Aunque se niegue en declaraciones oficiales y pláticas ciudadanas, desde hace décadas es bien sabido que el vecino del norte nos dicta el rumbo político y económico; hoy comenzamos a contar con pruebas documentales vía Edward Snowden.
Como país complaciente en los temas de interés para los Estados Unidos, tenemos nula posibilidad de reaccionar con dignidad ante asuntos como el espionaje. Valga de ejemplo el guión que le mandaron a Janet Napolitano para su encuentro con Peña Nieto el 24 de julio. Esta semana trascendió el oficio, al que se apegaron los hechos como a un guión de cine.
La cosa empieza con que la ONG llamada Archivo de Seguridad Nacional (NSA, siglas en inglés) obtuvo el documento elaborado por el Departamento de Seguridad Interna (DHS), mediante una solicitud de acceso a esa información –como si fuera ante el IFAI, pero rápido. El reportero Daniel Lizárraga mostró el texto ayer en Noticias MVS.
El mensaje a la señora Napolitano: “Los mexicanos señalaron que esperan tu reunión con el Presidente Nieto (sic) para poner punto final a los problemas relacionados con las filtraciones de Snowden, que está escalando la prensa mexicana.”
Esa decisión de Los Pinos, sacar de la prensa mexicana el escándalo del espionaje mundial que opera Washington, no tiene otra lectura que el servilismo. Lo único que dijo Peña Nieto en esas fechas fue que pediría una explicación a Obama. La madura reclamación de Dilma Rousseff por la intromisión de EE.UU. en Brasil, contrastó con la tímida, casi involuntaria solicitud de Los Pinos.
Al hacerse público que la Casa Blanca también espió a Calderón, el ahora profesor de Harvard sí se mostró agraviado y reclamó con orgullo; y uno se pregunta por qué no hizo lo mismo mientras fue presidente, ya que según Fox todo gobierno sabe que se le espía; dijo eso con desenfado, destacando lo “absurdo” de la indignación nacional, y no lo inaceptable del espionaje. Como que le quiso suavizar las críticas a Obama.
La verdad es que sin necesidad de oficios ni grabaciones, las evidencias ya son tantas que es imposible soslayar el papel sumiso de nuestros gobiernos ante Washington. Lo malo, lo peor, es que con ese ánimo y ese concepto de patria se cambian las leyes, se imparten los castigos y perdones, se proyectan las finanzas y se venden los recursos naturales de México.
Las anécdotas que vamos conociendo, como esto del espionaje, sólo confirman la sumisión gubernamental dócil, una obediencia borreguil que empareja las ideologías partidistas en turbias cesiones contrarias al interés del pueblo. Allá los funcionarios en las nubes, acá nosotros a nivel banqueta. Y acá abajo también nos juntamos los de un color y los de otro porque la opresión nos revuelve a todos… menos al 1% de la cumbre, ya se dijo.
Ahora sabemos con papeles lo que antes sabíamos con el análisis : Desde hace muchos sexenios los gobernantes de este país sirven a los intereses de los gringos principalmente, bajo el acuerdo de que estos gringos les dan una partecita de sus jugosos negocios.
Esto es todo lo que les interesa: dinero, poder, dinero, poder.
El espionaje es un acuerdo pactado tácitamente por los flamantes presidentes mexicanos. Algunos como Peña dejan saber que no les importa, y otros como Calderón se hacen los indignados, pero la verdad es que todos saben que su amo los vigila de noche y de día. Requete saben, y lo aprueban.
Pero ahora con los cables que se han filtrado, no les dará ni tantita vergüenza ? Pues no, creo que no…
Big Brother se ve en el espejo, Marcela. El espiador es espiado y así nos enteramos de la vigilancia que describió Orwel en su 1984. No anticipó él, ni Jules Claretie en su libro “París desde sus orígenes hasta el año 3,000” (1886), que el débil, el vigilado fuera quien pusiera al descubierto el espionaje en toda su magnitud, precisamente espiando al observador.
La afirmación de Fox es válida, el espionaje existe, pero una pregunta sigue viva, retadora: ¿Por qué en México llegamos a estos extremos?
Al igual que lo hizo durante su gobierno Calderon trata de engañar con su reclamo por el espionaje ¿Ya no se acuerda que fue el quien autorizo a los gringos para que instalaran las 7 agencias de espionaje en el edificio de Reforma 257? Donde por cierto por pura casualidad también estan las oficinas de la compañia de telecomunciones de AXTEL, antes AVANTEL.
Para que México pudiera reclamar por el espionaje como lo hicieron la Sra Merkel de Alemania o la Sra Rouseff de Brasil que son verdaderas jefas de gobierno, seria necesario que Peña NIeto fuera un verdadero jefe de gobierno soberano e independiente que por desgracia no lo es.
De acuerdo contigo, Carlos. Creo que la fantasía esa de la clase gobernante, en la que imaginan que con una declaración cambia la realidad, encuentra su más obsesivo impulsor en Calderón. Pero la masa social ve cada vez más estos detalles que tú documentas con datos. Difícil saber si lo que sigue es el derrumbe de estos mitos o un relanzamiento de la manipulación masiva con nuevas técnicas. La diferencia será lo que cada persona haga dentro de sus posibilidades, por una opción o la otra: actuar o sólo ver.