MICROHISTORIAS: INICIOS DEL FUTBOL AMERICANO EN EL PAÍS

Autor: Daniel Luna

Desde sus primeros momentos, 1869, el football era practicado por universitarios en los Estados Unidos. En la época de los primeros juegos no había reglas definidas aún y el deporte era muy parecido al rugby. Al paso de los años, éstas fueron establecidas entre las universidades de Princeton, Yale, Columbia y Rutgers. Estos centros educativos también fundaron la Asociación Intercolegial de Football y acordaron en 15 el número de jugadores. En 1880, Walter Camp, padre del fútbol americano, estableció las reglas del deporte: redujo los jugadores a 11, propuso que las jugadas ofensivas iniciaran desde una línea de scrimmage (conocida en español como línea de golpeo), estableció el sistema de downs, puntos y también reglamentó el safety o auto-anotación.

El equipo de la Universidad

El equipo de la Universidad

El deporte se popularizó entre los estudiantes de los Estados Unidos. Tanto así que cada vez más universidades contaban con equipos, afición y estadios donde practicar el deporte. El 5 de septiembre de 1906 se lanzó el primer pase en la historia del football americano, Bardbury Robinson, quarterback de Saint Louis University, conectó con Jack Schneider en un juego contra Carroll College en Waukesha, Wisconsin. Preocupados por la seguridad de los jugadores, muchos de ellos sufrieron lesiones graves e incluso algunos murieron a causa de ello, entrenadores y representantes de las universidades fundaron un órgano responsable del establecimiento de reglas, mismo que en 1921 se convirtió en la National Collegiate Athletic Association (NCAA).

En México, la leyenda cuenta que el primer “partido” de futbol americano se llevó a cabo en 1896 en Jalapa, Veracruz. Se dice que lo jugaron marinos estadounidenses y jóvenes amigos de Raúl Dehesa, recién llegado de State Island High School. Entre mitos y veras, los partidos de futbol americano que protagonizaron instituciones educativas empezaron a ser comunes a fines de los años veinte. El 20 de noviembre de 1929, el presidente Emilio Portes Gil inauguró el parque Venustiano Carranza con un partido de corte internacional entre la escuadra de Mississippi College contra el de la Universidad, el resultado 28-0 favorable a Mississippi. Entre los jugadores locales sobresalieron los hermanos Noriega, Alejandro y Leopoldo, pioneros del deporte en la Universidad Nacional.

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En estos primeros momentos, los equipos provenían de clubes deportivos como los Wolverines, el Centro Atlético de México o el Club Deportivo Internacional. Unos ferrocarrileros de Pachuca también fundaron su equipo, el 5-A, bautizado así en honor de una locomotora. Luis Amador de Gama en su Historia gráfica del futbol americano en México asegura que las compañías petroleras asentadas en México dotaron de equipos a la Universidad. También era común que entrenadores de los Estados Unidos vinieran a trabajar con los equipos mexicanos, tal fue el caso de “Dixie” Howell, Charles B. Marr y Bernnie Hoban, pagados de igual modo por las compañías petroleras.

En barrios y colonias también se organizaron equipos: el Versalles, el San Pedro de los Pinos, la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), el Olimpia. Al correr de la década, apareció el equipo del recién fundado Instituto Politécnico Nacional, Burros Blancos, y el de la Universidad Obrera de México. El 17 de octubre de ese año, el primer juego entre el Poli y la Universidad acabó con un marcador favorable al equipo del IPN por 6 a 0. Era tal la popularidad del deporte amateur que en los periódicos cada vez le dedicaban más espacio a las crónicas de los juegos. Para hacerlo más serio se terminó con los encuentros “llaneros” y se empezó la radiodifusión de los partidos.

La disciplina arraigó en México. Ligado a la vida estudiantil, el deporte llenó estadios, generó pasiones y suscitó altercados. Era común que se le descalificase por su origen, por el contacto físico inherente y por los desmanes propios de la juventud. A pesar de ello, el football americano en México construyó una historia de amor y entrega a sus colores, complementó la vida del estudiante y las victorias llenaron de orgullo a instituciones y alumnos. La historia de la disciplina guarda encuentros memorables, pasajes trascendentales y relatos casi heroicos de volteretas improbables. También llamado ajedrez humano, el deporte construyó sus propios rituales, pero esto son conocidos tan sólo por los iniciados y los aficionados de hueso colorado.

ENTRESACADO

En México, la leyenda cuenta que el primer “partido” de futbol americano se llevó a cabo en 1896 en Jalapa, Veracruz. Se dice que lo jugaron marinos estadounidenses y jóvenes amigos de Raúl Dehesa, recién llegado de State Island High School.

Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo

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