria en ese país de Manuel Bartlett Díaz. La SRE informó que, en base a las respuestas emitidas por la Subsecretaría para América del Norte, la Dirección General para América del Norte, la Dirección General de Asuntos Jurídicos y la Embajada de México en Washington, se desprende la clasificación de la información solicitada como “CONFIDENCIAL”.

En respuesta a una solicitud presentada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, la dependencia federal declinó pronunciarse en sentido afirmativo o negativo sobre una “hipotética situación migratoria o jurídica” de Bartlett Díaz en notas diplomáticas y comunicaciones oficiales con el Gobierno de Estados Unidos. “Dicha información incide en la esfera privada del sujeto”. También cerró acceso a correspondencia diplomática del Gobierno de México al de Estados Unidos que atañe a Bartlett. La Unidad de Transparencia de la SRE precisó que, como titular de la información, Manuel Bartlett puede autorizar al solicitante tener acceso a través, se asume, de una carta poder. Los intentos por hablar con Bartlett resultaron infructuosos.

Respuesta de la SRE a una solicitud presentada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, donde declinó pronunciarse en sentido afirmativo o negativo sobre una “hipotética situación migratoria o jurídica” de Bartlett Díaz en notas diplomáticas y comunicaciones oficiales con el Gobierno de EU. Imagen, SinEmbargo

La información cerrada por la Secretaría a cargo de Luis Videgaray Caso es de alto interés público. Conocerla podría ayudar a aclarar si Manuel Bartlett Díaz tiene problemas con la justicia estadounidense y, de ser así, de qué tipo. De ahí que el alegato sobre privacidad no es convincente. Bartlett ha sido servidor público por cerca de cuatro décadas. Se ha desempeñado como Secretario de Estado, Gobernador estatal y Senador federal. Además ha sido propuesto para ocupar la Dirección General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Su nombramiento generó una intensa polémica.

Cuando era titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) –entre 1982 y 1988–, bajo el Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, el político poblano fue implicado en el asesinato del agente de la Agencia Federal Antinarcóticos (DEA), Enrique Camarena Salazar. Desde entonces, no ha viajado a Estados Unidos. No tiene visa para ingresar. Su aversión a cruzar la frontera podría derivarse del temor a ser detenido para someterlo a interrogación como ha ocurrido en el pasado con otros sospechosos en el caso Camarena.

Pese a haber transcurrido 33 años, el expediente sigue abierto.

“[Bartlett] dirigía la Dirección Federal de Seguridad cuando torturaron a Camarena. Ese tipo de cosas no las olvidamos”, dijo un diplomático estadounidense. El homicidio provocó una fuerte crisis diplomática y, al margen de la cooperación antinarcóticos entre los países, no ha dejado de ser una piedra en el zapato. Para Estados Unidos, Bartlett, quien niega toda implicación, sigue siendo un sospechoso.

PASAPORTE SIN VISA

En comunicación aparte, la SRE informó haber expedido pasaporte oficial a nombre de Manuel Bartlett Díaz seis veces: 24 de enero de 2001, 28 de enero de 2003, 9 de diciembre de 2003, 6 de enero de 2005, 13 de enero de 2006 y 26 de septiembre de 2012. A diferencia del pasaporte con cubierta verde, el oficial tiene carátula plateada y la inscripción “Pasaporte Oficial” en letras doradas. En páginas interiores, se especifica el cargo del titular, la fecha de expedición y de vencimiento que coincide con la duración de la gestión oficial. No da protección extra nacional.

A diferencia del pasaporte con cubierta verde, el oficial tiene carátula plateada y la inscripción “Pasaporte Oficial” en letras doradas. En páginas interiores, se especifica el cargo del titular, la fecha de expedición y de vencimiento que coincide con la duración de la gestión oficial. Foto: SinEmbargo

Contrario a la vasta mayoría de legisladores, quienes frecuentemente viajan al extranjero subsidiados por el erario, Bartlett casi nunca salió de México durante los períodos en los que fue Senador, de 2000 a 2006, y de 2012 a 2018. En esos doce años, Manuel Bartlett usó el pasaporte oficial sólo para realizar dos viajes. De acuerdo con el Senado de la República, en febrero de 2013 viajó a Guatemala para tratar asuntos migratorios. Recibió mil 560 dólares por concepto de viáticos. En julio del mismo año, visitó Madrid para asistir a la reunión Interparlamentaria México-España. Los viáticos fueron de 2 mil 250 euros. “En 2012, 2014, 2016, 2017 y 2018, el Senador Bartlett no tiene viajes registrados con recursos de la Cámara de Senadores”, precisó la Dirección General de Pago a Senadores.

En 12 años como Senador, Bartlett usó el pasaporte oficial sólo para dos viajes: en febrero de 2013 viajó a Guatemala para tratar asuntos migratorios, y en julio del mismo año visitó Madrid para asistir a la reunión Interparlamentaria México-España.Imagen, SinEmbargo

Fuentes consultadas dijeron que al inicio de cada legislatura es común la solicitud de visas estadounidenses aprovechando la asistencia de las cámaras. Casi todos los legisladores tienen visa estadounidense al margen de si planean visitar Estados Unidos. Bartlett Díaz, sin embargo, es una excepción. La Unidad de Atención a Senadores, a cargo del trámite de visas ante las secciones consulares de las embajadas acreditadas en la Ciudad de México, consignó que en “ninguno de esos dos periodos [como Senador] fue solicitado a esta unidad administrativa por el Sen. Manuel Bartlett Díaz tramite alguno relacionado con las visas que expide la Embajada de Estados Unidos de América”. No está claro si, de haberla pedido, la Embajada se la hubiera extendido o negado.

La Unidad de Atención a Senadores, a cargo del trámite de visas ante las secciones consulares de las embajadas acreditadas en la Ciudad de México, consignó que en “ninguno de esos dos periodos [como Senador] fue solicitado a esta unidad administrativa” un trámite de visa a EU por Manuel Bartlett. Imagen, SinEmbargo

UN EXPEDIENTE ABIERTO

Bartlett niega que no pueda ir a Estados Unidos sino que simplemente no quiere.

“Todo es una embestida nacional para descalificarme”, dijo al periodista Luis Alberto Medina de Proyecto Puente el mes pasado. “Hace mucho que no voy a Estados Unidos. No quiero ir. [Pero] No estoy vetado”.

Fuentes cercanas a la DEA opinan lo contrario. Sostienen que el expediente sobre el caso Camarena sigue abierto y que Bartlett es “persona de interés”, es decir un sospechoso. Phillip Jordan, ex director del Centro de Inteligencia de la DEA en El Paso, Texas, expuso que los casos de homicidios no proscriben.

“En el supuesto de que fuera acusado penalmente, honestamente espero que pueda viajar a Estados Unidos. La investigación sigue abierta. Es triste que el Presidente electo [Andrés Manuel López Obrador] lo haya nombrado a un puesto de nivel ministerial”, declaró el veterano de la DEA que se jubiló tras 30 años de servicio.

Jordan dijo que su colega Héctor Berréllez, ex director de la Operación Leyenda que investigó el asesinato de “Kiki” Camarena, cataloga a Bartlett como “co-conspirador no acusado” en el homicidio. Berréllez no devolvió llamadas.

En el mismo sentido se pronunció David Gaddis, ex director de la DEA en México.

“La DEA no ha archivado los nombres de ninguna de las personas de interés que no han sido acusadas penalmente en el asesinato de Camarena. La DEA es famosa por trabajar casos durante años y capturar blancos después de muchos años. Si alguien fue ‘persona de interés’ en 1985, sigue siendo persona de interés hoy. La DEA nunca olvida”, dijo el también ex subdirector de Operaciones Internacionales de la DEA hasta su jubilación en 2009.

Los problemas de Bartlett con la justicia estadounidense, particularmente con la DEA, empezaron en 1985, año del asesinato de Camarena Salazar en Guadalajara. En un juicio realizado en Los Ángeles, California, en 1992, Manuel Bartlett fue acusado por dos informantes pagados por la DEA de haber estado presente en una reunión donde se “discutió” el asesinato del agente y luego en la casa de la calle Lope de Vega, en Guadalajara, Jalisco, donde fue torturado y asesinado.

Manuel Bartlett rechazó los alegatos. Los atribuyó a una “conspiración” en su contra. En 1997, cuando era Gobernador de Puebla (1993-1999), contrató a la firma de abogados Talcott, Lightfoot, Vandevelde de Los Ángeles para tratar de limpiar su nombre. El despacho entregó al Departamento de Justicia del entonces Presidente Bill Clinton un copioso volumen de pruebas que presuntamente avalaban su inocencia. Documentaron que en las fechas en que Enrique Camarena fue interrogado y torturado, Bartlett estaba en la Ciudad de México no en Guadalajara.

El Departamento de Justicia se negó a considerar su petición de pase de buena conducta hasta que accediera a someterse al interrogatorio de un gran jurado en Los Ángeles. Bartlett consideró un insulto la invitación. Durante el Gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari, en el que Bartlett Díaz fue Secretario de Educación, el diario The New York Times informó que Washington sopesó acusarlo penalmente, pero desistió porque las pruebas que presuntamente lo implicaban no eran suficientemente sólidas y temía desestabilizar al Gobierno de Salinas.

El caso Camarena marcó políticamente a Bartlett. La prensa estadounidense reportó que en 1987, cuando era uno de los tres tapados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Washington le comunicó a De la Madrid que no vería bien su designación como candidato presidencial. El dedazo favoreció a Salinas.

Twitter: @DoliaEstevez

“Don Neto” también quiere irse a casa; reclama a la Segob que no acate la orden de un juez

sábado, julio 16th, 2016

En el documento firmado por “Don Neto” expone que el retraso para acatar la orden del juez afecta su salud, pone en riesgo su vida y sus derechos primarios. “Hago saber que el doctor Juan Pablo de Tavira y Noriega en su libro “Porque Almoloya” manifestó que 1 año en CEFERESO es equivalente a 10 años en cualquier centro de readaptación social de los estados, situación que considero cierta por el trato que recibimos en estos penales federales”, le dice al titular de Segob. “No cuento con la debida dieta para alguien de mi edad, y además los medicamentos recetados por los doctores no se dan con la debida continuidad”, asegura Fonseca Carrillo, quien ha promovido diversos amparos para que se atiendan sus padecimientos sin mucha fortuna.

Ernesto Fonseca Carrillo. Foto: Archivo.

Ernesto Fonseca Carrillo. Foto: Archivo.

Por Luis Carlos Sainz

Ciudad de México, 16 julio (SinEmbargo/Zeta).- El narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” escribió una carta al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para inconformarse por el incumplimiento que autoridades penitenciarias han hecho de la orden de un tribunal que le otorgó el cambio de prisión por la medida de confinamiento.

La misiva del hombre de 86 años, recluido desde 1985 y sentenciado a 40 años de prisión por el secuestro y homicidio del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, fue enviada al funcionario luego de que han transcurrido más de 16 meses de que se autorizara su excarcelación y ésta resolución judicial no ha sido acatada.

En el documento firmado por “Don Neto” expone que el retraso para acatar la orden del juez afecta su salud, pone en riesgo su vida y sus derechos primarios. “Hago saber que el doctor Juan Pablo de Tavira y Noriega en su libro “Porque Almoloya” manifestó que 1 año en CEFERESO es equivalente a 10 años en cualquier centro de readaptación social de los estados, situación que considero cierta por el trato que recibimos en estos penales federales”, le dice al titular de Segob. “No cuento con la debida dieta para alguien de mi edad, y además los medicamentos recetados por los doctores no se dan con la debida continuidad”, asegura Fonseca Carrillo, quien ha promovido diversos amparos para que se atiendan sus padecimientos sin mucha fortuna.

También el capo hizo observaciones sobre las cárceles de máxima seguridad que operan en México. “Este modelo de prisión imitado de la Prisión Francesa que hoy se encuentra clausurada en ese país, de cada 10 presos que pugnaban una pena por 10 años, 4 morían y 6 salían desequilibrados mentales”.

La carta se hizo con copia para el Presidente Enrique Peña Nieto, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y hasta para el Papa Francisco.

La familia del ex líder del Cártel de Guadalajara anunció que en fecha próxima realizará una rueda de prensa para explicar los pormenores de las violaciones a los derechos fundamentales de su patriarca. La gota que derramó el vaso Luego de que el Juez Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de Jalisco autorizara el pasado 2 de junio el domicilio en el que Fonseca Carrillo podría pasar los últimos años de su vida y ordenara su traslado a las autoridades penitenciarias, el comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, ha manifestado la imposibilidad de dar cumplimiento a lo ordenado.

Hace unos días, el Comisionado del OADPRS, presentó ante el juez de la causa un incidente denominado “de imposibilidad jurídica en dar cumplimiento con la ejecutoria de amparo” bajo el argumento de que “no tiene el personal ni los medios tecnológicos para cumplir con los requerimientos” que implicaría montar la vigilancia adecuada a Ernesto Fonseca en una vivienda residencial.

El juzgador desechó de plano el incidente planteado por el funcionario dependiente de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), de la Secretaría de Gobernación (Segob), y le impuso una multa, ante lo que el comisionado en mención ahora interpuso un recurso de queja, lo que ha retrasado el traslado de “Don Neto” a su casa.

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Los negocios de Caro desde prisión eran el secreto más conocido

domingo, julio 10th, 2016

El “narco de narcos”, el ser en el que se originó el narcotráfico moderno, preso sólo 28 de los 128 años que tenía como condena, dirige –otra vez o como siempre- una organización que trafica con estupefacientes en las rutas hacia Estados Unidos, según reportes de la Drug Enforcement Organization (DEA). En Badiraguato, Sinaloa, su tierra, la guerra pausada ha vuelto a empezar. Y en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde siempre tuvo sus poderíos con los ranchos El Búfalo, El Vaquero y Pocitos, se anuncia su sombra. Su perfil psicológico fue reservado en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa hasta 2022; sin embargo, hay quienes lo han visto, conversado con él y aceptaron perfilarlo. 

Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).– Siempre estuvo y era un secreto muy contado. Pero entre febrero y abril de 1985, el narcotráfico saltó por primera vez a las planas de los diarios mexicanos con el nombre de una estrella principal: Rafael Caro Quintero. Aquel serrano de 32 años, primer año de Primaria, melena y bigote muy negros, empleador de miles de campesinos para levantar mariguana, nacido en La Noria, una ranchería perdida de miseria en la sierra de Badiraguato, Sinaloa, había puesto contra la pared al Gobierno mexicano y al de Estados Unidos.

Rafael Caro Quintero fue detenido en una hacienda de Costa Rica en abril de 1985 por una pesada carga de culpas. Identificado como el dirigente de la organización criminal denominada“Cártel de Guadalajara”, traficaba droga hacia Estados Unidos y además había asesinado al agente Enrique Camarena y al piloto aviador Alfredo Zavala de la Drug Enforcement Administration (DEA).

Con el tiempo, se conoció que en el seno de ese grupo se formaban otros sinaloenses que protagonizarían la epopeya del narco mexicano; por ejemplo, Miguel Ángel Félix Gallardo, Miguel Salcido Beltrán, “El Cochiloco” y Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo” Guzmán. Pero Caro fue Caro. Y en su ser se inició una forma de ser narco que siguió códigos de honor y orgullo. Cuando lo detuvieron, a las autoridades les dijo de sí mismo que su padre era campesino en tierra ajena, y que los Caro y los Quintero fueron pobres, desde su más viejo recuerdo, pero no conocieron el hambre porque los dominaba el orgullo y siempre buscaron la tierra para trabajar.

Acaso fue cierto. De su educación, el periodista Jesús Lemus Barajas, quien fue encarcelado en 2008 en Puente Grande, en la celda contigua de Caro Quintero, y exonerado de todo delito en 2011, relata: “Leía mucho en aquel tiempo de la cárcel. Estaba estudiando la Primaria a través del INEA. Me confesó que llevaba 14 años en Segundo año de Primaria. Pero me consta que la pudo terminar en Puente Grande”.

En cuanto a la búsqueda de la tierra, también pudo ser verdad. Caro Quintero se hizo en Chihuahua de los ranchos El Búfalo, El Vaquero y Pocitos donde miles de hombres levantaron mariguana durante años, mientras la falta de trabajo crecía como problema principal de los mexicanos. La desgracia de la crisis económica de 1982 y el cambio de rumbo impulsado por el entonces Presidente Miguel de la Madrid Hurtado hacia la apertura de mercado hundió algunos deciles el poder adquisitivo y pronunció la curva de desempleo, mientras la deuda externa rozaba los 80 mil millones de dólares.

Una partícula de la leyenda de “el narco de narcos” se encuentra justo en esta etapa económica de México. Caro brindaba empleo (la otra versión es que secuestraba campesinos) y era un patrón generoso, inteligente, querido y respetado. Otra es que a cambio de su libertad, le ofreció al Presidente pagar la deuda externa a cambio de que lo dejaran cosechar tranquilo en los campos unos años. Pero el Gobierno no quiso. Y a querer o no, en El Búfalo, municipio de Allende, Chihuahua, se escribieron los días en que empezó el fin. 450 soldados de élite ingresaron y descubrieron a unos 10 mil campesinos que, según la versión oficial, habían sido llevados con engaños con la promesa de ganar buen dinero en el corte de manzana. Los soldados quemaron unas 80 mil toneladas de hierba aquella vez y detuvieron a los campesinos.

Rafael Caro Quintero pasó 28 años de prisión, entre los penales de Almoloya de Juárez, hoy de El Altiplano, y Puente Grande. En agosto de 2013, fue liberado, bajo el cobijo de un recurso de amparo. La historia ha vuelto a empezar como si sólo hubiera estado en suspenso. En noviembre de 2015, la Suprema Corte de Justicia le dio reversa a esa determinación jurídica y se ordenó su detención; pero como suele ocurrir, nadie lo ha visto ni sabe dónde está.

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Caro Quintero comenzó su carrera criminal a finales de la década de 1970. Foto: AP

Caro Quintero comenzó su carrera criminal a finales de la década de 1970. Foto: AP

Reportes oficiales e informes de Drug Enforcment Administration (DEA) difundieron el pasado 4 de junio que Rafael Caro Quintero disputa la plaza con el Cártel de Sinaloa, que ha sufrido duros golpes en su estructura desde que su fundador y líder, Joaquín “El Chapo” Guzmán fue reaprehendido.

El fiscal general de Chihuahua, Enrique González Nicolás, advirtió que pretende hacerse de Ciudad Juárez y la zona del Valle. El funcionario, ante reporteros, expresó con tono de alerta: “Se ha establecido la posibilidad de una invasion que pudiera tener Chihuahua de uno de los narcotraficantes más conocidos del país, Rafael Caro Quintero. Tenemos información de que pretende venir para acá a disputar con el Cártel de Sinaloa parte de las acciones que ellos delincuencialmente realizan”.

Como ayer, las versiones sobre su sombra son varias. Unas indican que apoya a las huestes de Isidro Meza Flores, “Chapito” Isidro, quien comanda los fragmentos del Cártel de los Beltrán Leyva (fuentes de la PJE de Sinaloa) o a Alfredo Beltrán Guzmán, “Mochomito”, sobrino de “El Chapo” Guzmán e hijo de Alfredo Beltrán Leyva, también identificado entre los resabios de los Beltrán Leyva (PGE de Sinaloa). Otras que defiende a su antiguo socio, Joaquín Guzmán Loera con el mismo código de respeto inquebrantable establecido entre los caballeros del narcotráfico en los 80 (fuentes de Inteligencia). Unas y otras versiones arrojan que Caro Quintero está de nuevo.

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¿QUIÉN ES ESTE VIEJÓN?

Nació en la sierra, en Badiraguato. Su padre falleció cuando él tenia 13 años y entonces, se hizo cargo de su familia de 12 hermanos que se distribuyeron para vivir en varios municipios de Sinaloa y Jalisco. “Él siempre como la estrella entre todos”, dice un allegado a la familia.

A los 18 años, se convirtió en chofer de carga en Culiacán. En ese trabajo estaba cuando conoció a Ernesto Fonseca Carrillo y Juan José Esparragoza. Pronto, serán una tríada. Y expanderán el plantío de mariguana de La Ciénega, Sonora, uno de los más grandes en la historia del narcotráfico mexicano. En 1983, con tal de defenderlo, Caro Quintero es el que da la cara y soborna a comandantes de la Policía Judicial Federal.

Si Caro Quintero fue uno de los forjadores de la desventura del narcotráfico, según el relato oficial, ¿cómo es? Si los ciudadanos de un país pueden hacerse una idea de la peligrosidad de un hombre o mujer por su perfil psicológico, ¿por qué no es conocido el de Rafael Caro Quintero?

Después de 31 años de su detención, en Costa Rica, y dos de su liberación, los mexicanos no pueden saber qué encontró el Gobierno en la mente de este narcotraficante. Los exámenes psicológicos que se le practicaron fueron clasificados como “información confidencial” hasta el año 2022, por la Secretaría de Seguridad Pública, cuando estaba a cargo de Genaro García Luna. Hoy, esa dependencia que fue clave en la política de combate al crimen organizado durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), es parte de la Secretaría de Gobernación, cartera a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong.

Pese a los candados del Gobierno, hay quienes pueden perfilar a Caro porque lo conocieron. Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa (CCHS), una de las primeras Organizaciones No Gubernamentales creadas en el país, cuya fundadora, Norma Corona, fue ejecutada por el sicariato narcotraficante en 1990, elabora un recuerdo.

El narcotraficante fue liberado en 2013 luego de 28 años en prisión. Foto: Cuartoscuro

El narcotraficante fue liberado en 2013 luego de 28 años en prisión. Foto: Cuartoscuro

“Yo sólo les voy a pedir una cosa. LLévenme a Culiacán”, le sugirió con una voz educada cuando lo visitó en el penal de Almoloya de Juárez. Era 1994 y el “narco de narcos” cumplía nueve años de habitar una celda. El mediodía despuntaba en el valle de México con mucho frío. Caro tenia su celda desordenada, muy diferente a la de su vecino, Félix Gallardo en donde gobernaba el orden. Se alcanzaba a ver una cabeza de caballo hecha con pirotecnia de cierta calidad, narra Loza Ochoa.

– ¿Por qué? – preguntó el controvertido profesor, muy critado en aquel tiempo por defender derechos humanos incluso de familiares de los narcotraficantes sinaloenses.

– Es muy fácil. No hay por dónde perderse. Mis hijos están en la edad en que decidirán entre el bien y el mal. Y necesito estar cerca para que no sigan mi camino.

Eso dijo Rafael Caro Quintero, el ser en quien se originó el narcotráfico moderno. Ese día, la amabilidad se transformó. A Caro Quintero lo aquejaban problemas gastroinstestinales y comentó que en los días normales de la cárcel no recibía la comida adecuada para sus males. Pero para la ocasión, su plato se veía suculento, a la vez que dietético.

–¿Los de aquí sabían que ustedes iban a venir?

–Sí –le respondieron Loza y sus acompañantes.

Entonces, se incorporó y tiró la bandeja de la comida en un bote de basura. Y el coraje le llenó la cara.

¡Ni a los perros los tratan así! – remató.

Caro Quintero no fue llevado a Culiacán, la capital sinaloense. No había allá ningún penal de máxima seguridad en donde pudiera ser resguardado su peligroso ser. En cambio, seis años después, fue trasladado al de Puente Grande, Jalisco. A a partir de 2008, el periodista Lemus Barajas, vecino de celda, pudo oírlo, saber de sus conversaciones, gustos y aficiones.

“Es una persona habilidosa”, dice al aceptar la reconstrucción del Caro en sus últimos años de prisión. “No se queda con ningún resentimiento. Perdona pero nunca olvida. Caro Quintero perdonaba. Era magnánimo. En la tesitura de un hombre, se movía entre escuchar y entender la razón y luego, actuar. Rafael tenía poco conocimiento académico, lo que no le restaba que fuera inteligente y con un razonamiento increíble. Él sabía lo que pasaba por la cabeza de un preso por sólo verlo cómo se paraba. Era un psicólogo nato. Y mostraba gran capacidad para entender el lenguaje no verbal”.

A Caro Quintero, uno de sus corridos más conocidos, el producido e interpretado por Los Invasores de Nuevo León, lo describe así: “La fiera ya está enjaulada, pero se oyen los rugidos, allá por la madrugada, sus deseos serán cumplidos. Échense a huir la manada si es quieren quedar vivos”.

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La ficha de la Administración para el Control de Drogas de EU con la recompensa de 5 mdd por el capo. Imagen: DEA

La ficha de la Administración para el Control de Drogas de EU con la recompensa de 5 mdd por el capo. Imagen: DEA

Tres décadas después de que Rafael Caro Quintero se convirtiera en el epicentro del cultivo y trasiego de drogas en México; Badiraguato, su terruño, se deshace atajado por un binomio: la miseria y la guerra. Badiraguato es de los 200 municipios con la miseria más dramática de México. En otras palabras, en la cuna de los narcos más famosos, en la génesis de la violencia en el país, la mitad de los 30 mil habitantes vive en crisis alimentaria, en casas de lámina, sin zapatos y con pocas posibilidades de estudiar. Como cuando Rafael Caro Quintero nació y creció ahí.

Él ya no está ausente. Aunque el estudioso del fenómeno de la violencia en Sinaloa, Jorge Luis Montiel, sostiene que jamás lo estuvo. “Fue el iniciador de un movimiento de narcotráfico. Es el padre. Y aun estando en el penal, seguía operando. Caro Quintero siguió operando. Tranquilamente. Ahora, ya libre, ha escogido una buena forma de ocultarse”.

En agosto de 2013, apenas liberado, el entonces presidente municipal de Badiraguato, Sinaloa, Ángel Robles, dijo a este diario digital: “Me preguntan que si ha estado aquí. Pues yo no sé, les digo. .. Es más, no sabemos si está aquí o dónde está”.

Pero desde que Caro Quintero fue liberado esa tierra ya no es la misma. Unos 350 pobladores dejaron sus viviendas por temor a las balaceras. Lo que ha pasado y está por pasar puede armarse con testimonios de refugiados en Huixiopa, Badiraguato. “Se están armando y reagrupando en el mero arriba, en la sierra, en la montaña. Ya son dos: los Beltranes y el grupo de Guzmán Loera. Clarito se ve”, dice un hombre de allá.

Se le acusó de la tortura y asesinato del Agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar. Foto: Especial

Se le acusó de la tortura y asesinato del Agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar. Foto: Especial

Basta adentrarse en la biografía de cualquier narco mexicano sobresaliente para dar con Badiraguato. En su accidentado mapa se ramifican tres generaciones de nombres de hombres con enigmáticas e intrincadas leyendas. En los 40, nacieron ahí Pedro Avilés, Ismael “El Mayo Zambada” y Juan José Esparragoza Moreno; 10 años después la misma tierra parió y crió a Ernesto Fonseca Carrillo, Rafael Caro Quintero e Ignacio Coronel Villarreal. Luego, Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo” Guzmán, vio la primera luz y se hizo adolescente en los montes, casi al mismo tiempo que sus primos, los cinco Beltrán Leyva.

Visto así, se trata de un pleito de familia en el que el padre pródigo ha regresado. El semanario Río Doce ubicó el origen de este desajuste en el asesinato de Ernesto Guzmán Hidalgo en abril de 2015. Fue medio hermano de Joaquín Guzmán Loera y en la la sierra corrió la versión de que lo había mandado matar Aureliano Guzmán Loera, “el Guano”, hermano de padre y madre de “El Chapo”.

El ajuste de cuentas habría ocurrido porque don Ernesto no era confiable para la estructura de los Guzmán Loera. Era padre de Patricia Guzmán Núñez, esposa de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo.

Tras la captura de Alfredo,“El Mochomo”, detenido el 21 de enero de 2008, y la muerte de Arturo, caído al año siguiente en un operativo de la Armada de México en Cuernavaca, Morelos, la agrupación de los hermanos Beltrán Leyva quedó disminuida. Fausto Isidro Meza Flores, “Chapito Isidro” tomó el control de  los remanentes. Según información de la DEA, este hombre le puso cara a las huestes de Joaquín Guzmán Loera. Documentos del organismo estadounidense han indicado que él podría ser el sucesor histórico de Guzmán Loera en el trasiego de heroína y metanfetaminas en la ruta México-Estados Unidos.

La madrugada del sábado 18 de junio ocurrió lo peor. Un contingente de 150 hombres armados irrumpieron en La Tuna, Badiraguato, ese punto remoto del mundo, donde ha pasado toda su vida, Consuelo Loera, madre de “El Chapo” Guzmán. Le saquearon la casa. A ella, alguien la subió a un helicóptero y logró sacarla de ahí. En la embestida, ocho personas murieron.

¿Quién fue? En Huixiopa unos dijeron para este texto que fue “El Mochomito”. Otros que “El Chapito”. En ambas, Rafael Caro Quintero es sombra.

EL AMOR ES UN ERROR

“¿Quién me entregó?”, preguntó Rafael Caro Quintero cuando agentes de la DEA y elementos de la policía de Costa Rica irrumpieron en la finca donde se escondía. Con él estaba Sara Cristina Cosío Vidaurri Martínez, una de las jóvenes más populares de los antros y restaurantes de Guadalajara, Jalisco. Era 1985.

Hija del Secretario de Educación Pública de Jalisco, César Octavio Vidaurri y sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, ex Gobernador de la entidad y ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la capital, Sara declaró: “Yo no estoy secuestrada… yo estoy enamorada de Caro Quintero”.

En la crónica “San narcos tiene la fama” de Carlos Monsiváis en la revista Nexos, en 1992, se encuentra otra escena. Sara le dice a un oficial: “Estoy secuestrada”, el agente pregunta: “¿Quién es, querida?”, ella, con voz débil responde: “Rafael Caro Quintero”, el aludido reacciona: “Puta”.

El amor, en todo caso, fue un error en esta historia. Porque Caro, a esas alturas, era perseguido. El 7 de febrero de 1985, hombres armados habían secuestrado a Enrique Camarena, quien salía del consulado estadounidense en Guadalajara. Horas antes también había sido raptado Alfredo Zavala Avelar, el piloto de la DEA. El relato oficial aún indica que Caro Quintero golpeó con furia descomunal a Camarena y lo mató. Su cuerpo mutilado apareció junto al de Zavala en una hacienda d Michoacán.

Esos hechos desataron una crisis diplomática con Estados Unidos. Ronald Reagan exigió al entonces presidente Miguel de la Madrid que detuviera al culpable. Y ese fue Caro Quintero.

En la cárcel –Almoloya de Juárez, hoy Altiplano y Puente Grande, Jalisco- Rafael Caro Quintero dejó sólo 28 de los 128 años de su condena. Está por tener 64 y dirige –otra vez o como siempre- una organización que trafica con estupefacientes hacia Estados Unidos. Quiere hacerse del triángulo dorado, aquella unión de vertices imaginarios de Chihuahua, Durango y Sinaloa en la sierra, y de Ciudad Juárez, la frontera estratégica, según indican reportes de la DEA.

Rafael Caro QUintero se mostraba bromista y sonriente en las entrevistas. Foto: Tomada de video

Rafael Caro Quintero se mostraba bromista y sonriente en las entrevistas. Foto: Tomada de video

En 2001, Miguel Caro Quintero, hermano del celebre narcotraficante, fue detenido en Sinaloa por los cargos de uso de armas exclusivas del Ejercito y trafico de drogas. Foto: Cuartoscuro

En 2001, Miguel Caro Quintero, hermano del celebre narcotraficante, fue detenido en Sinaloa por los cargos de uso de armas exclusivas del Ejercito y trafico de drogas. Foto: Cuartoscuro

Caro Quintero durante su traslado en 2005 al Penal de Matamoros. Foto: Cuartoscuro

Caro Quintero durante su traslado en 2005 al Penal de Matamoros. Foto: Cuartoscuro

Así lucía Caro Quintero en 2005. Foto: Cuartoscuro

Así lucía Caro Quintero en 2005. Foto: Cuartoscuro

La DEA fichó también a Diana Espinoza Aguilar, pareja de Caro Quintero. Foto: DEA

La DEA fichó también a Diana Espinoza Aguilar, pareja de Caro Quintero. Foto: DEA