Jorge Zepeda Patterson
17/09/2023 - 12:05 am
El (in)explicable respeto al «Lic.» Peña Nieto
«(…) como en el caso de Peña Nieto, de los gobernadores priistas o de Trump, cabría preguntarse si tal agradecimiento debería tener tamaña recompensa».
Invariablemente se refiere a él como el licenciado Peña Nieto o Presidente Peña Nieto. Para Andrés Manuel López Obrador el resto de los mandatarios de los últimos 30 años simplemente son Salinas, Zedillo, Fox o Calderón, y normalmente son invocados con algún adjetivo peyorativo. No así su inmediato antecesor. La razón la ha explicado una y otra vez: “tengo que reconocer que el Presidente Peña, a diferencia de los otros dos presidentes, no se metió, es decir, no aceptó hacer trampas y respetó la voluntad del pueblo de México, eso no lo voy a olvidar”, dijo el jueves en medio de los elogios vertidos al gobernador priista del Edomex, Alfredo del Mazo.
El problema es que sí decidió olvidar, por lo menos de cara a la tribuna o a los tribunales, las tropelías del gobierno más frívolo y corrupto de la época moderna. La última administración priista fue la versión política más claramente organizada para expoliar al Estado en beneficio de una camarilla de empresarios y contratistas vinculados a los gobernantes. Y para muchos es evidente que la actitud “democrática” que López Obrador le reconoce a Peña Nieto, en realidad fue un ardid para evitar ser investigado o incriminado ante el inminente triunfo de la oposición. La “heroicidad” que AMLO le atribuye al ahora residente en Madrid, parecería más el fruto de una infamia oportunista: facilitar la entrega del poder a cambio de salvar el pellejo. Y por lo demás, aquello de que no se metió en las elecciones es debatible: su gobierno fincó responsabilidades penales durante la campaña a Ricardo Anaya, el principal rival de López Obrador, mediante un expediente sospechosamente revivido.
Me queda claro que el obradorismo habría vencido con o sin la intervención de Peña Nieto. Podría entender que, para un hombre como López Obrador, convencido de haber sido despojado injustamente de la presidencia doce años antes, o habiéndola perdido seis años más tarde en una campaña excesivamente dispareja por la acción de la maquinaria del dinero y la comunicación, resultó un alivio que, esta vez, el estado mexicano no actuara en su contra. En su lógica, por la razón que haya sido, la actitud de Peña Nieto fue un factor, entre otros, para conseguir la enorme hazaña que llevó a Palacio Nacional a un gobierno del pueblo. Y eso, a su parecer, es suficiente mérito.
Y tampoco hay que ser injustos; tras la experiencia de 2006, el tabasqueño entendió que el sistema tenía que ser derrotado con sus propias reglas, le gustaran o no, porque en el fondo no había otras. De allí su decisión de sumar todo lo que pudiera contribuir a la victoria, así fueran los típicos oportunistas dispuestos siempre a subirse al carro del triunfador. Las alianzas con PVEM o el PES o personajes como Napito, líder de los mineros, o similares no estaban para despreciarse. Tampoco la inesperada complacencia del gobierno federal, que siempre había actuado en su contra.
Todo eso puede entenderse, aunque en ocasiones da la sensación de que al Presidente se le pasa la mano en su reconocimiento. Una cosa es una suerte de perdón tácito frente a los pecados del pasado, otra es la alabanza o, peor aún, la recompensa, como en el caso de gobernadores priistas convertidos en embajadores de su gobierno.
La misma sensación me deja la actitud hacia Donald Trump, cuando el Presidente López Obrador lo llamó amigo de los mexicanos, entre otros elogios, en su discurso de la Casa Blanca, en plena campaña de reelección del republicano o la evidente tardanza en reconocer su derrota. Actuó como sí el país efectivamente le debiera algo por no haber cumplido sus amenazas absurdas. La actitud de López Obrador fue extraordinariamente prudente para llevar las cosas en paz con su furibundo colega. Consiguió disuadir a Trump de intervenir militarmente en contra de los cárteles o declararlos terroristas, o de aplicar tarifas a productos mexicanos como presión para detener a los migrantes de Centroamérica. Algo meritorio, sin duda. Pero eso no significa que debamos elogiar al matón por su generosidad al no cumplir la golpiza prometida. Una cosa es festejar el respeto mutuo y otra favorecer los bonos de Trump en términos políticos, porque todo eso puede sumar en su regreso a la Casa Blanca. Hace unos días afirmó que él no tendría problema en declarar la guerra a México para intervenir en contra de los cárteles.
En otros textos he señalado la preocupación de muchos sobre el “empoderamiento” del Ejército en la administración pública que el Gobierno ha promovido. Y habría que reconocer, sí, la extraordinaria ayuda que los militares han otorgado a la 4T; buena parte de la obra pública construida por López Obrador se debe a ellos, y es comprensible su agradecimiento. Pero, como en el caso de Peña Nieto, de los gobernadores priistas o de Trump, cabría preguntarse si tal agradecimiento debería tener tamaña recompensa. Construir un aeropuerto es una colaboración que no tendría que pagarse con la entrega de ese aeropuerto. ¿Era necesario ofrecer de manera irreversible cuotas en la administración pública tan amplias a los generales e incurrir en los riesgos que eso supone?
En fin, los méritos de López Obrador para hacer posible un giro de timón en la vida pública del país están a la vista; al menos para los muchos que coincidimos con sus banderas, más allá de los negros del arroz que inevitablemente se cometen al intentar tan ambiciosas metas. Solo un hombre con su voluntad pudo poner en movimiento un cambio en favor de los desprotegidos en un país tan desigual como el nuestro. Abrió nuevos caminos a tirones y jalones, y las formas no fueron siempre tersas o aseadas. Imposible saber si se habría logrado con otros modos, pero lo cierto es que, a su manera, lo consiguió.
Sin embargo, no siempre la ventaja inmediata para López Obrador y su circunstancia es lo mejor para el país en lo mediato. Olvidarse de la corrupción de gobernantes priistas, a cambio de favores de último momento, boicotea cualquier intento real de sanear la vida pública; el posible arribo de Trump a Washington no será bueno para México así sea amigo de AMLO y el peso del ejército en las comunicaciones, turismo, aduanas, seguridad pública quita el sueño.
Y sin embargo, habría que decir gracias a sus niveles de aprobación y la obra construida le está dejando a su relevo, Claudia Sheinbaum, condiciones más favorables de las que él tenía. Si en efecto gana los comicios, esperamos que ella pueda empujar una agenda progresista con menos concesiones al México que intentamos dejar atrás. @jorgezepedap
Resultó otro admirador de Quique . Decepcionante, patético , corrupto. Ojalá a los dos los juzguen por sus tropelías en contra de los mexicanos.
Gracias Jorge Zepeda Patterson por este análisis, que nos permite reflexionar objetivamente sobre esta Administración, qué sin duda ha cambiado a México para bien. Entiendo que el cambio no puede ocurrir al 100% en 6 años, pero tampoco podemos aceptar que a cambio de los avances objetivos logrados, se permita el surgimiento de amenazas insoportables para el país.
Jajajajajajajaja no espere mucho del «progresismo», ese progresismo en Latam, es el que no perdona a Colón por descubrir una ruta a America (debatible ante los asentamientos Vikingos) por un lado y perdona hasta a un grupo musical mediocre, que nos desprecia abiertamente a los mexicanos actuales (Yaritza).
Los mismos que creen que matar a un empresario como Garza Sada es justicia y decir comentarios racistas en una conversación privada como Lorenzo Cordova es un acto vil de infamia. ¿Ve la lógica?
Realmente no lo entiendo Jorge Zepeda, es que no es claro que el PRI y el PRD estan en sus horas finales. Por que cree que acaba de ir a la inauguración del proyecto hidrico el Cuchillo en NL y alaba al gobernador. Lo hace por que sabe perfectamente que con ese candidato en la boleta divide el voto y el FAM se van al fondo y en ese fondo el único sobreviviente es la PANdilla. Que necesidad de enjuiciar a un expresidente cuando de antemano se sabe que el poder judicial lo exculparía para que hacer el ridículo, no tiene sentido.
Recuerde que él mismo anunció que las causas abiertas se les daba trámite ahi está la respuesta.
Además donde está Peña? Cree que regresará con claudia de presidenta? NO ,ese autoexilio es mas kabr0n que estar en el bote
No te preocupes IVO mientras estés con Morena estarás seguro, saludos con cariño.
Es refrescante poder leer un análisis que señala aciertos y muestra también los baches. En medio de una continua guerra polarizada, a veces parece que se ha perdido el punto medio, lo que sea que eso signifique. Un análisis así resulta propositivo y es aprovechable, se agradece. Al final la cordura indicaría que todos buscamos lo mismo: el bienestar de todos, el respeto, el equilibrio. Coincido totalmente en que la impecabilidad no puede tener deudas con la inmundicia. El impecable no hace concesiones, en el momento del cambio, cada paso va sentando precedente.
Par de ratas . A fin de cuentas , provienen de la misma escuela de roedores: Insurgentes Norte esquina Buenavista. Hoy amalgamado en un nuevo muégano , PRIMOR.
Pensaba que el PRI era ya de Xóchitl. Hay dos PRIs? Cuál es el fuerte?
La única rata mal parida eres tú, Eduardo Luna. Que te echaron al mundo en un tiradero de basura en el oriente de la cdmx. Jajajaja.
Sigues sin entender porque eres el rey de los pdjos, aunque ya te haya exhibido numerosas ocasiones.
Te lo digo nuevamente.
Si no te has dado cuenta, porque eres muy, pero muy pdjo, dinoXóchitl es candidata del PRI y del PAN.
Ya. No hay más unión que la de ellos. Que además es oficial.
¿Ahora sí, pdjazo? ¿O es demasiada información para que la procesen tus dos neuronas?
Ah, cómo te gusta hacerla de patético patiño.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
El rey de los correctores de estilo más endejetes es : ¡ Luna ¡ .
Ni siquiera atina con la tilde de González y Páez .
Lo dicho ; eres muy rústico , bajado del cerro al son de la chirimía . Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
Más que asco da tristeza , el que se las daba de purificación de agüita de manantial. De tanto jalar de la cadena del WC de Palacio , seguramente se cayó de cabeza en la taza y se manchó de ocre el hocico . Un farsante con tufo de drenaje profundo.
AMLO es una persona que sabe dónde virar, sabe ver afuera del cuadro, y sabe que piezas mover, es una persona demasiado inteligente, extremadamente humana, ahora propios y extraños no tenemos idea de cómo dimensionar a un mexicano que no nos dejó tirados y siguió y siguió luchando y nos ha respondido con creces, porque la conciencia civica, histórica y social, es un legado aunado con sus grandes obras. Claudia tendrá su propia forma, también siempre ahí presente, inteligente trabajadora honesta preparada, y si es mujer que esto nos dará un plus, y si la historia los dimensionara como se debe porque en el presente nos perdemos en miniedades descalificatorias, el tiempo entenderá usted y muchos generadores de opinión que AMLO es único y tiene un gran lugar en la historia de México, ahorita lo ven como un cuadro pegado a los ojos, no dimensionan.
«En fin, los méritos de López Obrador para hacer posible un giro de timón en la vida pública del país están a la vista; al menos para los muchos que coincidimos con sus banderas,» dice Zepeda Patterson.
¿Y entonces por qué las encuestas -de las mismas encuestadoras que le dan buenos niveles de aprobación al presidente- indican que la mayoría de los mexicanos creen que el gobierno ha quedado mucho a deber en temas como seguridad, salud o corrupción?
Hoy en día, a los admiradores de López Obrador les gusta mucho explicar que la presunta Cuarta Transformación consiste en una «revolución de las conciencias» o «un cambio de mentalidad», tal vez para hacernos olvidar que al principio de su mandato el presidente prometió mejoras concretas en temas que pueden medirse fácilmente, como los índices delictivos o la economía familiar. Lo cierto es que mientras esas promesas no se materialicen los méritos de López Obrador serán muy discutibles, sin importar que uno «coincida con sus banderas» o mantenga un sano escepticismo.
Si eres de los que cree que las promesas políticas deben cumplirse al 100% o incluso al 80% entonces te falta barrio. Incluso en el mundo empresarial ahí tienes a Elon Musk que promete fechas para Teslas y SpaceX que nunca se cumplen. O a los entrenadores de los equipos que prometen campeonatos que nunca llegan. Es parte del show (inflado) el prometer mucho y ahí de aque que se lo crea. Lo que si podemos hacer, es comparar en lo básico y escoger al menos pior como hacemos con cónyuge, casa, escuela, ciudad, empleo, comida, etc. Si queremos exigir debemos tambien dar… Podemos cumplir nuestras propias promesas chiquitas?
Parece que no entiende, pero Zepeda por fin saca el cobre y demuestra que es también un «Intelectual Orgánico».
Luego de leer su artículo y luego las opiniones de varios de sus lectores -sospecho que entre algunos persiste un problema de comprensión de lectura- encuentro que resultó desafortunado incluir en un mismo costal tres fenómenos distintos que, aunque se entrecruzan en posturas parecidas por parte del presidente, responden a lógicas diferentes. Un debate de esta naturaleza, con variables que mantienen su independencia, es poco promisorio para llegar a conclusiones más o menos aceptables.
Ignoro si entre la aficiones de Andrés Manuel se encuentra el ajedrez, pero igualmente podría ser el caso si fuese jugador de dominó. Me parece que la evidencia muestra que el político tiene la capacidad para ubicar con qué fichas o piezas cuenta y cuáles están a mano de sus rivales políticos. De igual manera, posee una envidiable capacidad para anticipar jugadas y prever variantes de acuerdo con el lance del contrincante. Seguramente hay elementos emotivos y reactivos ocasionales, pero también la disciplina para regresar a la fría planeación. Todo ello lo menciono porque hasta este momento, todo muestra que va ganando las distintas partidas (muchas de ellas simultáneas) y lejos de permitir el fortalecimiento del rival (o rivales asociados), los ha reducido a su versión más grotesca.
El «reconocimiento» a Peña, la declaración de «amistad» con Trump y el «traspaso» de poder al ejército, no son producto de ocurrencias, sensibilidades atípicas o decisiones descuidadas y aunque yo mismo desearía que las cosas fueran distintas, puedo generar varias hipótesis sobre la causalidad que da origen a cada una de esas situaciones y por ello me sorprende que usted mismo no las haya incluido o contemplado. Seguramente el engrudo hizo «bolas» a causa de esa incorporación forzada de temas en un mismo análisis. Ojalá en algún momento trate los temas por separado y seguramente podrá identificar cuál es el objetivo en cada caso, a quién o a quiénes neutraliza con esa decisión, qué está recibiendo a cambio para poder lograr la meta, de qué manera se fortalece su postura y, finalmente, cómo encaja con un proyecto que es bastante más integral que esos tres elementos sueltos.
Concuerdo y agrego AMLO es más bien un estratega tipo beisbol. Meterse con Peña es inoperante. Peña fue una marioneta, la bronca está con los titiriteros, los de arriba, los que toman las decisiones.
Sr Zepeda está UD completamente equivocado si piensa que hay que darle las gracias a un funcionario al cual se le paga para que haga su trabajo al 100 % efectivo así sea el presidente (que bien se le paga , ya que lo que presume que gana es pura pantalla, sumele lo que nos cuesta su manutencion etc) aparte de que su buen desempeño como UD dice está en duda con tanta corrupción e inseguridad que hay en el país o acaso en las asignaciones de obra sin concurso es pura decencia, peca UD de ingenuo