La sueca que está cambiando el cine en favor de las directoras

La CEO del Instituto de Cine de Suecia ha conseguido que el porcentaje de largometrajes dirigidos por mujeres pase del 26 por ciento al 50 por ciento en cinco años.

Anna Serner. Foto: Marie-Thérèse Karlberg/ Instituto del Cine de Suecia

Anna Serner. Foto: Marie-Thérèse Karlberg/ Instituto del Cine de Suecia

Por Belén Remacha

Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo/ElDiario.es).– En Suecia, hasta 2012, solo el 26 por ciento de los largometrajes estaban dirigidos por mujeres. En 2015 ya eran el 50 por ciento. Además, el logro se alcanzó sin renunciar a la calidad: el 70 por ciento de la representación sueca en los festivales más importantes del mundo era femenina, y las directoras, guionistas y productoras recibieron ese año el 60 por ciento de , los Goya suecos. Todos estos datos, facilitados por el Instituto del Cine de Suecia, no han sido cosa de magia. Han sido cosa de una mujer.

Se llama Anna Serner y es la CEO de dicha institución desde 2011. Durante estos cinco años, promover la igualdad de género en el sector ha sido su prioridad. Un acuerdo de 2013 convirtió el combate contra el sexismo en una cuestión interseccional (aunque hace hincapié en los campos de guion, dirección y producción). “Por supuesto, he recibido muchas críticas por ello. La industria del cine, que tiene muy establecida su manera de hacer dinero, se siente muy amenazada, porque con nuevas normas tienen que esforzarse más. Y tienen grandes voces, y las utilizan. Pero tengo mucho apoyo de otros, también del Gobierno y de mis colegas de Instituto del Cine, y eso me ayuda, claro. Es necesario tener muchos amigos cuando tus enemigos son fuertes”, nos cuenta en un email que responde con cordialidad nórdica.

Broken Hill Blues, de la sueca Sofia Norlin (2013). Foto: especial.

Broken Hill Blues, de la sueca Sofia Norlin (2013). Foto: especial.

EL PLAN DE ACCIÓN

El plan con el que ha conseguido la paridad partía de desmontar cinco premisas falsas (pero “muy comunes”, afirma). La primera: “Hay pocas mujeres directoras competentes”. Respuesta: no es que haya pocas, es que no se las ve. Para demostrarlo, creó el sitio web Nordic Women in Film, en colaboración con otros institutos, escritores y realizadores de los demás países nórdicos. Ahí van agrupando trabajos tanto recientes como históricos.

La segunda: “las mujeres no llegan a hacer su segunda o tercera película”. Sí, sí que las hacen, ¿por qué no?. Pero sí es verdad que tienen más dificultades. Para contrarrestarlas, creó el programa mentor Moviement, en el que cinco directoras consagradas guían a diez con una sola película en su haber para aprender técnicas de estrategia y empoderamiento.

La tercera: “tener en cuenta el porcentaje de mujeres y de hombres no nos llevará a la igualdad”. “Sí, sí lo hará”, dicen en el informe del Instituto. “Miramos cuántos filmes dirigidos por mujeres y por hombres reciben las ayudas, y creemos absolutamente que esto marca la diferencia. La perspectiva de género será una parte muy importante de nuestro día a día”. Explican así una medida fundamental: equidad al otorgar las financiaciones públicas.

La cuarta: “No hay tantas chicas jóvenes que sueñen con ser directoras como chicos”. Sencillamente, no es verdad. Y si en algún momento lo es, es que algo pasa. “Por ello, estamos desarrollando iniciativas para fomentar modelos que sirvan a chicas adolescentes que estén interesadas en desarrollarse en el mundo del cine”. La respuesta tiene forma de programas educativos en colegios, campamentos, festivales o concursos regionales. En este caso hay un problema, que nos detalla Serner: “hemos apoyado especialmente acciones en todas las regiones de Suecia para fomentar a jóvenes cineastas femeninas. Eso dio lugar a muchas redes de trabajo, pero por desgracia, la mayoría de regiones dejaron de apoyar las iniciativas cuando nuestro dinero se acabó. Así que vamos a mantener este punto en el nuevo plan de acción 2017-2020”.

Quinta: “Los que están en el poder no desean que las cosas cambien”. En este sentido había otro impedimento: uno de cada cinco filmes que se realizan en Suecia lo hacen sin financiación del Instituto del Cine, y esa línea no pueden traspasarla. “Estamos convencidos de que el deseo de cambiar existe, pero hace falta más información. Para ello, estamos fomentando un proyecto con la Asociación de Productores Suecos de Televisión y Cine y con el Real Instituto de Tecnología para estudiar las estructuras presentes en la industria”, decían en el informe. Serner se explaya más: “el sector privado va más lento. Tenemos que seguir luchando, y buscando apoyos independientes en cada medio. Pero, claro, tendría que pasar por un cambio de legislación”. “Ojalá las cuotas dejaran de ser necesarias, pero parece que solo la amenaza impacta”, lamenta.

“Suecia es tan patriarcal como cualquier otro país”, responde cuando se le pregunta si es que todo esto fue necesario porque su nación no es tan feminista como a veces percibimos. “Por eso tuvimos, y tenemos, una gran cantidad de prejuicios contra los que luchar. Si nos fijamos en otros números de Suecia, en las 200 principales empresas del mercado de valores solo hay 4 CEO’s, lo que no equivale ni al 4 por ciento”. El informe del plan termina con una pregunta: “¿Qué estás haciendo tú?”. “Creo que cualquier país puede hacer un plan de acción por la igualdad de género como este. Quizá no el mismo, tal vez habría que ajustarse a las posibilidades de cada territorio, y adaptar los objetivos en el tiempo según las circunstancias”, nos comenta Serner.

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