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Luis, apenas adolescente, narra sus años de aflicción en busca del sueño americano

jueves, junio 16th, 2022

Con pocas oportunidades de obtener ingresos en la frontera, muchos jóvenes recurren al peligroso trabajo del tráfico ilícito de migrantes, como es el caso de Luis.

Ciudad de México, 16 de junio (Opendemocracy).– He trabajado haciendo muchas cosas. He instalado cables de internet y electricidad. Hice trabajos de obra de construcción y vendí ropa en el centro. Una vez incluso ayudé a derrumbar un cerro con una de esas maquinotas que se usan para hacer hoyos.

Empecé a buscar trabajo cuando tenía 14 o quizá 15 años. No estudiaba, no hacía nada, y no quería perder el tiempo. Quería comprarme cosas. Me acuerdo de que lo primero que compré con mi dinero fue un par de tenis y algo de ropa. El resto se lo di a mi madre. Cada vez que me pagaban le daba a Mi Jefa – mi madre- y ya lo que me quedaba lo gastaba en lo que yo quería.

La obra de construcción es el trabajo más difícil que he hecho. Pasas mucho tiempo bajo el sol haciendo trabajo pesado, cargando cementos o botes de mezcla. El calor del desierto lo hace mucho peor. A veces te pueden dar golpes de sol porque no hay ninguna sombra. También es peligroso. He visto a gente caerse de los andamios porque los tablones se aflojan o a veces andas con un rotomartillo pegándole a la pared y te tira hacia atrás. He visto a unos tipos caer desde unos tres metros de altura. Se cayeron muy feo. No hay seguro ni nada, así que si te tienes un accidente lo único que hacen es descansarte.

Niños migrantes en muro fronterizo de Tijuana, Baja California. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro.

Empecé a trabajar en la construcción con mis hermanos. Un hombre que vivía cerca de mi casa venía a buscarnos todos los días a las 7 de la mañana y nos llevaba a la obra. Algunos tenían mi edad, los otros eran hombres mayores. La mayoría de los días volvíamos sobre las cinco, pero podían ser hasta las ocho o las nueve de la noche. Trabajábamos cinco días a la semana y medio día los sábados, así que era mucho tiempo bajo el sol. Por todo eso nos pagaban 1800 pesos mexicanos a la semana (88 dólares). Por aquel entonces, llegaba a casa el sábado y salía el resto del fin de semana. Pero ya no salgo después de lo que le pasó a mi hermano. No salgo de casa.

VIVES COMO UN PRISIONERO

La inmigración nos atrapó la primera vez que pasamos la frontera a El Chuco (El Paso, TX). Un amigo de allí nos invitó a mí y a mi hermano a ir. Su padre trabaja en la construcción. Mi amigo nos ofreció un trabajo y un lugar para quedarnos, así que por eso quisimos ir.

Pensé que encontraría trabajo allí y volvería a Juárez algún tiempo después con mi propio coche. Y pensé que ganaría algo de dinero con lo que pudiera hacer allí. Pero para ser honesto, me imagino que el ambiente del Chuco es feo. Allá no tienes vida. No puedes salir a la calle, sobre todo si eres migrante. Sólo de casa al trabajo y ya está. Vives como un prisionero. No puedes vivir allí como se vive aquí. La única razón por la que iba era por el trabajo.

Esa primera vez éramos unos seis tratando de cruzar. Los otros habían venido de diferentes lugares, como Honduras. Estábamos… estábamos nerviosos. Cuando estás en el momento, tienes miedo. Tienes mucho miedo.

Caminamos hasta el lugar donde ya no había valla. Conseguimos cruzar la frontera y hasta cruzamos las vías. Llegamos bien al punto de encuentro, pero el transportador tardó en llegar, así que la migra (la policía de inmigración estadounidense) nos atrapó. Llegaron en sus camiones grandes. Nos trataron mal. Sobre todo, cuando eres nacido aquí, de los barrios cercanos a la frontera, porque piensan que uno los lleva, que somos corredores (guías).

Les dije que no era un corredor, que no estaba cruzando a nadie. Dije que “buscaba el sueño americano”. Dijeron que ya debía saber cómo funcionaban las cosas y que cómo íbamos a hacer el sueño americano si vivíamos tan cerca. Me agüité (entristecí). Me encerraron en una celda donde hacía muchísimo frío que le dicen la hielera. Cuando les pedí una cobija, me dijeron que no, que no estaba en mi rancho. Pero no estuve allí mucho tiempo. Me echaron de un día para otro y me enviaron de vuelta a México.

La inmigración nos atrapó la primera vez que pasamos la frontera a El Chuco (El Paso, TX). Un amigo de allí nos invitó a mí y a mi hermano a ir. Su padre trabaja en la construcción. Foto: Cuartoscuro

La inmigración estadounidense no me hizo preguntas, pero el personal que nos interrogó una vez que nos devolvieron a Juárez sí lo hizo. Querían saber cuántos migrantes estábamos cruzando. Les dije que iba por mi cuenta. Por lo demás, ellos sí nos trataron bien. En el lugar había literas y una televisión y pude comer unos fideos. Mis padres me regañaron cuando llegaron a recogerme, por supuesto. Me decían que no debía volver a cruzar. Decían que tenía que hacer caso, lo típico y aburrido.

Intenté cruzar a gente hace uno o dos meses. Esta vez era diferente. Quería ganar dinero y la paga era de 300 dólares por persona. Eran cuatro en total, y conduje el grupo yo solo. Inmigración los atrapó cuando llegamos, pero yo logré llegar hasta el punto de encuentro. Esperé unas cinco horas escondido. La gente del lado de Texas nunca envió el transportador, así que tuve que entregarme yo mismo. Esa vez pasé tres días encerrado en el refugio.

Hay mucho trabajo de este tipo en este momento, pero igual ya está muy caliente en todos lados, tienen bien protegido. La guardia nacional se ha desplegado junto a la policía para detener a los migrantes. Las ciudades y la frontera están realmente fortificadas. Creo que ayuda a los gringos tener muchos policías allí. Pero la gente siempre encontrará la manera de pasar.

VEN MIS TATUAJES Y PIENSAN QUE SOY CRIMINAL

Tengo todos estos tatuajes. Esto es de una caricatura. Esto es de los Simpsons. Este es el nombre de mi madre. Este otro me lo hice porque me dijeron que si podía soportar el dolor me lo podía hacer gratis. Y este me lo hice por mi hermano, el que fue asesinado.

Mi madre se preocupa porque los tatuajes hacen que la gente nos trate como delincuentes. El otro día salí a ver a una chica y se me apagó el celular, no tenía como marcar. Pregunté a varias personas si me podían prestar su teléfono para llamar a mi madre y todos dijeron que no tenían crédito. Pensaban que les iba robar el celular o algo así.

Migrantes en el muro. Foto: Joebeth Terriquez, EFE

Lo mismo con los polis. Ven mis tatuajes y piensan que soy un criminal. Me detienen, una vez me llevaron a la comisaría, otra a la fiscalía. Una vez me encontraron con un poco de marihuana y reportaron que llevaba como 10 o 15 paquetes – tuve que pasar tres días allí por eso. Otras veces simplemente me llevaban por el barrio en sus patrullas y luego me dejaban ir.

Me preocupo por mis padres cuando esto sucede, ellos piensan que me pasó algo. Igual, estar encerrado se siente feo, sin saber nada, sin saber ni la hora y sin que tu familia sepa lo que te ha pasado. Y aparte la comida que te da la policía es horrible. La última vez que estuve allí me dieron un trozo de pan duro con mayonesa. No les dije nada a los guardias, pero no me lo comí. Otras personas se lo comieron. Yo no. A veces iban los cristianos y nos daban un burrito, pero era lo único.

***

No sé cómo explicar lo que siento estos días. Realmente no sé cómo expresarlo con palabras. Me dispararon en la cara al mismo tiempo que mataron a mi hermano y estuve internado en el hospital por 12 días. Ahora estoy bien, sólo me duelen los dientes. Me duelen las encías, me duele todo. Hay muchas cosas que ya no puedo hacer. Tengo una placa en la mandíbula y podría volver a lesionarme si alguien me golpea o si me caigo. Entonces tendría que pagar más tratamiento. Mi primera operación fue muy cara y mis padres aún no han terminado de pagarlo todo. Tuvieron que pedir un préstamo para conseguirlo. Pero hacen todo lo que pueden.

Aparte de eso, gracias a Dios sigo aquí. Ya casi no salgo desde que pasó el accidente. No he sido el mismo. Solo veo la televisión. En algún momento voy a encontrar trabajo en una maquiladora, y una vez que eso ocurra podré empezar a construir mi propia casa. Tenemos mucho terreno y pondré mi casa al lado de la de mi madre. Ya empecé a juntar ladrillos para construir algunos cuartos y vivir ahí.

Esta historia forma parte de una serie de testimonios de niños y madres que viven en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos. Todos los niños fueron sorprendidos cruzando a los Estados Unidos, ya sea para seguir sus sueños personales o para traficar con personas, y ahora están recibiendo servicios de justicia restaurativa de la ONG Derechos Humanos Integrales en Acción. Los testimonios fueron preparados junto a los defensores de DHIA y han sido editados para mayor claridad. La ilustración del orador es una representación ficticia realizada por Carys Boughton (Todos los derechos reservados). El nombre del orador también ha sido modificado.

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Texas insiste en que sí construirá el muro… pero no da detalles

viernes, junio 11th, 2021

El Gobernador de Texas ha hecho de la migración un asunto central desde que Biden asumió la Presidencia, y ha tomado diversas medidas al respecto, ya que dice que el nuevo Gobierno ha fracasado en reducir los cruces fronterizos.

Por Paul J. Weber

AUSTIN, Texas, EU, 11 junio (AP) — El Gobernador de Texas, Greg Abbott, no ha dado detalles sobre sus planes para construir un nuevo muro en la frontera con México y al mismo tiempo lanzar una campaña para arrestar a migrantes, medidas que lo encaminan a otro enfrentamiento con el Gobierno del Presidente Joe Biden en el tema de la migración.

Abbott hizo el anuncio el jueves en una habitación llena de jefes de policía en la ciudad fronteriza de Del Rio, pero no indicó qué tanto erigirá Texas de muro adicional, en qué parte de los mil 930 kilómetros (mil 200 millas) de frontera del estado con México se instalará, ni qué aspecto tendrá. Prometió que la semana próxima se darán a conocer más detalles.

Un alto funcionario de uno de los condados fronterizos más grandes, Richard Cortez, Juez del condado Hidalgo, dijo el viernes que cree que el objetivo es colocar nuevas barreras que le darían motivos a los agentes policiales estatales para arrestar a migrantes que las esquiven o las dañen, y luego encarcelarlos durante seis meses.

“Entiendo por qué quiere hacerlo. Es una herramienta que le permite que ocurra un delito menor Clase B”, dijo Cortez. Se mostró escéptico de que ir a la cárcel disuada a los migrantes que viajan cientos de kilómetros y se arriesgan a morir con tal de llegar a Estados Unidos.

Renae Eze, portavoz de Abbott, no proporcionó el viernes más detalles acerca del plan para erigir el muro y refirió las preguntas sobre arrestos a una carta que Abbott y el Gobernador de Arizona, Doug Ducey, mandaron a otros gobernadores el jueves, solicitándoles enviar sus propios elementos policiales a la frontera. En la misiva le dicen a los gobernadores que sus agentes policiales llegarían con “la autoridad para arrestar a migrantes que crucen la frontera ilegalmente hacia nuestro territorio”.

Expertos en derecho dijeron que la Corte Suprema federal ha especificado claramente que la autoridad para hacer respetar la ley de migración está en manos del Gobierno Federal.

El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, declinó comentar sobre los planes del Gobernador de Texas mientras visitaba un centro municipal de ciberseguridad en Los Ángeles poco después del anuncio de Abbott. Biden suspendió la construcción del muro fronterizo cuando asumió la Presidencia, y el viernes su Gobierno anunció un plan para retirar financiamiento al que fue el principal proyecto del Gobierno del expresidente Donald Trump.

Abbott, un republicano que pretende ser reelegido el año próximo y no ha descartado postularse a la Casa Blanca en 2024, ha hecho de la migración un asunto central desde que Biden asumió la Presidencia, y ha tomado diversas medidas al respecto, ya que dice que el nuevo Gobierno ha fracasado en reducir los cruces fronterizos.

“A largo plazo, sólo el Congreso y el Presidente pueden arreglar nuestra problemática frontera”, declaró Abbott en Del Rio. “Pero mientras tanto, Texas hará todo lo posible, incluyendo empezar a hacer arrestos, para mantener segura a nuestra comunidad, para mantener fuera a los cárteles y a los contrabandistas, y para mantener segura a su comunidad”.

Aunque han disminuido desde marzo, la gran cantidad de migrantes que han llegado a la frontera ha puesto en serios aprietos al Gobierno de Biden. Durante una visita esta semana a Guatemala, la Vicepresidenta Kamala Harris le envió un mensaje a los que están pensando hacer el viaje a Estados Unidos: “No vengan”.

Hace algunos días Abbott tomó medidas para cerrar más de 50 albergues en Texas donde están alojados más de 4 mil niños migrantes, alegando que el gobierno federal no puede obligar al estado a que siga emitiendo licencias en respuesta a un problema del orden federal. El Gobierno de Biden ha amenazado con demandar a menos que esa orden sea rescindida.

Trump erigió más de 725 kilómetros (450 millas) de muro fronterizo, casi todo para reemplazar diseños de menor tamaño o secciones que se encontraban en mal estado.

Cortez dijo que él respaldaría la ayuda de Abbott para incrementar la capacidad de las cárceles, pero que le gustaría que el condado siga a cargo del espacio adicional. Más hacia el sur, en el condado rural Starr, el Juez Eloy Vera indicó que su prisión de 270 camas está casi llena, pero que todavía tiene espacio disponible, y dijo que la descripción que Abbott hizo de la frontera no coincide con lo que él ve en su área.

Stephen Yale-Loehr, profesor de derecho migratorio en la Escuela de Derecho de la Universidad Cornell, dijo que el Gobierno Federal probablemente cuestionará en las cortes si el estado tiene la autoridad para construir barreras en la frontera.

“Aunque los estados pueden hacer ciertas cosas amparados en la ley estatal en lo que respecta a la inmigración, desde mi punto de vista el erigir barreras a lo largo de la frontera o arrestar a migrantes está fuera de su ámbito de acción”, señaló.

EU recupera 2,200 mdd desviados por Trump para construir el muro

viernes, junio 11th, 2021

El Pentágono señaló que los fondos recuperados se dedicarán a proyectos en el extranjero, entre los que destacan instalaciones de la Armada estadounidense en España, y en la base naval de Guantánamo, Cuba.

Washington, 11 junio (EFE).- La Casa Blanca anunció este viernes que el Pentágono recuperó unos 2 mil 200 millones de dólares que el expresidente estadounidense Donald Trump desvió para construir el muro en la frontera con México, y pidió al Congreso que no lo obligue a gastar mil 400 millones más en la barrera fronteriza.

En un comunicado, la Casa Blanca explicó que el Pentágono dedicará los 2 mil 200 millones que desvió el Gobierno de Trump a las partidas a los que esos fondos iban a destinarse originalmente: un total de 66 proyectos en 11 estados de EU, tres territorios y 16 países.

De ese monto, casi mil 300 millones se dedicarán a proyectos en el extranjero, incluidos unos 90 millones de dólares en instalaciones de la Armada estadounidense en España, donde Estados Unidos tiene una base naval en Rota (Cádiz), y más de 33 millones en la base naval de Guantánamo (Cuba), según el Pentágono.

Aunque el Gobierno del Presidente Joe Biden puede recuperar parte de los fondos desviados por Trump, hay otros mil 400 millones que el Congreso estadounidense aprobó específicamente para el muro fronterizo para este año fiscal.

El Departamento de Seguridad Nacional está obligado por ley a usar esos fondos para el propósito designado por el Congreso, por lo que la Casa Blanca pidió al legislativo que “cancele” esa partida, para poder gastar ese dinero en otro tipo de medidas de seguridad fronteriza, más “modernas y eficaces” que el muro.

A lo largo de sus cuatro años en el poder, Trump recabó 15 mil millones de dólares para reemplazar la valla fronteriza y erigir nuevos tramos de muro a lo largo de 727 kilómetros (452 millas) de frontera, lo que cubre más de una cuarta parte de los tres mil 145 kilómetros (mil 954 millas) que separan el país de México.

De esos 15 mil millones, unos 5 mil millones los aprobó el Congreso específicamente para el proyecto estrella de Trump, y otros 10 mil millones más se desviaron de proyectos contra el narcotráfico y de otro tipo.

Al abandonar el poder, le quedaron unos tres mil 600 millones de dólares por gastar en el muro, que incluyen los dos mil 200 recuperados este viernes y los mil 400 atados por el Congreso al proyecto fronterizo.

En su primer día en el poder, el pasado 20 de enero, Biden firmó un decreto que ordenó acabar con la emergencia nacional decretada por Trump para desviar fondos hacia la construcción del muro, y detener las obras del mismo.

El Departamento de Seguridad Nacional anunció este viernes, además, que después de revisar qué hacer con una partida que el Congreso le había otorgado para construir el muro, decidió emplear esos fondos para “hacer frente a asuntos urgentes de medioambiente y seguridad” que resultaron de la construcción de la barrera en California y el Valle del Río Grande (Texas).

“Esta es una victoria para las comunidades fronterizas, para las comunidades de migrantes y para nuestro medioambiente. Una vez más, podrán prosperar sin la amenaza de un muro fronterizo”, opinó en declaraciones a Efe el director de legislación y política de comunidades de la organización Earthjustice, Raúl García.