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Anticuerpos por infección natural COVID duran más de 1 año: estudio

lunes, junio 21st, 2021

El autor principal dijo que “durante el estudio, que se llevó a cabo con cohortes diferenciadas y estudiadas en distintos periodos desde el inicio de la pandemia, se observaron dos perfiles dinámicos de anticuerpos diferentes: uno, más frecuente, con una disminución progresiva del título de anticuerpos; y otro, menos frecuente, de sujetos que mantuvieron estable el nivel de anticuerpos durante los casi 10 meses de seguimiento”.

Madrid, 21 de junio (Europa Press).- Los anticuerpos IgG generados tras la infección natural de la COVID-19 se mantienen más allá de 12 meses, según muestra un estudio de seropersistencia realizado a 306 sanitarios de HM Hospitales contagiados por el virus SARS-CoV-2, coordinado por la Fundación de Investigación HM Hospitales y la colaboración del Departamento de Seguridad Laboral y el servicio de Laboratorio de HM Hospitales.

El estudio, publicado en European Journal of Internal Medicine, es el primer estudio que mide la evolución de la cinética de los anticuerpos desarrollados ante el SARS-CoV-2 entre profesionales sanitarios, con una media de edad de 44.7 años y en el que el 69.9 por ciento son mujeres. En el mismo se cifra que el tiempo medio estimado en que se mantiene la protección tras un contagio natural está en 375 días después de la detección inicial de los anticuerpos.

Según el investigador principal del estudio, el doctor José F. Varona, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Montepríncipe, “los hallazgos del presente estudio en trabajadores sanitarios pueden extrapolarse a la población general y proporcionan datos muy valiosos en el manejo de la pandemia COVID-19: los anticuerpos generados por infección natural tienen una duración media estimada de al menos 12 meses”.

Este estudio en el que periodo de observación de los trabajadores implicados ha sido de 10 meses revela que el 76.8 por ciento de los sanitarios del Grupo estudiados mantuvieron niveles de seropositividad más allá de los nueve meses después de infectarse, pero con una reducción progresiva de los títulos de anticuerpos, que disminuyeron en un 82 por ciento, mientras que se mantuvieron estables en un 13.1 por ciento.

“Durante el estudio, que se llevó a cabo con cohortes diferenciadas y estudiadas en distintos periodos desde el inicio de la pandemia, se observaron dos perfiles dinámicos de anticuerpos diferentes: uno, más frecuente, con una disminución progresiva del título de anticuerpos; y otro, menos frecuente, de sujetos que mantuvieron estable el nivel de anticuerpos durante los casi 10 meses de seguimiento”, señala Varona.

Otro de los aspectos que pone de manifiesto este estudio revela que los factores asociados con un perfil de anticuerpos estable (no descendente) y una mayor duración de los anticuerpos fueron la edad avanzada, los títulos iniciales de anticuerpos más altos y una alta exposición a COVID-19, es decir, aquella que padecieron los trabajadores en primera línea que asistieron a pacientes con COVID-19 y que padecieron una infección entre grave y moderada.

“Sin duda estos resultados pueden tener implicaciones potenciales en la estrategia de vacunación actual. De hecho, esperamos nuevos resultados de este estudio con un plazo mayor, en concreto, con datos que se extienden hasta el segundo semestre de 2021, y que nos ayudarán a comprender mejor y con más precisión la respuesta inmune a la enfermedad”, concluye.

Anticuerpos contra COVID pueden durar 1 año y aumentan con vacuna: estudio

lunes, junio 14th, 2021

Los resultados del estudio probaron que los anticuerpos siguen evolucionando de seis a 12 meses después de contraer la infección, además de verse potenciados si la persona que enfermó es vacunada. Los investigadores concluyen que la inmunidad podría ser duradera.

Redacción Ciencia, 14 jun (EFE).- Los anticuerpos que se generan como respuesta frente a la infección por el SARS-CoV-2 perduran entre los seis y los 12 meses después del contagio, protegen contra las diferentes variantes que circulan e incluso se potencian con las vacunas.

Lo ha comprobado un equipo internacional de científicos liderado por el estadounidense Michel Nussenzweig, jefe del Laboratorio de Inmunología Molecular de la Universidad Rockefeller e investigador del Instituto Médico Howard Hughes, y los resultados aparecen hoy publicados en la revista Nature.

Los investigadores han comprobado que los anticuerpos continúan evolucionando durante un periodo de seis a 12 meses y que se potencian cuando la persona que sufrió la infección recibe la vacuna, por lo que han concluido que la inmunidad frente a la COVID-19 podría ser duradera.

Michel Nussenzweig y sus colegas analizaron, hasta llegar a esas conclusiones, las muestras de sangre de 63 personas que se habían recuperado de la COVID-19 en el año anterior.

De ellas, 26 habían recibido ya al menos una dosis de las vacunas de Moderna o de Pfizer-BioNTech, y comprobaron que entre los seis y los 12 meses después la gama de anticuerpos producidos había aumentado tanto en alcance como en potencia.

Michel Nussenzweig y sus colegas analizaron, hasta llegar a esas conclusiones, las muestras de sangre de 63 personas que se habían recuperado de la COVID-19 en el año anterior. Foto: Miguel Gutiérrez, EFE

Posteriormente, cuando los individuos fueron vacunados, pasaron a producir anticuerpos “altamente eficaces” contra las diferentes variantes que circulan ya del SARS-CoV-2.

Un año después de la infección, la actividad neutralizadora contra todas las formas del virus incluidas en este estudio era menor entre las personas que no habían sido vacunadas que en las que sí lo habían sido.

Esto, según los resultados de la investigación, sugiere que la vacunación aumenta la inmunidad en quienes ya han padecido la enfermedad.

Los investigadores han apuntado además que si las células evolucionan de una manera similar en las personas vacunadas que no habían padecido la enfermedad, una vacuna “de refuerzo” programada de una forma adecuada podría ser capaz también de generar una inmunidad protectora contra las variantes del virus que circulan por el mundo.

El 20% de recuperados de COVID no genera anticuerpos contra el virus: director del Centro Gamaleya

domingo, marzo 21st, 2021

Ante dichas estadísticas, los científicos recomiendan que esta categoría de la población se vacune contra el coronavirus para asegurar la producción de anticuerpos.

Ciudad de México, 21 de marzo (RT).- Al menos el 20 por ciento de las personas que han padecido COVID-19 no desarrollan anticuerpos protectores contra el coronavirus, según lo ha afirmado Alexánder Guíntsburg, director del Centro Gamaleya, cuyos científicos crearon el fármaco ruso contra la enfermedad Sputnik V.

“Entre los que han tenido [COVID-19], estos son buenos datos experimentales, al menos el 20 por ciento no produce anticuerpos protectores”, aseveró Guíntsburg en una entrevista con el programa Vesti Nedeli en el canal de televisión Rossiya 1.

Ante dichas estadísticas, el científico recomendó que esta categoría de la población se vacune contra el coronavirus para asegurar la producción de anticuerpos.

¿HACE FALTA VACUNARSE SI UNO YA HA CONTRAÍDO COVID-19?

Esta semana, el director del centro Gamaleya se pronunció sobre la vacunación entre quienes ya han contraído la COVID-19. Al respecto, el experto sostuvo que la inyección del primer componente de Sputnik V les puede beneficiar y que ayudaría a fortalecer la inmunidad ya generada tras el contagio. En su caso, se alcanzan títulos de anticuerpos “bastante altos, como después de la vacunación en dos etapas”, lo que hace innecesaria la inyección de la segunda dosis.

El científico recomendó que esta categoría de la población se vacune contra el coronavirus para asegurar la producción de anticuerpos. Foto: Hassene Dridi, AP

Si bien la vacunación con el segundo componente de Sputnik V no va a surtir un efecto adverso en el vacunado que padeció COVID-19 antes, “quizá esté de más”, porque la segunda dosis no va a garantizar protección adicional, explicó Guíntsburg, quien aconsejó realizar pruebas de anticuerpos a esta categoría de personas antes de que opten por la segunda dosis de la vacuna.

Los que deben abstenerse de la vacunación son personas con severas formas de alergia, que pueden sufrir shock anafiláctico o edema de Quinke, advirtió el científico, que, sin embargo, no reveló cómo el potencial vacunado debe enterarse de antemano si es alérgico o no a algún componente de la vacuna.

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Expertos analizan inmunidad a COVID de empleados de SpaceX: ¿qué hallaron y por qué es importante?

domingo, febrero 21st, 2021

“La gente puede tener anticuerpos, pero esto no necesariamente significa que va a ser inmune”, comentó uno de los autores de la investigación.

Ciudad de México, 21 de febrero (RT).- Tras el inicio de la pandemia de la COVID-19 y su devastador impacto en la economía, Elon Musk decidió lanzar su propia investigación entre los empleados de SpaceX en un intento de rastrear la propagación del coronavirus en la compañía y estudiar la respuesta inmunológica.

En el estudio, liderado por expertos del Instituto Ragon de MGH, MIT y Harvard, participaron 4 mil 300 voluntarios, todos trabajadores de la compañía aeroespacial. Su seguimiento empezó en abril de 2020 e incluyó pruebas mensuales de anticuerpos IgG anti-RBD (dominio de unión al receptor) y un análisis detallado de los síntomas.

Los investigadores publicaron los resultados a mediados de este mes y consideran que su trabajo es un paso importante para entender mejor el desarrollo de la inmunidad natural al SARS-CoV-2 y las reacciones del sistema inmune en los casos asintomáticos.

¿QUÉ DESCUBRIERON?

Un total de 120 participantes resultaron seroconvertidos, o en otras palabras, presentaron anticuerpos contra el SARS-CoV-2. La mayoría de ellos, 73 personas que representan un 61 por ciento de la muestra, no mostró síntomas relacionados con la enfermedad, como la pérdida del olfato o el gusto, tos, fiebre o escalofríos.

Por otra parte, los científicos observaron que las personas que desarrollaron un mayor número de anticuerpos tuvieron síntomas más fuertes, incluso cuando la enfermedad fue leve. Si bien, tanto los asintomáticos como los que padecieron COVID-19 con síntomas llegaron a tener anticuerpos, los títulos más altos eran propios de los casos con más signos del malestar.

Los expertos también detectaron la presencia de las células T en el 83 por ciento de las personas que mostraron mayor cantidad de anticuerpos (10 de 12), mientras que en el grupo de los voluntarios con menor cantidad, las células T sólo se detectaron en un 10 por ciento de los casos (uno de 10).

“Estos hallazgos demuestran que las células T específicas del SARS-CoV-2 no son detectables en todos los individuos infectados y no se potencian selectivamente entre los individuos con respuestas inmunes humorales menos robustas”, escribieron los investigadores. “Sin embargo, los datos sugieren que tanto las células T como las B evolucionan de forma coordinada”, agregaron.

TAREA POR RESOLVER: CÓMO MEDIR LA INMUNIDAD

A principios de la primavera de 2020, los investigadores aún no estaban seguros de que los casos asintomáticos pudieran desarrollar anticuerpos que duraran mucho tiempo, ni si los mismos eran capaces de neutralizar o matar el virus.

Un total de 120 participantes resultaron seroconvertidos, o en otras palabras, presentaron anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Foto: Bartsch, Y.C., Fischinger, S., Siddiqui, S.M. et al. Discrete SARS-CoV-2 antibody titers track with functional humoral stability. Nat Commun 12, 1018 (2021).

Ahora, han llegado a la conclusión de que existe cierto umbral de los anticuerpos que puede implicar una protección duradera contra el coronavirus, así como explicar los casos de reinfección a través del número de los anticuerpos por debajo de ese nivel, que aún está por calcular y que requiere de más investigaciones enfocadas en la reinfección.

“Una vez que se alcance un determinado umbral de estos anticuerpos, es como si se prendiera un interruptor y pudiéramos observar las funciones ejecutoras de los anticuerpos”, explicó Yannic Bartsch, uno de los autores del estudio, tras señalar que “estas funciones no se observaron en individuos con títulos más bajos, y el nivel de protección contra las reinfecciones en estas personas es incierto”.

Galit Alter, quien lideró la investigación, explicó que su trabajo muestra que “no es simplemente la presencia o ausencia de anticuerpos lo que importa, sino que la cantidad y el tipo de anticuerpos podrían desempeñar un papel determinante en el desarrollo de una respuesta inmune protectora”. Además, el científico comentó a The Wall Street Journal que “la gente puede tener anticuerpos, pero esto no necesariamente significa que va a ser inmune”.

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Si enfermaste de COVID-19 habrás ganado una inmunidad de hasta seis meses, dice un nuevo estudio

lunes, enero 18th, 2021

Además, los autores observaron que los anticuerpos producidos por las células B de memoria son más potentes que los anticuerpos originales, y pueden ser más resistentes a las mutaciones en la proteína del virus que permite la entrada de la célula.

Madrid, 18 ene (EFE).- La inmunidad a la infección por SARS-CoV-2 puede durar al menos seis meses, según un estudio publicado hoy en Nature y realizado con 87 personas que habían sido infectadas por este tipo de coronavirus.

El estudio revela que los niveles de células B de memoria específicas (cuya misión es defender al organismo de futuras agresiones de ese mismo patógeno generando anticuerpos contra el SARS-CoV-2) se mantuvieron constantes durante el periodo de estudio.

Los resultados sugieren que las personas que han estado previamente infectadas con el SARS-CoV-2 pueden generar una respuesta rápida y eficaz al virus si vuelven a exponerse.

El sistema inmunológico humano responde a la infección produciendo anticuerpos que pueden neutralizar específicamente el agente infeccioso.

Se ha demostrado que los anticuerpos humanos contra el SARS-CoV-2 protegen contra la infección en modelos animales.

Los niveles de estos anticuerpos pueden disminuir con el tiempo, pero las células B de memoria, como su nombre lo sugiere, “recuerdan” el agente infeccioso y pueden incitar al sistema inmunológico a producir los mismos anticuerpos al reinfectarse.

Michel Nussenzweig y sus colegas, de la Rockefeller University de Nueva York (Estados Unidos) evaluaron a 87 personas con un diagnóstico confirmado de COVID-19 a 1.3 y 6.2 meses después de la infección con SARS-CoV-2 y encontraron que aunque la actividad de los anticuerpos neutralizantes disminuye con el tiempo, el número de células B de memoria permanece sin cambios.

Además, los autores observaron que los anticuerpos producidos por estas células son más potentes que los anticuerpos originales, y pueden ser más resistentes a las mutaciones en la proteína del virus que permite la entrada de la célula.

Estas observaciones demuestran que las células de memoria B tienen la capacidad de evolucionar en presencia de pequeñas cantidades de antígeno vírico persistente (pequeñas proteínas del virus que pueden ser detectadas por el sistema inmunológico).

Estas observaciones demuestran que las células de memoria B tienen la capacidad de evolucionar en presencia de pequeñas cantidades de antígeno vírico persistente. Foto: Mark Schiefelbein, AP

La presencia y evolución continuas de las células de memoria B sugiere que las personas pueden ser capaces de producir rápidamente potentes anticuerpos neutralizantes del virus al reinfectarse con el SARS-CoV-2, concluyen los autores.

¿Cuánto duran los anticuerpos generados por la COVID? Al menos 3 meses, dicen estudios en sangre y saliva

jueves, octubre 8th, 2020

Estas investigaciones se unen a las ya disponibles que han investigado la duración de la inmunidad, algunas de los cuales señalan que los anticuerpos neutralizantes podrían persistir hasta seis meses.

Madrid, 8 de octubre (EFE).- La duración de los anticuerpos generados por los enfermos de COVID-19 sigue siendo una pregunta abierta, aunque esta sería de, al menos, tres meses tras la aparición de los síntomas, el tiempo durante el que se detectaron en sangre y saliva por dos estudios que publica hoy Science.

Estas investigaciones se unen a las ya disponibles que han investigado la duración de la inmunidad, algunas de los cuales señalan que los anticuerpos neutralizantes podrían persistir hasta seis meses.

Los nuevos informes coinciden en señalar que la inmunoglobulina G (IgG) son los anticuerpos de mayor duración detectables en la sangre y la saliva de los pacientes, al menos durante tres meses, lo que sugiere que estos “pueden servir como objetivos prometedores para detectar y evaluar las respuestas inmunitarias contra el virus”, señala la publicación.

Estas investigaciones se unen a las ya disponibles que han investigado la duración de la inmunidad. Foto: Rodrigo Abd, AP

El hecho de que estos anticuerpos puedan detectarse a niveles similares, tanto en la sangre como en la saliva, “sugiere” que esta última podría utilizarse como un biofluido alternativo para las pruebas de anticuerpos.

El primer estudio, encabezado por Anita Iyer de la Universidad de Boston (EU), midió las respuestas de los anticuerpos en la sangre de 343 pacientes con COVID-19 durante un máximo de 122 días después de la aparición de los síntomas y lo compararon con las de 1 mil 548 individuos de control muestreados antes de la pandemia.

Los resultados señalaron que los anticuerpos IgM e IgA fueron “de corta duración”, cayendo por debajo de los niveles de detección a los 49 y 71 días, respectivamente, después de la aparición de los síntomas.

Por el contrario, la respuesta de los IgG dirigidos contra la proteína Spike del coronavirus -la usa para entrar en las células humanas- “decayó lentamente en un periodo de 90 días” y sólo tres individuos los perdieron dentro de este plazo.

El segundo estudio, realizado con 402 pacientes y dirigido por Baweleta Isho, de la Universidad de Canadá, señala que los anticuerpos IgG permanecían “relativamente estables” hasta 105 días tras la aparición de los síntomas.

Los datos indicaron que los niveles máximos de IgG se producían entre 16 y 30 días después de la aparición de los síntomas.

La respuesta de los IgG dirigidos contra la proteína Spike del coronavirus -la usa para entrar en las células humanas- “decayó lentamente en un periodo de 90 días”. Foto: Arnulfo Franco, AP

“Nuestro estudio muestra que los anticuerpos IgG contra la proteína Spike del virus son relativamente duraderos tanto en la sangre como en la saliva”, según Jennifer Gommerman, una de las autoras de la investigación y profesora de la Universidad de Toronto.

Los autores señalan que este es el primer estudio que demuestra que los anticuerpos pueden también detectarse en la saliva, lo que sugiere que esta “podría servir como alternativa para las pruebas de anticuerpos” y aunque esta no es tan sensible como el suero, es fácil de recoger”, dijo Gommerman.

¿Debemos preocuparnos por la disminución de anticuerpos luego de recuperarnos de la COVID-19?

miércoles, septiembre 30th, 2020

En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, los investigadores encontraron que los niveles de anticuerpos caen en las personas que se han recuperado de esta enfermedad, disminuyendo a la mitad cada 36 días. ¿Significa eso que las personas que han sanado de este padecimiento perdieron su inmunidad?

Por Alexander (Sasha) Poltorak, Tufts University

Los Ángeles, 30 de septiembre (THE CONVERSATION/AP).- La mayoría de las personas saben que las pruebas de anticuerpos en la sangre de una persona pueden mostrar si alguien ha tenido una enfermedad específica, como COVID-19. Esos anticuerpos brindan protección contra la enfermedad nuevamente.

Pero en un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, los investigadores encontraron que los niveles de anticuerpos caen en las personas que se han recuperado de esta enfermedad, disminuyendo a la mitad cada 36 días. ¿Significa eso que las personas que han sanado de este padecimiento perdieron su inmunidad?

Soy un genetista interesado en la respuesta inmune innata – la parte del sistema inmune que tenemos al nacer – y cómo las células inmunes innatas “educan” a las células productoras de anticuerpos sobre un patógeno y cómo identificarlo y destruirlo. Como explicaré, los anticuerpos son importantes para la inmunidad, pero no son el único factor que cuenta.

DOS “BRAZOS” DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO

El sistema inmunológico se compone de dos partes: inmunidad innata e inmunidad adaptativa o adquirida.

El sistema inmunológico innato, que incluye glóbulos blancos llamados células dendríticas, monocitos y neutrófilos, está presente al nacer y responde instantáneamente a los invasores. Este grupo de glóbulos blancos bombardea a los patógenos con sustancias químicas destructivas y se traga y destruye virus y bacterias. El sistema inmunológico innato proporciona una reacción instantánea a un patógeno. El problema es que es un instrumento contundente: responde de la misma manera a todas las amenazas percibidas.

El sistema inmunológico adaptativo, que está formado por células B y células T, debe aprender sobre un patógeno y sus características a través de las células inmunitarias innatas. Este sistema tarda más en activarse, pero la ventaja es que es muy específico y, en muchos casos, dura toda la vida.

LA MEMORIA DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO

La historia de la exposición a patógenos se lleva a cabo en las llamadas células T de memoria y células B de memoria. Cuando una infección se vence y desaparece, estas células residen en los tejidos periféricos del cuerpo, como los ganglios linfáticos o el bazo, y sirven como memoria del virus que causa la enfermedad. Esta memoria inmunológica es responsable de la defensa del huésped y entra en acción en caso de la segunda ola o ataque del patógeno.

Es normal que los niveles de anticuerpos disminuyan después de que una persona se haya recuperado de una enfermedad. Pero el artículo del New England Journal of Medicine planteó preocupaciones porque sugiere que estamos perdiendo nuestra memoria inmunológica, que es tan malo como perder una memoria real.

Micrografía electrónica de barrido coloreada de una célula (púrpura) infectada con partículas del virus SARS-COV-2 (amarillo), aislada de una muestra de paciente. Foto: NIAID

¿QUÉ PAPEL JUEGAN LAS CÉLULAS T EN LA INMUNIDAD?

Las células B y los anticuerpos son sólo una parte de la respuesta inmune. Las células T ayudan a las células B a producir anticuerpos, que son proteínas que pueden unirse a un patógeno específico y destruirlo.

La forma en que esto sucede es que primero las células B tragan el virus y comienzan a producir anticuerpos.

Las células T no pueden “comerse” el virus. Pero un tipo de glóbulo blanco llamado célula presentadora de antígeno sí puede hacerlo. Una vez que lo hace, “muestra” diferentes partes del virus a las células T. Luego, las células T aprenden sobre el virus que ahora pueden buscar y destruir.

Las células T también se adhieren a las células B y les envían las señales de activación que ayudan a las células B a aumentar la producción de anticuerpos.

SI LOS ANTICUERPOS DISMINUYEN, ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA LA INMUNIDAD CONTRA LA COVID-19?

Esto sugiere que cuando hay menos anticuerpos en la sangre, existe una mayor probabilidad de que varias partículas de virus individuales, llamadas viriones, sobrevivan y escapen a la destrucción. Por lo tanto, los viriones restantes continuarán proliferando y causando enfermedades.

¿QUÉ SIGNIFICA LA DISMINUCIÓN DE LOS NIVELES DE ANTICURPOS PARA ESTABLECER LA INMUNIDAD COLECTIVA?

La inmunidad colectiva se refiere a una población y se produce cuando un número suficientemente elevado de personas dentro de una comunidad son inmunes al virus e incapaces de transmitirlo. Eso brinda protección a quienes aún son vulnerables. Por ejemplo, si el 60 por ciento de las personas están protegidas contra COVID-19, porque han sobrevivido a la infección y portan anticuerpos, podría proteger (a través de interacciones menos frecuentes) al 40 por ciento restante de enfermarse.

Cuando hay menos anticuerpos en la sangre, existe una mayor probabilidad de que varias partículas de virus individuales, llamadas viriones, sobrevivan y escapen a la destrucción. Foto: Dolores Ochoa, AP

Pero los resultados del New England Journal of Medicine sugieren que las personas con niveles más bajos de anticuerpos aún pueden tener el virus y es posible que no presenten síntomas de la enfermedad.

Eso significa que si estas personas con niveles bajos de anticuerpos se juntan con personas sanas y no infectadas, representan un peligro para ellas porque pueden transmitir el virus.

CUANDO LOS INVELES DE ANTICUERPOS CAEN, ¿DESAPARECE LA INMUNIDAD?

En general, la respuesta es no. Si el virus intenta causar una segunda infección, las células B y T de memoria pueden reconocerlo, multiplicarse millones de veces y defender al cuerpo contra el virus, evitando que desencadene otra infección en toda regla.

La protección que proporcionan las células T y B de memoria es la razón por la que la protección basada en vacunas funciona.

Sin embargo, existen excepciones. Una vacuna de por vida contra la gripe no funciona porque el código genético de la gripe cambia rápidamente, alterando la apariencia de la gripe y, por lo tanto, requiere una nueva vacuna cada temporada.

Pero con el SARS-CoV-2, puede ser que esas células T y células B de memoria desaparezcan.

Los anticuerpos son proteínas y sólo duran entre tres y cuatro semanas en la circulación sanguínea. Para mantener altos los niveles de anticuerpos, las células B deben reponerlos con un suministro fresco. Pero en la COVID-19, la disminución de los niveles de anticuerpos sugiere que las células que producen estos anticuerpos no están presentes en cantidades suficientes, lo que explicaría la caída en los niveles de anticuerpos.

Los estudios sobre cuánto tiempo dura la inmunidad a la nueva cepa del coronavirus pueden arrojar más luz, pero por ahora no sabemos la razón.

Con el SARS-CoV-2 puede ser que las células T y células B de memoria desaparezcan. Foto: Dominic Lipinski/PA vía AP

Este artículo fue traducido por El Financiero.

This article is republished from The Conversation under a Creative Commons license. Read the original article here: https://theconversation.com/debemos-preocuparnos-ante-la-disminucion-de-anticuerpos-al-recuperarnos-del-covid-19-145797.

A comparación de otros virus, niños pueden tener anticuerpos y presencia de COVID al mismo tiempo: estudio

jueves, septiembre 3rd, 2020

El Hospital Nacional Infantil de Estados Unidos firma esta investigación centrada en saber cuánto tiempo tardan los pacientes pediátricos en eliminar el virus de su sistema y en qué momento comienzan a producir anticuerpos.

Madrid, 3 de septiembre (EFE).- Los niños pueden tener anticuerpos de la COVID-19 y, al mismo tiempo, el coronavirus que la causa, según una investigación cuya próxima fase será probar si el virus que está presente junto con los anticuerpos puede ser transmitido a otras personas, señala un estudio que publica Journal of Pedriatrics.

El Hospital Nacional Infantil de Estados Unidos firma esta investigación centrada en saber cuánto tiempo tardan los pacientes pediátricos en eliminar el virus de su sistema y en qué momento comienzan a producir anticuerpos, la cual indica que “el virus y los anticuerpos pueden coexistir en pacientes jóvenes”.

De los 215 pacientes del estudio, 33 se sometieron a pruebas tanto para el virus como para los anticuerpos durante el curso de la enfermedad y, de estos últimos, nueve mostraron la presencia de anticuerpos en la sangre, mientras que más tarde dieron positivo para el virus, explica el hospital en un comunicado.

La autora principal de la investigación, Burak Bahar, indicó que “con la mayoría de los virus, cuando empiezas a detectar anticuerpos, ya no detectas el virus. Pero con la COVID-19, estamos viendo ambas cosas”, lo que significa que “los niños todavía tienen la posibilidad de transmitir el virus incluso si se detectan anticuerpos”.

Bahar dijo, que la próxima fase de la investigación será probar si el virus que está presente junto con los anticuerpos puede ser transmitido a otras personas, agrega la nota.

También se desconoce -indicó- si los anticuerpos se correlacionan con la inmunidad, cuánto tiempo duran los anticuerpos y la protección potencial contra la reinfección.

El estudio también evaluó el momento de la eliminación del virus y la respuesta inmunológica y vio que el tiempo medio entre la positividad viral y la negatividad -cuando el virus ya no puede ser detectado- fue de 25 días.

La mediana del tiempo hasta la seropositividad, o la presencia de anticuerpos en la sangre, fue de 18 días, y de 36 días para alcanzar niveles adecuados de anticuerpos neutralizantes, los cuales son importantes para proteger potencialmente a una persona de la reinfección del mismo virus, dice la nota.

El estudio utilizó un análisis retrospectivo de 6 mil 369 niños que se hicieron pruebas de SARS-CoV-2, y 215 pacientes que se sometieron a pruebas de anticuerpos en el hospital entre el 13 de marzo y el 21 de junio pasados.

Los investigadores vieron que los pacientes de seis a 15 años tardaron más tiempo en eliminar el virus. Foto: Jeffrey Schaeffer, AP

Los investigadores vieron que los pacientes de seis a 15 años tardaron más tiempo en eliminar el virus (mediana de 32 días) en comparación con los pacientes de 16 a 22 años (18 días).

Las niñas del grupo de seis a 15 años también tardaron más tiempo en eliminar el virus que los niños (mediana de 44 días para ellas en comparación con 25.5 días para los hombres).

“La conclusión es que no podemos bajar la guardia sólo porque un niño tenga anticuerpos o ya no muestre síntomas”, destacó Bahar, quien hizo hincapié en que “el papel continuo de la buena higiene y el distanciamiento social sigue siendo fundamental”.

Buenas noticias para la vacuna: Los anticuerpos para combatir la COVID-19 duran al menos 4 meses

miércoles, septiembre 2nd, 2020

El informe difundido el martes, con base en pruebas realizadas a más de 30 mil personas en Islandia, es el trabajo más extenso hasta el momento sobre la respuesta del sistema inmunológico al virus.

Por Marilynn Marchione

Los Ángeles, 2 de septiembre (AP).- Los anticuerpos que producen las personas para combatir el nuevo coronavirus no se desvanecen rápidamente —como indicaban algunos estudios previos—, sino que duran al menos cuatro meses después del diagnóstico, lo que es una buena noticia para los esfuerzos por desarrollar vacunas, descubrieron los científicos.

El informe difundido el martes, con base en pruebas realizadas a más de 30 mil personas en Islandia, es el trabajo más extenso hasta el momento sobre la respuesta del sistema inmunológico al virus.

Si una vacuna puede estimular la producción de anticuerpos duraderos como ocurre con una infección ordinaria, brinda esperanzas de que la “inmunidad frente a este virus impredecible y altamente contagioso pudiera no ser efímera”, escribieron expertos independientes de la Universidad de Harvard y los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) en un comentario publicado junto con el estudio en la revista New England Journal of Medicine.

Uno de los grandes misterios de la pandemia es si haber tenido el coronavirus ayuda a proteger a la persona de futuras infecciones y por cuánto tiempo. Algunos estudios previos de menor dimensión dejaron entrever que los anticuerpos quizá desaparecen rápidamente y que algunas personas con pocos o ningún síntoma pudieran no producirlos.

El nuevo estudio fue realizado por deCODE Genetics, una subsidiaria en Reikiavik de la compañía biotecnológica estadounidense Amgen, en colaboración con varios hospitales, universidades y funcionarios de salud de Islandia. El país efectuó pruebas a 15 por ciento de su población desde finales de febrero, cuando se detectaron sus primeros casos de COVID-19, proporcionando una sólida base para hacer comparaciones.

Los científicos utilizaron dos tipos diferentes de pruebas para el coronavirus: las que se toman con hisopos de la nariz o de otras muestras para detectar trazas del virus, indicativas de una infección, y pruebas que miden los anticuerpos en la sangre, que pueden mostrar si alguien está o estuvo infectado.

Se analizaron muestras sanguíneas de 30 mil 576 personas con varios métodos, y se contabilizó como un caso a quien diera positivo en al menos dos de las pruebas de anticuerpos. Estos abarcaron desde los asintomáticos hasta los que se encontraban hospitalizadas con señales de COVID-19.

En un subgrupo que dio positivo, en exámenes posteriores se encontró que los niveles de anticuerpos subieron durante dos meses después del diagnóstico inicial de la infección, y su lectura se mantuvo plana y estable durante cuatro meses.

Estudios previos que indicaron que los anticuerpos desaparecían rápidamente quizá sólo observaron la primera ola de anticuerpos generados por el sistema inmunitario en respuesta a la infección; estos estudios en su mayoría observaban hasta 28 días después del diagnóstico. Una segunda ola de anticuerpos se forma después de un mes o dos desde la infección, y parece más estable y duradera, dijeron los investigadores.

En un subgrupo que dio positivo, en exámenes posteriores se encontró que los niveles de anticuerpos subieron durante dos meses después del diagnóstico inicial de la infección. Foto: Tiago Petinga, EFE

Los resultados no significan necesariamente que las poblaciones de todos los países serán iguales o que cada persona tenga la misma reacción inmunitaria. Otros científicos documentaron recientemente al menos dos casos de reinfecciones de coronavirus meses después del primer contagio.

El nuevo estudio no establece cuántos o qué tipo de anticuerpos confieren inmunidad o protección, eso aún no se sabe.

Inmunidad de grupo supondría un “costo de muertes y sobrecarga del sistema sanitario”: epidemióloga

miércoles, julio 22nd, 2020

La epidemióloga española Marina Pollán afirma que es complicado alcanzar la inmunidad de grupo sin asumir “un costo en muertes y sobrecarga del sistema sanitario”.

Por Ana Beatriz Micó 

Madrid, 22 de julio (AS).- Las investigaciones que estudian el nuevo coronavirus con el objetivo de conocerlo mejor para poder debilitarlo siguen su curso. Esto ha permitido llevar a cabo grandes avances, aunque todavía quedan muchas dudas por resolver. Así lo han evidenciado este martes en la Comisión de Sanidad tres de las máximas responsables técnicas en la lucha contra la pandemia.

Por ejemplo, todavía no se sabe el porcentaje de la población infectada que ha desarrollado anticuerpos. “No hay estudios poblacionales grandes que lo digan”, ha confesado Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemología de España. “Podría haber un 10 por ciento, pero cuantificar eso ahora mismo es muy difícil. Todavía no tenemos una respuesta que poder dar”, ha concretado.

En esta línea, Pollán ha demandado “mejores herramientas de vigilancia epidemiológica” para estudiar mejor el desarrollo del virus: “Si tienes un sistema fuerte, unificado, con canales de búsqueda rápida de información, eso es muy de agradecer cuando se dan situaciones como esta. No estábamos preparados para recibir millones de datos como está haciendo esta pandemia. Hace falta un sistema más rápido y potente con unas características técnicas mejores”.

Todavía no se sabe el porcentaje de la población infectada que ha desarrollado anticuerpos. Foto: Emilio Morenatti, AP

INMUNIDAD COLECTIVA 

El Ministerio de Sanidad llevó a cabo un estudio de seroprevalencia para conocer el porcentaje de la población española que ha sufrido el virus y presenta anticuerpos. Este estudio, realizado en tres oleadas con intervalos de 20 días entre ellas, demostró que poco más de un 5 por ciento de la población tenía estos anticuerpos, lo que podría suponer que más del 50 por ciento de los ciudadanos se han contagiado de coronavirus, en caso de que ese porcentaje del 10 por ciento mencionado por Pollán fuera real.

El estudio también reveló que los anticuerpos desaparecieron al cabo de tres semanas en un 7 por ciento, aproximadamente, de los pacientes que los tenían anteriormente. En la tercera oleada, el 14 por ciento de los voluntarios que presentaban anticuerpos en la primera ya no los tenían. Aunque no se sabe exactamente cuánto tiempo duran en el organismo, ni si hacen completamente inmunes a sus portadores.

Todos estos enigmas provocan que sea “muy difícil” conseguir la inmunidad de grupo en España sin asumir un cierto “costo en término de muertes y sobrecarga del sistema sanitario, algo que ya ha sido reconocido internacionalmente”, según explica Pollán. A lo que añade que los países que afirmaban que dejar a toda la población expuesta era la mejor estrategia están equivocados: “Parece que nuestros resultados señalan que esto no es así”.

El Ministerio de Sanidad pretende hacer tres nuevas etapas del estudio de seroprevalencia en otoño, febrero y mayo “después de haber visto que la recomendación de la OMS de que hacer rondas tan rápidas no funciona tan bien como debería, y por la situación nueva de la epidemia después del desconfinamiento”, ha explicado la directiva del Instituto de Salud Carlos III. También ha criticado la tardía llegada del estudio, aunque ha reconocido que pocos países lo han hecho con tanta precisión.

DEBILIDADES EN LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA 

Además de Marina Pollán, también ha comparecido la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, que ha pedido “seguir trabajando duro y mantener la tensión para evitar que el incremento de la transmisión alcance cotas difíciles de controlar”. En este sentido, ha detallado que desde que acabó la desescalada España ha acumulado 267 brotes, de los cuales 201 continúan activos en 17 comunidades autónomas, con 2 mil 289 positivos. “En estos momentos es importante que toda nuestra atención esté centrada en la detección temprana y el seguimiento exhaustivo de casos y contactos”, ha apuntado.

El Ministerio de Sanidad llevó a cabo un estudio de seroprevalencia para conocer el porcentaje de la población española que ha sufrido el virus y presenta anticuerpos. Foto: Emilio Morenatti, AP

Aparicio coincide con Pollán en que los sistemas de vigilancia epidemiológica mostraron “algunas debilidades” durante los peores momentos de la pandemia: “Nos han mostrado esa amenaza que significa no tener un sistema de información tan fuerte como nos hubiera gustado”. No obstante, matiza que las cosas han cambiado: “Los actuales trabajos de seguimiento de contactos cubren un papel fundamental”.

La directora general ha explicado que los sistemas de detección actuales demuestran que entre un 50 por ciento y un 75 por ciento de los ciudadanos infectados por el virus son asintomáticos. Esto significa que cerca de un millón de personas podrían estar transmitiendo el virus sin saber que están contagiados, lo que dificulta su control.

VACUNA CONTRA LA COVID-19

María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamento, también ha intervenido en la Comisión de Sanidad, señalando que la vacuna “segura y eficaz” contra la COVID-19 “estará antes de dos años”, sin dar más detalles de plazos. Ha recordado que desarrollar una vacuna puede tardar diez años, pero que confía en que los ciudadanos tendrán “no una, sino varias vacunas seguras y efectivas en un tiempo récord”.

No obstante, ha señalado que para que esto sea posible no basta con la investigación, sino que es necesario aumentar la producción a un nivel “nunca visto”, tarea de la que forman parte varias compañías españolas. En este sentido, ha recordado que España participará en el proceso de llenado y acabado de viales de una de las vacunas “más avanzadas”, la ARNM-1273, que pertenece a la farmacéutica estadounidense Moderna.

En el apartado vacunas, Aparicio ha anunciado que el Ministerio de Sanidad ya ha firmado los contratos para realizar una compra extraordinaria de vacuna contra la gripe, complementaria a las de las comunidades, con el fin de reforzar con cinco millones de dosis a, especialmente, profesionales sanitarios, personas mayores y personas de riesgo, ante una hipotética segunda ola en otoño.

La directora general ha explicado que los sistemas de detección actuales demuestran que entre un 50 por ciento y un 75 por ciento de los ciudadanos infectados por el virus son asintomáticos. Foto: Emilio Morenatti, AP

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Madonna dice tener anticuerpos de coronavirus y dará un paseo para respirar aire con COVID-19

viernes, mayo 1st, 2020

La cantante, de 61 años, hizo esta afirmación en la entrega número 14 de una serie de videos que llama “diario de cuarentena” y en los que ha narrado sus pensamientos durante el confinamiento, algunos en tono irónico, mientras los escribía en una maquina de escribir en una habitación oscura.

Los Ángeles (EU), 1 de mayo (EFE).- La cantante Madonna anunció en una publicación de Instagram que ha dado positivo a un test de anticuerpos al coronavirus, por lo que planea “un largo paseo en coche” en el que “bajará las ventanas para respirar el aire con COVID-19“.

“Me hicieron un test el otro día. Encontré que tenía los anticuerpos así que mañana, sencillamente daré un largo paseo en auto y bajaré las ventanas para respirar. Voy a respirar el aire con COVID-19″, dijo la estrella del pop en una publicación de Instagram que ha ocupado hoy varios titulares en los medios de comunicación estadounidenses.

La cantante, de 61 años, hizo esta afirmación en la entrega número 14 de una serie de videos que llama “diario de cuarentena” y en los que ha narrado sus pensamientos durante el confinamiento, algunos en tono irónico, mientras los escribía en una maquina de escribir en una habitación oscura.

A pesar de las afirmaciones, Madonna acompañó la publicación con los lemas “estén seguros” y “estén sanos”.

“Aquí están las buenas noticias: Mañana será otro día y me voy a levantar y sentir completamente diferentes”, aseguró la autora de “Material Girl”.

No obstante, como muchos seguidores han recordado, la comunidad científica no ha confirmado que la presencia de anticuerpos en la sangre contra el nuevo coronavirus implique total inmunidad a la enfermedad que causa, la COVID-19.

Así lo afirma también el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EU (CDC).

“Un resultado positivo muestra que se tienen anticuerpos que, posiblemente, se han desarrollado por el nuevo coronavirus -también llamado SARS-CoV-2-, o quizás por otro coronavirus relacionado”, indican los informes del CDC.

En su página informativa el organismo público aclara: “No está claro si esos anticuerpos pueden proveer protección (inmunidad) contra estar infectados de nuevo. Lo que significa que no se desconoce, por el momento, que los anticuerpos generen inmunidad ante el virus”.