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Pobreza, corrupción, impunidad. Y el mal desempeño de EPN. El PRI llega a 2018 con números rojos

viernes, agosto 11th, 2017

El desplome en los niveles de aprobación ciudadana del Presidente Enrique Peña Nieto es el principal obstáculo para las aspiraciones de su partido en el 2018, coinciden académicos e integrantes de organizaciones civiles.

Sin embargo, afirman, más jinetes cabalgan en este escenario de apocalipsis priista: la impunidad rampante en el sexenio, que a su vez genera corrupción; las crecientes pobreza y desigualdad; el fracaso de la estrategia económica para lograr un crecimiento adecuado, y las constantes amenazas de Donald Trump sobre el país refuerzan las causas que provocaron la caída de la popularidad del Primer Mandatario, cuyo “Mover a México”, destacan, resultó un fracaso.

Ciudad de México, 11 de agosto (SinEmbargo).– El Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto representa en este momento el principal obstáculo para las aspiraciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de cara a las elecciones de 2018, coincidieron académicos, politólogos y representantes de la sociedad civil, quienes también coinciden en que otros de los jinetes del apocalipsis priista en este sexenio son la impunidad, que genera la enorme corrupción y violencia que se vive en el país; el fracaso económico y, por consiguiente el aumento de la pobreza y la desigualdad, además de las constantes y variadas amenazas de Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, a quien la actual administración priista no ha podido responder con fortaleza.

En casi cinco años de la gestión del Presidente Peña Nieto, los escándalos de corrupción ligadas a funcionarios públicos, particularmente, han sido una constante. Pero fue en los primeros dos años de su administración cuando más dañaron su imagen, dijo Marco Antonio Arellano Toledo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Sin lugar a dudas uno de los grandes retos del PRI es plantear cómo distanciarse de este Gobierno, que a todas luces lo opaca y entorpece, pues no hay que dejar de mencionar que el Presidente es parte del mismo”, expuso Arellano Toledo.

Desde la perspectiva del politólogo, el PRI se encuentra en un impase de cara al 2018 en el que todavía no se ha decidido si respaldar a Peña Nieto o desmarcarse del Presidente. Las dudas podrían resolverse este fin de semana, cuando el PRI concluya su Asamblea Nacional para discutir la ruta electoral del próximo año.

Peña Nieto inició su gestión con el 54 por ciento de la aprobación popular, de acuerdo con la encuestadora Consulta Mitofsky, y hacia mayo de este año ya rondaba en 17 por ciento.

Pero, ¿qué factores llevaron a la debacle de la imagen presidencial?

LA CORRUPCIÓN

Los escándalos de corrupción desbalancearon la aprobación con la que Peña Nieto contaba al inicio de su sexenio, coincidieron especialistas. Particularmente, coincidieron, su imagen quedo seriamente dañada tras el escándalo de la “casa blanca”, dado a conocer por el equipo de investigación de la periodista Carmen Aristegui en noviembre del 2014.

La propiedad valuada en alrededor de 7 millones de dólares [alrededor de 122 millones de pesos, al valor actual] estaba registrada a nombre de su esposa Angélica Rivera Hurtado, y su construcción fue realizada por Grupo Higa, uno de los principales contratistas del Gobierno federal, y del Gobierno del Estado de México, cuando Peña Nieto fue Gobernador de esa entidad.

“Y luego vino la fallida explicación de la Primera Dama, casi de regaño, sobre lo inexplicable de los bienes de la pareja presidencial, conforme a sus atribuciones salariales”, recordó Marco Antonio Fernández Martínez, profesor e investigador de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, y también investigador asociado de la organización civil México Evalúa, un centro de pensamiento y análisis que se enfoca en la evaluación y el monitoreo de la operación gubernamental con el propósito de elevar la calidad de sus resultados y también señalar irregularidades.

Peña Nieto mismo nombró como titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) a Virgilio Andrade Martínez, un funcionario con una amistad añeja con Luis Videgaray Caso, entonces titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a realizar una investigación sobre el tema de la “casa blanca” y, como temían los expertos en transparencia y rendición de cuentas, se concluyó con la exoneración del Presidente y de su esposa, así como del propio Videgaray Caso, también ligado a la compra de una residencia a Grupo Higa en Malinalco, Estado de México.

“Aunque es difícil establecer qué porcentaje de la caída en la aprobación del Presidente depende de la corrupción, es posible señalar que la corrupción ha crecido en todas las encuestas como el principal problema del país. La sociedad mexicana cada vez tiene más claro que detrás de la baja calidad educativa, servicios públicos deficientes, desabasto de medicamentos e incluso violaciones a derechos humanos, la corrupción aparece como el problema de raíz”, destacó Eduardo Bohórquez, presidente de la organización civil Transparencia Mexicana.

LA IMPUNIDAD

Sobre la impunidad, los especialistas consultados por este diario digital coincidieron en que los ejemplos sobran y, por desgracia, se presentan a diario en el país.

Sin embargo afirmaron que, a nivel nacional y particularmente en el plano internacional, la desaparición de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos fue la que marcó este sexenio en términos de la debilidad del Estado de Derecho y la violación de los derechos humanos, un tema que se le reclama al Presidente Peña Nieto y al Gobierno federal priista en prácticamente todo el mundo.

En la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 se fraguó la desaparición de los 43 normalistas de la también llamanda Normal de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero. Ese mismo 27 de septiembre, la noticia le dio la vuelta al mundo.

Pese a que los primeros señalamientos recayeron sobre las autoridades locales de los municipios de Iguala y Cocula, así como del entonces Gobernador de Guerrero, el perredista Ángel Aguirre Rivero, el Presidente Enrique Peña Nieto fue señalado como responsable por los padres de los normalistas: primero, por su largo silencio evitando tocar el tema, que tuvo repercusión en el mundo entero, y luego por las probadas anomalías de la investigación.

“El Presidente se llevó el costo de este caso por la lenta actuación de las autoridades de justicia y por dar la impresión de que estuvo tratando de proteger implicados”, dijo Fernández Martínez.

En enero de 2015, el entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), el también priista Jesús Murillo Karam, anunció la llamada “verdad histórica” en la que supuestamente los normalistas fueron calcinados en el basurero municipal de Cocula y sus restos arrojados al río San Juan.

De inmediato los padres rechazaron la versión, y más tarde la llegada del Grupo Internacional de Expertos Independientes desnudaría, con base a un peritaje, la imposibilidad de la versión, además de diversas anomalías en la investigación como supuesta siembra de evidencia y el sometimiento a tortura a los acusados, lo que renovó el escándalo internacional y también la tensión del Gobierno de México con organismos internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

“EL NUEVO PRI”

La llamada “nueva generación” del “nuevo” Partido Revolucionario Institucional (PRI), como la nombró el propio Peña Nieto, terminó en una ola de escándalos, acusaciones judiciales y búsquedas –incluso con apoyo de la Interpol– de ex funcionarios que aún están en proceso.

Javier Duarte de Ochoa, ex Gobernador priista de Veracruz, está hoy preso en México, acusado de los delitos de delincuencia organizada, manejo de recursos de procedencia ilícita y desvío de dinero público.

En un caso similar está Roberto Borge Angulo, ex Gobernador priista de Quintana Roo, quien fue arrestado en Panamá y quien aguarda por su extradición a México, para ser procesado por cargo similares a los de su correligionario veracruzano.

Además, César Duarte Jáquez, ex Gobernador priista de Chihuahua, es buscado en México y el mundo, luego de que la Procuraduría General de República (PGR) solicitó a la Secretaría General de Interpol, con sede en Lyon, Francia, actualizar la Notificación Roja de este ex mandatario, ante la presunta comisión de delitos electorales con dinero público y a favor de su partido: el PRI.

En Chihuahua, además, el Gobierno del panista Javier Corral Jurado, actual mandatario de la entidad, tiene abierta una investigación contra Duarte Jáquez por desvío de recursos públicos y otros delitos.

Las detenciones de estos personajes, sin embargo, no resuelven la imagen de impunidad del Gobierno peñanietista, comentó Pablo Javier Becerra Chávez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“De repente aparecieron Javier Duarte y Roberto Borge encarcelados, y mucha gente dice que en el corto plazo ha sido una especie de estrategia para regresarle algo de credibilidad al PRI. Pero ha tenido como resultado que la mayoría de la gente vea a la corrupción como el problema más grave que enfrenta en este momento el país”, destacó Becerra.

EL EFECTO TRUMP

En junio de 2015, Donald Trump dio su primer paso como precandidato republicano a la Casa Blanca y desde entonces México se convirtió en blanco de sus discursos incendiarios.

La construcción de un muro en la frontera y el endurecimiento de las medidas migratorias incluyeron denostaciones contra los mexicanos que el Gobierno federal no contestó de manera oportuna ni con la suficiente fuerza, de acuerdo con los comentaristas.

“El Presidente empezó a responder a los ataques hasta a mediados de 2016. Y luego se dio el encuentro con Trump en Los Pinos, donde el aún candidato a la Presidencia de EU tomó la batuta de la reunión y se vio a Peña Nieto –el sí Presidente de una Nación– como un personaje muy débil y sin posibilidad de reacción”, dijo Sergio Aguayo Quezada, profesor e investigador del Colegio de México (Colmex).

“Se ha ido construyendo una imagen acorde con la realidad. Tenemos un Presidente mediocre que tolera la corrupción en su círculo cercano, profundamente ineficiente, sin proyecto de país, y que encima se deja agraviar por Trump, quien hoy es ya el poderoso Presidente de EU”, agregó Aguayo.

LA DEBACLE ECONÓMICA

El Presidente no logró el resultado esperado con las reformas económicas. Foto. Cuartoscuro

En campaña el Presidente Enrique Peña Nieto dijo que la economía crecería hasta 6 por ciento. Sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB)no despegó y 2016 cerró con un crecimiento del 2.3 por ciento.

En mayo pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) planteó que México es uno de los países en los que la riqueza está peor distribuida pues de todos los activos financieros en México el 80 por ciento es propiedad de sólo el 10 por ciento de las familias del país, de las cuales, un 1 por ciento acaparan más de un tercero.

Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también expresaron que en cualquier país se deben resolver primero los problemas internos para tener una política exterior efectiva y enfrentar así las amenazas que vienen de fuera, como ahora ocurre en México.

Luis Alberto de la Garza, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, sostuvo que actualmente están en peligro 40 millones de mexicanos en extrema pobreza, y no es el Presidente Donald Trump quien los puso en la miseria.

“Hemos sido nosotros mismos. No fue él quien estableció los salarios mínimos, ni es el causante de la corrupción, sino el Gobierno mexicano”, expresó el experto sin dejar de reconocer que Trump ha afectado con sus ofensas a México.

“Los números señalan que las perspectivas de la gente son críticas y se reflejan en los niveles de confianza del consumidor, como en las perspectivas de evaluación del pasado, como del futuro, de la situación económica personal. En ambas situaciones han ido empeorando las percepciones de la gente y, por lo tanto, la crítica al partido del Gobierno federal y su titular, en este caso Peña Nieto”, sostuvo Marco Antonio Fernández.

La aprobación de las 13 reformas económicas estructurales no bastó para que el país acelerará su crecimiento. Sin embargo, el hecho de que se reforzaran con la promesa de que sí lograrían este auge económico tuvo efecto “boomerang” en la confianza sobre el Gobierno federal, dijo Arellano Toledo, particularmente cuando se disparó el tipo de cambio.

“Las mayoría de las reformas no han tenido beneficios de corto plazo. Apenas se están normalizando los flujos de intereses. Yo creo que el Presidente falló en su primer objetivo que era ‘Mover a México’”, concluyó Arellano.

El gasolinazo, un peso aporreado y la debilidad ante Trump hunden a Peña en todas las encuestas

martes, febrero 21st, 2017

Las encuestas sobre la aprobación a la gestión del Presidente Enrique Peña Nieto retratan el declive de la popularidad del Presidente. El año 2017 inició cuesta arriba para el Ejecutivo. Por un lado, el “gasolinazo”, una medida que elevó hasta en un 20 por ciento los precios del combustible, impactó los bolsillos de la población. Por el otro, las críticas por la débil respuesta de su Gobierno a las hostilidades del nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Las encuestas que respaldaron al priista en 2012, ahora lo colocan como el mandatario con los niveles más bajos de aceptación en la historia de estas mediciones. Aunque Peña haga oídos sordos, especialistas detallan las implicaciones de la desaprobada imagen presidencial.

De acuerdo con diversas encuestas los niveles de aprobación del Presidente son los más bajos de un mandatario desde el inicio de estas mediciones. Foto: Presidencia, Cuartoscuro

Ciudad de México, 21 de febrero (SinEmbargo).- Ante los bajos indicadores de aprobación de su gestión, el Presidente Enrique Peña Nieto pareciera justificarse con asuntos fuera de la política nacional. En una reunión con periodistas ayer lunes dijo que no arriesgará el futuro económico del país, “con todo y los costos políticos que eso pueda tener”.  El Jefe del Ejecutivo sabe lo que dicen las encuestas, que ahora no le favorecen, y especialistas políticos enlistan las causas de su poca popularidad.

En términos generales, hace cuatro años las encuestas daban un espaldarazo al Presidente Peña Nieto al reflejar aceptables niveles de aprobación. En ese entonces, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresaba al poder con la promesa de mejorar la economía nacional a través de la implementación de las reformas estructurales. Pero hoy la economía sigue sin despegar.

El 19 de febrero, el diario El Economista publicó los más recientes resultados de aprobación de Peña Nieto de la encuestadora Consulta Mitofsky. El sondeo refirió que sólo el 17 por ciento de la población aprueba al mandatario; en tanto que el 77 por ciento está en desacuerdo.

“Los segmentos donde el presidente Peña Nieto alcanza mayor aprobación son las zonas rurales, quienes cuentan con educación menor o igual a primaria y los mayores de 50 años. Y en donde es peor evaluado es en el grupo más escolarizado, más rico y en el centro del país”, expuso la conclusión de la encuesta hecha a 3 mil personas en los meses de diciembre a febrero.

Estos resultados son más conservadores que los expuestos por otras casas de encuestas. Grupo Reforma publicó el 21 de enero que sólo el 12 por ciento de la ciudadanía aprueba al Presidente, mientras el 86 por ciento no.

¿Qué hundió la imagen Presidencial? De forma reciente, este año, las medidas contra los bolsillos de la ciudadanía tuvieron un impacto negativo en la aprobación de la gestión presidencial, refirió Nicolás Loza Otero, analista político de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

“El gasolinazo y la devaluación del peso fueron factores decisivos. Porque sabemos que son dos precios en los que la gente pone mucha atención y son muy relevantes para juzgar a la figura presidencial”, dijo el profesor.

El aumento hasta en un 20 por ciento en los precios de la gasolina derivó en una serie de marchas protagonizadas por ciudadanos y los sectores de trabajadores organizados.

Por otra parte, el 20 de enero el Presidente Donald Trump arribó a la Casa Blanca. El discurso hostil hacia México que manejó durante su campaña como candidato del partido Republicano se mantuvo una vez llegado a la Oficina Oval. Pero las respuestas del Presidente Peña Nieto no igualaron el tono. Y algunos lo acusaron de no defender los intereses del país.

El Presidente Trump ha continuado las deportaciones de mexicanos. Cada semana 405 personas llegan al país en tres vuelos. Y el magnate de Nueva York apuesta por un plan que refuerce las acciones antimigratorias. Además persiste en que sea México el que pague un muro entre la frontera de 3 mil 100 kilómetros que separa ambos países. Pero del lado mexicano, la Presidencia ha preferido la mesura. Y en ocasiones, el silencio.

“Sin duda jugó en contra de la imagen del Presidente [Peña Nieto]. El Presidente Trump ha sido bastante explícito en términos de muchos epítetos a los mexicanos. Y en ese sentido al Presidente Peña se le ha juzgado en términos de muy poca fuerza, estrategia, diplomacia y muy poco orgullo a la embestida”, dijo Manuel González Navarro, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, especialista en imagen política.

Pese a los agravantes de 2017,  analistas apuntaron que la desaprobación de Peña Nieto ha sido gradual. En 2013 las encuestas lo ponían como un líder con aprobación.

Gea- Isa, una encuestadora que dio buenas calificaciones al Presidente, evaluó en el primer trimestre de 2013 que el mandatario contaba con el 55 por ciento de aprobación y un 33 por ciento de desaprobación. Una situación que cambió de forma radical. La misma casa de encuestas apuntó, en el cuatro trimestre de 2016, que su desaprobación alcanzó el 65 por ciento y su aprobación el 33 por ciento.

“Me parece que ante la opinión pública el inicio de su debacle en popularidad empezó con el escándalo de la Casa Blanca [reportaje periodístico del 9 de noviembre del 2014]. A través de un manejo desidioso, poco inteligente de la cuestión y luego se sucedieron muchos acontecimientos en donde jamás hubo un manejo diferente o mejor. El tema de la corrupción ha sido decisivo”, dijo Nicolás Loza Otero.

El mes pasado, México cayó 28 escaños en el Índice de Percepción de la Corrupción en el sector público, que realiza la organización Transparencia Internacional. El país sacó una nota de 30 de 100 puntos. Una escala donde los evaluados con puntajes más cercanos a cero son los que han registrado mayor percepción de corrupción.

La pobreza también tiene al país en la zozobra, apuntaron académicos. El informe más reciente de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) refiere que en el país hay 55.3 millones de personas que viven en pobreza.

Peña Nieto encabezó el Pacto por México, una alianza interpartidaria con los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolución Democrática (PRD), que le sirvió para impulsar 13 reformas estructurales en el Congreso de la República.

“Las reformas estructurales no han cuajado. Se sobrevendieron como un relanzamiento de México, su unidad y el pacto por México. Y lo cierto es que descuidaron la redacción de las reglas de operación. Descuidaron el aterrizaje de estas reformas. Y desalinearon los intereses de distintos grupos”, dijo Marco Arellano Toledo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En una reciente conferencia de prensa, el Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY) apuntó que en México 70 de cada 100 personas que nacieron en condiciones de pobreza, seguirán siéndolo 30 años después.

“La baja popularidad tiene que ver con un Gobierno que no se dedicó a resolver los problemas de pobreza y desigualdad que tienen en el país. Perdieron toda brújula sobre el desarrollo social del país. De tal manera que en los últimos 20 ó 30 discursos del Presidente Peña Nieto no se habla de desigualdad. Ni de pobreza. Y pareciera que este problema no existe”, dijo Toledo.

ELECCIONES CON BAJA POPULARIDAD

Enrique Peña Nieto, presidente de la República, y Luis Videgaray Caso, Secretario de Relaciones Exteriores. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

La situación del Presidente podría comprometer las aspiraciones del PRI de cara a las elecciones de junio de este año en el Estado de México, Nayarit y Coahuila; y las presidenciales que se realizarán en 2018.

“Se trata de una medida que es decisiva en las intenciones de voto del Partido. Y eso no es la por la coyuntura actual sino siempre ha sido así. Es decir, se sabe muy bien, no sólo en México, que el motor del partido es la aprobación a la gestión del Presidente”, dijo Loza.

Las elecciones en el Edomex, uno de los bastiones políticos del Tricolor, darán la pauta para pensar en 2018. Arellano sostuvo que la baja aprobación del Presidente podría dividir su partido, pero no necesariamente mermar las aspiraciones del PRI.

“Creo que el Edomex va marcar un referente. Si pierde el PRI, y sí que hay probabilidades, entonces la coalición de los históricos encabezada por Manlio Fabio, Beatríz Paredes, empezarán a desmarcarse del Presidente Peña para construir una candidatura paralela a la que tenía el Presidente y su grupo compacto”, dijo Arellano.

A cuatro años de haber tomado el cargo, el último intento del Presidente Enrique Peña Nieto será delegar al próximo candidato del PRI, agregó el profesor de ciencias políticas. Una batalla interna que se hará más palpable en junio.