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Semáforo: el deterioro del país se ha generalizado; 26 estados tuvieron aumento de homicidios

martes, enero 23rd, 2018

El 75 por ciento de los homicidios cometidos en 2017 fueron ejecuciones del crimen organizado, relacionados con la lucha de plata y plomo por el control de territorios, según el Semáforo Delictivo. Los datos muestran el fracaso de la estrategia de seguridad. No hay autoridad municipal o estatal que pueda hacer frente a la situación.

La organización lamentó que la clase política mexicana esté dedicada a dar discursos de promesas que no cumplirá, en lugar de ponerse a trabajar en estrategias que puedan reducir considerablemente la ola de violencia.

Ciudad de México, 23 de enero (SinEmbargo).- Los números confirman la pesadilla: 2017, el quinto año de administración peñanietista, es el más sangriento en la historia reciente de México.

Al menos 25 mil 339 homicidios se registraron desde el primer día de enero y hasta el último día de diciembre del 2017. La cifra representa el 23 por ciento más que en 2016.

El 75 por ciento de los homicidios fueron ejecuciones del crimen organizado, relacionados con la lucha de plata y plomo por el control de territorios, de acuerdo con información presentada por Semáforo Delictivo Nacional, una herramienta de evaluación, de participación ciudadana y de prevención social de la violencia y la delincuencia.

Las cifras (18 mil 989 ejecuciones del crimen organizado) muestran un alza de 55 por ciento en comparación al año anterior.

El deterioro es general, pues en 26 estados tuvieron un incremento en el número de homicidios, detalló Santiago Roel, fundador del Semáforo Delictivo, desde la Ciudad de México.

Nayarit (554 por ciento); Baja California Sur (192 por ciento); Aguascalientes (119 por ciento); Quintana Roo (118 por ciento) y Baja California (77 por ciento) son las entidades con mayores porcentajes de aumento en el número de homicidios.

La tasa anual de homicidios por cada 100 mil habitantes en el país cierra con 21. Los estados en doble-rojo, con tasas superiores a 40 son Colima (con 99), Baja California Sur (76), Guerrero (65), Baja California (61), Sinaloa (45) y Chihuahua (43).

El análisis identificó 14 municipios, repartidos en 5 estados, que tienen tasas superiores a 100, entre los cuales destacan destinos turísticos como Acapulco, Los Cabos y Zihuatanejo.

Los datos muestran el fracaso de la estrategia de seguridad. No hay autoridad municipal o estatal que pueda con esto, señaló Roel.

MÉXICO APUESTA A LA MUERTE

De acuerdo con la información del proyecto no gubernamental, la regulación de las drogas es la única alternativa para hacer frente a la violencia extrema.

“Es momento de resolver el asunto a fondo. Cada droga tiene sus riesgos, no se pueden regular de la misma manera. Es momento de voltear a ver los países que han reducido radicalmente los daños como Suiza en el caso de la heroína o aquellos que incluso han generado negocios con las drogas de uso terapéutico y medicinal”, indicó el activista.

Turquía es un gran ejemplo de negocio con la amapola para producir medicamentos, no heroína; Canadá va por el gran negocio de la mariguana industrial, médica y recreativa. California, la séptima economía del mundo, también, ejemplifican. Sin embargo, en México se apuesta por la violencia y la muerte.

“Nada va a cambiar si no lo cambiamos los ciudadanos, los empresarios, las ONG. No veo candidatos haciendo propuestas sobre el tema. Es más de lo mismo, están vendiendo la idea de que ellos son diferentes y eso no va a cambiar las cosas. Mentira, éste es un problema estructural que requiere un cambio de estrategia”, indicó Roel.

OTROS DELITOS

Otros delitos que son monitoreados por Semáforo se encuentran también en rojo. Entre ellos están el robo a negocio, con aumento del 29 por ciento; robo con auto, con 16 por ciento; lesiones dolosa, con el 11 por ciento; extorsión, con el 11 por ciento; secuestro, 2 por ciento y robo a casa, 1 por ciento.

Las entidades con más números rojos son las Baja Californias, Zacatecas, Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Tabasco, Morelos, Colima y Quintana Roo.

En esos estados vemos las tasas más altas de delitos relacionados con violencia extrema, como son las ejecuciones del crimen organizado, los secuestros, la extorsión y el robo de auto con violencia, indicaron los expositores del informe.

Empezamos a ver estados en rojo que antes no aparecían en este mapa como Aguascalientes y Quintana Roo, lo que confirma que la violencia se ha extendido a prácticamente todo el territorio nacional y que ninguna región está exenta de caer en un deterioro extremo, puntualizaron.

 

Violencia récord en 2017. Edomex a la cabeza en todo, pero PRI y PAN se reparten peores cifras

domingo, enero 21st, 2018

Con 25 mil 339 homicidios dolosos, en 2017 fue confirmado hoy por el Secretariado como el año más violento en la última década. Las cifras revelan que el Estado de México, que gobierna Alfredo del Mazo, es la única entidad mexicana que aparece en los primeros tres lugares en extorsión, secuestro y homicidio.

Ciudad de México, 21 de enero (SinEmbargo).- El año que recién terminó, 2017, fue el más violento en una década, de acuerdo con datos difundidos hoy por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El Estado de México, la entidad gobernada por el priista Alfredo del Mazo, aparece en los tres primeros lugares de los tres principales indicadores de la violencia. Fue el primero en extorsión, con mil 54 carpetas abiertas; además aparece en el tercer lugar en secuestro, y el segundo en homicidios.

El segundo lugar en extorsiones pertenece a Nuevo León, cuyo Gobernador con licencia, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, anda en campana porque quiere ser Presidente.

En secuestro, el primer lugar pertenece a Tamaulipas, gobernada por el panista Francisco Cabeza de Vaca, y el segundo es de Veracruz, también en manos de un panista, Miguel Ángel Yunes Linares.

La mayor cifra de homicidios por entidad en México pertenece a Guanajuato, con 4 mil 39; la entidad es gobernada por el panista Miguel Márquez Márquez. El segundo lugar es del Estado de México y el tercero, de Guerrero, en manos del priista Héctor Astudillo Flores.

En casi todo el país la violencia escaló. Los estados más críticos son Colima, Nayarit, Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí y Zacatecas.

Si en algún momento se pensó que la guerra del ex mandatario Felipe Calderón Hinojosa llegó al punto más álgido de víctimas posible, la administración del Revolucionario Institucional la superó.

Durante los cinco años de Gobierno de Enrique Peña Nieto se acumularon 96 mil 421 denuncias por homicidio doloso, de acuerdo con el último corte (a diciembre) del Secretariado Ejecutivo. Es decir, un promedio diario de 52.8 carpetas de investigación abiertas en el país.

Con Calderón Hinojosa fueron abiertas, en promedio, 49.9 denuncias al día. En la administración pasada, el 2011 había sido registrado como el año más violento con 22 mil 409 homicidios dolosos.

Al inicio de su gestión, el Presidente Peña Nieto aseguró que su estrategia de seguridad estaría basada en no crear una apología de la violencia, no confrontar a grupos criminales y centrar la batalla en la captura de 122 “objetivos prioritarios”. Sin embargo, la llamada guerra contra el narco perduró.

La fragmentación de los cárteles también ha sido acompañada por la diversificación de los delitos a los que se dedican. Con Peña Nieto, el robo de combustible superó los registros de cualquier otro Gobierno.

En sus dos primeros años la actual administración acumuló 6 mil 754 tomas clandestinas, cuando la de Calderón reportó 719 y la de Vicente Fox 286.

Pese a que la estrategia en contra de los grupos del crimen organizado lleva cerca de 10 años, la seguridad en el país se deteriora más y más.

Especialistas consultados anteriormente por SinEmbargo coincidieron en que el Gobierno de Peña Nieto no reforzó lo ya hecho por los presidentes que le antecedieron y, hoy, ven lejos que se dé un cambio real en lo que resta de la actual administración.

A cinco años de Gobierno una cosa es clara, el legado del Presidente Peña Nieto será el del sexenio más violento de la historia moderna de México con más asesinatos, un número de desaparecidos sin precedente, denuncias por tortura que también imponen récords…

 

 -Con información de Juan Luis García Hernández.

Un homicidio cada 18 minutos, de enero a agosto; 2017 podría ser el año más violento de la historia

miércoles, octubre 11th, 2017

El 2011 había sido considerado, hasta ahora, como el más violento en la historia moderna de México. A partir del 2012, la incidencia del delito de homicidio empezó a disminuir, pero en abril del año pasado esa tendencia se rompió.

Desde la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, hasta la inadecuada aplicación del sistema de procuración de justicia, el panorama de la violencia en México empeora desde abril del año pasado según el más reciente informe del Observatorio Nacional Ciudadano. ¿Qué hay detrás de las cifras?

Por Nazareth Balbás

Ciudad de México, 11 de octubre (RT/SinEmbargo).- ¿Qué son 18 minutos? Menos de un capítulo de una serie, un ciclo en la lavadora, cinco canciones seguidas. En México, es el tiempo promedio en que hubo una víctima por homicidio en los primeros ocho meses de 2017.

El dato se desprende del más reciente informe del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), que recoge el reporte de delitos de alto impacto registrados en el mes de agosto. El director general de la organización, Francisco Javier Rivas, lo dice sin cortapisas: “Este podría ser el año más violento de la historia moderna de México”.

Rivas, en entrevista con RT, precisa: “Comparando los primeros ocho meses del 2017 contra los de 2016, tenemos aumentos de todos los delitos”. Pero, ¿qué explica este repunte de violencia en uno de los países más importantes de América Latina?

BROTE DE VIOLENCIA

El 2011 había sido considerado, hasta ahora, como el más violento en la historia moderna de México. A partir del 2012, la incidencia del delito de homicidio empezó a disminuir, pero en abril del año pasado esa tendencia se rompió.

De acuerdo a los datos del Observatorio, los meses de junio, julio y agosto de 2016 figuran entre los más violentos de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, cuando “se acumularon el mayor número de carpetas de investigación por el delito de homicidio”. En 2017, las cosas no mejoran.

Si se mantiene la tasa promedio de homicidios dolosos contabilizados en los primeros ocho meses de 2017, “este año terminaría con una cifra récord de 27 mil 955 50 víctimas de este ilícito”, refiere el informe. Rivas es más específico: “En México estamos viviendo un brote de violencia”.

Solo los delitos de homicidio culposo y robo a transeúntes experimentaron una disminución en agosto, con respecto al mes anterior, de 2.55 y 6.51 por ciento, respectivamente. El resto, aumentó: homicidio doloso (4.19); secuestro (8.55); extorsión (26.98); robo con violencia (10.80); robo de vehículo (5.43); robo a casa habitación (5.49); robo a negocio (5.30) y violación (8.73 por ciento).


Los meses de junio, julio y agosto de 2016 figuran entre los más violentos de la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Fotos: Cuartoscuro

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?

Para Rivas, ese fenómeno no se puede atribuir a un solo factor: elementos como la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que permitió la proliferación de nuevos liderazgos en el narco; hasta la implementación del nuevo sistema de justicia penal, han contribuido al incremento de las cifras rojas en todo el país.

“Yo no creo que el nuevo sistema de justicia penal haya permitido el aumento de la violencia, quiero ser muy claro con eso, sino que la migración de un proceso a otro ha generado espacios de oportunidad para los delincuentes, sobre todo porque los operadores no están bien entrenados”, aclara el director de la ONC.

Otro elemento que incide, en su criterio, es la declaración —por parte del Ejecutivo— de la detención de “objetivos prioritarios”: “Si tú detienes a un capo de una organización que se rige bajo la violencia, lo que haces es que permites que haya disputas entre bandas por tener el liderazgo […] Hay luchas intestinas de los grupos y entre organizaciones criminales y, en medio, también está el Estado”.

DESIGUALDAD

Si bien las disputas territoriales de los carteles y bandas de crimen organizado son responsables de buena parte de la violencia, el carozo del problema radica en la desigualdad. El informe considera que la ausencia de “un buen crecimiento económico estable, la falta de inversión en educación, ciencia

y tecnología, así como la escasa generación de empleos de calidad que sean bien remunerados” atizan las dificultades para combatir el flagelo.

En México, de acuerdo a las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el 2016, un total de 53.4 millones de personas (43.6 por ciento de la población) viven en condiciones de pobreza y otros 9.4 millones están en situación de pobreza extrema, lo que representa un aumento con respecto a las cifras de 2010.

Esos números “incentivan la participación de la población en la comisión de ilícitos”, advierte el reporte de la ONC. Para los especialistas, si no se atiende el asunto mediante una política pública integral que combata las causas estructurales de la violencia, “difícilmente se podrá resolver eficazmente la crisis de seguridad que enfrenta México desde hace más de una década”.

Mientras tanto, la violencia leva y en el periódico del domingo, fácilmente, pueden leerse noticias sobre los 11 periodistas asesinados sólo en este año, la petición de una alerta de género por la cantidad de feminicidios en Puebla, las denuncias sobre los “esclavos” del narco al norte de México, la ola de secuestros en Nuevo León o el asesinato de diez transportistas en Guerrero, víctimas de las disputas en el comercio de la goma de opio. “Hay incentivos para la ilegalidad en muchos sectores”, acota Rivas.

MAS ARMAS

El aliciente económico que está detrás de la delincuencia se traduce en su diversificación. “Hoy tienes menos homogeneidad en los delitos que hace diez años: antes podías decir que la mayor parte estaban vinculados al crimen organizado, pero ahora también tienen que ver con la delincuencia común”. ¿Y qué fue lo que pasó?

Según Rivas, la manera en que se dio la guerra contra el narco tuvo una incidencia decisiva. Por una lado, fragmentó a los grupos delictivos, y por otro, permitió la proliferación de armas.

“Eso ha hecho —explica el director de ONC— que en últimos años los delitos cometidos por armas de fuego y las lesiones dolosas se hayan disparado. Esto implica que un robo, que debería ser solo un robo, termine en homicidio; que si hay una riña interpersonal, también termine en homicidio”. El mapa también ha cambiado: si antes la mayor incidencia delictiva se concentraba en siete u ocho estados, hoy la afecta por igual a casi todo el país.

CORRUPCIÓN

Ciudades como Tijuana, en Baja California, se han convertido en la meca de edificios empresariales, condominios de un millón de dólares y construcciones de alto calibre que permanecen deshabitadas. La demanda inmobiliaria es menor a la oferta. Rivas comenta que el fenómeno se repite en otras entidades y es el reflejo de un mar de fondo menos esplendoroso.

“El ‘boom’ inmobiliario en este país no puede entenderse si no se considera el factor del dinero más habido (…) Si lo veo yo, que voy pasando por las calles, ¿no lo ve la unidad de inteligencia financiera?”, se pregunta. La corrupción, como un fantasma, no deja de posarse sobre la gestión pública en materia de seguridad ciudadana.

“La cantidad de recursos gastados en seguridad no se transformó en inversión. Cuando volteas a ver cómo está hoy la policía con respecto a hace diez años, notas que están apenas un poco mejor. No hay eficiencia en el gasto público: se gastó mucho para resultados marginales”.

El problema se agrava cuando no hay confianza en la institucionalidad y las medidas para hacer seguimiento a la legitimación de capitales es laxa. “No existe un solo ejercicio para hacer débiles a las bandas desde el ámbito financiero y es el dinero el que le permite a las bandas sostenerse porque compran seguridad del Estado, justicia del Estado y pueden seguir delinquiendo, incluso dentro de un penal”.

¿Qué es lo primero que se puede hacer para detener el brote de violencia? Rivas responde: “Si empiezas a combatir de fondo la corrupción, rompes las ataduras entre los poderes fácticos. Si hoy el país no ha cambiado es porque a los poderosos no les ha convenido”. Pero ante las dimensiones inabarcables de la violencia en México, la respuesta oficial es, cuando menos, curiosa: el mayor logro a exhibir en los últimos dos años es la activación del número único de emergencias.

Al respecto, el director de la ONC ironiza: “Qué bueno que hay un número único, pero dentro de todas las prioridades en términos de esfuerzo, de política y de dinero en materia de seguridad, ¿era esa la número uno?”.

 

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