Jorge Zepeda Patterson
04/07/2021 - 5:00 am
AMLO y el estilo personal de gobernar
Imbuido en sus convicciones, AMLO está intentándolo todo sin ahorrar esfuerzo o energía. Pero si queremos ser honestos, habría que preguntarnos si lo que está haciendo es lo más conveniente para llevar a buen puerto sus propios objetivos.
Nadie puede reprochar al Presidente Andrés Manuel López Obrador que no esté haciendo el mayor esfuerzo. El ritmo vertiginoso, el horario sacrificado y las semanas sin respiro habrían podido fundir a una persona más joven. Giras incesantes en aviones comerciales y circunstancias fatigosas, largos recorridos por carreteras de todo tipo, un sin número de asuntos que dependen de su intervención personal (porque así lo ha querido). Y pese a la tragedia de la pandemia y la inesperada y devastadora crisis económica, el Presidente parece incombustible en su determinación y optimismo.
Imbuido en sus convicciones, AMLO está intentándolo todo sin ahorrar esfuerzo o energía. Pero si queremos ser honestos, habría que preguntarnos si lo que está haciendo es lo más conveniente para llevar a buen puerto sus propios objetivos. Si su propósito es que su Gobierno sea un antes y un después en beneficio de los más necesitados, habría que valorar todo este esfuerzo no solo en términos de sus intenciones, que son loables, sino en función de sus resultados, que es lo que verdaderamente importa.
Supongo que en más de una ocasión el propio Presidente se habrá planteado esta cuestión. Quizá por ello este jueves, en su discurso para celebrar el tercer aniversario de su victoria, dijo lo siguiente:
“Posiblemente haya quienes imaginaron que sería de otra forma o que han llegado a la conclusión, en ejercicio de su libertad y de su criterio, que no comparten mis ideas y que no les gusta mi estilo de Gobierno, mi estilo de gobernar; pero nadie, en honor a la verdad, podrá decir que no he cumplido con mi compromiso de desterrar la corrupción y destinar mi imaginación, experiencia y trabajo en beneficio del pueblo y de la nación”.
Totalmente de acuerdo. Pero también se vale revisar si este estilo de Gobierno es el más eficaz de cara a los grandes objetivos sociales que se ha planteado. Más aún, habría que asegurarse de que no esté en contradicción con sus propias convicciones.
Para los que estamos convencidos de que el país necesita un cambio en beneficio de los sectores populares y que la llegada a Palacio Nacional de un hombre dispuesto a intentar ese cambio es poco menos que un milagro en una sociedad tan desigual como la nuestra, resulta difícil conformarse con un balance que remite simplemente a las buenas intenciones. Una especie de “se intentó sin desmayo, pero no se pudo”. Desde luego se aplaudirá el esfuerzo y se reconocerá la entereza, pero se lamentará el desperdicio de esta oportunidad histórica.
En particular me parece que la estrategia de polarización a la que se entregó el mandatario debilita enormemente los objetivos a los que se debe. Quizá a eso se refiere con su alusión a los que no gustan de su estilo de Gobierno, un estilo que, si bien tiene sus virtudes, también se ha caracterizado por la rijosidad en contra de aquellos que considera adversarios. Argumentar que este ha sido un país polarizado desde hace siglos y que AMLO no hace sino expresarlo, es absurdo al menos por dos razones: primero, porque acentuarlo un día tras otro y proveerlo de combustible no hace sino profundizar las diferencias lo cual exacerba esa polarización. Una cosa es que exista, y otra que el Presidente lo profundice. La misma actitud que da por bueno el argumento de que tirar basura en la banqueta se vale porque de cualquier manera ya está sucia. Y segundo, porque el líder de la nación está obligado a construir puentes y convocar a los ciudadanos y actores sociales y económicos a sumarse, por encima de las diferencias, a resolver los grandes problemas nacionales.
“A mí me gusta que sea peleonero, que les diga sus verdades a los explotadores y corruptos de siempre”, he escuchado en algunas tertulias de la radio. Sin embargo, me parece que eso equivale simplemente a ceder al impulso inmediato, a sacarse la irritación de cualquier manera. A mí lo que me gustaría es que mantuviese bajo control al personaje cargado de reproches y permitiera aflorar al estadista de largo aliento de su discurso del día de la victoria o de la toma de posesión.
Y tampoco es cierto que el Presidente esté obligado moralmente a denunciar a los que hicieron tanto daño, porque en realidad no lo está haciendo. Con razón o sin ella sataniza a periódicos y periodistas todos los días, pero no son tocados ni con el pétalo de una rosa Televisa o TV Azteca, los grandes cómplices que hicieron posible al viejo sistema, que manipularon la información en defensa de las élites y en contra de las causas populares durante décadas. Los más grandes barones del dinero, los que forman parte de la lista de Forbes, los verdaderos beneficiarios de la desigualdad y en gran medida reproductores de ella, forman parte de su consejo empresarial de asesores. Así que no, el Presidente no lo hace porque haya una deuda histórica o un deber moral de denunciar a los que llevaron al pueblo a esta situación. Porque si lo hiciera serían otros a los que estaría fustigando en las Mañaneras, o por lo menos no solo a estos, que ni siquiera son los más importantes.
Si de deber moral se trata, el Presidente tendría que documentar pruebas y llevar a tribunales a los saqueadores y responsables de los males del país. Pero en nada ayuda este pleito interminable cargado de acusaciones y reproches. Así que no, no hay razones éticas o de conciencia que justifiquen alimentar esta polarización; está claro que el pecho de un estadista sí debe ser bodega cuando está de por medio el beneficio de la nación. Así lo hizo con Trump, cuando tendría que haber hecho un reclamo severo a nombre de los mexicanos pero prefirió evitarlo en interés del país.
Ciertamente un discurso cargado de acusaciones sumarias le otorga al Presidente el apoyo popular y el aplauso fácil de la tribuna pero, más allá de ofrecer un desahogo emotivo a las mayorías, en la práctica produce muy poco para cambiar sus condiciones de vida. Se necesitan empleos atractivos y bien pagados y esos solo pueden surgir de nuevas formas de relación entre el capital y el trabajo, y enormes dosis de inversión. Ninguna de esas dos cosas podrán conseguirse con un ambiente de confrontación.
“Ya no me pertenezco, me debo al pueblo”, ha dicho López Obrador reiteradamente. Si en verdad lo cree, tendría que pensar que su estilo personal de gobernar no debería ser aquél que le acomoda a su talante, sino aquél que mejor responda a las necesidades de producir mejores condiciones de vida y estas van más allá del desahogo y el reclamo. Queda medio sexenio para aún intentarlo.
@jorgezepedap
Sin la «actitud» o postura de AMLO habría sido muy difícil lograr una concientización colectiva de la profunda corrupción, desinformación y desigualdad. Ese «unir puentes» es usado desde siempre por gobiernos de cualquier país cómo camuflaje para abusar o mínimo para mirar para «el otro lado».
Es válida la opinión pero quizá sería más productivo (?) ver los inumerables beneficios de abrirle los ojos a un gran sector de la población, en dónde había una obscuridad absoluta generada por los medios (y el mismo gobierno), en lugar de buscar siempre lo que pudo o puede haber hecho mejor y por ende sino manchar, tiznar un gran esfuerzo.
Acaso eso no es también lo opuesto a unir puentes?
Obrador no es perfecto ni nadie lo será, pero no es corrupto, algo ya de por sí único en la historia reciente. Y si podría unificar más y podría ser bueno, pero si nos dan a escoger entre un «unidor de puentes» que le de continuidad total o parcial a la barbaridad que teníamos y un nuevo camino de ojos más alertas, con sus riesgos, me quedo con lo segundo. Sin duda.
suscribo completamente!!
Qué buen análisis de Jorge Zepeda. Como alguien dijo: Ojalá lo lean en Palacio.
La prensa parece que es como los millenials, generación de mazapán. Si lo que les dicen los ofenden por ser verdad, entonce no tienen porque preocuparse. Si lo que les dicen es falso, entonces hagan su sección de mentiras para defenderse. Vamos, hasta el carismático Jesús de Nazaret volteó las mesas de mercaderes y puso a pelear a las familias entre sí… Qué santo quieren?
Citas sin leer cuando eres un fantoche , como tú comprenderás , estimado participante pelotero , mal dotado intelectualmente y atracción de circo de pulgas. Si bien ya están prohibidos los animales en las carpas , no los insectos. Saludos ; juarjuarjuar ¡¡¡
En el Palacio el monarca no lee nada, quizá a sus moneros de cabecera sí . Sin embargo , no basta entender los monitos de la tira cómica dominical para gobernar un país . Lo suyo son las matinés de carpa , su programa , » quién es quién en las mentiras lo acerca a los programas cómicos de Eugenio Derbez . De este tamaño es nuestra tragedia.
Casi todos los días cita un libro, un autor literario o de historia: Carpentier, López Velarde, La visión de los vencidos, Cortázar… y obviamente lo que publican los principales medios del país. Sólo un analfabeta funcional como tú, que no sabe ni abrir los signos de interrogación, puede citar a su héroe Derbez. ¿Tragedia? Pues sí, para los rateros prianistas y sus escarabajos peloteros, como tú. Jajajajaja.
No es lo mismo citar que leer , bobo. Es el fulano menos dotado intelectualmente ( igual que tú ) . Desde Díaz Ordaz no padecíamos de un sutano así.
¿Y cómo citas sin leer, tontón? No hables de dotación intelectual porque es morderte las dos neuronas que te dan para medio escribir. Jo, cómo haces reír, Eleuterio.
El meollo es: miente o dice la verdad? Porque los adversarios políticos del presidente tienden a mentir y difamar.
El doctor House decía que «todos mentimos». Lo anterior será mentira? No, sino que a veces lo hacemos y a veces no. Desde la lucha dentro del reino animal hasta en las religiones más sofisticadas.
Inbuido, en sus propias convicciónes. Sin saner que sucedera, o jacrr un alto para respirar, gestionar y tomar una desicion. A la basura tabasqueña, el es, el. Su ego es mas grande que palacio nacional, su estupidez mas ancha que la cenadora,TENGA PARA QUE APRENDA.
Excelente aportación, me da gusto que el camino de la lógica y el sentido común multiplicado por la información se lean de nuevo en tus aportaciones!! Muy cierto, no solo en lo político si no en todos los aspectos de la vida, la gente se debe conducir por los medios y caminos que mejores resultados den… pensar y hablar con las entrañas no es bueno para nadie, esperemos y en la mitad del sexenio que queda AMLO cree puentes y caminos entre el capital y la pobreza-ignoracia, en lugar de polarizar aun mas nuestra sociedad..
Muy buen artículo. Equilibrado entre la crítica constructiva hacia las grandes fallas junto con los enromes pendientes, y el reconocimiento merecido hacia las intenciones y la energía personal desplegada por el actual presidente. Quien ha movido la información y desinformación de impacto masivo no ha sido la decena de periodistas-articulistas, ni el puñado de periódicos que AMLO ya tomó como su bestia negra, como sus némesis y adversarios jurados. Han sido las dos televisoras, a quienes, como lo señala Zepeda Patterson, «no las toca ni con el pétalo de una rosa». Así que tiene fundamento en los hechos la observación de que López Obrador continúa su despropósito de erigirse como inquisidor para ofrecerle a sus seguidores leña, sambenitos y personas con las cuales seguir alimentando las lumbres de la polarización. Y ciertos personajes del otro bando, «feliz, feliz, feliz», porque el presidente les facilita la oportunidad para presentarse como víctimas, héroes y vindicadores de la libertad. ¿Dóriga, Loret, Gómez Leyva? Me pregunto si acaso ellos estuvieran aun en la nómina de Televisa, López Obrador arremetería en su contra de la manera en que lo hace, con el poder simbólico y el poder político del Estado. Por cierto, otro ejemplo de estas malas decisiones presidenciales es seguir porfiando en su cruzada moralina y aderezada de insultos contra esa fantasmagoría sociológica que él llama «clase media». Dada la violencia que azota al país, flaco favor le hace el presidente a alimentar este ambiente de violencias simbólicas y físicas con sus inquinas, pleitos rateros, broncas que son indignas de la investidura y de él como la persona honesta que es.
acertado en sus comentarios sr. cepeda p. amlo esta poniendo la primera piedra para que vayamos a un pais de primer mundo donde lo primero es desaparecer la corrupcion y enrequicimiento inexplicable de los gobernantes y politicos…claro que no llegaremos a verlo sin embargo todo tiene un principio.
El estilo de AMLO es lo que el País necesitaba para acabar con años de corrupción y deshonestidad con que los Prianistas desgobernaron, los resultados están a la vista aunque a muchos les moleste.
Pues a usted señor Zepeda, si lo lee…. Ojalá le haga caso!!!!
Totalmente de acuerdo con J. Zepeda P. El estilo de gobernar de un presidente debe sujetarse a las circunstancias e intereses de la nación. Tender puentes e interactuar con todas las fuerzas políticas y económicas, buscando hacerlas participar en su proyecto de país, sacrificando impulsos personales. Y pues sí, quedan 3 años. Ojalá que además de leerlo, lo tome en cuenta…
Aunque es difícil no estar de acuerdo en casi todo con ZP, hay una frase de su columna, en la que se lee: «…Se necesitan empleos atractivos y bien pagados y esos solo pueden surgir de nuevas formas de relación entre el capital y el trabajo, y enormes dosis de inversión…» Muy bien, de inmediato me llegó a la mente el caso de los productores particulares de energía eléctrica. Y, cuando se entiende bien el fraude que están haciendo a la nación, uno se pregunta ¿cómo no confrontarse con ellos? ¿Cómo permitir ese saqueo descarado? ¿Cómo convencerlos de que se ordenen? ¿Cómo seguir tolerando ese mercado eléctrico paralelo mafioso? Acorde a lo que dijo AMLO, ya los invitó a renegociar los contratos y sólo algunos aceptaron. ¿Entónces? ¿Hacerse de la vista gorda y dejar en paz a los abusivos, que son herencias del prianrd? De ninguna manera. Si eso significa confrontar a X. Glez, a de Hoyos y a sus satélites del prianrd, bienvenida la confrontación.
suscribo completamente!!