Jorge Zepeda Patterson

06/09/2020 - 12:05 am

El deber de disentir

Los colores se reducen al blanco y negro y el mundo se empobrece cuando las opiniones ajenas solo pueden calificarse como amigas o enemigas, y únicamente existen incondicionales o traidores.

Desde luego que hay una crítica mal intencionada dedicada a desgastar y perjudicar la imagen de López Obrador y su Gobierno. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

Sostiene López Obrador que desde Francisco I. Madero no ha habido un Presidente más criticado que él. Imposible confirmarlo porque no hay una estadística al respecto, pero seguramente tiene razón. Primero, porque durante décadas resultaba poco menos que prohibido criticar al Presidente y segundo porque, cuando por fin se pudo, los cuestionamientos nunca fueron generalizados (entre otras cosas porque los grandes medios de comunicación tenían la precaución de mantener una línea editorial más o menos oficialista). Hoy, en cambio, el grueso de los diarios, de los espacios radiofónicos y de televisión, de las columnas y tertulias políticas acribillan a López Obrador por lo que dijo o no dijo, por lo que hizo o no hizo. Por las mañanas el Presidente suele hacer el recuento de daños, quejándose de la mala leche de un determinado diario o de una columna en particular. Y tiene razón, muchos no lo quieren.

Pero en algo se equivoca el Presidente cuando asegura que toda esa crítica es espuria y mal intencionada. Para él la ecuación es muy sencilla: el pueblo me apoya porque yo estoy a favor del pueblo, los que me critican no están a favor del pueblo, sino en contra de él y eso los hace moralmente reprobables. Una vez asumida esa conclusión, la descalificación es inevitable: quien lo critica está defendiendo los privilegios y la corrupción.

La síntesis de este sentimiento quedó resumido en su comentada frase: “o se está con la transformación o en contra de la transformación”. El Presidente fue cuestionado en amplios círculos nacionales e internacionales cuando se comparó este pensamiento con el de regímenes totalitarios, defensores de una ideología única. López Obrador no volvió a usarlo, e incluso ha mencionado una y otra vez la necesidad de la crítica y su legitimidad en una sociedad democrática. Sin embargo, en cada mañanera expresa la indignación del día por los señalamientos que se hacen a su Gobierno: “nadie me defiende”, dijo el viernes pasado. En la práctica, al decirlo, estaría sosteniendo que no cabe otra posibilidad que defenderlo o atacarlo.

Desde luego que hay una crítica mal intencionada dedicada a desgastar y perjudicar la imagen de López Obrador y su Gobierno. Sus frases se sacan de contexto, se exageran y distorsionan. Es un ataque que proviene de adversarios políticos que esperarían obtener ganancia de su debilidad y su caída; también procede de aquellos que han generado animadversión sea por razones ideológicas o materiales y consideran que cualquier guerra sucia es justificable. Asumirán que el fin justifica los medios. Es a esta crítica, exagerada y muchas veces infundada, a la que López Obrador se refiere cuando insiste en la necesidad de aclarar, replicar y desmentir la desinformación y los ataques. Hay periodistas y medios que resienten la caída de sus ingresos y alimentan una cruzada en toda la línea destinada a socavar al Presidente. Están dedicados de tiempo completo a buscar y exhibir todo aquello que pueda dejar mal parada a la 4T, se justifique o no.

El problema es cuando el Presidente asume que todo cuestionamiento responde a estos motivos. Hay muchos otros críticos (periodistas, intelectuales, académicos, miembros de las ONGs, líderes y actores de la sociedad civil) que simple y sencillamente no coinciden con el mandatario, sea por razones ideológicas o por considerar inadecuadas sus políticas concretas. Muchos de ellos, incluso, podrían estar de acuerdo con buena parte de su diagnóstico sobre los problemas de México, pero difieren en la manera en que los ha encarado. Por ejemplo, aquellos que aceptarían que ahora es el tiempo de los pobres, pero repudian las entregas de dinero directo bajo el viejo refrán “mejor enseñar a pescar que regalar pescado”. De estos círculos suelen surgir cuestionamientos que intentan ser razonados, aunque en la medida en que se hacen desde una perspectiva ideológica distinta a la del Presidente, éste termina por considerarlos igualmente sospechosos y al servicio de los que impiden el cambio. En realidad ambas posiciones tienen su propia lógica; cuando se observa la 4T desde los intereses de las clases medias y altas, habría muchas cosas que podrían reprochársele al nuevo Gobierno; pero cuando se observan desde la perspectiva del México abandonado, los actos de la administración adquieren un sentido diferente. Dos lógicas distintas, según se miren. Difícilmente coincidirán, pero eso no significa que sus diferencias obedezcan a la deshonestidad.

Pero también hay una crítica desde la propia acera en la que camina el Presidente. Aquellos que consideran no solo que sus banderas son las necesarias sino también las políticas públicas destinadas a aterrizarlas. Y justamente porque se cree en ellas, es importante asegurar que se subsanen los errores que se cometen sobre la marcha, se revisen los desaciertos que existen y seguirán existiendo, se examinen las prioridades contraproducentes y se aborden los excesos y deslices inevitables. Nadie es infalible en el asiento del poder y mucho menos en una realidad tan compleja y cambiante como la que vivimos; nadie nace experto en la conducción de un país. Para ser exitoso el sexenio tendría que ser un proceso de ajuste continuo, de aprendizaje incesante en el duro oficio de conducir un barco en aguas tempestuosas. Pero no es posible construir un círculo virtuoso a partir del ensayo y el error allá donde señalar un error es considerado un acto desleal o perverso.

Los colores se reducen al blanco y negro y el mundo se empobrece cuando las opiniones ajenas solo pueden calificarse como amigas o enemigas, y únicamente existen incondicionales o traidores. Urge incorporar el pensamiento crítico a la corte, y eso solo puede hacerlo el soberano.

Jorge Zepeda Patterson

Es periodista y escritor.

https://dev.sinembargo.mx/author/jorgezepeda/

14 comentarios "El deber de disentir"

  1. Creo que UD es de los pocos periodistas objetivos que efectivamente saben reconocer lo bueno de este gobierno pero que también de manera objetiva señala los errores. En esta ocasión si difiero ya que hay que ver las columnas de los principales diarios y absolutamente todos atacan al Presidente. Afortunadamente habemos muchos que dejamos de creer en esos pseudoperiodistas y nos informamos en otros medios y por supuesto en las mañaneras

    1. El hecho de que no creas en ellos los hace pseudo periodistas. Ya estás como el presidente. Simplemente no los leas y asunto arreglado.

  2. Es una rareza que Zepeda Patterson haga una crítica, aunque sea suave como esta, al presidente. Generalmente, tenemos de él un tono concoliador sobre los desaciertos de la 4t, o bien, propagandísticos como el artículo que escribió sobre qué hacer con gatell y nos dejó una gráfica que compara a México contra otros países intentando minimizar la muerte de 60,000 mexicanos, como si sirviese de algo comparar tragedias.
    Zepeda Patterson nos habla del deber de disernir, aduciendo que ‘el mundo se empobrece cuando las opiniones ajenas solo pueden calificarse como amigas o enemigas’, pero este es un gobierno para pobres, eso lo escuchamos ad nausam del presidente y su séquito.
    El deber de disernir, debería ser también el deber de denunciar los abusos de los gobiernos pasados y en turno y no salir linchados, el deber de aplicar la leyes y no pasárselas por el arco del triunfo cuando así conviente a la 4t, no tratar de minimizarlas con ‘antes estábamos pior’. El deber de gobernar para toda la sociedad, no solo para un grupo de privilegiados desprivilegiados.
    Ud espera que el presidente acepte la crítica cuando lo único que espera es que se le alude, que se le disculpen sus torpezas porque los otros eran peor que él. Espere sentado porque eso nunca ocurrirá, así como el uso del cubreboca y el fin de la corrupción.
    El presidente, como ud, ya no menciona la epidemia, ya está superada, y nos prepara una distracción más para que la gente no tenga tiempo de pensar en la crisis sanitaria y económica en la que está hundido el país.
    Tenemos que celebrar que el presidente decida invertir miles de millones de pesos en obras inútiles, pero no poner ese dinero en hacer más pruebas a la población, en protger la salud de los mexicanos, el de mitigar el impacto económico entre los más pobres, esos que son la razón de ser de este gobierno.
    Millones viven ahora en la miseria, otros tantos se han convertido en desempleados permanentes, otros han cerrado sus negocios, otros se han terminado sus ahorros y están hasta el cuello de deudas, otros viven en las calles porque no pudieron pagar la renta, ninhos y adolescentes no continuarán sus estudios por falta de recursos, la inflación en aumento, la inversión privada nacional y extranjera en mínimos históricos, y tenemos que celebrar eso, porque hacérselo saber al presidente es ser su enemigo, traidor a la patria, fifi, criollo, conservador, y todos los términos acunhados por el presidente para descalificar a los que le senhalan la realidad.
    amlo, como marca regristrada por el presidente y su esposa para seguir viviendo de las regalías de la venta de sus camisetas, gorras, matracas, vasos, tazas, papel higiénico, etc, etc, ni lópez portillo llegó a esas bajezas.
    Sr Zepeda Patterson, el presidente dice que esta crisis le cayó como anillo al dedo. 68,000 muertes para el presidente de los pobres son solo una estadística.
    viva amlo, marca registrada.

  3. El hecho de que no creas en ellos los hace pseudo periodistas. Ya estás como el presidente. Simplemente no los leas y asunto arreglado.

  4. Aclaro primero que soy lopezobradorista, pero no por eso estoy de acuerdo con sus procedimientos.
    Para mi está muy claro que su visión de la realidad de México y el mundo, es defectuosa y lamentable.
    Basta observar que su diario discurso es contrario a la unificación del tejido social, y todos sabemos que dividir es destruir.
    No se puede gobernar solo para una parte del país como se ha hecho durante casi toda nuestra historia.

  5. Generalmente quienes lo critican ya sea medios de comunicación, empresas o personas ligadas a estas empresas o grupos políticos que en su momento se beneficiaron con los gobiernos anteriores ahora se ven afectados; ejemplos El Financiero, El Universal, Televisa, PRI, PAN personas como Enrique Krauze, Carlos Loret de Mola Victor Trujillo y un largo etcétera estos son la gran mayoría, los pocos, son críticos que realmente ven objetivamente discrepancias en el actual o decir del presidente y su gobierno, Po esto muy pocos creen que Andrés Manuel López Obrador esté equivocado y usted Sr. Jorge Zepeda Patterson ¿a cuál de estos dos grupos pertenece?

    1. Y los que no ? que somos, extraños o ajenos ?. el presidente solo gobierna para 29 962 000 millones de mexicanos. Esa es la cantidad que voto restandole los fallecidos por covid y falta restarle los de violencia otros 65 mil mas. El es juez y verdugo de todos y de aquellos, eso no puede ser. Un presidente trepresenta al estado-nacion y no a la colonia de donde salio, es imagen y figura al interio y exterior , no es simple encargado de la fiestas del pueblo. El coloco la vara a la altura que el quiso, ahora que cumpla, por que esta pasando a la historia como el peor error de Mexico, y superando a fox. Al fin basura tabasqueña.

  6. Incompetencia, impertinencia, estulticia, mezquindad. Nunca se había visto tanto en un mandatario mexicano o vas a negar que no. No es necesario tener una agenda o un motivo escondido. El «lujo» de presidente esta llevando al país a un desastre de proporciones cataclísmicas. La corrupción que dice haberse acabado se multiplica aun en su circulo mas cercano, encima sus conferencias merolicas solo hacen despliegue de su necedad. Sin irme mucho hacia atras, acabe de auto-comprarse boletos de su «rifa» con dinero incautado. Eso es peculado, en lugar de proporcionar apoyos directos a los hospitales les acaba de dar boletos de su «rifa». Que poca madre de presidente de 4ta.

    1. Bla bla bla, por más que repitas tus mantras eso no los convierte en realidad.El desastre de proporciones cataclísmicas lo hemos vivido en estos 36 años de neoliberalismo. Si en algo no se les puede ganar a los del PRI-PAN es en lo corruptos, saqueadores, vendepatrias, asesinos. No conoces la tipificación legal de peculado, y tus presidentes anteriores eran de verdad incompetentes, mezquinos, impertinentes, estultos y hasta agentes de la CIA como Díaz Ordaz o Echeverría. No nos heredaron una Suiza. A ver si te vas dando cuenta que ese México que añoras no era el paraíso, era el infierno de narcos, huachicoleros, ecocidas, pobreza, saqueo, corrupción, carestía, enfermedades, abandono de obras públicas, charrismo sindical, asociaciones fantasma que saqueaban al erario, etc. Todo eso es lo que estamos tratando de cambiar. No te quejes sin en menos de 2 años no se ha podido corregir lo que ustedes dejaron podrir por décadas.

  7. Hay que enseñarles a pescar, para compararles su pescado muy barato, eso han pensado los que hicieron de la pobreza una forma de gobierno.

  8. Jorge, no sé si lo recuerdas, pero precisamente el Presidente te mencionó a tí como ejemplo de periodista profesional, que ejerce la crítica y analiza la realidad de una manera más imparcial y objetiva. Lamentablemente los periodistas como tú son muy pocos, los que ejercen crítica constructiva se cuentan con los dedos, la mayoría ejerce la crítica destructiva, incapaces de reconocerle el más mínimo acierto al presente gobierno, empeñados en presentar una visión apocalíptica del desempeño de la administración actual. El problema aquí es la crítica de verdad apartidista es prácticamente inexistente, y lo que podrían y deberían ser críticas constructivas son en realidad denostaciones viscerales hasta por las cosas más insignificantes y hasta falsas.

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