Estudio sugiere que los infectados de SARS-CoV-2 que usaron mascarilla sufren menos fuerte la COVID

Una publicación en el New England Journal of Medicine sostiene que las mascarillas pueden servir como una especie de vacuna; pues al reducir la cantidad de virus al que se está expuesto, se ayuda al organismo a encontrar formas de combatir el virus hasta eliminarlo, como lo hacen las vacunas.

Por Juan Mesa

Los Ángeles, Estados Unidos, 9 de septiembre (La Opinión).- Un grupo de científicos cree que las mascarillas estarían cumpliendo funciones de vacuna contra el coronavirus.

La idea, que no ha sido comprobada, fue publicada en el New England Journal of Medicine. Los científicos sugieren que las mascarillas, al limitar el número de virus que llegan a las personas, reducen el riesgo de caer enfermo, por lo que el enmascaramiento facial universal, podría ayudar a reducir la gravedad de la COVID-19 y garantizar que una mayor proporción de nuevas infecciones sean asintomáticas.

El uso de mascarillas sería una excelente opción de prevenir la transmisión de personas infectadas asintomáticas, además de que también puede reducir la gravedad de la enfermedad entre las personas que ya se encuentran infectadas.

Ésto último, debido a la teoría de larga data de la patogénesis viral, que sostiene que la gravedad de la enfermedad es proporcional al inóculo viral recibido.

Con el uso de la mascarilla se logra reducir el inóculo viral al que está expuesta la población, pero ayudaría a que algunas partículas entraran al cuerpo para que el organismo lograra producir células de inmunidad que ayudarían a recordar al virus y luchar contra éste.

“Una persona puede tener este virus pero permanecer asintomático ”, dijo la doctora Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, y una de las autoras del texto científico. “Entonces, si puedes aumentar las tasas de infección asintomática con las mascarillas, tal vez eso se convierta en una forma de variolar la población”.

El uso universal de las mascarillas podría ayudar a reducir la gravedad de la COVID-19, debido a que las personas estarían expuestas a una menor cantidad del virus. Foto: Massimo Percossi, EFE

La variolización es un proceso médico que fue común antes del descubrimiento de la vacuna de la viruela. La idea es exponer a la población a un patógeno para generar una inmunidad.

La doctora Gandhi no recomienda que la población baje la guardia y deliberadamente busque contagiarse. La idea tiene dificultades de ser probada ya que no es ético encerrar a personas sin mascarilla mientras son expuestas al coronavirus.

Sin embargo, experimentos con hámsteres en China revelaron que animales que se enfermaron pese a llevar mascarillas presentaron menos gravedad que aquellos que fueron contagiados sin llevar un cubrebocas.

En humanos se ha podido observar efectos similares basado en estudios de los contagios que ocurrieron en cruceros y plantas procesadoras de carne con personas que llevaban mascarillas.

La doctora Gandhi y sus colegas reconocen que una vacuna es la situación ideal para controlar la pandemia, pero sus observaciones recuerdan que la mascarilla sigue siendo una de las principales herramientas para evitar contagios de coronavirus.

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