Dos parisinos, dos músicos, dos amigos. Foto: Cassette
El músico regresa con un disco a dúo con el cantautor Xavi, parisino como él, en un disco que recrea sonidos antiguos para una propuesta que de tan moderna podría denominarse vanguardista. La tradición es revolucionaria, como sabemos y este proyecto del hijo de Alejandro Jodorowsky, lo comprueba.
Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).- Hace tiempo que el músico Adán Jodorowsky “Adanowsky “(París, 1979) no es sólo el hijo del célebre escritor, dramaturgo y cineasta Alejandro Jodorowsky. Su arte revulsivo y provocador es, no obstante, herencia directa de su famoso progenitor y como no puede negar la cruz de su parroquia, se renueva en cada propuesta musical.
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“Yo hice un disco allá pensando que nadie lo iba a comprar y de repente tuvo éxito y me puse feliz. Y fui hacia el éxito porque quería probarlo. Ahora que ya lo tengo no quiero tenerlo, quiero durar, que es lo más difícil y sobre todo hacer lo que me gusta: arte”, decía luego del éxito de su segundo disco, Amador, tras el cual repitió un suceso con ADA, en 2014.
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Regresa ahora reivindicando el viejo y siempre necesario arte de hacer canciones, esta vez acompañado por el también parisino Xavi Polycarpe (Gush), un amigo de mucho tiempo con el que ha “conspirado musicalmente” y cuyos servicios de productor había requerido para el aclamado ADA.
Un proyecto de canciones que se dará a conocer íntegramente el próximo 4 de marzo. Foto: Cassette
UN DISCO POR LA AMISTAD
Amigos para siempre y amantes de la música, decidieron emprender un proyecto conjunto que se ve ahora reflejado en el álbum de 10 canciones, abrigado con el nombre de Adán & Xavi y Los Imanes.
Acompañados por Los Imanes (el hermano de Xavi, Edouard Polycarpe en el bajo y Julien Boyé en la batería), los músicos grabaron en un castillo en el campo llamado Chateau des poètes los temas que conoceremos en totalidad el próximo 4 de marzo, mediante los buenos oficios del sello Cassette.
La propiedad “pertenecía a un viejo ciego del siglo XIX que se dedicaba a hacer pianos. Así que había un piano en cada cuarto”, cuenta Polycarpe.
En la búsqueda de un sonido orgánico, grabaron de la sala del castillo directo a cinta, usando una antigua máquina de 8 tracks.
“La prueba está en la mezcla donde Adán & Xavi ofrecen un sonido rico y orgánico entregando un performance que remite a Harry Nilsson, Badfinger y a la guitarra de George Harrison (quien, casualmente, le dio a Jodorowsky su primera lección en la lira)”, dice el boletín de prensa distribuido por Cassette.
“Supimos que estas canciones eran hermosas y que las teníamos que lanzar como álbum”, explica Adanowsky.
“Supimos que estas canciones eran hermosas y que las teníamos que lanzar como álbum”, explica Adanowsky.
La propuesta musical consiste en traer a la modernidad un sonido antiguo y formas de grabación quizás perimidas, para ofrecer un resultado donde la sensibilidad reina en canciones como “Heartbeat” y “Un” (cantada por Polycarpe en su nativo francés), sumadas a “Finalidad”, el golpe tropical de “I’m Not The One”, entre otras.
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