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El abecedario de Rusia 2018, claves para entender el Mundial

lunes, mayo 28th, 2018

A de Alemania, D de Dinero, M de Messi, S de Salah, unas cuantas claves para entender el Mundial de Rusia 2018.

Balón de Rusia 2018 y copa del mundo. Foto: EFE

Por Óscar González

Madrid, 28 mayo (EFE).- De la A a la Z, claves para entender el Mundial de Rusia 2018:

ALEMANIA: Campeona del mundo y gran favorita. Joachim Löw ha sabido hacer la transición y, por el momento, mezclan bien los campeones de 2014 con la nueva generación de estrellas (Kimmich, Sané, Goretzka…). Es el único conjunto que se clasificó al Mundial ganando todos sus partidos y, tras proclamarse en 2017 campeón del Europeo sub’21 y de la Copa de las Confederaciones, con equipos alternativos, Löw tiene dónde elegir.

BOICOT: La acusación de haber interferido en las elecciones de Estados Unidos y de países europeos, con ataques cibernéticos para influir en la opinión pública, o de estar detrás del envenenamiento en Londres del exagente doble Sergei Skripal han provocado que países como el Reino Unido o Islandia propongan un boicot diplomático al Mundial, cuyos palcos estarán más vacíos de autoridades que en ediciones precedentes.

CUARTA SUSTITUCIÓN: Oculta entre el terremoto que supone la implantación del VAR, la aprobación por la International Board y la FIFA de una cuarta sustitución en la prórroga abre nuevas posibilidades a los seleccionadores y una forma distinta de gestionar las plantillas durante el torneo.

DINERO: La FIFA quiere que el Mundial sea también un buen negocio para las Federaciones y Clubes. Para ello, ha aumentado un 40 por ciento los premios, hasta repartir un total de 791 millones de dólares (unos 650 millones de euros). La campeona del mundo se llevará 38 millones de dólares, la subcampeona 28 y tercera y cuarta 24 cada una. Por participar, la FIFA dio un millón y medio USD y repartirá otros 8 millones a cada selección eliminada tras la primera fase.

Los clubes también reciben su porción de la tarta en función del número de jugadores que aportan. La FIFA ha destinado 209 millones de dólares a este apartado, más otros 134 para indemnizar por lesiones.

ESPAÑA: De la mano de Julen Lopetegui y avalada por una fase de clasificación impecable, España vuelve a un Mundial ilusionada con la posibilidad de ser protagonista. El buen momento de De Gea o Isco, la irrupción de Marco Asensio y la facilidad goleadora de Rodrigo o Iago Aspas dan argumentos para situar a La Roja entre las favoritas.

FIFA: El primer Mundial post-Blatter es también la gran prueba para Gianni Infantino, el nuevo presidente de la FIFA, que se ha esforzado por mostrar una nueva cara en una organización acosada por los escándalos. Con la transparencia como lema, el Mundial tendrá el preámbulo de la elección de la sede de 2026, a la que acuden una candidatura norteamericana (México-Estados Unidos y Canadá) y otra de Marruecos.

GRIEZMANN: Su ambición por sentarse “en la mesa de Cristiano y Messi” sólo se verá refrendada con una actuación descollante en el Mundial. “El Principito” se quedó a un paso de lograrlo en la Eurocopa, pero falló en el momento decisivo y ahora cuenta con una nueva oportunidad de demostrar que está a la altura de los mejores.

HOOLIGANS: A priori, la gran amenaza del Mundial. Los antecedentes de la Eurocopa, donde las peleas entre ultras rusos e ingleses sembraron el caos en Marsella, los incidentes violentos de esta temporada por toda Europa y la supuesta alianza entre radicales rusos y argentinos contra los “hooligans” ingleses convierten la seguridad en el gran reto de la organización. El Gobierno ruso, para empezar, ha endurecido la ley por desórdenes; se impondrán penas entre 8 y 15 años de prisión y sanciones de 3 mil a 20 mil euros a los alborotadores.

ISLANDIA: La selección del país menos poblado de la historia del Mundial (335 mil habitantes) es también el “equipo de todos”. Con su simpatía y aspecto de vikingos, los islandeses demostraron en la Eurocopa que son algo más que un equipo exótico, capaces de derrotar incluso a Inglaterra. Exportaron, además, el buen ambiente de su afición y una forma de animar “el aplauso del trueno” -copiado de Motherwell escocés pero popularizado por ellos-, que ha sido imitado por otras hinchadas.

JOGO BONITO: ¿Recuperará Brasil la esencia del juego que le hizo un equipo especial?. A punto de cumplirse 60 años de la conquista del título en Suecia, con Pelé y Garrincha como estandartes de un equipo maravilloso, el equipo de Tite viaja a Rusia con la idea de volver a ganar un título mundial en Europa y otro par de artistas (Neymar y Coutinho) que vuelven a ilusionar. El mundo añora el ‘jogo bonito’.

KILÓMETROS: El país más extenso del mundo acoge un Mundial con sedes que llegan a distar entre sí más de 3 mil kilómetros (de Kaliningrado a Ekaterimburgo). Esto obligará a las selecciones a largos desplazamientos, con la selección española entre las más viajeras. El equipo de Julen Lopetegui ha elegido Krasnodar -que no es sede- como base de su concentración lo que le obligará a recorrer casi 8 mil kilómetros sólo en la primera fase.

LUZHNIKI: Principio y final de la competición. Sobre el antiguo Estadio Central Lenin, que ya acogió los Juegos Olímpicos de 1980 y del que se conserva la fachada, gravitará todo el Mundial, ya que además del partido inaugural y la final, será la sede de tres encuentros de la fase de grupos, uno de octavos y una semifinal. Con una capacidad de 80 mil espectadores, el Luhznikí ha sido remodelado durante cuatro años, tras los Mundiales de Atletismo de 2013, con una inversión de unos 335 millones de dólares.

MESSI: “El fútbol le debe un Mundial a Messi”, ha asegurado el seleccionador argentino, Jorge Sampaoli. Y Messi se lo debe a la historia. Pese a sus conquistas con el Barcelona y tras haber rozado la gloria en Brasil 2014, al mejor jugador del siglo se le exige el título mundial para entrar en olimpo de Pelé y Maradona.

NEYMAR: Si a Messi se le exige el Mundial para sentarse junto a Pelé y Maradona, Neymar precisa ser el líder de una Canarinha campeona para alcanzar a Messi y Cristiano y lograr su ansiado Balón de Oro. Una lesión le apartó hace cuatro años en cuartos de final y otra, esta temporada, le ha dejado sin su partido más importante, ante el Real Madrid en la Liga de Campeones. Ha enfocado toda su recuperación a llegar a tiempo para un Mundial ruso que le ofrece el desquite.

ORANJE: Junto a Italia, la gran ausente del Mundial es la selección holandesa. Tercera en Brasil 2014, la ausencia de los “oranje”, con su colorista y ruidosa afición, se notará en Rusia. Su eliminación es el resultado de la pésima gestión de sus recursos, el progresivo debilitamiento de su Liga y la falta de recambio para una generación -la de los Robben, Van Persie y Sneijder-, que han estirado su presencia durante demasiado tiempo.

PUTIN: Pese a que al presidente ruso no le gusta el fútbol, sino el judo y el esquí, Vladimir Putin sabe de la capacidad propagandística que tiene el mayor espectáculo deportivo del mundo y lo quiere aprovechar. No es sólo una gran ocasión para mostrar al mundo las excelencias de su país o un reclamo para inversores, sino que también puede refrendar sus políticas. Por eso, algunos como el ajedrecista Gary Kasparov han alertado de que puede convertirse en el “Mundial de Putin” y han llamado al boicoteo diplomático. “Neguemos a Putin la confirmación y la gloria que tanto desea”, ha dicho.

QATAR: Aunque no ha logrado la clasificación, Qatar estará muy presente en Rusia 2018. No sólo porque el mundial ruso le entregará el testigo, sino porque en los prolegómenos de éste puede lograr que su fase final se dispute con 48 selecciones, si prospera en el Congreso de Moscú, el 13 de junio, la propuesta de la CONMEBOL, que llega avalada por Gianni Infantino.

RONALDO: Con 33 años, Cristiano Ronaldo se encuentra, probablemente, ante la última oportunidad de brillar en un Mundial, un torneo que se le resiste. Con tres goles en total -uno en cada Copa del Mundo en la que ha participado- y eliminado en la primera fase en Brasil 2014, Ronaldo quiere resarcirse.

SALAH: La gran sensación de la temporada es el egipcio Mohammed Salah. Una lesión en el primer tiempo le apartó de la final de la Liga de Campeones en la que estaba dispuesto a ser protagonista y siembra de dudas su participación en el Mundial. A Salah, sin embargo, se le espera como aire fresco y, si finalmente llega a tiempo, será un motivo de preocupación para Rusia y Uruguay, las dos selecciones que, en teoría, deben copar los dos primeros puestos del grupo A.

TELSTAR 18: Como en torneos anteriores, la polémica sobre el balón del Mundial ha centrado los meses previos al Mundial. La FIFA entrega a cada federación 30 balones tras el sorteo y otros 30 a su llegada a Rusia y, las quejas de los porteros (como De Gea o Ter Stegen), no se han hecho esperar. No es algo nuevo, porque la tecnología se enfoca al espectáculo, es decir hacia la consecución de goles. Con un guiño hacia el primer balón Adidas de un Mundial, el de México’70, el Telstar 18 mantiene los colores blanco y negro, pero con un diseño pixelado que representa el mundo digital. Su nombre es la contracción de Television Star (estrella de la televisión), que es lo que son los jugadores en el Mundial.

URUGUAY: Luis Suárez, Edinson Cavani o Diego Godín quieren despedirse de la escena internacional con una actuación memorable. De la mano, de nuevo, de Óscar Wáshington Tabárez, la Celeste quiere demostrar que “el milagro uruguayo”, capaz de ganar dos Copas del Mundo y de sacar múltiples estrellas mundiales con tan sólo tres millones de habitantes, sigue vivo.

VAR: El gran protagonista del Mundial, antes incluso de que comience la competición, es el VAR. Pase lo que pase, el Mundial de Rusia pasará a la historia por ser el primero que utilice la repetición de las imágenes para corregir errores arbitrales. El videoarbitraje cambia hasta la composición de los equipos arbitrales, que desde ahora añadirán nuevos miembros: VAR y asistentes de VAR 1, 2 y 3. En Rusia 2018, las decisiones arbitrales no se adoptarán únicamente sobre el terreno de juego. Desde una sala de vídeo situada en Moscú, se analizarán los cuatro supuestos en los que se puede avisar a un árbitro de un error manifiesto; para determinar alguna infracción que impida validar un gol, verificar acciones punibles dentro del área o penaltis que no lo son, detectar acciones que merecen la expulsión o confirmar la identificación incorrecta de amonestados.

WADA: El enfrentamiento de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) con las autoridades rusas marca el comienzo de la Copa del Mundo. LA WADA pone bajo la lupa al deporte ruso, porque considera que en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi hubo “dopaje de Estado”. No ha homologado el laboratorio de Moscú, por lo que todos los controles antidopaje del Mundial serán analizados en Lausana (Suiza).

X: La letra que simboliza la incógnita o el signo popularizado por Robert Louis Stevenson para marcar la ubicación del tesoro pirata. Hasta el 15 de julio sobre las 20.00 hora local (18.00 GMT), -en el caso de que no haya prórroga o penaltis- no se despejará la incógnita, no se sabrá quién captura el tesoro de la vigésima primera edición de la Copa del Mundo.

YASHIN: Hablar de fútbol en Rusia es hablar de Lev Yashin. La “araña negra”, el único guardameta que ha ganado un Balón de Oro, es una institución en el país que acoge el Mundial, que ha elegido una imagen suya deteniendo un balón-globo terráqueo para el cartel anunciador del torneo. En un Mundial con Ter Stegen, Courtois, De Gea o Alisson, el recuerdo a Yashin estará muy presente.

ZABIVAKA: Pese a que las mascotas parecen haber caído en desuso, su explotación aún da dividendos, motivo principal para mantenerlas. En Rusia, será Zabivaka, un lobo vestido con la equipación de la selección rusa a punto de patear un balón y cuya traducción viene a ser “el que anota”. Elegido en votación por internet por más de un millón de rusos, Zabivaka se impuso al tigre siberiano, que era el gran favorito.

“Apología del polvo”, esa cosa que es algo y que no es nada: Vicente Rojo y Arnoldo Kraus

martes, noviembre 28th, 2017

Arnoldo Kraus suelta su pluma para dar origen a esta apología, ilustrada por Vicente Rojo con estrellas multicolores, cuyo polvo se esparce entre las páginas y nos invita a disfrutar.

Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).- “Una cosa que no es objeto, un algo que no es nada; así es el polvo: diminuto, único, ubicuo, invitado permanente en nuestras casas y espacios de trabajo, en nuestra infancia y también en la vida adulta; un algo que nos acompaña y nos conforma incluso a nosotros mismos: polvo eres y en polvo te convertirás”, escribe Arnoldo Kraus en Apología del polvo, donde el polvo se convierte en estrellas, a causa del arte de Vicente Rojo.

“¿Qué quiero yo más decir de este libro? Que es un regalo para mí que Vicente lo dibuje”, dice el médico que ha dedicado varios libros a su profesión primaria y que hoy prepara un libro de cuentos breves con el diseñador Alejandro Magallanes.

Verlos juntos es ver a dos amigos entrañables, pero al mismo tiempo una veneración que surge al estar frente a Vicente Rojo, artista plástico, pintor y escultor mexicano, pero nacido en Barcelona en 1932, figura del abstraccionismo, miembro de la Generación de la Ruptura y que hoy, a los 85 años, sigue trabajando sin cesar.

“Además es mi médico. Así que me mantiene como usted me ve” y uno lo ve bien, no mayor a 70 años, involucrado en una exposición que inició el sábado llamada Abecedario, con obras que “a pesar de mi larga edad, también están hechos por un niño”, según declaró a La Jornada.

El polvo es realmente infinito y aunque haya emperadores queriendo impedirlo, las estrellas de Vicente Rojo ahí seguirán las estrellas.

“En las cuatro ocasiones que he tenido yo la suerte de poder colaborar con Vicente, le doy una idea, le mando un manuscrito y si le gusta ya ensamblamos. La idea llega a la ilusión, al deseo, a la necesidad de trabajar en algo diferente. Digo que él pinta las palabras que le dediqué”, cuenta Arnoldo Kraus.

“Las imágenes están hechas especialmente para el libro, tienen su vida propia, pero a mí no se me hubiera ocurrido el tema si no fuera por Arnoldo. El polvo es un tema misterioso y profundo, tal como lo trata él”, cuenta Vicente Rojo.

Kraus y Rojo posan frente a su caja de cuatro y a su Apología del polvo. Foto: SinEmbargo

“El polvo es una materia muy viva, había que ponerse a la altura y yo me puse tan a la altura que hice polvo de estrellas, pensé que le iba a dar un buen aporte visual al libro y que resultaría un buen complemento. Los textos son de una gran belleza”, agrega.

Tras desempolvar la computadora hago lo mismo con la hoja que guarda las anotaciones al margen. Primero soplo y después sacudo el papel. Saltan migajas de pan, gotas de café, restos de gomas de borrar. La mayoría de las hojas finalizan en la basura.

“Pienso que somos polvo realmente, que aquí andamos de paso. Creo que el polvo que seremos vamos a dejar un polvo diferente que es el libro, desde ese punto de vista, los que no somos religiosos y que sabemos que no vamos a renacer ni a reencarnar, pues hemos hecho de la idea del polvo algo diferente, nos gustó trabajar en esto, el tema es extraño y quizás eso le dé un valor agregado al libro”, cuenta Kraus.

“Hay una canción estadounidense, que tocaba Glen Miller y que a mí me encantaba. Que se llama, precisamente “Polvo de estrellas”. Fue muy famosa y yo de niño la oía. Mi infancia fue un poquito difícil –Rojo vivió en un orfanato hasta que su padre, asilado en México, lo mandó a llamar- y en Barcelona veía las estrellas y yo pensaba que mi padre que estaba en México estaba viendo también las estrellas”, relata Vicente.

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“Tengo cierta referencia emocional con las estrellas y me duele muchísimo haberlas perdido. Porque ni siquiera desde Cuernavaca se pueden ver las estrellas. Pensé mucho en la canción durante la confección del libro y pensé que dentro del tono gris que proponía el tema, yo podría hacer algo más brillante y que le diera toda la vida que el polvo tiene”, agrega el artista.

“Tuve la inmensa suerte de que gracias a mi texto, Vicente revivió su época de Barcelona y ese recuerdo de su padre, que se me hace increíblemente tierna”, dice Kraus.

John Fante escribió Pregúntale al polvo. Mientras intentaba labrarse un porvenir como escritor, tras muchos encuentros con el polvo acumulado en los lobos y en los forros de los libros y tras no pocos tropiezos con los ejemplares de la biblioteca Municipal de Los Ángeles, Charles Bukowski, al leer la novela de Fante, escribió: “Yo era joven, pasaba hambre, bebía, quería ser escritor. Casi todos los libros que leía pertenecían a la Biblioteca Municipal del centro de los Ángeles, pero nada de lo que leía tenía que ver conmigo…Un día tomé un libro, lo abrí… Cada renglón poseía vida propia”. Fante y Bukowski encontraron en el polvo argumentos, preguntas y respuestas. Algunas preguntas quedaron en el aire, otras sembraron nuevas dudas y unas más, mientras llegaban las respuestas, se nutrieron del polvo.

“Somos ante todo amigos y hacer un libro para mí con él es un regalo de la vida. Ya hicimos tres libros, sobre el lápiz, sobre las cosas, sobre el libro, y en este sobre el polvo encontró a las estrellas y en el de las cosas hizo un autorretrato con todo lo que le sobraba”, cuenta Arnoldo Kraus.

Una portada polvorienta y eterna. Foto: Especial

“El lápiz fue el primer intento y quizás visualmente más sencillo, lo que me correspondía a mí era dibujar lápices con lápices y con pinceles. Tenemos la costumbre de guardar todos los lápices cuando están a punto de morir y esos lápices fueron a parar a mi autorretrato. Arnoldo hablaba de lapizar la vida, algo que tenemos todos muy cercano”, cuenta Vicente Rojo.

“La apología del libro se prestaba mucho para ambos, él conoce mi obra, yo conozco su literatura y podemos entender bien. Yo empiezo a pensar, a tratar de encontrar las imágenes y el texto lo va ajustando a mi trazo”, agrega.

Polvo de polilla. Larva de insecto. Polvo no polvo: como el que llevan adosado en sus alas las mariposas para mantenerse vivas.

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