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¿Por qué Halloween no da miedo, pero la muerte sí? La ciencia responde

domingo, octubre 31st, 2021

Hace años que el día de difuntos, originalmente concebido para honrar a los muertos, se convirtió en “Halloween”. Y desapareció de un plumazo la palabra muerte.

Por Elena Fernández Martínez, especialista en salud mental; Ana Isabel López-Alonso, especialista en cuidados paliativos; y Cristina Liebana-Presa, profesora de enfermería y fisioterapia.

Ciudad de México, 31 de octubre (TheConversation).- Halloween se ha consolidado como un día para salir a la calle a festejar. En familia, sólo hablamos del disfraz que compraremos a los niños y niñas y de las actividades en las que les incluiremos. Entre tanto, los jóvenes debaten dónde y cuándo se organiza la fiesta más interesante o con más glamour. Los adultos llevamos flores a los cementerios y en algunos casos rezamos una oración.

¿Por qué perdemos la oportunidad de hablar con niños y jóvenes de la vida física y su final, de la vida biográfica y el sentido de trascendencia, con naturalidad?

MIEDO INOCULADO EN VIÑETAS

Todos hemos visto esas viñetas: mujer cadavérica con manos huesudas y uñas largas, sujetando una guadaña en actitud de espera, para segar la vida de la persona que va a morir. No nos resulta fácil confiar en el proceso de muerte si nos llevan a la fuerza y, además, lo hace una señora con cara desagradable y tenebrosa.

Sólo pensar en esta imagen (y la imaginación es muy creativa cuando se trata de acrecentar el miedo) hace que nos recorra un escalofrío columna arriba que nos incomoda. Esto bloquea cualquier intento de hablar del morir de forma sosegada y tranquila. Incluso hace que nos alejemos de la atención a los moribundos (no se nos vaya a pegar).

Contrasta con la confianza, la principal actitud que deberían desarrollar tanto el muriente como quien le acompaña. Confianza en la vida y en el proceso del morir físico: lo más natural del mundo.

La catrina nos hace relacionar la muerte con la imagen. Foto: Cuartoscuro

LAS PALABRAS QUE UTILIZAMOS AL HABLAR DE LA MUERTE SON ATERRADORAS

Si bien las palabras muerte y morir forman parte de nuestro vocabulario, lo hacen de forma inconsciente y superficial: “morir de risa, de amor, de vergüenza o de miedo”, “antes muerta que sencilla”, “estoy de muerte”, etc.

Hablar del morir y de la trascendencia del final de la vida física y biográfica suele ser tabú. El tema “no se toca”. Y cuando se hace, es desde el drama de la presunta pérdida de la persona, del miedo a lo desconocido.

De nuevo aparecen en nuestro pensamiento imágenes que nos llenan de tristeza, ansiedad, angustia y sufrimiento. Evitando poder hablar serenamente de lo que es importante para uno en el final de vida, nos impiden compartir con familia o amigos cuáles serían nuestras preferencias si llegara el caso. Por ejemplo, decidir si queremos morir en casa o en hospital, estar conscientes o que nos seden, no tener dolor y estar tranquilos, propiciar las despedidas, o que no se alargue la vida innecesariamente, etc.

¿Por qué continúa siendo un tabú, una conversación de mal gusto, un motivo para decir “déjate de tonterías, a ver si la vas a atraer”? O “bueno, yo soy joven, aún queda mucho, tendré tiempo para mirar a los ojos a la parca cuando me toque”.

Lo que es más importante aún, ¿si no podemos hablar de la muerte con nuestros iguales ni con nuestros familiares, a quién acudimos? Pues lo ideal sería que, junto con nuestros profesionales de atención primaria de salud, fuéramos diseñando la planificación compartida de la atención.

Hablar de la muerte nos provoca tristeza, ansiedad, angustia y sufrimiento. Foto:

ACOMPAÑAR CON SERENIDAD

Aunque la sociedad presupone que los profesionales de la salud deben estar preparados para abordar el final de vida, lejos está de la realidad. Hijos de nuestra cultura, padecemos los mismos miedos, negaciones y reticencias ante este proceso. Sólo unos pocos, muy bien formados y experimentados en cuidados paliativos, nos muestran una luz en este quehacer profesional.

Estos profesionales nos anuncian que sí se puede acompañar con serenidad, hablar con franqueza y compasión, y sobre todo disminuir nuestros miedos. Es decir, convertir el proceso del morir físico, y acompañar, en un suceso natural satisfactorio, e incluso agradable, tanto para quien muere como para quien le acompaña.

Sin embargo, aún hoy vemos la torpeza de muchos profesionales cuando tratan de acompañar y comunicarse con las personas en el final de la vida (y con sus familias). En su corazón siguen considerando la muerte como un “fracaso”, y, como dice el psicólogo clínico Fidel Delgado, “el mensajero es el mensaje”, inevitablemente.

De ahí la importancia de una adecuada formación e inmersión en el concepto de naturalidad del morir ya desde pregrado.

Tanto las personas como el personal médico suelen considerar la muerte como un “fracaso”. Foto: Cuartoscuro

Los estudiantes de enfermería acceden a la disciplina a los 18 años. La mayoría de ellos no han tenido contacto con la muerte ni a nivel social ni personal. Su primer contacto suele ser sus primeras prácticas clínicas. La mayoría de ellos forman parte de familias donde, tanto los padres como los abuelos, son jóvenes. Los hay que incluso tienen bisabuelos vivos.

Eso, unido al ocultamiento natural que hace la sociedad occidental, el no compartirlo, o alejar a los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, de los espacios donde se visibilizan las personas fallecidas, hace que se retrase la reflexión sobre la finitud de la vida.

Nos dicen que, en sus grupos de iguales, se considera de mal gusto hablar sobre la muerte. Sin embargo, disfrutan juntos la noche de difuntos entre “truco o trato”, zombis, fantasmas, disfraces, bailes y fiesta.

Un estudio reciente demuestra que los estudiantes de enfermería tienen altos niveles de miedo a la muerte durante la carrera. Y remarcan la importancia de incluir en la formación programas que faciliten el manejo de esta emoción.

La reflexión sobre la finitud de la vida debe abordarse en familia como algo natural. Foto: Cuartoscuro

UN MURO DE SILENCIO INNECESARIO ALREDEDOR DE LA MUERTE

Al final, la actitud ante el morir es responsabilidad de todos y todas. Es la sociedad al completo la que contribuye a construir un muro de silencio cada vez más alto y ancho alrededor de la muerte. Haciéndolo infranqueable incluso en las ocasiones en las que es evidente.

“No puede ser” es lo primero que decimos y nos repetimos una y otra vez. Ni siquiera el hecho objetivo de que la muerte es inminente es suficiente para abrirnos los ojos a una realidad que seguimos negando. La propuesta es reconocer esta fase, “la negación” (primera fase del duelo, según Kübler-Ross), como el primer mecanismo de defensa psicológica. Que nos prepara para una aceptación futura y un duelo sereno.

Quizás, el reto profesional y social esté en que desde la conciencia, la formación y la experiencia podamos ser agentes de cambio entre los más cercanos, transformando la ignorancia en luz, el rechazo en aceptación, el tabú en naturalidad y la clandestinidad en visibilidad.

Facilitar los espacios de reflexión y ventilación de emociones es uno de los objetivos más importantes de las universidades donde se forman los futuros profesionales de la salud.

Los especialistas y familiares deben crear espacios de reflexión para hablar sobre el ciclo de la vida. Foto: Cuartoscuro

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“Hoy no hay servicios por COVID”. Panteones mexicanos ven luz

sábado, mayo 22nd, 2021

México acumula más de 220 mil muertes por la COVID-19, aunque en las últimas semanas el número de contagios y decesos ha disminuido. Prueba de ello es la baja de cremaciones en cementerios del país.

Por Eduard Ribas i Admetlla

Nezahualcóyotl (México), 22 may (EFE).- Las muertes diarias de COVID en México han bajado hasta cifras que no se veían desde hacía más de un año, dejando atrás las escenas críticas que dejó la pandemia en los cementerios del país, donde enterradores y cremadores desean que nunca más se repita algo igual.

“Me da gusto que ahorita ha bajado esta situación y esperemos poder llevar una vida normal como la que llevábamos antes”, dijo a Efe Juan Carlos Cruz, encargado de los hornos crematorios del Panteón de Nezahualcóyotl, en el área metropolitana de la Ciudad de México, la zona más afectada por la pandemia.

BAJAN MUERTES Y CONTAGIOS

El coronavirus no ha sido nada indulgente con México, que durante meses fue el tercer país del mundo con más decesos, por detrás de Estados Unidos y Brasil, hasta que fue desbancado recientemente por la India.

Tras un primer pico en junio del año pasado y otro en enero, el país acumula casi 2.4 millones de contagios y más de 220 mil muertes, aunque las autoridades calculan que el número real de fallecidos superaría los 340 mil.

Cremadores del Panteón Municipal Nezahualcóyotl. Foto: José Méndez, EFE.

Pero el país ya comienza a ver la luz al final del túnel, luego de que las muertes diarias de esta semana oscilaran entre las 253 y las 53, la menor cifra desde abril de 2020, cuando apenas comenzaba la pandemia.

“Hoy tenemos cinco servicios y de estos cinco ninguno ha sido de COVID, el día de ayer sí tuvimos tres o cuatro”, contó Juan Carlos, enfundado en un mandil ignífugo frente a uno de los dos hornos que tiene el cementerio de Nezahualcóyotl.

Este cremador, que luce un rostro más relajado que cuando fue entrevistado por Efe hace un año, aseguró que la situación “ha variado muchísimo”.

“Gracias a Dios ya está bajando un poco todo esto de la pandemia. Tenemos un poco menos de trabajo. Aquí seguimos pero con todo esto de las vacunas y los cuidados ya ha bajado”, explicó.

UN RECUERDO AMARGO

El cementerio de la populosa ciudad de Nezahualcóyotl, igual que los panteones de la vecina Ciudad de México, sigue cerrado al público y solo se permiten accesos para entierros o para visitas con cita previa.

El silencio sepulcral del lugar se interrumpe en muy contadas ocasiones por las trompetas de la banda musical que ameniza los funerales.

Poco que ver con el ir y venir de carrozas funerarias del año pasado, cuando había un servicio cada 30 minutos.

“Ahorita está todo tranquilo porque vienen espaciados, ya no vienen tan continuos. Antes era cada media hora”, recordó para Efe María Teresa Álvarez, directora del panteón, que puso en marcha las incineraciones al comienzo de la pandemia.

En los momentos más duros recibían 15 cuerpos al día para incinerar en sus dos hornos, sin contar las inhumaciones, mientras que ahora como mucho hay siete, la mayoría de muerte natural.

“En este mes de mayo han disminuido en gran cantidad el número de inhumaciones e incineraciones”, comentó la directora.

“Me da gusto que ahorita ha bajado esta situación y esperemos poder llevar una vida normal como la que llevábamos antes”, dijo Juan Carlos Cruz, encargado de los hornos crematorios. Foto: José Méndez, EFE.

La situación puso entre las cuerdas a muchos panteones, como el de Valle de Chalco, también en el área metropolitana de la capital, donde las autoridades compraron un terreno adyacente porque se quedaron sin espacio para enterrar.

En el de Nezahualcóyotl hacían falta más manos pero pocos aguantaron el ritmo, y ahora solo quedan Daniel y Antonio ayudando a Juan Carlos a poner los cuerpos en los hornos, que llegan a los mil grados.

“Es un trabajo muy difícil para mucha gente ya que no todos tienen el valor de manejar un cuerpo muerto o descompuesto. Me trajeron mucha gente para que me ayudara pero no duraban”, comentó el cremador.

SIN BAJAR LA GUARDIA

Mientras otros países latinoamericanos atraviesan serios repuntes de la pandemia, México encadena cuatro meses de reducción de transmisión del virus y la capital se prepara para declarar el semáforo verde epidemiológico. Es decir, la fase de bajo riesgo de contagios y de mayor grado de apertura económica y social.

Las autoridades lo atribuyen al ritmo de vacunación en el país, donde se han aplicado 25,6 millones de vacunas de distintos laboratorios y 11,5 millones de los 126 millones de habitantes (alrededor del 10 %) han completado su esquema de vacunación.

“Es una combinación de factores que incluyen que mucha gente ya se debe haber contagiado, es inmune y no se contó porque no había pruebas”, dijo a Efe Malaquías López, experto en salud pública, quien ve “un peligro latente” de un rebrote.

Juan Carlos, que al principio de la pandemia tuvo “miedo” de contagiarse e infectar a su familia, algo que no ha pasado, teme ahora que haya un repunte tras las elecciones intermedias del 6 de junio.

“Con las votaciones que habrá en México sí está medio crítico porque la gente no se cuida. Ya están las vacunas y se confían mucho”, opinó este hombre acostumbrado a ver la muerte de cerca.

El mayor cementerio de América Latina, el de Sao Paulo, no puede con tantos fallecidos de COVID

viernes, marzo 12th, 2021

272 mil 889 personas en Brasil han sido contagiadas de COVID-19, lo que representa el 10 por ciento del total global, aunque la población brasileña apenas representa un 3 por ciento de toda la humanidad.

Por Carlos Meneses Sánchez

Sao Paulo, 12 marzo (EFE).- Brasil completa este viernes un año desde la primera muerte por COVID-19, con los hospitales públicos en un punto “muy crítico” y los cementerios con los sepultureros al límite de sus fuerzas en plena segunda ola.

En contra de la tendencia global de estabilización, Brasil presenta el peor escenario desde el inicio de la pandemia y actualmente es el lugar del planeta que más casos y fallecidos por coronavirus registra diariamente, por encima de Estados Unidos.

Los dos últimos días ha superado la marca de los 2 mil decesos diarios.

En un año, el virus ha segado la vida de 272 mil 889 personas en el país, el 10 por ciento del global, aunque la población brasileña apenas representa un 3 por ciento de toda la humanidad.

SIN DESCANSO EN EL MAYOR CEMENTERIO DE LATINOAMÉRICA

En Vila Formosa, el cementerio más grande de Latinoamérica, en Sao Paulo, la historia se repite: un entierro detrás de otro, como en la primera ola.

Los sepultureros están exhaustos, agotados. Su carga de trabajo se duplicó en 2020 y en 2021 no da señales de disminuir.

“Creíamos que se iba estabilizar este año pero hasta ahora no se ha normalizado”, afirma a Efe James Alan, de 35 años, coordinador en Vila Formosa.

A pala, están haciendo de 60 a 66 entierros al día, muchos de ellos por COVID o sospecha de COVID.

Este jueves, en apenas tres horas de la mañana, fueron una decena de sepulturas “D3”, como identifican los casos de posibles fallecidos asociados al Sars-CoV-2.

Vestidos con monos blancos de plástico, Pedro, de 55 años, y su equipo apenas tienen unos pocos segundos de descanso entre ataúd y ataúd. Es un esfuerzo descomunal. El sudor se escurre sobre sus rostros y empapa sus mascarillas, que gotean sin cesar.

“A veces tenemos que tomarnos un respiro”, dice uno de los enterradores que prefiere no revelar su nombre. “Está jodido”, añade otro después de dar sepultura a una mujer de 41 años presunta víctima de COVID.

Sobre la tierra rojiza en la que ahora reposa su cuerpo han colocado una rosa amarilla, otra roja, otra blanca y un girasol.

Pero no hay mucho tiempo para despedidas, ni largas reflexiones, enseguida lleva el siguiente féretro.

Es el del suegro de Elaine Nunes, fallecido también por COVID. Según relata Elaine, buena parte de su familia se ha contagiado con el virus: hijos, nietos, yernos…

Llena de impotencia, Elaine saca su celular y se pone a grabar un video para compartirlo en sus redes sociales, mientras los sepultureros cargan en el más absoluto silencio a su difunto suegro.

“¿Están viendo? Tumbas a mansalva y el pueblo no se lo cree. Miren al personal abriendo más tumbas, ¿están viendo? Ahora vayan a hacer aglomeraciones y fiestitas”, dice con ironía.

Los enterradores tampoco se han librado de la COVID. Alguno ya pasó “el bicho”, como así lo llaman, dos veces. Pedro se infectó una.

“No tengo tiempo para secuelas”, responde al ser preguntado sobre si aún siente cansancio o dolores de cabeza, mientras examina los papeles del siguiente fallecido.

Él y sus colegas ya han recibido al menos la primera dosis de la vacuna y esta semana, la segunda. Aunque contra el cansancio físico y psicológico no parece haber remedio, ni sosiego por el momento.

En abril del año pasado, la Alcaldía de Sao Paulo anunció la apertura de unas 8 mil nuevas tumbas en Vila Formosa y en menos de un año han ocupado todas ellas.

Alan asegura que solo tuvieron algo de tranquilidad durante 20 días entre octubre y noviembre, pero a partir de ahí volvió a incrementarse el ritmo de trabajo.

“Los años van pasando y nos vamos haciendo mayores. Nuestro cuerpo no va aguantar como el año pasado. Si esa pandemia no acaba, el año que viene estaremos peor y así sucesivamente”, vaticina.

LAS UCIS PARA COVID, EN ESTADO “MUY CRÍTICO”

Las unidades de cuidados intensivos siguen por encima del 80 por ciento de su capacidad en tres cuartas partes del país. Se estima que 40 mil personas están a la espera de una cama en la UCI.

“Las tasas de ocupación de ucis COVID-19 para adultos en el sistema público de salud se mantienen en un estado muy crítico”, alertan científicos de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación referencia en Latinoamérica, en su último boletín.

Detrás de este repunte se sospecha que está la circulación descontrolada de variantes del coronavirus asociadas a un mayor poder de infección, entre ellas una de origen brasileño (P.1).

Un ejemplo del rápido empeoramiento de la pandemia es el estado Sao Paulo, motor económico de Brasil y en números absolutos el más castigado por el coronavirus. El Gobierno regional se ha quedado sin colores para clasificar la gravedad de la situación.

De la “fase roja” ha tenido que crear y pasar a una “fase de emergencia” con restricciones aún más rígidas para evitar el colapso de la red pública.

En la calle la sensación es otra. Hay tránsito intenso y el transporte público va a rebosar en las horas punta, cuando faltan pocos días para que finalice el verano austral y comiencen a proliferar otros virus respiratorias.

Mientras, la vacunación marcha al ralentí, pues hasta la fecha solo un 5.8 por ciento de la población ha recibido la primera dosis, aunque el Gobierno de Jair Bolsonaro mantiene que los 212 millones de brasileños estarán inmunizados a finales de este año.

Un entierro tras otro, los 7 días, y ni así entienden que el virus es real, dicen sepultureros en CdMx

domingo, enero 24th, 2021

Los cementerios mexicanos, caracterizados por sus montones de coloridas tumbas entre las que las familias caminan para visitar a sus seres queridos, se están viendo más saturados que nunca y el número de trabajadores, lejos de ascender, desciende.

Por Inés Amarelo

México, 24 de enero (EFE).- La desatada pandemia de coronavirus, que suma cifras récord de muertos desde hace semanas, va a camino de sobrepasar la capacidad de los cementerios de Ciudad de México, donde los trabajadores trabajan siete días a la semana y los entierros se suceden uno tras otro, a veces con escasas medidas de seguridad.

“Nuestros panteones son pequeños y de promedio había 3, 4 o 5 entierros al día en total en los 11 panteones. Ahora hemos estado manejando de 10 a 15 al día”, explicó este domingo a Efe Daniel de la Cruz, jefe de panteones de la Alcaldía de Tláhuac, en el sureste de la capital, tras una semana récord de muertos y contagios en el país.

Los cementerios mexicanos, caracterizados por sus montones de coloridas tumbas entre las que las familias caminan para visitar a sus seres queridos, se están viendo más saturados que nunca y el número de trabajadores, lejos de ascender, desciende.

“Seguimos trabajando con las mismas personas, no mandaron más. Y obviamente hay restricciones porque algunos compañeros son de la tercera edad y hemos visto reducida la plantilla”, añadió De la Cruz.

Los panteones se saturan. Foto: Cuartoscuro.

Del mismo modo, las empresas funerarias vieron los servicios incrementados, todavía más que en los primeros meses de la pandemia.

La compañía Gayosso, líder en el sector, ha tenido un gran aumento en el número de servicios que realizan a diario pero también en la inversión.

“El primer gran pico vino en julio, posteriormente en agosto, octubre bajó pero en noviembre estaba casi como julio. Después en diciembre hubo un 75 por ciento más servicios que en julio y ahora en enero 40 por ciento arriba de diciembre”, dijo a Efe Alejandro Sosa, director de operaciones de grupo Gayosso.

UN MENSAJE QUE NO CALA

A pesar de los datos que no paran de subir, muchas familias, asegura De la Cruz, todavía no son capaces de aceptar las normas, y más en las zonas donde las costumbres están muy arraigadas y la muerte es un momento de unión familiar.

En el panteón de Tláhuac se abre el portón y entran, después del coche fúnebre, unas 40 personas acompañadas por varios músicos que le cantan al fallecido. No es una excepción.

“Desafortunadamente la gente no ha entendido el mensaje, siguen pensando que el virus no existe y el panteón no es la excepción. De acuerdo al protocolo son máximo 20 personas pero hay gente que no entiende y a la mala se meten al panteón”, explicó el funcionario.

A pesar de que hasta el momento ha tenido vario enfrentamientos, intenta llegar a un equilibrio entre seguir la normas y mantener a los vecinos tranquilos.

Algunos, por su propia iniciativa, acuden menos de cinco al entierro y comprenden la gravedad de la situación actual.

“Le dije a los familiares que no vinieran porque podríamos contagiarnos si alguno tenia COVID. Por eso solo por videollamada y a seguirnos cuidando porque no hay que bajar la guardia”, dijo a Efe una mujer cuya madre estaba siendo enterrada después de una complicación de su enfermedad respiratoria.

Por su parte, Sosa pidió a la ciudadanía que se siga cuidando ya que Gayosso, dijo, al contrario de los que muchos creen, está perdiendo dinero. “Somos los primeros que queremos que esto se acabe por negocio y por conciencia de lo que está pasando”, expuso.

Desde que empezó la pandemia la última semana de febrero de 2020, México acumula 1,7 millones de enfermos y roza los 150 mil decesos, cifras que se han disparado esta semana con unos 20 mil contagios y 2 mil muertos diarios, y que sitúan la vacuna como única esperanza en un país con una economía muy dañada.

La ocupación nacional de camas para intubación es del 54 por ciento y los estados con mayores índices son la Ciudad de México (87 por ciento), el Estado de México (82 por ciento) y Nuevo León (75 por ciento).

Cementerios de zonas metropolitanas de México tienen una disponibilidad del 16%: Inegi

miércoles, octubre 28th, 2020

En un comunicado, el organismo informó que durante el primer semestre de 2020 la cantidad de cadáveres inhumados aumentó un 20.2  por ciento con respecto al mismo periodo del año anteriores, mientras que los incinerados un 76.8 por ciento.

México, 28 octubre (EFE).- Los cementerios de las zonas metropolitanas de México cuentan con 6.1 millones de fosas y tumbas, de las cuales un 83.3 por ciento estaban ocupadas y un 16.7 por ciento disponibles en el primer semestre, cuando hubo una sustancial alza de cremaciones, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En un comunicado, el organismo informó que durante el primer semestre de 2020 la cantidad de cadáveres inhumados aumentó un 20.2  por ciento con respecto al mismo periodo del año anteriores, mientras que los incinerados un 76.8 por ciento.

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, que roza los 90 mil muertos y 900 mil enfermos oficiales, las autoridades sanitarias han recomendado incinerar a los fallecidos con coronavirus para evitar contagios.

De acuerdo con los resultados de la Recopilación de Información de los Cementerios Públicos en las Zonas Metropolitanas del país 2020, al cierre de junio se reportaron tres mil 954 panteones establecidos en los municipios que conformaron las zonas metropolitanas.

De estos, el 90.1  por ciento (tres mil 561) se encontraba en operación entre enero y junio de 2020.

De los tres mil 561 panteones que estaban operando entre enero y junio de 2020, el 52,8  por ciento lo hizo mediante el esquema de prestación indirecta en colaboración con la comunidad, mientras que el 39.5  por ciento (mil 406) de los panteones prestó el servicio de forma directa o indirecta a través de alguna institución de la administración pública.

Sobre el personal que trabaja en cementerios administrados por el sector público, a nivel nacional se reportaron cinco mil 402 personas, de las cuales 79.2 por ciento fueron hombres y 20.8 por ciento mujeres.

Si bien la cifra oficial de muertos por COVID-19 roza los 90 mil, la Secretaría de Salud de México detectó entre enero y septiembre de 2020 un exceso de la mortalidad del 37 por ciento, al registrar este año 193 mil muertes más de las esperadas.

Las autoridades han pedido a la ciudadanía celebrar en casa el Día de Muertos (1 y 2 de noviembre), festividad en la que los mexicanos reciben las almas de los difuntos, y en la capital mexicana se anunció el cierre de cementerios para evitar aglomeraciones.

Dolor, música, tequila: Tláhuac se salta vetos por COVID y sepulta a sus muertos por todo lo alto

martes, agosto 18th, 2020

Las autoridades mexicanas han pedido no velar a los fallecidos por coronavirus, una enfermedad que ha situado a México como el tercer país con más fallecidos del mundo, pero saltarse las exequias es algo impensable para muchas familias de Tláhuac, acostumbradas a convivir con el cadáver durante varias horas. 

Por Eduard Ribas i Admetlla

México, 18 ago (EFE).– Hay un México que no renuncia a sus tradiciones a pesar de la pandemia. Es el México de Juan, quien murió de COVID-19 y sus familiares lo despidieron como siempre han hecho: velaron el cuerpo en casa, pasearon el féretro por el pueblo y lo enterraron con sus propias manos.

La Alcaldía de Tláhuac, en el sureste de Ciudad de México, abarca seis antiguos pueblos donde las costumbres siguen marcando el día a día de sus habitantes y las disposiciones oficiales establecidas por la crisis sanitaria poco pueden hacer para alterarlas.

Aunque el cementerio San Pedro de Tláhuac lleva meses cerrado al público, en su interior se siguen haciendo fastuosos sepelios. Y es que México tiene una peculiar y sincrética relación con la muerte, hasta el punto que los funerales se convierten en una fiesta de música, tequila y llantos.

DESENTERRAR A LA ABUELA PARA ENTERRAR AL TÍO

A media mañana, Demetrio llegó a este panteón repleto de lápidas trazadas de forma irregular. Sus ojos rojos y ebrios andares revelaban que no había sido una noche fácil. Su hermano Juan había fallecido esa madrugada.

Aunque el funeral estaba programado para la tarde, había mucho trabajo que hacer antes.

“Todos los panteones de la Alcaldía son panteones vecinales. (…) La mayoría de servicios son realizados por los mismos familiares. Si alguien fallece, se ponen de acuerdo para raspar la tumba donde será sepultado el cadáver”, contó este lunes a EFE Daniel de la Cruz, jefe de panteones de Tláhuac, donde se han triplicado los entierros por la pandemia.

Tras la llegada de Demetrio, fueron llegando todos los hombres de la familia, la mayoría sobrinos del difunto, para dejar lista la fosa familiar donde enterrarían horas más tarde a Juan, quien falleció a los 52 años.

Una decena de sobrinos rasparon la tumba de la abuela, un arduo trabajo de unas cuatro horas que consiste en levantar la lápida, desenterrar el féretro, meter los restos de huesos y ropa en una bolsa de plástico y dejar espacio para Juan, el nuevo difunto.

“Cuando hay solvencia pagas para que lo haga un trabajador del panteón, pero aquí lo sabemos hacer y todos los trabajos los hacemos nosotros”, contó Javier, uno de los primos que paró un momento de cavar para servir cerveza a todos sus parientes.

Familiares del señor Juan Pueblita dan el último adiós el 10 de agosto del 2020, en el panteón de Tláhuac en la Ciudad de México (México).

Familiares del señor Juan Pueblita dan el último adiós el 10 de agosto del 2020, en el panteón de Tláhuac en la Ciudad de México (México). Foto: Sáshenka Gutiérrez, EFE

“Es para convivir”, añadió mientras la cumbia resonaba a través de un altavoz que llevaron al cementerio, donde botellas de cerveza y tequila acompañan a las ofrendas florales en algunas lápidas.

El tío Juan falleció sin dejar hijos, pero sus sobrinos lo querían como un padre y ya estaban planeando una gran fiesta para su cumpleaños en enero.

VELAR UN FÉRETRO PLASTIFICADO

Mientras los hombres raspaban la tumba entre cervezas, los lloros de la esposa, la hermana y otras mujeres de la familia resonaban en la casa de Juan, no muy lejos del panteón.

Las autoridades mexicanas han pedido no velar a los fallecidos por coronavirus, una enfermedad que ha situado a México como el tercer país con más fallecidos del mundo, pero saltarse las exequias es algo impensable para muchas familias de Tláhuac, acostumbradas a convivir con el cadáver durante varias horas.

Por eso, las puertas de la casa estaban abiertas de par en par a fin de que vecinos y amigos pasaran unos últimos instantes con Juan, cuyo féretro yacía encima de un altar en el patio del domicilio.

La crisis sanitaria sólo se dejaba entrever por un detalle, además de los cubrebocas: el ataúd había sido recubierto de plástico en el hospital como dicta el protocolo sanitario por la pandemia para evitar que los allegados lo abran.

Familiares del señor Juan Pueblita dan el último adiós el 10 de agosto del 2020, en el panteón de Tláhuac en la Ciudad de México (México).

Familiares del señor Juan Pueblita dan el último adiós el 10 de agosto del 2020, en el panteón de Tláhuac en la Ciudad de México (México). Foto: Sáshenka Gutiérrez, EFE

La familia cumplió, aunque la incredulidad viaja a la misma velocidad que el virus en muchas zonas del país. “Mi tío no quería ir al hospital porque allí vas a lo que vas. Dijeron que tenía COVID pero nadie nos enseñó un papel que lo demuestre”, explicó Javier con resignación.

EL CAMINO A LA INVERSA

A las 3:30 de la tarde, los hermanos y primos del difunto regresaron al domicilio. La tumba ya estaba lista y podía comenzar el festejo.

Junto a una banda musical de estridentes trompetas y tambores, colocaron el ataúd en una carroza fúnebre con la parte trasera abierta, que fue seguida por una cuarentena de personas durante un recorrido de una hora por el pueblo que paró un momento en la iglesia y finalizó en el cementerio.

“De acuerdo al protocolo tendrían que entrar 20 personas, todos con cubrebocas, sin arreglos flores ni acompañamiento musical. Tendría que entrar la carroza y directamente depositarlo a la tumba. Desafortunadamente la gente no acata esta instrucción”, indicó el responsable de cementerios.

En plena pandemia, han llegado cortejos fúnebres de hasta 200 personas, contra lo que nada pueden hacer De la Cruz y el joven que vigila el acceso del panteón de San Pedro.

Ya en el cementerio, la familia de Juan siguió el mismo proceso a la inversa.

Los hombres cargaron y depositaron el ataúd en el hoyo junto a la bolsa con los restos de la abuela, fallecida en 2014, lo cubrieron de tierra y depositaron de nuevo la lápida, que ya contenía un nuevo nombre: Juan José Pueblita.

“Sube el volumen”, le dijeron a una adolescente de la familia encargada de poner música en un altavoz cuando irrumpió en el cementerio otro cortejo con una banda más estruendosa.

“Esto no terminó. Ahorita iremos todos a la casa a comer”, explicó Javier antes de proseguir con la fiesta familiar que Juan planeaba y que ya no tendrá.

Del Mazo: Edomex está cerca de avanzar de rojo a naranja, pero solicita no salir el Día del Padre

viernes, junio 19th, 2020

La Secretaría de Salud del Estado de México llamó a los mexiquenses a quedarse en casa durante el próximo domingo, a fin de evitar un repunte en los casos de COVID-19 en la entidad; por ello, los cementerios de los 125 municipios permanecerán cerrados.

Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).- El Gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza, informó que la entidad está cerca de avanzar en el semáforo epidemiológico por contagios de COVID-19, y anticipó que el próximo 23 de junio los parques, los zoológicos, las áreas naturales y las actividades físicas al aire libre podrán regresar al 30 por ciento de su capacidad.

“Estamos avanzando, y gracias al esfuerzo de todos podemos ver que se ha estabilizado el crecimiento de contagios y hospitalizados, si continuamos con esta tendencia muy pronto podremos pasar al color naranja e ir regresando a las actividades, todos queremos regresar a las actividades y todos queremos que sea lo más pronto posible”, señaló en un video difundido en sus redes sociales.

Del Mazo Maza señaló que las medidas adoptadas por la ciudadanía y por las autoridades han logrado que el ritmo de contagios y hospitalizados por coronavirus se estabilice, y subrayó que de continuar esta tendencia pronto se logrará volver a otras actividades.

“Por lo pronto, empezamos el próximo martes 23 de junio abriendo los parques, zoológicos, áreas naturales, actividades acuáticas, campos deportivos y todas las actividades físicas y recreativas al aire libre con un aforo máximo del 30 por ciento”, anunció.

Uno de los hospitales del Estado de México reconvertidos para atender a pacientes de COVID-19. Foto: Crisanta Espinosa Aguilar, Cuartoscuro.

El Gobernador afirmó que existe un plan diseñado por su administración para tener un regreso seguro, que permitirá retomar las actividades de manera responsable y por etapas, pensando en la salud de todos y en cuidar la economía familiar.

El mandatario recordó que los municipios colindantes con la Ciudad de México cuenta con un plan homologado con el de la Ciudad de México, debido al intercambio de movilidad y de actividad económica que los vincula.

“Hemos homologado las actividades que abrirán en cada una de las etapas del semáforo en ambas entidades; en el Valle de México estaremos avanzando con el mismo color del semáforo y se irán retomando las actividades al mismo tiempo, en ambos lados”, puntualizó.

Para el caso del Valle de Toluca, Del Mazo Maza alertó que la tendencia se mantiene al alza, en el caso de cantidad de contagios y de hospitalizaciones, por lo que la reapertura de la región sería posterior a la que se establezca en el Valle de México.

De acuerdo con el mandatario, el cambio a color naranja permitirá la reapertura de pequeños negocios como papelerías, tiendas de ropa, jugueterías, mueblerías, refaccionarías, tiendas de electrónicos u otros, cuidando no generar aglomeraciones en sus establecimientos.

En esta misma etapa también abrirán los servicios como tintorerías, peluquerías, talleres, locales de reparación de electrodomésticos, mantenimiento en general, la industria manufacturera, así como restaurantes, hoteles, tiendas departamentales y centros comerciales con un aforo de 40 por ciento y se podrán retomar los servicios religiosos con un aforo máximo de 30 por ciento.

Alfredo Del Mazo Maza precisó que alcanzado el nivel amarillo de alerta, tanto restaurantes, como tiendas departamentales o centros comerciales podrán aumentar su aforo al 60 por ciento y se sumarán otras actividades y servicios, como museos, cines y teatros que funcionarán con un aforo del 60 por ciento.

Ya en semáforo verde, puntualizó, se retomarán todas las actividades sin restricción de aforo y regresarán las actividades educativas.

“Cada etapa del semáforo requiere que todos actuemos con mucha responsabilidad, que mantengamos las medidas de higiene, la sana distancia y el uso del cubrebocas, nos va a ayudar mucho el uso del cubrebocas”, concluyó.

PIDEN EVITAR FESTEJOS POR DÍA DEL PADRE

Por su parte, la Secretaría de Salud del Estado de México llamó a los mexiquenses a quedarse en casa durante el próximo domingo, a fin de evitar un repunte en los casos de COVID-19 en la entidad.

El titular de la dependencia, Gabriel O´Shea Cuevas, llamó a no relajar las medidas sanitarias adoptadas hasta hoy para no saturar los hospitales.

Recordó que existen personas que pueden ser portadores del virus SARS-CoV-2, pero no presentar síntomas, de ahí que se pide a todos los mexiquenses aplazar las reuniones familiares, pues se tiene el antecedente que en el pasado festejo del Día de las Madres, se incrementó la movilidad y por ende el número de contagios en todo el país.

Los panteones permanecerán cerrados. Foto: Gobierno del Estado de México.

Precisó que de acuerdo al comportamiento de casos de COVID-19, para lograr cambiar de color en el semáforo epidemiológico, se deben mantener y reforzar las medidas de sana distancia, donde quedarse en casa es la acción más importante, pues de lo contrario se corre el riesgo que en la última semana de junio y la primera de julio se registre un repunte de casos.

Ante la posibilidad de concentraciones durante el próximo domingo, la Secretaría General de Gobierno, a través de la Coordinación General de Protección Civil del Estado de México, informó que los panteones municipales permanecerán cerrados durante este fin de semana, derivado de la contingencia sanitaria por COVID-19.

En ese sentido, la dependencia estatal exhortó a la población a seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y no acudir a estos espacios.

El Coordinador General de Protección Civil estatal, Luis Felipe Puente Espinosa, llamó a los 125 presidentes municipales para que emprendan acciones coordinadas que eviten que las personas se concentren en los panteones.

Por disposición oficial, en las diferentes regiones del estado de México los camposantos municipales cerrarán los días 20 y 21 de junio, en atención a las medidas correspondientes. No obstante, las inhumaciones que se presenten deberán llevarse a cabo con las medidas de prevención pertinentes.

“Continuamos en semáforo rojo, etapa de máximo contagio en todos los municipios del Estado de México, por lo que las medidas de prevención y la sana distancia siguen siendo muy importantes, así como permanecer en casa hasta nuevo aviso, por lo que las actividades esenciales son las únicas permitidas”, subrayó Puente Espinosa.

CRÓNICA | Antes se enterraba a 20 a la semana en Valle de Chalco; hoy, en días de COVID-19, hasta 80

sábado, mayo 30th, 2020

La crisis sanitaria ha disparado la actividad en camposantos como los de Valle de Chalco. De 20 entierros por semana ahora se sepultan 80 personas cada siete días y no es de extrañar que coincidan varios funerales a la vez sin apenas separación entre unos y otros.

Por Eduard Ribas i Admetlla

Chalco, Estado de México, 30 de mayo (EFE).- Mercedes, Enrique y Argelia no se conocieron en vida pero sus entierros coinciden el mismo día y a la misma hora en un terreno auxiliar al cementerio de Valle de Chalco, municipio mexicano que ha tenido que ampliarlo al quedarse sin espacio para fosas por la pandemia del COVID-19.

Una hectárea de tierra árida en las faldas del volcán Xico será el lugar de descanso de estos tres difuntos, uno al lado del otro, así como de los centenares que llegaron antes que ellos y que tienen algo en común: fallecieron este mes de mayo en plena crisis del coronavirus.

“El panteón se encontraba en una situación de emergencia, ya no había suficientes espacios, solo una pequeña reserva utilizada al principio de la contingencia. Por eso, se tomaron acciones para adquirir este predio y hacer frente a la pandemia”, cuenta a Efe el responsable del lugar, Alfonso Carvallo.

Con una capacidad para 2 mil 500 fosas, el nuevo terreno ya acoge unos 250 fallecidos en el municipio durante las últimas semanas, de los cuales cerca de la mitad fueron confirmados o sospechosos de COVID-19.

A diferencia del cementerio original, que cumple con la fisonomía de los panteones mexicanos con desgastadas lápidas de colores atrevidos, en el terreno auxiliar las fosas se tapan con montículos de arena, una cruz y algunas flores. No hay tiempo para más adornos.

Valle de Chalco se enclava en el suroriente del área metropolitana de la Ciudad de México, el foco rojo de la pandemia. De los 9 mil 400 decesos de COVID-19 confirmados que ha habido en el país, 2 mil 100 han sido en la capital y mil 500 en el vecino Estado de México.

ENTIERROS SIMULTÁNEOS A POCOS METROS

La crisis sanitaria ha disparado la actividad en este camposanto. De 20 entierros por semana ahora se sepultan 80 personas cada siete días y no es de extrañar que coincidan varios funerales a la vez sin apenas separación entre unos y otros.

A Mercedes, Enrique y Argelia los despiden cada uno a su manera. La primera con una banda de música tradicional mexicana, el segundo con rezos y la tercera con estruendosos cohetes.

Los dos hijos de Mercedes se aferran al ataúd azul de su madre para no desprenderse de ella, mientras otros familiares se funden en abrazos. Hay quien lleva su tequila para pasar el mal trago y quien deposita cerveza junto a la fosa para que el difunto disfrute de la cebada en el más allá.

Las tres comitivas, cada una de unos 15 familiares con cubrebocas, están tan juntas que pareciera una misma ceremonia para maldecir al coronavirus.

La COVID-19 ha golpeado con gran intensidad al oriente del Valle de México. Foto: Jorge Núñez, EFE.

Aun así, nadie pronuncia esta palabra. En las zonas más humildes de México, el COVID-19 está muy estigmatizado y por eso la mayoría en los tres sepelios dice no saber de qué falleció su difunto.

“Un problema de pulmones”, es la definición más certera que pronuncia una mujer tras insistirle.

El incremento abrupto de entierros no se ha notado en el bolsillo del hombre que vende aguas en la entrada del cementerio ni de la banda de música que despide a los difuntos. “¿Sabes qué pasa? La gente que viene es muy pobre”, comenta uno de los integrantes de Los Pitufos del Norte.

Y es que el virus ha golpeado con fuerza en los municipios pobres del oriente capitalino, donde el desconocimiento se suma a la necesidad de saltarse la cuarentena para subsistir.

SIN DESCANSO PARA LOS ENTERRADORES

Mientras las familias de Mercedes, Enrique y Argelia siguen despidiéndose, Martiriano Medina cava otra fosa contigua, de dos metros de largo, 70 centímetros de ancho y dos metros de profundidad, sin más ayuda que una pala y un sombrero que lo protege del sol.

Aunque las autoridades recomiendan incinerar cuanto antes los fallecidos por COVID-19, las zonas más tradicionales se resisten a renunciar a la costumbre ancestral de llorar al cuerpo hasta la sepultura.

Para hacerlo posible, los enterradores del panteón cavan casi sin descanso y se organizan en grupo para sepultar los ataúdes que van llegando.

“El jefe de panteones se coordina con las funerarias y nos avisa: ‘Vienen tantos, apúrenle'”, cuenta Martiriano con la cara desdibujada por el polvo desde el interior de la fosa que está cavando.

Cruz sobre una nueva tumba en el panteón de Valle de Chalco, Estado de México. Foto: Jorge Núñez, EFE.

Para cada hoyo tarda entre 2.5 y 3 horas, depende de si tiene que sacar rocas del interior. Suele cavar dos fosas diarias y algunos días comienza una tercera, pero eso ya es demasiado cansado para este hombre que se ha acostumbrado a trabajar con la muerte.

“Se siente feo, sobre todo cuando hay niños, lloran y se pone uno en lugar de ellos. Es difícil pero estás ocupado, están llorando pero tienes que seguir trabajando”, comenta antes de seguir cavando.

Y es que poco después llega Patricia para unirse a Mercedes, Enrique y Argelia.

Encuentro iberoamericano de cementerios reúne en Lima a expertos de 17 países

jueves, octubre 29th, 2015

Lima, 27 oct (EFE).- La decimosexta edición del Encuentro Iberoamericano de Patrimonio Funerario reúne desde hoy en Lima a expertos en valoración y gestión de cementerios de 17 países, informaron sus organizadores.

El organizador del congreso, Luis Repetto, indicó a la agencia oficial Andina que la reunión se prolongará hasta el viernes 31 de octubre para discutir y reflexionar sobre la importancia de la puesta en valor de los cementerios como patrimonios culturales funerarios y su inclusión en los circuitos turísticos.

El congreso reúne a historiadores, sociólogos, arquitectos, gerentes y directores de cementerios de la región iberoamericana, entre otros especialistas.

Participan ponentes de España, Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Uruguay, México, Venezuela, República Dominicana, Costa Rica, Honduras, Cuba, Estados Unidos y Francia.

Durante el festival se presentarán conferencias sobre tumbas medievales, análisis de epitafios, fotografía fúnebre y la mirada de la muerte en Latinoamérica, entre otros temas.

Repetto explicó que Perú fue escogido como sede del encuentro por conservar el cementerio Presbítero Matías Maestro, el más antiguo de América, que fue inaugurado en 1808 y alberga monumentos y mausoleos de figuras históricas del país.

El organizador agregó que otra necrópolis peruana de interés es el cementerio general de la ciudad de Iquitos, capital de la región selvática de Loreto, que cuenta con una zona reservada para la colonia judía que llegó durante la fiebre del caucho entre 1879 y 1912.

El próximo encuentro se realizará en 2016 en República Dominicana, según indicó la Asamblea General de la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales. EFE