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Gael García graba su filme Chicuarotes entre las ruinas de San Gregorio, Xochimilco

martes, enero 16th, 2018

Antes del terremoto, cuenta García Bernal, muchos capitalinos desconocían esa parte de su propia ciudad. Precisamente esta fue una de las cosas que le atraían del proyecto. “Yo no tenía idea de este lugar. Me impresionó cómo algo que estaba frente a mí no lo veía”, comentó. La belleza de San Gregorio, sus tradiciones, fiestas y naturaleza acabaron “enamorando” al actor.

El actor Gael García asiste a una filmación en Ciudad de México (México). Foto: Alejandra Carbajal, EFE

Por Isabel Reviejo

México, 16 enero (EFE).- Se pide silencio, los actores se preparan y la cámara empieza a grabar; el rodaje de Chicuarotes, de Gael García Bernal, no se diferenciaría de cualquier otra película si no fuera porque se realiza en San Gregorio Atlapulco, una de las poblaciones más golpeadas por el sismo del pasado 19 de septiembre.

El pueblo, ubicado al sur de Ciudad de México, ya estaba en el punto de mira del equipo de producción desde hacía años, dado que el guión está firmado por Augusto Mendoza, originario del lugar.

Pocas semanas antes de que empezara el rodaje, llegó el temblor que sacudió el centro y sur del país y dejó 369 víctimas mortales. Tras el desconcierto inicial, se decidió seguir con el plan original y rodar en San Gregorio, pese a las dificultades -físicas e incluso emocionales, por el impacto que causó en los lugareños- que ello implicaba.

“Había que encontrar si estaban las condiciones para poder venir y hacer una película, que en principio uno puede pensar ¿Qué importancia tiene una película en este momento, habiendo sucedido esto?”, reflexionó en un encuentro con la prensa García Bernal, director del filme.

Sin embargo, llegaron a la conclusión de que “una película puede tener un significado muy especial por un lugar”. Y, en este caso, esperan dejar plasmada una idea: que un largometraje “sublima la vida, y la lucha que tenemos por seguir vivos”.

En el set de rodaje se percibe un ambiente de complicidad. Queda una semana de trabajo y toca grabar una escena en la que el personaje al que da vida Benny Emmanuel entra en una carnicería para dejar, sin ser visto, una nota.

El actor, vestido con una camiseta sin mangas y unos pantalones desgastados, se tira al suelo y se arrastra con sigilo evitando la mirada del carnicero.

Su personaje, conocido con el mote de “el Cagalera”, es el protagonista de la película, que cuenta el plan que elabora el joven junto con su amigo, “el Moloteco”, para salir del lugar donde viven, del que quieren escapar desesperadamente.

A escasos metros de la grabación proliferan las casas derrumbadas. Numerosos carteles colocados sobre los escombros informan de que las autoridades están trabajando para reconstruir los inmuebles. En la plaza principal, la iglesia de San Gregorio el Magno se alza sin su torre, derribada por el sismo.

El rodaje de “Chicuarotes”, de Gael García Bernal, se realiza en San Gregorio Atlapulco. Foto: Alejandra Carbajal, EFE

Antes del terremoto, cuenta García Bernal, muchos capitalinos desconocían esa parte de su propia ciudad. Precisamente esta fue una de las cosas que le atraían del proyecto. “Yo no tenía idea de este lugar. Me impresionó cómo algo que estaba frente a mí no lo veía”, comentó.

La belleza de San Gregorio, sus tradiciones, fiestas y naturaleza acabaron “enamorando” al también actor: “Creo que este lugar puede ser el paraíso. Esa es la tragedia que vivimos, en (Ciudad de) México como en el país; podríamos estar muy bien, y es algo que me motiva mucho”.

Benny Emmanuel, Gabriel Carbajal y Leidi Gutiérrez conforman el trío protagonista de la película, de la cual el primero asegura que “es bien México”.

El capitalino, de 21 años, hace referencia a que muchos mexicanos “se van a sentir identificados” con la ficción, porque en el país hay lugares en que la gente “no quiere estar” y sueñan con “salir del hoyo económico o social” en el que están.

Aunque normalmente todas las personas aspiran a conseguir “más y más cosas mejores”, al personaje de Benny Emmanuel esto le ocurre “a gran escala”, afirma.

Por su parte, Carbajal asegura que su personaje está muy relacionado con quién es en la vida real. “Me lo pusieron a medida”, señala, si poder desvelar mucho más sobre su personaje, aunque adelanta que para este “no hay muchas esperanzas”.

Y es que la cinta, aunque tiene un tono de comedia -que de acuerdo con García Bernal solo se puede conseguir en México-, guarda un trasfondo más oscuro.

“Es una comedia negra muy cruda, como una comedia involuntaria”, dice al respecto Benny Emmanuel.

El sur de la CdMx lucha por llamar la atención de ayuda y los voluntarios se concentran en la Condesa y Roma

miércoles, septiembre 27th, 2017

Desde el movimiento telúrico, el agua no llega al pueblo de San Gregorio Atlapulco, en la delegación Xochimilco, mientras que la luz tardó cerca de una semana en regresar. En mitad de la calle, los vecinos hacen guardias sentados en sillas y taburetes, en mitad de las cuales hacen pequeñas hogueras para calentarse en las madrugadas.

Aunque pertenecen a la Ciudad de México, donde se concentran 198 de los 337 víctimas mortales por la tragedia, los pueblos de Xochimilco están a más de una hora en coche del corazón de la ciudad, donde los derrumbes y rescates han acaparado numerosas portadas.

Por Isabel Reviejo

México, 27 sep (EFE).- Alejados del foco mediático surgido a raíz del potente terremoto del 19 de septiembre, los pueblos del sur de la Ciudad de México alzan la voz para no ser olvidados después de la tragedia, que ha dejado decenas de casas en ruinas.

Irene Castro, a la que todos se refieren cariñosamente como Melita, enseña con tristeza lo que ha quedado de su cocina en un patio de San Gregorio Atlapulco, en la demarcación Xochimilco.

“Mis cazuelas grandes para cuando había fiestas, para el mole… todos se rompieron, todos”, comenta Melita, para quien su cocina tradicional, de leña y carbón, y en la que empleaba utensilios de barro, tenía un significado especial, porque se la legó su abuela.

Del “tronadero”, como se refiere al temblor de magnitud 7.1 que azotó el centro y sur del país, quedaron solo algunos jarritos de barro, que ahora permanecen amontonados en el suelo.

Melita, quien vive con su hija y sus dos nietos, es una de las pocas vecinas de su calle que no ha tenido que salir de su casa después del sismo, porque le dijeron que todavía es habitable. Sin embargo, teme que si echan abajo las otras construcciones, su hogar se vea afectado.

“Con lo que van a cimbrar, va a sufrir más daños, y me voy a quedar sin casa”, afirma.

A unos pasos del patio de Melita, el suelo está levantado. Las puertas de algunas casas, al borde del colapso, permanecen aseguradas con cadenas, aunque en la mayoría están abiertas, y los vecinos invitan a constatar el desastre en el que ha quedado su hogar.

Un hombre observa los escombros dejados por el terremoto en San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco. Foto: Sáshenka Gutiérrez , EFE

Sorteando los escombros y macetas rotas, Pablo Barrios entra a lo que ha quedado de su casa, donde vivía con su hija, su yerno y su suegra. Como el resto de viviendas de la calle, el lugar es un caos en el que se ven grietas por doquier, pintura desconchada y objetos tirados y llenos de polvareda.

Desde el movimiento telúrico, el agua no llega al pueblo, mientras que la luz tardó cerca de una semana en regresar. En mitad de la calle, los vecinos hacen guardias sentados en sillas y taburetes, en mitad de las cuales hacen pequeñas hogueras para calentarse en las madrugadas.

Pablo dice a Efe que el pueblo está “luchando” para que se hagan reparaciones en sus viviendas, porque “de otra forma, nadie se va a hacer responsable”.

“Nada más nos dicen ‘su casa no es habitable, tienen que evacuar’, pero ¿en cuánto tiempo nos van a arreglar este problema? Queremos que nos den seguimiento, no largas”, defiende.

Aun así, agradece que a San Gregorio llegara la vigilancia de la Policía Federal: “Nos están brindando apoyo en cuanto a si se mete un ratero, porque en la madrugada andaban persiguiendo a una persona que se está aprovechando de las pertenencias que quedaron en las habitaciones”, relata.

El temor del pueblo, explica, es que las autoridades digan posteriormente que San Gregorio no fue afectado y “que no pasó nada”.

Aunque pertenecen a la Ciudad de México, donde se concentran 198 de los 337 víctimas mortales por la tragedia, estos pueblos de Xochimilco están a más de una hora en coche del corazón de la ciudad, donde los derrumbes y rescates han acaparado numerosas portadas.

Cerca de San Gregorio, en Santa Cruz Acalpixca, María Aurora Galicia está de pie en lo que antes era su casa, y que ha quedado reducida a unos escombros amontonados en su jardín.

Comenta que, en cierta forma, eran conscientes de que había riesgo en su zona, por ser de chinampas, una técnica de agricultura que trabaja tierras situadas sobre el agua.

“Sabíamos que es peligroso, pero no tanto”, comenta a Efe María Aurora, quien señala cómo la tierra “se sumió” en el patio.

La familia no estaba en su casa cuando se derrumbó, porque estaba ayudando en la vivienda de su suegro. Por el momento, su marido y ella, que de forma temporal están rentando un pequeño cuarto en el pueblo, no se plantean reconstruir el domicilio, porque primero “tienen que venir a componer la tierra bien”.

La vivienda apenas tenía cinco años: “Yo estaba muy enojada con mi esposo, no la pusieron bien. Porque hay casas que no se cayeron y está más peligroso. No sé qué pasó aquí”, concluye.

Xochimilco nos necesita: llega ayuda, pero el daño fue brutal; aún no hay luz en San Gregorio

jueves, septiembre 21st, 2017

Las ayudas y labores de rescate tras el sismo de 7.1 grados en la escala de Richter no cesan en Xochimilco, pero las carencias tampoco. Las manos solidarias son insuficientes; no hay luz y el agua escasea desde el martes pasado. San Gregorio Atlapulco, uno de los pueblos de la demarcación, ha quedado devastada.

El Jefe Delegacional, Avelino Méndez Rangel, informó que hay 67 bardas caídas y 29 más que están en riesgo. Asimismo, se registraron daños en siete vialidades, dos deslizamientos de tierra, dos fugas de agua, tres incendios, 33 afectaciones en infraestructura eléctrica, siete postes caídos y ruptura del acuaférico.

Al día de hoy, en conjunto, las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco reportan 230 muertos, 2 mil heridos, 87 edificios a punto del colapso y al menos 50 desaparecidos.

Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo).- San Gregorio Atlapulco es uno de los 14 pueblos originarios de Xochimilco. Allí, las ayudas y labores de rescate tras el sismo de 7.1 grados en la escala de Richter no cesan; pero las carencias tampoco. Las manos solidarias son insuficientes; no hay luz y el agua escasea desde el martes pasado.

La localidad de cuatro kilómetros de diámetro que alberga a 22 mil almas ha quedado devastada. lncluso el ícono colonial de este pueblo, la Iglesia de San Gregorio Magno, está desgarrada por las fracturas y la infraestructura colapsada.

“No dejan pasar, vecino. Se están cayendo las casas”, profirió un locatario.

Comparado con la ayuda que le llega a algunas de las colonias de las delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc, Coyoacán e Iztapalapa -las más afectadas además de Xochimilco, según los reportes oficiales-, este pueblo ancestral parece haber caído en el olvido.

“Hasta ayer nada. Ni policía, ni militares, ni personal de la delegación. No vinieron cuando ocurrió esta mierda y no lo queremos. Así es San Gregorio. La gente que ves es gente del pueblo. Nosotros somos del Comité de Feria. Hasta hoy llegaron las autoridades, pero quienes hemos hecho todo somos nosotros”, dijo Uriel Muñoz, miembro del Comité de Feria y coordinador del centro de acopio ubicado frente a la iglesia local.

A pesar de esta suerte de resentimiento, San Gregorio se mantiene como un pueblo agradecido, humilde y colorido.

Escombros en San Gregorio Atlapulco. Foto: Efrén Flores, SinEmbargo

Falta mucho qué hacer para rescatar a este pueblo. Foto: Efrén Flores, SinEmbargo

Por doquier se aprecian las pancartas que rezan “San Gregorio agradece tu apoyo”. Frases dirigidas a vecinos, voluntarios, periodistas, socorristas e inclusive a las autoridades.

Desde hace dos días, el Ejército Mexicano arribó a Xochimilco, cómo dijo a SinEmbargo el General Contreras, quien dirige las labores de coordinación de los cuerpos de salvaguarda y rescate del plan de emergencia DNIII.

Sólo que no habían llegado a San Gregorio, refirió. Ello debido a que antes estuvieron laborando en la zona chinampera de la delegación Xochimilco.

A pesar de que allá encontraron daños y afectaciones, el militar reconoció que San Gregorio presenta amplios daños, siendo una de las tragedias más grandes la caída de un edificio de servicios comerciales, que dejó varios muertos y heridos.

Hasta el momento, Protección Civil ha contabilizado al menos seis decesos y 15 lesionados en esta localidad.

Además se derrumbaron dos edificios. Uno en la Avenida México y otro en la Calle del Calvario.

Una de las personas que perdió la vida a causa del temblor fue la Sra. Balbina Martínez, de 83 años de edad, quien falleció luego de que una barda le cayera encima. Su cuerpo fue velado a las 10:00 horas de este jueves en su casa.

“Yo que sepa, ella [Balbina], una doctora, dos vecinas, una niña de siete años y alguien de San Andrés perdieron la vida”, dijo uno de los asistentes al velorio.

“No existíamos para nadie. No teníamos comunicación. No hay luz y agua. Hora sí que lo indispensable”, comentó Epimenio González, hijo de la difunta.

Hoy, además de agentes policiales, bomberos, de protección civil y servicios médicos, hay 170 elementos del Ejército Mexicano ayudando a la población de San Gregorio -de entre los 4 mil militares desplegados en la capital del país para la implementación del Plan DNIII-.

El General Contreras dijo que hace falta personal médico. Hasta el momento “contamos con ocho médicos. Necesitamos el doble de elementos para darnos a basto”, detalló.

Por su parte, Víctor Olvera, de la Dirección General de Obras de la delegación Xochimilco, refirió que dividieron las labores en cinco regiones.

Hasta las 11:00 horas de este día “hemos revisado 30 casas y el 70 por ciento de ellas presentan colapso”. El resto de los domicilios tienen daños, pero no todos son de riesgo, detalló.

“Lo primero que necesitamos es gente con título y experiencia […]. El colapso de bardas es evidente e inminente”, dijo Olvera en reunión de trabajo.

La dinámica de evaluación en las cinco regiones designadas en San Gregorio es la siguiente: así como en tiempos bíblicos de plaga en el antiguo Egipto, las casas son marcadas con una gran “X”.

Calles de San Gregorio. Foto: Efrén Flores, SinEmbargo

En la parte superior de la letra ponen el número de decesos. “Cero significa que no hay muertos y heridos”, explicó Olvera. En cambio, del lado derecho de la “X” marcan los símbolos de “+ -” para dar a conocer la magnitud del riesgo; a la izquierda mencionan a la institución que censó el domicilio; y finalmente, en la parte inferior, enumeran a los animales domésticos.

“Necesitamos aerosoles para marcar las casas que son de riesgo […]. Si pueden ayudarnos con sanitarios móviles, esos hacen mucha falta para cubrir las necesidades básicas de la población”, explicó a SinEmbargo el General Contreras.

“Les pedimos que no nos traigan comida preparada porque se echa a perder. Necesitamos enlatados, comida con conservador… perecederos pues. Horita estamos bien abastecidos. Tenemos mucha agua y medicinas. Y la gente de aquí toma de los víveres para prepararle y repartir comida a las personas”, profirió Uriel Muñoz del Comité de Feria.

Para el Mayor García, quién es médico de profesión, además de las labores de previsión y de lo que ahora se lleva al cabo, haría “falta un sistema de coordinación de voluntarios”. Es decir, “así como en las emergencias operamos nosotros, luego las reservas y al final los conscriptos, debería de haber un registro de voluntarios para agilizar las labores ante la emergencia. [Ahora] hacen falta manos”, comentó.

Muchas personas han quedado desamparadas y la gente inunda las calles, sea para hacerse de una despensa en los muchos centros de acopio que se observan en todo el pueblo; sea para llegar a un velorio con flores en mano; aguardando a que las autoridades les den información sobre sus desparecidos o sus casas; o sea porque tienen que descansar en la acera cuando la noche “les agarró desprotegidos y sin techo”, cómo refirieron algunos.

Falta mucho qué hacer para rescatar a este pueblo vecino del volcán del Teuhtli, o “venerable señor” intrincado en los líos amorosos de “Don Goyo” y de Iztaccíhuatl.

Ayer, la Delegación Xochimilco reportó el derrumbe de 52 edificios en toda su demarcación, además de cientos de daños materiales. Y según sus reportes, los pueblos más afectados -además de San Gregorio- son San Luis Tlaxialtemalco, San Marcos y Santa María Nativitas.

Para quien guste ayudar, puede acercarse al Albergue temporal en el Foro Cultural Quetzalcóatl, ubicado en la calle de Guadalupe I Ramírez número 4, en el barrio El Rosario, en El Centro Histórico de Xochimilco.

Al día de hoy, en conjunto, las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco reportan 230 muertos, 2 mil heridos, 87 edificios a punto del colapso y al menos 50 desaparecidos.