La constelación de escorpión. Foto: Shutterstuck.
Me recuesto boca arriba y espero a que llegue. La escucho entrar, conozco el taconeo. Conozco sus ruidos. Todos. Cómo se enoja, cómo mastica, cómo gime, cómo canta, cómo sopla, cómo finge cualquier cosa. Llega a mí, me muerde la boca y luego se va corriendo al baño. Mea y me coquetea desde el excusado. Ahí, con los calzones a media pantorrilla, me guiña un ojo. Siento peces nadarme desde el estómago hasta las entrañas.
Te extrañé, dice y se recuesta a un ladito mío. Comienza a acariciarme. Perdón por no estar rasurada, le digo sin sentir vergüenza. Sonríe y va directo a los pantalones. Los baja, me juguetea con la lengua, me recorre, se hunde. Tenemos sexo, un montón. Y nos metemos debajo de las sábanas porque el frío es miedo y tenemos, también, un montón.
Huelo su nuca un buen rato. Estoy meciéndome en su cabello. Ahí, viéndole las estrellas. ¿Nos bañamos? Pregunta. Te alcanzo, le digo. Se levanta, se contonea y se le erizan los pezones. Está helado, dice y se va a la regadera. Me quedo ahí. Voooy, le grito y desbloqueo su celular. Busco. Busco. Encuentro. ¿Cuándo vuelvo a verte?, dice el último de los mensajes de una conversación.
Histeria, olfato, instinto. Soy tres. Mujer. Loba. Bruja. Volverán a verse, pienso. Se gustan, se cuentan cosas, bobadas: ten esta canción; toma este poema; cuando niña tuve un pato; ¡yo un becerro!; foto por la mañana; foto por la noche; ten esta otra canción; ten este otro poema. Te ansío, le escribe la otra ella a la mía. ¿Cuándo vuelvo a verte?, pregunta mi ella.
Siento escorpiones salirme del corazón. Me recuesto boca arriba. Ojalá se abriera el techo y una aspiradora gigante viniera a chuparme todo el veneno. Te esperé, dice al aparecer mientras se acomoda la toalla en la cabeza. Yo también, contesto. Hablemos, no te vistas; si elegimos con amor dejaremos de tiritar. Incluso si decidimos no quedarnos.
Magistral, tampoco estoy con Alejandra, podría decir hace cuanto, pero el tiempo no aplica para estos casos, también siento escorpiones saliendome del corazón, probablemente esté con otro, uno siente esas cosas y en algún punto dejan de importar, pero en otro son yagas abiertas, será cuestión de tiempo, todos dicen paciencia pero es lo que menos tengo, quisiera que ella también me extrañara.
Me encantó.
Bibianita gracias; pero honestamente poco o nada nos interesan tus preferencias sexuales y menos tus fantasias o perversiones.
¿A ti te interesarian las mias o las de otras personas?
Si anda con dos. Simple y sencillamente no “ama” a ninguna de las dos. Ten un poco de dignidad y dile que se decida por una de las dos. Ya encontraras a otra, mas adelante.
Me envuelves con tus textos, más que bueno, Excelente. Felicidades. Ámate y disfruta cada momento de esta maravillosa Vida Tu Fan número Uno. Te Amo
Hola Bibiana
Me movió un chorro de cosas tu texto. Pero yo era la que se bañaba y él el que revisaba los mensajes. Y los planes con un tercero solo estaban en su cabeza…
Ahora que lo analizo, ni se parecen los casos, pero como bien dice Noviembre, hay heridas en que el tiempo no aplica.
Como siempre aburrido lo que escribes.
Y me disculpo con los demás lectores por no ser otra “foca aplaudidora”.
Tú sí tienes identidad. Al menos sabes que eres una foca (aunque no aplaudas).
A mi encanto lo que escribiste, y yo era la que me bañaba mientras ella me revisaba el tel, y yo sentia escorpiones en el estomago por sentirme descubierta y el dolor que le causaba.
Hola Alicia y ¿por qué lo hacías, no era mejor terminar e iniciar una nueva relación, o lo qué te hacia sentir viva era esa adrenalida de ser descubierta?
Saludos
que decepcion tan guapa que estas
¿Porque no intentas con un hombre?
Es lo normal, natural y sano.
Me encanto el articulo de Bibiana. Y quien no este de acuerdo con la vida personal de Bibiana, pues no la lea y ya.
Me identifiqué gachisimooo, yo era quien revisaba y si, el que busca siempre encuentra, al final ha decidido quedarse conmigo,pero aún no sé, si eso ha sido lo mejor. Besos