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Las personas han llevado su gusto por la “narcocultura” a los disfraces de Halloween como el de Pablo Escobar y Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Por Chris Dalby

Colombia, 1 de noviembre (Insight Crime).- La fascinación por la “narcocultura” se ha tomado las industrias de los medios y el entretenimiento: documentales, programas de televisión, películas, podcasts e incluso una página exclusiva en el sitio web de InSight Crime.

Las familias de los capos caídos han lanzado marcas de ropa que reflejan el estilo de sus ídolos.

Pero el arrasador fenómeno ha posado los ojos sobre un nuevo objetivo: los disfraces de Halloween.

Aquí, InSight Crime analiza la calidad y fidelidad de los disfraces inspirados en dos de los mafiosos más célebres que ha producido la cultura popular latinoamericana:

PABLO ESCOBAR

El disfraz más común de Pablo Escobar es atroz. La camisa está inspirada en la que llevaba en su famosa foto sonriente de su expediente policial, tomada en mayo de 1976 en una cárcel de Medellín. Pero parece hecho de material barato, aunque tenga el número de prisionero correcto. Los pantalones de color canela son extraños, ya que Escobar era conocido por llevar sobre todo vaqueros. La bolsa de cocaína, de alguna manera, hace que todo el asunto sea aún más ofensivo. El disfraz también omite las zapatillas blancas asociadas a Escobar.

“Pablo Escobar no se destacaba por su buen gusto. Tenía 100 pares de tenis y un par de jeans. Los únicos zapatos que usaba para trabajar eran tenis blancos; tenía un cuarto lleno”, comentó Bina Daigeler, diseñadora de disfraces para Narcos, en entrevista con la revista Dazed.

Pero lo que realmente causa horror en este atuendo es la máscara de goma. Ninguna máscara de ese tipo puede llegar a ser especialmente fiel, pero una peluca y un bigote funcionarían mejor en este caso.

Para quienes quieran crear sus propios disfraces de Escobar para Halloween, hay muchos recursos en el mercado. Según la revista Grazia, Escobar por lo general “iba a la vanguardia de las tendencias de la moda” en su uso de camisas de franjas y cuellos anchos, motivos florales y suéteres de rugby.

Sin embargo, la popularidad de la serie Narcos ha borrado los límites entre la realidad y la ficción. La mayoría de los artículos que analizan el guardarropas de Escobar parecen inspirados en la serie, no en el hombre.

Una notable excepción fue Escobar Henao, una línea de vestuario creada por su hijo, que ofrecía ropa basada en las usadas por el personaje, camisetas con la foto de su ficha policial e incluso una camisa en que se ve la autorización especial a Escobar para ingresar al Congreso de Colombia.

Pese a la fidelidad, sobre la marca cayó la condena universal de Colombia y se terminó.

“EL CHAPO”

En 2015, la firma mexicana Grupo Rev lanzó un disfraz de Halloween con el personaje de “El Chapo”. Como publicidad dio el golpe, pues atrajo la atención del Washington Post y los críticos del Gobierno.

Como disfraz, sin embargo, es un fiasco. El atuendo se lanzó al mercado pocos meses después de la fuga de prisión de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, exjefe del Cártel de Sinaloa, por segunda vez en julio de 2015.

“Era cómico en cierta forma para que expresáramos una crítica a nuestro Gobierno por haber capturado a ‘El Chapo’ y luego ver cómo se escapaba unos meses después”, comentó Diego Esponda, presidente de Grupo Rev, al Washington Post.

Para señalar el acontecimiento, el disfraz lo presenta en uniforme de preso, con rayas blancas y negras. Esto en la realidad es falso. Los presos federales en México usan uniformes o ropa de trabajo caqui.

Al contrario de la mueca sonriente de la máscara de Escobar, la de “El Chapo” casi es un halago para el antiguo capo. Aunque al momento de su arresto se mostró con una figura regordeta y una calva incipiente, “El Chapo” quedó inmortalizado en la goma con una abundante cabellera, un frondoso bigote y otros rasgos que pueden calificarse de magníficos. El disfraz lleva su número de preso, 3578-AJ, correcto.

Adicionalmente, “El Chapo” también tenía un sentido del estilo al parecer suficientemente icónico para que valiera la pena crear su propia línea de ropa. El disfraz no incluye ningún aspecto del singular estilo de “El Chapo”.

Tanto su hija como su esposa han creado sus propias marcas. En 2010, el Instituto de Propiedad Industrial de México rechazó el intento antes de permitirlo en 2016 a su hija. Y en 2019, desde una prisión de Nueva York, Guzmán Loera firmó un contrato que autorizaba el uso de su imagen y su firma para uso en gorras, chaquetas y otras prendas.

Lo triste, es que eso es todo. Pablo Escobar y “El Chapo” tienen lo suyo para Halloween, pero InSight Crime no pudo encontrar otro ejemplo específico de gángsters latinoamericanos. Naturalmente, toda figura que se respete en el hampa estadounidense tiene disfraces fáciles de conseguir, desde Al Capone hasta Bonnie y Clyde. E incluso Bernie Madoff.

Pero ninguna empresa ha explotado las oportunidades que ofrecen la elegancia de la gorra de béisbol, los lentes de sol y las ostentosas cadenas de “El Koki” en Caracas o el encanto de la camiseta blanca casual y el bigote lápiz de “El Mencho”, el jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) o, por qué no, de los sexys sombreros de ala ancha y vestidos a rayas de Griselda Blanco.

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