Posts Tagged ‘Carolina’

“La gente no sabe ni cómo es”. Carolina superó la COVID durante el embarazo de sus gemelas

jueves, noviembre 26th, 2020

Carolina narró la historia de las complicaciones que tuvo durante su embarazo de gemelas debido al cuadro agudo de la COVID-19, pese a que logró sobrevivir a la enfermedad, sufrió de un parto prematuro; gracias a la intervención sus dos niñas y ella no fallecieron.

Por Sergio Adrián Ángeles

Querétaro, 26 de noviembre (EFE).- Carolina llegó a la recta final de su embarazo de gemelas con complicaciones y un caso agudo de COVID-19. Pero fue capaz de superar la enfermedad y aunque su parto fue prematuro, hoy celebra la vida de María Luz y María José, sus dos retoños.

“Llegué bien mal al hospital, pero pues ahora sí que me las tuvieron que sacar. (…) Porque si no me las sacaban nos íbamos a morir los tres”, dijo este jueves a Efe Carolina, quien llegó en una situación de salud crítica al hospital y tuvo que tomar la decisión de inmediato.

El Hospital General Regional número 2 del municipio El Marqués en el central estado de Querétaro se encontró con un caso complicado durante la pandemia: Carolina llegó con un embarazo de gemelas, pero además dio positivo a COVID-19.

El personal médico que la atendió se encontró con este inusual diagnóstico tras recibirla de urgencia por problemas respiratorios, por lo que se dispuso de los protocolos más estrictos y el equipo de aislamiento máximos para su atención.

Debían salvar su vida y las de las bebés, tal y como recuerda la doctora Karina Sánchez, quien llevó la atención de las gemelas desde la llegada de Carolina al hospital y hasta que las gemelas abandonaron los cuidados intensivos.

Pese a que las gemelas nacieron antes de tiempo, lograron sobrevivir junto a su madre. Foto: Sergio Ángeles, EFE

“Era una mamá embarazada con prueba de COVID positivo. El parto se adelantó. Fue un embarazo gemelar prematuro de 33 semanas, de 33 semanas de gestación”, rememoró.

UN EMBARAZO DE ALTO RIESGO

Las vidas de la madre y sus dos pequeñas estuvieron en riesgo, por lo que se tomó la decisión de llevar a cabo la cesárea prematuramente. Carolina estuvo de acuerdo, pensando en todo momento en el bienestar de sus hijas.

Este caso representó un desafío médico, pues precisamente un embarazo de gemelos tiene consecuencias justo en el aspecto más peligroso de la COVID-19: la capacidad respiratoria de la paciente.

El doctor Luis Manuel Noriega, coordinador de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de El Marqués en Querétaro, destacó las complicaciones respiratorias que se agudizaron en este caso, especialmente al tratarse de un embarazo gemelar.

Este caso, que sucedió en el estado de Querétaro, fue un desafío médico. Foto: Imagen ilustrativa, Rogelio Morales, Cuartoscuro

“En una paciente obstétrica hay ciertas limitantes para el proceso de la respiración por el aumento del tamaño del abdomen. Hay una limitación estructural en la capacidad ventilatoria. Y si a eso le sumamos que son gemelos, la capacidad ventilatoria disminuye todavía un poco más”, subrayó.

TODO SALIÓ BIEN

Al final, la mujer, de 42 años de edad y originaria del municipio de San Juan del Río, tuvo un final feliz tras dos meses hospitalizada y cuarenta días de aislamiento.

Una experiencia de vida que le hizo a Carolina reflexionar acerca de la COVID-19 y sus creencias.

“La gente no sabe ni cómo es esto. Ellos no saben ni cómo es, ni nada. Todos piensan que todo es muerte, muerte, muerte. Pero a veces sí es por Diosito que uno sale adelante”, remarcó emocionada.

Carolina tuvo que cumplir con su periodo de cuarentena apenas terminado el parto por cesárea, por lo que debió esperar para poder tener en brazos a María Luz y María José.

Hoy en día ya las cuida con todo el amor maternal posible, tras haber superado con excelencia estas dos pruebas, la COVID-19 y el alejamiento obligado.

México suma al momento un millón 70 mil 487 casos y 103 mil 597 fallecidos por la pandemia. En cifras absolutas, es la cuarta nación del mundo con más decesos por el coronavirus, solamente detrás de Estados Unidos, Brasil e India.

Word of Faith Fellowship, la orden religiosa de Carolina que torturaba a sus seguidores

lunes, febrero 27th, 2017

Los seguidores de la orden Word of Faith Fellowship eran golpeados, estrangulados y recibían maltrato psicológico, revelan 43 ex miembros.

Word of Faith también sometió a sus miembros a una práctica llamada “blasting” (voladura o explosión), en la cual les gritan cosas a una persona, a veces por horas, con la creencia de que eso espantaría a los demonios. Foto: Captura de Youtube.

Por Mitch Weiss

Spindale, Carolina del Norte, EU, 27 de febrero (AP).- La promesa de paz interior y una vida eterna atrajo a gente de todo el mundo a esta pequeña ciudad al pie de las montañas Blue Ridge, pero se encontraron con algo muy distinto: años de terror en nombre del Señor. Los fieles de la orden Word of Faith Fellowship eran golpeados, estrangulados, tirados contra puertas y paredes en unos rituales violentos que supuestamente purificaban a los pecadores y expulsaban al diablo, según 43 antiguos miembros que hablaron separadamente con The Associated Press en entrevistas exclusivas.

Las víctimas de estos hechos de violencia incluyeron niños preadolescentes y hasta bebés, que eran sacudidos con fuerza, se les gritaba y a veces hasta se les pegaba con el pretexto de ahuyentar a los demonios.

“Vi a mucha gente que fue maltratada a lo largo de los años. Niños a los que les pegaban en la cara y les decían satanistas”, afirmó Katherine Fetachu, de 27 años, que pasó casi 17 años en la iglesia.

Word of Faith también sometió a sus miembros a una práctica llamada “blasting” (voladura o explosión), en la cual les gritan cosas a una persona, a veces por horas, con la creencia de que eso espantaría a los demonios.

Como parte de una investigación de 18 meses, The Associated Press revisó cientos de páginas de documentos y horas de conversaciones con Jane Whaley, la líder de la orden, que fueron grabadas en secreto por sus fieles. The Associated Press encontró asimismo a decenas de personas que dejaron esa orden.

Los entrevistados, la mayoría de los cuales se criaron en la iglesia, dicen que los líderes Word of Faith llevan décadas encubriendo sus actos para frustrar investigaciones de las autoridades y los servicios sociales, llegando incluso a obligar a que niños y adultos mientan al ser interrogados.

Dijeron que los miembros tenían prohibido buscar atención médica fuera de la orden para atenderse sus lesiones, que incluían cortes, torceduras y fisuras de riñones.

Varios exmiembros aseguran que algunos fieles fueron violados, incluidos menores.

Los exmiembros dicen que decidieron hablar porque se sienten culpables de no haber hecho nada para frenar los abusos y porque temían por la seguridad de los menores que siguen en la iglesia, que se cree serían unos 100.

Whaley negó tajantemente que ella o algún otro líder de la iglesia hayan abusado de nadie y sostiene que cualquier acto disciplinario está protegido por la Primera Enmienda a la constitución, que ampara la libertad de expresión y de culto.

Exmiembros dicen que siempre hubo violencia. Los menores eran sacados de sus casas y ubicados en las de pastores, donde eran golpeados y sometidos a sesiones de “blasting”. A veces no les permitían tener contactos con sus familias por una década.

Durante años, los varones considerados los peores pecadores fueron mantenidos en un antiguo depósito de cuatro ambientes en un sector conocido como Lower Building. No veían a sus familias por hasta un año, no sabían cuando los soltarían y a veces soportaban prolongadas tundas y sesiones de “blasting”, según más de dos decenas de los entrevistados.

Los maestros de las escuelas primaria y secundaria alentaban a los estudiantes a que golpearan a los compañeros que se distraían, sonreían o tenían un comportamiento que según los líderes indicaba que estaban poseídos por el diablo, afirmaron los exmiembros.

“No bastaba con gritarles para expulsar los diablos: Había que echarlos a fuerza de golpes”, declaró Rick Cooper, de 61 años, un exmarino que pasó más de 20 años en la orden y crió nueve niños en la iglesia.

La orden Word of Faith Fellowship ha estado en la mira de la policía, los servicios sociales y la prensa varias veces desde la década de 1990, sin que se comprobara nada irregular, en parte porque los fieles se negaban a cooperar.

Algunos antiguos miembros ofrecieron una explicación más doctrinal al silencio de décadas: A menudo se les decía que Dios los castigaría con la muerte si traicionaban a la iglesia.

Word of Faith Fellowship fue fundada en 1979 por Whaley, una exmaestra de matemáticas, y su esposo Sam, exvendedor de autos usados.

Los dos figuran como pastores, pero los entrevistados dicen que Whaley, una intensa predicadora carismática cristiana, es quien manda como una dictadora y a veces es la encargada de castigar a los feligreses.

Tiene una cantidad de normas estrictas que le permiten controlar las vidas de los fieles, decidiendo incluso si se pueden casar o tener hijos. La primera regla: nadie puede quejarse ni cuestionar su autoridad. Quienes desobedecen se exponen a humillantes condenas desde el púlpito o —peor todavía— a castigos físicos, de acuerdo con los entrevistados.

Bajo la conducción de Jane Whaley, la iglesia pasó de tener un puñado de simpatizantes a sumar 750 miembros, la mayoría de ellos en un complejo de 14 hectáreas protegido por guardias de seguridad y ubicado detrás de una hilera de árboles.

La orden tiene otros 2 mil miembros en iglesias de Brasil y Ghana, así como ramas en otros países.

Los asistentes a seminarios internacionales sobre la Biblia que se realizan dos veces al año son alentados a radicarse en Spindale, una comunidad de 4 mil 300 personas a mitad de camino entre Charlotte y Ashville. El “lado oscuro” de la iglesia comenzaba a asomar después de que estas personas habían vendido sus casas y se habían instalado en Carolina del Norte.

Por entonces, aislados de sus familias y amigos y convencidos de que Whaley era una profeta, tenían miedo de salirse o de denunciar lo que sucedía, afirmaron.

A la luz de las represalias que tomaba Whaley contra quienes consideraba que la traicionaban, los ex miembros dicen que esperan no sufrir consecuencias ahora que muchos de ellos han dado la cara.

“La mayor parte de mi vida tuve miedo, pero ya no lo tengo”, expresó John Cooper, uno de los hijos de Rick Cooper.

De todos modos, muchos ex miembros dicen que no pueden superar los malos recuerdos, ni las pesadillas, y que tienen miedo de lo que le pueda pasar a los familiares que siguen adentro.

Danielle Cordes, hoy de 22 años, dijo que sufre profundas lesiones psicológicas tras pasar más de tres cuartas partes de su vida en el mundo de Whaley.

Hace tres años, la última vez que trató de visitar la casa de sus padres, su padre le tiró la puerta en la cara sin decir una palabra. Cada vez que llama por teléfono a la casa de sus padres, le cuelgan.

“Necesito a mi familia, pero ya no la tengo”, se lamentó.

Rick Cooper agrega: “Quedas al margen de todos en el mundo. La iglesia, y Jane, es lo único que tienes. Crees que ella es una profeta, que se comunica con Dios. No haces nada mientras ella destroza tu familia. No sé si alguna vez podremos superar esto”.