Posts Tagged ‘Carnaval de Brasil’

Por segundo año, un grupo de ángeles se pasea por el carnaval de Brasil para evitar abuso sexual

domingo, febrero 23rd, 2020

La iniciativa de los “ángeles del carnaval” empezó en 2019 en Sao Paulo y este año se ha extendido a otras grandes ciudades de Brasil como Río de Janeiro, Belo Horizonte, Recife y Salvador.

Por Carlos Meneses Sánchez

Sao Paulo, 23 de febrero (EFE).- En la mayor fiesta pagana del mundo, la de la samba y el derroche de sensualidad, un grupo de ángeles pasea vigilante entre la multitud con un arduo objetivo: combatir el acoso sexual a las mujeres en el carnaval de Brasil.

Alessandra, Paola, Natalia o Isabelly no llevan alas, ni aureolas sobre sus cabezas, pero sí tatuajes de “no es no“, pegatinas con el lema “mi cuerpo, mis reglas” y preservativos para repartir.

Son las armas que tienen estas “voluntarias de la guarda” para cohibir cualquier tipo de violencia contra la mujer, concienciar contra esta epidemia y, en casos extremos, intervenir cuando se produzca algún abuso.

Lucen una camiseta amarilla en la que se puede leer en la parte delantera “fuerza especial contra el acoso” y en la trasera, “estoy aquí para ayudarte”.

“Tenemos la misión de intentar ayudar a las chicas que están en una situación vulnerable, que bebieron de más, o en fin, que pasaron por una situación de acoso. Nosotros vamos allí, las escuchamos y las intentamos llevar a un lugar seguro”, explica a Efe Alessandra Petraglia, periodista de 26 años.

Alessandra, Paola, Natalia o Isabelly no llevan alas, ni aureolas sobre sus cabezas, pero sí tatuajes de “no es no”, pegatinas con el lema “mi cuerpo, mis reglas” y preservativos para repartir. Foto: EFE Fernando Bizerra.

Esta iniciativa de los “ángeles del carnaval” empezó en 2019 en Sao Paulo, impulsada por la Alcaldía y otros actores como el portal Catraca Livre, y este año se ha extendido a otras grandes ciudades de Brasil como Río de Janeiro, Belo Horizonte, Recife y Salvador.

El sábado, un batallón de estos ángeles se concentró en la plaza de la República, en el centro de la capital paulista, donde muchos de los “blocos” (comparsas) arrastran estos días a millones de personas a las calles.

Aquí, la música se mezcla con el alcohol para dar lugar a un caos carnavalesco que a veces desborda los límites de lo permitido. Los ángeles están, precisamente, para velar por la seguridad de ellas. Son los ojos de este carnaval.

Porque en Brasil aún está vigente el concepto casi cultural de que el carnaval es sinónimo de un lugar “donde todo vale, donde nadie es de nadie”, afirma Ana Cristina de Souza, coordinadora municipal de políticas para mujeres, en Sao Paulo.

“Las personas precisan deconstruir esa idea equivocada del carnaval”, completa.

En este sentido, las autoridades brasileñas están intentando cambiar esos malos hábitos por medio de campañas como ésta en la que, solo en Sao Paulo, participan alrededor de 200 voluntarios y cuenta con asistentes sociales, psicólogos y abogados.

LACRA QUE SE REPITE

Casi la mitad de las brasileñas (48 por ciento) afirman haber sufrido algún tipo de acoso sexual durante el carnaval. Para las jóvenes de entre 16 y 24 años, el porcentaje sube hasta el 61 por ciento, según un encuesta divulgada por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope).

El sondeo, realizado en Internet entre el 31 de enero y el 6 de febrero de este año, muestra también que el 28 por ciento de las mujeres acosadas relató agresiones tanto verbales como físicas.

“Infelizmente esa cuestión del cuerpo en Brasil aún es un poco complicada”, apunta Alessandra, que revela que, en presencia de su pareja, ya sufrió algún que otro agarrón y miradas desagradables en el carnaval.

Entre los casos más frecuentes: hombres abordando a mujeres “de forma violenta”, besando “cuando muchas veces ellas no quieren” y, a veces, llevándolas para “lugares oscuros” donde “no hay movimiento”, enumera De Souza.

Un grupo de ángeles pasea vigilante entre la multitud con un arduo objetivo: combatir el acoso sexual a las mujeres en el carnaval de Brasil. Foto: EFE Fernando Bizerra.

Desde 2018, Brasil castiga estas y otras acciones, como masturbarse o eyacular sobre una mujer en un autobús, lo que ya ha ocurrido en este país, con penas de uno a cinco años de prisión.

Pero aún queda trabajo por hacer. Según el Ibope, un 29 por ciento de los hombres respondieron que una “mujer que usa ropas o disfraces cortos no puede quejarse si recibe un piropo”. Además, casi uno de cada cinco (18 por ciento) considera normal besar a una mujer sin su consentimiento, lo que comúnmente se conoce como “beso robado”.

CONCIENTIZAR SOBRE EL ABUSO

Esta es la segunda vez de Paola Azevedo, productora de eventos de 29 años, como “ángel del carnaval”, aunque este año casi desiste porque, según dice a Efe, uno acaba “psicológicamente destruido” con lo que se encuentra.

La semana pasada, durante el precarnaval, una chica vino hasta ellos porque había sufrido abuso por parte de un vendedor de bebidas. Otras muchas, comenta, ni siquiera tienen conciencia de qué es acoso.

Ayudan a quienes asisten a evitar abusos y concientizan al respecto. Foto: EFE Fernando Bizerra.

“Atendimos a muchas chicas menores de edad, de 13-14 años, y muchas de ellas no entienden el acoso como tal, creen que es una forma de conquistarlas”, explica.

“Tuvimos muchos casos de chicas que los tipos les pasaban la mano, aquí delante nuestro, por el pecho, por el pelo, las agarraban del pelo, de la cintura… Y las chicas decían que no (era acoso), que solo hacían eso para llamar su atención”, añade.

Paola reconoce que en esos casos es “bien difícil” cambiar la mentalidad de las jóvenes, pero garantiza que no van a desistir en su empeño de “mostrar que eso realmente es acoso, que el cuerpo es de ellas y de nadie más”.

El carnaval de Brasil inicia este viernes y las máscaras de Trump son invitadas especiales

miércoles, febrero 22nd, 2017

De cabello rubio y tez anaranjada, la máscara de Trump ocupa un espacio privilegiado en la vitrina de una enorme tienda repleta de disfraces, al lado de otros importantes políticos, como su antecesor, Barack Obama, o el ex Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

Máscaras para el carnaval de Brasil. Foto: EFE.

Por Alba Santandreu

Sao Paulo, 22 de febrero (EFE).- El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha convertido en uno de los nuevos protagonistas del carnaval de Brasil, después de que sus máscaras pasaran a engrosar el catálogo de tiendas de disfraces de Sao Paulo y se colaran en las fiestas callejeras que preceden a la “mayor fiesta del mundo”.

La careta de Trump es uno de los nuevos atractivos de la calle 25 de marzo, una popular avenida del centro de Sao Paulo donde se concentran las tiendas de disfraces de la capital paulista y en la que diariamente transitan cientos de personas en busca de sus adornos.

De cabello rubio y tez anaranjada, la máscara de Trump ocupa un espacio privilegiado en la vitrina de una enorme tienda repleta de disfraces, al lado de otros importantes políticos, como su antecesor, Barack Obama, o el ex Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

“Ya habíamos hecho a otros presidentes como Clinton, Barack Obama y ahora incluimos a Trump también porque es de los más polémicos”, aseguró a Efe el propietario de la tienda “Festas e Fantasias”, Pierre Sfeir, un libanés afincado en Brasil desde hace cuarenta años.

En las estanterías también hay caretas del fallecido líder cubano Fidel Castro y otras más polémicas como la del ex dictador iraquí Sadam Huseín, aunque la preferida por los brasileños este año es la del Presidente número 45 de Estados Unidos.

La tienda encargó un molde en el país norteamericano y sobre él ha producido unas 2 mil máscaras del mandatario, las cuales ya ganaron notoriedad en otras festividades, como Halloween.

Foto: EFE.

Y es que, según Sfeir, es más económico fabricar las máscaras en su taller de Sao Paulo que importarlas de otros países, como China, debido a los tasas arancelarias.

Las caretas de plástico de Trump son vendidas en Brasil a unos 7 reales (unos 2.3 dólares), mientras que en Estados Unidos son comercializadas, según el propietario de la tienda, por el doble de precio.

Trump ha ganado notoriedad en los “blocos”, como se conocen a la comparsas callejeras que arrastran a miles de personas en las calles de Brasil y preparan el ambiente de cara al carnaval, una fiesta que paraliza el país durante prácticamente una semana.

Algunos brasileños han echado mano de la creatividad y han aludido en sus disfraces a algunas de las propuestas más polémicas del presidente estadounidense: la construcción de un muro con México.

En las calles de Río de Janeiro, la capital del carnaval, un grupo de cinco jóvenes, usando gorros mexicanos, salió a la calle sujetando una tela con ladrillos, mientras que un colega, vestido de traje y con una peluca amarilla, imitaba al mandatario.

En Olinda, una histórica ciudad de Pernambuco, Trump ocupará las calles de la ciudad durante el carnaval en forma de muñeco gigante, al lado de otros políticos y caras conocidas del caso Petrobras, como el joven fiscal Deltan Dallagnol.

Las empinadas calles de Olinda, Patrimonio Histórico de la Humanidad, reúnen todos los años una decena de gigantes y cabezudos que homenajean a personajes conocidos fuera y dentro del país suramericano.

Comparado en algunas ocasiones con Trump, el Alcalde de Sao Paulo, Joao Doria, también tiene un lugar reservado en el carnaval brasileño, en el que ha sido creada una “marchinha” (canciones populares) en su honor.

Titulada “Pinto por cima” (pinto por encima), la “marchina” ironiza sobre la guerra a los grafitis declarada por Doria, quien como Trump surgió en la vida política tras una exitosa carrera en el mundo empresarial.

Brasileños festejarán su carnaval sin temor al zika: mangas largas y pantalones no van, dicen

viernes, febrero 5th, 2016

A pesar de las recomendaciones de que la gente se cubra todo el cuerpo y use abundante repelente en medio de un brote de zika, muchos brasileños dicen que pantalones y camisas de mangas largas, sumado al uso de repelentes, son algo que no encaja con el ambiente festivo del carnaval.

Viviane Oliveira, que tiene tres meses de embarazo, baila cerca de un letrero que dice en portugués “Que se vaya el zika” durante un carnaval callejero en la playa de Ipanema en Río de Janeiro, Brasil. Foto: AP/Silvia Izquierdo

Viviane Oliveira, que tiene tres meses de embarazo, baila cerca de un letrero que dice en portugués “Que se vaya el zika” durante un carnaval callejero en la playa de Ipanema en Río de Janeiro, Brasil. Foto: AP/Silvia Izquierdo

Por Jenny Barchfield

RIO DE JANEIRO, 5 de febrero (AP) — El carnaval brasileño es el sueño de todo mosquito hambriento… Cinco días de fiesta continua con millones de personas en las calles, cuyos tobillos, piernas, brazos e incluso torsos descubiertos son un manjar apetitoso.

A pesar de las recomendaciones de que la gente se cubra todo el cuerpo y use abundante repelente en medio de un brote de zika, muchos brasileños dicen que pantalones y camisas de mangas largas, sumado al uso de repelentes, son algo que no encaja con el ambiente festivo del carnaval. Insisten en que se manejarán como de costumbre, incorporando tal vez alguna lentejuela adicional y algunas plumas.

“Hay que divertirse”, comentó Angela Pessanha, propietaria de una mueblería y quien se describe como una “fanática del carnaval”. Y el carnaval, señaló, “es la mejor manera de darle una buena dosis de diversión a todo el mundo”.

Trabajadores sanitarios caracterizados como el mosquito Aedes aegypti participan en una fiesta callejera de carnaval como parte de una campaña de concienciación sobre el virus del zika, en Sao Paulo, Brasil. Foto: AP/Andre Penner

Trabajadores sanitarios caracterizados como el mosquito Aedes aegypti participan en una fiesta callejera de carnaval como parte de una campaña de concienciación sobre el virus del zika, en Sao Paulo, Brasil. Foto: AP/Andre Penner

Los festejos de este año comienzan el viernes, en momentos en que Brasil tiene poco para celebrar. La economía más grande de América Latina atraviesa por su peor recesión en varias generaciones, se ha pedido un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, un escándalo de corrupción en la petrolera estatal volteó a numerosas figuras políticas importantes y una creciente inflación y desempleo están afectando a la población.

A eso agréguele un severo brote de zika, un virus que muchos investigadores creen puede estar asociado con graves defectos de nacimiento.

Los brasileños, no obstante, están acostumbrados a los cambiantes ciclos de la economía y a la corrupción, y en las últimas tres décadas aprendieron a vivir con el dengue, otro virus transmitido por el mismo mosquito aedes aegypti que propaga el zika.

Un paciente de la institución de salud mental Nise de Silveira baila disfrazado durante un desfile de carnaval, que en portugués lleva el título de "Loucura Suburbana", en Río de Janeiro, Brasil. Familiares y trabajadores del centro celebran su desfile un día antes del inicio oficial del Carnaval. Foto: AP/Silvia Izquierdo

Un paciente de la institución de salud mental Nise de Silveira baila disfrazado durante un desfile de carnaval, que en portugués lleva el título de “Loucura Suburbana”, en Río de Janeiro, Brasil. Familiares y trabajadores del centro celebran su desfile un día antes del inicio oficial del Carnaval. Foto: AP/Silvia Izquierdo

“No pienso en esas cosas”, declaró el estudiante universitario Pedro Maciel mientras llenaba un carrito con 12 paquetes de cerveza y varias botellas del vodka nacional más barato, en la esperanza de que eso alcance para satisfacer a 16 amigos que están de visita en Río… al menos en el primer día del carnaval. “Desde ya, todas estas son cosas importantes que nos preocupan a los brasileños, pero no volveré a pensar en ellas hasta que termine el carnaval”.

Río, capital mundial del carnaval, no ha sido tan golpeada por el brote de zika que afecta mayormente regiones pobres del nordeste del país, donde se han registrado la mayoría de los casos de zika y los defectos de nacimiento conocidos como microcefalia. De todos modos, epidemiólogos advierten que el carnaval puede constituir un “cóctel explosivo”, capaz de propagar el zika a partir de una combinación de calor, multitudes y piel descubierta. Por ello las autoridades han lanzado una campaña para combatir los mosquitos.

Un inspector sanitario esparce insecticida para erradicar el mosquito Aedes aegypti que transmite el virus del Zika bajo las bancas del Sambodromo en Río de Janeiro. Foto: AP Foto/Leo Correa

Un inspector sanitario esparce insecticida para erradicar el mosquito Aedes aegypti que transmite el virus del Zika bajo las bancas del Sambodromo en Río de Janeiro. Foto: AP Foto/Leo Correa

Equipos de fumigadores han estado fumigando el sambódromo por donde desfilarán miles de bailarinas de las escuelas de samba, luciendo trajes que consisten en poco más que tacos altos, triángulos de spándex ubicados en sitios estratégicos y alguna pintura en el cuerpo.

Habrá trabajadores de la salud en algunas de las más de 500 fiesta callejeras, o “blocos”, que atraen a cientos de miles de personas, incluidos decenas de miles de turistas que vienen a beber, bailar, sudar y refregar hombros, y otras partes del cuerpo, durante el frenesí del carnaval. Los trabajadores lucen camisetas con imágenes del mosquito aedes y la inscripción “fuera, mosquito”, y distribuyen panfletos con información sobre el peligro que el zika representa para las mujeres embarazadas. Los síntomas del virus son tan suaves que cuatro de cinco personas infectadas no sienten nada.

rabajadores sanitarios disfrazados de mosquito Aedes aegypti simulan atacar a una mujer durante una fiesta callejera de carnaval como parte de una campaña de concienciación sobre el virus del zika. Foto: AP/Andre Penner

rabajadores sanitarios disfrazados de mosquito Aedes aegypti simulan atacar a una mujer durante una fiesta callejera de carnaval como parte de una campaña de concienciación sobre el virus del zika. Foto: AP/Andre Penner

También exhortan a la gente a que se cubra el cuerpo, pero nadie parece hacerles caso, a juzgar por la cantidad de piel que se ve en los “blocos” que preceden al carnaval y que comenzaron hace varios días.

El anuncio del martes de que una persona de Texas, Estados Unidos, contrajo zika a través de una relación sexual podría ser un llamado de atención importante, en vista de la promiscuidad que caracteriza al carnaval. Abundan las competencias para ver quién tiene relaciones con más personas, que a menudo son mucho más que besuqueos.

En medio de tanta agitación económica, política y del brote de zika, varias ciudades están tomando medidas preventivas. En Capivari, localidad del estado de Sao Paulo de 50.000 personas, la municipalidad suspendió el carnaval que auspiciaba, diciendo que invertirá los 25.000 dólares que había ahorrado en la lucha contra el mosquito. Las actividades oficiales de carnaval fueron canceladas en decenas de ciudades de todo el país por problemas presupuestarios, ya que sus municipalidades se ajustan el cinturón a raíz de la recesión.

Incluso en los sitios que no han sido tan afectados por el caos, donde habrá carnaval, los festejos serán más sobrios que en otros años.

Regina Rodrigues Alves, quien vende diademas con orejas de gato, coronas de plástico fabricadas en China y otros adminículos típicos del carnaval en un puesto en el barrio de Ipanema, dice que hay bastante menos movimiento que el año pasado.

“Se nota que la gente no quiere gastar. Regatean o directamente no compran nada”, expresó la mujer de 58 años, quien dice que hay mucha gente que llega con hieleras para ahorrar en alcohol.

El carnaval, el festejo más emblemático de Brasil, es visto desde hace tiempo por los sociólogos como una especie de válvula de escape, vital para la supervivencia del rígido orden social del país. Durante cinco días, según la teoría, los pobres se visten de reyes y toman las calles. Se olvidan de los problemas y renace la esperanza. Los otros 360 días del año, los reyes del carnaval vuelven a sus vidas duras.