El campeón mexicano libra por libra subirá al ring este sábado por la noche contra el inglés Callum Smith con una multitud deliberadamente escasa en el cavernoso Alamodome.
Por Greg Beacham
Estados Unidos, 19 de diciembre (AP).- La semana de la pelea por Saúl “Canelo” Álvarez generalmente involucra una deslumbrante llegada del público a un casino de Las Vegas con fanáticos gritando por su atención. Por lo general, eso es seguido por un pesaje ante una audiencia estridente y una gran multitud en la noche de la pelea que clama por el nombre más importante del boxeo.
No mucho sobre 2020 es normal en el mundo del deporte, y la única pelea de Álvarez en el año de la pandemia no es una excepción.
Después de una semana de pelea sin incidentes en cuarentena en un hotel en San Antonio, seguida de un pesaje silencioso, el campeón mexicano libra por libra subirá al ring este sábado por la noche contra el inglés Callum Smith con una multitud deliberadamente escasa en el cavernoso Alamodome.
“Es diferente cuando no ves a la gente y no ves las banderas”, dijo Álvarez. “Pero es mayormente similar a lo que hago. Casi siempre me quedo en mi habitación y me concentro. Me estoy preparando para lo que viene, así que es lo mismo “.
Todo peleador popular prospera con la adulación y el aliento de sus fanáticos hasta cierto punto, pero Álvarez (53-1-2, 36 KOs) sabe que tendrá que encontrar nuevas fuentes de motivación. Poner fin al descanso más largo de sus 15 años de carrera profesional, y los obstáculos que tuvo que superar antes de poder hacerlo, debería proporcionarle mucho fuego.
“Siempre estamos listos para los grandes desafíos y gracias a Dios pudimos tener esta pelea en 2020”, dijo Álvarez. “Estamos listos para cerrar el año con una gran explosión, y quiero cerrarlo como campeón”.
Álvarez no parecía estar cerca de un regreso hace tres meses cuando presentó una demanda contra su promotor de toda la vida, Golden Boy de Oscar De La Hoya, y la plataforma de transmisión DAZN.
Solo dos años después de que el campeón firmara un acuerdo tremendamente lucrativo con DAZN, el peleador tenía múltiples diferencias de opinión con la plataforma sobre la dirección de su carrera. Su una vez paternal relación con De La Hoya también se había derrumbado.
Smith aceptó con entusiasmo el enfrentamiento contra Álvarez. Foto: AP.
Si bien muchas demandas de boxeo tardan años en resolverse, Golden Boy y DAZN llegaron a un acuerdo sobre una ruptura con Álvarez en noviembre. Álvarez inmediatamente reservó una pelea con Smith (27-0, 19 KOs) por el título vacante de peso súper mediano del CMB y la versión de Smith de la AMB del cinturón de las 168 libras.
Álvarez es un gran favorito, pero Smith aceptó con entusiasmo el enfrentamiento con relativamente poca antelación.
“Probablemente sabía que estaba peleando conmigo un poco más de lo que yo sabía que yo estaba peleando con él, pero ha tenido el mismo año que todos los demás”, dijo Smith. “Ha sido frustrante para todos los luchadores. Todos hemos tenido un poco más de tiempo fuera del ring de lo que a todos les hubiera gustado. (…) Ambos salimos igual, así que es solo quién maneja mejor la inactividad, quién ha estado viviendo una vida mejor ese año y quién es el mejor luchador en la noche “.
Smith tiene una motivación adicional: Álvarez detuvo a su hermano, Liam, en 2016. Los tres hermanos de Smith y su padre estarán en primera fila.
Si bien el poder de golpe, las combinaciones y la precisión de Álvarez son desalentadores, Smith tiene una ventaja que fue obvia en el pesaje. Él mide 7 pulgadas más alto que el Álvarez de 5 pies 8 pulgadas, con un alcance y una envergadura significativamente superiores.
A Álvarez claramente no le preocupa su desventaja de tamaño, lo cual no es una sorpresa para un peleador al que le encanta saltar por categorías de peso. “Canelo” no ha peleado con alguien más bajo que él en unos cuatro años.
Si bien hay muchas cosas diferentes en esta pelea, algunas cosas son familiares para Álvarez: la pelea todavía se transmite en DAZN, y el Alamodome de 64 mil asientos está vendiendo alrededor de 12 mil boletos a personas que en gran medida vitorean a Álvarez, ya que la mayoría de los británicos, comprensiblemente, no pueden participar. el viaje.
“Me gusta el riesgo, y tomar esta pelea es un riesgo”, dijo Álvarez. “Estamos peleando contra el número uno en las 168 libras, así que eso es un riesgo, pero me gusta correr riesgos para poder seguir haciendo historia”.
