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Ciclo lunar y biología: ¿Cómo incide la luna llena en el comportamiento humano?

miércoles, noviembre 24th, 2021

La luna, ese espectáculo luminoso que puede quitar el sueño con su sola belleza y que ha sido fuente de inspiración para artistas ha incidido en la cultura a lo largo del tiempo, pero ¿también puede incidir en nuestra biología? ¿es verdad que la luna llena puede afectar el ciclo del sueño o alterar nuestro estado de ánimo? Una investigadora habla al respecto.

Por María Ángeles Bonmatí Carrión
Investigadora postdoctoral CIBERFES y profesora asociada UMU, Universidad de Murcia

Madrid, 24 de noviembre (The Conversation).- La luna ha sido desde siempre fuente de inspiración de leyendas populares. En nuestro acervo encontramos algunas muy sofisticadas, como la de los hombres que se transforman en lobo cuando hay luna llena, y otras menos fantasiosas, como las relacionadas con la fertilidad.

El hecho de que el ciclo lunar dure casi lo mismo que el menstrual ha llevado a los sesgos de confirmación a hacer el resto. Sin embargo, a día de hoy parece que no hay relación entre determinada fase lunar y una mayor frecuencia de partos o embarazos.

La creencia de que la luna llena puede perturbar el comportamiento humano también está profundamente arraigada en la cultura, el lenguaje y la sabiduría popular. No en vano, el Diccionario de la Lengua Española recoge el término “lunático/a” y lo define como “que padece locura, no continua, sino por intervalos”. Sin embargo, a pesar de que a lo largo de la historia se ha culpado a la luna llena del agravamiento de distintos trastornos psiquiátricos, lo cierto es que la mayor parte de las evidencias apuntan, a día de hoy, a que la luna es inocente.

Algunos autores consideran, sin embargo, que la contaminación lumínica actual podría enmascarar la luz reflejada por la luna llena, impidiendo detectar sus efectos en nuestros días (con alguna excepción). No descartan que en siglos anteriores, sin luz eléctrica, esa luz natural nocturna pudiera alterar los ánimos de algún modo.

La creencia de que la luna llena puede perturbar el comportamiento humano también está profundamente arraigada en la cultura, el lenguaje y la sabiduría popular. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro

De hecho, un trabajo reciente ha mostrado cierta sincronía entre las variaciones del estado de ánimo en pacientes con trastorno bipolar de ciclado rápido y los ciclos lunares. El autor de este estudio sugiere que una parte del sistema circadiano (el reloj interno) de los pacientes estaría sincronizada a días lunares (de 24.8 horas), mientras que otros componentes del reloj permanecerían sincronizados a días solares de 24 horas.

La desincronización entre ritmos biológicos, entre los que se encuentra el sueño, podría estar detrás del paso del estado depresivo al maníaco en estos pacientes.

¿CÓMO DORMIMOS CON LUNA LLENA?

Aunque sigue habiendo controversia en este asunto, lo cierto es que se han publicado algunos trabajos en los que se ha observado que la latencia de sueño, es decir, el tiempo que tardamos en dormirnos, aumenta en los días previos a la luna llena. Además, el sueño profundo, el de ondas lentas, se podría ver reducido en esos días.

Ya en 2013, un trabajo publicado en Current Biology y liderado por Christian Cajochen apuntaba al efecto de las fases lunares sobre aspectos del sueño evaluados mediante electroencefalografía. Los voluntarios durmieron 20 minutos menos en promedio y tuvieron un 30 por ciento menos de sueño profundo en días previos a la luna llena.

Los investigadores resaltaban, además, un aspecto importante del estudio: su carácter retrospectivo. Ninguna persona de las implicadas en el proceso de toma de datos fue consciente de que se trataba de evaluar el posible efecto de las fases lunares. Evaluaron el sueño con un objetivo totalmente distinto, y se les ocurrió analizar este factor años más tarde, tomando una copa en una noche de luna llena. Eso eliminaba de un plumazo cualquier sesgo, y también el posible efecto placebo/nocebo.

A principios de este año, un equipo de investigadores entre los que se encuentran Leandro Casiraghi y Horacio de la Iglesia ha publicado un trabajo en Science Advances que confirma estos resultados. En este caso, lo hicieron mediante la monitorización ambulatoria (con un dispositivo de pulsera) de tribus indígenas argentinas (con y sin acceso a luz eléctrica), y de una población estadounidense altamente industrializada. En las tres situaciones, los resultados fueron similares: la luna llena retrasó la hora de dormir y acortó la duración del sueño.

Aunque sigue habiendo controversia en este asunto, lo cierto es que se han publicado algunos trabajos en los que se ha observado que la latencia de sueño, es decir, el tiempo que tardamos en dormirnos, aumenta en los días previos a la luna llena. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

¿ES LA LUZ LA CULPABLE?

¿Pero qué aspecto de la luna llena hace que (supuestamente) durmamos menos? Está claro que en las noches de luna llena hay más luz, sobre todo si no la enmascaramos con la luz eléctrica. Sin embargo, en ambos estudios el efecto de la luz que refleja la luna quedó descartado.

En el primer caso, porque el sueño de los voluntarios se registró en condiciones controladas de laboratorio (sin recibir la luz proveniente del exterior). En el segundo, porque tanto la tribu sin acceso a luz eléctrica (con menos contaminación lumínica y mayor potencial influencia de la luz de la luna) como la tribu con acceso a luz eléctrica y la población industrializada mostraron efectos similares.

No está claro si se trata de un ritmo endógeno que mantenemos o si nuestro organismo es sensible al efecto de la gravedad ejercida por la luna en sus distintas fases. Si fuera lo segundo, Casiraghi y sus colaboradores explican que, aunque la fuerza gravitacional sería la misma en luna llena y luna nueva, cada una ocurre a horas distintas.

Así, es la luna llena la única que ejercería este efecto durante la noche, cuando dormimos. Otros autores, sin embargo, descartan que la fuerza gravitacional de la luna pueda tener algún efecto en masas tan pequeñas como nuestro organismo.

En cualquier caso, el posible efecto estimulante de la luna llena sería fruto de la ventaja adaptativa que suponía estar más activos esas noches en las que había más luz natural para ver a nuestro alrededor.

Es la luna llena la única que ejercería este efecto durante la noche, cuando dormimos. Foto: Margarito Pérez, Cuartoscuro

Como todo lo que rodea a la luna, su efecto sobre el sueño es también un asunto misterioso… de momento. Poco a poco la ciencia continuará abriéndose paso.

Hasta entonces, si se sienten raros en noches de luna llena, no teman: quizá simplemente les cueste un poco más conciliar el sueño.

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Diez objetos que deben desaparecer de tu habitación para poder dormir bien

jueves, diciembre 13th, 2018

Si quieres mejorar tu higiene y descanso a la hora de dormir, deberías checar la lista de cosas que no puedes tener en tu habitación.

Por Andrea Núñez-Torrón Stock

Ciudad de México, 13 de diciembre (TICbeat/SinEmbargo).- En muchas ocasiones hemos tratado un tema tan prioritario para la salud como el del sueño, cuya carencia, exceso o irregularidad desata nefastas consecuencias para el organismo, estando relacionado con problemas cardiovasculares, Alzheimer y trastornos metabólicos.

Además de cenar ligero y optar por alimentos suaves, adoptar la postura correcta o seguir la misma rutina horaria para que tu cuerpo regule sus propios ritmos circadianos, es fundamental acondicionar el espacio para que este sea propicio para un sueño óptimo.

Es fundamental descansar a oscuras –para que la melatonina haga su trabajo– en un espacio seco, tranquilo, cómodo, silencioso y carente de distracciones. Para echarte un cable, repasamos diez cosas que deberían desaparecer de tu dormitorio, al menos a la hora de dormir.

10 COSAS QUE DEBEN DESAPARECER DE TU DORMITORIO

· Tu smartphone y otros dispositivos electrónicos: La luz de la pantalla de móviles, tabletas y ordenadores empeora la calidad de tu sueño según diversos estudios científicos, ya que propicia que generes menor cantidad de melatonina. Si el hardware genera patrones deficientes de sueño, las redes sociales, aplicaciones de mensajería y notificaciones también pueden disparar tu estrés, aumentar el cortisol y descender la segregación de serotonina.

· Televisión: Según recomiendan desde sleep.org, lo mejor es disfrutar de ella en el salón y eliminarla del dormitorio, ya que además de emitir la luz azul, responsable de la interrupción del ciclo de sueño, es una infinita fuente de distracciones para conciliar el sueño, restando horas de descanso de calidad y fomentando más el insomnio.

· Comida: Además de que es poco higiénico -pueden quedar migas y molestos restos entre las sábanas-, tener comida para picar cerca puede potenciar tu ansiedad por la comida, predisponerte a comer en exceso o empeorar tu rutina de alimentación, además de estimular a tu cerebro en un momento en el que debe prepararse para el descanso.

· Escritorio freelance: Si trabajas desde casa, el acondicionamiento de un espacio para las exigencias de tu actividad profesional es indispensable. Todos los expertos coinciden en señalar la importancia de separar la vida personal y la laboral, por lo que no deberías trabajar donde duermes. De esta manera podrías empeorar con creces tu productividad y tu concentración.

· Mascotas, con excepciones: Las mascotas pueden traer gérmenes, pulgas o incluso líos si aún no están adaptadas a la casa, de acuerdo con Everyday Health. Sin embargo si la higiene de tu perro o gato es óptima y le realizas chequeos veterinarios frecuentes, no existen riesgos. Eso sí, si se mueve mucho puede despertarte e interrumpir tus ciclos de sueño. Una buena alternativa es preparar su propia cama dentro de la habitación, donde tu peludo amigo dormirá cerca de ti sin invadir tu espacio.

· Desorden: Psychology Today advierte que un entorno desordenado puede tener importantes efectos negativos en su bienestar mental y físico. Tu habitación debe ser el lugar más libre de estrés de la casa además de los evidentes motivos higiénicos, puesto que si todo está lleno de polvo, empeorarán problemas como el asma o la alergia.

· Colchones y almohadas viejos o de baja calidad: Al igual que para trabajar es clave disponer de mobiliario ergonómico, invertir en un colchón de calidad en lugar de esperara que los muelles se incrusten en tu espalda es una apuesta de futuro. Desde la división del sueño de la Facultad de Medicina de Harvard recomiendan que lo reemplaces cada diez años. Tu almohada también debe adaptarse a su estilo y postura para dormir.

· Colores demasiado brillantes: Los colores, al igual que la temperatura o el sonido, tienen efecto sobre tu organismo. Una encuesta británica descubrió que los tonos azul, amarillo, plateado, verde e incluso naranja eran los más propicios para el descanso y la relajación, mientras que los morados, marrones y grises en las habitaciones eran los peores. Apuesta por los colores apagados, y te sentirás más tranquilo y relajado a diario.

· Temperaturas extremas: Recuerda que tu cuerpo disminuye su temperatura para prepararse para dormir, y una habitación demasiado caliente puede obstaculizar el proceso, pero estar demasiado frío también puede ser incómodo y molesto. La temperatura ideal es entre 15 y 19 grados centígrados, de acuerdo con sleep.org. Puede variar según las preferencias personales, época del año o aclimatación y aislamiento de tu hogar, además de, por supuesto, la ubicación geográfica.

· Carencia de cortinas, estores o persianas: Estos elementos son indispensables para obtener un sueño de buena calidad, especialmente si eres un ave nocturna o sueles levantarte después de que salga el sol. Si puedes seguir los efectos de la luz natural, mucho mejor.

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