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Papa, preocupado por situación de la iglesia en Nicaragua; llama a “diálogo abierto”

domingo, agosto 21st, 2022

La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de dos mil heridos y 100 mil exiliados en Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 los opositores que permanecen en prisión desde entonces, decenas de ellos arrestados en 2021.

Por Frances D’Emilio

CIUDAD DEL VATICANO (AP).— El Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos —entre ellos un obispo— que se mostraron críticos con el Gobierno del Presidente Daniel Ortega.

Haciendo un llamado a un “diálogo abierto y sincero”, el pontífice hizo su primer comentario público sobre el allanamiento del viernes a la residencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. La detención de él y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la iglesia y un Gobierno cada vez más intolerante con la disidencia.

Francisco dijo a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para sus comentarios habituales de los domingos al mediodía que estaba siguiendo de cerca, “con preocupación y dolor” los eventos en Nicaragua que involucran a “personas e instituciones”. No mencionó las detenciones de manera concreta.

“Quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacifica”, dijo el Papa, citado por la agencia noticiosa Europa Press.

Antes del allanamiento de la madrugada del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio y la violencia.

La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que la ciudadanía y las familias de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.

“Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse”, dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo de Orden Público”, agregó.

Una feligrés reza el rosario mientras se arrodilla dentro de la Catedral en Matagalpa, Nicaragua, el viernes 19 de agosto de 2022.

Una feligrés reza el rosario mientras se arrodilla dentro de la Catedral en Matagalpa, Nicaragua, el viernes 19 de agosto de 2022. Foto: Inti Ocon, AP

Álvarez estaba en resguardo domiciliar en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado de la policía, que no nombró a los sacerdotes que fueron detenidos.

Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el Gobierno de Ortega condujo a una amplia represión contra los opositores.

El Gobierno de Ortega arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, entre ellos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público.

Ortega ha sostenido que las protestas a favor de la democracia se llevaron a cabo con respaldo extranjero y con el apoyo de la iglesia católica.

Una imagen del obispo Rolando Álvarez está sujeta a una túnica en una estatua de Jesucristo en la Catedral de Matagalpa, Nicaragua, el viernes 19 de agosto de 2022.

Una imagen del obispo Rolando Álvarez está sujeta a una túnica en una estatua de Jesucristo en la Catedral de Matagalpa, Nicaragua, el viernes 19 de agosto de 2022. Foto: Inti Ocon, AP

Durante las protestas sociales de 2018, que fueron reprimidas violentamente por la policía, el Gobierno sandinista acusó a la iglesia de alentar “un fallido golpe de Estado” para desestabilizar al régimen. Ortega incluso ha dicho que los obispos son “terroristas” y “demonios con sotana”.

En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, que es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El Gobierno nicaragüense también ha cerrado ocho radioemisoras en la provincia de Matagalpa, siete de ellas de la iglesia católica.

Voceros del Gobierno acusan a Álvarez de “hacer política” en sus sermones. Lo mismo afirman del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, que en 2019 fue transferido al Vaticano por orden del Papa Francisco, tras divulgarse supuestas amenazas de muerte en su contra.

Policía de Nicaragua impone arresto domiciliario a obispo crítico de Daniel Ortega

viernes, agosto 19th, 2022

El obispo de Matagalpa fue detenido por las autoridades de Nicaragua, quienes le dictaron arresto domiciliario tras acusarlo de incitar al odio y organizar grupos violentos.

Por Gabriela Selser

CIUDAD DE MÉXICO, 19 de agosto (AP).— La Policía de Nicaragua le impuso el viernes el arresto domiciliario al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, y envió a una prisión policial a varios de sus colaboradores tras acusarlo de incitar al odio y organizar grupos violentos. Las detenciones son el colofón de semanas de creciente tensión entre la Iglesia católica y el Gobierno de Daniel Ortega.

El un comunicado, la Policía informó que realizó un operativo en la Curia episcopal de Matagalpa, en el norte del país, y trasladó a Managua a Álvarez y a sus acompañantes para realizar “indagaciones de ley”. No precisó cuántos eran los otros detenidos ni dio detalles de su identidad.

“El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliar en esta ciudad capital”, agregó el documento. Las demás personas “continúan cumpliendo las diligencias respectivas en la Dirección de Auxilio Judicial”, conocida como la cárcel de El Chipote, donde están encerrados varios líderes opositores al Gobierno de Ortega.

Según la prensa local el grupo de colaboradores de Álvarez lo conforman cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo.

Álvarez y sus allegados permanecieron 15 días en la Curia de Matagalpa rodeados por efectivos y patrullas de la policía, que anunció que investiga al obispo por “incitar al odio” y “organizar grupos violentos”.

La Policía adujo que esperó durante días una “comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse”. Según el informe, el operativo se realizó porque persistieron “las actividades desestabilizadoras y provocadoras” por parte del religioso.

El comunicado aseguró que monseñor Álvarez se ha reunido con familiares y fue visitado por el cardenal y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, y que en la Curia de Matagalpa permanece “sin ninguna restricción policial o de movilidad” el vicario monseñor Oscar Escoto.

En un comunicado de la arquidiócesis de Managua, se informó que el cardenal Brenes visitó y conversó con monseñor Álvarez en su residencia familiar. “Si bien su condición física está desmejorada, su ánimo y espíritu están fuertes”, aseguró.

A primera hora del viernes la diócesis de Matagalpa publicó en las redes sociales el mensaje: “#SOS #Urgente. A esta hora la Policía Nacional ha ingresado a la Curia episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”.

En un mensaje de Twitter, “con el corazón indignado y dolido”, el exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, condenó “el secuestro nocturno” de Álvarez y exigió información sobre su paradero.

“¡Quienes lo sepan, digan dónde está mi hermano obispo! ¡Que sus secuestradores respeten su dignidad y lo liberen! De nuevo, la dictadura vuelve a superar su propia maldad y su espíritu diabólico”, escribió monseñor Báez, a quien el Vaticano retiró de Nicaragua en 2019.

El arresto del prelado también mereció una condena del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, así como de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que exigió al Gobierno nicaragüense su “liberación inmediata” y garantizar “su vida e integridad personal”.

Almagro también exigió en su cuenta de Twitter la libertad inmediata de todos los “presos políticos”.

Varias conferencias episcopales en Latinoamérica, entre ellas de Costa Rica y Perú, se solidarizaron con el obispo Álvarez y demás religiosos detenidos, el pueblo y la Iglesia católica nicaragüense. “La violencia nunca ha construido, solamente ha sembrado las semillas de la pobreza y del odio”, señaló la Conferencia Episcopal Peruana en una carta enviada al presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez.

Los obispos costarricenses llamaron al “respeto a la libertad religiosa, a la dignidad de las personas y a la misión de la Iglesia que en Nicaragua llevan adelante fieles laicos, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos”.

El Gobierno de Ortega ha perseguido sistemáticamente a las voces disidentes. Foto: La Nación, Zuma Press vía Europa Press.

El Gobierno de Ortega ha perseguido sistemáticamente a las voces disidentes. Decenas de líderes políticos de la oposición fueron arrestados el año pasado, incluidos siete posibles candidatos para desafiarlo a la presidencia, y fueron condenados a prisión en juicios rápidos y cerrados al público.

A su vez el Congreso, dominado por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional, ordenó el cierre de más de mil organizaciones no gubernamentales, incluida la organización benéfica de la Madre Teresa.

En un mensaje de vídeo, Pablo Cuevas, abogado del no gubernamental Comité Permanente de Derechos Humanos, condenó la detención de Álvarez pero dijo que no era inesperada. “Ha ocurrido lo que evidentemente iba a ocurrir, la detención arbitraria y abusiva de Monseñor Álvarez”, afirmó.

Edwin Román, un sacerdote nicaragüense exiliado en Estados Unidos, tuiteó: “¡DIOS MÍO! Qué indignante, se han llevado a Monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él”.

Álvarez ha sido una voz clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega llevó a una represión que dejó 355 muertos, más de dos mil heridos y al menos 100 mil exiliados, de acuerdo con organismos de derechos humanos.

Según Ortega la revuelta social fue un “fallido golpe de Estado” con apoyo extranjero y de la Iglesia católica nicaragüense. La oposición sostiene que en el país hay al menos 190 “presos políticos”, pero Ortega asegura que son “delincuentes y terroristas”.

Un mes después del estallido de las protestas Álvarez reclamó reformas electorales que garantizaran elecciones libres, justas y transparentes con observación internacional.

El obispo ha mantenido esos llamados a la democracia durante los últimos cuatro años, lo que enfureció a Ortega y a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

Anteriormente, el Gobierno había cerrado ocho radioemisoras y un canal de televisión en la provincia de Matagalpa, 130 kilómetros al norte de Managua. Siete de las emisoras eran gestionadas por la Iglesia católica.

Días atrás la Arquidiócesis de Managua expresó su apoyo a Álvarez. La Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) denunció lo que llamó un “asedio” a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas y el “acoso constante” al pueblo y a la Iglesia nicaragüense.

Sin embargo, el Vaticano guardó silencio público durante casi dos semanas, lo que provocó las críticas de intelectuales latinoamericanos y activistas de derechos humanos.

El viernes pasado monseñor Juan Antonio Cruz, observador permanente del Vaticano ante la Organización de Estados Americanos, expresó su preocupación por la situación y pidió a las partes que “busquen vías de entendimiento”.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Carlos Herrera, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

Ortega ha tenido una relación complicada con la religión predominante de Nicaragua y sus líderes durante más de cuatro décadas. El exguerrillero marxista enfureció al Vaticano en la década de 1980 pero gradualmente forjó una alianza con la Iglesia mientras intentaba recuperar la presidencia en 2007 después de un largo período fuera del poder.

Inicialmente invitó a la Iglesia a mediar en las conversaciones con los manifestantes en 2018, pero desde entonces ha tomado una posición más agresiva.

Días antes de las elecciones presidenciales del año pasado -en las que obtuvo un cuarto mandato consecutivo mientras sus más fuertes opositores estaban encarcelados-, acusó a los obispos de haber elaborado una propuesta política en 2018 “al servicio de los yanquis” y consideró que los prelados eran “terroristas”.

En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, el principal diplomático del Vaticano en el país.

Nicaragua: Policía allana Diócesis de Matagalpa y arresta a obispo crítico de Ortega

viernes, agosto 19th, 2022

Anteriormente, el Gobierno había cerrado ocho radioemisoras y un canal de televisión en la provincia de Matagalpa, 130 kilómetros al norte de Managua. Siete de las emisoras eran gestionadas por la Iglesia católica.

Por Gabriela Selser

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La policía de Nicaragua allanó la residencia de un obispo católico el viernes, aparentemente deteniéndolo junto a varias personas que estaban con él y que estaban sitiadas por los agentes desde hacía dos semanas.

La operación antes del amanecer ocurrió luego de que las autoridades nicaragüenses acusaron el 5 de agosto al obispo de la diócesis de Matagalpa Rolando Álvarez —un abierto crítico del Gobierno del Presidente Daniel Ortega— de presuntamente “organizar grupos violentos” y de incitarlos “a realizar actos de odio contra la población”.

A primera hora del viernes, la diócesis de Matagalpa publicó en redes sociales el mensaje: “#SOS #Urgente. A esta hora la Policía Nacional ha ingresado a la Curia episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”.

Ni la Policía Nacional ni el Gobierno confirmaron de momento el allanamiento y las detenciones.

En un mensaje de vídeo, Pablo Cuevas, abogado del no gubernamental Comité Permanente de Derechos Humanos, condenó la detención de Álvarez, pero dijo que no era inesperada. “Ha ocurrido lo que evidentemente iba a ocurrir, la detención arbitraria y abusiva de Monseñor Álvarez”, afirmó Cuevas.

Edwin Román, un sacerdote nicaragüense exiliado en Estados Unidos, tuiteó: ”¡DIOS MÍO! Qué barbaridad, se han llevado a Monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él”.

La policía dijo la semana pasada que la investigación al obispo de Matagalpa incluiría a varias personas y advirtió que no se les permitiría salir de sus casas mientras se realizaban las indagaciones.

Las detenciones son el colofón de semanas de crecientes tensiones entre la Iglesia y el Gobierno de Ortega.

Anteriormente, el Gobierno había cerrado ocho radioemisoras y un canal de televisión en la provincia de Matagalpa, 130 kilómetros al norte de Managua. Siete de las emisoras eran gestionadas por la Iglesia católica.

El anuncio policial de la semana pasada de que Álvarez estaba siendo investigado se produjo apenas unas horas después de que la primera dama y vicepresidenta Rosario Murillo criticara los “pecados contra la espiritualidad” y la “exhibición de odio”, en una aparente referencia al obispo.

Días atrás la Arquidiócesis de Managua expresó su apoyo a Álvarez. La Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) denunció lo que llamó un “asedio” a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas y el “acoso constante” al pueblo y a la iglesia nicaragüense.

Sin embargo, el Vaticano guardó silencio público durante casi dos semanas sobre la investigación contra Álvarez y el sitio policial a su residencia y la curia episcopal, lo que provocó las críticas de intelectuales latinoamericanos y activistas de derechos humanos.

El viernes pasado, monseñor Juan Antonio Cruz, observador permanente del Vaticano ante la Organización de Estados Americanos, expresó su preocupación por la situación y pidió a las partes que “busquen vías de entendimiento”.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Carlos Herrera, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

El Gobierno de Ortega ha intensificado su enfrentamiento con la Iglesia nicaragüense. Foto: Presidencia de Nicaragua vía Europa Press.

En abril de 2018, enormes protestas callejeras estallaron en Nicaragua y se convirtieron en un reclamo para que Ortega renunciara. El Gobierno respondió con una represión violenta con fuerzas policiales y paramilitares que dejó 355 muertos, más de dos mil heridos y al menos 100 mil exiliados según organismos de derechos humanos.

Ortega ha dicho que la revuelta social fue un “fallido golpe de Estado” con apoyo extranjero y de la Iglesia católica nicaragüense. Desde entonces, su Gobierno ha actuado contra todas las voces disidentes, incluso mediante el encarcelamiento de líderes de la oposición política y el cierre de más de mil organizaciones no gubernamentales.

Según la oposición nicaragüense, en el país existen al menos 190 “presos políticos”. Ortega asegura que los detenidos son “delincuentes y terroristas”.