Posts Tagged ‘Buscadoras sonora’

Angélica Armenta buscaba a su hijo desaparecido; ahora se desconoce paradero de ella

lunes, marzo 21st, 2022

Los familiares de Angélica Armenta suponen que la defensora recibió un llamado sobre el paradero de su hijo desaparecido y acudió a él, pero ya no volvió.

Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).- La Red Nacional de Defensoras de DDHH en México (RNDDHM) informó que Angélica Armenta Quintero, quien busca  se encuentra desaparecida desde el pasado 10 de marzo, luego de salir en búsqueda de su hijo en Sonora.

“La defensora Angélica Janeth Armenta Quintero del colectivo ‘Madres Buscadoras de Sonora’ desapareció el pasado 10 de marzo en Cajeme, Sonora, luego de que salió de su domicilio para buscar a su hijo Yahir Caro de 19 años, víctima de desaparición forzada”, detalló la Red en un comunicado.

Además, los familiares de Angélica Armenta suponen que la defensora recibió un llamado sobre el paradero de su hijo desaparecido y acudió a él, pero no volvió; situación que les llamó la atención, ya que la defensora también tiene otro hijo con discapacidad, el cual está a su completo cuidado.

Fueron las integrantes del colectivo Madres Buscadoras de Sonora quienes reportaron la desaparición de la defensora el viernes 11 de marzo. La familia interpuso una denuncia en la madrugada del 12 de marzo sin embargo la Fiscalía General de Justicia (FGJ) en Sonora comenzó su búsqueda hasta el 14 de marzo, incumpliendo con el Protocolo Alba para la búsqueda de mujeres y niñas desaparecidas.

También, las integrantes del colectivo Madres Buscadoras de Sonora refieren que esta es la tercera ocasión que familiares de víctimas de desaparición forzada reciben llamados sobre el paradero de sus familiares desaparecidos y desaparecen.

“Estos hechos se suman a una serie de agresiones en contra de integrantes de los colectivos de familiares de personas desaparecidas de la entidad. Así, según información de la agencia Cimac Noticias, el colectivo de Madres Buscadoras de Sonora sufrió un atentado el pasado 22 de enero de 2022 en el municipio de Santa Ana, al norte de Sonora, cuando se dirigían al lugar donde les habían informado que se encontraba el hijo de una de sus integrantes”, se lee en el documento.

En julio de 2021, Gladys Aranza Ramos, perteneciente al colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora fue privada de su libertad y posteriormente asesinada.

Después de lo sucedido, la líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Patricia Flores recibió amenazas de muerte; y Leticia Álvarez también integrante de este último colectivo fue secuestrada por un comando durante varias horas en Hermosillo, Sonora el 31 de octubre de 2021.

Tan solo en el 2021, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México documentó 34 agresiones a defensoras en Sonora, entre los que se destacan los asesinatos de tres defensoras de derechos humanos, entre ellas, Aranza Ramos, familiar de una persona desaparecida, e integrante de otra colectiva.

Por otro lado, de acuerdo a reportes de medios de comunicación el municipio de Cajeme, donde ocurrió la desaparición de Angélica, es el municipio más violento de Sonora, según el Secretariado de Seguridad Pública.

Aranza fue asesinada luego de hallar un sitio de exterminio activo: activistas

sábado, julio 17th, 2021

Colectivos denunciaron que Aranza fue asesinada después de participar en una jornada de búsqueda de desaparecidos en una zona a la que  describieron como ” un lugar de exterminio activo”.

Ciudad de México, 17 de julio (AP/Proyecto Puente).– Gladys Aranza Ramos Gurrola, integrante del colectivo Madres y Guerreras Buscadoras de Sonora, fue privada de la libertad y asesinada después de participar en una jornada de búsqueda donde se encontraron “varios crematorios clandestinos, algunos todavía con brasas y humo al momento del hallazgo”, denunciaron colectivos.

La Fiscalía de Sonora informó ayer que la activista de 28 años, quien buscaba a su esposo desde diciembre de 2020, fue asesinada a disparos la medianoche del jueves en el municipio de Guaymas por personas que arribaron a su domicilio.

Colectivos de búsqueda de personas desaparecidas denunciaron que Aranza fue asesinada en la localidad donde vivía, en Ejido Ortiz, después de un día de búsqueda en campo al que asistió con miembros de la Comisión Local de Búsqueda y compañeras de los colectivos.

“En el Ejido Ortiz se han encontrado varios crematorios clandestinos, algunos todavía con brasas y humo al momento del hallazgo. Ese ejido es un lugar de exterminio activo”, denunciaron en un comunicado.

Ayer, la Fiscalía de Sonora prometió justicia por el asesinato de la activista, mismo que se investiga como feminicidio. “Se hará justicia”, dijo la dependencia en su cuenta oficial de Facebook.

“Es de cobardes privar de la vida a una mujer por sólo buscar su esposo desaparecido”, una activista a la que la dependencia calificó de “valiente, activa, entusiasta y solidaria” en las acciones de búsqueda.

Las autoridades dijeron que abrieron varias líneas de investigación, una de ellas relacionada con el activismo que realizaba la joven.

“Nos indigna y duele que quienes buscamos tengamos riesgo de ser asesinadas”, denunciaron los colectivos del estado donde, según cifras oficiales, hay más de 4 mil desaparecidos. “Nos están matando”.

Aranza Ramos tenía 28 años. Foto: Facebook Guerreras Buscadoras de Sonora.

Desde hace siete meses, Aranza buscaba a su esposo Brayan Omar Celaya, desaparecido en el Ejido Ortiz.

Horas antes de ser asesinada, la joven madre publicó en su cuenta de Facebook la ficha de búsqueda con el rostro de Brayan, como todos los días desde el 6 de diciembre de 2020 –fecha en que desapareció su esposo de 26 años– para pedir apoyo en su localización.

“Solo quiero poder tener una poca de paz, ya son 7 meses 8 días sin saber de él y ya no creo poder continuar más, ayúdame, Dios mío”, escribió.

La publicación de Aranza en Facebook antes de morir. Foto: Especial.

Aranza se unió al colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora poco después de aquella fecha, pero también colaboró con las agrupaciones Buscadoras por la Paz y Madres Buscadoras de Sonora, quienes se solidarizaron con su familia, pues participaba activamente en todas las búsquedas y rastreos de fosas clandestinas que se realizaban en Guaymas.

Brayan Omar Celaya y Aranza Ramos. Foto: Especial vía Proyecto Puente.

Según datos dados a conocer por el Gobierno federal el lunes, un total de 68 defensores de los derechos humanos y activistas ambientales han sido asesinados durante el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en diciembre de 2018. Ramos Gurrola sería la número 69.

México tiene más de 87 mil 800 desaparecidos reportados desde 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón lanzó su guerra frontal contra los cárteles del narcotráfico. Durante los dos años y medio de este Gobierno han sido reportadas como no localizadas más de 21 mil personas.

Desde hace años, familiares de los desaparecidos se unieron para buscar ellos mismos a sus seres queridos pese a los peligros que eso conllevaba y a las amenazas que muchos sufrieron. En muchos casos, han sido estos grupos los que han localizado cientos de fosas clandestinas en todo el país, aunque con el gobierno actual se creó una Comisión Nacional de Búsqueda que ahora suele acompañar la mayoría de los rastreos.

–Con información de Astrid Arellano, Proyecto Puente.

Las Guerreras Buscadoras de Sinaloa harán colecta en Hermosillo para continuar con su labor

lunes, abril 22nd, 2019

En la colecta que se realizará este sábado 27 de abril a partir de las 9:00 y hasta las 15:00 horas, en la plaza Emiliana de Zubeldía, en el Centro de Hermosillo, se pretende recolectar herramientas para el trabajo de la tierra, así como botiquines de primeros auxilios, equipo de protección y ropa de uso rudo, entre otros, además, se realizará un boteo en las avenidas cercanas para reunir donativos en efectivo.

Sonora, 22 de abril (Proyecto Puente/SinEmbargo).– Este fin de semana, las Guerreras Buscadoras de Sonora, con su nuevo grupo de 27 mujeres en Hermosillo, tendrán una colecta de herramientas y recursos para ejecutar sus primeras labores de rastreo de “tesoros”, como ellas llaman a las personas desaparecidas.

Después del histórico hallazgo de 30 osamentas humanas enterradas en el Campo 30 de Cajeme, los pasados 13 y 14 de abril, la recién formada agrupación hermosillense busca el apoyo de la ciudadanía en esta primera actividad para arrancar sus búsquedas en la capital sonorense.

“En Hermosillo, desgraciadamente hay muchos desaparecidos”, dijo Guillermina Girón, integrante de las Guerreras y quien busca a su hijo José Cristian desde hace casi un año, “lo que queremos es darles tranquilidad a todas esas familias, de poder ayudarles a encontrar a los tesoros que son de todos, queremos encontrar a todos los posibles”.

En la colecta que se realizará este sábado 27 de abril a partir de las 9:00 y hasta las 15:00 horas, en la plaza Emiliana de Zubeldía, en el Centro de Hermosillo, se pretende recolectar herramientas para el trabajo de la tierra, así como botiquines de primeros auxilios, equipo de protección y ropa de uso rudo, entre otros, además, se realizará un boteo en las avenidas cercanas para reunir donativos en efectivo.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) ya se reunió con las agrupaciones de Guaymas, Empalme y Hermosillo, agregó Girón, con el propósito de empezar un trabajo coordinado, sin embargo, hizo un llamado a las autoridades locales a reunirse con ellas.

“Ahorita, por lo pronto, no se han acercado, pero pedimos que nos echen la mano porque también tenemos que contar con ellos, con las autoridades, para poder hacer la búsqueda de los tesoros; simplemente queremos encontrarlos, no queremos nada más, no queremos saber quién fue, ni nada.

De la gente, pedimos su apoyo con lo poquito que puedan, se los agradecemos mucho, de antemano”, y concluyó que las familias que tengan a uno de sus integrantes en calidad de desaparecido, se acerquen a conocerlas el día de la colecta para establecer contacto y unirse a la organización.

La lista de artículos para donaciones a las Guerreras, es la siguiente:

*Palas

*Picos

*Barras

*Cernidores de arena

*Rastrillos

*Machetes

*Varillas enteras, de 1/2 pulgada

*Palitas de jardín

*Lámparas de minero

*Lámparas de mano

*Brochas gordas

*Cubetas de 10 litros

*Guantes de carnaza

*Guantes de látex

*Mascarillas con filtro

*Cubrebocas

*Trajes desechables

*Ropa de trabajo

*Lentes de seguridad para trabajo industrial

*Zapatos de trabajo tipo minero

*Sombreros

*Paliacates y mallas para cubrir del sol

*Termo para agua tipo Igloo (20 litros)

*Botiquín de primeros auxilios

*Alcohol desinfectante en gel

*Frascos de Vick Vaporub

*Repelente de insectos

*Bloqueador solar

*Jabón líquido neutro para manos

*Cloro

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE PROYECTO PUENTE. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

CRÓNICA | Una varilla, el olfato y ganas de enfrentar la verdad: así dieron con 30 cuerpos en Sonora

lunes, abril 15th, 2019

Las decenas mujeres con familiares desaparecidos que conforman el colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora no esperaron que en la jornada de búsqueda de la semana pasada, y luego de  horas de trabajo, encontraran los restos de  30 personas, su hallazgo más grande desde la fundación del grupo, en enero de 2018.

El hallazgo, que en un inicio era de 25 cuerpos, tuvo lugar este sábado tras una expedición liderada por el colectivo formado por familiares de desaparecidos, en la zona rural del Valle del Yaqui, donde el crimen organizado se disputa el territorio.

Por Astrid Arellano

Sonora, 15 de abril (Proyecto Puente/SinEmbargo).– El primer rastreo fue por inercia. La angustia y el dolor inmediato que produjo la desaparición de Fernando, provocó que María Teresa y su mamá, doña Rosa, salieran -sin tener idea de qué hacían ni cómo- al monte a buscarlo.

“Así andaba. Me quitaba los pedazos de piel seca de la cara: qué me importaba a mí ponerme bloqueador. No pensaba en eso, ni en traer manga larga. Me ponía una cachucha, si acaso, de mi viejo”.

Doña Rosa Kinijara García dice esto mientras se cambia sus tenis por unas botas de trabajo y se acomoda la camiseta impresa con el rostro de Fernando, su hijo. Ahora, junto a María Teresa, está a punto de salir de Empalme, el municipio sonorense donde residen, para liderar una nueva jornada de las Guerreras Buscadoras de Sonora y capacitar al nuevo grupo homónimo de Cajeme, en un rastreo de “tesoros”, como les llaman ellas a los desaparecidos.

“Son cuatro años y no pierdo la esperanza ni la fe”, continuó, “chueco o derecho, a mi hijo tenemos que encontrarlo”.

Fernando Valadéz Kinijara, de 30 años, desapareció en Guaymas, Sonora, el 11 de agosto de 2015, cuando iba al banco a cambiar el cheque de un préstamo que Rosa había conseguido para comer, y para que él pudiera comprar equipo de pesca para trabajar, pues había quedado desempleado al perder la vista de un ojo en su taller de soldadura. Pero apenas llegó a la puerta del banco cuando fue secuestrado. De él, sólo quedó una gorra tirada en la banqueta.

A casi cuatro años de su desaparición, siguen sin encontrarlo.

La madrugada de este sábado 13 de abril, su madre y hermana estaban preparadas para lo que fuera. En el Campo 30, un espacio internado en el monte del ejido Francisco I. Madero, en Cajeme, Sonora, se esperaba algo grande.

“Son cuatro años y no pierdo la esperanza ni la fe”, continuó, “chueco o derecho, a mi hijo tenemos que encontrarlo”, dice una bsucadora. Foto: Proyecto Puente.

Sabían que eran varios los cuerpos enterrados entre los árboles, porque una semana antes, ya habían encontrado ocho. Aún así, nunca pensaron que, en sólo siete horas de trabajo, acompañadas por unas treinta mujeres más, ese día ubicarían 27, cifra que un día después anunciaron que aumentó a 30, su hallazgo más grande desde la fundación del grupo, en enero de 2018.

EL OLOR A MUERTE

Una varilla de acero, encajada en la tierra por una buscadora, definirá si en ese pedazo de suelo hay un tesoro que extraer a la superficie. “Es nuestra herramienta más importante”, dice María Teresa Valadéz Kinijara, a quien conocen como Maryte, “antes íbamos y mirábamos por encima, puros sahuaros, árboles…”.

Este artefacto está compuesto por una barra con un asa triangular de apoyo, en la parte superior, y un par de muescas ubicadas unos centímetros arriba de la punta inferior, y su uso les fue enseñado por Mirna Nereida Medina, líder de las Rastreadoras de El Fuerte Sinaloa, a quien consideran su maestra.

“Esto entra a la tierra y, cuando lo jalas, se trae lo que encuentre: restos, sangre o el puro olor”, explica Maryte, al acercarse el final de la varilla a la nariz, para confirmar que la búsqueda tuvo un resultado. Entonces, al grito de “¡positivo!”, alerta para que las compañeras con las palas se acerquen, y empiecen a cavar.

Luego agrega que la gente siempre les pregunta cómo le hacen para encontrar los cuerpos, que si cómo saben siempre dónde buscar, que deben estar coludidas con los delincuentes o hasta deben tener pacto con el diablo.

Ella ríe, y dice: “Los avisos nos llegan solos, la misma gente nos dice dónde buscar. Y si nosotras no buscamos, nadie más lo hará: a mí me dicen ¿y por qué se lo llevaron? No sé. ¿Andaba en malos pasos? A mí no me compete investigar; a nosotras nos corresponde buscar y encontrar, eso es todo”.

Rodeadas por militares, agentes ministeriales y peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, en el campo, las mujeres trabajaron sin descanso. En equipos, unas picaban la tierra, otras cavaban, unas más descubrían los cuerpos, una los contaba y registraba, por turnos, algunas se encargaban de la hidratación y protección e higiene del equipo.

Aún con la precisión de las tareas y la necesidad de no perder tiempo en nada, fue inevitable flaquear momentáneamente cuando el cuerpo encontrado se parecía al familiar perdido. Allí, fue cuando cada una se reflejaba en el dolor de la otra.

Eso le pasó a doña María de los Ángeles Valenzuela, cuando, al extraer un anillo de graduación de entre las falanges de una osamenta, creyera haber visto el que su hijo Mario Dagoberto usaba antes de desaparecer. Entonces rompió en llanto.

Quienes la rodeaban, la abrazaron para contenerla. “No llore, yo estoy con usted, yo sé lo que es sufrir, tengo un año diez meses buscando a mi hijo”, le dice otra compañera, “pero hay que estar fuertes, por ellos, ¿nos puede seguir ayudando? ¿Sí? Qué bueno, porque hay mucho que buscar, ¡denle una varilla o una pala a esta señorita, porque tiene muchas ganas de trabajar!”

Así fue en un par de ocasiones más con otras personas, eso, hasta que sucedieron los hallazgos más cercanos a una identificación. Don José, un señor que en alguna calle de Cajeme vio a las Buscadoras y les pidió que lo dejaran acompañarlas para rastrear a su sobrino, estuvo excavando por horas. Y, en una de esas, cuando un cuerpo fue extraído por el equipo de peritos, el hombre se partió en un grito. Estaba seguro de que había encontrado al joven desaparecido hacía apenas tres meses, por una pulsera roja que el cuerpo llevaba. Ahora sólo falta la prueba de ADN para confirmarlo.

Otra compañera más estalló cuando vio los tenis de un cuerpo desecho, idénticos a los de su hermano. O cuando uno de los cuerpos, el único con esta característica, portaba una billetera en su pantalón, con una identificación oficial. Con él, en cuestión de 15 minutos y por internet, Maryte encontró a la familia.

BUSCADORAS PARA HERMOSILLO

Guillermina Girón y Rigel Galindo, dos mujeres que en Hermosillo buscan a su hijo y primo, respectivamente, viajaron en camión la madrugada del sábado para encontrarse con las Guerreras de Empalme. Ellas dos representan a un grupo de más de 20 mujeres que, en la capital sonorense, están caminando los primeros pasos para dar con sus desaparecidos.

uillermina Girón y Rigel Galindo, dos mujeres que en Hermosillo buscan a su hijo y primo. Foto: Proyecto Puente.

En este municipio, se está gestando el tercer grupo de buscadoras sonorenses y pronto buscarán apoyo de la comunidad para hacerse de equipo y recursos para iniciar sus propias búsquedas, capacitadas por el equipo de María Teresa.

“Nosotras hacemos gastos y no tenemos dinero”, les dijo doña Rosa, “somos de bajos recursos y, a como puedan, tienen que hacer sacrificios para que empiecen a aprender y que orienten a las demás, ustedes ya vieron lo que se batalla, ya saben la lista del equipo, prepárense y, con todo el favor de Dios, ya pasando estos días, vamos a dar una búsqueda allá en Hermosillo”.

Ambas son tímidas, pero determinadas. “Yo no voy a parar”, afirmó Guille, “vamos a botear en la calle, vamos a hacer actividades, pero necesitamos empezar ya… yo sé que allá hay muchos esperando que los encontremos”.

Ellas también colaboraron hasta el último minuto en Cajeme, donde la prueba de fuego del Campo 30 fue su entrenamiento. Con disciplina militar, las dos participaron en el hallazgo de osamentas, cuerpos y artículos que ayudarán a alguna familia a encontrar la paz.

La mañana del domingo, las más de 30 mujeres regresaron al Campo 30 y, como en cada búsqueda, se tomaron de las manos, en círculo, y realizaron una oración en la entrada del sitio para pedir fuerza y oportunidad de encontrar lo restante y cerrar el ciclo allí.

“Pedimos bendición, fuerzas y ganas para encontrar a quien sea”, dijo Maryte a sus compañeras, “recuerden”. Para el mediodía, encontraron tres cuerpos más. Luego cerraron la búsqueda.

“Con un total de 30 tesoros, gracias a Dios, por un descanso digno”, publicaron en su cuenta de Facebook, al final de la jornada.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE PROYECTO PUENTE. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.