Jorge Javier Romero Vadillo
Lo que está a punto de concretarse en la nueva legislación es la renovación del corporativismo con el que tradicionalmente, desde hace casi ocho décadas, el Estado mexicano ha gobernado al magisterio mexicano, ahora con las dos corrientes sindicales como socias, en lugar del antiguo monopolio del SNTE.
El transporte de mi infancia fue el tranvía. En los trenes eléctricos de la red que había comenzado a construirse durante el porfiriato, y que en los años sesenta cubría muy buena parte de la ciudad de entonces y sus alrededores, pues llegaba a Xochimilco, a Azcapotzalco, a Tlalpan o a Tetelpan, me transportaba habitualmente desde la casa de mis abuelos, por Benjamín Franklin y Revolución, a la de Mixcoac, donde vivíamos desde 1963.
Nadie niega los riesgos sanitarios del consumo de cocaína, pero el combate a su tráfico ha dejado cientos de miles de muertos en este país, mientras que las muertes asociadas a su consumo son de pocos cientos en el mismo período de tiempo.
Más allá de la dimensión jurídica del asunto, el hecho es que la prohibición de la mariguana se ha debilitado todavía más y es ya insostenible.
Ojalá la evidencia y la sensatez acaben imperando por fin respecto a las drogas y que los dichos presidenciales se queden en mero guiño a la galería.
Desde hace 30 años al menos, diversos analistas de temas de seguridad, como Ernesto López Portillo, y organizaciones civiles, como INSYDE o México Unido contra la Delincuencia, han señalado que las autoridades nunca han presentado evidencia de que esas intervenciones en efecto reduzcan delitos y aminoren la violencia, pero ahora los soldados disfrazados se pasean en el Metro y, con base en intuiciones que reproducen estigmas sociales basados en percepciones racistas y clasistas, violan las garantías de la ciudadanía al son de una cuarta transformación que recuerda demasiado al antiguo régimen autoritario.
Si en lugar de cerrar el circuito, el Tren Maya solo se construyera en la vía actualmente existente y, cuando mucho, llegara a Cancún, el impacto ambiental sería controlable.
Que un gobernante pueda modificar desde el poder el tiempo para el que fue elegido es el recurso usual de quienes usan las reglas democráticas para acabar con la democracia.
El empeño presidencial por imponer su voluntad por encima del texto constitucional recién reformado y de la Ley Orgánica correspondiente ha llevado a que la debutante Guardia Nacional no sea más que una suma abigarrada de las fuerzas federales ya desplegadas desde hace dos sexenios, maquilladas y con nuevo vestuario, pues lo presentado en el Campo Marte el domingo pasado no es otra cosa que los mismos soldados, marinos y policías federales, ahora bajo un mando único militar, como quedó evidente en el paseíllo del Presidente montado en un vehículo del ejército, flanqueado por los comandantes militares, con el supuesto jefe del nuevo cuerpo supuestamente civil, el Secretario de Seguridad Ciudadana, cuidándoles la retaguardia en el asiento trasero.
«El PRD se convirtió en un botín a capturar por quienes tuvieran más clientelas y pasó de la dependencia del liderazgo de Cárdenas al de López Obrador».
La profesionalización y la permanencia de la función electoral es la base de la imparcialidad electoral.
La crisis de la migración hace tiempo que llegó a México, pero hasta ahora la estrategia dominante había sido de intervención marginal del Estado.
La segunda imagen que destaca a simple vista es la de una abstención abrumadora. Del total de electores convocados a las urnas en las seis entidades donde hubo comicios, solo algo más del 33 por ciento votó.
Para el Presidente de la República es mucho más relevante mantener la gobernabilidad entre el magisterio que mejorar el desempeño del sistema educativo y la calidad de la enseñanza.
Como en los tiempos del más rancio neoliberalismo salinista, el poder de Hacienda es incontrovertible, aunque ahora no se maneje desde la oficina del Secretario del ramo, sino desde otra ala del Palacio Nacional.
Sin ambages, el Gobierno de López Obrador sostiene que la estrategia prohibicionista es ya insostenible.