Jorge Zepeda Patterson
27/03/2022 - 12:05 am
Tren Maya, lo que no le contaron a Lafourcade
«La naturaleza estaría más cómoda si no se construyeran nuevos asentamientos, carreteras o, en última instancia, si no existieran ciudades o automóviles. La pregunta es cómo equilibrar los beneficios sociales y las necesidades productivas con el cuidado del medio ambiente; y no porque esté de moda esta agenda (…)».
No tengo duda de que algunos de los artistas que participaron en el video para denunciar presuntos daños ambientales por la construcción del Tren Maya lo hicieron llevados por buenas intenciones, convencidos de que al hacerlo participan en una causa justa, Natalia Lafourcade, por ejemplo; pero tampoco tengo duda de que algunos otros, conocidos por sus posiciones antiobradoristas, como Eugenio Derbez, lo hicieron impulsados en gran medida por un interés político.
Que hayan o no criticado otras causas ecológicas en el pasado no es un dato menor, pero en última instancia lo más importante de todo esto es preguntarse si tienen razón, total o en parte, en los argumentos que ahora presentan. Se pueden descalificar las motivaciones o la desinformación de los mensajeros, pero eso no descarta el hecho de que en su mensaje hablan de la destrucción de la selva y el peligro que representa. Es a eso a lo que hay que responder.
Concentrémonos en los argumentos. Primero, habría que decir que el mensaje mismo es ambiguo. Algunas de las intervenciones parecerían tener el propósito de externar tan solo una preocupación sobre el medio ambiente. Lo que deja de ser inocente es el tono catastrofista de algunas otras en las que implícitamente se pide la cancelación de la construcción del Tren Maya: “estamos quitándonos nuestra propia casa”, “destrucción de millones de árboles”, “no necesitamos un tren necesitamos conservar nuestro territorio”. En el video, pues, se traslapan dos objetivos: uno, hasta cierto punto legítimo, que externa una preocupación, y otro, embozado en el anterior, que descalifica el Tren Maya, como lo ha hecho la oposición desde que arrancó el proyecto.
El primer punto es una pregunta válida, lo segundo me parece irresponsable para con una región y una población abandonadas durante siglos, salvo para convertirlos en meseros, jardineros y camareras de la industria hotelera. Los artistas tendrían que valorar la dimensión social que representa el Tren Maya; un detonante económico para las posibilidades productivas de una extensa región más allá de la franja de la Riviera Maya. Y más relevante aún, el potencial de articular a un territorio que hasta ahora ha sido una mera colección de lunares sujetos a una expoliación externa, con poca relación entre sí. Más allá de las polémicas de carácter político, un principio ético y un mínimo de sensibilidad social tendría que llevar a preguntarnos, a quienes vivimos cómodamente en otras regiones más beneficiadas, ya no digamos Hollywood, lo que entraña esta obra para ese gran pedazo atrasado del país.
Toda obra pública y de infraestructura supone un impacto ambiental. La naturaleza estaría más cómoda si no se construyeran nuevos asentamientos, carreteras o, en última instancia, si no existieran ciudades o automóviles. La pregunta es cómo equilibrar los beneficios sociales y las necesidades productivas con el cuidado del medio ambiente; y no porque esté de moda esta agenda, sino porque la contaminación, el agotamiento de mantos acuíferos o los desastres naturales han demostrado que ignorar está dimensión termina afectando trágicamente a la población que se intenta beneficiar. Pero, insisto, se trata de encontrar un equilibrio razonado, no simplemente de rechazar un proyecto por el inevitable daño que podría causar.
En ese sentido, la tesis catastrofista que se introduce en los argumentos presentados en el video me parece que está fuera de lugar. Sin embargo, la otra, que insiste en la necesidad de dimensionar el impacto ambiental del tramo 5, entraña una preocupación válida, por varias razones.
Una, la prisa. El tramo 5, que corría por la carretera, una mucho más amable en términos ecológicos, fue abandonada por la presunta dificultad de asegurar los cotizados terrenos a pie de camino y se llevó a la selva donde la adquisición de predios es más sencilla, pero evidentemente de mayor impacto ambiental. Nunca quedó claro si el problema de fondo era económico (indemnizaciones prohibitivas), jurídico (tramitaciones entrampadas) o técnicas (sobrepeso de pilotes para soportar tramos de tren elevado en el frágil suelo de la Península). Esa vaguedad ha servido para afirmar que la verdadera razón era la fecha de inauguración señalada por el Presidente. No sé si sea el caso, pero centrar la respuesta en descalificar la reputación de los que critican no resuelve la duda: ¿se está incurriendo en altos riesgos ambientales por razones políticas, es decir el calendario electoral, o hay razones técnicas de peso para haber actuado así? Tan fácil como explicarlo, no lo han hecho.
Dos, la ruta de la selva. ¿Construir una vía produce un daño irreversible de consecuencias desestabilizadoras para los mantos acuíferos y en general para la ecología, como afirman los críticos? Unos dirán que la mera incursión en la selva es inadmisible, otros afirmarán que se trata tan sólo de una línea que cruza un amplio territorio al que dejará intocado, y que el impacto puede minimizarse con ingeniería allá donde existan riesgos. Las posiciones se han centrado en descalificaciones políticas, por un lado y, por otro, en argumentos supuestamente científicos, pero demasiado vagos centrados en la precariedad de la región, no en la línea específica de la obra.
Tres, el decreto. La polémica terminaría si la Semarnat y autoridades similares hicieran los estudios con la profundidad y cabalidad pertinentes a partir del proyecto puntual, pero el decreto presidencial que en la práctica exenta a la obra de la necesidad de una aprobación de impacto ambiental, deja el tema cargado de dudas.
Cuatro, un operador político. En enero el director del proyecto fue removido justamente porque la obra iba rezagada respecto al calendario comprometido. En su lugar se trajo a un operador político, Javier May, un funcionario leal al Presidente, para asegurar los cambios y la velocidad de construcción necesaria. La pregunta es si con un funcionario con estas características se corre el riesgo de que cualquier consideración ambiental o daño ecológico sea pasado por alto en aras de cumplir con el encargo recibido.
En mi opinión el Tren Maya es importante y podría ser un parteaguas para la Península y desde luego es una obra emblemática para la 4T. Por lo mismo, habría que asegurarse de hacerlo bien. Nada dañaría más ambos objetivos que subestimar o ignorar futuros daños por acelerar una inauguración. Sea que se regrese a la ruta original, aunque tome más tiempo, o que se transparenten los costos ambientales de hacerlo sobre la selva y se demuestre que son aceptables de cara a los beneficios. El Gobierno debe tener respuestas técnicas para lo anterior, pero hasta ahora sólo escuchamos contra argumentos a una oposición que actúa de mala fe, sin duda, pero explota una duda que está en el aire. @jorgezepedap
Y yo desde mi tricherita haciendo notar la putrefacción por plaga de árboles en el Valle de México, me queda más cerca sin que aquello de la península maya no lo haga mío. Tendremos problemas hidricos si no conservamos los árboles y combatimos la plaga como el musgo.
Sé que tal vez no publiquen mi comentario, ya que la semana pasada tampoco lo hicieron, pero solo quiero decir al Sr. Zepeda Patterson que ya deje de jugar al neutral, porque no le sale y siempre quiere quedar bien de ambos lados del planteamiento. El Tren es mejor hacerlo a no terminarlo y AMLO ha demostrado responsabilidad. Solo por eso merece el veneficio de la duda (Aunque sea de Usted).
Coincido con usted, desde que AMLO dijo que le gustaban las publicaciones de J.Z.P., le llegaron al precio y desde entonces valió.
Suscribo. Los comentarios escritos a este columnista no los publican.
Si, hay comentaritas tibios, al extremo como Federico Arreola que queda bien con TODOS, sean Peña o AMLO. Pero al mismo tiempo los otros tipos de comentaristas tienen su cristal pintado de cierto color y caen en vorágines de exageración o su cristal se ensucia aún más. Los pseudoambientalistas famosos por ser «artistas» abandonaron la escuela muy pronto… sus conocimientos de química y biología son tan pobres que no merecen muchas columnas que digamos, cuando el tema es ecología.
no sé si te haga falta leer más posturas sobre varios temas políticos, pero, desde mi punto de vista, es refrescante ver a alguien que (aunque sea comp dices falso) mantenga una posición neutral (entiéndase hasta objetiva). es agradable no dilucidar evidentes sesgos.
Excelente razonamiento y análisis del tema por Jorge Zepeda. Sigamos promoviendo la libertad de pensamiento, siempre desde el punto de la razón misma, con argumentos sólidos y bien estructurados.
Efectivamente Jorge, hay que recordar la historia reciente, cuando la península no tenia comunicación con el centro de la república, tanto era que hubo un movimiento separatista, las necesidades de la élite se resolvían viajando a Cuba o a Florida, la casta divina domina el entorno y esclavizó a las etnias originales, el henequen fué la riqueza del momento y su cultivo su cosecha y su utilización fué siempre a cargo de esa mano de obra vabarata y explotada. Raones técnicas de los ahora «neoecologistas» desde la distancia tiene un fuerte olor político y oportunista, obviamente el gobierno debe de mostrar con hechos y estudis profesionales que el impacto ambiental será mínimo y compensado.
Razonable artículo. Expando el punto de la necesidad de Manifiesto de Impacto ambiental.(MIA) Debe hacerse. Debe transparentarse. También debe saberse que un MIA no es un manifiesto de NO impacto ambiental. Es un instrumento de valoración del daño, de cómo elegir entre males menores, como mitigarlos y cómo compensarlos ambientalmente. Y, la historia nos enseña que, lo principal es que las medidas de mitigacion y compensacion se cumplan. Ya que desafortunadamente en la mayoría de los casos no sucede, como con la minería. También, cuando hay movimientos sociales interesados y volúmenes cuantiosos de dinero en juego, se puede organizar un fondo ciudadano para cumplimiento de medidas de mitigación y compensación. Por ejemplo para mantener liberados los pasos de fauna, adquisición de sensores sobre fragilidad de techos de ríos y cavernas subterráneos, vigilancia, reforestacion, cuidado de no invasiones, etc. Esto en coordinación con PROFEPA, autoridades ambientales locales y, en particular, con los ejidos cercanos al trazo afectado. Esto podrá también medir el sentido y el alcance de las preocupaciones.
El gobierno del ropavejero se ha caracterizado por la destrucción sin límite . Por tirar el dinero al WC sin rubor alguno. El tren maya , la central avionera , la refinería, se convertirán en elefantes blancos en unos años más.
Como buen priísta, el virrey de palacio nos impuso sus berrinches absurdos sexenales.
Lo bueno: en tres años más se irá a la V más grande de México.
Trataste de decir algo? Porque con tantos insultos y descalificaciones solo diste a entender tu odio y bajo conocimiento de tu realidad
Sé que es imposible, señor Eleuterio, pero échele ganitas y trate de argumentar. Ya nos aburrió con las mismas líneas zafias de siempre. Saluditos.
Sigue Claudia lalito… No te avergüences en dar tu estimado o deseado, siempre y cuando no sea de ficción.
Un posicionamiento sobre el ambiente y el desarrollo. En términos globales considero que el único camino para parar la destrucción es la ralentización del crecimiento. Es decir, disminuir el consumo. En términos de energía, de uso de recursos naturales, de generacion de residuos, de contaminación de suelo, aire, y aguas. Evidentemente empezando por los países regiones y personas que hoy más consumen y que más han acumulado deterioro. Esto significa que también se debe dar la oportunidad de más desarrollo a los menos desarrollados. Quiero entender, deseo, impulso, vigilo que el sentido y destino del tren maya distribuya y equilibre la derrama turística y de producción primaria en toda la península. Por ejemplo ¿cuantos clubes de golf hay en los desarrollos turisticos de la región? Con todo lo que significaron en deforestación y del consumo extremo de agua de riego y por evaporacion. Eugenio Derbez podría motivar a hoteleros, hombres de negocios, visitantes de Gran Turismo a que se cierren los campos de Golf y dejar que la feracidad de la selva avance por sus fueros. Esto compensaría por 10 los impacto dañinos del tren maya al ambiente de la selva. Normalmente, el campo de golf necesita una media de 70 hectáreas de terreno. Entre Cancun y Playa del Carmen hay 7 campos de golf.
#notemetasconelgolf dirán los fifis… jajaja
Por cuestiones de trabajo e podido constatar la autentica cantidad de contaminacion que se esta produciendo por decadas en la minas de durango sonora y chihuahua. Pero no e visto ni oido nunca a ninguno de los que se dicen actores Y payasos como el (derves) deportistas y menos politicos recriminando a quienes les regalaron la libertad de destruir la naturaleza en el entorno a deIchas minas. Que conste que con mi comentario no justifico la detruccion ni siquiera parcial de la selva en riesgo de desruccion. Solo me resta decir que los que opinan por intereses politicos son peor que los que estan de verdad desruyendo a mi MEXICO.COMPROBADO……
Qué bueno que todos tengamos la libertad de opinar del asunto que creamos necesario hacerlo. Pero para ello es requisito indispensable que contemos con los conocimientos suficientes. ¿Los «famosos» del video estarán capacitados para hablar acerca del Tren Maya y de lo que lo rodea?, es evidente que no. Esta gente puede abordar asuntos de modas, referirse a que fue engañada por su cónyuge o ella misma lo hizo, temas de los que las planas de espectáculos de los periódicos están llenas. Si los «famosos» tuvieran un ápice de inteligencia se referirían solo a estos, olvidándose de otros asuntos de los que no entienden ni lo mínimo.
La destrucción de México ha sido enorme con los durante los últimos 50 años, aqui no hay destrucción mas allá de la que produce una carretera, pero los disminuidos prianistas tienen que estar jodiendo que lo único que saben hacer.
Ha un par de kilometros textileras tiran miles de litros al rio ya muy contaminado, a su lado una rastro ilegal que lanza sangre y es mejor no saber que otras cosas, todos lo saben pero nadie hace nada, ahí están los ríos en muchas ciudades contaminadas por la industria, mucha de esta de grandes empresarios y nadie dice nada ni se quiere meter… Esa campaña de odio contra el Tren Maya solo es para los fanáticos de Loret-Brozo-Chumel-Doriga y toda la pandilla del PRIANVOX.
Al fin, agradezco un comentario realmente periodístico como este, buscando los verdaderos argumentos, pensando en las razones, no sólo hablando por hablar. Lo que comenta es justo lo que queremos saber, no por desprestigiar al presidente se debe de hablar por hablar, ya que esos comentarios que algunos externan sólo tienden a politizar ridículamente algo que debe ser fundamentado técnicamente.
buen comentario sobre este asunto que realmente se puede simplificar en términos generales, en relación a las opiniones de las personas, en dos posturas: si apoyas o no que se haga el tren. si lo apoyas, pues evidentemente querrás que se logre, y cualquier inconveniente definitivamente será desafortunado, pero pues al fin y al cabo a partir de ahí se tendría que criticar quizá más la naturaleza de la política mexicana donde los poderes no tienen tanto tiempo para obrar (cuando termina su tiempo en el poder pasa a ser un designio del destino si sus esfuerzos son desechados o continuados). si no lo apoyas, te agarrarás de donde sea para materializar el deseo de ver fracasar a una persona que odias.
a mi parecer está mal que se deforeste más de lo prometido y que quizás haya más afectación de lo anunciado, pero creo que es precisamente por la premura y por los costos políticos que se decidió de esa manera; digo esto basándome en el testimonio que dio luis leal a la jornada sobre la razón por la que el fonatur decidió atravesar la selva después de hablar con las empresas hoteleras, refiriéndome al infame quinto tramo.
Los argumentos que esgrime aquí Jorge Zepeda, son los mismos que nosotros defendíamos cuando se quería construir la Presa Hidroeléctrica La Parota en Acapulco, la posibilidad de construir un polo de desarrollo para una de las zonas más pobres del municipio, los Bienes Comunales de Cacahuatepec.
Paradojas del destino. Los que hoy defienden el Tren Maya, se oponían a la construcción de la presa La Parota eran los fourcades de aquel entonces y eran oposición. Muy desinformados. Todos utilizaban los mismos argumentos en contra y muchos decíamos lo que aquí expresa Jorge.