Nostalgia

Nostalgias – Buika

Es raro pero no siento celos. Ella, acompañada, entra al bar cuando yo llevo ahí un par de horas viendo un partido que decidirá mi séptima apuesta de football en lo que va de la temporada. Si derrotan a mi equipo serán ya cuatro apuestas perdidas al hilo. Ni hablar: nací perdiendo en todas partes.

En fin, ella entra, pasa a un lado mío y elige sentarse muy cerca de mí. A esta distancia siento, no sé, que me extraña. Me mira de reojo y sonríe a su acompañante como si estuviera feliz, se carcajea como si no estuviera llena de grietas y, con torpeza, se le abalanza al hombre que va con ella: lo besa como si lo quisiera; hace alarde de todo eso que no siente por él deseando provocar que yo la mire, que me aproxime y le diga, como le dije a muchos otros cuando estuvimos juntas: no, ella no baila.

No lo hago; no hago gran cosa, sino lo que necesito para entenderla: la miro de reojo y recuerdo la última vez que nos enfrentamos: ella usó la palabra alevosía para decirme que yo amaba así, con alevosía y, amenazando con no repetirnos nunca más, salió de mi departamento después de un portazo. Yo guardé silencio: qué mejor luto para un amor en caída libre. Trato de seguir en lo mío: miro fijamente el televisor aunque el resto del partido pinte del carajo, pero ella cada vez habla con más fuerza: dice algo del Spotify de Quentin Tarantino, que su vida es un pedazo de guion de Woody Allen y que quiere burlarse del mundo en su cara. Mientras, yo me pregunto dónde se pondrá el amor cuando se rompe.

Cierro los ojos pero no puedo dejar de escucharla; en mis adentros atisbo las reminiscencias de un amor jodido y reconozco mi deseo pasajero por volver a tenerla; comprendo su necesidad por sentirse suficiente y, por primera vez, cada cosa me parece justa: es una cabal manera en la que el tiempo te dice que la mayoría de todo lo que has amado está de paso.

Tengo ganas de decirle que no es mala, que solo está perdida, pero prefiero irme en silencio y sin prisa. ‘No eres mala, mujer, solo estás perdida’, repito con disimulo y camino de regreso a casa.

14 Responses to “Nostalgia”

  1. Fer Silva dice:

    Un placer leerte. Besoos!

  2. Francisco dice:

    El amor!!!! tan dulce y tan amargo, tan simple y complicado, no podemos vivir juntos y no queremos estar separados. No hay más remedio que disfrutar el placer del sufrimiento.

  3. oli dice:

    Bibian, que mas te puedo decir, no dejo de disfrutar tus lineas.

  4. Ana dice:

    Me encanta leerte, es bastante placentero sentirme representada e identificada. Pero bueno, creo que todas hemos pasado por “sacar” a alguien del closet…yo lo veo como un acto de servicio social, aunque nos rompa el corazón en el intento.

  5. Bruno dice:

    Bibiana
    Te extrañé poco. Pensé que ya no ibas a regresar. Por qué no nos compartes tus… aventuras? experiencias? cuentitos? alucinaciones? cada tres o cuatro semanas y nos das la oportunidad de extrañarte más…

  6. Azul dice:

    Muy buen Texto, como cada semana espero tus letras, por favor nunca dejes de hacerlo, ( escribir ) Felicidades, me encanto. Te Amo. Tu Fan número UNO

  7. Juan Carlos dice:

    Guau. Al hueso pelón.

  8. Querida Bibiana, que gran mensaje que se asemeja a un bálsamo para un alma atolondrada. Te admiro. Un abrazo de tu fan en un lejísimo rincón del estado de Oaxaca, lugar donde amuy pocas veces hay señal de internet. Hoy fue un día afortunado para mí, leer tu artículo.

  9. javi dice:

    Bibiana:
    Momentos antes de leerte escuchaba un fado con Carlos Alberto do Carmo Almeida, y ahora que recorro tus líneas las entretejo con aquella saudade imaginada, y repito su nombre de vocales generosas y abiertas, prefigurando la cadencia de una sonrisa tuya que se va despejando en tu semblante atónito, inquisitivo, y comprendo que no quieras desvelarla por completo porque al mundo hay que tratarlo como un entomólogo manipula sus bichos: con mucho cuidado. Pero luego me atrevo a mezclar esas notas tersas y memoriosas con la la morriña que vas deslizando en tu relato (en primera persona), y pienso que se necesita valor para hacerlo de esa forma; entonces me demoro un rato muy largo en una idea que me atraviesa cual punzón de endriago en testa de Julio Ruelas. Y sin darme cuenta, me deslizo al rebufo del dolor en el umbral de una idea. ¿Lo hago con disimulo?: “Llegar a transformarme en un espíritu de gran lucidez, que se autoanaliza y se mira a sí mismo con ironía, pero no me decido a lanzarme, sin más, a la encordadura de la cascada entera, ¿para salvar qué o a quién?… Y así regreso de nuevo a tus palabras: “Nací perdiendo en todas partes”, “como si no estuviera llena de grietas”, “yo amaba así, con alevosía”, “reconoconozco mi deseo pasajero”, “por primera vez, cada cosa me parece justa”, “la mayoría de todo lo que has amado está de paso”, “prefiero irme en silencio y sin prisa…”
    .
    “¿Dónde ocultar mi vida como un remordimiento?” [L.C.]
    .
    Te abrazo.
    .

  10. ROGELIO MORENO ROMO dice:

    Simplemente EXCELENTE¡¡¡¡¡

  11. Cris Garcia dice:

    Letal!

  12. Jose Antonio Herrera dice:

    Colega, ya no apuestes a los Cowboys!

  13. Ditzi dice:

    Uff! me encantó…..

Leave a Reply