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CRÓNICA | Peña dibuja un país de ensueño; afuera, en la calle, la gente vio otra cosa… y lo castigó

lunes, septiembre 3rd, 2018

Enrique Peña Nieto rindió su Sexto Informe de Gobierno en el Patio Central de Palacio Nacional. Rodeado de su Gabinete, de algunos gobernadores, de millonarios como Carlos Slim Helú y Germán Larrea Mota Velasco, actores como Ignacio López Tarso, y de su familia, el jefe del Ejecutivo presentó el rostro de una administración exitosa, con niveles de pobreza en “mínimos históricos” y con la inflación “más baja de los últimos 50 años”.

Su discurso fue un resumen de su sexenio: Un texto bien elaborado, aprendido de memoria, cargado de cifras alegres, envuelto con recursos tecnológicos y con poco espacio para la autocrítica.

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– Ingresó al Patio Central de Palacio Nacional en medio de aplausos, perfectamente peinado y con el rostro altivo. Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, llegó dispuesto a presumir un México de avanzada, con menos pobres y exitosas reformas estructurales que logró concretar gracias al Pacto por México.

Pero a pesar de la exitosa gestión que dibujó, fue recibido por la oposición: Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres Guadarrama, líderes en el Congreso de la Unión y ambos también miembros del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la fuerza política que hundió al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en las elecciones del 1 de julio.

Así, flanqueado por sus opositores arrancó su Sexto Informe. Con Luis Videgaray Caso, actual Canciller mexicano y amigo cercano a dos lugares de distancia de Muñoz Ledo, y un Alfredo del Mazo Maza, Gobernador del Estado de México, su compañero de grupo político, Atlacomulco, y su primo, sentado en solitario entre los gobernadores que asistieron al evento.

El Presidente se despide flanqueado por la oposición. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

El Presidente Peña Nieto aplaude a su Gabinete, al final de su último Informe de Gobierno en Palacio Nacional. Foto: Presidencia

Los tiempos del poder. El 2 de septiembre de 2013, EPN rindió su Primer Informe de Gobierno, quienes lo flanquean son el panista Ricardo Anaya, entonces presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y el priista Raúl Andrade, líder en el Senado de la Rpública. Foto: Iván Stephens, Cuartoscuro

“Los hechos, respaldados por cifras verificables, deben de ser el criterio principal para evaluar una administración. Los hechos y las cifras dan cuenta de una transformación profunda en muchísimos ámbitos de la vida nacional. Y también revelan, hay que decirlo, la persistencia de rezagos y desafíos que no logramos superar a pesar de los esfuerzos realizados”, fueron las palabras con las que abrió su último informe como titular del Ejecutivo federal y que auguraban el tono alegre de su discurso.

El aún Presidente en funciones apeló a los datos y en su primer minuto de discurso afirmó que la transformación de México se logró gracias al Pacto por México, “un acuerdo inédito que permitió concretar una audaz agenda de cambios profundos”.

Atrás de Martí Batres, en la fila de los gobernadores, a la izquierda de Peña Nieto, se sentó un ferviente defensor, en su momento, de ese Pacto por México: Graco Ramírez Garrido Abreu, Gobernador de Morelos, uno de los principales miembros de “Los Chuchos”, la corriente interna del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que firmó el acuerdo de mano de Jesús Zambrano Grijalva –entonces dirigente nacional de la fuerza política–, cuya firma le valió al Sol Azteca una fractura que desencadenó en su desmoronamiento y declive.

Un Pacto por México que llevó a múltiples liderazgos perredistas, incluido a su líder moral Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a abandonar las filas del partido por considerar que había perdido su rumbo de izquierda, y a sumarse, en la mayoría de los casos, al entonces partido en ciernes Morena.

SIN INMUTARSE AL HABLAR DE POBREZA

La élite empresarial con el Presidente: Valentín Díez Morodo [de espaldas y saludando a Peña], seguido de Emilio Azcárraga Jean, Alberto Baillères Gonzñalez y Carlos Salim Helú. Foto: Presidencia de la república. Foto: Presidencia

Pero Peña Nieto continuó con su discurso triunfal. Del Pacto por México siguió un desfile de reformas que, dijo, fueron su mayor aportación al país: la laboral, la energética, la fiscal, la educativa en medio de aplausos y más aplausos.

Entonces el Sexto Informe de Gobierno se convirtió en la alternancia de un poco de discurso y 10 minutos de audiovisual por capítulo. El Presidente bajaba y subía al estrado.

Hablaba con contundencia sobre la disminución de la pobreza: “Más de dos millones de mexicanos salieron de la pobreza extrema”, presumió en medio de un torrente de aplausos de su Gabinete, de los gobernadores y de la concurrencia. Luego dio paso al video en cuestión, ahí se veía a un Enrique Peña Nieto sonriente abrazado a una viejita, sonriente junto a niños de zonas marginadas, sonriente al lado de la ama de casa, con un campesino, en un comedor escolar.

Peña Nieto sonreía, triunfal, en cada uno de los audiovisuales temáticos: apoyo al campo, inversión en infraestructura, estabilidad política, social y económica, la inflación más baja de un sexenio en 50 años…

Germán Larrea, parte del compacto grupo de adinerados que despidió con palmas a Peña Nieto. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

El suyo fue “el sexenio del empleo y del salario mínimo”, el que presentó las “cifras históricas con crecimiento en todos los trimestres”, algo que, comparó, los cuatro sexenios anteriores no lograron. Así lo dijo frente a los hombres más ricos de México que celebraron con él la historia de éxito que iba narrando: Carlos Slim Helú y Germán Larrea Mota Velasco, el hombre rubio de nariz aguileña con un grano rojo en la punta que escuchaba con detenimiento entre la concurrencia, dueño de Buenavista del Cobre la mina que contaminó el Río Sonora en 2014 con 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico y que también salió triunfante de la que fue catalogada la “tragedia ambiental más importante de la historia de la minería en México” ocurrida durante el sexenio que está por concluir.

A Peña Nieto no le tembló la voz para afirmar que cumplió con el 97 por ciento de sus 266 compromisos firmados ante notario público. Ni cuando aseguró que disminuyeron las carencias sociales en todos los rubros gracias a programas exitosos como la controvertida Cruzada Nacional contra el Hambre que instrumentó Rosario Robles Berlanga, entonces Secretaria de Desarrollo Social.

Según sus datos triunfó sobre la pobreza en México. Pero según uno de los estudiosos de la pobreza más brillantes de México, que incluso desarrolló un método propio para medirla utilizado por el Gobierno del Distrito Federal durante la gestión de Marcelo Ebrard Casaubón, los números de la pobreza en el país se manipularon para que a Peña Nieto le salieran las cuentas qué presumir.

LA HORA DE LOS BOSTEZOS

Durante su presentación, que duró una hora y media, el Presidente de la República sólo trastrabilló en contadas ocasiones. Se le trabó la lengua al expresar su reconocimiento a los miembros de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Llevaba de corrido su discurso de memoria y al tropezarse se sonrojó y dejó ver una casi imperceptible sonrisa, momento incómodo que fue opacado por los aplausos y el arranque de un video que duraría otros 10 minutos.

Casi al final de su discurso, aprovechó los momentos en que enviaba al audiovisual para beber agua y mojarse los labios, mientras Silvano Aureoles Conejo, Gobernador de Michoacán, y Omar Fayad Meneses, mandatario de Hidalgo, no dejaban de cuchichear a un lado de un inmóvil Alfredo del Mazo, que pasó la mayor parte del informe erguido, con la mirada hacia el frente.

Para esa hora, cuando Peña Nieto estaba a punto de concluir, no había emociones desbordadas. Algunos gobernadores y miembros de su Gabinete bostezaban, se tocaban la nariz, las orejas y se movían en sus sillas.

La esposa e hijos del Presidente Peña, en su Sexto y último Informe de Gobierno. Foto: Presidencia de la República

“Juntos hemos cumplido, México tiene resultados tangibles. México es en última instancia de los mexicanos, no de un Gobierno, mucho menos de una persona. El éxito les corresponde a todos. México ahora está listo para seguir creciendo y desarrollándose en los próximos años”, dijo Peña Nieto.

Al final, el Presidente saliente miró a la cámara: “Servir a México es y ha sido siempre mi máximo orgullo y mi mayor pasión”, afirmó.

“En este mi último informe de Gobierno quiero dejar constancia de mi profunda gratitud”, dijo. Entonces Peña Nieto volteó hacia abajo y empezó a leer por primera vez desde que inició con su informe: “en primer lugar a mi esposa Angélica, por la compañía, la fortaleza y el apoyo permanente que incondicionalmente me ha dado”.

Siguió leyendo: “Gracias a nuestros hijos: Paulina, Sofía, Alejandro, Fernanda, Nicole y Regina por su cariño, su alegría, la que me contagian todos los días, por comprender el tiempo que les tocó vivir y estar siempre a mi lado”.

Angélica Rivera, la Primera Dama; Sofía, su hija mayor; y Paulina, la primogénita de Peña Nieto lloraron con el agradecimiento. Luego, el Presidente de la República se colocó al frente del estrado, abrió los brazos, lanzó sonrisas, guiños, saludos y señales de abrazo en agradecimiento a los invitados especiales de la primera fila, para después despedirse de mano de los miembros de su Gabinete, de los gobernadores y de varios de los asistentes en una despedida que se prolongó por más de 15 minutos.

Activistas y ONGs critican a Peña por autoelogios; le exigen una verdadera rendición de cuentas

lunes, septiembre 3rd, 2018

El Presidente Enrique Peña Nieto inició hoy su Sexto Informe de Gobierno elogiando el Pacto por México y las reformas estructurales al dar su último Informe de Gobierno; habló de una larga lista de “mejoras”, según sus datos. Bajó la pobreza y bajaron varios delitos, dijo. Incluso destacó que gracias a su Gobierno, en una década se podría acabar con la pobreza en México.

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).- Las reacciones al Sexto y último Informe de Gobierno no han resultado del todo benéficas para el Presidente Enrique Peña Nieto. Organizaciones, activistas y usuarios de las redes sociales cuestionaron los “logros” presentados este medio día en Palacio Nacional por el mandatario. Sobre todo en materia de seguridad y de pobreza. También criticaron que evalúe su Gobierno con autoelogios en lugar de una “verdadera rendición de cuentas”.

Enrique Peña Nieto, el Presidente peor calificado en la historia reciente del país, inició hoy elogiando el Pacto por México y las reformas estructurales al dar su último Informe de Gobierno; habló de una larga lista de “mejoras”, según sus datos. Bajó la pobreza y bajaron varios delitos, dijo. Apoyado en audiovisuales durante todo su evento, dibujó un México “próspero y estable”.

“Los hechos y las cifras dan cuenta de una transformación profunda en múltiples ámbitos de la vida nacional, y también revelan los que no pudimos superar”, dijo el Presidente al iniciar su Sexto Informe de Gobierno. Los cambios profundos, dijo, “se llevaron a cambio en un ambiente de pluralidad, con respeto a la libertad de expresión e incorporando las voces de las organizaciones civiles y la ciudadanía en general”.

El director de Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), Francisco Rivas Rodríguez, apuntó criticó que “evaluar un Gobierno con base en porcentajes de cumplimiento de propuestas en vez de indicadores de desempeño y resultado, es un error que lleva a autoelogios más que a una verdadera rendición de cuentas”.

Resaltó el tema de la inseguridad y señaló que “A pesar de los cambios en el sistema de justicia y el fortalecimiento e inversión, no existieron acciones ni recursos para robustecer a los ministerios públicos y a las instancias encargadas de procuración de justicia #ONC @EPN @gobmx”.

La organización internacional Artículo 19 cuestionó a Peña Nieto: “¿De verdad fortaleció las condiciones para el periodismo, Presidente?” Y le recordó que durante su sexenio, “45 periodistas han sido asesinados y se registran más de mil 900 agresiones contra la prensa”.

Y alertó que unos 700 periodistas y defensores de derechos humanos quedarán inermes ante la insolvencia económica en que quedará el programa de protección donde se encuentran.

El defensor de los derechos humanos Jesús Robles Maloof ironizó sobre los resultados que presumió Peña Nieto en materia de seguridad: “‘Enfrentamos con éxito a los grupos del crimen organizado…’ con excepción del nuestro ya que, comprenderán, nadie se da un balazo en el pie”, escribió en su cuenta de Twitter.

El think thank México Evalúa expuso que “En la administración de @EPN más ingresos y más deuda no se tradujeron en incrementos para rubros prioritarios: los gastos respecto al PIB de salud, educación e infraestructura cayeron. Por esta y más razones, necesitamos un #ConsejoFiscalQueCuente. #6toInforme”.

El politólogo del CIDE, Leonardo Núñez González, resaltó la dinámica usada en el último informe presidencial del político mexiquense: “Durante los spots que están dando el #6toInforme en lugar de @EPN, el Presidente mejor va y se sienta. Aquí se ve claramente al Presidente como espectador de su propio gobierno. El Informe como metáfora de su sexenio”, escribió.

El abogado constitucionalista, José Óscar Valdés, se sumó a las críticas y consideró que a Peña Nieto “’Le quedó grande la silla’”. Nada que recordar, tuvo el poder de transformar el país, lo hundió en la corrupción e impunidad, llevó al #PRI a la extinción, es la muestra de cómo no debe gobernarse una nación”.

El historiador y analista José Antonio Crespo resumió: “Empezó mal, siguió mal, termina mal. Y el PRI se hunde con él”.

El periodista Sebastián Barragán difundió una imagen donde se observa al empresario Juan Armando Hinojosa Cantú como uno de los invitados especiales al mensaje del Sexto Informe.

Mientras, el periodista Juan Omar Fierro calificó la presencia del empresario como “2l cinismo en la despedida de @EPN: el empresario constructor de la Casa Blanca y contratista de Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa Cantú, es uno de los invitados especiales en el acto que llaman &o Informe de Gobierno”.

COMPROMISOS NO CUMPLIDOS

Ha llegado el momento de la última rendición de cuentas y Enrique Peña Nieto se irá de la Administración Pública Federal con 132 de los 266 compromisos firmados sin cumplir y sin explicaciones de por qué no los logró. En otros números, sólo 49.6 por ciento de toda su oferta –poco menos de la mitad- no fue lograda. Este paisaje de escollos es el resultado de la observación de este diario digital, apoyado en las respuestas de académicos y una serie de solicitudes de información mediante el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Con el fin de conocer avances y en qué punto se encontraba la planeación del Gobierno, las promesas del político mexiquense fueron revisadas de manera periódica, una por una. En los primeros 18 meses de gestión, el Jefe del Ejecutivo había entregado 4.5 por ciento y al completar dos años, había alcanzado el 4.8. Cuando llegó 2015, tenía el 10.52 por ciento. Un año después, tenía 22.9 por ciento. En 2017, había cumplido el 38.35 por ciento; es decir, 102 de 266 promesas. Le faltaban 164. También se monitoreó el ritmo de cumplimiento. Hubo bastante lentitud en 2013 y 2014, y gran velocidad en 2015, 2016, 2017 y 2018. Aun con el frenesí de los últimos años, no lo logró. Para que esas 266 promesas pudieran ser realidad, Peña Nieto tendría que gobernar otra década y en la silla presidencial apenas si le quedan unos meses.

En este incumplimiento, no sólo quedaron pendientes las obras de infraestructura, los proyectos para recuperar la seguridad en el mapa mexicano o la construcción del sistema nacional anticorrupción. El Primer Mandatario saliente también perdió credibilidad y dejó de ser el gran personaje de la mercadotecnia política, aquel que tenía palabra de honor, el hombre telegénico que a punta de spots logró ganar las elecciones. El Gobierno que está a punto de expirar logró un récord histórico: el menor porcentaje de aprobación a su quehacer político de los últimos 30 años, según todas las encuestas.