Posts Tagged ‘Edith Piaf’

David Guetta inaugura con un megaconcierto en la torre Eiffel la Eurocopa (VIDEO)

viernes, junio 10th, 2016

La zona de fanáticos preparada a los pies de la torre Eiffel de París, la más grande de las diez sedes de la Eurocopa de fútbol que se inició hoy, abrió sus puertas al público para calentar motores con gran concierto musical para decenas de miles de personas.

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París, 10 jun (EFE).- La ceremonia de inauguración de la Eurocopa de futbol, de poco más de diez minutos de duración, mezcló tradición y modernidad con una sucesión de coreografías en el Estadio de Francia, momentos antes del partido entre Francia y Rumanía.

Una alfombra que representaba un jardín a la francesa, con formas geométricas bien ordenadas, fue el escenario para la ceremonia, que comenzó a las 20:45 locales (18:45 GMT) con un plantel de personajes repartidos por todo el terreno de juego, y en el centro una representación de un carrusel.

El ritmo subió entonces con la irrupción de 150 bailarinas de cancán y los tonos de la música más conocida de esos espectáculos, que formaron un círculo gigante.

También en muestra de la tradición francesa, se pudo escuchar una de las más famosas canciones de Edith Piaf, “La vie en rose”, que muchos de los alrededor de 80 mil espectadores del Estado de Francia entonaron como en un karaoke gigante.

El paso siguiente fue un brusco giro a la modernidad, con la aparición en el centro del escenario del DJ francés David Guetta en un gran pórtico donde tenía instalada una mesa de mezclas.

David Guetta puso entonces en movimiento, pero de forma muy diferente, a las que momentos antes habían sido bailarinas de cancán, que modificaron su atuendo con las mismas piezas de vestido.

La cantante sueca Zara Larsson se encargó de poner voz al himno de la Eurocopa, que es una creación del DJ.

Una vez terminada su interpretación, se levantó una torre Eiffel de cartón en uno de los laterales del campo y poco después sobrevolaron el Estadio de Francia los aviones de la Patrulla de Francia, que dejaron como halo de humo los colores de la bandera francesa.

En tierra, la Guardia Republicana y el coro infantil de Radio France pusieron el punto final musical al evento, con el despliegue de las banderas de los 24 países que participan en esta fase final de la Eurocopa, que se disputa hasta el próximo 10 de julio.

Edith Piaf cumple cien años sin “arrepentirse de nada”

viernes, diciembre 18th, 2015

Su primer éxito le llegó cuando tenía 20 años, gracias al empresario Louis Leplée, quien la bautizó como “La Môme Piaf” (“La Muchacha Gorrioncillo”) y le ayudó a grabar su primer disco.

Un hombre ve uno de los vÌdeos sobre la cantante francesa Edith Piaf. Foto: EFE

Un hombre ve uno de los vÌdeos sobre la cantante francesa Edith Piaf. Foto: EFE

Por Javier Albisu

París, 18 dic (EFE).- Hace un siglo que Édith Piaf llegó al mundo, en el número 72 de la calle de Belleville, según la leyenda que ella misma alimentó, o en el hospital Thenôn de París, como prueba su acta de nacimiento.

Sea cual fuera el punto exacto que la vio nacer, no hay duda de que el 19 de diciembre de 1915 marcó el inicio de la biografía de una cantante enorme atrapada en un cuerpo minúsculo, de solo 1.47 metros: Édith Giovanna Gassion.

Más tarde le llegaría el sobrenombre artístico de “Piaf”, que en argot francés significa “gorrioncillo”.

Hija de un acróbata y de una obrera de la canción de origen italiana, sus 47 años de vida estuvieron magullados por la sordidez y la necesidad, incluso en sus días de gloria, cuando toda Francia y medio mundo se emocionaba al son de Milord o La Vie en Rose.

La infancia de Édith Piaf transcurrió entre la miseria, la enfermedad, los prostíbulos que regentaba su abuela y los circos ambulantes donde trabajaba su padre, quien la crió cuando se ausentó su madre.

A los 14 años cambió el hogar familiar por los cabarés de Pigalle y, todavía adolescente, dio a luz a su única hija, Marcelle, que murió por una meningitis a los dos años y medio.

Su primer éxito le llegó cuando tenía 20 años, gracias al empresario Louis Leplée, quien la bautizó como “La Môme Piaf” (“La Muchacha Gorrioncillo”) y le ayudó a grabar su primer disco. Pero el extraño asesinato de su mentor volvió a empujarla a los desfiladeros de la miseria.

Entonces conoció a dos de las personas que más marcarían la vida artística y personal de la diva de la “chanson française”: el compositor Raymond Asso, su nuevo mentor y amante, y la pianista Marguerite Monnot, que le acompañaría durante toda su carrera.

Por fin Piaf saboreaba el éxito que tanto se le había resistido, amplificado tras la Segunda Guerra Mundial como símbolo de la Resistencia -sin demasiados méritos- para una Francia que necesitaba recuperar el orgullo perdido al claudicar ante la Alemania nazi.

En 1946 grabó La Vie en Rose, probablemente la gran canción de su vida y la melodía que recientemente ha servido de banda sonora para muchos de los homenajes a las víctimas de los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos.

Una canción parisina transportada en una voz que resiste al paso de “los años, las décadas y sobre todo las fronteras”, explica a Efe Robert Belleret, autor de la biografía “Piaf, un mythe français”.

Pero la tragedia nunca se despegó de Édith Piaf, que un par de años después conoció en Nueva York al boxeador Marcel Cerdán, de quien se enamoró locamente y que falleció un año después en un accidente de avión. A él le escribió Hymne à l’amour.

Convertida en una estrella internacional en los cincuenta, se casó con el cantante Jacques Pills y se lanzó al amor furtivo con Charles Aznavour y Georges Moustaki, mientras multiplicaba las curas de desintoxicación para desengancharse de la morfina.

Su diminuto y delicado cuerpo, maltratado por una vida montada en un carrusel de necesidad y exceso, empezó a encajar mal las embestidas de la vida y en 1960 los médicos le recetaron que dejara los escenarios.

Pero Piaf prefería morir a dejar de cantar, o sabía que moriría si no podía cantar, que es casi lo mismo, y en 1961 ofreció un histórico concierto para sacar de la ruina al legendario Teatro Olympia de París.

Ante los ojos amigos de Alain Delon, Louis Armstrong, Paul Newman, George Brassens, Duke Ellington o Jean-Paul Belmondo, Piaf estrenó Je ne regrette rien (No me arrepiento de nada), emocionando a un auditorio con un canto hedonista empapado de alcohol, pasiones y opiáceos.

Poco después se casó con el cantante Théo Sarapo, veinte años más joven, y el 10 de octubre de 1963 falleció en una casa de campo en la localidad mediterránea de Grasse.

Su cuerpo fue trasladado en secreto a París, donde al día siguiente se anunció que había muerto, siguiendo los deseos de Piaf. Flanqueado por medio millón de admiradores, su féretro atravesó la capital francesa hasta llegar al cementerio de Père Lachaise, donde reposan sus restos.

No muy lejos de su tumba, en el mismo barrio de París que la vio nacer, hay ahora una pequeña plazuela con su nombre donde una estatua de bronce la recuerda con los brazos extendidos hacia un cielo que tanto le costó conquistar.

Un siglo después de su nacimiento en la peana de la efigie suelen sentarse cada día varios mendigos a compartir algo de vino y bastante de la escasez que marcó la vida de Édith Piaf.