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Crimen organizado se venga y mata 6 afuera de una cantina en Morelia; 2 heridos viven

martes, octubre 19th, 2021

La madrugada de este lunes se registró un ataque armado al interior de un bar en el estado de Michoacán; el saldo fue de seis decesos.

Por Yeseline Trejo

IMÁGENES MUY FUERTES

Ciudad de México, 19 de octubre (AS MÉXICO).- La madrugada de este lunes sujetos armados dispararon contra varias personas que se encontraban al interior del Bar Cantina 25 en Morelia, Michoacán. Los agresores que fueron captados por cámaras de video vigilancias huyeron en sus camionetas después de abrir fuego contra las víctimas.

Elementos de la Fiscalía General del Estado de Michoacán, así como otros elementos policiales acudieron al lugar ubicada en la zona residencial y comercial de Las Américas. Se realizaron las diligencias correspondientes e iniciaron una carpeta de investigación.

El saldo del ataque armado al Bar Cantina 25 fue de seis personas fallecidas; tres de ellas murieron en la zona del ataque y tres más perdieron la vida en los hospitales a los que fueron trasladados.

La Fiscalía General de Michoacán anunció que entre las primeras investigaciones resalta que el ataque múltiple pudo ser producto de una venganza entre carteles de la droga en la entidad. En esta entidad operan los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Nueva Familia Michoacana.

El Ministerio Público puso a resguardo ocho armas de fuego exclusivo de las Fuerzas Armadas con cartuchos, cargadores y otros objetos, así como un presunto culpable de los hechos que ya fue puesta a disposición de las autoridades correspondientes.

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VIDEO: “Profe, no tome caguama”. Estudiantes aseguran que su maestro da clases desde una cantina

domingo, enero 24th, 2021

En un video que circula en redes sociales, alumnos del Instituto Tecnológico de Acapulco (ITA) denunciaron que uno de los profesores se encontraba en un cantina durante una clase, además de que se encontraba aparentemente en estado de ebriedad; los jóvenes señalaron que no es la primera vez que sucede.

Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).- Durante una clase a distancia, alumnos del Instituto Tecnológico de Acapulco (ITA), descubrieron que su profesor daba clases desde una cantina.

En redes sociales circula un video que muestra el audio de un académico del ITA durante una plática incómoda sobre sexo, alcohol y amoríos.

Alumnos de la institución denunciaron que no es la primera vez que el maestro ha impartido clases en estado de ebriedad.

El identificado como Gilberto Vales Ortiz dejó abierto su micrófono, mientras esperaba que su clase realizara unas actividades que él les había solicitado.

El alumnado del grupo de Investigación de dicho plantel, que está ubicado en la carretera Cayaco-Puerto Marqués, se quejaron de que el maestro no les ponía atención.

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Esto pese a que intentaban interactuar con el académico por la plataforma que utilizan para realizar las clases virtuales.

El profesor que imparte clases de Investigación de operación, en la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales, fue denunciado por apagar su cámara y dejar el micrófono encendido por esta razón los estudiantes escuchaban música y charlas extrañas, lo cual a ocurrido en repetidas ocasiones.

“Estoy dando clases, wey, pérame, ya que llegue a la casa te lo presto (…) ya ando pedo” se escucha decir al docente, quien aparentemente se dirigía a una menor de edad que supuestamente le habría pedido el dispositivo que usaba para dar la clase.

Luego de que los testigos expresaran que el profesor los ignoró durante alrededor de 20 minutos, uno de los jóvenes le dijo al sujeto: “profe, no tome caguama, le hace daño”.

Los jóvenes solicitaron que el Instituto Nacional de México intervenga para realizar una investigación sobre los sucesos, pues el profesor o está cumpliendo con las instrucciones ante la crisis sanitaria de la pandemia de coronavirus.

“Ricky’s Place”, la cantina de Rosarito visitada por Leonardo DiCaprio y Rusell Crowe

viernes, enero 25th, 2019

“Ricky’s Place” es la guarida de Ricky, un cantinero solitario de sombrero ranchero, que siempre recibe con un honesto “bienvenidos” a todo el que llega hasta su salón iluminado de rojo, donde lo primero que salta a la vista son sus muros forrados con dólares y un oxidado tubo de poledance en el centro; más al fondo, unas mesas que de día y noche dejan ver el océano interminable.

Por Ollin Velasco

Ciudad de México, 25 de enero (Vice Media/SinEmbargo).- “Ricky’s Place” es el lugar a donde llegan a beber los viejos lobos de mar de Rosarito, los estadounidenses retirados con poco dinero y los traileros fatigados por las rectas eternas al lado del mar azul de la carretera transpeninsular de Baja California.

Es el kilómetro 36 de la carretera Tijuana-Ensenada. La sede de la fiesta local de cualquier día, donde ni Leonardo DiCaprio, Rusell Crowe, ni el director de cine James Cameron, ni los cantantes de música popular mexicana Ramón Ayala y los Tucanes de Tijuana, ni la actriz Paty Manterola, se han negado a una cerveza helada, o a un tamal y un burrito de carne deshebrada con frijoles recién hechos.

“Ricky’s Place” es la guarida de Ricky, un cantinero solitario de sombrero ranchero, que siempre recibe con un honesto “bienvenidos” a todo el que llega hasta su salón iluminado de rojo, donde lo primero que salta a la vista son sus muros forrados con dólares y un oxidado tubo de poledance en el centro; más al fondo, unas mesas que de día y noche dejan ver el océano interminable.

Es el primer martes después de Año Nuevo. Todavía cuelgan algunas series de focos navideños y serpentinas del techo. Ricky está detrás de la barra y se acerca a su computadora para poner por lo alto a los Tigres del Norte. El bar está casi vacío. “La fiesta de ayer los tendrá fumigados a todos”, dice él. “Yo mismo estoy crudo todavía.”

El lugar es suyo, por todas partes asoman fotografías a medio despintar donde el hombre de 71 años posa en todas las posturas y estados de la materia habidos y por haber, junto a más gente. Algunos son famosos, otros son los que siempre regresan a brindar con él.

“Ricky’s Place” es la guarida de Ricky, un cantinero solitario de sombrero ranchero, que siempre recibe con un honesto “bienvenidos” a todo el que llega hasta su salón iluminado de rojo. Foto: historiasdeunamesa y Ricky’s Place vía Vice Media

Con la voz casi inaudible y la cabeza inclinada sobre el pecho, a Ricky se le escucha decir por encima del clásico estribillo de “Soy el jefe de jefes, señores”, que ese lugar ha sido su vida desde hace 26 años.

“Yo ni soy norteño. Nací en Cruz Grande, Guerrero, también junto al mar. Pero me vine a Baja California por necesidad, para probar suerte en otros lares. Nunca he regresado a mi pueblo, pero tampoco me ha hecho tanta falta. Ya todo lo que quiero lo tengo aquí”, dice, mientras sirve un caballito de tequila, hace a un lado un estante con brasieres que le han dejado de recuerdo y se lo acerca a una pareja que acaba de llegar.

Él tuvo una esposa y, por lo que cuenta, muchas otras vivencias. Tiene hijos, pero no dice cuántos. Habita una casa, que está al otro lado de la carretera. Atiende su cantina de lunes a domingo, con tres personas que regularmente le ayudan. Dice que vive feliz, que en esta etapa de su existencia ya tiene a la mano todo lo que necesita.

“Acá todo es entre compas. Igual y no llego a conocer a todos los que cruzan la puerta, pero en la peda nos hacemos amigos. Como siempre los atiendo bien, la voz ha corrido hasta gente conocida que ni hubiera imaginado que vendría. Pero no te creas, a ellos los trato igual que a todos.”

Ricky, a quien por más que se le pregunte insiste que su nombre de pila es “Ricky’s Place”, recuerda bien cuando lo visitaban personas del elenco y producción de la película Titanic. El filme noventero —contrario a lo que muchos pensarían— no se rodó en las aguas del Atlántico a las que hace referencia, sino en el colosal mar de Rosarito, en donde se montaron los estudios Fox.

“A los que pude identificar bien fueron a Leonardo DiCaprio y a James Cameron. Se venían acá a la barra. Con ellos venía más gente que yo no conocía, pero todos pisteaban a gusto juntos. Yo les preparaba de comer lo que me pidieran. Acá no es restaurante, pero improviso para los hambrientos. Esos chavos se hundieron, pero de borrachos”, asegura con un caballito en la mano.

Al sitio, dice el dueño, también ha llegado gente “alterada”. Ya sea porque viene estresada después de un día malo, o porque ya no les entra un gramo más de cocaína o alcohol, o porque se nota que son narcos y vienen con ganas de bajarse varias botellas.

“Así que tampoco me faltan los malacopas, como el actor de Gladiador, Rusell Crowe, que primero fue buena onda y hasta nos tomamos una foto juntos, y luego se puso muy, pero muy agresivo. Aunque también hay cosas que se agradecen. Por ejemplo, las muchachas que se sienten en confianza, piden unas cheves —cervezas— y se quitan la ropa o se suben al tubo.”

Rusell Crowe es una de las personalidades que han visitado esta cantina. Foto: historiasdeunamesa y Ricky’s Place vía Vice Media

Y de eso hay evidencia. Las fotos de chicas sin blusa con Ricky ensombrerado y sonriendo en el medio, abundan en la parte superior de la estructura metálica, que igual tiene varios billetes pegados. Alguien tuvo que subir hasta allá para dejar evidencia a las generaciones por venir.

Mientras observa con orgullo el horizonte de su obra de las últimas dos décadas, el hombre pregunta: “¿Y por fin, qué les voy a servir?” Con inusitada precisión, los Tigres del Norte contestan que “Ahí en la mesa del rincón, les pido por favor, que lleven la botella”.

A pesar de toda la gente que comulga con regularidad en “Ricky’s Place”, hay algo en el sitio que trasmite mucha soledad. Quizá sea el montón de cosas viejas, entre copas, popotes, flores, gorras regaladas, geles antibacteriales, figuras de Malverde y unos 3 mil dólares, que se amontonan en absolutamente todas partes.

“Mi lugar cierra hasta que el último cliente se va, sea la hora que sea. Y claro, yo lo acompaño. Luego me quedo yo solo pero, con todo esto que ves aquí, ¿crees que me la puedo pasar muy mal? No, caray. Si la vida nada más es una. No hay que sufrirla.”

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