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La impunidad trae esa respuesta violenta de la gente que vemos en los VIDEOS, dicen analistas

domingo, agosto 9th, 2020

Al menos 115 mil 113 carpetas de investigación por el delito de robo con violencia se abrieron durante el primer semestre en México, lo que representa al menos 632 asaltos diarios en todo el país, es decir, 26.35 atracos por hora.

Ciudad de México, 9 de agosto (SinEmbargo).– Los recientes videos de civiles que golpean a asaltantes ponen en evidencia la ausencia del Estado, la impunidad, la carencia o fracaso de estrategias en materia de seguridad, y el alto nivel de desconfianza ciudadana hacia las autoridades, coincidieron especialistas en seguridad.

Un joven tirado en posición fetal sobre el asfalto llora, suplica y se cubre el rostro, mientras un grupo de hombres lo rodean. Algunos sólo observan, otros lo golpean a patadas. “¡Pinche rata!, ¿ahora sí andas llorando, perro?”, se escucha la voz de un hombre que graba el momento. El agredido es un presunto ladrón, según justifican en el video. Lo acusan de intentar robar un taxi en las calles de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, y ser sorprendido en el acto.

La anterior situación es una parte de los cinco videos que se viralizaron la última semana y en donde se muestran las golpizas realizadas por ciudadanos enardecidos a presuntos delincuentes en la Ciudad de México y Estado de México.

Sin embargo, las grabaciones no fueron los únicos episodios de “justicia por mano propia” que llamaron la atención de la opinión pública. El pasado 5 de agosto se dio a conocer que un hombre había fallecido mientras estaba hospitalizado por las lesiones que recibió seis días antes, cuando fue golpeado por vecinos de la colonia Revolución en la Alcaldía Iztapalapa, quienes los acusaron de haber participado en un robo con violencia.

Erubiel Tirado Cervantes, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana, y Ramón Celaya Gamboa, especialista en inteligencia y procesos de seguridad, coincidieron que estas situaciones de “justicieros ciudadanos” se deben a la ineficacia de las autoridades para garantizar la integridad y seguridad de las personas y sus bienes.

“Ante la ineficiencia estructural en materia de seguridad y por la impunidad se hace más atractivo el delinquir y vulnerar la integridad física y los bienes de las personas, independientemente de su condición social”, dijo Erubiel Tirado.

Celaya Gamboa explicó que la doctrina (del derecho penal) llama “venganza privada” a los actos en los que ciudadanos toman la justicia por mano propia.

“Esos episodios lo único que reflejan es la incapacidad de las autoridades gubernamentales para realizar la tarea legal y constitucional que tienen asignada: la seguridad pública, es decir, proteger a los ciudadanos y a sus bienes, y no lo están cumpliendo”, añadió el maestro en Ciencias Penales.

Irene Tello Arista, directora de la organización civil Impunidad Cero, coincidió que este fenómeno refleja el evidente hartazgo de la ciudadanía por la impunidad, sin embargo, la experta consideró que también tiene que ver con una percepción errónea del grado de criminalidad en el país.

“Creo que lo que vemos es un enojo exacerbado, no solo por haber sido víctimas de un delito sino por una percepción errónea de la cantidad de delitos que hay en el país. Obviamente todos estamos hartos. Sabemos que hay mucha violencia y delincuencia en el país, pero si revisas las cifras, aunque sí hay una gran cantidad, hubo 24 millones de víctimas frente a 130 millones de mexicanos, entonces también creo que hay una percepción como si todos fuéramos víctimas del delito todo el tiempo”, expresó la defensora.

Durante el primer semestre de 2020 se han abierto al menos 115 mil 113 carpetas de investigación por el delito de robo con violencia, es decir, al menos 632 asaltos diarios se cometieron en todo el país, lo que representa 26.35 atracos por hora.

El asalto a negocio es la modalidad que concentra el mayor número de carpetas de investigación con un total de 25 mil 635 denuncias, seguido del robo de vehículo con violencia con un total de 24 mil 660 casos, y robo a transeúnte en la vía pública con 23 mil 561.

Las carpetas de investigación por robo con violencia en transporte público ascienden a 5 mil 457, la mayoría (4,630) son en colectivo y el resto a transporte público individual (taxis y servicios de plataforma).

La semana anterior al menos cinco videos se popularizaron en redes sociales, pues presuntos asaltantes fallaron en su intento del delito y fueron confrontados por los ciudadanos. Tres de las filmaciones se registraron en diferentes alcaldías de la Ciudad de México y dos en municipios del Estado de México.

El episodio más famoso, y que pudo desatar la publicación de los demás, es el que ocurrió al oriente del Estado de México. Dos sujetos trataron de llevarse las pertenencias de varios hombres que iban en una unidad de transporte público, una “combi”, pero no contaron con que el chofer arrancaría y dejaría a uno fuera de la jugada y al otro al alcance de los agraviados.

Posteriormente se difundió otro video de un robo fallido en el mercado de flores de Cuemanco, en la Alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México; luego, el intento de asalto a un cuentahabiente en la avenida Miguel Ángel de Quevedo, en la Alcaldía Coyoacán, y finalmente el ocurrido en un puesto de quesadillas donde un presunto asaltante fue golpeado luego de que intentara despojar de sus pertenencias a los comensales.

Erubiel Tirado consideró que, si bien es válida la defensa legitima ante una agresión, los videos también muestran que las reacciones de la ciudadanía son casi de linchamiento, en lugar de someter a los delincuentes y entregarlos a las autoridades. Esta situación, agregó, también da cuenta del alto nivel de desconfianza al sistema de justicia.

 LETARGO GUBERNAMENTAL

Ramón Celaya Gamboa y Erubiel Tirado plantearon que pareciera que las autoridades tanto locales como de Gobierno federal entraron en una especie de letargo, en donde prefieren dejar pasar este fenómeno de las reacciones violentas de ciudadanos contra presuntos delincuentes.

“Este hecho de la combi no es aislado, hay que verlo en su contexto: la incapacidad y la negligencia de las autoridades, el letargo en el que están cayendo los gobiernos y de ese hartazgo ciudadano”, expresó el especialista en seguridad nacional.

“Parece que esta situación no sé si les interesa a los gobiernos, o están en una postura de dejar hacer y dejar pasar, lo cual es grave desde cualquier punto de vista que se quiera mirar”, abundó Erubiel Tirado.

MAYOR VIRULENCIA

Los analistas alertaron que, de seguir esa tendencia al alza de actos de justicieros, se corre el riesgo de una mayor agresividad y virulencia por parte de los asaltantes y, por otro lado, la ciudadanía empiece salir armada, lo que a la larga podría desencadenar incluso en confrontaciones y tragedias más grandes.

“Podemos empezar a ver no solo actos de linchamientos sino de confrontamientos sociales que escalen. […]Ahorita hemos visto una multitud contra una persona (presunto delincuente), pero cuando estos sujetos estén armados vamos a ver casos de tragedias en cinco minutos lo cual es gravísimo, por eso no se debe ni incentivar, ni permitir la justicia por propia mano”, expresó la directora de Impunidad Cero.

Celaya Gamboa coincidió con Tello en que no se puede dejar la justicia al arbitrio del ciudadano, pues justo el derecho penal nació con la finalidad de evitar que el ciudadano tome en sus manos la justicia.

“El Gobierno federal y los gobiernos locales deberían tener mucho cuidado y prestar atención a este tipo de sucesos de “justicieros” porque si no se nos va a desbordar y al rato vamos a tener un grave problema de venganza privada”, destacó.

Tello Arista expuso que el problema de justicia por mano propia es que una persona no tiene la capacidad de determinar la gravedad de una sanción ante el delito del que fue víctima: “Cuando estamos muy enojados por ser víctima de un delito lo que más queremos es que se repare el daño y no medimos la consecuencia ni tenemos la capacidad de determinar que implica ese daño para nosotros”, dijo.

La directora de Impunidad Cero agregó que otro aspecto preocupante es la euforia que ocasionaron en redes sociales los citados videos.

“A mí lo que me preocupa mucho es esta situación en que se aplaude el hecho sin darse cuenta de lo que implica: celebrar la violencia”.

En lo que va del primer semestre son más de 5 mil los asaltos a transporte público. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

La normalización de los actos de violencia y justificarlos es otro gran riesgo que se avizora, de acuerdo con la especialista.

“Lo único que va acabar ocurriendo es infundir la idea que la violencia es justificada y eso es muy peligroso, porque entonces, ¿Con qué cara vamos a decir que está mal una ejecución extrajudicial por parte de la policía o el ejército, o con qué cara vamos a poder reclamar por la desaparición forzada o decir que está mal que la policía abuse de su autoridad?”, ejemplificó.

Celaya Gamboa coincidió que el panorama es negro para la seguridad pública, la seguridad ciudadana y para los derechos humanos: “esto no se va a detener porque los delincuentes no se han amedrentado aún ante la presencia de los llamados justicieros. Es un panorama muy desalentador”.

“El escenario no es muy aragüeno, ante la ausencia de un estado que cumpla sus funciones de dar seguridad a la gente, las sociedades se vuelven más proclives a la escalada de violencia de uno u otro bando, ya sean los asaltantes o los simples ciudadanos”, comentó Erubiel Tirado.

URGEN OPERATIVOS

Los especialistas cuestionaron la falta de operativos específicos en las zonas ya identificadas con estos recurrentes asaltos.

“Si se tiene un mapa actualizado de delitos donde se sabe qué tipo y con qué frecuencia ocurren, ¿por qué no se plantea de manera conjunta programas permanentes de prevención y contención de este fenómeno?”, señaló Tirado Cervantes.

“Es ahí donde tenemos que hacer presión. Si ya se tienen identificadas las rutas por donde pasan este tipo de asaltos, que las autoridades hagan algo al respecto y que no dejen la situación a que un ciudadano tenga que recurrir a estos niveles de violencia”, añadió Tello Arista.

Ramón Celaya agregó que los gobiernos deben implementar inmediatamente acciones orientadas a resultados.

Por su parte, para el Coordinador del Programa de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos en Universidad Iberoamericana es imperativo fortalecer a las policías locales y que éstas recuperen la confianza ciudadana.

Los linchamientos no se deben de justificar, afirman analistas. Foto: Especial.

En 2019 se abrieron al menos 276 mil 817 carpetas de investigación por diversos robos con violencia ocurridos a nivel nacional y, aunque las carpetas de investigación por asalto en general registraron un ligero descenso de 1.45 por ciento en todo el país, de manera desagregada el robo con violencia subió en 12 de las 18 modalidades que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); en tanto que en seis de esas clasificaciones las cifras bajaron.

Entre los robos con violencia que tuvieron un crecimiento anual en México se encuentra el de casa habitación, con un incremento de 15.05 por ciento, pues en 2019 se abrieron al menos 7 mil 894 carpetas de investigación frente a las 6 mil 861 registradas en 2018, además del robo a negocios que ascendió 5.32 por ciento, al pasar de 52 mil 123 carpetas de investigación en 2018 a 54 mil 896 durante el año pasado.

Los tipos de asaltos que más se elevaron son el robo de autopartes, con un 205 por ciento y con 507 investigaciones en 2019 contra 166 de 2018, y el robo a embarcaciones pequeñas y grandes, que creció un 100 por ciento, pues pasó de 5 asaltos en 2018 a 10 atracos registrados en 2019.

Los robos perpetrados a instituciones bancarias se incrementaron al menos 37.65 por ciento, con un total de 340 casos reportados en 2019 contra 247 en 2018.

Los atracos en zonas públicas se registran en dos subtipos: el “robo con violencia a transeúnte en vía pública”, es decir en calles, avenidas o zonas de circulación, y como “robo con violencia a transeúnte en espacio abierto al público”, es decir plazas, escuelas, parques, iglesias, entre otros lugares públicos.

El robo con violencia a transeúnte en la vía pública (calles) registró una baja de 10.38 por ciento, mientras que el asalto a personas en espacios abiertos al público creció 7.36 por ciento

Con 2,903 homicidios, mayo es ya el mes más violento en México; van 14 mil asesinatos en este año

viernes, junio 21st, 2019

El mes más violento de este año es el de Mayo, con los 2 mil 903 homicidios registrados, superior a los 2 mil 724 asesinatos dolosos del mes de abril pasado, los 2 mil 845 casos de marzo, los 2 mil 804 de febrero y los 2 mil 857 de enero pasado.

México, 20 jun (EFE).- México registró 2 mil 903 homicidios dolosos en mayo pasado con un acumulado de 14 mil 133 casos en el 2019 y una media diaria de 94, informó este jueves el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La cifra de asesinatos registrados en mayo de este año supera en 13 casos la estadísticas del mismo mes del año pasado cuando se informó de 2 mil 890 homicidios dolosos, según datos del Secretariado.

Mayo es el mes más violento del año con los 2 mil 903 homicidios de mayo registrados, superior a los 2 mil 724 asesinatos dolosos del mes de abril pasado, los 2 mil 845 casos de marzo, los 2 mil 804 de febrero y los 2 mil 857 de enero pasado.

Entre enero y mayo de este año, el Secretariado ha registrado un total de 14 mil 133 homicidios dolosos, lo que supone un promedio diario de 94 cada día y que representan un 6.3 por ciento de aumento respecto las 13 mil 298 víctimas de este delito en el mismo lapso de tiempo del año anterior.

La cifra de personas asesinadas en los primeros seis meses del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador sube a 14 mil 133 homicidios dolosos, si se agrega la estadística del mes de diciembre de 2018, el primero de su administración.

Las entidades con más homicidios dolosos en mayo pasado son el Estado de México con 328 casos, Baja California con 288, Jalisco con 284, Chihuahua con 278, Guanajuato con 256, Veracruz 231, Michoacán 244, Ciudad de México 238 y Guerrero 220.

México registró una cifra de 33 mil 369 homicidios durante 2018, que está considerado como el año más violento en el país desde que en 1997 comenzaron a llevarse este tipo de estadísticas.

Durante el mes de mayo del 2019, se reportaron un total de 153 secuestros, 62 casos más que los 91 registrados el mes anterior; el acumulado anual llegó a los 684 casos, según las cifras del Secretariado.

Para combatir la delincuencia y tratar de bajar la cifra de asesinatos, el gobierno del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha puesto en marcha la Guardia Nacional, que esta formada por policías y militares.

Un viaje por la ruta de la muerte, en la CdMx: “¡Ya valieron madre, pasaje! ¡Celulares y dinero!”

viernes, noviembre 16th, 2018

Subiré a las tres rutas de transporte público más peligrosas de la ciudad, las que han tenido más reportes de atracos en los últimos años. Atravesaré tres alcaldías de la Ciudad de México y cinco municipios del Estado de México. Por eso, antes de salir, tomo mis precauciones: cambio mi celular por uno inservible así que estaré incomunicado en las próximas horas, dejo mi cartera y tomo cuatro billetes de 50 pesos, abandono mis llaves, me pongo dos sudaderas para el frío, unos jeans, tenis cómodos y salgo rumbo a la adrenalina.

El objetivo es narrar la situación de inseguridad a la que se enfrentan miles de usuarios todos los días a bordo del medio de transporte más arriesgado: el microbús. Tan sólo entre enero y septiembre de este año se iniciaron 406 carpetas de investigación por robos con violencia en microbuses, más de una cada día, a éstas hay que sumar todos los asaltos que no se denuncian. Pero los últimos dos meses del año el riesgo aumenta por varios motivos: los trabajadores reciben aguinaldos, llega el buen fin y se pagan los bonos anuales, por lo que la mayoría de los ciudadanos cuentan con un poco más de dinero en estas fechas y los ladrones lo saben.

¿Cómo ubicar las rutas más peligrosas? Primero pregunté a mis contactos en redes sociales sobre qué lugares de la ciudad consideraban más susceptibles para los atracos. La lista es de más de 30 sitios en los cuatro puntos cardinales de la capital. Cada respuesta aseguraba que tal o cual ruta era la más arriesgada porque ahí los habían asaltado, por eso opté por buscar datos más precisos. Así fue como encontré un estudio de México Evalúa, un Centro de Análisis de Políticas Públicas, que muestra los puntos más calientes de la Ciudad de México entre 2008 y 2016, estos son los datos más recientes basados en reportes policiacos. 

Por Rogelio Velázquez

Ciudad de México, 16 de noviembre (VICE/SinEmbargo).– Son casi las 16:00 horas y el tránsito sobre la carretera México-Texcoco está completamente detenido. El ruido de los cláxones lastima los oídos. El calor hace el trayecto más pesado. El bochorno se cuela por las ventanillas del microbús y el sudor emerge en el cuerpo de los pasajeros: moja su rostro, sus hombros y espalda, hace que la ropa húmeda se pegue a los asientos. De pronto, en medio del caos vial, se trepan dos sujetos al camión.

— ¡Ya valieron madre, pasaje! —dice uno de ellos. Su gorra cubre toda su frente y cae hasta sus ojos. Trae una pistola en la mano derecha y se coloca junto al chofer.

— ¡Que nadie se baje o se chingan! ¡Celulares y dinero! —ordena el otro con un tono más duro, mientras recorre el microbús con una mochila abierta.

Toda la gente comienza a sacar sus móviles y a depositarlos en la mochila. Billetes, monedas, relojes y hasta aretes caen en su interior. Pero una de las pasajeras se niega a colaborar. No es que sea terca o se haya envalentonado contra los asaltantes, simplemente no entiende lo que está pasando.

Asalto a un microbús de la ruta 88 que circulaba por las calles Egipto y Cantón de la colonia Romero Rubio delegación Venustiano Carranza. Foto: Luis Carbayo, Cuartoscuro

Es una niña sordomuda de 11 años que se aferra a su tablet. En ese dispositivo electrónico trae los juegos que más le gustan y no piensa entregar a unos desconocidos el mecanismo que todas las tardes la aleja de su complicada realidad.

Pero ellos no entienden que la menor no respeta la autoridad de un arma. Su nerviosa madre se convierte en la intérprete de los asaltantes. A ellos les dice que la menor no escucha y a ella le explica mediante señas que debe de darles su tablet y trata de arrebatársela. La niña forcejea, el hombre armado también.

—¡Con una chingada, señora, deme esa chingadera o aquí vale madres!

El pasado 2 de agosto, un joven de 23 años de edad murió al resistirse a ser asaltado en un camión de transporte público, en la avenida 5 de Mayo casi esquina con Las Torres. Foto: Artemio Baz, Cuartoscuro

Fracciones de segundos después ¡pum!, suelta un balazo. Un sonido hueco y seco deja helados a todos. Acaba de disparar hacia el techo. Los pasajeros gritan. Los asaltantes se asustan y huyen perdiéndose entre el abrigo de los puestos ambulantes. En el motín no va la tablet. El micro se ha quedado con un hoyo en la lámina superior y los usuarios con el coraje de haber sido robados. La niña se ha quedado con sus juegos y con un ataque de nervios por no entender bien lo que acaba de ocurrir. Pasará los siguientes dos meses en tratamiento psicológico debido al incidente.

Bertha, la madre de la niña, me contó esta historia cuando supo que hoy saldré de casa para buscar algo parecido a lo que ella vivió. Subiré a las tres rutas de transporte público más peligrosas de la ciudad, las que han tenido más reportes de atracos en los últimos años. Atravesaré tres alcaldías de la Ciudad de México y cinco municipios del Estado de México.

Por eso, antes de salir, tomo mis precauciones: cambio mi celular por uno inservible así que estaré incomunicado en las próximas horas, dejo mi cartera y tomo cuatro billetes de 50 pesos, abandono mis llaves, me pongo dos sudaderas para el frío, unos jeans, tenis cómodos y salgo rumbo a la adrenalina.

El objetivo es narrar la situación de inseguridad a la que se enfrentan miles de usuarios todos los días a bordo del medio de transporte más arriesgado: el microbús. Tan sólo entre enero y septiembre de este año se iniciaron 406 carpetas de investigación por robos con violencia en microbuses, más de una cada día, a éstas hay que sumar todos los asaltos que no se denuncian. Pero los últimos dos meses del año el riesgo aumenta por varios motivos: los trabajadores reciben aguinaldos, llega el buen fin y se pagan los bonos anuales, por lo que la mayoría de los ciudadanos cuentan con un poco más de dinero en estas fechas y los ladrones lo saben.

¿Cómo ubicar las rutas más peligrosas? Primero pregunté a mis contactos en redes sociales sobre qué lugares de la ciudad consideraban más susceptibles para los atracos. La lista es de más de 30 sitios en los cuatro puntos cardinales de la capital. Cada respuesta aseguraba que tal o cual ruta era la más arriesgada porque ahí los habían asaltado, por eso opté por buscar datos más precisos. Así fue como encontré un estudio de México Evalúa, un Centro de Análisis de Políticas Públicas, que muestra los puntos más calientes de la Ciudad de México entre 2008 y 2016, estos son los datos más recientes basados en reportes policiacos.

Pero me sorprendo al llegar cuando veo que es una calle por donde no pasa ningún micro. A pesar de ser un lugar pegado a una de las avenidas más grandes y transitadas del país, esta calle está sola. Foto: Vice

PRIMERA PARADA

Este viaje comienza a unas cuadras del paradero Indios Verdes, en la frontera entre la alcaldía Gustavo A Madero y Tlalnepantla, en las faldas del cerro de Zacatenco. Ahí, en la colonia Santa Isabel Tola, la policía capitalina ha ubicado el sitio más peligroso de la ciudad. Se trata de Tonantzin, una pequeña calle de tan sólo 150 metros de largo que corre paralela a Insurgentes Norte. Ahí se han registrado el mayor número de asaltos a microbús en la Ciudad de México.

Pero me sorprendo al llegar cuando veo que es una calle por donde no pasa ningún micro. A pesar de ser un lugar pegado a una de las avenidas más grandes y transitadas del país, esta calle está sola. Tan sólo hay tres hombres lavando sus combis y uno que otro transeúnte. La vialidad no se ve descuidada, cae la noche, pero no se siente el peligro, la gente que pasa cerca camina a paso lento reflejando seguridad.

A media cuadra hay una cámara de vigilancia y buena parte de la manzana la ocupa la primaria Bombero Ramón Arriaga. Espero ahí más de 20 minutos y sólo han pasado tres autos particulares y dos combis sin pasaje que hacen maniobras para incorporarse al paradero. A lo lejos, se escucha el motor de los autos que pasan sobre Insurgentes. Por fin alguien me da una respuesta.

El camión va atiborrado de estudiantes del CCH que tratan de abrirse paso entre sus mochilas. Pero nadie se sube a robar. Llegamos al metro Canal de San Juan sin mayores contratiempos. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

—¿Oiga, señora, aquí pasa algún micro?

—No, nunca han pasado por aquí. Sólo las combis que se regresan vacías al paradero. Pero micros no, bueno a veces pasan pero es porque se suben a asaltarlos por Insurgentes y los meten por esta calle, los roban y se esconden cerca del mercado.

Decido subirme a una de las combis que van con destino a Ecatepec, para cruzar el tramo bautizado como “La Ruta de la Muerte” que forma parte de la autopista México-Pachuca.

Pasadas las 18:00 horas me trepo a una combi con un letrero que dice Piedra Grande. Tarda unos 15 minutos en llenarse y salir del paradero. Dejamos la Ciudad de México y cruzamos rápidamente una parte de Tlalnepantla para llegar a Ecatepec. Todo transcurre tranquilo, la gente platica y los solitarios revisan su celular. No hay tensión en ningún momento. Pero la tranquilidad no durará mucho.

20 minutos después cuando la Van se mete a una colonia cerca de un cerro, me bajo. Ya había visto que de regreso pasaban otras rumbo a Indios Verdes así que sólo cruzo la calle y espero.

Para este punto la noche ya cubre la ciudad. Me subo a la primer combi que pasa con destino al paradero. Van sólo tres personas a bordo. Cuadras más adelante se sube otra y posteriormente más. En una de las paradas sube un joven de no más de 20 años, sudadera con gorro y una cachucha, su cabeza hacia abajo igual que su mirada. Sus brazos aferrados a su mochila y a medida que la unidad se acerca de nuevo a la autopista, el sujeto comienza a frotar sus manos contra su pantalón para limpiarse el sudor. Abre su mochila y de inmediato varias personas piden bajarse.

“En la esquina bajan. Cóbrese dos. Yo también bajo aquí”. Palabras apresuradas para evitar lo que parece un asalto inminente. La combi queda casi vacía. Tres cuadras después el joven hace lo mismo. Se baja y para otra de regreso. Quizá el botín no era suficiente.

Un informe conjunto entre Otro Ecatepec es Posible y Mujeres en Cadena, denuncia que en la autopista México-Pachuca se registran diariamente entre ocho y 10 asaltos a unidades de transporte.

Más que una calle parece un callejón un poco amplio. De un lado está la barda de la Prepa y del otro el muro de un depósito vehicular de la policía capitalina. Como no hay casas, esta pequeña callecita es bastante solitaria. Foto: Vice

SEGUNDA PARADA

A las 20:30 horas subo a un micro afuera del metro Iztacalco. Me bajo en la esquina de Río Churubusco y Tezontle. Camino una cuadra sobre la entrada de la Preparatoria 2 de la UNAM hasta llegar a la calle De Las Torres en la colonia Carlos Zapata Vela. Justo sobre esa calle, entre Churubusco y Popoloca, se ha identificado el segundo punto más caliente para los usuarios de microbús.

Más que una calle parece un callejón un poco amplio. De un lado está la barda de la Prepa y del otro el muro de un depósito vehicular de la policía capitalina. Como no hay casas, esta pequeña callecita es bastante solitaria. Sólo hay coches estacionados y tres jóvenes que le toman una foto a un grafiti que hicieron a inicios de la semana. Más adelante unas canchas de basquetbol donde juegan varios muchachos y a unos pasos tres hombres de unos 40 años inhalan solventes.

Pero igual que en Tonantzin no pasa ningún micro por aquí por la misma razón. Un transeúnte me dice que en este punto es común que desvíen a los micros que pasan sobre Tezontle con dirección al oriente de la ciudad o a los que van rumbo al aeropuerto y circulan sobre Churubusco.

A media cuadra del lugar se encuentra la famosa Unidad Habitacional Mujeres Ilustres, reconocida porque en su interior, dicen los vecinos, se comercia todo tipo de drogas e incluso armas. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

A veces, me cuenta, también roban a las combis que se desvían rumbo al metro Coyuya. Eso ocurre a pesar de que a unos pasos se encuentra un módulo de policía. Ahí han colocado una cámara de video vigilancia y afuera de la Prepa hay tres policías bancarios resguardando la entrada y salida de los estudiantes del turno vespertino.

A media cuadra del lugar se encuentra la famosa Unidad Habitacional Mujeres Ilustres, reconocida porque en su interior, dicen los vecinos, se comercia todo tipo de drogas e incluso armas. Es una unidad pequeña pero impenetrable para los extraños y hasta para las autoridades. Desde hace años es un punto rojo de la alcaldía Iztacalco. Algunos aseguran que es uno de los mayores puntos de distribución de drogas en toda la Ciudad de México.

Regreso a la esquina donde me bajé, justo enfrente de esa unidad y tomo un microbús con un letrero que dice Villada, una de las colonias más famosas de Ciudad Neza. Salgo de Iztacalco y entro a Iztapalapa, cruzo la zona comercial de Parque Tezontle y Plaza Oriente.

De un brinco se sube desafiante un joven y se coloca al lado del chofer. Llama la atención de los pasajeros. Trae una gorra y no se ve su rostro completo. Todos voltean a verlo con temor. Abre una mochila. “Señores usuarios, les vengo ofreciendo esta barra de chocolate Oreo en 10 pesos. 10 pesitos nomás, no viene caducado ni maltratado. Chéquenlo sin compromiso, no me deje con la mano estirada”. El susto pasó rápido.

Luego se sube otro con la misma pinta. Otra vez la tensión en el micro. Al parecer la vestimenta favorita de los asaltantes consiste en una gorra que cubre casi la mitad de su cara, sudadera, jeans y tenis, además de una backpack. Pero no pasa nada. Me bajo en el CCH Oriente y tomo un camión que cruza el Periférico rumbo a Neza, otra de las vías más peligrosas de la ciudad.

De inmediato, al subir me topo con una advertencia en una de las ventanillas. Se trata de un cartel con dos fotografías. En ella se ve a dos tipos con ese outfit. “¡Denúncielos! Se suben a asaltar al transporte público en la zona de Sur 20 esquina con Canal de San Juan en la Agrícola Oriental”, dice el letrero. El sitio descrito se encuentra en el siguiente semáforo.

El camión va atiborrado de estudiantes del CCH que tratan de abrirse paso entre sus mochilas. Pero nadie se sube a robar. Llegamos al metro Canal de San Juan sin mayores contratiempos.

Abajo, sobre los muros del puente, se ofrecen en carteles terrenos a buen precio en el Estado de México, servicios de brujería y amarres. Metros después llegamos a la estación Santa Martha, la frontera entre Iztapalapa y el municipio de los Reyes La Paz. El vehículo comienza a llenarse. Tardamos más de 20 minutos en pasar ese punto. Foto: Vice

TERCERA PARADA

Ahí sobre la Calzada Ignacio Zaragoza, uno de los tres puntos más calientes de la capital según el reporte de México Evalúa, me subo a un camión que dice “San Francisco Ixtapaluca”. Son las 21:30 horas y a diferencia de los microbuses que pasaron antes, éste va casi vacío. Apenas nueve personas, entre ellas sólo una mujer, ocupan sus 39 lugares.

En el radio suena un programa llamado “Los Adoloridos de la Z”. De las bocinas emerge la historia de un noviazgo de invidentes. La chica llamó a la estación para dedicar una canción de banda a su novio. Sólo una persona revisa su celular, los demás van atentos a la radio.

Pasamos el metro Tepalcates, Guelatao y hasta la estación Peñón Viejo se sube otra persona. Al parecer este camión no es tan popular. Las combis que pasan a nuestro lado con el mismo destino van a su máxima capacidad. Pasamos por el Puente de la Concordia, donde en octubre de 2015, encontraron un cuerpo colgado con visibles huellas de tortura. Fue una de las primeras narco imágenes que vimos en la capital.

El pasado 3 de enero, una mujer fue asesinada tras resistirse a ser asaltada en un camión de pasajeros, dos sujetos armados perpetraron un atraco. Los hechos en avenida Aquiles Serdán y avenida de las Culturas, en la delegación Azcapotzalco. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

Abajo, sobre los muros del puente, se ofrecen en carteles terrenos a buen precio en el Estado de México, servicios de brujería y amarres. Metros después llegamos a la estación Santa Martha, la frontera entre Iztapalapa y el municipio de los Reyes La Paz. El vehículo comienza a llenarse. Tardamos más de 20 minutos en pasar ese punto.

No va completamente lleno pero sí están todos los asientos ocupados y varias personas paradas. Nadie tiene su celular en la mano. Ya son tres las mujeres que van a bordo. La mayoría son hombres de entre 20 y 35 años. Su semblante cansado y su aspecto desaliñado refleja que han pasado bastantes horas en una dura jornada laboral. Otros son estudiantes, vienen más frescos pero igual de exhaustos.

Sólo la mitad del camión está iluminada por una luz blanca que recorre desde adelante hacia atrás la unidad. Cada tope la gente brinca debido al descuidado estado en el que se encuentra el vehículo. Y cada que hace una parada todos voltean atentos a ver quién se sube y lo siguen hasta su asiento con la mirada. “No vaya a ser que otra vez se suban los malandros”, dice un hombre en voz baja a su compañero de trabajo.

El pasado 31 de julio de 2017, dos hombres fueron baleados durante un asalto abordo de un camión de pasajeros en periférico y Av. Tláhuac en Iztapalapa. Uno de ellos murió en el lugar mientras que el otro fue trasladado a un hospital cercano. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

Me bajo en la Renault de Ixtapaluca y tomo una combi que me lleve a Plaza Sendero. Atravieso las letras con el nombre del municipio colocadas en un camellón iluminadas en varios tonos y una pequeña Torre Eiffel un poco deformada afuera de una plaza comercial.

Son las 23 horas. Espero casi 50 minutos a unos metros de la autopista México-Puebla en una zona poco iluminada, hasta que aparece la primera combi con destino al metro Zaragoza. Después de esperar casi una hora afuera de una plaza vacía, con sólo otro pasajero, en un cruce donde pasan muchos tráileres y ninguna patrulla, es un alivio ver un medio de transporte que me lleve de regreso a la Ciudad de México.

Una mujer es la única pasajera, al vernos subir le pide al chofer que la deje ir adelante, él accede. “Es que vas a agarrar la pista y está bien solo por aquí”, le dice. Es cierto, la combi se mete a la autopista y cruza el municipio de Valle de Chalco rumbo a la capital. Va a más de 100 kilómetros por hora. En este momento no me asusta un asalto sino un accidente. La poca luminosidad es la característica principal de la zona.

Hace una parada en un sitio conocido como la Caseta Vieja. Se baja el otro pasajero y la muchacha. Me quedo solo con el chofer. De nuevo a acelerar. Para romper el hielo le pregunto, a través de una rejilla, sobre la inseguridad en su ruta.

— Pues a veces nos asaltan más y otras menos. Hay como temporadas.

— ¿A qué se debe? ¿Es porque viene diciembre o algo así?

— No, es cuando los líderes de la ruta no pagan la cuota a la maña. Esos cabrones se cobran a lo chino. Hasta han matado compañeros.

Llego a mi casa después de la 1 de la mañana. He tenido suerte el día de hoy. Prendo mi celular y veo en Twitter la última noticia del día anterior: “Pasajeros golpean a presunto asaltante en Naucalpan”.

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El sujeto saca un arma y le apunta a un peatón en Polanco, en la CdMx; quiere el reloj y lo obtiene (VIDEO)

lunes, agosto 13th, 2018

Un sujeto armado se aproximó a la víctima y la encañonó en calles de Polanco, en la Ciudad de México. Fue otro robo que quedó captado en video. 

Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).- Otro asalto en calles de Polanco, en la Ciudad de México, quedó registrado en video. Esta vez el objetivo fue el reloj de un hombre.

En las escenas -captadas por una cámara de seguridad- se aprecia el momento en el que un sujeto se aproxima a la víctima y la amenaza para quitarle sus pertenencias.

Los hechos ocurrieron en la calle de Hans Christian Andersen, de acuerdo con información de medios locales.

En los últimos meses, varios asaltos se han denunciado en Polanco, en la delegación Miguel Hidalgo. En marzo, por ejemplo, cámaras de seguridad captaron el robo a un transeúnte.

En el video, de escasos 12 segundos, se ve cómo un hombre de gorra negra intercepta a otro de camisa blanca, lo empuja y le muestra un arma de fuego.

Al ver la pistola, el sujeto de camisa le entrega un celular y su cartera. Posteriormente, el individuo de la gorra negra le hace una seña para que desaparezca del lugar.

“¡Párate, cabrón!”: policías abordan combi en Ecatepec, Edomex, para alcanzar a delincuente (VIDEO)

viernes, julio 6th, 2018

“¡Párate, cabrón!”, dice uno de los uniformados que, instantes antes, viajaba a bordo de una unidad de transporte público, en Ecatepec, Estado de México. Es una persecución captada en video. 

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).- Dos policías abordaron una combi para poder alcanzar a un delincuente en calles de Ecatepec, Estado de México.

En un video que circula en redes sociales se ve el momento exacto en que los uniformados abandonan el vehículo, en el municipio mexiquense, y le gritan a alguien que se detenga.

Otra persona que iba en la unidad del transporte público logró captar al supuesto criminal y a los policías corriendo.

Crímenes ocurren diario en el Estado de México. El 16 de junio, por ejemplo, este diario reportó sobre un sujeto al que pasajeros alcanzaron a agarrar, después de participar en un asalto en un autobús sobre la carretera Texcoco-Lechería, en el Estado de México, y terminó apedreado. No murió ese día, pero sí varias jornadas de agonía después.

El presunto ladrón abordó un camión de transporte público de la línea de Valle de México y colaboró en el homicidio de un hombre que se resistió al robo.

El pasajero, de 45 años de edad, murió el mismo miércoles 13 de junio. El ladrón -cuya identidad no ha sido revelada- soportó el traslado hasta un hospital en Las Américas [después de que la gente lo golpeara], en Ecatepec, y agonizó.

Apenas el 14 de junio, este diario reportó otro caso de robo a transporte público que concluyó en muerte: los criminales se subieron entre la gente. Pagaron el pasaje y se colocaron en dos puntos del autobús que recorría la delegación Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México. Después de unos segundos, comenzó el terror.

En videos captados por las cámaras de seguridad de la unidad, compartidos en redes sociales por el reportero Jorge Becerril, se mostró cómo los dos sujetos abordaron, se pusieron cubrebocas [probablemente para ocultar sus identidades], amagaron a los pasajeros y robaron.

Todo bien para los delincuentes, durante los primeros instantes. Sin embargo, un hombre -cuya identidad no ha sido revelada- se resistió al asalto y se le fue encima a uno. Y entonces vinieron las detonaciones.

Hubo al menos tres tiros abordo del autobús de pasajeros, y uno hirió al hombre que decidió enfrentar a los hampones.

Fueron instantes eternos. Una mujer, por ejemplo, sufrió en el suelo. Las pertenencias fueron a parar a las bolsas de los ladrones, quienes se pelaron después de lastimar de muerte al pasajero.

De acuerdo al reporte, el hombre que se levantó de su asiento y se arrojó contra la violencia, está muerto, como el de la carretera Texcoco-Lechería.

El desamparo del Estado en México alienta a los civiles a levantarse contra criminales

lunes, diciembre 19th, 2016

En el Estado de México, que rodea parte de la capital y es una de las regiones más peligrosas del país, este año al menos 11 presuntos delincuentes han perdido la vida a manos de estos “vengadores”. Según la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), en septiembre de este año el 71.9 por ciento de los mexicanos se sentían inseguros en sus ciudades, siendo este el nivel más alto desde marzo de 2014.

Por Martí Quintana

México, 19 dic (EFE).- El reciente nacimiento de un grupo de autodefensa para hacer frente a “El Tequilero”, un temido capo que tiene aterrorizado al empobrecido estado de Guerrero, es una muestra del incremento de los justicieros en México, civiles que no dudan en aplicar su propia ley ante el desamparo del Estado.

La pasada semana civiles de San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente, se levantaron en armas y retuvieron a más de 20 personas que relacionaban con el grupo de Los Tequileros, que tenía secuestrado al ingeniero Isauro de Paz.

Entre las personas secuestradas se hallaba la madre de Raybel Jacobo de Almonte, conocido como “El Tequilero”, acusado de extorsionar, asesinar y realizar al menos 50 secuestros, diez de ellos masivos.

Tras la mediación del gobierno estatal, la madre fue liberada por el grupo de autodefensa a los pocos días para intercambiarla por el ingeniero.

Si bien el conflicto se solucionó con la liberación de los detenidos por parte del Movimiento por la Paz de San Miguel Totolapan -uno de ellos será juzgado por presuntos nexos con “El Tequilero”-, el suceso pone de manifiesto la creciente ola de inseguridad que azota el país.

Y, sobre todo, el sentimiento de desamparo que sienten muchos de sus ciudadanos, llevándoles a sucumbir a la ley del “ojo por ojo, y diente por diente”.

El pasado 11 de diciembre otro suceso desató las alarmas. En el barrio de la Narvarte de la capital mexicana, de clase media, un ladrón falleció a manos del cliente de una taquería.

Este no dudó en dispararle a él y a sus dos acompañantes, que según algunos medios locales iban con pistolas de juguete.

Después se conoció la identidad del “justiciero”, un escolta que según las autoridades solo cumplió con el deber de proteger a su patrón y a la familia de este.

Matiz aparte, este suceso no hace más que sumarse a la retahíla de eventos que salen en los medios y parecen subrayar el aumento de la violencia en ese país con niveles de homicidio no vistos desde que el presidente Enrique Peña Nieto llegó al poder a finales del 2012.

Este octubre, el pasajero de un autobús que hacía la ruta Ciudad de México-Toluca disparó a cuatro asaltantes que habían robado su unidad, y quienes resultaron muertos en la cuneta.

Conocido como “el justiciero de la Marquesa”, hasta el momento no se ha logrado descubrir su identidad, en parte por el desinterés del resto de la ciudadanía de delatarlo. De hecho, ni uno de los pasajeros del vehículo rindió declaración al respeto.

Ello a pesar de que el artículo 17 de la Constitución mexicana impide al ciudadano la impartición de justicia por su propia mano, y de que está prohibido llevar armas, salvo casos de excepción.

Según el recuento de un medio de comunicación local, en el Estado de México, que rodea parte de la capital y es una de las regiones más peligrosas del país, este año al menos 11 presuntos delincuentes han perdido la vida a manos de estos “vengadores”.

Además de esto, la ley de talión no se ejerce solo con pistola, ya que en México son habituales los linchamientos por parte de enfurecidas turbas.

Un ejemplo de esto ocurrió en octubre del pasado año en Ajalpan, Puebla, cuando dos hermanos encuestadores fueron confundidos con secuestradores y terminaron quemados vivos.

Ese mismo mes, otro macabro episodio tuvo lugar cuando un llamado “Grupo de élite antirratas” cortó las manos a siete presuntos ladrones en Tlaquepaque, municipio del occidental estado mexicano de Jalisco.

Uno de los agredidos murió desangrado junto a un cartel con un mensaje escrito a mano que contenía el mensaje: “Esto nos pasó por rateros (ladrones)”.

Según la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el instituto de estadísticas, en septiembre de este año el 71.9 por ciento de los mexicanos se sentían inseguros en sus ciudades, siendo este el nivel más alto desde marzo de 2014.