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Turismo responsable: cómo respetar la vida salvaje en tus vacaciones

viernes, agosto 23rd, 2019

En muchos destinos los animales son un importante reclamo turístico y mueven grandes cantidades de dinero, pero la interacción de los humanos con ellos rara vez es respetuosa. Los viajes están plagados de propuestas de este tipo, unas más fáciles de reconocer y otras no tanto, por lo que, si quieres ser un turista responsable, te damos las siguientes claves para que sepas cómo respetar la vida salvaje en tus próximas vacaciones.

Por Roberto Ruiz

Ciudad de México, 23 de agosto (ElDiario.es).- Nos vamos de viaje y sabemos que en nuestro destino nos esperan multitud de nuevas experiencias por descubrir. Entre ellas, y como prioridad para muchos turistas, la posibilidad de encontrar animales salvajes en lugares exóticos. Elefantes, monos, tigres, osos, tiburones… Todos ellos son un potente imán para las cámaras de fotos. Y esto, de manera más organizada o menos organizada, en muchas ocasiones se convierte en un negocio y en una potente fuente de ingresos basada en el turismo.

Si los animales salvajes son usados para atraer a los turistas es porque el turismo paga por ello, y muchas veces, aunque suponga un problema ético y moral para muchos, no es tan fácil rechazar este tipo de actividades o distinguir entre qué es correcto y qué no lo es. Porque, presenciar un espectáculo en el que los animales son forzados a realizar acciones ajenas a su naturaleza y son retenidos entre rejas canta por sí solo como algo dañino para el animal, pero ¿ver un animal en medio de su hábitat, al que además se le alimenta, es también algo perjudicial para él? Pues sí, también.

Los viajes están plagados de propuestas de este tipo, unas más fáciles de reconocer y otras no tanto, por lo que, si quieres ser un turista responsable, te damos las siguientes claves para que sepas cómo respetar la vida salvaje en tus próximas vacaciones.

HUYE DE LOS ESPECTÁCULOS CON ANIMALES SALVAJES

No hace falta estar de viaje para encontrar espectáculos en los que se ven implicados animales salvajes, pero parece que cuando estamos en otro país, en otra cultura y en otro ambiente, las cosas se ven con otros ojos, como si fuera algo aceptado.

Por ejemplo, en diversos países asiáticos se emplean elefantes, osos o felinos en espectáculos creados para el entretenimiento de los turistas, en los que los animales hacen equilibrios, pintan, juegan al fútbol o hacen trucos destinados a entretener al público. Si quieres ser un turista responsable, evita siempre actividades en las que los animales son forzados a realizar conductas no naturales.

Turistas divisan un tigre. Foto: Ecowildlife vía EFEtur

EVITA INTERACTUAR CON ANIMALES SALVAJES

Y con interactuar nos referimos a hacernos fotos con ellos, bañarnos con ellos, jugar con ellos o alimentarles para estar con ellos, y en esa línea muchos ejemplos más. Lo más natural es que un animal salvaje no quiera posar contigo mientras te haces un selfie con él, por lo que si lo hace… algo raro está pasando, y el hecho de que hayas tenido que pagar por ello ya te debería hacer sospechar.

Aquí podríamos hablar de tigres enjaulados con los que te haces fotos, encadenados y muchas veces drogados, monos adiestrados y encadenados con los que juegas, delfines rodeados y acosados por embarcaciones con los que nadas, tiburones ballena alimentados para que puedas hacer snorkel con ellos aunque en consecuencia se rompa su ciclo migratorio, estrellas de mar que se asfixian al sacarlas del agua para hacerles fotos, avestruces obligadas a que las cabalgues, etc. Hay muchos ejemplos de turismo irresponsable con animales como estos.

EVITA LOS TRANSPORTES EN ANIMALES SALVAJES

Por muy “auténtico” que parezca en algunos ambientes, es mejor no utilizar transportes que impliquen el uso de animales salvajes. Atravesar la selva en Tailandia a lomos de un elefante puede recordarte a la mejor película de aventuras, o subir a un fuerte en la India en otro elefante te puede hacer sentir familia del mismísimo maharajá, pero cuando esas actividades forman parte de un negocio y los animales son explotados para llevar a sus espaldas a cientos de turistas al día entonces la cosa cambia. Por muy tradicional que te pueda parecer ese transporte en esos ambientes, está claro que forman parte de una actividad lucrativa basada en el turismo.

Si los animales salvajes son usados para atraer a los turistas es porque el turismo paga por ello. Foto: Shutterstock

INFÓRMATE ANTES DE HACER LA ACTIVIDAD

Pero no todas las actividades que implican animales salvajes tienen que ser dañinas para ellos, por lo que es importante informarse y saber cómo es la que queremos llevar a cabo. Un safari en alguna reserva natural de África, o cualquier otro continente, nos permite observar animales salvajes en plena libertad, sin que tengamos que interactuar con ellos. Un buceo en los mejores lugares de submarinismo del mundo nos permitirá disfrutar de la vida marina sin que ésta se vea afectada por nuestra presencia. Son ejemplos similares a dar un paseo por un bosque: si los animales quieren que les veamos se dejarán ver, si no… tendrás que quedarte con las ganas.

Pero aquí es donde entran en juego espacios que se hacen llamar “centros de recuperación”, “santuarios”, “proyecto de conservación” y cosas similares. Bajo este nombre muchos negocios viven del turismo vendiendo una actividad respetuosa con los animales, e incluso de ayuda al rescatar ejemplares en situaciones en peligro. Y muchas veces es cierto, y aunque el dinero del turismo les sea fundamental para continuar llevando a cabo su labor no por ello han de incluir la interacción con los animales (paseos en elefante, baño de elefantes, etc). Infórmate sobre estos sitios antes de hacer tu visita (TripAdvisor, Reseñas en Google, redes sociales en general) para saber qué tipo de actividad se lleva a cabo en ellos. Un ejemplo real de recuperación que no implica la interacción de los turistas, y donde los visitantes ayudan a mantener el proyecto, pueden ser algunos centros de recuperación de orangutanes que puedes encontrar en Borneo.

DI “NO” Y DEFIENDE TUS PRINCIPIOS

Que no te importe “hacer el feo” y decir no cuando no quieras aceptar una actividad que va en contra de tus principios. De viaje puedes caer en excursiones organizadas que incluyan actividades no respetuosas con los animales salvajes, y como están dentro de un paquete puede parecer que no tienes escapatoria.

Si no estás de acuerdo con ellas no las contrates, o no las realices si crees que has sido engañado. En varios países asiáticos también es fácil encontrar lugares turísticos en los que se acosa a los visitantes ofreciéndole la oportunidad de hacerse una foto con una animal salvaje. Igualmente, si quieres ser un turista responsable es mejor hacer valer tus principios. Y así, cuantos menos turistas acepten el uso de animales salvajes para su entretenimiento, antes será posible erradicar este tipo de actividades.

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Cerro Verde e Islas de Coronilla, joyas naturales de Uruguay para turismo responsable

miércoles, diciembre 26th, 2018

Esta área costero-marina, ubicada a unos 300 kilómetros de Montevideo y a casi 30 de la frontera con Brasil, cuenta con una porción terrestre de casi 1 mil 700 hectáreas e incluye lomadas y planicies asociadas a dunas costeras, cañadas, puntas rocosas, playas arenosas y formaciones vegetales, como el matorral costero de Cerro Verde.

Por Ana Paula Chain

Montevideo, 26 diciembre (EFE).- El azul del océano, el verde de los montes y el blanco de las arenas se mezclan en un colorido paisaje salvaje que caracteriza el área protegida de Cerro Verde e Islas de la Coronilla, una joyas natural que el departamento uruguayo de Rocha (este) busca descubrir al turismo, pero de forma responsable.

Esta área costero-marina, ubicada a unos 300 kilómetros de Montevideo y a casi 30 de la frontera con Brasil, cuenta con una porción terrestre de casi 1 mil 700 hectáreas e incluye lomadas y planicies asociadas a dunas costeras, cañadas, puntas rocosas, playas arenosas y formaciones vegetales, como el matorral costero de Cerro Verde.

El recorrido para llegar hasta allí no es fácil, gracias al “elevado grado de naturalidad” del lugar, y es necesario enfrentarse a un tortuoso camino en medio del monte nativo y caminos de tierra y arena, a bordo de vehículos todo terreno, para alcanzar el punto de partida de los variados senderos que se pueden recoger caminando para conocer el monte nativo y las playas que rodean y conectarse con la naturaleza.

“Desde arriba del cerro, mas allá de lo paisajístico y lo que tiene las Islas de la Coronilla, se puede ver también la flora y la fauna del lugar, que es realmente maravillosa”, resaltó a Efe la directora de Turismo de Rocha, Ana Caram.

En Cerro Verde, quedan claros los resquicios de la Mata Atlántica en Uruguay, y también es una de las principales áreas de alimentación y desarrollo de tortuga Verde -especie en peligro de extinción-, sobre todo las que son más jóvenes y que provienen de 10 playas de anidación del Océano Atlántico, por lo que la ONG especializada Karumbé lleva a cabo un intenso trabajo en la región.

Cerro Verde e Islas de la Coronilla, una joyas naturales que el departamento uruguayo de Rocha (este) busca descubrir al turismo, pero de forma responsable. Foto: Ana Paula Chain, EFE

Además, la localidad, que pasó a formar parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en el 2011, cuenta también con una porción marina de más de 7 mil hectáreas e incluye un complejo de islas oceánicas, como la Isla Verde -la más extensa y próxima a la costa- o la de la Coronilla.

“Esta área protegida tiene dos lugares emblemáticos, uno de ellos es Las Piedritas, que es el mejor pesquero de Rocha y fue el quinto del mundo en alguna oportunidad. Es un lugar donde se pescan hasta corvinas grandes de playa, pero que, a su vez, tiene una playas increíbles”, agregó Caram.

Considerada de “gran interés” para la conservación de la fauna y la flora del país, Cerro Verde e Islas de la Coronilla cuenta con especies vegetales endémicas y amenazadas y es hábitat de la ballena franca austral y del delfín franciscana, además de lobos marinos, aves migratorias como los chorlos, lo gaviotines y los playeros.

También alberga peces cartilaginosos, como el gatuso, la sarda y el martillo y especies en peligro de extinción como el ave Viudita Blanca Grande y diversas especies de monos capuchinos.

Dado su gran atractivo, Rocha eligió el local como escenario para el lanzamiento de su temporada de verano este diciembre como forma de potenciar el turismo y concienciar a uruguayos y extranjeros sobre la importancia de la conservación, a través de una localidad que todavía se luce poco en el departamento que concentra el mayor número de áreas protegidas del país, cinco de un total de 15.

“Es un área protegida verde nuevísima, que es un territorio a descubrir”, subrayó Caram.

Sin embargo, el objetivo es mejorar las infraestructuras turísticas y el acceso a las atracciones, pero siempre respetando la naturaleza y buscando alcanzar un flujo de visitantes que no comprometa el medioambiente.

Según explicó a la prensa el intendente de Rocha, Aníbal Pereyra, en el marco del lanzamiento de la temporada el pasado 15 de diciembre, esta es una de las batallas del departamento: lograr el equilibrio entre “la propuesta hermosa” de naturaleza y que la gente lo disfrute.

“¿Para qué es la naturaleza sino para disfrutar? Ahora, tenemos que ser los turistas y todos responsables y cuidar nuestras acciones personales para disfrutarlo y no depredarlo”, consideró Pereyra.

La localidad, que pasó a formar parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en el 2011, cuenta también con una porción marina de más de 7 mil hectáreas. Foto: Ana Paula Chain, EFE

En ese sentido, el departamento esteño cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo, que ha apoyado distintos proyectos para el desarrollo de la infraestructura local y lo considera un destino “emblemático” en Uruguay, muy apreciado por los ciudadanos locales y también por argentinos y brasileños que suelen vacacionar en Rocha.

Para el director nacional de Turismo, Carlos Fagetti, el departamento esteño tiene muchas particularidades, “empezando por su territorio” y pasando por su historia y gastronomía basada en platos elaborados con pescados, frutos de mar o arroz.

“Gran parte (del territorio) es una reserva de biosfera contemplada por la Unesco, pero toda la faja costera tiene una serie de playas y lagunas (…) Además, tiene dos fuertes militares, la fortaleza de Santa Teresa y el fuerte de San Miguel, que tuvieron mucho que ver con la delimitación de esta zona y la pelea entre portugueses y españoles por estos territorios”, explicó.

“(También) tiene un área de palmares de 70 mil hectáreas que son visitables en cualquier día del año, porque Rocha tiene su principal foco (en sol y playa), pero ha ido desarrollando lo que es avistamiento de aves o las recorridas por el interior”, concluyó.

“Caminos Sagrados”, una propuesta de turismo responsable para el desarrollo comunitario en QRoo

miércoles, febrero 21st, 2018

“Caminos Sagrados” reúne ocho experiencias de turismo en donde las comunidades mayas comparten su herencia cultural y natural mientras contribuyen a conservar la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, Quintana Roo.

México, 21 de febrero (EFE).- La Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya lanzó hoy, con el nombre comercial de “Caminos Sagrados“, una propuesta de turismo responsable para el desarrollo comunitario en el centro del suroriental estado mexicano de Quintana Roo.

Caminos Sagrados” reúne las ocho experiencias de turismo responsable en donde las comunidades mayas comparten su herencia cultural y natural aún viva mientras contribuyen a conservar la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo.

En comunicado de prensa se dijo que los herederos y herederas de la cultura maya refieren que en Maya Ka’an, el Cielo Maya, hay ocho caminos sagrados y todos conducen al mismo lugar, “un paraíso donde el ser humano cobra conciencia de su historia, se enorgullece de su cultura, ama la naturaleza y usa su conocimiento para vivir la vida como una aventura”.

Los visitantes podrán conocer sobre la guerra de castas (1847-1901) en voz de un sabio abuelo maya de más de 100 años, ver una boa ratonera colgada cazando murciélagos a tres metros de distancia, recorrer la selva en bicicleta mientras se conoce su biodiversidad, y navegar por manglares y estuarios en kayak para admirar y fotografiar la vida silvestre, entre otras actividades.

El representante de la cooperativa X-Yaat, Moisés Canté Canul, explicó que la Tour Operadora “Caminos Sagrados” (Kili’ich Bejo’ob) es un proyecto de naturaleza en comunidades mayas para el desarrollo comunitario y conservación de la biodiversidad.

Se informó que “Caminos Sagrados” es un esfuerzo colaborativo de comunidades mayas, gobierno, asociaciones nacionales y fundaciones internacionales para plantear una nueva manera de hacer turismo en el estado.

El comunicado destacó que la sabia y respetuosa relación de estos grupos locales con la biodiversidad de su entorno natural, sumada a su deseo de desarrollar sus comunidades, dieron el impulso necesario a sus habitantes para organizarse, institucionalizarse, capacitarse, equiparse, y lanzar su oferta para los visitantes de Quintana Roo, con el apoyo de la marca-destino Maya Ka’an.

Detalló que “Caminos Sagrados” es la comercializadora que representa a empresas comunitarias de los municipios de Carrillo Puerto, José María Morelos y Tulum, que ofrecen productos y servicios de otras empresas del sector turístico en la región.

Todos son emprendedores que han obtenido diversas certificaciones en guía turística, monitoreo ambiental, buenas prácticas ambientales y calidad en los servicios.

Actualmente la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), la asociación civil Amigos de Sian Ka’an, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas son algunas de las instituciones involucradas en este esfuerzo.

En los últimos cuatro años han colaborado con la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya impulsando prácticas amigables con la biodiversidad y de organización de las comunidades, que comparten con orgullo su riqueza cultural y natural a través del turismo, finalizó el comunicado.

Consejos para hacer turismo ético y responsable en Tailandia

viernes, septiembre 22nd, 2017

 Existen alternativas para viajar por este país, puerta de entrada al sureste asiático, sin contribuir a la explotación de las minorías étnicas. A continuación, ocho tips para disfrutar el viaje y no afectar el país.

Por Jordi Sabaté, Consumo Claro

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo/ElDiario.es).– Es un hecho que Tailandia es la gran potencia turística del sudeste asiático y una de las principales del mundo, a un nivel equiparable al de España. Gran parte de su paradisíaco litoral y archipiélagos están densamente explotados, algunos de ellos a un nivel similar al de las islas Baleares, Canarias o la Costa del Sol.

También es innegable que entre la fuerza laboral que contribuye a este enorme desarrollo turístico se encuentran numerosos refugiados de origen birmano que viven y trabajan en condiciones de esclavitud, sin apenas derechos y sin reconocimiento legal por parte del estado tailandés como refugiados de guerra.

Se trata de personas pertenecientes a etnias minoritarias en Birmania, generalmente musulmanas pero también cristianas, que fueron tradicionalmente perseguidas y masacradas por el anterior régimen de los generales y que actualmente no son mejor tratadas por el actual gobierno, que lidera la premio nobel Aung San Suu Kyi, rehen del apoyo que recibe de los mojes budistas, deseosos de “purificar religiosamente el país”. A las étnias musulmanas, procedentes de regiones cercanas a Bangladesh, se las conoce en conjunto como rohingyas, y son las que sufren las peores condiciones.

Sin embargo, otras etnias cristianas, animistas o incluso budistas, como los karen, arraigados en toda Birmania y progresivamente expulsados a la región tailandesa de Chiang Mai, o los Hmong, desplazados de Laos y Vietmam por su apoyo al ejército estadounidense durante la contienda de los años sesenta y setenta, tampoco tienen en muchos casos reconocidos sus derechos y son sensibles a la explotación por traficantes de personas, ya sea para durísimos trabajos en la construcción, su colaboración en el tráfico de drogas o la esclavitud sexual.

Su presencia en todos los sectores de la economía tailandesa corresponde siempre a las capas y trabajos más bajos y degradantes, por lo que es fácil adivinar que en el sector turístico, se encargan de las tareas más penosas, como limpiar habitaciones durante jornadas interminables o construir y remodelar hoteles con métodos pedestres a pleno sol y 40ºC, durante más de catorce horas, que es lo mismo que decir mientras dure el día.

Duermen, además, en rudimentarias tiendas de campaña en la misma obra, o en el suelo en los sótanos de los hoteles; no se duchan ni lavan si no tienen agua corriente cerca -o trabajan de cara al público- y suelen recibir la comida muy racionada de sus patrones. Es decir, son auténticos esclavos.

HAY ALTERNATIVAS

¿Significa todo lo relatado que hacer turismo en Tailandia es contribuir de forma inevitable a la explotación de todos estos refugiados? Aunque es muy difícil discriminar totalmente hasta dónde llega la explotación de refugiados en Tailandia, hay formas de viajar y hacer turismo por este país que la esquivan en gran medida.

Puede que estén alejadas del modo occidental de atender al lujo, basado en resorts de habitaciones impolutas y grandes piscinas tropicales, pero no carecen de las mínimas comodidades y, además, nos permiten conocer el país más de cerca, contactando con la gente, la gastronomía real o los paísajes verdaderos, con sus contrastes, grandezas y miserias. Es sin duda la manera más emocionante y enriquecedora de viajar.

A continuación te ofrecemos ocho consejos para hacer turismo en Tailandia de un modo ético y respetando los derechos humanos.

ALÓJATE EN ALBERGUES

El gran desarrollo turístico de Tailandia tiene sus ventajas y una de ellas es que existe una amplia oferta mochilera con albergues de todo tipo y en prácticamente todas las ciudades. Todos ellos cuentan con aparatos de aire acondicionado -imprescindibles en el trópico- y baños y sábanas limpias.

Los albergues suelen estar gestionados de un modo familiar, donde los miembros de la familia asumen todas las tareas. A veces son los propietarios, pero otras trabajan a cambio de un domicilio en el establecimiento, con todos los servicios en condiciones y la alimentación a cargo de la empresa, algo con que lso refugiados no pueden ni soñar.

En todos ellos la atención es máxima, ya que dependen mucho de las opiniones que los viajeros dejen en internet de cara a futuras reservas. En este enlace puedes consultar la lista de albergues en todo el país, y en portales como Booking o TripAdvisor y otros puedes leer opiniones de viajeros que te permitirán hacerte una idea. Los hay muy humildes pero otros tienen más servicios e incluso piscina o vistas únicas sobre Bangkok.

HAZ TURISMO RURAL

Prang Sam Yot en Lopburi. Foto: Wikimedia Commons

Una oferta creciente en Tailandia es la del turismo rural, no solo en el sentido del alojamiento sino también de desviarnos de las rutas más concurridas para ver otros lugares también interesantes. Ciudades como Lopburi, con sus palacios de arquitectura Jemer y sus monos, pueden regalarnos unos días fascinantes sin recurrir al turismo masivo.

En localidades como esta es posible comer deliciosamente en restauradores locales y alojarse en casas de particulares, que normalmente disponen de habitaciones o bungalows que gestionan ellos mismos.

COME EN LA CALLE

En Tailandia son raras las cocinas, incluso entre las clases medias; las reducidas dimensiones de los apartamentos y la dificultad de conservar los alimentos por el calor, obliga a cocinar en el exterior y comer fresco a diario. Para ello no hay mejor solución de los puestos callejeros, donde la persona que cocina y sirve es la dueña del carro, sigue estrictos protocolos higiénicos y cuenta con una licencia municipal por la que paga unos impuestos.

Los puestos callejeros pasan de padres a hijos y algunos llevan más de cincuenta años funcionando en la misma esquina de la misma manzana de Bangkok -sobre todo en China Town- o Chiang Mai. A ellos acuden los vecinos tras salir del trabajo para comprar su cena, que se comerán en casa, en el parque o sentados en un banco.

 

NO COJAS POR COSTUMBRE UN TUK-TUK

Esta premisa es válida sobre todo para las grandes ciudades, donde la presencia turística es notable y los tuk-tuk tienen dos precios: uno para los locales y otro, hasta diez veces superior, para los turistas. Como experiencia, es interesante tomar un tuk-tuk al menos en una ocasión, y a veces incluso no te quedará otra opción, pero además de ser estafado contribuirás a la ruina del gremio de los taxistas, que se quejan amargamente de que los turistas desconocen que están entre los más baratos del mundo.

Los taxistas en Tailandia tienen unos precios que muchas veces no están al alcance de los locales pero que para un turista se pueden resumir en: 6 euros del aeropuerto al hotel. Es decir que son muy asequibles y además tienen las tarifas muy reguladas, con lo que no pueden recurrir a los engaños de los conductores de tuk-tuk.

NO VAYAS A UN PING PONG SHOW

Es un espectáculo penoso y degradante de corte sexual en el que mujeres utilizan su vagina para realizar determinadas funciones como lanzar pelotas de ping pong o simular que fuman un cigarrillo. Tras estos espectáculos subyace un trasfondo de explotación y prostitución camuflada que, a pesar de haber descendido en los últimos años, sigue presente en determinados barrios de las grandes ciudades. Por descontado muchas de las mujeres son de etnias refugiadas.

NO VAYAS A VER MUJERES JIRAFA

Mujer padaung del norte de Tailandia. Foto: Wikimedia Commons

Si viajas al norte, a las provincias de Chiang Mai y Chiang Rai, los operadores locales te ofrecerán tours para ver a las etnias de las montañas, en especial las llamadas ” mujeres jirafa”, que se caracterizan por sus altos cuellos estirados artificialmente a base de colocarse arandelas durante toda su vida.

Son mujeres de la etnia padaung, que apenas viven de la agricultura y los beneficios que puedan reportar los turistas que van a verlas. Si eres uno de ellos o ellas, contribuirás a su explotación. Porque la realidad es que muchas de estas mujeres no desean deformar sus cuellos con arandelas, sino que son forzadas a ello por sus familias, porque saben que así atraen los ingresos de los turistas.

CONTRATA VISITAS ÉTICAS

Si quieres contactar con etnias de las montañas, puedes encontrar operadores tanto locales como españoles que te ofrecerán visitas solidarias en las que podrás comprar productos Hmong o viajar por la selva con guías karen. También podrás comprar el café que cultivan desde que el gobierno expulsó a las mafias locales y les ofreció a los pueblos refugiados el cultivo del café como alternativa al opio. Incluso existe la opción de hacer travesías de varios días en los que te alojarás en los poblados y podrás compartir su modo de vida.

NO MONTES EN ELEFANTE

Cada vez es menos frecuente, pero todavía existe la oferta de montar un elefante en Tailandia, un animal tan totémico como maltratado y esclavizado. Los elefantes que se dejan montar generalmente han sido domados con tácticas crueles y terribles y quedan traumatizados para toda la vida.

Si quieres entrar en contacto con elefantes puedes optar por un santuario de elefantes de los varios que hay en el norte y centro del país, pero asegúrate bien antes de que sean un auténtico santuario y no en reclamo para turistas. Si hay espectáculo o exhibición, o te permiten contactar con el animal, no estás en un santuario.

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