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El Centro de Recursos Biológicos, con sede en Phoenix, Arizona, fue cerrado por la Oficina Federal de Investigaciones en 2014 tras acusaciones de que la empresa estaba vendiendo partes de los cuerpos donados con fines de lucro. Cinco años después, el testimonio del ex agente especial del FBI Mark Cwynar revela que observó partes del cuerpo amontonadas una encima de la otra, sin una identificación aparente ni identificación de qué cuerpos provenían, informa ABC15 Arizona.

También se encontró dentro del edificio un torso masculino “con la cabeza removida y reemplazada por una cabeza similar cosida a la manera de Frankenstein”. La cabeza era de una mujer.

Arizona, 27 de julio (La Opinión).– Varios años después de que cerrase una instalación de donación de cuerpos, los agentes del FBI han revelado los detalles horripilantes de lo que encontraron en su interior.

El Centro de Recursos Biológicos, con sede en Phoenix, Arizona, fue cerrado por la Oficina Federal de Investigaciones en 2014 tras acusaciones de que la empresa estaba vendiendo partes de los cuerpos donados con fines de lucro.

Ahora, los registros judiciales han detallado lo que vio el FBI por primera vez dentro de las instalaciones, incluidos cubos con cabezas, brazos y piernas, así como un refrigerador lleno de genitales masculinos.

El testimonio del ex agente especial del FBI Mark Cwynar revela que observó partes del cuerpo amontonadas una encima de la otra, sin una identificación aparente ni identificación de qué cuerpos provenían, informa ABC15 Arizona.

También se encontró dentro del edificio un torso masculino “con la cabeza removida y reemplazada por una cabeza similar cosida a la manera de Frankenstein”. La cabeza era de una mujer.

Los investigadores descubrieron 10 toneladas de restos humanos congelados en total, que comprenden 1.755 partes del cuerpo que incluían 281 cabezas, 241 hombros, 337 piernas y 97 espinas dorsales, informa Reuters.

Las autoridades se llevaron el contenido de los congeladores de la instalación y llenaron 142 bolsas de cadáveres. Una bolsa contenía partes de al menos 36 personas diferentes. De hecho, la incautación fue tan grande que los funcionarios tuvieron dificultad para manejar la situación.

Al menos ocho familias afirman que donaron los cuerpos de sus seres queridos a las instalaciones bajo la impresión de que estaban realizando una investigación médica. Ahora, demandan a la compañía y a su dueño, Stephen Gore.

Según lo informado por el periódico Arizona Republic, hasta el momento 33 familias han demandado al Centro de Investigación Biológica, aludiendo que los restos de sus familiares se obtuvieron a través de “declaraciones falsas”, que se vendieron partes del cuerpo con fines de lucro y que no se almacenaron, se trataron o eliminados con dignidad o respeto.

Arizona es una zona libre de regulaciones para la industria de donación de cuerpos, y al menos cuatro compañías de estas características operan actualmente en el estado. También está operativa una compañía de criogenización, que congela a las personas después de morir con la intención de traerlas un día de vuelta a la vida.

En respuesta a este caso, Arizona aprobó una ley en 2017 que establece que las empresas de donación de cuerpos no pueden operar sin una licencia estatal. Sin embargo, esa ley aún no ha sido implementada o aplicada.

Gore, el antiguo propietario de la instalación, se declaró culpable de fraude por engañar a los clientes al enviarles muestras contaminadas. Fue sentenciado a un año de cárcel y cuatro años de libertad condicional.

Aparecerá en la corte en octubre para enfrentar los posibles cargos por la demanda de varias familias que han presentado demandas civiles contra él.

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